Opus dei

Page 1

OPUS DEI


TABLA DE CONTENIDOS

1. Introducción 2. Biografía de San José María Escrivá de Balaguer 3. Fundación del Opus Dei 4. El llamado a la Santidad 5. La Santificación en la vida ordinaria 6. El trabajo como medio de Santificación 7. Obras mas importantes del Opus Dei por el mundo


INTRODUCCIÓN En esta revista se darán a conocer datos acerca de la vida de San José María Escrivá, además de explicar las funciones y diferentes obras del Opus Dei que han ido naciendo con el paso del tiempo.


SAN JOSÉ MARÍA ESCRIVÁ DE BALAGUER


VIDA Y BIOGRAFÍA José María Escrivá Albás (futuro Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás) nació en Barbastro (Huesca, España) el 9 de enero de 1902. Sus padres se llamaban José Escrivá y Corzán y María de los Dolores Albás y Blanc. Fue el segundo de seis hermanos; sus tres hermanas pequeñas murieron siendo niñas. El último nacería muchos años más tarde. Cuando Josemaría cumplió dos años, padeció una enfermedad grave en la que se temió por su vida. Tras su recuperación, sus padres lo llevaron en peregrinación a la ermita de Torreciudad en cumplimiento de una promesa a la Virgen María por su curación. En los años 1960, Escrivá impulsó la construcción de un santuario de Torreciudad, que se terminó a mediados de la década de 1970. En 1914 quebró el negocio del padre, que era un comercio de tejidos, quedando la familia en la ruina. Tuvieron que trasladarse a Logroño, donde su padre encontró un trabajo como dependiente. Escrivá continuó estudiando hasta acabar el bachillerato. En las Navidades de 1917-18, al ver las huellas de pasos de un carmelita descalzo en la nieve, quedó impresionado, y decidió hacerse sacerdote, ingresando en el seminario de Logroño como alumno externo en el mes de octubre de 1918. En septiembre de 1920, se trasladó a Zaragoza. Algunos de sus compañeros del seminario de Zaragoza lo recuerdan como un joven despierto, inteligente y alegre, a la vez que muy piadoso, aunque también se conoce un testimonio opuesto, el de un compañero del seminario que lo describe como reservado y de temperamento rígido y distante. En las navidades de 1922 recibió los grados de ostiario y lector, junto con los de exorcista y acólito. Sus superiores apreciaron sus dotes, al nombrarlo Inspector del Seminario -encargado de mantener la disciplina entre los seminaristas, tanto en clase como en los paseos- siendo un hecho insólito que designaran a un seminarista y no a un sacerdote para este cargo. En 1923, siguiendo el consejo de su padre, comienza los estudios de Derecho en la Universidad de Zaragoza. Su padre, José Escrivá, muere en 1924, y Josemaría queda como cabeza de familia. Recibe la ordenación sacerdotal el 28 de marzo de 1925 y comienza a ejercer el ministerio en varias parroquias rurales y luego en Zaragoza, con preferencia en la iglesia de San Pedro Nolasco, regida entonces por sacerdotes jesuitas. En 1927 se traslada a Madrid, con permiso de su obispo, para iniciar la tesis del doctorado en Derecho. Allí trabaja en una academia dando clases de Derecho romano y canónico para sostener a su familia, y ejerce su ministerio sacerdotal en el Patronato de Enfermos, institución benéfica dirigida por las Damas Apostólicas del Sagrado Corazón de Jesús.


