REVISTA VIRTUAL DE PSICOLOGÍA MÉDICA TIPOS DE PERSONALIDAD – TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD- PSICOFÁRMACOS
DRA. MARÍA ENGRACIA CASTRO ESCOBEDO
PRESENTAN DIEGO ÁVILA MORENO JOSÉ RODRIGO CEJA PALACIOS JUAN DANIEL CONTRERAS MARTÍNEZ YANELY BARAJAS RAMIREZ EDNA YAEL DURÁN AGUAYO KARINA DE LOS ÁNGELES HERNÁNDEZ CHÁVEZ DIANA LIZBETH MUÑOZ CHÁVEZ
5-nov-14
EDITORIAL La presente revista se ha elaborado por alumnos del tercer semestre de Medicina Humana de la Universidad Autónoma de Zacatecas, para la UDI de Psicología Médica impartida por la Dra. María Engracia Castro Escobedo. En esta revista se tratarán los temas relacionados con la personalidad, es decir, Tipos, trastornos y psicofármacos. Con el objetivo de ofrecer al lector el conocimiento necesario para su comprensión su aplicación en la vida cotidiana.
Editores
DIEGO ÁVILA MORENO JOSÉ RODRIGO CEJA PALACIOS JUAN DANIEL CONTRERAS MARTÍNEZ YANELY BARAJAS RAMIREZ EDNA YAEL DURÁN AGUAYO KARINA DE LOS ÁNGELES HERNÁNDEZ CHÁVEZ DIANA LIZBETH MUÑOZ CHÁVEZ
TIPOS DE PERSONALIDAD SEGÚN RAMON DE LA FUENTE MODELOS DE LA PERSONALIDAD Hay dos formas principales de aproximación a la tendencia objetiva de establecer al ser humano como un conjunto organizado una totalidad. La primera es a través de modelos descriptivos que responden a una necesidad de delimitar y clasificar los tipos de personalidades, de acuerdo a las relaciones entre su morfología, fisiología y psicología. Otros, a través de descripciones empleando elementos jerarquizados y autónomos. El segundo modelo, aborda un sentido más dinámico de la personalidad, definiéndola como el conjunto de relaciones permanentes de tendencias que orientan las formas individuales de sentir, pensar y actuar. Una constelación organizada de fuerzas que operan con o sin advertencia del sujeto. Es necesario establecer, antes de comenzar con las siguientes descripciones, el permiso literario para abordar los términos Carácter y Personalidad como sinónimos. Basando este consentimiento en los juicios que la psicología clásica y la mentalidad popular han establecido para su uso.
DESCRIPTIVOS Las raíces del humoralismo se hallan en el filósofo griego Empédocles, según el cual las diferentes cualidades de los cuatro elementos básicos -tierra (seca y fría), aire (cálido y húmedo), fuego (cálido y seco) y agua (fría y húmeda)- podrían explicar la existencia de todas las sustancias conocidas. Hipócrates, médico griego considerado el padre de la medicina, desarrolló un modelo médico basado en estos elementos, atribuyendo sus cualidades a los cuatro fluidos o "humores" (del latín umor) que, según la ciencia de la época, se hallaban en el cuerpo humano. 200 años más tarde, Galeno amplió la teoría de los humores para incluir la personalidad, pues apreciaba una relación directa entre los niveles de los humores en el cuerpo y las inclinaciones emocionales y conductuales, o temperamentos. Los cuatro temperamentos de Galeno -sanguíneo, flemático, colérico y melancólico- se basan en el equilibrio de los humores en el cuerpo. Si uno de los humores abunda en exceso, predominará el tipo de personalidad correspondiente.1
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http://elmercaderdelasalud.blogspot.mx/2013/03/los-cuatro-temperamentos-como-teoria.html
El desequilibrio podía ser ocasionado por determinada forma de vida, por el tipo de trabajo, por ciertos alimentos o bebidas, por sus actividades intelectuales, e inclusive por su sexualidad, esto daba como resultado sustancias pecantes que eran nocivas para la salud, para poder regresar al equilibrio era necesario usar el principio de Contraria Contrariis, el cual decía que los males se solucionaban usando lo opuesto, los médicos administraban medicinas frías para las enfermedades calientes, y remedios secos contra las enfermedades llamadas húmedas, y viceversa.2 Elemento
Cualidades
Aire
Humor
Tipo
Estación
Caliente/Húmedo Sangre
Sanguinario
Primavera
Fuego
Caliente/ Seco
Bilis Amarilla
Colérico
Verano
Tierra
Fría/Seca
Bilis Negra
Melancólico
Otoño
Agua
Fría/Húmeda
Flema
Flemático
Invierno
El exceso de sangre conduce al optimismo (carácter sanguíneo), el exceso de bilis amarilla es causa de temperamento colérico (Carácter bilioso), bilis negra tristeza o melancolía (Carácter nervioso) y el exceso de linfa apatía (carácter linfático)3 Sanguíneo: para Hipócrates el predominio de la sangre en el cuerpo da lugar a un físico robusto, bien desarrollado, de amplia frente, labios carnosos y expresiva mirada. En definitiva, una presencia inconfundible que se hace notar. Este notorio físico acompaña a un carácter fuerte y dinámico, una mente en constante maquinación de proyectos, inquieta. De natural optimista, con furtivos momentos de pesadumbre y enfados estrepitosos que son superados con rapidez. La característica indiscutible del sanguíneo es su sociabilidad: líder carismático, al que halaga ser el centro de atenciones, suele, por su natural extrovertido y comunicativo, ser el directivo por naturaleza. Su habilidad de contacto social, unida a su natural sensibilidad le convierte en un ser empático y buen oyente, aunque, en ocasiones, podría conducir a actitudes un tanto despóticas e incluso dictatoriales, dado su interés avasallador. Nervioso o Melancólico: En el tipo hipocrático nervioso predominan los nervios, y, contrariamente al equilibrio apreciado en el bilioso, en éste destacamos 2 3
http://psicoterapeutas.eu/teoria-de-los-humores/ Psicología Medica, De la Fuente Ramón, Editorial Fondo de lectura Económica 2009
el desequilibrio y la desproporción en sus facetas tanto físicas como caracterológicas. En el nervioso suele destacarse la delgadez, el rostro afilado y pálido y la mirada vivaz a la vez que soñadora. La ambivalencia extroversión-introversión también es característica propia de este tipo hipocrático, aunque suele haber una tendencia hacia la introversión. Seres intuitivos, creativos, su vivacidad les hace inquietos y temerosos de la rutina, y su emotividad provoca que antepongan el sentimiento ante la razón. Su nervio les hace actuar por impulsos y tan pronto se vuelcan en una actividad frenética, como se rinden a la tranquila rutina. En las relaciones sociales dan al entorno lo que de él reciben; si reciben afecto, si el ambiente es agradable, serán seres abiertos, comunicativos y, por contrario, si el entorno les desagrada, pueden ser ariscos y desconfiados. Por lo tanto, apreciamos que los temperamentos nerviosos son difícilmente encajables, tanto social como laboralmente, en el entorno pero a su vez, paradójicamente, tremendamente versátiles. Linfático: Se desarrolla en las linfas. Físicamente destaca por su obesidad, sus movimientos lentos y su aparente pasividad, que les hace inalterables ante cualquier circunstancia y por lo tanto, amantes de la rutina, del automatismo. Se caracterizan por su capacidad analítica y memorística y, aunque su ritmo de vida o trabajo tienda a ser lento, son regulares y metódicos. Socialmente son de trato agradable y tranquilo, aunque no suelen ser expresivos en lo que a afectividad se refiere. Su tendencia es a la introversión y a un aislamiento que puede rayar a veces en egocentrismo. Son personas adaptables y sumisas; si encuentran su lugar y se acomodan a él, difícilmente querrán cambiarlo.
Bilioso: En el tipo bilioso predomina la bilis, el equilibrio en sus facetas tanto físicas como caracterológicas. Tipo esbelto, con rostro predominantemente anguloso en el que destaca una mirada profunda y penetrante; serio, de gestos firmes y mesurados. La fundamental característica de su carácter es la reflexión, de intelecto ágil pero seguro, analítico, de inmensa inquietud por profundizar en pensamientos e ideas. Realista, se rige siempre por la razón. De actitud fría y distante, se distingue por su sobriedad, no se emociona ni entusiasma fácilmente con proyectos sin dar tiempo a su necesaria reflexión y análisis; ahora, una vez tomada su decisión, es difícil que la varíe. De carácter básicamente introverso e individualista, toma las relaciones sociales como un deber; en cuanto a los afectos, su moderación y sobriedad le llevan a comedirse, controlando sus sentimientos y emociones, evitando las manifestaciones afectivas.4
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http://www.sandracerro.com/files/Articulos/artic-teorias/Hipocraticos.pdf
Ernst Kretschmer Fue un médico psiquiatra y neurólogo Alemán. En 1929 estuvo nominado al Premio Nobel de Fisiología o Medicina.5 Kretschmer dice que la enfermedad mental es la exageración de la personalidad normal. Define 4 tipos: el pícnico-ciclotímico, leptosomático- esquizotimico, el atlético-viscoso y el displásico.6 El pícnico-ciclotímico Pícnico: es bajo y rechoncho, con el tronco relativamente largo y las piernas cortas, de hombros y pechos redondeados, manos y pies cortos. Cicloide: el individuo cicloide manifiesta rasgos de personalidad que, en casos extremos, se clasificarían bajo la forma de locura cíclica o maníaco depresivo. Se le describe como sociable, amistoso, animado, práctico y realista. En esta psicosis, el paciente alterna típicamente entre los extremos de la excitación y la depresión.
leptosomático-esquizotimico Lepsomáticos: se caracteriza generalmente por el pequeño volumen del cuerpo en relación con la estatura, es alto, delgado, con un pecho relativamente estrecho, piernas largas, cara alargada, manos , pies estrechos y largos. Esquinozoide: tiende hacia la esquizofrenia, caracterizada por una introversión extrema y una falta de interés por lo que lo rodea. Es tranquilo y reservado, más solitario, tímido y encerrado en sí mismo.7 El atlético-viscoso Atlético: tiene el desarrollo más proporcionado del tronco y piernas, huesos y músculos bien desarrollados, hombros anchos, manos y pies largos. Viscoso, tenaz, adhesivo y su humor se movería entre lo explosivo y lo flemático. Para este autor el atlético estaría predispuesto a padecer epilepsia.8
El displásico se coloca a todos los individuos que presentan una mezcla incompatible de características tipológicas en su desarrollo físico así como en su temperamento.
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http://basesgeneticasemociones.wikispaces.com/Teorias+Tipologicas+segun+Autores Psicología Medica, De la Fuente Ramón, Editorial Fondo de lectura Económica 2009 7 http://basesgeneticasemociones.wikispaces.com/Teorias+Tipologicas+segun+Autores 6
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http://www.psychiatry.es/t/ta-tj-seccionesglosario-94/420-tipologa-de-kretschmer.html
William Herbert Sheldon psicólogo estadounidense que distinguió tres tipos somáticos básicos, a los cuales denominó de forma similar a la de las tres capas del embrión que generan las distintas partes del cuerpo.
Tipo Endomorfo: esta denominación deriva del término endodermo, que corresponde a la capa interna del embrión, de donde proceden las vísceras y el aparato digestivo. La Viserotomía donde se hallan los rasgos del carácter en los que domina el interés por la actividad visceral. Es sociable, gusta del ocio, habla mucho y prefiere comodidades. Se relaciona con el tipo cicloide. Tipo Mesoformo: los sujetos con esta tipología se distinguen por el predominio del sistema óseo y muscular, correspondiente embrionariamente al mesodermo, con extremidades grandes y potentes. La somatotonía en la cual predomina la actividad muscular. Le gusta el deporte, es animoso. El tipo mesomórfico se relaciona con el atlético. Tipo Ectomorfo: morfológicamente, los ectomorfos son delgados y frágiles, de hombros estrechos, musculatura poco desarrollada, pecho plano y movimientos inseguros. La Cerebrotonía regida por la atención consciente y el sistema nervioso. Es introvertido, inhibido, es intelectual.9
Tipología de Platón Abdomen asiento de los deseos y pasiones Tórax asiento de la voluntad, valor y el talante Cabeza asiento de la inteligencia y la razón
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http://basesgeneticasemociones.wikispaces.com/Teorias+Tipologicas+segun+Autores
DINÁMICOS
LA CARACTEROLOGÍA DE FREUD – ABRAHAM Sigmund Freud postula el desarrollo del carácter como el resultado de la frustración o satisfacción de las necesidades instintivas existentes durante los estadios del desarrollo psicosexual. Esta base caracterológica fue ampliada por Karl Abraham quien agrega marca la organización de la libido en los diversos estadios del desarrollo de la personalidad como el factor determinante de los tipos de reacciones del individuo en dichas etapas. Carácter oral Principal fuente de placer durante este estadio del desarrollo psicosexual la principal fuente de placer en la oralidad es el tomar, recibir. Cuando para un niño fue la succión demasiado placentera, retiene para el resto de su vida una convicción optimista de que todo ha de resultarle bien en la vida, que siempre encontrará sustitutos maternales que lo habrán de cuidar y satisfacer. Individuos demasiado optimistas, confiados, tienden a la pasividad y a la receptividad. Si se ha visto frustrado en es este periodo en la obtención de placer, requerirá siempre algo de los demás, si no lo recibe lo tomará con agresividad. Generosidad, sociabilidad, curiosidad y ambición, rasgos en el carácter oral. Carácter anal Orden exagerado, parsimonia, terquedad, limpieza exagerada, detallismo y meticulosidad. Su carácter se basa en sobrecompensaciones del interés en las cosas que son sucias (interés en excrementos). Actitud de obstinación y terquedad representan un esfuerzo por afirmar su autonomía. Se resiste a la intromisión de otras personas en su vida privada. Tiene dificultad para separarse de cualquier posesión, de ahí su avaricia. Sadistas, hostiles, crueles, maliciosos, celosos, inaccesibles, reticentes y conservadores. Carácter genital Se caracteriza por el conflicto de Edipo, de ahí que en quien tiene una resolución satisfactoria transfiera sentimientos de amor y dialidad a los otros. Quienes no lo resuelven de la mejor manera no logran desarrollar sentimientos sociales ni son capaces de descartar los impulsos primitivos.
