Gemas: Mente carácter y personalidad. Daniel López García (1120109). TOMO I
Dios toma a los hombres como son, y los educa para su servicio, si ellos quieren
entregarse a él. El Espíritu de Dios, recibido en el alma, vivifica todas sus facultades. Dios es la fuente de vida, luz y gozo para el universo. Como los rayos de la luz del
sol, como las corrientes de agua que brotan de un manantial vivo, las bendiciones descienden de El a todas sus criaturas. No debemos estimular un espíritu de entusiasmo que produzca fervor por un
tiempo, pero que luego se enfríe dando lugar al desánimo y la depresión. La relación que existe entre la mente y el cuerpo es muy íntima. Cuando uno está
afectado, el otro simpatiza. La condición de la mente afecta la salud del sistema físico. La verdadera educación no consiste en inculcar por la fuerza la instrucción en una
mente que no está lista para recibirla. Hay que despertar las facultades mentales, lo mismo que el interés. Cuando el principio celestial del amor eterno llena el corazón, fluirá a los demás...
porque el amor es el principio de acción, que modifica el carácter, gobierna los impulsos, domina las pasiones, subyuga la enemistad y eleva y ennoblece los afectos. Cuando el yo se oculta en Cristo, brota espontáneamente el verdadero amor. No
es una emoción o un impulso sino una decisión de una voluntad santificada. Haya entre ellos amor mutuo y sopórtense uno a otro. Entonces el casamiento, en
vez de ser la terminación del amor, será más bien su verdadero comienzo. Jesús no impuso el celibato a clase alguna de hombres. No vino para destruir la
relación sagrada del matrimonio, sino para exaltarla y devolverle su santidad original. Cuanto más estrechamente nos asemejemos a nuestro Salvador en el carácter,
tanto mayor será nuestro amor hacia aquellos por quienes Él murió.
El noviazgo tal cual se realiza en esta época es una farsa e hipocresía con la cual el
enemigo de las almas tiene más que ver que el Señor. Satanás usa su influencia para ahogar la voz de Dios y la voz de la conciencia, y el
mundo actúa como si estuviera bajo su control. La formación de hábitos correctos ha de dejar su impresión en la mente y el
carácter de los niños para que puedan ejercitarse en el buen camino.
TOMO II
La salud es una bendición cuyo valor pocos aprecian; no obstante, de ella depende
grandemente la eficiencia de nuestras facultades mentales y físicas. Una mente contenta y un espíritu alegre son salud para el cuerpo y fortaleza para
el alma. No hay causa de enfermedad tan fructífera como la depresión, la lobreguez y el pesar. Demostrad que no es Dios quien causa el dolor y el sufrimiento, sino que el
hombre, por su propia ignorancia y pecado, atrajo esta condición sobre si mismo. El espíritu de odio y venganza tuvo origen en Satanás, y lo llevó a dar muerte al
Hijo de Dios. Quienquiera que abrigue malicia u odio, abriga el mismo espíritu; y su fruto será la muerte. Si tenemos siempre presente las acciones egoístas e injustas de otros,
encontraremos que es imposible amarlos como Cristo nos ha amado. Nuestra felicidad nos la proporcionará nuestro trabajo desinteresado, impulsado
por el amor divino, porque en el plan de salvación, Dios ha señalado la ley de la acción y la reacción. Ni la sospecha ni la desconfianza deberían posesionarse de nuestra mente. Ningún
temor acerca de la grandeza de Dios debería confundir nuestra fe. La voluntad es el poder que gobierna la naturaleza humana, sometiendo todas las
otras facultades a su dominio. La voluntad no es el gusto o la inclinación, sino el poder que decide, que obra en los hijos de los hombres para obedecer a Dios, o para desobedecerlo.