Atlas de las Aves NIdificantes de Asturies

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Atlas de las aves nidiďŹ cantes de Asturies

Atlas de las aves nidificantes de Asturies (1990/2010)

COA / INDUROT

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Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Contenido Listado de participantes en el trabajo de campo Introducción Metodología La vegetación de Asturies La vegetación como base para el muestreo de la avifauna nidificante Geología de Asturies Aspectos biogeográficos de la avifauna nidificante asturiana (1990/2000) Esquema de las fichas de especies Especies con reproducción confirmada entre 1990 y 2000 Nuevas especies nidificantes (2001-2010) Especies procedentes de sueltas y escapes Especies con nidificación no confirmada Especies extinguidas como nidificantes Principales problemas de conservación de las aves reproductoras de Asturies Bibliografía Normativa Apéndices

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Metodología Área de estudio El área abarcada por este Atlas es la definida por los límites administrativos de Asturies. El territorio se ha dividido para este estudio en cuadrículas de 10x10 km, de acuerdo con el sistema U.T.M. Al encontrarse Asturies atravesada de norte a sur por la línea de contacto de dos husos (29T y 30T), hay una serie de cuadrículas de tamaño más reducido a ambos lados de esta línea, si bien estas cuadrículas ha sido tratadas como las demás a efectos del estudio. Por otro lado, en el caso de las cuadrículas compartidas con Lugo, León y Cantabria sólo se ha estudiado la superficie asturiana, y no se han incluido datos externos. Época de estudio El Atlas incluye datos recogidos entre los años 1990 y 2010, ambos incluidos, aunque estos se han separado en dos períodos. El primero, de 1990 a 2000, constituye el periodo principal del estudio. El segundo, de 2001 a 2010, se considera como complementario del anterior; básicamente completa algunas carencias de cobertura de los primeros años, y documenta en varios casos expansiones y regresiones de ciertas especies, incluyendo la aparición de algunas especies nuevas para nuestra avifauna nidificante. Procedencia de los datos En 1998 se llevó a cabo una recopilación de los datos disponibles que podría ser utilizados en el Atlas, principalmente por dos vías: en primer lugar, se solicitó a los socios de la C.O.A. que aportaran sus registros de campo reunidos desde 1990, y en segundo lugar el INDUROT cedió la información sobre avifauna nidificante desde 1993. Esta primera remesa de datos no proviene de trabajo de campo especialmente dirigido a la elaboración de un atlas ornitológico asturiano (si bien en 1990 se habían realizado prospecciones en cotas superiores a los 1.000 m s.n.m. de algunas cuadrículas de la Cordillera). Con estos datos se realizaron unos mapas preliminares que permitieron localizar las cuadrículas con peor cobertura, con lo cual se prepararon dos campañas de toma de datos de campo en 1999 y 2000, llevadas a cabo por varios socios de la C.O.A., y dirigidas a completar la cobertura. Paralelamente, se obtuvo información complementaria de otras fuentes: la bibliografía disponible (incluyendo algunos informes inéditos), la base de datos del Annuariu Ornitolóxicu d’Asturies, y comunicaciones personales de otros ornitólogos y naturalistas. Con posterioridad al año 2000 no se realiza-

ron nuevas campañas destinadas al Atlas. La información reunida entre 2001 y 2010 es básicamente una recopilación de datos ya existentes en archivos personales que permitieran completar los mapas y documentar algunas expansiones. Además de las aportaciones de colaboradores, se incluyen algunas prospecciones efectuadas en el marco de otros estudios sobre especies o áreas concretas, así como, de nuevo, la consulta de bibliografía y de la base de datos del Annuariu, y las comunicaciones personales. Criterios Fechas de la temporada de cría El estudio se ocupa de la avifauna nidificante, de manera que sólo se incluye información relativa a la temporada de cría. Dicha temporada varía entre unas especies y otras, y entre diferentes zonas, pero siguiendo las recomendaciones del EBCC (European Bird Census Council: véase Hagemeijer & Blair, 1997) se define de la siguiente manera: del 15 de marzo al 15 de julio para las especies sedentarias, del 15 de abril al 15 de julio para las especies estivales, y del 15 de febrero al 15 de julio para las especies de nidificación temprana; con posterioridad al 15 de julio sólo se incluyen datos de cría confirmada. No obstante, en algunos casos se introdujeron restricciones en estas fechas, y se retrasó la fecha de inicio para incluir datos. Es el caso de varias especies que son comunes en Asturies como migrantes o invernantes, pero generalmente escasas como reproductoras, de manera que a principios de la temporada de cría la abundancia de los migrantes sobrepasa de forma abrumadora a la de

Tabla 1. Especies para las cuales se retrasó la fecha de inicio de inclusión de datos. fecha de inicio especie Coturnix coturnix Streptopelia turtur Apus apus Anthus petrosus Anthus pratensis Luscinia megarhynchos Turdus torquatus Hippolais polyglotta Sylvia borin Sylvia communis Phylloscopus collybita Phylloscopus trochilus Muscicapa striata Ficedula hypoleuca Oriolus oriolus Lanius collurio Carduelis spinus Emberiza schoeniclus

fecha de inicio

(mapas)

(hábitats)

15 de abril 15 de abril 15 de abril 1 de mayo 1 de mayo 15 de mayo 1 de mayo 15 de abril 15 de abril 15 de abril 1 de mayo 15 de mayo 15 de abril 1 de mayo 15 de abril 15 de abril 15 de abril 1 de mayo

1 de mayo 15 de mayo 1 de mayo 1 de mayo 1 de mayo 15 de mayo 1 de mayo 15 de mayo 15 de mayo 1 de mayo 1 de mayo 15 de mayo 1 de mayo 1 de mayo 1 de mayo 15 de mayo 15 de abril 1 de mayo


