GESTION SUSTENTABLE LA MIRADA
8 LARAZON Viernes 28 de junio de 2013
ENTREVISTA A ALFREDO ZOLEZZI
Un invento que puede cambiar la historia Es diseñador industrial y creó el Sistema de Sanitización de Agua por Plasma, una tecnología revolucionaria que puede resolver el problema de acceso al agua potable en el mundo. En diálogo con LA RAZÓN, el chileno Alfredo Zolezzi explica en qué consiste su hallazgo y destaca el rol de la ciencia en la lucha contra la pobreza. POR RAFAEL OTEGUI
Según Naciones Unidas, existen actualmente más de 800 millones de personas en el mundo que tienen dif icultades para acceder al agua potable y se estima que para el año 2030 la mitad de la población mundial sufrirá severamente su escasez. “Una de cada tres personas vive en un país con falta de agua salubre”, recordó recientemente el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, en un mensaje urgente dirigido a la comunidad internacional con motivo del Día del Agua. Frente a este escenario, la creación de un sistema de purificación de agua a gran escala, de bajo costo y disponible para los sectores más postergados de la sociedad, tendría un impacto social y humanitario sin precedentes. La buena noticia es que este sueño, impensable hasta hace poco, se hizo realidad de la mano de Alfredo Zolezzi, un científico chileno experto en innovación aplicada que desarrolló el “Plasma Water Sanitation System”, un novedoso sistema potabilizador que permite eliminar el 100% de las bacterias y microbios presentes en el agua. Creado junto a su equipo del Chilean Advanced Innovation Center (CAIC) -un instituto de innovación tecnológica con sede en Viña del Mar-, el invento se encuentra actualmente en fase de validación y pronto estará disponible para su fabricación masiva. “Queremos demostrar que la tecnología permite acelerar la lucha contra la pobreza”, asegura Zolezzi, y planea para eso un modelo de negocio diferente que garantice la adopción acelerada de este sistema en las comunidades más vulnerables. De paso por el país invitado por la Fundación AVINA, Zolezzi dialogó con LA RAZÓN y explicó los alcances de su descubrimiento. –¿En qué consiste el Sistema de Sanitización de Agua por Plasma? –Es un sistema de purificación de agua a gran escala que funciona sometiendo el agua contaminada a alta presión, para luego atomizarla y acelerarla a grandes velocidades. Después se la pasa por un campo eléctrico que la convierte en partículas de plasma, eliminando el 100% de las bacterias y microbios presentes, convirtiéndola en agua potable, sin riesgos para la salud humana. –¿Cómo y cuándo surgió? –Surgió hace tres años en el
HOJA DE RUTA N Alfredo Zolezzi es chileno,
diseñador industrial y experto en Innovación Tecnológica Aplicada. N En 2006 fundó el “Chilean
Advanced Innovation Center” (CAIC), un centro de innovación tecnológica con sede en Viña del Mar que nuclea a más de 30 científicos de primera línea. N En 2009, junto al equipo del
CAIC, desarrolló el “Plasma Water Sanitation System”, un novedoso sistema de purificación de agua a gran escala. N Bajo la premisa de “unir
Centro de Innovación Avanzada de Chile, ubicado en Viña del Mar. Nos encontrábamos trabajando en otra cosa: queríamos desarrollar el primer generador de plasma no térmico en f lujo continuo para una refinería. Pero el día que conseguimos crear esa máquina, a la que llamamos “generador de plasma no térmico en flujo continuo”, descubrimos que no era ése el uso que íbamos a darle. Porque de inmediato surgió una pregunta: si fuimos capaces de hacer eso, ¿podríamos generar plasma en flujo continuo a partir de agua de un alcantarillado? Nos volvimos locos con la idea. Dijimos “ahí está, eso la da sentido a todo lo que hacemos”. Al principio era una máquina que lograba iniciar plasma solamente, pero luego empezamos a optimizarla y así surgió el primer generador de plasma en flujo continuo que se inicia a partir de agua contaminada. –¿Qué es lo que hace que esta tecnología sea tan revolucionaria? –Hace más de 30 años que no surge una tecnología capaz de reducir virus en forma continua. Se han desarrollado muchas tecnologías asociadas al agua: las bombas y las válvulas son más eficientes, han aparecido nuevos materiales, nuevos tipos de membranas, etcétera. Sin embargo, nadie se había ocupado todavía de la carga bacteriológica presente en el agua. Una planta desalinizadora sólo retiene los microrganismos que van en el agua, pero no se hace cargo –en flujo continuo– de esos microrganismos. Entonces las bacterias