CARACTEROLOGÍA DE FROMM Erich Fromm define el carácter como la forma relativamente fija en que la energía es canalizada en el proceso de la vida, sugiriendo una adaptación dinámica de la misma al modo de existencia social. Aporta para su posterior conjunto de personalidades la relación intima entre dos aspectos fijos: la constitución biológica y el ambiente social como factores determinantes en el desarrollo de un ser integral. Orientación receptiva La persona espera que todo lo que necesita o desea (objetos materiales, conocimiento, amor, placer) venga de una fuente exterior y no de sus esfuerzos. Es dependiente de otros, busca quien lo proteja. Busca ser amada sin el proceso activo de amar. Es leal a muchos simultáneamente a fin de no quedarse sola. Cordial y optimista se angustia fácilmente ante las amenazas. Amantes de la comida y bebida. Carácter explorador La satisfacción a sus deseos viene del exterior, obtenido por medio de la fuerza o el engaño. Todo es susceptible de explotación. Gozan más al despojar que al producir. Individuos hostiles, manipuladores, suspicaces, envidiosos, celosos y cínicos. Carácter atesorador Tendencia a la acumulación y al ahorro. Guarda lo que tiene, gastar se percibe como una amenaza. Miserables con su dinero, pensamientos y sentimientos. Amor significa posesión. Ordenado, pedante, puntual, no tolera las cosas que estén fuera de su sitio. Basado en una mezcla de desapego y de posesividad. Carácter mercantilista Se valoran exclusivamente sobre la base de su éxito, son oportunistas y vacios, se experimentan a sí mismos como autómatas. Carácter productivo Hombre racional y social, productor. Produce y transforma para vivir. Vida dirigida por el amor, con alta vinculación con los otros. Fromm distingue ciertas orientaciones caracterológicas resultado de la vinculación del individuo con las demás personas y consigo mismo en el proceso de socialización: tendencias masoquistas; sadistas (en sus tres variantes), siendo el masoquismo y sadismo elementos que coexisten como aspectos del mismo proceso básico de simbiosis; conformación autómata como una orientación en la que el individuo piensa, siente imagina y actúa exactamente como los otros de su cultura;
destructividad, cuya meta es remover y mantenerse aislado de cualquier peligro; amorosa, como la forma productiva de relacionarse con otros.
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO Es un trastorno mental en el cual las personas tienen pensamientos, sentimientos, ideas, sensaciones (obsesiones) o comportamientos repetitivos e indeseables que los impulsan a hacer algo (compulsiones). Síntomas: Con frecuencia, la persona se comporta de cierta manera para librarse de los pensamientos obsesivos, pero esto sólo brinda alivio temporal. El hecho de no llevar a cabo los rituales obsesivos puede causar una enorme ansiedad y sufrimiento. Obsesiones o compulsiones que no se deben a una enfermedad o consumo de drogas. Obsesiones o compulsiones que ocasionan gran sufrimiento o interfieren con la vida cotidiana. Hay muchos tipos de obsesiones y compulsiones. Éstas pueden ser realizar cosas físicamente (comportamientos) o hacerlas en la cabeza (actos mentales). Los ejemplos abarcan:
Revisar y volver a revisar acciones (como apagar las luces y cerrar la puerta con llave).
Conteo excesivo.
Miedo excesivo a los gérmenes.
La compulsión de lavarse las manos de manera repetitiva para protegerse de infecciones.
Repetir palabras de manera silenciosa.
Rezar silenciosamente una y otra vez.
La persona generalmente reconoce que el comportamiento es excesivo o irracional. Diagnostico: Su propia descripción del comportamiento puede ayudar a diagnosticar el trastorno. Un examen físico puede descartar causas físicas y una evaluación psiquiátrica puede descartar otros trastornos mentales. Los cuestionarios pueden ayudar a diagnosticar este trastorno y hacerle un seguimiento al progreso del tratamiento. Tratamiento
El trastorno obsesivo compulsivo se trata utilizando una combinación de medicamentos y terapia conductual. Los medicamentos empleados abarcan antidepresivos, antipsicóticos y estabilizadores del estado de ánimo. La psicoterapia (terapia cognitiva conductista o TCC) ha demostrado ser efectiva para este trastorno. Durante la terapia, el paciente es expuesto muchas veces a una situación que desencadena los pensamientos obsesivos y aprende gradualmente a tolerar la ansiedad y resistir las ganas de llevar a cabo el acto compulsivo. La terapia también se puede utilizar para reducir el estrés y la ansiedad y resolver conflictos internos. Ejemplo clínico: Diagnóstico: Paciente de 50 años, hombre que presenta en la clínica como característica esencial es la presencia de obsesiones o compulsiones o actos obsesivos de manera recurrente. Tratamiento: Se le trató con antidepresivos serotoninérgicos, utilizando un inhibidor de la recaptación de serotonina (IRSS) y un antidepresivo tricíclico, usando dosis más altas y periodos más prolongados que en la depresión. Se usó, con muy buen resultado, la psicoterapia conductual de exposición con prevención de respuesta, en la que se obliga al paciente a exponerse a los estímulos que teme, sin dejarle efectuar las compulsiones que alivian la angustia. Mejoró bastante.
Famosos enfermos: Hay muchos famosos que lo padecen pero, al no ser una enfermedad incapacitante cuando está bajo tratamiento, no nos damos cuenta de quiénes lo sufren.
Megan Fox dijo a la revista Allure año pasado que tiene trastorno obsesivo compulsivo. "Esta es una enfermedad que, por ejemplo, no me deja usar baños públicos, siempre siento temor por las bacterias, tampoco puedo usar los cubiertos de un restaurante” Dice que estas obsesiones pueden hacer más difícil la vida diaria y la relación con las demás personas.
Katy Perry ha dicho que tiene la enfermedad. "Los animales domésticos y que anden cerca de mi me obsesionan, no puedo estar cerca de cristales sucios o con marcas de dedos, cuando veo eso me falta la respiración y salto a limpiarlo”
SÍNDROME DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO El síndrome de estrés postraumático es un trastorno psiquiátrico que aparece en personas que han vivido un episodio dramático en su vida (guerra, secuestro, muerte violenta de un familiar...). En las personas que lo sufren son frecuentes las pesadillas que rememoran la experiencia trágica vivida en el pasado. Hay que observar que no se incluyen dentro de estos desencadenantes situaciones difíciles, pero propias de la vida “normal”, como un divorcio, la muerte de un ser querido, enfermedad, conflictos familiares o reveses económicos. Síntomas: Hay cuatro tipos de síntomas del trastorno de estrés postraumático: 1. Reviviscencia del hecho, lo cual perturba las actividades diarias
Episodios de reviviscencias, en donde el incidente parece estar sucediendo de nuevo una y otra vez.
Recuerdos reiterativos y angustiantes del hecho.
Pesadillas repetitivas del hecho.
Reacciones fuertes y molestas a situaciones que le recuerdan el hecho.
2. Evasión
Insensibilidad emocional o sentirse como si no le importara nada.
Sentimientos de indiferencia.
No poder recordar aspectos importantes del evento.
Falta de interés en las actividades normales.
Mostrar menos expresión de estados de ánimo.
Evitar personas, lugares o pensamientos que le hagan recordar el hecho.
Sensación de tener un futuro incierto.
3. Hiperexcitación
Examinar siempre los alrededores en busca de signos de peligro (hipervigilancia)
No ser capaz de concentrarse.
Sobresaltarse fácilmente.
Sentirse irritable o tener ataques de ira.
Tener dificultades para conciliar el sueño o para permanecer dormido.
4. Pensamientos y estados de ánimo o sentimientos negativos
Culpa constante acerca del hecho, incluso culpa del sobreviviente.
Culpar a otros por lo sucedido.
Incapacidad para recordar partes importantes del hecho.
Pérdida del interés por actividades o por otras personas.
Diagnóstico: El médico puede preguntarle por cuánto tiempo ha tenido los síntomas. El trastorno de estrés postraumático se diagnostica cuando usted ha tenido los síntomas durante al menos 30 días. El médico también puede hacer exámenes de salud mental, un examen físico y exámenes de sangre. Estos se hacen para buscar otras enfermedades similares al trastorno de estrés postraumático. Tratamiento El tratamiento para el trastorno de estrés postraumático implica psicoterapia (orientación), medicamentos o ambos. Psicoterapia Durante la psicoterapia, usted habla con profesionales en salud mental, tales como psiquiatras o terapeutas, en un entorno tranquilo y acogedor. Ellos pueden ayudarle a manejar sus síntomas del trastorno. También lo guiarán a medida que usted va elaborando sus sentimientos sobre el trauma. Hay muchos tipos de psicoterapia. Un tipo que se utiliza a menudo para este trastorno se llama desensibilización. Durante el tratamiento, se le anima a recordar el evento traumático y a expresar
sus sentimientos al respecto. Con el tiempo, los recuerdos del evento se vuelven menos aterradores. Durante la psicoterapia, también puede aprender técnicas de relajación, especialmente para cuando comience a tener reviviscencias. Medicamentos El médico le puede sugerir que tome medicamentos, los cuales pueden ayudar a aliviar la depresión o la ansiedad. También pueden ayudarle a dormir mejor. Los medicamentos necesitan tiempo para hacer efecto. No deje de tomarlos ni cambie la cantidad (dosis) que toma sin consultar con el médico. Pregúntele a su médico acerca de los posibles efectos secundarios y qué hacer si los experimenta. Ejemplo clínico: Mark es un profesional de 31 años que tuvo un accidente de moto hace 9 meses antes de acudir a consulta. Durante el accidente, Marc se cayó de su moto cuando un coche le arrastró a un lado de la carretera. Rodó por la carretera y acabó en medio de la trayectoria de un autobús que se aproximaba y que temía que acabara atropellándole. De hecho, se paró justo enfrente del autobús. Marc tuvo una buena rehabilitación física pero no ha vuelto al lugar del accidente y raramente conduce su moto. En el momento de consulta, Marc refería pesadillas en las que el accidente se repetía, tres veces a la semana. Además, experimentaba recuerdos intrusivos. Intentaba sacárselos de la cabeza pero no podía. También, informó de que estaba muy irritable y que tenía arranques de ira semanales que le preocupaban mucho porque temía convertirse en alguien de humor tan impredecible como su padre. Su estado de ánimo era muy bajo y tenía ideación suicida a diario, aunque no tenía ningún plan específico de suicidio. Durante la valoración presentó altas puntuaciones en tests de depresión y ansiedad. Tratamiento En cualquier trastorno y también en el TEPT, se requiere una evaluación individualizada de los síntomas y las necesidades de cada persona en concreto, para establecer así un plan de tratamiento que contemple y se adapte a sus particularidades. Sin perder esto de vista, a continuación, presentamos los rasgos generales del tratamiento psicológico y farmacológico empleados más comúnmente en el TEPT: Tratamiento psicológico Desde la psicoterapia, se presentan distintas opciones de tratamiento para el abordaje del TEPT: Inicialmente, se propone una intervención en crisis, es decir, justo después del acontecimiento traumático para poder reducir el estrés más inmediato y poder prevenir la aparición de respuestas crónicas o tardías.
En fases posteriores, las técnicas más utilizadas para tratar el TEPT son varias provenientes de la orientación cognitivo-conductual en psicología. Entre ellas encontramos la exposición en la imaginación (ya sea a los pensamientos o imágenes traumáticas, o bien, a las conductas evitadas) con el objetivo de reexperimentarlos y darles un nuevo significado correctivo. También, se hace uso de la exposición en vivo ya sea gradual o en forma denudación (exposición prolongada) a las conductas de evitación. Paralelamente, se realiza un entrenamiento en el control de la ansiedad a través de técnicas de relajación, para disminuir la hiperactivación. Éstas consiguen reducir la tensión motora y la actividad excesiva del Sistema Nervioso Autónomo. En los casos que es necesario, también se trabaja el control de los afectos. Por ejemplo, de la ira y del sentimiento de culpa (a veces, la persona se siente culpable por haber sobrevivido en lugar de otro). Igualmente, se trabajan los sentimientos de vergüenza (a veces, se dan en víctimas de malos tratos o de abusos sexuales) e indefensión (algunas víctimas de catástrofes, por ejemplo, pueden sentir que no pueden hacer nada para estar a salvo) en los casos en los que aparecen. A nivel de pensamientos, la terapia cognitiva propone técnicas como la interrupción del pensamiento, la distracción cognitiva y las auto instrucciones. Finalmente, es importante añadir que otra modalidad de tratamiento que puede llevarse a cabo simultáneamente al tratamiento individual, es la psicoterapia de grupo. Tratamiento farmacológico Permite a la persona una mejoría de los síntomas y un mejor acercamiento y aprovechamiento de la psicoterapia. Entre los fármacos más frecuentemente usados para el tratamiento del TEP encontramos, como primera elección, los ISRS (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina). El motivo es doble: por un lado, se muestran eficaces mejorando la sintomatología y, por el otro, presentan pocos efectos secundarios que, además, acostumbran a tolerarse bastante bien. De entre los ISRS, concretamente, la sertralina tiene la indicación específica para el tratamiento del TEPT. Aún y así, la sertralina no es el único IRSR utilizado para el TEPT. También, se utilizan laparoxetina, la fluoxetina, la fluvoxamina y el citalopram.
