LA REVUELTA Justo Guerra
LA REVUELTA
Personajes
Don Robendo Don Justino Casimiro Do単a Caridad Do単a Prudencia Inocencio Crescencio Criada Se単oras del pueblo Ni単a Un burro
Escena 1.
Presentador.- Esta historia ocurrió hace muchos años en un pueblito escondido al norte de nuestro México llamado La Revuelta. En este pueblo vivía gente pacífica, quienes vivían de trabajar la tierra; y como era un pueblo muy pequeño, vivían sin gobernantes. Hasta que… EN LA PLAZA DEL PUEBLO UN GRUPO DE CAMPESINOS PLATICAN. ENTRA CASIMIRO ALEGRE Y REÚNE A TODOS. Casimiro.- Les traigo las buenas nuevas, que resulta que Don Robendo es el nuevo alcalde de la Revuelta, pues. Don Justino.- (SORPRENDIDO) A ver tú, y ¿Cómo está eso que Don Robendo es el nuevo alcalde, pues? Casimiro.- Pos sí. Esta mañana, Don Robendo se levantó muy contento y ha dicho que este pueblo necesita un alcalde y que desde ahora él sería el honorable alcalde de La Revuelta y pos quién mejor que él, que es un hombre de buena familia, con grandes tierras y con buen gusto, Don Robendo, pues. Don Justino.- Pero este pueblo jamás ha tenido alcalde. Además, naiden votó por él. ¿Qué no el pueblo elige a su alcalde, pues? Casimiro.- Sí, pues, por eso. A Don Robendo lo quiere casi todo el pueblo, como quien dice ya votamos por él. Además, naiden se puede negar porque ya es alcalde y pos ha prometido un montón de cosas buenas para el pueblo, pos pa´ que todos vivamos mejor, cómo debe ser pues. Don Justino.- A ver tú, y… ¿Cuáles son esas cosas buenas que promete Don Robendo? Casimiro.- Pos aquí entre nos, Don Robendo, que es un ciudadano respetable, ha dicho que se traerá al pueblo unos bueyes fuertes para arar la tierra y también construirá un puente para cruzar seguros el río con el maíz y para que nuestras señoras y los chamacos no se nos ahoguen ahí, pues. Inocencio.- No, pues eso sí son cosas buenas. Si Don Robendo las hará, pos que sea nuestro alcalde. Además, su seño esposa, es una mujer rebuena…
Casimiro.- No seas pelado, tú. De la mujer del alcalde uno no se expresa así, igualado… Inocencio.- … Digo, es rebuena persona, a veces trae regalos a los chamacos para que estén contentos. Crescencio.- No, pos así sí. Si es para bien, pos que bueno. Casimiro.- Sí, ¿ven? a todos les gusta que Don Robendo sea alcalde. Y para que vean, Don Robendo ya se puso a trabajar y expidió una nueva ley para recaudar fondos para estas cosas buenas que quiere construir, ahora todos nosotros tenemos el deber social de participar en el desarrollo y crecimiento de La Revuelta, aportando un pequeño capital que servirá como inversión indispensable para mejorar nuestro querido pueblo. Don Justino.- ¿Cómo? ¿Impuestos? ¿Vamos a pagar impuestos ahora? Pos yo pensaba que Don Robendo ya tenía mucho dinero con sus tierras y todo los montones de maíz que cosecha. Pos si quiere traernos bueyes y construir puentes que él también va a usar ¿Por qué no las paga él? Casimiro.- Pos no se trata de ver quién paga. Una parte importante de la vida comunitaria, como dice Don Robendo, es la independencia. Piensen ¿De que serviría estar dependiendo de Don Robendo para todo como si fuéramos niños? Pues para nada. Don Robendo es un hombre de sapiensa y ve más pa´ llá; y él dice que es el mismo pueblo quien debe salir adelante trabajando en conjunto. Lo que él quiere es organizarnos y administrarnos, nada más; él sabe de esas cosas, por eso él está más como está. Imaginen ahora que bien va a vivir La Revuelta ahora que Don Robendo nos administre. Inocencio.- No pues eso sí, Don Robendo tiene muchas cosas. Don Robendo sí sabe. Pos arriba Don Robendo, gente. Casimiro.- Sí, eso ¡arriba Don Robendo!
Escena 2.