Trataba sacerdotalmente a muchas personas de diversos ambientes sociales. Dedicó las mejores horas de su juventud, como capellán del Patronato de Enfermos, a la atención de numerosos enfermos y niños desvalidos de los barrios pobres de Madrid. Al mismo tiempo trataba con muchas otras personas: alumnos y profesores universitarios, obreros, dependientes de comercio, artistas, etc. El 2 de octubre de 1928, según su propio testimonio, «vio» que Dios le pedía que difundiese en todo el mundo la llamada universal a la santidad, y que abriera un nuevo camino dentro de la Iglesia —el Opus Dei (en latín «Obra de Dios»)— para transmitir a todos los hombres que se pueden santificar a través del trabajo. Desde ese día, mientras continúa con el ministerio pastoral que tiene encomendado en aquellos años, trabaja en solitario en el desarrollo de la organización. Empieza a contactar con personas de diversas profesiones (artistas, profesores, obreros, sacerdotes, pequeños empresarios...), y a la vez ofrece oración y mortificaciones. Al principio Escrivá vio usando el término que él empleaba que el Opus Dei estaba previsto sólo para hombres pero algunos años después, en 1930, según él mismo cuenta, Dios le habría hecho ver que también estaba destinado a mujeres. En 1930, pide la admisión en el Opus Dei un antiguo compañero de instituto de Escrivá, de origen argentino, Isidoro Zorzano, y en 1932 se unen un sacerdote asturiano, José María Somoano, una mujer cordobesa, María Ignacia García Escobar, y un joven empresario, Luis Gordon, aunque en un año fallecerán estos tres, y Josemaría tiene que recomenzar. Fallece en Roma el 26 de junio de 1975. Tras su muerte, la Santa Sede recibió miles de cartas -entre ellas, las de un tercio del episcopado mundial y 41 superiores de órdenes religiosas solicitando la apertura del proceso de beatificación y canonización. Finalmente, su causa se introdujo en 1981 y el 17 de mayo de 1992, Juan Pablo II beatifica a Josemaría Escrivá de Balaguer en la plaza de San Pedro, en Roma. «Con sobrenatural intuición», dijo el Papa en su homilía, «el beato Josemaría predicó incansablemente la llamada universal a la santidad y al apostolado». El 6 de octubre de 2002, es canonizado por Juan Pablo II en Roma, apoyado por las cientos de miles de personas que asistieron a los actos. Durante la ceremonia de su canonización, Juan Pablo II animó a todos a buscar la santidad en medio del mundo, en el trabajo y la vida ordinaria, tal como lo enseñaba el nuevo santo y siguiendo su ejemplo. Su rápido proceso a los altares no estuvo exento de polémica y oposición. Los detractores critican lo que ven como una canonización relámpago o "turbosantidad" de Escrivá, y afirman que el proceso entero estuvo plagado de irregularidades. Sin embargo, también obtuvo el apoyo de diversas figuras de la jerarquía eclesiástica. En la actualidad hay más de ochenta mil miembros del Opus Dei, como se indica en el Anuario Pontificio, que se actualiza periódicamente.


FUNDACIÓN DEL OPUS DEI

El 30 de septiembre de 1928 D. Josemaría se dirigió a la Residencia de los misioneros de San Vicente de Paul, para participar en unos ejerci-cios espirituales que durarían hasta el 6 de octubre. El segundo día de ese retiro espiritual, el martes 2 de octubre, después de haber celebrado la Misa y recogido en su habitación, mientras releía y meditaba las anota-ciones que había ido recogiendo en los últimos diez años, "vio" el Opus Dei: recibió una inspiración de Dios que le ilustraba con claridad sobre lo que debía ser el Opus Dei, su naturaleza, su espíritu y su apostolado. Anotación del Fundador del Opus Dei en sus Apuntes íntimos. Recibí la iluminación sobre toda la Obra, mientras leía aquellos papeles. Conmovido me arrodillé, estaba solo en mi cuarto, entre plática y plática, di gracias al Señor, y recuerdo con emoción el tocar de las campanas de la parroquia de N. Sra. de los Ángeles. (... ) re-copilé con alguna unidad las notas sueltas, que hasta entonces venía tomando. (...) Desde aquel día el borrico sarnoso se dio cuenta de la hermosa y pesada carga que el Señor, en su bondad inexplicable, ha-bía puesto sobre sus espaldas. Ese día el Señor fundó su Obra.



LA LLAMADA A LA SANTIDAD La llamada universal a la santidad y al apostolado de Noviembre de 2007. El Concilio Vaticano II recordó de nuevo a los cristianos la llamada universal a la santidad que hizo el Señor: todos hemos sido llamados a la santidad, a la identificación con Cristo y a una divinización progresiva bajo la acción de la gracia, para llegar a la plenitud de la vida cristiana, "a la medida de la plenitud de Cristo" (Ef 4, 13). Dios llama a algunos bautizados —los miembros del Opus Dei, las personas que participan y se forman cristianamente gracias a sus apostolados— para que lleven ese mensaje —la llamada universal a la santidad— a todo el mundo, recorriendo el camino que el mismo Dios fundó el 2 de octubre de 1928, sirviéndose de san Josemaría Escrivá de Balaguer. Desde esta perspectiva, la llamada específica a la santidad en el Opus Dei convierte la vida de las mujeres y de los hombres del Opus Dei, y la de las personas que se forman al calor de su espíritu, en un constante servicio a la Iglesia y al mundo.