pasan directo al organismo de las personas y ésa es la explicación de por qué hoy en día muere un niño cada 20 segundos en el mundo por causa de agua contaminada. Ahora, por primera vez, hay una respuesta tecnológica para este tema. La promesa de salud pública mundial que hay detrás de esta tecnología es impresionante. – ¿ Qué costos tiene asociados? –El costo por litro potabilizado es extremadamente barato: comparado con otras tecnologías de igual caudal, no hay ninguna más barata en el mercado. Sin optimizar los costos aún, estamos en un octavo de centavo de dólar por litro. Otra característica fundamental es que es fácil de usar: no hace falta un ingeniero o un experto, el equipo se opera solo, es “on-off ”. Tiene sensores de alta confiabilidad, y solamente hay que apretar un botón rojo y otro verde. Además, casi no requiere mantenimiento. –¿Ya está en funcionamiento en alguna comunidad? –Sí. Desde hace aproximadamente dos años está instalado en un asentamiento popular de la comuna Cerrillos, en la periferia de Santiago. Allí se ha hecho una medición de impacto y es increíble cómo han desparecido las enfermedades en ese campamento. –¿Cómo van a asegurar que llegue a la gente que lo necesita? –Hemos decidido que para asegurar una adopción acelerada de esta tecnología en sectores donde se la necesita con desesperación, no van actuar las leyes del mercado. Necesitamos innovar también en el modelo de nego-
cio, y para hacer eso es fundamental que tengamos el más alto de los estándares técnicos. Por eso nos acercamos a la National Sanitation Fundation de EEUU, la máxima entidad para validar nuestra tecnología. En este momento estamos en esa instancia, la de la validación; la siguiente fase será ver el tema de su fabricación y distribución masiva. Hemos tenidos muchísimas ofertas en este sentido, pero tenemos que ser muy cuidadosos, porque si nosotros dejamos que actúen las leyes del mercado esta tecnología no va a llegar a donde tiene que llegar, a la gente sin poder adquisitivo. –Todo un desafío, poner la ciencia al servicio de los pobres. –Exacto. Nosotros intentamos hacer “innovación con sentido” y queremos demostrar que es posible conectar tecnología y ciencia avanzada con pobreza. Eso requiere un esfuerzo muy profesional de nuestra parte y va a exigir que en la fase de fabricación y distribución participen los mejores. Por eso debemos buscar aliados estratégicos, no podemos permitir que nadie capture la tecnología. Queremos una adopción acelerada de este sistema, que llegue de forma urgente a los sectores más castigados por la falta de agua potable. Los pobres no pueden esperar. –2013 es el Año de la Cooperación en la Gestión del Agua. ¿Qué rol le asigna a la cooperación intersectorial para apalancar un proyecto como éste? –Yo la encuentro fundamental. El trabajo de AVINA es esencial en ese sentido: acaban de llevar agua a 4 millones de latinoamericanos que no tenían, y lo
ciencia y pobreza”, Zolezzi cedió a la ONG “Un Techo para mi País” la licencia de este sistema para que sea usado con fines humanitarios, y actualmente se encuentra trabajando con la Fundación AVINA para extenderlo a toda América Latina. han conseguido en virtud de la colaboración, de la alianza. Entonces, ese capital social y ese saber hacer, ya existen. Si a esa misma capacidad de gestión, a esa misma estructura, le sumamos el factor tecnología, esto debiera crecer en forma exponencial. Debemos usar la tecnología como agente de cambio social. Creo que es el minuto adecuado, y creo que este año va a ser un año muy importante para el agua y para las personas que la necesitan. –Finalmente, ¿cuáles son las posibilidades de traerlo a la Argentina? –Hemos acordado un itinerario con AVINA: pasada la validación de la tecnología, viene la negociación con los fabricantes para desarrollarla de forma masiva, y luego está la intención de introducirlo en toda América Latina en forma acelerada. Hay afinidad con la Argentina, por supuesto, así que una vez que tengamos resuelto el tema de la validación y la fabricación masiva, lo que viene es articular una distribución y asegurar una tasa de adopción acelerada en nuestro propio continente. Nosotros no sólo queremos llevar agua, queremos también demostrar que la tecnología permite acelerar la lucha contra la pobreza y que se puede conciliar la creación de valor económico con el interés público.