EN LA PLAZA, UN GRUPO DE MUJERES HUMILDES PLATICAN Y UNA NIÑA JUEGA EN EL SUELO. ENTRA DOÑA CARIDAD CON GESTO ARROGANTE, SEGUIDA POR UNA CRIADA. RASPA SU GARGANTA PARA LLAMAR LA ATENCIÓNDoña Prudencia.- Miren, es la seño Doña Caridad. Doña Caridad.- (SONRIENDO) Buenas tardes a todas. Como es mi costumbre y mi deber, he venido a brindar mi ayuda a los más necesitados. (SE DIRIGE A UNA NIÑA) Doña Caridad.- Ven cielito, tengo algo para ti (PIDE UN JUGUETE A LA CRIADA). Toma pequeñita, espero te diviertas mucho. DA UNAS PALMADITAS EN LA CABEZA DE LA NIÑA Y ÉSTA SALE DESGANADA. DOÑA CARIDAD SACUDE SUS MANOS CON UN GESTO DE ASCO, DESPUÉS VUELVE A SONREÍR. Doña Caridad.- Les decía, hoy traigo despensas para sus familias (LAS MUJERES SONRÍEN Y SE ACERCAN A ELLA), pero antes de dárselas, les quiero comentar la buena labor que hace mi esposo, el señor alcalde, para mejorar este desafortunado pueblucho. Mi esposo ha estado gestionando en bien de la comunidad. En estos momentos comenzó la importantísima obra del puente para cruzar el río, y como lo prometió, están en camino los animales para el trabajo de campo; pero más importante aún es que mañana, el alcalde hará en nuestra hacienda una reunión de gran valor para el pueblo con altos funcionarios y alcaldes de nuestros pueblos vecinos para realizar acuerdos que nos beneficien a todos. Doña Prudencia.- Y ¿Las despensas Doña Caridad? Doña Caridad.- (PARA ELLA MISMA) ¡Esta gentuza, no se puede hablar con ellas! Sí, Prudencia, aquí están las despensas para sus familias que mi esposo el señor alcalde y yo se las traemos con gusto. Son dos despensas para rifarlas entre ustedes.
LA CRIADA MUESTRA DOS PEQUEÑAS BOLSAS. Doña Prudencia.- ¿Dos despensas, Doña Caridad? Pero somos treinta familias y ninguna tiene nada que comer. Doña Caridad.- (INDIGNADA) No sean tan codiciosas. Yo vengo de buena fe a apoyarlos con lo poco que tengo para que tengan pan en su mesa, y cierto es que mi esposo ya hace suficiente acciones para ayudarlos. Doña Prudencia.- (APENADA) Dispénsenos, Doña Caridad, yo no quisiera manchar su reputación de buena seño por los juguetitos que trae a nuestros chamacos, pues, pero antes teníamos poco que comer y ahora con tanto impuesto que nos cobra el seño alcalde, pues ya no tenemos casi nada. Señoras del pueblo.- (ALTERADAS) Sí es cierto, Doña Prudencia. Nuestros niños están debiluchos porque no tienen que comer. Pura tortilla, pues. Doña Caridad- Hay que tener paciencia. Ya verán que en este pueblucho las cosas serán para bien. Y yo me voy, tengo cosas muy importantes que hacer (Dan unos pasos ella y la sirvienta). Gentuza ingrata la de este pueblo, no aprecian lo que uno hace por ellos.
Escena 3.
EN CASA DE DON ROSENDO. ÉSTE HABLA LIBIDINOSO CON UNA BELLA JOVEN. Don Robendo.- ¡Ay morenaza, estás rechula, condenada! Muchacha.- (SONRIENDO) ¡Ay, Don Robendo, qué cosas dice! Don Robendo.- La meritita verdad, chamaca. Mira, ahora que soy alcalde, pues yo te puedo dar cualquier cosa, una casita, vestidos, cualquier cosas que quieras chamaca. Con esa trompita te doy las estrellas. Muchacha.- ¡Ay, Don Robendo! Usted es tremendo.
Don Robendo.- ´Ira, ahí viene Casimiro, ¿Qué querrá ese condenado? Bueno chamaca, vete ahí te busco más tarde. Muchacha.- Adiós, Don Robendo. SALE LA JOVEN Y ENTRA CASIMIRO Casimiro.- Don Robendo, lo andaba buscando. Don Robendo.- Pos aquí vivo Casimiro, tú ya sabes. Oye ¿Qué tal la fiesta de anoche, eh? Esto de los impuestos está muy bueno Casimiro, fiestón el de anoche. ¿No vistes las chamaconas que venían de San Hurtado? Rechulas las condenadas chamaconas. Y el borracho del alcalde, traía unas cantaletas él solo (RÍE). Casimiro.- No, pos sí, tuvo buena la fiesta, Don Robendo. (PREOCUPADO) Pero, este, Don Robendo, fíjese que los campesinos estos que le trabajan sus tierra, pos que se niegan a trabajar, que disque están inconformes con el descuento por el impuesto que les puso, que dicen que no es justo y pos que no les alcanza pa´ nada. Don Robendo.- (ENOJADO) Esos canijos, uno que les da todas las facilidades y se ponen los moños. Pos si no quieren trabajar pos que se vayan si quieren Casimiro ¡Pues, faltaba más! Casimiro.- Pos el asunto es Don Robendo, que si se van se queda sin trabajadores. Don Robendo.- (REFLEXIONANDO) ¡Oh, pos está canijo! Mira Casimiro, quedó mucho aguardiente de anoche, déselos a esos holgazanes borrachos como pago por su labor, a ver si así se calman los condenados. Y les dices que si no están contentos que se vayan y punto. Nunca falta un muerto de hambre que quiera trabajar, pues. Casimiro.- Don Robendo, mire, ahí viene Don Justino. Don Robendo.- (IRRITADO) Ese preguntón nunca está contento. A ver, Casimiro, que no me vea, me voy a esconder (SE ESCONDE). Casimiro.- Pero ¿Qué le digo Don Robendo? Don Robendo.-No te preocupes que aquí yo t e digo.