Famosos enfermos: De acuerdo con voceros de la Corte de los Ángeles, se ha informado que el músico Chris Brown, quien lleva casi 100 días de tratamiento en un centro de rehabilitación, padece estrés postraumático, insomnio severo y trastorno bipolar, al que también se le agrega automedicación inapropiada.
TRASTORNO POR ESTRÉS AGUDO Este trastorno se caracteriza por la aparición de un conjunto de síntomas de ansiedad que tienen lugar después de la exposición a un acontecimiento altamente traumático. Estas alteraciones duran más de dos días, hasta un máximo de cuatro semanas y aparecen el primer mes, desde que se presenta el evento traumático . (Si durasen los síntomas más de cuatro semanas, el diagnóstico sería “Trastorno de estrés postraumático).
Síntomas Los síntomas más comunes en este trastorno son: o
Des realización ( sensación de que el entorno es irreal o extraño)
o
Amnesia disociativa (puede existir una incapacidad para recordar el evento traumático)
o
Estar aturdido
o
Respuestas exageradas de sobresalto
o
Inquietud motora
o
Mala concentración
o
Problemas para conciliar el sueño
o
Síntomas de desesperanza
o
Conductas de evitación de lugares personas o actividades , que recuerden el acontecimiento traumático
Tratamiento: Al igual que en el trastorno de estrés postraumático las terapias se basan en la descarga del evento traumático a través de terapias individuales o grupales (incluida la hipnosis, y la EMDR) y el reposo. Pueden ser útiles los fármacos ansiolíticos y antidepresivos. Ejemplo clínico Se trata de una paciente femenina de 55 años, con antecedentes de hipotiroidismo, y con un adecuado desempeño laboral. Mientras realizaba su trabajo fue sorpresivamente agredida por un individuo quien le ocasionó un traumatismo en región frontal izquierda con un objeto romo. La paciente describe que tuvo la sensación de haber recibido un disparo en la cabeza, tras lo que perdió el conocimiento por breve tiempo y fue atendida en el hospital más próximo a su área de
trabajo donde recibió tratamiento médico y se suturó la herida en la zona del trauma. Se le realizó TAC no detectándose alteraciones craneoencefálicas. Fue remitida a nuestra institución 25 días después del suceso con el objetivo de realizar una evaluación forense del daño corporal sufrido. El médico responsable solicitó una evaluación por parte del Laboratorio de Neurofisiología Clínica donde se realizó una entrevista clínica a la paciente y se aplicó el cuestionario de experiencias traumáticas. Tratamiento. En concreto, en esta paciente se empleó el cuestionario de experiencias traumáticas5, instrumento auto aplicado que reveló una puntuación elevada, 17 de 18 puntos posibles. Este hallazgo sugiere la necesidad de un seguimiento evolutivo y un adecuado tratamiento a la paciente, con el objetivo de inhibir el desarrollo de un trastorno crónico provocado por el agente estresante. Los pacientes con un trastorno por estrés agudo pueden evolucionar favorablemente y responder adecuadamente a las medidas terapéuticas aplicadas, cuando su diagnóstico y tratamiento es oportuno. El kindling supone una estimulación repetida de pulsos eléctricos subconvulsivos. Esta estimulación periódica del cerebro puede producir cambios de manera progresiva si estimulan el sistema límbico. Esta repetida estimulación puede involucrar los procesos de potenciación de larga duración relacionados con los receptores NMDA (N-metil D-Aspartato).
TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADA Es un problema de salud mental en el cual una persona a menudo está preocupada o ansiosa respecto a muchas cosas y le parece difícil controlar esta ansiedad. Síntomas El síntoma principal es la presencia frecuente de preocupación o tensión durante al menos seis meses, incluso cuando hay poca o ninguna causa clara. Las preocupaciones parecen flotar de un problema a otro. Los problemas pueden involucrar la familia, las relaciones interpersonales, el trabajo, el dinero y la salud. Incluso estando consciente de que sus preocupaciones o miedos son más fuertes de lo necesario, una persona con trastorno de ansiedad generalizada aún tiene dificultad para controlarlos. Otros síntomas del TAG abarcan:
Problemas para concentrarse
Fatiga
Irritabilidad
Problemas para conciliar el sueño y permanecer dormido, o sueño que no es reparador ni satisfactorio
Inquietud al despertarse
También pueden estar presentes otros síntomas físicos, como tensión muscular, problemas estomacales, sudoración o dificultad para respirar. Diagnostico No hay ninguna prueba para hacer un diagnóstico del TAG. El diagnóstico se basa en sus respuestas a preguntas respecto a los síntomas del trastorno. El médico le preguntará acerca de estos síntomas y probablemente indagará acerca de otros aspectos de su salud física y mental. Se puede hacer un examen físico o pruebas de laboratorio para descartar otras afecciones que causen síntomas similares. Tratamiento El objetivo del tratamiento es ayudarlo a sentirse mejor y desempeñarse bien durante la vida diaria. En casos menos graves, la psicoterapia o la medicación sola pueden ser útiles. En casos más graves, una combinación de éstos puede funcionar mejor. Psicoterapia Muchos tipos de psicoterapia pueden ser útiles para tratar el TAG. Una psicoterapia común y eficaz es la terapia cognitiva conductista (TCC). La TCC puede ayudarle a entender la relación entre sus pensamientos, sus comportamientos y sus síntomas. A menudo, la TCC implica un número determinado de consultas. Durante la terapia, usted puede aprender a:
Entender y controlar puntos de vista distorsionados de factores estresantes en la vida, como el comportamiento de otras personas o eventos en la vida.
Reconocer y reemplazar los pensamientos que causan pánico para ayudarle a sentirse con mayor control.
Manejar el estrés y relajarse cuando se presenten los síntomas.
Evitar pensar que los problemas menores se transformarán en problemas terribles.
Medicamentos Los medicamentos también pueden ser una importante parte del tratamiento. Una vez que usted empiece a tomarlos, no los suspenda sin hablar con el médico. Los medicamentos que se recetan con frecuencia para el TAG abarcan antidepresivos y benzodiazepinas. Cuidados personales
Aparte de tomar medicamentos y asistir a la terapia, usted puede ayudarse a mejorar:
Reduciendo la cafeína
Evitando las drogas ilícitas
Haciendo ejercicio, descansando lo suficiente y consumiendo alimentos saludables
Caso clínico: Gema, de 52 años, acude a consulta por primera vez acompañada de su hija. Su motivo de consulta es que tiene muchísima ansiedad y que se encuentra, según ella, agotada; tiene fuertes dolores de cabeza y trastornos del sueño. “Pensé que tenía alguna enfermedad grave, pero tras un riguroso chequeo el médico me ha aconsejado que me ponga en tratamiento psicológico” Manifiesta que tiene una vida muy estable y organizada. Está casada, tiene 2 hijas, es profesora de universidad y su nivel económico familiar es bueno. Su marido tiene que viajar mucho por temas laborales. Las hijas se han independizado ya. Cuenta que pasa los días angustiada. “todo me preocupa, le doy vueltas a todo y para mi cualquier noticia por muy positiva que sea, la convierto en negativa”. Su hija mayor acaba de tener un hijo y para Gema ese es su tema actual de preocupación. “Temo que al niño le pueda ocurrir algo malo, me da miedo que en la guardería no le atiendan bien, que se ponga malo, que se les pueda caer… ¡en fin! todo…” También manifiesta que cada vez que su marido tiene que viajar, le genera una gran angustia. Insiste en que su marido le llame cuando llegue a los sitios, que no coma nada fuera del hotel y que tenga el móvil siempre disponible por si ocurre algo malo y hay que avisarle… Aunque las hijas tiene trabajos buenos y estables, también le preocupa que “con todo lo que está sucediendo, se queden en paro y no pueden salir adelante” Los padres de Gema, tienen alrededor de 70 años, tienen buena salud, están jubilados y viajan a menudo. Viajan en exceso, según ella, para la edad que tienen.”Siempre me estoy preparando mentalmente para cuando se pongan enfermos o falten, creo que de esta manera, al pensarlo mucho, me voy fortaleciendo psicológicamente para cuando ocurra algo malo. Mi familia ha insistido en que me ponga en tratamiento porque dicen que me paso la vida sufriendo innecesariamente, sin tener un motivo objetivo para ello…yo tampoco lo veo de esa manera, es verdad que tiendo a preocuparme mucho pero también considero que ellos son demasiado relajados para algunos temas y yo soy más cauta, eso me ayuda a estar más preparada por si ocurre algo malo…” Gema tiene un trastorno de ansiedad generalizada. Su idea de que preocuparse en exceso la puede ayudar a enfrentarse mejor a la vida, es un rasgo característico de este trastorno. Tratamiento
Todas estas creencias irracionales, funcionan como mantenedoras del trastorno, por eso el tratamiento psicológico cognitivo conductual, irá encaminado a: -
El entrenamiento en la toma de conciencia de las preocupaciones
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Ayudar al paciente a tolerar y a adaptarse de una forma más objetiva a la incertidumbre.
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La exposición a diversas situaciones generadoras de ansiedad.
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La reevaluación de la utilidad de preocuparse
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El entrenamiento en resolución de problemas.
Al ser un trastorno que causa menos limitaciones, en comparación con otros trastornos de ansiedad, los pacientes con TAG suelen buscar tratamiento cuando llevan muchos años padeciéndolo, también porque lo viven como “una forma de ser”. En general, el pronóstico es bueno y se puede notar una mejoría significativa, a las pocas semanas de haber iniciado el tratamiento.
Famosos enfermos Como se trata de una respuesta natural que ayuda a predecir y afrontar las situaciones que representan algún peligro, ninguna persona está exenta de padecerlos, como es el caso de las siguientes celebridades: Hugh Laurie. El protagonista de la serie House ha admitido su lucha contra la ansiedad y depresión, debido al estrés de grabar el programa y estar lejos de su familia, por lo que visita a un terapeuta constantemente. Drew Barrymore. La actriz reveló que padecía ansiedad después de que naciera su hijo, debido al estrés de mantener vivo a una persona. Además, este trastorno ha sido parte de su vida, debido a la obsesión que tiene por realizar bien su trabajo. Jim Carrey. A pesar de ser identificado como uno de los mejores actores de comedia, confirmó que ha sufrido episodios de depresión y ansiedad, por lo que ha tenido que tomar medicamentos como prozac.
TRASTORNO DE ANSIEDAD DEBIDO A ENFERMEDAD MÉDICA La ansiedad puede ser en muchas ocasiones el primer síntoma de un trastorno orgánico subyacente por efecto directo, ejemplo ansiedad e hipertiroidismo. Esta situación es diferente a la que nos encontramos cuando existen síntomas psiquiátricos que son una reacción psicológica a la experiencia de sufrir una enfermedad médica, por ejemplo un tumor, y en este caso habría que diagnosticar el trastorno de ansiedad que correspondiera. Para determinar que los síntomas son debidos a una enfermedad médica deben cumplirse 2 criterios: • Que esté presente una enfermedad médica a través de la historia, exploración física y pruebas de laboratorio. • Que la alteración se relacione etiológicamente con la enfermedad física a través de un mecanismo fisiológico. Aunque a veces no es fácil, hay que valorar la relación temporal entre la exacerbación o remisión de los síntomas psiquiátricos y el tratamiento del trastorno físico así como la existencia de referencias bibliográficas de que dicha asociación se da con frecuencia, lo que nos ayudará a considerar que una es consecuencia de la otra. Ante un cuadro de ansiedad atípica en mayores de 40 años debemos siempre descartar enfermedad orgánica. Diagnostico Criterios para el diagnóstico de cambio de personalidad debido a enfermedad médica Criterio A. Alteración duradera de la personalidad que representa un cambio de las características previas del patrón de personalidad del sujeto. En los niños la alteración se expresa por una acusada desviación del desarrollo normal o por un cambio significativo en el patrón habitual del comportamiento y que se mantiene como mínimo durante un año. Criterio B. Demostración, a través de la historia, de la exploración física o de las pruebas de laboratorio, de que la alteración es un efecto fisiológico directo de una enfermedad médica. Criterio C. La alteración no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental. Criterio D. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de un delirium y no cumple los criterios diagnósticos para la demencia. Criterio E. La alteración causa un malestar clínicamente significativo o deterioro laboral, social o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. El cambio de personalidad puede especificarse indicando los síntomas que predominan en el cuadro clínico:
Tipo lábil, variación afectiva
Tipo desinhibido, descontrol de impulsos
Tipo agresivo
Tipo apático, indiferencia
Tipo paranoide, suspicacia o ideación persecutoria
Tipo combinado, se usa este subtipo cuando predominan más de un síntoma
Otros tipos, debe usarse este subtipo para un cambio de personalidad asociado a crisis comiciales
Tipo no especificado
Enfermedades médicas asociadas
Neoplasias del sistema nervioso central
Traumatismo craneal
Enfermedad cerebrovascular
Enfermedad de Huntington
Epilepsia
Enfermedades infecciosas con implicación del sistema nervioso central (V.I.H)
Enfermedades endocrinas hiperadrenocorticalismo)
Enfermedades autoinmunes que afectan al sistema nervioso central (lupus eritematoso sistémico)
(hipotiroidismo,
hipoadrenocorticalismo,
Tratamiento Como se ha comentado, el tratamiento de base de la ansiedad consiste en la prescripción de benzodiacepinas sin descartar que en algunas crisis de angustia, y también en determinados tipos de cuadros ansiosos o solapados, y en los cuadros fóbicos que lo requieran, habrá que utilizar además, o exclusivamente, fármacos del tipo de la fluoxetina, paroxetina, venlafaxina o mirtazapina, por mencionar algunos.