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Cuadro I Estimación de la población nidificante a partir de itinerarios de censo En el caso de la mayor parte de los paseriformes (salvo los más escasos) y de algunas otras especies (Coturnix coturnix, Columba palumbus, Streptopelia spp., Cuculus canorus, Apus apus y varios Piciformes) la población se calculó mediante las densidades obtenidas en los itinerarios de censo. Para cada especie y cada hábitat se calculó la densidad media (empleando el método de las dos bandas: Bibby et alii, 1992) y sus intervalos de confianza del 95% (previa transformación logarítmica). Posteriormente se multiplicaron los valores de los intervalos de confianza del 95% obtenidos para cada uno de los hábitats prospectados, por la superficie que dicho hábitat ocupa en Asturies (INDUROT, inédito). Hubo dos hábitats que no fueron incluidos (vegetación de estuarios, y medios acuáticos), ya que no se realizaron itinerarios en ellos, pero su superficie conjunta es muy reducida (1.431 ha) y no afecta de manera apreciable a las especies estudiadas por este método. En cuatro casos (Coturnix coturnix, Cuculus canorus, Picus viridis y Corvus corax) los cálculos no se hicieron directamente con las densidades medias. Se trata de especies que aparecen con bastante frecuencia en los diferentes hábitats, pero con densidades tan bajas que la aparición de ejemplares dentro de la banda principal de censo es poco habitual, y puede depender bastante del azar con los tamaños de muestra manejados. Es estos casos se calculó previamente una relación específica entre I.K.A. y densidad en el conjunto de los hábitats, y después de transformar el valor del I.K.A. en densidad para cada hábitat de acuerdo con la relación resul-

rios con el mínimo y el máximo anuales más altos estimados durante el periodo considerado. En algunos casos se da una sola cifra que corresponde al número de parejas con nidificación segura en el mejor año del periodo considerado. Ejemplo: Emberiza schoeniclus. 5. Población estimada a partir del número de cuadrículas ocupadas, en combinación con las densidades conocidas en una muestra de cuadrículas. Se da un rango de parejas o territorios con el mínimo y el máximo de la población media estimada durante el periodo considerado. Ejemplo: Otus scops. Unas pocas especies llevan estimas procedentes de varios métodos (por ejemplo, Streptopelia decaocto). Fichas de especies Además del mapa de distribución, para cada especie se elaboró una ficha donde se tratan diferentes aspectos. Los textos se asignaron a un equipo de autores, que las elaboraron de acuerdo con un esquema preestablecido. Posteriormente,

tante, se calculó la población con estos valores, siguiendo el mismo procedimiento que en las demás especies. Sumando los resultados de una misma especie en todos los hábitats se obtuvo un resultado global para cada especie, en forma de número total de aves. Posteriormente se transformó este resultado multiplicándolo por un coeficiente específico que lo convirtió en número de parejas o territorios. Estos coeficientes (Apéndice 1) fueron calculados para cada especie utilizando exclusivamente los registros obtenidos durante los itinerarios de censo, donde los ejemplares fueron asignados a un tipo de observación (individuo solitario, macho cantor, pareja, grupo familiar, etc.); de esta manera, para cada especie, el número total de territorios registrados en los itinerarios se dividió por el número total de ejemplares y se obtuvo el coeficiente. Para calcular el número de territorios se optó por un enfoque conservador, de manera que los individuos de estatus incierto se asignaron al número mínimo de territorios posibles en cada tramo. El resultado final es un rango con los intervalos de confianza del 95% del número de parejas o territorios para cada especie. Este método no se ha empleado con algunas especies que, si bien aparecieron en los muestreos con densidades apreciables, tienen una distribución muy restingida, y se consideró que la aplicación de este método podría dar lugar a una sobreestimación importante. Es el caso de Galerida cristata, Luscinia svecica, Saxicola rubetra y Emberiza hortulana, para las cuales se ha optado por utilizar el método 4.

las fichas fueron revisadas por el equipo editorial para dar uniformidad de tratamiento y estilo. Para la elaboración de los textos se contó con el mapa de distribución, los resultados de los muestreos por hábitats y altitudes y la base de datos empleada en los mapas, así como diversos informes, censos, etc., y la base de datos del Annuariu Ornitolóxicu d’Asturies. La bibliografía empleada se cita en las fichas y aparece al final del libro. No obstante, para evitar hacer los textos demasiado farragosos, se tomó la decisión de no citar expresamente parte de la información mencionada: la obtenida en la base de datos del Atlas, la obtenida en la base de datos del Annuariu (aunque aparezca en informes ya publicados), y la obtenida directamente en el campo por parte del propio autor o del equipo editorial, salvo que forme parte de trabajos inéditos (en cuyo caso se citan como tales). Las comunicaciones personales de otros autores tampoco se citan (salvo excepciones) si se refieren a información contenida en las dos bases de datos mencionadas.


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La vegetación de Asturies Síntesis bioclimática y fitogeográfica

El siguiente texto está basado en Díaz González (2009) y Díaz González & Fernández Prieto (1987, 1994a, 1994b). Las características de la cubierta vegetal de Asturies son resultado de la gran diversidad de ambientes que la configuran, fruto, a su vez, de la variedad de sustratos geológicos, la heterogeneidad del relieve, la pluralidad de condiciones micro y mesoclimáticas y la ubicación biogeográfica del territorio, a lo que debe añadirse la intervención humana sobre el medio como factor último desestabilizador de ecosistemas y modelador de paisajes. En este sentido, la existencia de fuertes desniveles determina sensibles variaciones de temperatura debidas a la altitud, de tal modo que se pueden reconocer cinco pisos bioclimáticos o termotipos en los cuales la flora y la vegetación son marcadamente diferentes y a los que se pueden asignar, de forma aproximada, rangos altitudinales (Tabla 1). El piso termocolino se caracteriza por estar libre de heladas todo el año. Aquí se localizan especies y comunidades vegetales que requieren ese condicionante climático y se incluye, además, la vegetación exclusiva del litoral (vegetación halófila de acantilados, dunas y marismas), influida directamente por el mar. En los pisos colino y montano se desarrolla la vegetación forestal, ya sea su fase climácica, es decir, el bosque, o sus diferentes comunidades de sustitución (prebosques, formaciones arbustivas, matorrales, formaciones herbáceas). Por encima de los 1.700 m, en los pisos subalpino y alpino, las duras condiciones ambientales no permiten la instalación de las comunidades forestales; la vegetación aquí corresponde a matorrales rastreros y céspedes exclusivos de la alta montaña. Por otro lado, la alta diversidad ambiental condiciona la distribución de las plantas y las comunidades vegetales a lo largo de la superficie

regional, lo que permite definir una serie de zonas biogeográficas bien diferenciadas (Figura 1). La totalidad de Asturies forma parte de la región Eurosiberiana, cuyo rasgo fundamental es la ausencia de aridez estival, y, dentro de ésta, se integra en la provincia Atlántica Europea, caracterizada por la ausencia de rigurosidad climática, tanto en verano como en invierno, derivada del efecto temperante que ejerce el océano. El territorio asturiano se reparte, dentro de la provincia Atlántica, entre dos subprovincias: la CántabroAtlántica, que abarca la franja más influida por el mar, y la Orocantábrica, que engloba las áreas montañosas del sur, de carácter más continental, menor influencia oceánica y mayores relieves. La diversidad vegetal de estas subprovincias permite la caracterización de unidades fitogeográficas de rango menor, de modo que en la CántabroAtlántica se separan los subsectores Ovetense, Galaico-Asturiano septentrional y Galaico-Asturiano meridional, dentro del sector GalaicoAsturiano, mientras que en la Orocantábrica se reconocen los subsectores Picoeuropeano-Ubiñense septentrional y Picoeuropeano-Ubiñense meridional, dentro del sector Picoeuropeano-Ubiñense, y los subsectores Laciano-Altonarceense y Ancarense-Omañés, incluidos en el sector Laciano-Ancarense.