ENTRA DON JUSTINO ACARREANDO UN BURRO Don Justino.- ¡Hey, Casimiro! Vengo buscando al Sr. Alcalde. ¿No lo has visto, tú? Casimiro.- ¡Ammm! Pos fíjese que no, Don Justino. Yo también lo ando buscando. Don Justino.- (INDIGNADO) Pos, mira Casimiro. Sé que te la llevas con el Sr. Alcalde, así que a ti te lo voy a decir para que se lo digas a él. Pos él nos prometió unos bueyes para la yunta. Pos pa´ mí que esto es un burro viejo con cuernos. Pos no sé a quién quieren engañar, si se la pasa rebuznando. (EL BURRO REBUZNA) DON ROBENDO SUSURRA A CASIMIRO. Casimiro.- No, Don Justino. Ese es un buey. Lo que pasa es que está enfermo el pobre. Pero esos se alivian solos, nomás dele tiempo. Don Justino.- Pos a mí me parece un burro de esos viejos que tiene Don Robendo en su rancho. DE NUEVO DON ROBENDO SUSURRA A CASIMIRO. Casimiro.- No, es un buey, Don Justino. Lo que pasa es que ha de andar en celo, y toda la fuerza la usa con las vaquitas. Yo digo que hay que caparlo bien, para que use en el campo las fuerzas que tiene, pues (SACA UN CUCHILLO, EL BURRO COMIENZA A RELINCHAR Y SALTAR). Ve como tengo razón. Don Justino.- No, pos sí revivió, pero los bueyes no relinchan; nomás, los caballos. Casimiro.- No pos sí está medio loco el animal, pero esos son los mejores, Don Justino. Don Justino.- No, pos no se vale Casimiro, la gente se está enojando y con razón. Ese Don Robendo no cumple. Casimiro.- ¿Pos, cómo no? Ya trajo este animal bueno y construyó el puente. Don Justino.- Por eso mismo Casimiro. Nos trajo este animal que nomás sirve para comer y hacer muñiga. Y ese puente, con la primera lloviznitas se vino
abajo. Pos ¿Qué paso ahí? ¿Y todo el dinero del pueblo, pues? ¿Pa´ que lo usan? Casimiro.- No, pos sí hubo unas fallitas con el puente. Pero con el dinero se le dará rehabilitación. No se preocupe, Don Justino, que aquí puras cosas claras. Don Justino.- No, pues eso espero, y dígale a Don Robendo que la gente quiere saber en qué se gasta el dinero, pues. Casimiro.- No se preocupe Don Justino, en cuanto lo vea yo le digo. SALE DON JUSTINO, DON ROBENDO SE ACERCA A CASIMIRO. Don Robendo.- Muy bien Casimiro, muy bien, eres todo un político, por eso eres mi mano derecha, condenado. Es más, te voy a subir el sueldo. Casimiro.- Pos a mí me paga con producto ¿Me va a dar dinero? Don Robendo.- No, pos ahorita la situación está canija Casimiro, mejor te doy unos kilitos más de maíz y luego vemos, porque sí está canijo Casimiro, está canijo
Escena 4
LA GENTE DEL PUEBLO SE MANIFIESTA FRENTE A CASA DE DON ROBENDO. EN EL BALCÓN SE ENCUENTRAN CASIMIRO Y DON ROBENDO, QUIEN TRATA DE ESCONDERSE DEL PUEBLO. Doña Prudencia.- (IRACUNDA) Casimiro, que salga el alcalde. Queremos que nos diga dónde está nuestro dinero y qué cosas ha hecho para mejorar aquí el pueblo. Crescencio.- (ENOJADO) Sí, Casimiro, que nos dé la cara. Ya no nos gusta que haga fiestones y no nos invite. Mujer.- ¡Queremos la verdad! ¡Queremos la verdad! Todos: Que dé la cara Don Robendo. Que salga. Casimiro.- No, pos sí están enojados, Don Robendo, y ahora ¿Qué va hacer?
