CUENTO INFANTIL por Darlenis Sicilia
en un país lejano, hace muchos, pero muchos años existió un circo que fue muy famoso mientras vivió su dueño. Al morir éste, el circo le fue entregado como herencia a un sobrino suyo que lo atendía más como un medio de subsistencia, que por amor al legado dejado por su tío… 2
De manera que el circo perdió su esplendor y aunque mantenía sus funciones, ya no era como en los días de antaño. Pues niños, en el circo que les cuento, había una familia de osos que tenia un hijo al que llamaron Polote.
Polote era un osito muy alegre al que todos querían; porque a pesar de ser travieso, como los chicos de su edad, era educado, estudioso y disciplinado. Polote tenía una amiga muy querida de nombre Titina que se dedicaba a bailar. Le decían la muñeca bailarina. Juntos jugaban, cantaban, hacían las tareas y se reían de las inocentes travesuras que les hacían a los demás.
Sucedía, que muñeca bailarina había notado que desde hacia unos días, su querido osito Polote, estaba cambiando. Ya no reía como antes, ni prestaba atención a lo que ella le decía y para colmo de males, Titina lo había sorprendido varias veces llorando por los rincones. La muñeca estaba desesperada porque el osito no le daba la oportunidad para que le hablara a solas y le ayudara como corresponde a los amigos.
Con cuidado, comenzó a buscar por aquí y por allá, en silencio y con mucha precaución… ¿Imaginan lo que descubrió? Pues… como tantas veces, detrás de un carretón escondido y a oscuras estaba nada más y nada menos que el inconsolable osito. Despacio para no asustarle se acercó a él y todo lo bajito que pudo pero bien claro para que le entendiera, con su voz tan
dulce como caramelo le preguntó: _Polote, por qué lloras?
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Sus ojitos redondotes y brillantes estaban opacados y rojos de tanto llorar. Y mientras dos gruesas lagrimas rodaban por sus mejillas, le habló a su amiga Titina despacio muy quedo: _ Mi papá mi mamá son responsables de mí. Me cuidan, me protegen, porque soy lo mas importante para ellos, pero… _ ¿Pero…? – le animaba la muñeca para que continuara
_ ¡¿Pero…?! -suspiró con tristeza y profundamente - ¡Que se van a separar! - exclamó casi en un susurro de dolor, el pobre Polote. Titina sabía cuanto los papás de Polote le querían, así que prefirió averiguar un poco más antes de hacerse un juicio apresurado o equivocado.
_ ¿Y ya te dijeron, por qué se van a separar? _ No. Aún no. _ Pues mira, antes de estar triste y llorar… mejor espera a que conversen contigo. Las personas mayores a veces tienen motivos que los niños podemos entender. _ ¿Tu crees Titina? _ Claro que si Polote. Lo que no debes es desesperarte. El osito se incorpora un tanto, queda pensativo unos instantes… _ Esta bien, voy a esperar sus razones. Veré que pasa. Y Titina más aliviada le sonríe complacida. _ Así se hace querido amigo – y le ofrece su mano – ¿Me acompañas? El osito le tiende la suya y contando las estrellas, que esa noche eran mas de un millón, se marcharon al descanso que tenían requete merecido, en tanto saliera el sol y con el calor de sus rayos, el madrugador despertar de los Quiquiriquí. 8 8
Polote siguió los consejos de su amiga y compañera de juegos. ¿Y saben qué? La muñeca bailarina tenía muchisísima razón, porque a los pocos días, mamá y papá osos se sentaron una tarde junto a su querido hijo quien , aún triste , estaba atento a lo que sus padres le decían. _ Mira mi amor – hablaba mamá osa – en el otro circo, tu papá podrá continuar con los estudios que interrumpió cuando decidimos casarnos… _ ¿Y tu, mamá? ¿No vas a estudiar con el? _ No. Yo prefiero quedarme. Aquí puedo cuidarte y trabajar. Me siento bien y estoy conforme con la estabilidad que nos ofrece este circo – le dice su mamá acariciándole. _ Hijito – expresa papá oso – Así es mejor, porque no sé si llegue a triunfar. Pienso que ante el riesgo, es más acertado no implicarlos.
_ Entonces, ¿por qué te vas si no estás seguro?- pregunta Polote desanimado.
Polote, tu papa’ es un oso muy talentoso – le dice mama’ osa con extrema dulzura - No debemos oponernos a su deseo de superarse. A fin de cuentas, también lo hace por nosotros para que en el futuro nos vaya mucho mejor.
Yo hubiera preferido que nada nos separara y vivir junto los tres … – afirma Polote bajando la cabeza.
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Papá oso se pone de pie, se acerca a su hijo, lo carga y le besa con mucha ternura. Luego le toma de la barbilla, obligándole con suavidad a mirarle para decirle con gran cariño mientras sus ojos están fijos en los del osito: _ Tú eres mi tesoro más hermoso. Jamás dejaré de preocuparme por ti, ni de quererte. Es más, prometo protegerte siempre, ya verás que nunca, nunca, nunca – y restregaba efusivo su nariz grandota a la del pequeñín – te sentirás solo. _ ¿Entiendes Polote? – le pregunta mamá osa justo a su lado, uniéndose al abrazo.