Subprovincia Cántabro-Atlántica

Sector Galaico-Asturiano. Subsector Ovetense El subsector Ovetense abarca las zonas bajas del centro y el oriente, y cuenta con la mayor variedad de sustratos litológicos de toda Asturies, con alternancias de sustratos calcáreos y silíceos, lo que favorece la diversidad de hábitats y de comunidades vegetales. Se reconocen en este subsector los pisos bioclimáticos termocolino, en los terrenos más próximos a la línea de costa, colino, para la mayor parte del territorio, y montano, en las sierras prelitorales y en las estribaciones de la Cordillera que cierran la unidad por el sur. Aquí, ligada a la franja estrictamente litoral, se

Tabla 1. Pisos bioclimáticos que se pueden reconocer en Asturies y su relación, aproximada, con la altitud. Piso bioclimático Termocolino

Termotipo Termotemplado

Rango altitudinal (m) 0-100

Colino

Mesotemplado

100-700

Montano

Supratemplado

700-1700

Subalpino

Orotemplado

1700-2300

Alpino

Criorotemplado

>2300


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Robledales Bosques con el carbayo, el roble albar y el rebollo como especies dominantes. Unidad de vegetación Carbayedas éutrofas (facies de carbayo o rebollo dominante) Carbayedas oligótrofas (salvo fase de haya dominante) Rebollares oligótrofos Robledales albares éutrofos (facies de roble albar o rebollo dominante) Robledales albares oligótrofos xerófilos Robledales albares oligótrofos umbrófilos

David Pascual Stevens

63.821,43 ha

Jesús Valderrábano Luque

Pedro García-Rovés

Superficie total


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Resultados de los muestreos en los robledales (66,045 km de transectos y 118 estaciones de escucha)

especies Parus caeruleus Erithacus rubecula Troglodytes troglodytes Regulus ignicapilla Parus ater Sylvia atricapilla Turdus merula Certhia brachydactyla Aegithalos caudatus Fringilla coelebs Sitta europaea Parus major Turdus philomelos Phylloscopus ibericus Regulus regulus Sylvia borin Garrulus glandarius Prunella modularis Parus palustris Pyrrhula pyrrhula Dendrocopos major Muscicapa striata Parus cristatus Columba palumbus Anthus trivialis Picus viridis Certhia familiaris Phylloscopus bonelli Corvus corone Sturnus vulgaris Serinus serinus Oriolus oriolus Carduelis carduelis Turdus viscivorus Phylloscopus collybita Phoenicurus phoenicurus Pica pica Motacilla cinerea Ficedula hypoleuca Motacilla alba Emberiza cia Emberiza citrinella Cuculus canorus Carduelis chloris Carduelis cannabina Dryocopus martius Hirundo rustica Corvus corax Ptyonoprogne rupestris Apus apus Saxicola torquatus Lanius collurio Dendrocopos medius Jynx torquilla Dendrocopos minor Cettia cetti Hippolais polyglotta Phylloscopus trochilus Sylvia communis Coturnix coturnix Sylvia undata Phylloscopus sibilatrix Streptopelia decaocto Anthus spinoletta Sturnus unicolor Passer domesticus TOTAL

frecuencia

%

% acumulado

(estaciones)

densidad

densidad

aves/km 10,01 15,96 11,75 5,10 5,50 7,68 5,62 3,88 3,16 4,53 3,27 3,51 4,94 3,51 1,15 2,67 2,20 2,04 1,59

% 73,73 88,14 87,29 57,63 53,39 78,81 70,34 63,56 30,51 73,73 30,51 45,76 52,54 42,20 13,56 39,47 50,00 24,58 19,49

total 13,03 12,87 9,14 9,04 6,12 5,89 4,35 4,18 3,68 3,66 3,53 3,37 2,68 2,51 2,46 2,21 1,66 1,57 1,41

1,30 0,76 0,66 0,58 0,55 0,47 0,21 0,18 0,21 0,21 0,18 0,18 0,19 0,18 0,15 0,14 0,10 0,09 0,06 0,05 0,03 0,03 0,03 0,03 0,03 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00

2,03 1,08 0,78 0,70 1,41 0,84 0,51 0,15 0,41 0,94 0,17 0,27 0,50 0,36 0,45 0,24 0,36 0,17 0,08 0,07 0,03 0,03 0,06 0,48 0,11 0,14 0,21 0,20 0,17 0,14 0,09 0,06 0,05 0,05 0,03 0,03 0,03 0,02 0,02 0,02 0,02 0,02 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00

33,90 28,81 1,14 11,86 34,75 14,68 16,10 2,54 12,15 11,02 0,85 11,86 3,41 2,54 11,86 9,09 2,80 4,24 0,85 3,41 0,00 4,24 3,39 11,01 0,85 1,69 0,85 0,00 1,69 0,00 0,00 0,85 1,32 4,24 0,92 6,78 0,85 0,00 0,00 3,41 1,14 0,85 0,93 0,85 0,85 0,85 0,85

1,30 0,76 0,68 0,59 0,52 0,46 0,20 0,20 0,20 0,20 0,20 0,18 0,18 0,18 0,14 0,14 0,10 0,09 0,06 0,05 0,03 0,03 0,03 0,03 0,03 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00

total 13,03 25,91 35,05 44,09 50,21 56,10 60,45 64,63 68,30 71,96 75,49 78,86 81,54 84,05 86,51 88,72 90,38 91,95 93,37 94,67 95,43 96,11 96,71 97,23 97,69 97,90 98,10 98,30 98,50 98,70 98,88 99,06 99,24 99,38 99,52 99,62 99,71 99,77 99,82 99,85 99,88 99,91 99,94 99,97 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00

94,36

111,59

densidad

densidad

(bandas)

(taxiado)

aves/10ha 14,31 14,13 10,03 9,92 6,72 6,46 4,78 4,58 4,03 4,02 3,87 3,70 2,95 2,75 2,70 2,42 1,82 1,73 1,55

aves/10ha 11,75 12,57 8,96 7,51 5,69 5,78 4,27 3,91 3,39 3,57 3,30 3,21 2,73 2,48 1,91 2,15 1,64 1,54 1,36

1,43 0,84 0,75 0,65 0,57 0,51 0,22 0,22 0,22 0,22 0,22 0,20 0,20 0,19 0,16 0,15 0,11 0,10 0,07 0,05 0,04 0,04 0,03 0,03 0,03 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 109,77

I.K.A.

