J.L. Tercero
Impresiones de La Sarguilla
“Serie Pinturas en Blanco y Negro” Esta serie de pinturas es una consecuencia del trabajo casi monocromático de épocas anteriores. En escasas ocasiones he utilizado el color como un elemento primordial en mi trabajo. Siempre ha sido un color ligado a la tierra, quizá por el uso de ésta como elemento temático. Así utilizaba gamas de grises, ocres y amarillos, negros, rojos óxido y en algunas ocasiones, algunos verdes tierra. Hace poco más de un año decidí prescindir casi por completo del color sin dejar de lado mi gran interés por el comportamiento de la propia materia pictórica. Quiero decir, que a pesar de renunciar al color en estas nuevas obras, no lo hago de la cuestión pictórica con el uso casi exclusivamente del óleo mezclado con diferentes tipos de médiums y barnices, en ocasiones para “matear” el acabado y en otras para hacerlo brillante y transparente. En las últimas obras, el uso del médium se hace cada vez más patente y por tanto, la aplicación de la pintura diluida en capas sucesivas, a veces sin dejar secar la anterior, lo que da al resultado un efecto de inmediatez y frescura, así como un aspecto de ‘apunte rápido’ con independencia del formato del cuadro, que me resulta muy interesante. Incluso en las telas de mayor tamaño. Respecto a la temática, sigo trabajando en torno al hecho ‘rural’ con repeticiones de elementos como las construcciones de balas de paja que salpican el paisaje mesetario, a veces en proceso de desmoronamiento el cual le otorga un verdadero aspecto de decadencia y abandono; también y bastante recurrente en mi obra de los
últimos años, ‘el mutilado’, es decir, los almendros podados que dejan a la vista tan sólo el tronco y algunas ramas principales lo que le concede a mi vista, aspecto de ser mutilado fantasmagórico e incluso de ‘cruz’ clavada a la tierra. Asimismo, nuevas interpretaciones también en clave realista, de esas construcciones de piedras en forma cónica, los ‘majanos’ que remiten al hecho ancestral del marcaje del terreno como propiedad privada y que a su vez, pueden servir como estructura sustentadora para las señales de ‘cotos de caza’. Acumulaciones totémicas de piedras y guijarros extraídos de las tierras de labranza y ‘encalados’ para una mejor visión. Y por último, la presencia de los rebaños de ovejas caminando por la llanura en grandes formaciones de vuelta al establo, o comiendo tranquilamente el rastrojo del trigo. Las ovejas, casi con idéntico tratamiento pictórico y de claroscuro, como las mismas piedras. Son obras en las que la referencia a la fotografía se hace evidente. Fotografías in situ de los lugares, realizadas por mí y ‘retocadas’ con programas informáticos para contrastar y matizar los grises, a veces azulados, verdosos y amarillentos. Obras ‘realistas’ en blanco y negro que a su vez remiten a fotografías antiguas y al pasado en zonas casi despobladas de regiones interiores de la península. Paisaje seco y austero de La Mancha en el que la presencia del hombre con mayor o menor incidencia, ha sido constante a lo largo de los años. Quisiera destacar la obra “Edificios de Paja” aún en proceso y de la que se muestran ahora 12 piezas de 46 x 38 cm. en forma de panel mural. Una metáfora de lo efímero y del paso del tiempo. Antaño imponentes construcciones de balas de paja de forma prismática y apiladas al raso en los campos de trigo a la espera de ser rec-
ogidas para el pasto de las reses y que en su abandono, se desmoronan y pudren inevitablemente cual seĂąal inequĂvoca del paulatino olvido de algunos usos agrĂcolas y ganaderos de algunas regiones. Estas obras quieren ser un homenaje a la tierra de mis antepasados. J.L. Tercero
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