Sin embargo, nada podía hacer para evitarlo. De manera que se dejó caer entre los brazos paternos que le prodigaban el incomparable y seguro resguardo que los niños tanto necesitan y esperan. 12
Los días con sus noches, comenzaron a pasar uno detrás de otro. Las funciones continuaron y papá oso preparaba su viaje. Polote, irremediablemente continuaba triste a pesar de que la muñeca bailarina siempre estaba a su lado animándole: _ Polote, aunque el señor oso se vaya con el otro circo, el jamás dejará de ser tu papá. _ Pero ya no va estar cerca de mi mamá y de mí – le respondió el osito. _ ¿Quien dice, eh? – Le dá una palmadita - No estará todos los días, pero vendrá a verte, su amor no va a cambiar. ¿Crees que olvidará las cosas que a ti te gustan? – muñeca bailarina negaba con la cabeza y sus rizos ondulaban de un lado a otro con movimiento saltarín - ! Hu… Hú! Estará pendiente porque su corazón late por ti.
Y Polote le mira esperanzador, con esos ojillos tan negros como azabaches, relucientes por la emoción. El sabía que su amiga, jamás le había mentido y casi siempre tenía razón. Además, ella le había enseñado a quererse, a respetarse, a ser leales, pero sobre todas las cosas a comprenderse y Polote, le correspondía de igual manera. No obstante, a medida que se acercaba la partida de su papá, el osito volvía a sentirse muy triste. Entonces Don oso, para quitar los temores a su hijo, pensó en revelarle un secreto que guardaba desde hacía mucho, pero muchísimo tiempo y , a pesar de la corta edad que tenía el pequeñín, sus papás consideraron que el momento había llegado porque Polote había crecido y ellos confiaban plenamente en él.
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Entonces, un día antes de la partida, el señor oso llamó a Polote. Se sentaron uno frente al otro, como grandes amigos, porque la ocasión lo requería y el asunto a tratar era bien serio. El osito también quería demostrar que era digno de esta confianza, así que prestó
mucha atención a las palabras de su padre. Papá oso le contó que siendo él muy joven, tenía en el dueño del circo a un gran amigo. Su amigo con los años envejeció y cuando se sintió enfermo le llamó para despedirse por siempre, dejándole como recuerdo un espejo . Pero este espejo no era como los demás ¡que va! Este espejo era un espejo diferente, porque este espejo era …¡ Un espejo mágico! Polote casi se cae del asiento cuando escuchó lo que
acababan de decirle. ¡En su casa había un espejo mágico y él no lo sabía! . Sin embargo, comenzó a darse cuenta que, el compartir este secreto con sus papás, lo hacia sentirse una persona muy importante. Seguramente ¡Alguna misión iban a encargarle! El a cambio, se prometió a si mismo no defraudarles. Por eso, se quedó quietecito, pero muy atento, para que su papá siguiera contándole. _ Y yo querido hijo, lo he guardado durante años con mucho cariño. Tu mamá y yo creemos que reúnes todas las
condiciones para conocer sus virtudes y con ello , como estaré lejos, cuidarlo por mi.
Y qué contarles de la emoción que sentía Polote. Era… ¡era algo grandioso! , nunca lo hubiese podido imaginar. El iba a convertirse : ¡En el guardián del espejo!
_… el dueño del circo – continuó papá oso – era un gran mago, Polote. Me dijo que al espejo, se le podía pedir algo que se quisiera ver; pero tenia que ser muy cuidadoso al escoger. Y después de darle muchas, pero muchas recomendaciones para su cuidado y conservación, le entregó el espejo que guardaban en un bonito baúl todo tapizado en terciopelo de color azul del cielo.
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¿Ustedes no imaginan lo que el osito le pidió al espejo? ¿Si? ! Pues claro, hasta yo lo adivine! _ Espejito mágico déjame ver, si papá se marcha… ¿Que será de mi mamá, de mí y de él? En la reluciente luna del espejo, apareció con mucha nitidez la imagen de Polote y su mamá en la sala. Tocan a la puerta y cuando él abre, papá Oso está sonriente, Más tarde juegan y con un gran ríen mientras compran ramo de flores. helados. El espejo cerró con Luego se ve una cortina de algodón caminando azucarado, para reflejar acto por el parque seguido, la feliz carita de Junto a sus papás. Polote.
El osito bailaba lleno de alegría con el espejo entre sus manitas, porque éste acababa de mostrarle que sus temores no tenían fundamento, había comprendido de una vez que los hijos ,siempre son lo más importante para los padres, aunque éstos se separen.
Finalmente, su tristeza cedió lugar a la paz que su pequeño corazoncito necesitaba y por primera vez en muchos días entendió lo que Titina trataba de explicarle:
Los niños siempre son, para las personas mayores
su tesoro más hermoso.
Y yo espero, aunque no tengas un espejo mágico, te mires en el reflejo del que guarda Polote y nunca, nunca, nunca, dudes de ello.
Concurso Internacional de Cuentos
Gran Premio y Primer lugar en el V Certamen Internacional de cuentos: “ILUSION” Convocado por el CLUB CULTURAL DE MIAMI “ATENEA” CREATION ART CENTER ( 2005 )