100,00


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Geología de Asturies

Rosana Menéndez Duarte

Estas rocas más antiguas se encuentran recubiertos parcialmente por rocas más modernas, del Mesozoico y Terciario; parte de estas rocas son las que aparecen en la denominada Cuenca de Xixón-La Villa y en una estrecha banda de dirección este-oeste situada en la depresión media asturiana, entre Grau y Cangues. Los relieves cantábricos actuales se desarrollaron en una nueva etapa orogénica, la Alpina, que fue seguida por un conjunto de procesos geológicos que se continúan durante el Cuaternario. Las rocas más antiguas en Asturies son casi exclusivamente rocas sedimentarias de naturaleza silícea. En las formaciones de esta edad alternan diversos tipos de areniscas, cuarcitas y pizarras y forman el substrato dominante en toda la región occidental, dando amplias zonas con paisajes relativamente homogéneos (Fotos 1A y 1B). Desde los concejos de Cuideiru, Salas, Tinéu y Cangas, hasta el límite oeste, prácticamente todas las rocas que afloran son de este tipo y su edad va del Precámbrico al Silúrico. En el mapa geológico de la Figura 1 son el substrato caracterísitico de la Zona Asturoccidental-Leonesa y de los afloramientos precámbricos. En las zonas centro y oriente de Asturies también afloran algunas formaciones de estas edades y litologías, pero ocupan menor extensión y alternan con otras formaciones que describiremos a continuación. En algunas zonas

Rosana Menéndez Duarte

En Asturies el substrato geológico es muy variado, de forma que existen diferencias importantes entre las el oriente y el occidente y, dentro de algunas zonas, en reducido espacio, también hay una alta variabilidad. Asociados a los diferentes tipos de rocas se desarrollan distintos elementos de relieve, diferentes morfologías y diferentes suelos y, con ello, los usos del territorio por parte de la fauna también son distintos. Para entender la variabilidad geológica de Asturies y la división en zonas que es posible establecer se hace imprescindible conocer un poco su historia geológica. El substrato geológico de Asturies se encuentra constituido principalmente por rocas de edad paleozoica, esto es, rocas formadas entre hace 570 y 300 millones de años; a su vez estas rocas se apoyan sobre un zócalo más antiguo formado por materiales precámbricos. Todas estas rocas han sido deformadas en el transcurso de la Orogénesis Herciniana, que tuvo lugar hace unos 300 millones de años. Esta etapa orogénica dio lugar a una importante cordillera de la que forma parte el Macizo Herciniano Ibérico, cuya rama norte, donde se encuentra Asturies, se estructura en una forma arqueada (el denominado Arco Astúrico o Rodilla Astúrica). El relieve de la antigua cordillera fue erosionado, pero las rocas antiguas deformadas en esta etapa son el substrato geológico dominante en Asturies.

Foto 1. A) Paisaje de cuarcitas ordovícicas (Serie de los Cabos) en la cuenca del Ríu Narcea (valle de Combu, Cangas). B) Paisaje de pizarras ordovícias y silúricas en la cuenca del Ríu Negru (Valdés).


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Figura 1. Unidades geológicas de la Zona Cantábrica y de la Zona Asturoccidental-Leonesa presentes en Asturies. Todas estas unidades forman parte del sector norte del Macizo Ibérico (tomado de Bastida y Aller, 1995).

general alternan formaciones de pizarras y areniscas con formaciones de calizas tableadas. Este tipo de alternancias genera un paisaje muy característico de algunas áreas de montaña del centrosur, en los concejos de Somiedu, Teberga, Quirós o Santadrianu (Foto 2) y es muy frecuente en las unidades de Somiedo-Correcillas, Sobia-Bodón o en la Región de Mantos (Figura 1).

Pedro García-Rovés

de la región central los relieves no calcáreos más importantes suelen asociarse a la Cuarcita de Barrios de edad ordovícida. Las rocas del paleozoico medio y superior, algo más modernas que las descritas en el párrafo anterior, siguen siendo rocas sedimentarias pero mucho más variadas desde el punto de vista litológico. En el Devónico, como característica

Foto 2. Alternancias de calizas, areniscas y pizarras en la Unidad de Somiedo-Correcillas. El Coutu y Hurria (Somiedu).


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Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Esquema de las fichas de especies A continuación se dan algunas explicaciones sobre el modelo de ficha seguido y sus diferentes apartados: Nombre científico Cada ficha comienza con el nombre científico de la especie tratada, siguiendo la taxonomía y nomenclatura propuestas por AERC TAC (2003) y Crochet & Joynt (2010). Nombre castellano Se sigue la propuesta de Gutiérrez et alii (2012). Nombre asturiano Se sigue la propuesta de Álvarez-Balbuena et alii (en prep.). Distribución mundial Se menciona muy brevemente la distribución mundial de la especie, utilizando los tipos faunísticos definidos por Voous (1960) para el Paleártico Occidental. Hay unos pocos casos en los que la especie en cuestión no es tratada por Voous (1960), ya sea debido a cambios taxonómicos adoptados con posterioridad, o por tratarse de especies exóticas cuya área de distribución natural está fuera del Paleártico Occidental. En el primer caso se aplican los tipos faunísticos a la taxonomía seguida en el presente Atlas. Situación en Asturies A continuación aparecen varios apartados donde se tratan algunos aspectos de la biología de la especie en el ámbito tratado por el presente Atlas. Así, pues, salvo que se indique otra cosa, la información ofrecida se refiere a Asturies, y no es necesariamente aplicable a otras partes del área de distribución. Taxonomía Se indica si la especie es monotípica o politípica, y en este último caso se señala cuál es la subespecie que nidifica en Asturies, todo esto siguiendo los criterios de AERC TAC (2003). En unos pocos casos se señalan también propuestas de otros autores. Población Se ofrece una estima de la población nidificante, y se indica, mediante un superíndice, el tipo de método que se empleó para obtener dicha estima. Los números del superíndice se corresponden con los cinco tipos de estimaciones referidos en el capítulo dedicado a la metodología.