TRASTORNOS DE CONDUCTA ALIMENTARIA. Bulimia: La bulimia o bulimia nerviosa es un trastorno alimentario y psicológico caracterizado por la adopción de conductas en las cuales el individuo se aleja de las formas de alimentación saludables consumiendo comida en exceso en periodos de tiempo muy cortos, también llamados “atracones”, para después eliminar el exceso de alimento a través de vómitos o laxantes. El temor a engordar afecta directamente a los sentimientos y emociones del enfermo, influyendo de esta manera en su estado anímico que en poco tiempo desembocará en problemas depresivos. La palabra etimológicamente quiere decir hambre de buey. Afecta sobre todo a mujeres, 10 por cada hombre, habitantes en países desarrollados y se inicia generalmente en la adolescencia o al principio de la vida adulta. Entre sus causas están la presión sociocultural: induce a adolescentes a alcanzar un cuerpo delgado y esbelto. Por lo general esta enfermedad se da en adolescentes con problemas en su autoestima, es decir dependen de alguien ya sea un familiar o par, muchas veces al perder esta autonomía, la persona la compensa con un control excesivo de la dieta. En el cuadro clínico de personas bulímicas, una de sus características esenciales consiste en que la persona sufre episodios de atracones compulsivos, seguidos de un gran sentimiento de culpabilidad, sensación de angustia y pérdida de control mental por haber comido en “exceso”. Suele alternarse con episodios de ayuno o de muy poca ingesta de alimentos, pero al poco tiempo vuelven a surgir episodios de ingestas compulsivas. Un atracón consiste en ingerir en un tiempo inferior a dos horas una cantidad de comida muy superior a la que la mayoría de individuos comerían. Otra característica esencial de este trastorno la constituyen las conductas compensatorias inapropiadas para evitar la ganancia de peso. Muchos individuos usan diferentes medios para intentar compensar los atracones: el más habitual es la provocación del vomito. Este método de purga (patrones cíclicos de ingestión excesiva de alimentos y purgas) lo emplean el 80-90 por ciento de los sujetos que acuden a centros clínicos para recibir tratamiento. Los efectos inmediatos de vomitar consisten en la desaparición inmediata del malestar físico y la disminución del miedo a ganar peso. Otras conductas de purga son: el uso excesivo de laxantes y de diuréticos, enemas, realización de ejercicio físico muy intenso y ayuno. Algunos ejemplos de estas conductas no saludables son vomitar, abusar de laxantes y diuréticos, usar saunas o baños calientes para perder líquido corporal, hacer ejercicio excesivo, fumar para saciar el apetito, restringir o evitar alimentos, tomar pastillas para adelgazar y restringir el
consumo de líquidos. Estos trastornos alimentarios y otras conductas para perder peso pueden causar problemas de salud a corto o largo plazo tales como erosión dental, deficiencias nutricionales, irregularidades menstruales, baja densidad ósea, deshidratación y estrés por calor. Para poder diagnosticar la bulimia nerviosa, los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas han de tener lugar al menos 2 veces por semana durante tres meses. Para que una persona sea diagnosticada de bulimia nerviosa los siguientes criterios deben cumplirse (DSM-IV) Presencia de atracones recurrentes. Un atracón se caracteriza por:
Ingesta de alimento en un corto espacio de tiempo (p. ej., en un período de 2 horas) en cantidad superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas circunstancias Sensación de pérdida de control sobre la ingesta del alimento (p. ej., sensación de no poder parar de comer o no poder controlar el tipo o la cantidad de comida que se está ingiriendo) Conductas compensatorias inapropiadas, de manera repetida, con el fin de no ganar peso, como son provocación del vómito; uso excesivo de laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos; ayuno, y ejercicio excesivo.
Los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar, como promedio, al menos dos veces a la semana durante un período de 3 meses. La autoevaluación está exageradamente influida por el peso y la silueta corporales. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de la anorexia nerviosa. En función del tipo de purga que utilizan para compensar el atracón, tenemos
Tipo purgativo: cuando se utiliza como conducta compensatoria el vómito, los laxantes, los diuréticos, enemas, para eliminar lo más pronto posible el alimento del organismo.
Tipo no purgativo: Entre el 6% y el 8% de los casos de bulimia se llevan a cabo otras conductas compensatorias, como el ejercicio físico intenso, no hacer nada o ayunar mucho; es un método menos efectivo para contrarrestar y deshacerse de las calorías. El tipo no purgativo se da solo en, aproximadamente, el 6%-8% de los casos de bulimia, ya que es un método menos efectivo de eliminar del organismo un número tan elevado de calorías. Este tipo de bulimia suele presentarse también en quienes presentan el tipo purgativo, pero es una forma secundaria de control del peso.
Problemas psicológicos
La bulimia suele presentarse junto con un fuerte sentimiento de inseguridad emocional y con problemas graves en la autoestima, en relación directa con el peso o con la imagen corporal. Es frecuente que las personas con bulimia provengan de familias disfuncionales. Muchas de estas personas presentan incluso alextimia, es decir, la incapacidad de experimentar y expresar las emociones de manera consciente. Trastornos de personalidad
Límite
Evitativa.
Esquizoide.
Dependiente.
Autodestructiva.
Histriónica.
Pasivo-agresivo
Aumento en la frecuencia de caries dentales.
Aumento del tamaño de las glándulas salivales e infección de estas.
Complicaciones.
Aspiración.
Rotura esofágica o gástrica.
Neumotórax (entrada de aire al interior de la cavidad torácica.
Hipopotasemia.
Pérdida de cabello.
Arritmia cardíaca
Desmayos muy frecuentes, mareos.
Ansiedad o compulsión por comer.
Heridas de la mucosa bucal.
Obsesión por mantener un peso corporal debajo del normal
Alteración o pérdida esmalte dental.
Abuso en el consumo de medicamentos laxantes y diuréticos.
Dolores de cabeza y migraña.
Seguimiento de regímenes dietéticos diversos.
Dolores en la garganta (después de vomitar).
Piel seca
Deshidratación
Debilidad en las piernas.
Alteraciones menstruales y amenorrea; esterilidad.
Disfonía
Incremento y reducción bruscos de peso, desestabilidad en el peso.
Tratamiento. El tratamiento resulta más eficaz en las primeras fases del desarrollo de este trastorno pero, dado que la bulimia suele esconderse fácilmente, el diagnóstico y el tratamiento no suelen presentarse sólo hasta que este problema ya se ha convertido en un ingrediente permanente en la vida del paciente. En el pasado, las personas con bulimia eran hospitalizadas con objeto de poner fin al patrón de atracones y purgas, y se le daba de alta en cuanto los síntomas habían desaparecido. Pero este procedimiento ya no es frecuente hoy en día, dado que de esa manera sólo se ponía atención a lo más superficial del problema y, poco después, cuando los síntomas volvían, lo hacían con una intensidad mucho mayor. Varios centros de tratamiento en instituciones (internamiento) ofrecen apoyo a largo plazo, consejería e interrupción de los síntomas. La forma más común de tratamiento actualmente incluye terapia de grupo psicoterapia o terapia cognitivo-conductual. Las personas con anorexia o con bulimia suelen recibir el mismo tipo de tratamiento y formar parte de los mismos grupos de tratamiento. Esto se debe a que, en muchos casos, los pacientes padecen de ambas enfermedades de manera simultánea. Algunos denominan a este fenómeno “intercambio de síntomas”. Estas formas de terapia se centran tanto en los síntomas que llevan al individuo a presentar estos comportamientos, como en los síntomas relacionados con la alimentación. Además los psiquiatras suelen recetar antidepresivos o anti psicóticos. Los antidepresivos se presentan en diferentes formas, y el que ha mostrado resultados más prometedores es la fluoxetina. Los anti psicóticos no se utilizan, aquí, en dosis menores que las que se aplican a los casos con esquizofrenia. Con un trastorno de la alimentación, el paciente percibe la realidad de otra manera y tiene grandes dificultades para comprender qué significa comer en condiciones “normales”. Desafortunadamente aún no se sabe cuáles serán los resultados a largo plazo de los tratamientos que han venido aplicándose a muchos pacientes con este problema. Por lo pronto, las investigaciones más recientes indican que un 30 por ciento de los pacientes recaen rápidamente, mientras que el 40 por ciento presentan síntomas crónicos. La prontitud del tratamiento es uno de los factores más importantes para mejorar el pronóstico. Aquellas personas que lo reciban en las primeras fases del trastorno, tendrán una recuperación mejor y más permanente. Pronostico Los trastornos en la alimentación presentan una de las tasas de mortalidad más altas dentro del grupo de los trastornos mentales. Se sabe relativamente poco acerca de los efectos o consecuencias a largo plazo de la bulimia. Las investigaciones más recientes sugieren que el pronóstico es diverso. La bulimia puede presentarse como un padecimiento a largo plazo, fluctuante durante muchos años, o bien como un problema de salud episódico, precipitándose en función de los eventos y crisis de la vida de quien la padece. A corto plazo, algunos informes
médicos sugieren que hay una mejoría del 50 por ciento en el comportamiento (en los atracones y en las purgas) en aquellos pacientes que pueden comprometerse con un tratamiento. Aún no han podido identificarse factores consistentes que permitan predecir el resultado del tratamiento. Sin embargo, la gravedad de las secuelas de las purgas puede ser un indicador importante del pronóstico; los desequilibrios electrolíticos, la esofagitis y la hiperamilasemia reflejan el hecho de que las purgas fueron más graves, y quizá generarán un pronóstico más desalentador. En casos graves, la persona puede fallecer como consecuencia de un atracón muy grave, o incluso pueden suicidarse. En muchas ocasiones el enfermo presenta síntomas como ansiedad y suele ingerir ansiolíticos excesivamente para revertir el síntoma. Anorexia Nerviosa: La anorexia o anorexia nerviosa (ANA) es, junto con la bulimia un conjunto de enfermedades mentales y uno de los principales trastornos alimenticios, también llamados Trastornos psicogénicos de la Alimentación (TFA). Lo que distingue a la anorexia nerviosa es el rechazo de la comida por parte del enfermo y el miedo obsesivo a engordar, que puede conducirle a un estado de inanición. Es decir, una situación de gran debilidad ocasionada por una ingesta insuficiente de nutrientes esenciales. En casos graves puede desarrollar desnutrición, hambre, amenorrea y extenuación. Sus orígenes nosológicos son muy antiguos, se conocen casos descritos desde la Edad Media. Participan en su evolución las funciones psicológicas, los trastornos neuroendocrinos, hormonales y metabólicos. Los posibles tratamientos están todavía en estudio, los tratamientos farmacológicos actuales pueden dar solo un modesto beneficio al paciente.5 La anorexia nerviosa es una enfermedad, y no debe ser confundida con el síntoma llamado anorexia. El término anorexia proviene del griego a-/an- (negación) + órexis (apetito, hambre; deseo) y se emplea, en general, para describir la inapetencia o falta de apetito; este síntoma puede ocurrir en circunstancias muy diversas, tales como estados febriles, enfermedades generales y digestivas o simplemente en situaciones transitorias de la vida cotidiana. La anorexia por lo tanto es un síntoma que puede aparecer en muchas enfermedades y no una enfermedad en sí misma. La anorexia nerviosa por el contrario, no es un síntoma, sino una enfermedad específica caracterizada por una pérdida auto inducida de peso acompañada por una distorsión de la imagen corporal, cuya presencia es indicativa de un estado patológico diferente del individuo, y puede tener consecuencias muy graves para la salud de quien la sufre. Es un factor de riesgo para la enfermedad de Wernicke. Epidemiología.
La anorexia y trastornos de la alimentación en general, son una verdadera emergencia de salud en los países occidentales industrializados y, según muchos autores, están en continuo aumento. De hecho, los diversos estudios no están de acuerdo: si algunos de ellos tienden a poner de relieve un aumento alarmante de los casos, mientras que otros hacen hincapié en las tendencias continúan, sin ninguna variación. Otro estudio de tipo meta analítico, que ha examinado la evolución histórica de la enfermedad en el pasado (1995), demostró que en los años noventa, el porcentaje de la población afectada se ha mantenido constante. De acuerdo con los datos obtenidos a partir de la literatura la prevalencia (número total de casos en la población) de la anorexia fue de alrededor de 0,3 % en 2003, mientras que la incidencia (número de nuevos casos en la población durante un período determinado de tiempo) es ocho casos por cada 100 000 personas por año. El porcentaje se actualiza a 0.42 % en 2006 a partir de estudios en Italia. Más tarde, en 2007, la prevalencia podría haber aumentado ligeramente, alcanzando alrededor del 0,5 % o incluso habría superado el 2 %. En cuanto a la edad de inicio, está entre los 12 y 25 años (a pesar de que en los últimos años se produjeron varios casos superiores a los 30 años), con el momento más crítico entre 15 y 19 años. ) Otros estudios han encontrado picos de incidencia a los 14 y 18 años de edad. Por tanto, la enfermedad afecta principalmente a los adolescentes, aunque últimamente se están registrando cada vez más casos en adultos e incluso entre personas ancianas. Otra característica típica de la anorexia es que es un disturbio típicamente femenino: De hecho, aproximadamente el 90 % de los casos se desarrolla en mujeres. Sin embargo, el problema no se trata solo de mujeres. Aunque los estudios sobre el sexo masculino son menores, se estimó que aparece el número total de pacientes que resulta estar presente desde el 5 % hasta el 10 % de los casos de adolescentes y hombres adultos. La proporción hombre-mujer, según una investigación es de 1:10; otros estudios han encontrado una menor diferencia entre los sexos, llegando incluso a 1:8. El porcentaje de hombres con anorexia parece estar aumentando, pero esto puede del simple hecho de que hoy en día un mayor número de hombres recurren a un médico para el tratamiento de este trastorno. En el sexo masculino se manifiesta otro problema relacionado con la imagen del cuerpo (ver anorexia inversa o vigorexia), para los que el ideal no es que aparezca delgado, sino lo más musculoso posible. (En este caso se habla de dismorfia muscular, que ha sido considerada como un fenotipo de la anorexia. Aunque los estudios en el pasado han sido pocos, se ha encontrado en los hombres anoréxicos una disminución en el deseo sexual. Al igual que en el pasado la enfermedad era considerada casi exclusivamente femenina, el interés académico sobre la incidencia de la anorexia en el mundo de los hombres solo se ha desarrollado recientemente, y esto asegura que se ha difundido los estereotipos comunes, en el cual anorexia se ve como una "enfermedad de la mujer", o de la asociación de su manifestación a condiciones tales como el afeminamiento, la bisexualidad o la homosexualidad. Varios estudios muestran que la enfermedad se produce independientemente de la orientación sexual del sujeto (80 % de los anoréxicos sería varones heterosexuales). Hay muchas características comunes entre los sexos, como el pronóstico.
