JACOB El enga単ador
Esaú nació primero. Era "rubio velludo". Su
hermano gemelo, Jacob, nació con su mano sobre el calcañar de Esaú. El nombre "Jacob" no es un nombre elogioso. Viene de la palabra griega que significa "engañar". El nombre de Jacob fue, también, una indicación que él sería un engañador. Esta naturaleza engañadora dominaría durante la primera parte de su vida, pero más tarde llegaría a ser un hombre muy piadoso.
Cuando Isaac envejeció, y había perdido su vista al punto
de quedar ciego, envió a Esaú a los campos, diciéndole que cazara algo para una última comida antes de recibir su bendición. Rebeca escuchó, y le dijo a Jacob que degollara dos cabritos, y se los trajera a su padre, para que recibiera de él la bendición de su hermano. Jacob objetó que su padre, aunque estaba casi ciego, podría notar la sustitución sólo con tocarlo, ya que Esaú era bastante velludo, y él era lampiño. Rebeca le dijo que no se preocupara, y le colocó a modo de fundas las pieles de los cabritos sobre cuello y manos.
Jacob, así vestido, fue a la presencia de su padre,
entonces Isaac sospechando de su voz, pidió que se acercara para palparlo. Una vez que se "aseguró" que era "Esaú", le dio la bendición. Tan pronto como Jacob recibió dicha bendición y se marchó, Esaú llegó, cayendo en gran enojo por lo que había ocurrido. Isaac, quien ya se había dado cuenta del error, le dijo que lo único que podía darle era una bendición menor. Esaú, en cambio, juró que iba a matar a su hermano, una vez que su padre muriese.
LA PRIMOGENITURA La "primogenitura" hizo de Jacob un líder espiritual.
La "bendición" le hizo rico. La bendición de Isaac le prometió a él: "Dios te dé del rocío del cielo y de lo más preciado de la tierra: trigo y vino en abundancia. Que los pueblos te sirvan, y las naciones se postren ante ti. Sé señor de tus hermanos, y póstrense ante ti los hijos de tu madre. Sean malditos los que te maldigan, y benditos los que te bendigan.": (Génesis 27:28-29)
Rebeca, su madre, dándose cuenta de de las
intenciones asesinas de Esaú, le llamó y lo hizo huir, enviándolo donde su tío, Labán, hasta que la furia de Esaú disminuyera. También, le aconsejó que buscara una esposa mientras viviera allí.