Extensión geográfica y patrones de distribución Se comenta, en primer lugar, el área de distribución ocupada por la especie, indicando también, en su caso, si ha habido cambios recientes en la misma, o si se conocen otras zonas ocupadas antes del periodo tratado por el Atlas. A continuación se señala, si hay información suficiente, la densidad con que se presenta la especie, y si se conocen diferencias entre las distintas regiones. En algunos casos se comentan varios aspectos de la estima poblacional. Hábitats y altitudes Se señalan los requerimientos conocidos, y los distintos tipos de hábitats que ocupa la especie. También se da el rango altitudinal ocupado, y se comenta si existen preferencias dentro de este rango. Movimientos Se habla en primer lugar del comportamiento migratorio (o su ausencia) y la fenología de la población nidificante. Posteriormente se habla, en su caso, acerca de la llegada de poblaciones no nidificantes, señalando si existen recuperaciones de ejemplares anillados. Tendencias poblacionales Se comenta la evolución de la población nidificante en los últimos tiempos. En muchos casos no disponemos de información al respecto, y así se indica. Conservación Se tratan diferentes aspectos relacionados con la conservación de la población nidificante: causas de los cambios poblacionales, factores perjudiciales o beneficiosos, estatus legal, etc. En algunas especies este apartado aparece combinado con el anterior. Autor(es) Autor(es) del texto. Mapa de distribución Se ofrece el mapa de distribución de cría, con cuadrículas U.T.M. de 10x10 km. El tamaño de los círculos indica si en esa cuadrícula hay nidificación posible (círculo pequeño), probable (mediano) o segura (grande). El color de los círculos indica el periodo considerado: entre 1990 y 2000 (círculos negros) o entre 2001 y 2010 (círculos grises).


Tablas Muchas especies llevan tablas, que pueden ser de varios tipos. Las especies para las cuales existe información derivada de los muestreos de abundancias (itinerarios de censo y estaciones de escucha) presentan dos tablas donde aparecen los valores obtenidos por hábitats y por intervalos altitudinales. En el primer caso sólo se muestran los medios en los que apareció la especie, y se omiten aquéllos en los que no se detectó. En el caso de la tabla de altitudes, se muestra todo el rango, independientemente de que se haya detectado o no la especie en cada piso. Se excluyen algunas especies muy escasas, que no han llegado a aparecer en los muestreos, y otras que se encuentran restringidas a hábitats muy puntuales, en general no cubiertos por los muestreos (por ejemplo, los carrizales), aunque hayan aparecido en otros medios. También es preciso recordar que en estas tablas aparece exclusivamente la información recogida durante los muestreos citados (transectos y estaciones). De esta manera, pueden existir registros de una especie, obtenidos por otros métodos, en hábitats y en cotas que no aparecen en estas tablas (de hecho, esto sucede en varias especies). Por otro lado, algunas especies llevan otro tipo de tablas, normalmente con censos de parejas distribuidos por concejos o localidades, o con informaciones de otro tipo.

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Fotografías Se intentó obtener fotografías de todas las especies nidificantes realizadas en Asturies durante la época de cría, dando preferencia normalmente a estas características por encima de la calidad técnica de las imágenes. En algunos casos esto no fue posible, y se emplearon fotografías tomadas fuera de la época de cría, o fuera de Asturies. Estos casos se señalan en el Apéndice 2. Nombres científicos de animales y plantas Los nombres científicos de los animales y las plantas mencionados en las fichas (excluido el de la propia especie objeto de la ficha) se muestran en el Apéndice 3. Allí se indican los taxones a que se refieren los nombres vulgares en las fichas, pero no son necesariamente aplicables en otros ámbitos. Otras especies Tras el cuerpo principal del Atlas (es decir, las especies con cría confirmada entre 1990 y 2000), aparecen cuatro capítulos donde se tratan otras especies: nuevos nidificantes (especies que comenzaron a criar con posterioridad a 2000), especies no nativas (procedentes de sueltas o escapes), especies de nidificación no confirmada, y especies extinguidas. En estos capítulos las fichas tienen un formato diferente (más reducido y sin mapa de distribución).

Alfredo González Nicieza

Atlas de las aves nidificantes de Asturies


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Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Anas clypeata Nombre castellano: cuchara común Nombre asturiano: cuyareta

Situación en Asturies

Taxonomía Especie monotípica (AERC TAC, 2003). Población 1 pareja (1991-1996)4. Extensión geográfica y patrones de distribución La única localidad donde se ha confirmado la nidificación de esta especie es la Ría de la Villa, donde una pareja crió los años 1991, 1994 y 1996 (y probablemente también en 1997). A lo largo de la época de cría (mayo, junio y julio) se registran con frecuencia ejemplares en otros humedales, sobre todo en los embalses costeros de la región central, pero todas estas observaciones son atribuibles a migrantes o a individuos no reproductores. Hábitats y altitudes El enclave de cría conocido es una charca de aguas someras, con carrizal, espadañas y prados anegados, situada en un porréu de la Ría de la Villa. Movimientos No se conocen los movimientos de las aves que criaron aquí. La Ría de la Villa –única localidad de cría confirmada– alberga habitualmente ejemplares de la especie a lo largo del invierno y los pasos migratorios. Además, esta especie es un invernante regular en pequeña o moderada cantidad, con una media de 165 aves en los censos de enero de 1988 a 2010 (rango 2-479), y con tendencia a ser más numeroso a partir de 1996. También se registran migrantes en ambos pasos, sobre todo durante el postnupcial (de julio a diciembre), y normalmente menos durante el prenupcial (de febrero a mayo). Tendencias poblacionales La reproducción de esta especie puede considerarse ocasional, ya que sólo ha criado –que se sepa– en cuatro ocasiones.

Bernardo Busto Collado

Distribución mundial Tipo faunístico holártico (Voous, 1960).