“Quiso el Señor —escribía San Josemaría— promover su Obra cuando, en la mayoría de los países, élites y masas enteras parecían alejarse de la Fuente de toda gracia; cuando, incluso en países de vieja historia cristiana, escaseaba la frecuencia de sacramentos por parte del pueblo; cuando vastos estratos del laicado parecían adormilados, como si se hubiera desvanecido su fe operativa” (Carta, 25-I-1961, n. 13, en El itinerario jurídico del Opus Dei, p. 53). Este es el mensaje de Escrivá de Balaguer: que la santidad está al alcance del hombre de la calle. Es un mensaje de raíces evangélicas, que encuentra su mejor ejemplo en la vida de los primeros cristianos. Por lo tanto, su “novedad” es relativa: se trata más bien de un aspecto de las enseñanzas del Señor que se había difuminado en el transcurso de los siglos. Es un mensaje "viejo como el Evangelio, y como el Evangelio nuevo", en palabras del fundador (Carta, 9-I-1932, n. 91, en El Opus Dei en la Iglesia, p. 71)


LA SANTIFICACIÓN EN LA VIDA

tener “vida interior. Santidad en las tareas ordinarias, santidad en las cosas pequeñas, santidad en la labor profesional, en los afanes de cada día…; santidad para santificar a los demás” (A migos de Dios



Animaba a esforzarse por alcanzar la santidad en la vida cotidiana, con naturalidad y sin hacer cosas raras , porque los hombres y las mujeres que quieren servir a Jesucristo en la Obra de Dios, explicaba, son “ ciudadanos iguales a los demás , que se esfuerzan por vivir con seria responsabilidad —hasta las últimas consecuencias— su vocación cristiana” ( Conversaciones..., 118). En estos textos del fundador que acabamos de citar aparecen dos rasgos del carisma del Opus Dei: la secularidad y la dimensión apostólica de la existencia . La secularidad . Con el término secularidad se indica que los miembros del Opus Dei son cristianos y ciudadanos corrientes : gentes del mundo , de la calle. La dimensión apostólica de la existencia . Con esta expresión se subraya que las mujeres y los hombres del Opus Dei son personas que buscan la santidad, la identificación con Cristo, no sólo para sí mismos —eso no sería una verdadera santidad—, sino para ayudar también a las demás a llevar, con libertad, una intensa vida cristiana. Se advierte en estos textos una profunda valoración de lo que se denomina en el lenguaje ascético las cosas pequeñas , esos sucesos aparentemente menudos con los que se entreteje la vida cotidiana, y que pueden santificarse cuando se realizan con la mirada puesta en Dios, con espíritu de sacrificio. Se lee en Camino 813: “Hacedlo todo por Amor. — Así no hay cosas pequeñas: todo es grande. —La perseverancia en las cosas pequeñas, por Amor, es heroísmo”.


“La vida cristiana —escribe San Josemaría— es un constante comenzar y recomenzar, un renovarse cada día (…). De esa manera, no ya a pesar de nuestra miseria, sino en cierto modo a través de nuestra miseria, de nuestra vida de hombres hechos de carne y de barro, se manifiesta Cristo: en el esfuerzo por ser mejores, por realizar un amor que aspira a ser puro, por dominar el egoísmo, por entregarnos plenamente a los demás, haciendo de nuestra existencia un constante servicio.” ( Es Cristo que pasa, 114). “Vida ordinaria”, “vida cotidiana”, son expresiones que parecen oponerse a la “vida extraordinaria”, a esos grandes hechos heroicos en los que a veces soñamos y que sólo son, con frecuencia, fruto de una imaginación desbocada y un modo de evadirse de la realidad. Cuando se refiere a la vida cotidiana, San Josemaría incluye en ese término todos los acontecimientos de nuestra vida, incluso aquéllos que se presentan sólo una vez en la vida. También en esas circunstancias excepcionales nos espera Dios.