Sintomatología Los criterios estándar recomendados por el manual psiquiátrico para un correcto diagnóstico de la anorexia nerviosa son: 1. Una delgadez extrema (no constitucional, sino voluntaria), con rechazo a mantener el peso por encima de un umbral mínimo considerado normal. Anoréxico es un sujeto con peso por debajo del 85 % del esperado según la edad, la altura y/o el índice de masa corporal(IMC) menos de 15,5; 2. Un fuerte temor a aumentar de peso, incluso en presencia de insuficiencia ponderal evidente; 3. Una preocupación extrema por el peso y la apariencia física, que incluye tanto una alteración de la experiencia corporal, se le da demasiada importancia al peso a expensas de la autoestima, e incluso la negativa a admitir la gravedad de sus condiciones fisiológicas, el no estar conforme con su cuerpo (el factor de riesgo es más alto); 4. En pacientes de sexo femenino, amenorrea (suspensión del ciclo menstrual) durante al menos tres ciclos consecutivos después de la menarquia. El estrés psicológico puede expresarse a través de la ansiedad o la depresión, pero en cualquier caso pone en cuestión las relaciones y modelos culturales. Se están realizando estudios para entender cuáles son los efectos de estos trastornos en los familiares de los afectados por la anorexia nerviosa. Diagnóstico diferencial: Existen otros trastornos de la alimentación conectados:
Ortorexia, o la ortorexia nerviosa, lo que va en contra de la pregunta 26 del cuestionario (EAT26). En este caso, buscar los alimentos más sanos y sencillos, a menudo crudos.
Anorexia inversa, también llamada vigorexia o dismorfia muscular, donde tratamos de aumentar la masa muscular. Incluso en este caso, es en presencia de una perturbación de la imagen de su propio cuerpo.
Síndrome de alimentación nocturna, donde la anorexia nerviosa es solo una de las etapas del síndrome, que termina en la mañana, seguida por hiperfagia e insomnio.
Hipertiroidismo, una enfermedad en la cual el individuo adelgaza aunque incluso ingiriendo más de lo normal.
Esquizofrenia, en el que se produce la sito fobia (negativa patológica del alimento).
TRASTORNO DE SOMATIZACIÓN El trastorno de somatización (llamado antiguamente "histeria crónica" o "síndrome de Briquet") es un diagnóstico psiquiátrico aplicado a pacientes quienes se quejan crónica y persistentemente de varios síntomas físicos que no tienen un origen físico identificable. Una explicación etiológica común es que conflictos psicológicos internos son expresados como signos físicos. Los pacientes con desorden de somatización por lo general visitarán muchos doctores intentando obtener el tratamiento que imaginan necesitar. Criterios: El desorden de somatización es un trastorno somatoforme. El DSM-IV establece los siguientes cinco criterios para este trastorno:
Una historia de síntomas somáticos antes de la edad de 30 años;
Dolor en al menos cuatro partes del cuerpo diferentes;
Dos problemas gastrointestinales, que no sean dolor, como por ejemplo vómito o diarrea;
Un síntoma sexual, tal como falta de interés o disfunción eréctil;
Un síntoma psiconeurológico similar a aquellos vistos en el trastorno de conversión, tales como desmayo o ceguera.
Tales síntomas no pueden relacionarse a condición médica alguna. No todos los síntomas pueden ocurrir en el curso del trastorno. Si una condición médica está presente, entonces los síntomas deben ser lo suficientemente severos como para justificar un diagnóstico separado. Una misma queja no pueden ser contabilizados como dos síntomas (ejemplo: si un paciente se queja de dolor al tener relaciones, no puede considerarse como un síntoma de dolor y un síntoma sexual por separado). Finalmente, los síntomas no pueden ser simulados para ganar atención u otra clase de ganancia por enfermedad, y no pueden ser inducidos deliberadamente. Consiencia somatica. Proceso mediante el cual una persona percibe, interpreta y actúa sobre la información proveniente de su propio cuerpo, ha agrupado el ámbito de estudios que abarcan el campo de referencia a la percepción de las señales internas (Cioffi, 1991)
TRASTORNO DE CONVERSIÓN Es una afección de salud mental en la cual una persona presenta ceguera, parálisis u otros síntomas del sistema nervioso (neurológicos) que no se pueden explicar por medio de una valoración médica. Síntomas Los síntomas de un trastorno de conversión involucran la pérdida de una o más funciones corporales, como:
Ceguera
Incapacidad para hablar
Entumecimiento
Parálisis
Los síntomas más comunes de este trastorno son:
Un síntoma debilitante que se inicia repentinamente.
Antecedentes de un problema psicológico que mejora después de que el síntoma aparece.
Falta de preocupación que generalmente ocurre con un síntoma grave.
Pruebas y exámenes Las pruebas diagnósticas no encuentran ninguna causa física para los síntomas. El médico llevará a cabo un examen físico y puede ordenar pruebas diagnósticas, las cuales se hacen para descartar causas físicas de los síntomas. Tratamiento La psicoterapia y el entrenamiento en el manejo del estrés pueden ayudar a reducir los síntomas. La parte del cuerpo o la función física afectadas necesitarán fisioterapia o terapia ocupacional hasta que los síntomas desaparezcan. Por ejemplo, un brazo paralizado se debe ejercitar para conservar los músculos fuertes.
TRASTORNO DEL DOLOR. El trastorno por dolores un diagnóstico psiquiátrico aplicado a pacientes quienes se quejan crónica y persistentemente de dolor físico en una o más regiones del cuerpo, que no tienen un origen físico identificable sino que se piensa que es causado por estrés psicológico. El dolor suele ser tan grave que afecta el funcionamiento y desenvolvimiento adecuado de los pacientes. Puede durar unos pocos días o bien varios años. Es un trastorno que puede comenzar a cualquier edad, y más mujeres que hombres la padecen. El trastorno de dolor es un tipo de trastorno somato morfo que menudo se produce después de un accidente o durante una enfermedad que ha causado verdadero dolor y que luego toma vida propia. El dolor neuropático central es encontrado en lesión de la médula espinal, esclerosis múltiple y algunos accidentes cerebro vascular. Aparte de la diabetes y otras condiciones metabólicas, las causas comunes de neuropatías periféricas dolorosas son el herpes zoster, relacionado con neuropatías por VIH, deficiencias nutricionales, toxinas, manifestaciones a distancia de tumores malignos, trastornos inmunes y trauma físico a un tronco nervioso. El dolor neuropático es común en el cáncer como un resultado directo de cáncer en los nervios periféricos (por ejemplo, la compresión por un tumor), o como un efecto secundario de la quimioterapia, lesión por radiación o cirugía. Hipocondría La hipocondría es una enfermedad por la que el paciente cree —de forma infundada— que padece alguna enfermedad grave. El origen del término hace referencia a una región anatómica, el hipocondrio, situada bajo las costillas y la apófisis xifoides del esternón, donde según la escuela médica humoral se creía que se acumulaban los vapores causantes de este mal. La hipocondría es, en esencia, una actitud que el individuo adopta ante la enfermedad. La persona hipocondríaca está constantemente sometida a un análisis minucioso y preocupado, incluso obsesivo, de sus funciones fisiológicas básicas, pensando en ellas como una fuente de segura enfermedad biológica. La característica esencial de la hipocondría es la preocupación y el miedo a padecer, o la convicción de tener, una enfermedad grave, a partir de la interpretación personal de alguna sensación corporal u otro signo que aparezca en el cuerpo. Puede ocurrir, por ejemplo, con lunares, pequeñas heridas, toses, incluso latidos del corazón, movimientos involuntarios, o
sensaciones físicas no muy claras. Aunque el médico le asegure que no tiene nada, el hipocondríaco solamente se queda tranquilo un rato, pero su preocupación vuelve de nuevo. La interpretación catastrófica de los signos corporales más ínfimos por parte del individuo, es el mecanismo que desencadena la hipocondría. Se sabe que este trastorno afecta a menudo a ambientes familiares, es decir, que muchos miembros de una familia tienden a estar afectados. Hay familias que son especialmente sensibles y están muy inclinadas hacia la interpretación de los signos de enfermedad en todos los ámbitos de la vida. De esta forma, los miembros de la misma familia aprenden a interpretar negativamente cualquier signo corporal y lo asocian con angustia, miedo o ansiedad. No debemos descartar que una persona hipocondríaca esté realmente enferma. En muchas ocasiones lo que hace es centrar su atención en síntomas leves o imaginarios (mareos, dolor de cabeza, etc.), y no en los verdaderamente importantes. Asimismo, el hipocondríaco, al centrar su atención emocional en una determinada función biológica, puede terminar por formar síntomas orgánicos reales (fenómeno psicosomático). El enfermo expresa así el efecto nocivo, es decir, la aparición de un síntoma somático causado por un proceso psíquico.
Sintomatología. Estamos ante un trastorno asociado muy a menudo con la ansiedad, por lo que el principal síntoma de la hipocondría es la preocupación exagerada que siente por su salud. El hipocondríaco medita constantemente sobre sus síntomas, reales o imaginarios, llegando a percatarse de signos funcionales que normalmente se escapan a la conciencia (intensidad de los latidos cardíacos, funciones digestivas, etc.). Puede describir su cuadro clínico con una sutileza impresionante, aclarando repetidas veces el alcance de cada uno de sus síntomas físicos. La atención del hipocondríaco se centra no sólo en el estudio de sí mismo (se toma el pulso, la temperatura, el número de respiraciones por minuto y la tensión arterial varias veces al día), sino también en la cantidad y composición de los alimentos. Sabe con qué aguas hace mejor la digestión, qué grados de ventilación o de temperatura le convienen, etc. La característica esencial de la hipocondría es la preocupación y el miedo a padecer, o la convicción de tener, una enfermedad grave, a partir de la interpretación personal de uno o más signos o síntomas somáticos. La sintomatología más típicamente hipocondríaca es la sugestiva, que experimenta acompañada de una especial alteración negativa del estado de ánimo, sumamente desagradable, y que le hace colocarse en una actitud fóbica frente a sus molestias, de las que siempre cree que son el comienzo de enfermedades graves. Finalmente, el hipocondríaco acaba renunciando a casi todo para consagrarse a cuidar su enfermedad imaginaria. En la mayoría de los casos, los pacientes sufren síntomas físicos, ya que la hipocondría es un trastorno somato morfo, que produce dolor real que tiene como única causa la psicológica, y
estos dolores aumentan los pensamientos negativos sobre su salud, lo cual incluye al paciente en un círculo vicioso. En la hipocondría las preocupaciones del enfermo hacen referencia a funciones corporales (latido cardíaco, sudor o movimientos peristálticos), a anormalidades físicas menores (pequeñas heridas, tos ocasional) o a sensaciones físicas vagas y ambiguas (corazón cansado, venas dolorosas...). El individuo atribuye estos síntomas o signos a una enfermedad temida y se encuentra muy preocupado por su padecimiento. Pero al fin en realidad no existe ninguna enfermedad médica asociada a los síntomas que atribuye el individuo, y si el paciente está enfermo verdaderamente, su enfermedad no está relacionada con ellos. Del mismo modo esto se genera o se potencia ante análisis médicos rutinarios u obligatorios que tenga que realizarse (por ej. ante la proximidad de un análisis de sangre la persona puede imaginarse miles de posibles malos resultados). Diagnostico La hipocondría hay que distinguirla de ser aprensivo; en la hipocondría el malestar es significativo y afecto la vida laboral, social u otras áreas importantes de la vida del sujeto. Hay que considerar también que la duración de la sintomatología sea significativa, al menos 6 meses, antes de diagnosticar dicha enfermedad. Se debe asegurar que el paciente no tenga verdaderamente ninguna enfermedad física. Una vez que se ha descartado, si el paciente sigue con angustia, preocupación y dudas acerca de su estado de salud, es conveniente estudiar la posibilidad de un trastorno psicológico. Los Criterios Diagnósticos de Investigación (CIE 10) para la hipocondría especifican que debe existir la convicción de "estar padeciendo como máximo dos enfermedades médicas importantes" y exigen que, por lo menos, una de ellas sea correcta y específicamente nombrada por el individuo que presenta el trastorno hipocondríaco. En psiquiatría, la actitud hipocondríaca aparece como un síntoma en algunas formas de depresión endógena, especialmente en la melancolía involutiva (depresión de los ancianos). También puede adquirir en ciertos casos los rasgos de un desarrollo delirante, de contenido hipocondríaco, en la llamada paranoia hipocondríaca. Multitud de neuróticos, tanto histéricos, neurasténicos, como órgano-neuróticos y pacientes psicosomáticos, destacan en su cuadro clínico general la actitud hipocondríaca. Tratamiento En algunos casos, se utilizan psicofármacos inicialmente para controlar los síntomas ansiosos tan importantes que padecen estos pacientes. Conjuntamente, se puede utilizar una terapia psicológica cognitivo-conductual, en la que se promueve la pérdida de la angustia y el miedo a la enfermedad que el hipocondríaco siente. En un principio se le pide que no acuda más a la consulta del médico ni a las urgencias hospitalarias y que no hable de salud ni de enfermedad. Para esto es muy conveniente la
colaboración de la familia del paciente, ya que han de entender que tiene un problema real, aunque no el que el paciente refiere, sino otro igualmente preocupante. Una vez que se ha establecido este marco fuera de la consulta, comienza el tratamiento psicológico propiamente dicho. Se ha observado mejoría importante del trastorno hipocondriaco con el uso de oxigenoterapia hiperbarica, aunque no existe consenso ni un adecuado protocolo a seguir, ya que el ritmo y frecuencia de las sesiones las lleva el propio paciente, pero el acuerdo general es que la sensación de mejoría comienza a los pocos minutos de iniciada su terapia, y tal sensación suele durar varios días, con mejoría progresiva según se avanza con el tratamiento. Pero el tratamiento básico sigue siendo el perder el miedo a la enfermedad y a la muerte. Muchas veces la propia angustia producida por el pensamiento de estar enfermo, como sensación desagradable e incontrolable, se convierte en el desencadenante de dicho miedo. Para conseguir la desaparición de estos temores, se emplea la desensibilización en la imaginación a situaciones temidas y evitadas, para que finalmente el paciente pueda acercarse a ellas sin angustia y sin miedo. El paciente puede entonces comenzar a reinterpretar sus sensaciones corporales y sentir también aquellas que son agradables o neutras y su cuerpo deja de ser una fuente de dolor o temor y se puede convertir en un generador de placer y confianza. Finalmente, se trabaja para que el paciente pueda enfrentar con éxito otros problemas que aparecen en su vida cotidiana: toma de decisiones difíciles, cambio de trabajo, separaciones, etc. Se intenta evitar de esta forma que en el futuro se desencadenen situaciones de depresión o angustia continuada que le pueden hacer recaer en sus problemas hipocondríacos. Hay que observar que en algunos casos la diagnosis de hipocondría puede no ser correcta cuando el paciente realmente padece alguna enfermedad y es el especialista quien no consigue encontrar su verdadera causa. Por esta razón cada caso debe ser analizado a fondo antes de establecer un diagnóstico de hipocondría, ya que debe descartarse patología orgánica poco habitual, o problemática social o psicológica de fondo.