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Juan Villar Sordo

Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Conservación Las parejas que se han reproducido hasta el momento lo han hecho en la Ría de la Villa, un enclave declarado Reserva Natural Parcial y ZEPA, lo que debería garantizar su protección. Sin embargo, en el porréu donde ha criado esta anátida hay ciertas molestias humanas durante la época de cría que podrían dar lugar a la deserción de los nidos en caso de futuros intentos de cría. Como medida para potenciar y consolidar la reproducción, el Plan Rector de Uso y Gestión de la Ría de la Villa debería contemplar la consideración de la charca donde cría como Zona de Uso Restringido y la aplicación de medidas directas tendentes a la conservación de su hábitat de cría y a la eliminación de las molestias en el mismo, así como el incremento de la vigilancia ambiental. Por otra parte, al tratarse de una especie cinegética, la exigua población reproductora puede resultar vulnerable ante una excesiva presión de la caza. No obstante, dicha actividad no está permitida en la mayor parte de los humedales asturianos donde inverna, ni en la única localidad de reproducción conocida.

Juan Villar Sordo

Autores: David Álvarez Fernández & Elías García.


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Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Tetrao urogallus Nombre castellano: urogallo común Nombre asturiano: faisán montés Distribución mundial Tipo faunístico paleártico (Voous, 1960).

Taxonomía Especie politípica. En Asturies nidifica la subespecie T. u. aquitanicus (AERC TAC, 2003), aunque Castroviejo (1975) propuso que la población cantábrica se separase en otra subespecie, T. u. cantabricus. Población 291 machos (1982-1983)1. 102 machos (2000-2001)1. Extensión geográfica y patrones de distribución Durante el período del Atlas la especie se distribuyó por la Cordillera y sus estribaciones, en los concejos de Ibias, Grandas, Ayande, Degaña, Cangas, Tinéu, Somiedu, Balmonte, Teberga, Grau, Quirós, L.lena, Ayer, Llaviana, Sobrescobio, Casu, Ponga y Amieva. Anteriormente se había extinguido en otros concejos: Pruaza, Nava, Piloña, Cangues y Cabrales. Desde al menos la década de 1980 hay un declive acentuado y posteriormente al año 2000 ya ha desaparecido de varios concejos (véase la Tabla). Hábitats y altitudes Habita en bosques caducifolios extensos, principalmente hayedos en el centro y el oriente, y robledales en el extremo occidental, aunque llega a ocupar también abedulares. Además, en Ayande ocupó una plantación de pino albar. Dentro de sus territorios necesita zonas con abundancia de arándanos y, en general, con disponibilidad de buenos parches de matorral desarrollado, y áreas con diversidad florística de árboles y arbustos. La especie está presente principalmente entre los 1.200 y los 1.600 m s.n.m., en bosques de montaña, aunque hasta hace poco ocupaba también montes más bajos, y Noval (1976) estudió durante varios años un cantadero ocupado a 680 m s.n.m., en un hayedo.

Clemente Álvarez Usategui

Situación en Asturies


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

125

Tabla: censos de Tetrao urogallus (1975-2001) nº mínimo

nº mínimo

nº mínimo

nº mínimo

nº mínimo

nº de

%

estimado

estimado

estimado

estimado

estimado

cantaderos

ocupados /

de machos

de machos

de machos

de machos

de machos

conocidos

visitados

1975

1982/1983

1990

1998

2000/2001

2000/2001

2000/2001

9-12

10

-

-

2

5

40,00

0

0

-

3

0

25

0,00

26-28

40

-

-

11

28

46,43

concejo Amieva / Cangues Ayande Ayer Balmonte

-

-

-

-

1

3

0,00

Cangas

48-59

32

-

46

39

110

59,43

Casu

27-34

36

-

-

11

35

42,86

-

-

-

-

5

3

100,00 60,00

Casu / Ponga Degaña

18-20

25

-

-

9

15

Grandas

-

-

-

0

0

1

0,00

Grau

-

-

-

-

1

2

100,00

Ibias

2

5

-

2

2

17

26,67

L.lena

8-10

18

-

-

3

24

29,17

Llaviana

-

-

-

-

0

1

0,00

Llaviana / Sobrescobio

-

-

-

-

1

1

100,00

Piloña

7-8

*

-

-

0

7

0,00

Ponga

21-27

25

-

-

5

17

35,29

Quirós

6-8

10

-

-

2

17

29,41

8-14

4

-

-

1

11

18,18

Somiedu

40-48

62

28

-

6

39

23,08

Teberga

10

24

-

-

2

20

60,00

Tinéu

-

-

-

2

1

8

37,50

V.A. Peñamellera

-

-

-

-

0

1

0,00

231-280

291

-

-

102

378

41,53

Sobrescobio

TOTAL

(*)=incluido en el concejo de Casu

Movimientos Especie sedentaria. Dependiendo del momento (por alimentación, climatología, cría o muda) ocupa distintas franjas de hábitat y altitud dentro de sus territorios. Pueden realizar pequeños desplazamientos entre valles y no hay información sobre posibles movimientos dispersivos de los jóvenes. Por otra parte, hay constancia de la aparición de ejemplares en concejos sin cantaderos conocidos (Morcín, Parres y Cangues), que podrían atribuirse a desplazamientos invernales. Tendencias poblacionales Entre las especies características de nuestra avifauna, el urogallo es la que más rápidamente se encamina a la extinción, y se encuentra inmersa en una marcada regresión areal y poblacional. De los 291 machos que se censaron en 1982 (del Campo & García-Gaona, 1983), se pasó a 101 machos en 2000 y 2001 (González Quirós et alii, 2000, 2001). En la última década el ritmo de disminución de la población podría haberse incrementado, especialmente en la mitad oriental, donde sólo se han censado siete machos en 2010 y la extinción parece inminente. Aunque el concejo de Degaña y alguna zona del de Cangas mantienen buena parte de su población, en el resto se han producido verdaderas debacles. En la parte leonesa de la Cordillera la situación es similar (Canut et alii, 2003). En cuanto a los extremos de su área de distribución, en Cantabria sólo quedaba un macho en 2005 (probablemente ya se ha extinguido en la actualidad), y la especie ya está extinta desde hace años en Palencia (Jubete Tazo, 1997) y en Lugo (Canut et alii, 2003). Conservación La regresión de la especie no tiene una causa clara, y son diversos los factores que, por separado o combinados, parecen haber provocado la situación actual (aislamiento, alteración y destrucción del hábitat, caza, depredación, competencia, cambio climático, etc.) (Obeso, 2003b). Todo esto ha venido acompañado de una deficiente gestión administrativa de la especie. La caza, tanto legal como furtiva, fue claramente un factor importante. Se estima que en la Cordillera Cantábrica se cazaron del orden de 6.000 aves, más de la mitad de ellas en Asturies, en la segunda mitad del siglo XX (Vigil Morán, en preparación). Un asunto grave en la actualidad es la concesión de cotos de caza en los que se incluyen montes con urogallos, donde anualmente se producen muertes –especialmente de hembras y jóvenes– por parte de cazadores de perdices o becadas. Este hecho se podría minimizar con un cumplimiento estricto de la legislación cinegética.