Don Robendo.- (ESCRIBIENDO EN UN PAPEL) Se volvieron en animales esta gente, Casimiro. Mira, léeles esto, diles que es mi informe de gasto público Casimiro. Casimiro.- (TOMA EL PAPEL Y SE DIRIGE AL PUEBLO) Honorable pueblo de La Revuelta. Este… Don Robendo no puede salir a causa de su salud. Pero aquí tengo el informe de gasto público. Doña Prudencia.- (EXALTADA) Sí, queremos saber qué hace con nuestro dinero. Casimiro.- Pues, miren. La actual administración invirtió cinco mil pesos en la construcción del puente que activará positivamente la economía de La Revuelta. Don Justino.- (ENOJADO) ¿Se gastaron cinco mil pesos en un puente que se cayó con una manguita? Eso no es cierto Casimiro, si ya sabemos que el puente lo hicieron con madera de carretas viejas que Don Robendo tenía tiradas en su rancho. Todos.- ¡Buuuu! Casimiro.- (PREOCUPADO) Don Robendo, esto se está poniendo más feo. Don Robendo.- Tú síguele, ahorita se calman. Casimiro.- Gente de la Revuelta, el Sr. Alcalde invirtió dos mil pesos en animales que agilizarán la agricultura de nuestra tierra. Don Justino.- Si solo se trajo un burro viejo y enfermo al que le pegó cuernos para hacernos creer que era un buey. Además ni compró ese burro, ese animal viejo ya no le servía en su rancho por eso nos lo dio. Nuestro dinero se lo gastó en esas fiestas disque reuniones con dirigentes y nomas se traía a pura chamacas de otros pueblos y se emborrachaban. Si ya sabemos que no hizo nada para mejorar el pueblo, nomás lo uso para darse gusto. Que salga Don Robendo a dar la cara. TODOS EMPIEZAN A GRITAR. DON ROBENDO SALE SIGILOSO DE ESCENA.
Casimiro.- No, pos ya se puso bien feo, Don Robendo. Y ahora ¿qué va hace? Don Robendo, Don Robendo, ¿Don Robendo? pos ¿Donde se metió Don Robendo? SE VE A DON ROBENDO CON SU ESPOSA CARGANDO MALETAS Y CAMINANDO SIGILOSAMENTE PARA PASAR DESAPERCIBIDOS A LADO DE LA GENTE. Casimiro.- Don Robendo, no se vaya, no me deje aquí sólo. Crescencio.- ¡Iren! Ahí va Don Robendo con la seño Caridad. Doña Caridad.- (AGOBIADA) ¡Córrele viejo, porque nos linchan esta bola de animales! Mujer.- (EXALTADOS) ¡A ellos! CORREN TRAS ROBENDO Y CARIDAD HASTA SALIR DE ESCENA. QUEDA SOLO CASIMIRO Y SE ESCONDE EN UN BARRIL. VUELVE ENTRAR LA GENTE DEL PUEBLO.) Inocencio.- Sí que son bueno pa´ correr ese dos. Doña Prudencia.- Doña Prudencia hasta le ganó delantera al ratero de Don Robendo. Bueno, ahora que nos quedamos sin alcalde, yo propongo que sea Don Justino nuestro nuevo alcalde. Yo digo que hay que votar por él. Todos.- (FELICES) Sí, Don Justino para presidente. ¡Don Justino! ¡Don Justino! Doña Prudencia.- Pero que sea por votación. Levanté la mano quien quiera a Don Justino pa alcalde. TODOS LEVANTAN LA MANO. Don Justino.- Pos ustedes nomas me quieren hacer trabajar. Pero está bien, me esforzaré para hacer cosas buenas pal pueblo; y para que no pase otra vez lo de Don Robendo, creo que debemos seguir lo que dice el Señor Madero: ¡Sufragio efectivo, no reelección! Y hay que crear un método para que todos sepan que es lo que se hace y cuanto se gasta para mejorar a La Revuelta. Ya saben, pues, para que sea transparente el asunto. Doña prudencia.- Como debe de ser, pues.
Inocencio: Yo digo que esto hay que celebrarlo. Todos.- (CONTENTOS) ¡Eh! ¡Don Justino! ¡Don Justino! SALEN TODOS. APARECE DE SU ESCONDITE CASIMIRO Y SE PASA LA MANO POR LA FRENTE. Casimiro.- Espéreme, Don Robendo, que no me ha pagado mi maíz. SALE CORRIENDO
FIN