TRASTORNO DISMÓRFICO CORPORAL El trastorno dismórfico corporal (TDC) (anteriormente conocido como dismorfofobia) es un trastorno somato morfo que consiste en una preocupación importante y fuera de lo normal por algún defecto percibido en las características físicas (imagen corporal), ya sea real o imaginado. Si dicho defecto existe, la preocupación y ansiedad experimentada por estas personas es excesiva, ya que lo perciben de un modo exagerado. El afectado puede quejarse de uno o varios defectos; de algunas características vagas, o de su aspecto en general (global), causando malestar psicológico significativo que deteriora su desempeño social o laboral, hasta el punto de manifestar síntomas ansioso-depresivos severos, el desarrollo de otros trastornos de ansiedad, aislamiento y exclusión social. Las causas del TDC difieren de una persona a otra. Sin embargo, la mayoría de los investigadores creen que podría ser una combinación de factores biológicos, psicológicos y ambientales de su pasado o presente. Malos tratos, abuso o abandono pueden ser también factores contribuyentes. El inicio de los síntomas generalmente ocurre en la adolescencia o en la edad adulta temprana, donde comienzan la mayoría de críticas personales relacionadas con la imagen corporal, aunque los casos de aparición de TDC en niños y adultos mayores no son desconocidos. Se cree erróneamente que el TDC afecta principalmente a mujeres, pero las investigaciones muestran que afecta a hombres y mujeres por igual. El trastorno provoca deterioro en la calidad de vida; y suele darse con el trastorno depresivo mayor y la fobia social. Con una tasa de ideación suicida de alrededor del 80%, casos extremos de TDC puede ser considerados factores de riesgo para el suicidio, sin embargo, muchos casos de TDC son tratados con intervención psiquiátrica o psicológica. Una persona con este trastorno se puede tratar con psicoterapia, medicamentos o ambas modalidades. La investigación ha demostrado que la terapia cognitiva conductual (TCC) y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) pueden resultar eficaces en el tratamiento del TDC. El Trastorno dismórfico corporal suele ser de curso crónico, y los síntomas tienden a persistir o empeorar con el tiempo si no se tratan. Los afectados por TDC padecen durante muchos años antes de decidirse a buscar ayuda psicológica o psiquiátrica. Cuadro Clínico
Hay muchos síntomas y comportamientos comunes asociados con la dismorfofobia. Con frecuencia, estos síntomas y comportamientos son determinados por la naturaleza del defecto que se percibe por parte del afectado; por ejemplo, el uso de cosméticos es más común en aquellos que perciben defectos en la piel. Debido a esta dependencia de la percepción, muchas personas que padecen de dismorfofobia, solo mostrarán algunos síntomas y comportamientos comunes. Síntomas Pensamientos obsesivos acerca de los defectos percibidos. Comportamientos obsesivo-compulsivos relacionados con los defectos percibidos. Síntomas de trastorno depresivo mayor. Ideas y creencias delirantes relacionadas con los defectos percibidos. Aislamiento social y familiar; trastorno de ansiedad social (TAS) o fobia social; ansiedad interpersonal; retraimiento o aislamiento social autoimpuesto. Ideación suicida. Ansiedad; posibles ataques de pánico. Baja autoestima; pobre auto concepto y autoimagen. Comparaciones obsesivas con los demás. Sentimientos de temor y aversión en ambientes sociales pensando e imaginando que otros notan y se burlan de sus defectos percibidos. Sentimientos intensos de vergüenza y bochorno. Sentimientos de inferioridad e inadecuación. Conductas de evitación: evitan salir de casa, relacionarse; o solo salen en momentos puntuales; por ejemplo, por la noche. Conductas de dependencia o seguridad: dependen de la compañía de un compañero, amigo o familiar. Esto les disminuye la ansiedad. Absentismo laboral, baja productividad, pérdida de empleo; incapacidad para trabajar o incapacidad para centrarse en él debido a la preocupación por su apariencia. Disminución del rendimiento académico (problemas para mantener las calificaciones habituales, problemas de asistencia a la universidad o escuela).
Problemas para iniciar, establecer y mantener relaciones significativas (tanto las relaciones íntimas como las de amistad). Problemas matrimoniales o de pareja. Abuso de alcohol o drogas (a menudo en un intento de auto medicarse). Comportamientos repetitivos ritualizados (como la aplicación constante de maquillaje; verificar periódicamente la apariencia en los espejos (conductas de chequeo). Percibir que su imagen varía en algo cada vez que se observan en un espejo o superficie reflectante (distorsión de la imagen corporal). Perfeccionismo (sometiéndose a cirugía estética y realizar conductas tales como hidratación y ejercicio excesivo con el objetivo de crear un cuerpo ideal pero inalcanzable y reducir así la ansiedad).
TRASTORNO DE ANSIEDAD Trastorno de ansiedad es un término general que abarca varias formas diferentes de un tipo de trastorno mental, caracterizado por miedo y ansiedad anormal y patológica. Las condiciones ahora consideradas trastornos de ansiedad llegaron bajo la égida de la psiquiatría hacia el final del siglo XIX. Gelder, Mayou y Geddes (2005) explican que los trastornos de ansiedad se clasifican en dos grupos: síntomas continuos y síntomas episódicos. Los criterios diagnósticos actuales psiquiátricos reconocen una gran variedad de trastornos de ansiedad. Estudios recientes, además de haber encontrado que hasta un 18% de la población estadounidense y un 20% de la población española pueden estar afectados por uno o más de estos desórdenes, han hallado que la genética encargada en propiciar la aparición y el desarrollo de estos es la misma que la involucrada en los trastornos depresivos y bipolares. El término ansiedad abarca cuatro aspectos que un individuo puede experimentar: aprehensión mental, tensión física, síntomas físicos y ansiedad disociativa. Los trastornos de ansiedad en el DSM-IV se dividen principalmente en: 1. Trastorno de ansiedad generalizada El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es un trastorno crónico común caracterizado por ansiedad de larga duración y que no se centra en algún objeto o situación particular, al contrario que en las fobias. Las personas que padecen de ansiedad generalizada experimentan miedos y preocupaciones persistentes no específicos, muy focalizados en asuntos cotidianos. El trastorno de ansiedad generalizada es el trastorno de ansiedad más común que afecta a adultos mayores. La ansiedad puede ser un síntoma secundario al abuso de medicamentos o sustancias, y los profesionales médicos deben ser conscientes de ello. El diagnóstico de trastorno de ansiedad generalizada se produce cuando una persona ha estado excesivamente preocupada por uno o más problemas todos los días durante seis meses o más. La persona puede tener problemas para tomar decisiones diarias y recordar compromisos como consecuencia de la falta de concentración que le supone la "preocupación por la preocupación". Antes de diagnosticar un trastorno de ansiedad generalizada los médicos deben descartar causas de ansiedad inducido por fármacos. 2. Trastorno de pánico (con o sin agorafobia). En el trastorno de pánico, una persona sufre ataques breves de intenso miedo y terror, a menudo acompañado de síntomas como temblores, agitación, confusión, mareos, desvanecimiento, náuseas y dificultad para respirar. Estos ataques de pánico, que se define por la APA como el miedo o malestar que se presenta repentinamente, y con picos en menos de diez minutos, puede durar varias horas y puede ser desencadenada por el estrés, el miedo, o incluso el ejercicio. La causa específica no siempre es evidente. Además de los recurrentes ataques de pánico inesperados, un diagnóstico de trastorno de pánico requiere que dichos ataques de angustia tengan consecuencias crónicas, o bien preocupación por las consecuencias de los episodios de angustia, el miedo persistente de posibles ataques futuros, o
el miedo a sufrir cambios significativos en el comportamiento relacionados con los ataques. En consecuencia, aquellos que sufren de síntomas de pánico sufren de trastorno de pánico, incluso fuera de los episodios específicos. A menudo, el afectado, ante cambios normales de los latidos cardíacos, los percibe como amenazantes, lo que lleva a pensar que algo anda mal con su corazón o que está a punto de tener otro ataque de pánico. Normalmente va asociado un temor anticipatorio a volver a sufrir otro ataque de pánico (ansiedad anticipatoria o "miedo al miedo"). En algunos casos, se produce una mayor conciencia de las funciones fisiológicas del organismo (hipervigilancia) durante el ataque de pánico, en donde cualquier cambio percibido fisiológicamente se interpreta como una posible enfermedad potencialmente mortal (es decir, extrema hipocondría). Puede diagnosticarse trastorno de pánico con o sin agorafobia. 3. Trastorno obsesivo-compulsivo. El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un tipo de trastorno de ansiedad caracterizado sobre todo por la presencia de obsesiones (imágenes o pensamientos angustiosos, persistentes e intrusivos) y compulsiones (insta a realizar determinados actos o rituales). Afecta a aproximadamente el 3% de la población mundial. A menudo el proceso es totalmente ilógico e irracional, al igual que las compulsiones, donde simplemente se tiene la necesidad de completar un ritual con el fin de acabar con la ansiedad provocada por la obsesión. En una minoría pequeña de los casos, los enfermos de TOC pueden llegar a experimentar obsesiones sin compulsiones (obsesivos puros). 4. Trastorno por estrés postraumático. El trastorno de estrés post-traumático (TEPT) es un trastorno de ansiedad que se produce a partir de una experiencia traumática. El estrés post-traumático puede ser el resultado de experimentar situaciones extremas, como una guerra, desastres naturales, violaciones, secuestros, abuso infantil, acoso o incluso un accidente grave. También puede resultar por una exposición prolongada en el tiempo a un estrés crónico, como por ejemplo los soldados que soportan batallas individuales, pero no pueden hacer frente al combate continuo. Los síntomas comunes incluyen hipervigilancia, escenas retrospectivas rememorando el acontecimiento traumático (flashbacks), conductas de evitación, ansiedad, ira y depresión. Hay una serie de tratamientos que constituyen la base del plan de atención para las personas que sufren trastorno de estrés postraumático. Estos tratamientos incluyen varias formas de psicoterapia, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), terapias grupales y el apoyo de familiares y amigos. También pueden beneficiarse de la farmacoterapia, como los SRS.
TRASTORNO DE PÁNICO El trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad en el que la persona afectada sufre repetidos ataques súbitos de terror en ausencia de estímulos externos que puedan desencadenarlos. Los episodios frecuentes de terror acompañados de un fuerte estado de ansiedad se denominan ataques de pánico o, en algunos casos, ataques de ansiedad o crisis de ansiedad. Según el NIMH, el trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por episodios inesperados y repetidos de intenso miedo acompañados por síntomas físicos que pueden incluir dolor en el pecho, palpitaciones aceleradas del corazón, falta de aire, mareos, angustia o molestia abdominal. En el trastorno de pánico, los episodios sucesivos de terror aparecen acompañados de cambios significativos en el comportamiento del individuo y de una preocupación continua por que se produzcan nuevos ataques de pánico. Se pueden producir cambios en la vida del individuo que pueden conllevar a evitar las situaciones o lugares temidos, a huir de los estímulos fóbicos, a apoyarse excesivamente en personas o en sustancias y a intentar controlar a toda costa las reacciones temidas. Si se producen cambios importantes de dependencia imperativa de personas y de lugares para que el afectado pueda sentirse seguro el trastorno desemboca en agorafobia Aunque los ataques de pánico se presentan habitualmente en todos los tipos de trastornos de ansiedad, existe una diferencia entre la ansiedad y el pánico, que radica en la duración e intensidad de los síntomas. Los ataques de pánico son episodios de miedo intenso que duran poco tiempo; la ansiedad sobreviene de manera más gradual, menos intensa y extiende su duración en el tiempo. En el Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) el síntoma fundamental de ansiedad es persistente en el tiempo (dura más de 6 meses) y generalizado sobre una amplia gama de acontecimientos o actividades vitales. La ansiedad no está restringida a una situación en particular, como en las fobias, ni se presenta exclusivamente en forma de crisis, como en el caso de las crisis de pánico. El estado de ansiedad es casi permanente, oscila durante el transcurso del día y afecta a la calidad del sueño. Por su parte, el trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad que desemboca en crisis concretas o repentinos sentimientos de terror sin motivo aparente. Tratamiento Se requiere que el afectado hable con el médico para abordar el trastorno de pánico. Los médicos generales conocen bien los síntomas y tienen los conocimientos necesarios sobre la medicación requerida para el tratamiento u otras terapias en una primera visita. En los casos más graves se indica al enfermo la necesidad de recibir apoyo psiquiátrico o psicológico.