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

César Álvarez Alba

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Bernardo Busto Collado

La depredación sobre aves y huevos se produce mayoritariamente por parte del jabalí, el zorro, la marta, el águila real y el azor. En Alemania, Finlandia y Suecia se ha constatado una correlación negativa entre densidad de zorros o jabalíes, y densidad de urogallos (Klaus y Bergmann, 1994; Lindström et alii, 1994; Kurki et alii, 1997). En Asturies se identificó el tipo de depredador en 20 ocasiones durante el periodo del Atlas: 70% por ave rapaz y 30% por mamífero carnívoro (A. Vigil, en preparación). En cuanto a la competencia con otras especies, el impacto del ciervo sobre la vegetación es un problema muy grave. Por debajo de los dos metros los venados llegan a devastar todas las plantas (principalmente arandaneras) de las que se alimenta el urogallo, especialmente durante las nevadas y las sequías (Álvarez Usategui et alii, 1997), y lo dejan sin refugio frente a los depredadores o los temporales de nieve; además, este efecto incrementa la depredación sobre huevos y pollos, al dejar el suelo sin vegetación y reduce enormemente el alimento para los pollos (Obeso & Bañuelos, 2003). Los ciervos también causan molestias directas debido a su trasiego por los cantaderos. Vigil Morán & Álvarez Usategui (2004) hallaron una relación inversa entre altas densidades de ciervos y ocupación de cantaderos, y el núcleo occidental –sin presencia de ciervos– fue la única zona donde se mantuvo la población de urogallo entre 1982 y 2000. Se ha estimado que una densidad de más de 3 ciervos / 100 ha conlleva efectos perjudiciales (Menoni, 1994), y en muchas zonas urogalleras de Asturies se alcanzan hoy en día densidades por encima de esa cifra –incluso superiores a los 10 venados / 100 ha en los concejos de Casu, Sobrescobio, Piloña y Ponga– (Anónimo, 2004) incompatibles con la conservación del hábitat. La excesiva carga ganadera, principalmente de ganado vacuno –que en años secos llega a arrasar los estratos bajos de vegetación de los cantaderos– también tiene un importante impacto negativo.


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Pablo González Quirós

Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Tanto los incendios forestales como la minería a cielo abierto han destruido varios cantaderos y afectan a otros. También resulta grave la construcción de pistas en el entorno de los cantaderos. Es algo que ocurre en muchos concejos, y por ejemplo se da en el 40% de los cantaderos de Ayer, donde los cantaderos con más machos corresponden a las zonas de peor acceso (Álvarez Usategui et alii, 1997). La construcción de carreteras asfaltadas y de estaciones de esquí, aunque está limitada a menos localidades, tiene un efecto aún más grave. La destrucción del hábitat también va unida a la mala gestión administrativa, y pueden ponerse como ejemplos las cortas de miles de árboles entre 1994 y 1998 en montes públicos con cantaderos de Ponga y Teberga o los desbroces para pastos de cientos de hectáreas realizados entre 1997 y 1999 en los lindes de bosques con urogallos de Ayer y Cangas. El cambio climático también ha sido señalado aquí y en Centroeuropa como un posible causante de la disminución de la especie (Storch, 2000), principalmente debido a primaveras más lluviosas y a veranos más secos y cálidos. Todo esto conlleva una productividad muy baja, con una tasa de reclutamiento que no logra compensar la mortalidad de los adultos. Los datos recogidos por la Administración, si bien basados en pocas hembras, arrojan una media de 0,37+0,30 jóvenes por hembra y año para el período 1988-2000, lo que muestra la baja tasa de renovación que presenta la especie actualmente (Obeso, 2003a). Por otro lado, un estudio parasitario descartó el efecto negativo de los parásitos intestinales en la supervivencia y éxito reproductor de la especie (Obeso, 1999). Podemos señalar que en Muniel.los y su entorno (Cangas, Degaña e Ibias), un área relativamente bien conservada, con bosques extensos no fragmentados, la población de urogallos sufre un declive menor, a pesar de la abundancia de depredadores. Por lo que respecta a la Administración, la gestión ha sido claramente inadecuada. No se realizó ningún censo completo entre 1982 y 1997, pese a que algunos censos parciales ya alertaban de una disminución cercana al 50% (Naves et alii, 1990; Álvarez Usategui et alii, 1997). En 1990 la especie se incluyó en el CREA en la categoría “sensible a la alteración del hábitat”, pero el obligado plan de recuperación del hábitat no fue aprobado hasta 2003. La declaración de la especie como “en peligro de extinción”, no tuvo lugar hasta 2005, tras la declaración a nivel estatal por parte del Ministerio de Medio Ambiente. En cuanto a las medidas de conservación, no se ha aplicado prácticamente ninguna. El plan de recuperación del hábitat para la especie no ha conseguido detener el declive. Se ha aumentado la presión cinegética sobre el ciervo desde el año 2003 en las Reservas Regionales de Caza, incluidas aquellas en las que se está expandiendo la especie en el suroccidente. Por otro lado, en 2009 se inauguró un centro de cría en cautividad de urogallos en Sobrescobio, presumiblemente sin perspectivas de viabilidad para los futuros ejemplares reintroducidos, a juzgar por los resultados de otras experiencias europeas (Rodríguez Muñoz et alli, 2008). Así mismo, en algunas zonas se han comenzado a realizar actuaciones de manejo del hábitat (desbroces, aclareos, etc.). Autores: Adrián Vigil Morán & equipo editorial.