Recordaba el fundador que la santidad se forja en lo cotidiano, en el cumplimiento “de las obligaciones de nuestra vida corriente: en los deberes de estado, en la profesión, en el trabajo, en la familia, en el trato social, en el propio sufrimiento y en el de los demás hombres, en la amistad, en el afán de realizar lo que es bueno y justo” ( Es Cristo que pasa, 17), realizando “de manera santa los más variados quehaceres, aun aquellos que parecen más indiferentes” ( Surco, 496). A esa santidad, decía, estamos llamados todos; no debemos esperar a que se den en nuestra vida unas situaciones ideales o que Dios opere en ella mediante unas intervenciones especiales y milagrosas. “El milagro que os pide el Señor es la perseverancia en vuestra vocación cristiana y divina, la santificación del trabajo de cada día: el milagro de convertir la prosa diaria en endecasílabos, en verso heroico, por el amor que ponéis en vuestra ocupación habitual. Ahí os espera Dios, de tal manera que seáis almas con sentido de responsabilidad, con afán apostólico, con competencia profesional.” ( Es Cristo que pasa , 50).


Desde esta perspectiva sobrenatural, cada jornada, incluso la más rutinaria, adquiere un color propio, con el atractivo del encuentro personal con Dios, que es siempre deslumbrante y enriquecedor. “El peligro es la rutina: imaginar que en esto, en lo de cada instante, no está Dios, porque ¡es tan sencillo, tan ordinario!” ( Amigos de Dios, 313). “Tu existencia no es repetición de actos iguales, porque el siguiente debe ser más recto, más eficaz, más lleno de amor que el anterior. —¡Cada día nueva luz, nueva ilusión!, ¡por Él!”( Forja, 736). El fundador del Opus Dei propone a los cristianos que sigan las huellas de Jesús en sus treinta años de “vida oculta”. Esos años “en sombra” no constituyen una mera preparación de sus tres años luminosos de “vida pública”. Transmiten un mensaje muy concreto, una luz muy clara, para el cristiano que vive en medio del mundo: es posible ser santo en el trasiego de la vida cotidiana, aparentemente oscura y sin relieve sobrenatural

Y concluía que “la santidad "grande" está en cumplir los "deberes pequeños" de cada instante”. ( Camino , 817).


EL TRABAJO COMO MEDIO DE

SANTIFICACIÓN


La santificación del trabajo profesional es semilla viva, capaz de dar fruto de santidad en una inmensa multitud de almas: para la gran mayoría de los hombres, ser santo supone santificar el propio trabajo, santificarse en su trabajo, y santificar a los demás con el trabajo . En esta frase gráfica —afirmó el Prelado del Opus Dei en la homilía del 7 de octubre de 2002, día siguiente a la canonización de San Josemaría—resumía el Fundador del Opus Dei el núcleo del mensaje que Dios le había confiado, para recordarlo a los cristianos. El Sembrador divino ha sembrado esta semilla en las vidas de miles de personas para que crezca y se multiplique su fruto: el treinta por uno, el sesenta por uno y el ciento por uno. Repasar con calma cada uno de estos tres aspectos puede constituir frecuentemente una trama de diálogo con Dios en la oración. ¿Estoy santificando mi trabajo? ¿Me estoy santificando en el trabajo?, es decir, ¿me voy transformando en otro Cristo a través de mi profesión? ¿Qué frutos de apostolado estoy dando con mi trabajo?


OBRAS DEL OPUS DEI POR EL MUNDO


HOSPITAL MONKOLE Atiende anualmente a millares de personas que se encuentran en situación de extrema necesidad. Cuenta con dos extensiones en las afueras de la capital (Eliba y Kimbondo) para asistencia médica en régimen ambulatorio. Además, el Instituto Superior de Ciencias de la Enfermería, anejo a Monkole, es un centro educativo para el ejercicio de la profesión sanitaria.

FUNDACIÓN KIANDA

Es una organización educativa, creada en 1961 para la promoción del bienestar social y espiritual de las mujeres de ese país. Tiene varios programas de creación de negocios, para mujeres rurales, llevados a cabo por universitarias del país.


UNIVERSIDAD DE NAVARRA Cuenta con 20 facultades. En el campus de Pamplona se encuentra también la Clínica de la Universidad de Navarra. En Barcelona, Madrid, Nueva York y Munich, dependiente de la Universidad, existe el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE). Otras instituciones de enseñanza superior promovidas por fieles del Opus Dei en colaboración con otras personas son la Universidad de Piura en Perú, la Universidad de La Sabana en Colombia, la University of Asia and the Pacific en Filipinas, etc.

UNIVERSIDAD DE LA SABANA

Instruye a los estudiantes tanto en su camino laboral como espitritual.


BIBLIOGRAFĂ?A

https://es.wikipedia.org http://opusdei.es/


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.