El trastorno de p谩nico se puede tratar con medicamentos o con terapia psicol贸gica cognitivoconductual. Los mejores resultados se obtienen con un tratamiento combinado.
ADICCIÓN Una adicción es una enfermedad física y emocional, según la OMS. En el sentido tradicional es una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación debido a la satisfacción que esta causa a la persona. En su sentido etimológico, «adicto» proviene del latín, que denotaba al deudor que, por falta de pago, era entregado como esclavo a su acreedor. Está conformada por los deseos que consumen los pensamientos y comportamientos (síndrome de abstinencia) del adicto, y estos actúan en aquellas actividades diseñadas para conseguir la sensación o efecto deseado y para comprometerse en la actividad deseada (comportamientos adictivos). A diferencia de los simples hábitos o influencias consumistas, las adicciones son «dependencias» que traen consigo graves consecuencias al adicto. Estas consecuencias afectan negativamente la vida personal y social del individuo y su salud (física y mental), así como limita la capacidad de funcionar de manera efectiva. Es adicta la persona que cree que no puede vivir sin el objeto de su adicción, por lo cual lo busca de forma permanente y compulsiva. El adicto no controla su adicción, sino que vive en función de ésta: este es el eje y el condicionante de toda su rutina; si trata de salir repentinamente de esta rutina, se ve afectado por problemas de ansiedad y, por lo general, vuelve a caer en el consumo de su adicción, aunque puede dejar de ser adicto después de pasar por una fase llamada "mono".
SUICIDIO Acto donde un individuo se provoca la muerte. Para considerarse suicidio, la muerte debe ser un elemento carnal, y tiene que ser el fin a conseguir, y no solo una consecuencia casi imparable. Así, los mártires, los que se sacrifican por otros en caso de emergencias ni los soldados que mueren en una guerra son considerados suicidas, y en estos casos, los muertos no son proscritos por la ley. En el caso de que el suicidio tenga consecuencias legales, la ley recoge que debe haber prueba de intención de morir, así como la propia muerte para que el acto sea considerado un suicidio. Puede que dicho proceso sea costoso en caso de minusvalía y tenga que depender de alguien más, que entraría entonces en una dinámica de cómplice de suicidio. Según Guillon y Le Bonniec (1982) “el cómplice es todo aquel que, sin llevar a cabo personalmente los elementos constitutivos de la infracción imputable del autor, solamente ha facilitado o provocado la acción principal por medio de actuaciones de una importancia material secundaria: ayuda, suministro de medios o instigación” figura del derecho penal donde sería posible una sanción penal. Manejo del suicida Una forma de abordar al adolescente en situación de crisis suicida es mediante la llamada Primera Ayuda Psicológica, que consta de cinco etapas, las que se describen a continuación:
Primera etapa. Establecimiento del contacto
Lo que se debe hacer es escuchar detenidamente, reflejar sentimientos, aceptar las razones que esgrime el sujeto y creerle, sin juzgarle. Lo que no se debe hacer es restarle importancia a lo que nos expresa el sujeto, ignorar los sentimientos, impedir que el individuo exprese sus sufrimientos y contar nuestra historia en situaciones conflictivas.
Segunda etapa. Conocer la dimensión del problema.
Lo que se debe hacer es formular preguntas abiertas que permitan conocer cómo piensa el adolescente y facilitar la expresión de sentimientos. Explorar siempre la presencia de pensamientos suicidas. Lo que no se debe hacer es atenerse a realizar preguntas que sean respondidas con monosílabos (sí o no) o evaluar el discurso del adolescente a través de la experiencia propia, que no es válida para otros.
Tercera etapa. Posibles soluciones.
Lo que se debe hacer es establecer prioridades de soluciones, abordando directamente los posibles obstáculos para su consecución y desaprobar la solución suicida como forma de afrontar situaciones problemáticas. Reforzar el concepto de que el suicidio es una solución definitiva a problemas que usualmente son temporales. Lo que no se debe hacer es permitir que el adolescente continúe sin ensanchar su visión en túnel que es la que únicamente le deja ver la opción suicida. Tampoco deben dejar de explorarse los obstáculos de manera realista para evitar nuevos fracasos y que se agrave la crisis suicida.
Cuarta etapa. Acción concreta.
Lo que se debe hacer es tomar una medida a tiempo (involucrar a otros familiares, acercar a las fuentes de salud mental, imponer tratamiento, realizar hospitalización, etc.) Se debe ser directivo y confrontar cuando la situación lo requiera. Nunca debe dejarse sólo a un sujeto en crisis suicida. Lo que no se debe hacer es ser tímido, indeciso, no tomar una decisión a tiempo, dejar solo al adolescente en riesgo de cometer suicidio o retraerse de asumir responsabilidades.
Quinta etapa. Seguimiento.
Lo que se debe hacer es realizar el re contacto para evaluar los progresos o retrocesos del adolescente en su sintomatología suicida. Lo que no se debe hacer es dejar la evaluación a otra persona que desconozca del caso y le sea imposible establecer una comparación con su estado inicial. Este sencillo recurso puede ser utilizado por cualquier persona, siempre y cuando evite hacer lo que no se debe hacer e investigue la presencia de las ideas suicidas y si estas están presentes, nunca dejarlo sólo y acercarlo a las fuentes de salud mental como el médico de la familia, el psicólogo, el psiquiatra y los servicios de urgencias médicas y psiquiátricas
ANTIDEPRESIVOS FÁRMACO
IMIPRAMINA
DOSIS
Vía oral Adultos: Depresión endógena: 25 a 50 mg tres a cuatro veces al día; ajustar la dosis de acuerdo con la respuesta y necesidades. La dosis oral inicial de 50 a 100 mg/día en dosis única o dividida, con aumentos graduales hasta 250 a 300 mg/día. En los pacientes ancianos se debe reducir a la mitad la dosificación. Niños: Depresión endógena: Mayor es de 6 años, 10 mg dos a tres veces al día. Ajustar las dosis de acuerdo con las necesidades y tolerancia. Enuresis: 25 a 75 mg una vez al día, antes de acostarse; hasta un máximo de 2.5 mg/kg/día.
INDICACIONES
TX depresión endógena y no endógena, depresión de la distrofia mioclónica, depresión neurótica. En terapia comb con un neuroléptico para depresión dilusional, útil para la depresión inhibida e involutiva; inhibición psicomotora, dificultad de concentración, hipocondriasis y cuadros histéricos. Síndromes depresivos debidos al climaterio, involución, presenilidad y senilidad. En pacientes pediátricos para la enuresis, en los terrores nocturnos y en los pacientes adultos para la incontinencia urinaria e incontinencia por tensión. Narcolepsia, trastornos de ansiedad como el ataque de pánico y en pacientes pediátricos con el déficit de atención.
CONTRAINDICACIONES
REACCIONES ADVERSAS Y EFECTOS SECUNDARIOS
Hipersensibilidad a los antidepresivos tricíclicos. Hipertrofia prostática, glaucoma de ángulo cerrado. Durante el periodo de recuperación del infarto miocárdico, en trastornos de la conducción cardiaca, hepatopatía o nefropatía, DIABETES y otros trastornos endocrinos o metabólicos severos.
Náuseas, cefalea, vértigo, visión borrosa, sudación, constipación, hipotensión, taquicardia, disuria, adenitis sublingual, uso prolongado causa: sequedad de la cavidad oral, disminución de la motilidad intestinal, espasmos, edema, temblores y fatiga muscular. Insuficiencia cardíaca
En la epilepsia mal controlada, cuando el paciente se encuentre bajo tratamiento con inihibidores de la monoaminooxidasa (IMAOs). Usar con precaución en alcoholismo activo, asma, depresión bipolar, enfermedades cardiovasculares y la esquizofrenia.
AMITRIPTILINA
Vía Oral Adultos y adolescentes entre 13 y 65 años iniciar el tratamiento con dosis de 25 a 75 mg/día en una sola dosis a la hora de acostarse. Esta dosis inicial puede aumentarse en incrementos de 25 mg/día semanales hasta 200 mg/día. La máxima dosis a administrar, en pacientes hospitalizados es de 300 mg/día. Adultos > 65 años: Inicialmente una dosis de 10 a 25 mg a la hora de acostarse, aumentando paulatinamente la misma hasta 150 mg/día Niños: las dosis iníciales son de 1 mg/kg/día en tres administraciones hasta un máximo de 1.5 mg/kg/día *Adm. IM (Nota: raras veces se requiere la vía IM. salvo en la personas incapaces de ser tratadas por vía oral) Adultos: 20 a 30 mg tres veces al día Niños: las dosis no han sido establecidas
Tx de la depresión. Dolor crónico neuropático. Enuresis en niños.
Hipersensibilidad y/o otros antidepresivos triciclicos, infarto de miocardio reciente.
Vértigo, sedación, excitación, síntomas extrapiramidales, hipotensión ortostática, taquicardia, arritmias cardíacas, visión borrosa, temblor, aumento de peso, retención urinaria. Más efectos sedantes y anticolinérgicos que la imipramina.
ANTIDEPRESIVOS FÁRMACO
DOSIS
INDICACIONES
CONTRAINDICACIONES
FLUOXETINA
Depresión: Tratamiento inicial: se recomienda una dosis inicial de 20 mg/día administrada por la mañana. Se puede considerar un aumento en la dosis después de varias semanas, si no se observa una mejoría clínica.
Depresión Bulimia nerviosa. Desorden obsesivocompulsivo.
Hipersensibilidad, insuficiencia hepática,
Síntomas asociados al sistema nervioso, incluyendo dolor de cabeza, nerviosismo, insomnio, somnolencia, fatiga o astenia, ansiedad, temblores y mareos, molestias gastrointestinales, incluyendo náuseas, diarrea, boca seca y anorexia; y excesiva sudoración
Tx de la sintomatología de la depresión mayor. Tx del trastorno obsesivo compulsivo y el trastorno del estrés postraumático.
Hipersensibilidad.
Frecuentemente (> 10%): somnolencia, mareos, dolor de cabeza, insomnio, vómito, náusea, diarrea y disfunción eyaculatoria, (19%) puede causar agitación, ansiedad, nerviosismo, palpitaciones, anorexia, constipación, dispepsia, flatulencia, incremento del apetito, decremento de la libido, anorgasmia; tanto en hombres como en mujeres e impotencia. Raramente (< 1%): priapismo, sedación, vasodilatación, ruborización, dolor de cabeza, pesadez, hipertonía, hiperestesia, sequedad de boca, dolor de espalda, elevación de enzimas hepáticas, astenia, malestar general, mialgia, rinitis y dolor torácico.
Trastornos obsesivos compulsivos: 20, 40, 60 mg
REACCIONES ADVERSAS Y EFECTOS SECUNDARIOS
Bulimia nerviosa: de 20 a 60 mg
SERTRALINA
Vía oral. Deberán administrarse junto con los alimentos. (TOC): Adolescentes y adultos: La dosis terapéutica desde el inicio es de 50 mg una vez al día. Niños de 6 a 12 años: Dosis inicial de 25 mg/día. Trastornos de postraumático:
estrés
Adultos: Dosis inicial de 25 mg/día. Después de 1 semana incrementar la dosis a 50 mg/día.
En comb con inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) está contraindicado, así como su uso dentro de un periodo de 14 días posteriores al tratamiento con un IMAO, no se recomienda su uso durante el embarazo y la lactancia, su uso como antidepresivo en personas menores de 18 años, y en el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo en menores de 6 años.
NEUROLÉPTICOS O ANTIPSICOTICOS FÁRMACO
HALOPERIDOL
DOSIS
INDICACIONES
CONTRAINDICACIONES
REACCIONES ADVERSAS Y EFECTOS SECUNDARIOS
V.O. o I.M.
Agente neuroléptico
Efectos neurológicos son los más comunes.
Como agente neuroléptico:
Esquizofrenia aguda y crónica.
5-10 mg I.V o I.M. cada hora hasta lograr el control del síntoma.
Paranoia.
Embarazo, depresión del S.N.C. por alcohol o por otros fármacos depresores, enfermedad de Parkinson, lesión de los ganglios basales e hipersensibilidad
Como un agente anti agitación psicomotora: 5-10 mg I.V. o I.M Como antiemético: 5 mg I.V. o I.M. Profilaxis de vómito postoperatorio: 2.5-5 mg I.V. o I.M. En pacientes ancianos deberá utilizarse la mitad de la dosis indicada para adultos y ajustarse de acuerdo con los resultados. En niños: 0.1 mg/3 kg de peso corporal, vía oral, 3 veces al día, ajustar si es necesario.
Síntomas extra piramidales: temblor, rigidez, hipersalivación, bradicinesia, acatisia, distonía aguda.
Confusión aguda, alcoholismo (psicosis de Korsakoff).
Discinesia tardía
Alucinaciones hipocondriacas
Síndrome neuroléptico maligno: hipertermia, rigidez muscular generalizada, inestabilidad autonómica, conciencia alterada. Otros efectos sobre el SNC: depresión, sedación, agitación, mareo, insomnio, cefalea, confusión, vértigo, convulsiones tipo gran mal y exacerbación aparente de síntomas psicóticos. Síntomas gastrointestinales: náusea, vómito y pérdida del apetito así como cambios de peso. Efectos endocrinos: puede causar galactorrea, ginecomastia, oligo o amenorrea. Efectos cardiovasculares: taquicardia e hipotensión ocasional, prolongación del intervalo QT y arritmias ventriculares.
PERFENAZINA
Oral. Ads.: 4 mg/8 h, si es necesario 8 mg/8 h. Máx. 24 mg/día, tras control de síntomas reducir dosis hasta nivel mín. efectivo. Tto. Crónico: recomendado administrar > parte de dosis al acostarse.
Ansiedad, esquizofrenia, psicosis, delirio, manía.
Alergia a fenotiazinas, depresión del SNC, estados de coma o feocromocitoma; por riesgo de exacerbación y de hipotensión.
Somnolencia, sedación, sequedad de boca, visión borrosa, retención urinaria, estreñimiento, pseudoparkinsonismo, distonía, fotosensibilidad.
CORRECTORES FÁRMACO
DOSIS
INDICACIONES
CONTRAINDICACIONES
REACCIONES ADVERSAS Y EFECTOS SECUNDARIOS
BIPERIDENO
Oral: Liberación inmediata: 2 mg 1-3 veces/día Oral, forma retarda: 4-8 mg/día Parenteral: 2 mg IM o IV, se puede repetir cada 30 min hasta máx. 4 dosis en 24 h. Enf. de Parkinson: Oral liberación inmediata: 2 mg 3-4 veces/día; oral, forma retarda: 4-8 mg/24 h, toma única por la mañana
Indicado como agente antiparkinsoniano. Profiliaxis y corrección de los síntomas extrapiramidales inducidos por neurolépticos (parkinsonismo medicamentoso), en especial: haloperidol, tioridacina, trifluoperacina, perfenacina, etc. Controla las discinesias tempranas, la acatisia y los estados de tipo parkinsonoide.
Glaucoma de ángulo agudo no tratado, estenosis mecánica del tracto gastrointestinal, megacolon, adenoma prostático, enf. que ocasionen taquicardia grave.
Cansancio, mareos, obnubilación, agitación, confusión, trastornos de memoria, gástricos, de la acomodación, de la micción, sequedad bucal, hipohidrosis, estreñimiento.
ANSIOLITICOS FÁRMACO
DOSIS
INDICACIONES
CONTRAINDICACIONES
REACCIONES ADVERSAS Y EFECTOS SECUNDARIOS
DIAZEPAM
Status epiléptico ataque E.V.: >30 Días y niños: 0.10.3 mg/kg/dosis cada 5 a 10 minutos (dosis máxima: <5a: 5 mg,> 5a: 10 mg); adultos: 5 a 10 mg, puede repetirse cada 10-15 min hasta un máximo de 30 mg. Infusión E.V.: 0.10.2 mg/kg/ hora. Convulsiones (tratamiento inmediato):2 a 5 años: 0.5 mg/kg; 6 a 11 años: 0.3 mg/kg; > 12 años y adultos: 0.2 mg/kg. Sedación moderada para procedimientos: V.O.: 0.2 A 0.3 mg/ kg (dosis máxima 10 mg) 45 a 60 min antes del procedimiento. Sedación relajación muscular o ansiedad: V.O.: 0.12 a 0.8 mg/kg/día cada 6 a 8 horas; E.V.: 0.040.3 mg/kg/dosis cada 2 a 4 horas hasta un máximo de 0.6 mg/ kg en el transcurso de 8 hrs; adultos 2 a 10 mg/ dosis 3 a 4 veces en el día. Pacientes en A.R.M (E.V.) 0.2 a 0.4 mg/kg cada 6 hrs.
Uso psiquiátrico y en medicina interna (neurosis, estados de ansiedad, tensión emocional, histeria, reacciones obsesivas fobias, estados depresivos acompañados de tensión e insomnio; en los trastornos emocionales o que acompañan a las enfermedades orgánicas como úlcera gastrointestinal, hipertensión arterial dermatosis pruriginosa, colitis o enfermedades funcionales del sistema digestivo cardiovascular y genital). La solución inyectable está indicada para la sedación basal antes de medidas terapéuticas o intervencionales, como: cateterismo cardiaco, endoscopia, procedimientos radiológicos, intervenciones quirúrgicas menores, reducción de dislocaciones y fracturas, biopsias, etc.
En pacientes con antecedentes de hipersensibilidad a las benzodiacepinas, miastenia grave, hipercapnia crónica severa, alteraciones cerebrales crónicas, insuficiencia cardiaca o respiratoria, primer trimestre de embarazo, durante la lactancia, enfermedad pulmonar obstructiva crónica e insuficiencia pulmonar.
Somnolencia, ataxia, disartria, irritabilidad. E.V. : depresión respiratoria tromboencefalitis, efecto paradojal.
CLONAZEPAM
Oral, lactantes y niños ≤ 10 años (o 30 kg): inicial, 0.010.03 mg/kg/ día en 2 a 3 tomas; aumentar en 0.250.5 mg cada 72 horas hasta dosis de mantenimiento aproximadamente de 0.1 mg/kg/día o hasta control de las convulsiones; máx. 0.2 mg/kg/día. Oral niños de 10 a 16 años: inicial, 11.5 mg/día en 2-3 tomas; aumentar en 0.25- 0.5 mg cada 72 horas hasta dosis de mantenimiento aprox. De 3-6 mg/día. Oral, ads.: inicial, máx. 1.5 mg/día en 3 tomas; aumentar en 0.5 mg cada 72 horas hasta control; dosis de mantenimiento individualizada, en general de 3-6 mg/ día; máx. d20 mg/ día. Vía IV (status epiléptico): .5 mg (lactantes y niños) o 1 mg (ads.) en iny. Lenta o infusión lenta. Repetir esta dosis si es necesario (1-4 mg es suficiente).
Epilepsias del lactante y niño; pequeño más típico o atípico y crisis tónicoclónicas generalizadas, primarias o secundarias. Epilepsias del adulto, crisis focales, estatus epiléptico.
Hipersensibilidad, fármaco o drogodependencia, dependencia alcohólica, miastenia grave, insuficiencia respiratoria grave
Cansancio, somnolencia, astenia, hipotonía o debilidad muscular, mareo, ataxia, reflejos lentos. Disminución de concentración, inquietud, confusión, amnesia anterograda, depresión, excitabilidad, hostilidad. Depresión respiratoria, sobre todo vía IV.
EUTIMIZANTES FÁRMACO
DOSIS
INDICACIONES
CONTRAINDICACIO NES
EFECTOS ADVEROS Y REACCIONES SECUNDARIAS
LITIO
Oral, ajustada a respuesta y cifras de litemia: en general 400-1.600 mg/día (litemia 0,7-1,2 mEq/l). Litemia mín. recomendada: 0,5-0,8 mEq/l. No sobrepasar los 2 mEq/l.
Profilaxis y tto. de los trastornos bipolares. Depresión mayor recurrente
Embarazo y lactancia; I.R. grave, enf. cardiovascular grave; debilitación, deshidratación o depleción de sodio severas; hipersensibilidad.
Hipotiroidismo, bocio, poliuria y polidipsia, somnolencia, cansancio, debilidad muscular, hiperirritabilidad muscular, temblor, cefalea, confusión, palabra gangosa, dificultad para concentrarse, rigidez en "rueda dentada", hiperreflexia, hipertonía, alteraciones de la onda T en el ECG, anorexia, nauseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, distensión abdominal, estreñimiento, leucocitosis. Al inicio del tratamiento: náuseas, vómito o indigestión; estos efectos son leves y transitorios. Se han observado también diarrea, cólico abdominal y en ocasiones constipación. Algunas veces anorexia, pérdida de peso o aumento de peso, pérdida de cabello, trombocitopenia, defectos en la agregación plaquetaria, sedación ocasional, alteraciones en las pruebas de funcionamiento hepático (TGO, TGP, fosfatasa alcalina) y lesión hepática.
Tx de las ausencias simples y Hipersensibilidad VALPROAT S Oral. disfunción hepática, complejas. O DE así como MAGNESIO Recomendada tanto en tampoco durnte el niños como en adultos–En la epilepsia mioclónica, es de 15 mg/kg/día especialmente en niños cuya aumentando sintoma¬tología es resistente a semanalmente 10 otros antiepilépticos. mg/kg/día hasta controlar las– Puede emplearse solo o convulsiones o cuando combinado con otos aparezcan efectos antiepilépticos, en las epilepsias secundarios que de tipo gran mal y crisis impidan mayores parciales. aumentos. – En el tratamiento de las crisis La dosis máxima generalizadas convulsivas y no recomendada es de 60 convulsivas. mg/kg/día. – La dosis recomendada en la profilaxis de la– migraña es de 600 a1,200 mg/día repartidos estos últimos en dos tomas – en 24 horas.
Epilepsia de Janz. Crisis tónico-clónicas (petit mal y gran mal) crisis unilaterales, disfunción cerebral mínima. Para el tratamiento profiláctico de migraña en el adulto.
primer trimestre del embarazo
ANTICONVULSIVOS FÁRMACO
DOSIS
INDICACIONES
CARBAMAZEPINA La dosis debe ser ajustada de Adyuvante acuerdo a la respuesta del paciente y a su dosaje sérico (rango terapéutico: 4-12 µm/ ml). Los intervalos para comprimidos: cada 8 a 12 horas. Jarabe: cada 6 horas > 6 años: iniciar 10-20 mg/kg/día, ir aumentando hasta 35 mg/kg//día; 6-12 años: iniciar 200 mg/ día, dosis de amtnenimiento:400-800 mg > 12 años y adultos: iniciar 400 mg/día, dosis mantenimiento lento 800-1200 mg. Dosis máxima 12-15 años:100 mg, adultos: 1600 mg/día. Para dolor neuropático: 10-30 mg/kg/día, en 2 o 3 dosis (dosis máxima: 800 mg/día).
en el tratamiento del dolor neuropático. Uso en psiquiatría: estabilizador del ánimo, antirrecurencial. Crisis tónico- clónicas generalizadas, crisis parciales
CONTRAINDICA CIONES
REACCIONES ADVERSAS Y EFECTOS SECUNDARIOS
No se debe usar en pacientes con antecedentes de depresión de la médula ósea, hipersensibilidad al fármaco, miastenia gravis, porfiría aguda intermitente o sensibilidad conocida a cualquiera de los compuestos tricíclicos como amitriptilina, desipramina, protriptilina, nortriptilina, etc. De igual manera y por razones teóricas no se recomienda su oso con inhibidores de la monoamino oxidasa
Somnolencia, mareos, erupciones cutáneas, alteraciones hematológicas (neutropenia) alteraciones hepáticas, diplopía, visión borrosa.
LAMOTRIGINA
Monoterapia: a partir de 13 años.
Semana 1 y 2: 25 mg/día (en 1 toma). Semana 3 y 4: 50 mg/día (en 1 toma). Mantenimiento: 100-200 mg/día (en una o dos tomas). Monoterapia: niños 2-12 años en crisis de ausencia típica. Sem 1 y
2: 0.3 mg/kg/día (1 o 2 tomas). Sem 3 y 4: 0.6 mg/kg/día (en 1 o 2 tomas). Mantenimiento: amentar dosis en 0.6 mg/kg/día cada 1 o dos semanas hasta respuesta optima. Terapia complementaria a partir de 13 años. Con valporato: sem 1y
2: 25 mg/ 48 hrs; sem 3 y 4: 25 mg/día (en una toma); mantenimiento: aumetnar dosis en 25 a 50 mg max. Cada 1-2 semanaas hasta respuesta optima. Terapia complementaria: niños de 212 años (con valproato): sem 1
y 2 0.15 mg/kg/día(1 toma); sem 3y 4: 0.3 mg/kg/día (1 toma). Mantenimiento: aumentar dosis en 1.2 mg/kg/día máx. Por 1-2 semanas hasta respuesta optima. En mayores de 18 años: en monoterapia o terapia complementaria sin valproato e
inductores: sem 1 y 2: 25 mg/día (1 ó 2 tomas); sem 3 y 4: 50 mg/día (1 ó 2 tomas); sem 5: 100 mg/día (1 y 2 tomas) .Dosis de estabilización (sem 6): 200 mg/día (1 y 2 tomas) rango 100-400 mg/día. Terapia complementaria sin valproato: 50 mg/día (1 toma),
100 mg/dia (2 tomas), 200 mg/día (2 tomas); 300 mg/día. Los comprimidos se pueden masticar, disolver en una pequeña cantidad de agua o tragar con agua
Tratamiento de epilepsia, en ads. Tto. Complementario o en monoterapia y en niños entre 2 y 12 años en tto. Complementario, de crisis parciales y crisis generalizadas, incluyendo crisis tónico- clónicas y crisis asociadas al sx de Lennox- gastaut y además en niños entre 2-12 años, monoterapia de crisis de ausencia típica. En ads., puede utilizarse como fármaco de inicio en el sx. De lennox- Gastaut. Prevención de episodios depresivos en ads. > 18 años con trastorno bipolar l.
Hipersensibilidad
Agresividad, irritabilidad, cefalea, somnolencia, mareo, temblor, insomnio, nausea, vómitos, diarrea erupción cutánea, cansancio, agitación, sequedad de boca, artralgia, dolor/ dolor de espalda. En tto. De larga duración se ha comunicado disminución de la densidad mineral del hueso, osteopenia, osteoporosis y fracturas.
REFERENCIAS Psicología Medica, De la Fuente Ramón, Editorial Fondo de lectura Económica 2009
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