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Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Perdix perdix Nombre castellano: perdiz pardilla Nombre asturiano: perdiz parda

Situación en Asturies

Taxonomía Especie politípica. En Asturies nidifica la subespecie P. p. hispaniensis (AERC TAC, 2003). Población 401-432 parejas (1999-2006)2. Extensión geográfica y patrones de distribución Durante la década de 1990 la especie se distribuyó a lo largo de la Cordillera, los Picos de Europa y L’Aramo, así como por algunas de las estribaciones de la primera, sobre todo de la mitad occidental (sierras de los concejos de Ayande, Tinéu, Balmonte, Tameza y Grau). Sin embargo, en los años más recientes parece haberse extinguido en algunas de estas zonas (a partir de 2004 en Ayande, Tinéu, Balmonte y Tameza), y su desaparición podría ser inminente en Grau y Parres (Vigil Morán & González Quirós, 2007). Previamente, en la segunda mitad del siglo XX se había ido extinguiendo en otras sierras periféricas: hacia 1950 en el Puertu Sueve, alrededor de 1970 en Cuera, en torno a 1980 en A Bovia, y posteriormente en el cordal de Peñamayor, y en algunas sierras de sur del concejo de Piloña (Solano et alii, 2000b; Vigil Morán & González Quirós, 2007) y del norte de los concejos de Ponga, Casu y Sobrescobio. Las observaciones recientes en áreas bajas del Puertu Sueve y en los concejos de La Villa, Sariegu y Carreño son atribuibles a sueltas cinegéticas ilegales, y no se han incluido en el mapa. La población existente entre 1999 y 2006 se estimó en 401-432 bandos o parejas, con máximos de 83 en Cangas, 46 en Casu y 45 en Somiedu (véase la Tabla), y con densidades medias en estos tres concejos de 0,92 bandos / km2 (Vigil Morán & González Quirós, 2007), si bien localmente se alcanzaron los 6,45 bandos / km2 en las mejores zonas (Solano et alii, 2000b); los bandos rondaron un tamaño medio de unas seis aves (rango 2-15). La superficie ocupada por la especie en 2000 se calculó en unos 600 km2, muy por debajo de los 1.950 km2 estimados ocho años antes (Lucio et alii, 1992), y en la actualidad debe de ser menor aún, dada su regresión en algunas localidades. Por otro lado, el 85% de los bandos se localizaron en Reservas Regionales de Caza y Refugios de Caza, y sólo un 15% se encontraba en Cotos Regionales de Caza (Vigil Morán & González Quirós, 2007).

Pedro García-Rovés

Distribución mundial Tipo faunístico europeoturquestano (Voous, 1960).


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

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Tabla: Estimación de los bandos de Perdix perdix. Se indica el número resultante de las encuestas y el rango superior calculado. (C: coto, P: parque nacional, R: reserva, nº: número de bandos). Tabla extraída de Vigil Morán & González Quirós (2007), pero con algunos concejos reubicados. región occidental concejo

región central nº

región oriental

concejo

nº 3-4

Casu (R)

concejo

Degaña (R)

11-16

Balmonte (R+C)

Cangas (R+C)

55-83

Somiedu (R)

30-45

Piloña (R)

0

Ibias (R+C)

13-19

Teberga (R)

6-9

Parres (C)

2-3

Ayande (C)

2-3

Tinéu (C)

1

Grau (C)

2-3

Ponga (R)

14-21

Quirós (R)

6-9

Amieva (C+P)

13-20

Tameza (R)

1

Cangues (R)

7-11

Pruaza (R)

0

Onís (R)

7-10

Riosa (C)

2-3

L.lena (R+C)

18-27

Ayer (R+C)

24-36

Sobrescobio (R) total

82-122

31-46

Cabrales (C+P) V.A. Peñamellera (P)

13-20 1-2

6-9

total

98-146

total en Asturies

268-401

total

88-133

Hábitats y altitudes Nidifica en áreas montañosas de los pisos subalpino y montano, entre los 800 y los 2.100 m. s.n.m., aunque generalmente sólo aparece a partir de los 1.100 m s.n.m., y el 88,9% de la población se encuentra por encima de los 1.500 m de altitud (Vigil Morán & González Quirós, 2007). En estas cotas ocupa formaciones de matorral (piornales, brezales, tojales y aulagares) no demasiado cerradas, alternadas con pastizales, principalmente las situadas por encima del límite arbóreo. Aparece tanto en áreas de relieve suave como en laderas más pendientes. Movimientos Es una especie sedentaria, aunque en invierno puede desplazarse y aparecer temporalmente en cotas más bajas (sobre todo con ocasión de nevadas fuertes). Tendencias poblacionales La especie se encuentra en marcada regresión desde hace varias décadas, y ha experimentado diversas extinciones locales en los enclaves periféricos desde mediados del siglo XX (véase más arriba), así como en áreas del límite altitudinal inferior, y en las zonas más humanizadas. A pesar de ello, se ha estimado que en buena parte del área distribución todavía ocupada la especie se mantiene estable (Solano et alii, 2000b), por lo que la regresión parece centrarse más en un retraimiento espacial, y no tanto en una disminución de la densidad dentro de las zonas que mantienen bandos. En el resto del norte de la Península Ibérica también se han constatado procesos de extinción local generalizados (Lucio et alii, 1992). Además, en la mayor parte de su área de distribución europea (P. p. perdix) el declive ha sido muy marcado desde la década de 1950, y se estima que la población en la década de 1990 no llegaba al 10% de la existente antes de la Segunda Guerra Mundial, con extinciones inminentes en algunos países (Aebischer & Kavanagh, 1997). Conservación Los factores causantes del declive en Centroeuropa (reforestaciones, repoblaciones, intensificación de la agricultura y uso de insecticidas), donde es una especie propia de campiña y llanura (Aebischer & Kavanagh, 1997), no explican la regresión de la subespecie ibérica, de preferencias montanas y subalpinas. En cambio, hay otros factores que se han identificado como negativos para nuestra población de perdices pardillas: la sobrecaza, que fue la causante de las recientes extinciones locales, la caza ilegal que actualmente está favorecida por la proliferación de pistas para acceder a los pastos altos y a los parques eólicos, las sueltas de aves no autóctonas, la reiteración de incendios y, por debajo del piso subalpino, la densificación del matorral o los desbroces excesivos para abrir pastos. Hay otros problemas de incidencia más puntual, como la destrucción del hábitat en las estaciones de esquí de Valgrande-Pajares (L.lena) y Fuentes de Invierno (Ayer), y en la mina a cielo abierto de Zarréu (Degaña).


134

Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Valores de abundancia por hábitats para Perdix perdix

hábitat abedulares coníferas con frondosas piornales brezales y tojales aulagares pastizales roquedos calizos áreas subalpinas calizas áreas subalpinas silíceas

frecuencia

densidad

densidad

(bandas)

(taxiado)

aves/10ha

aves/10ha

aves/km

%

0,05 0,00 0,06 0,00 0,22 0,06 0,00 0,12 0,13

0,05 0,00 0,05 0,00 0,16 0,06 0,00 0,11 0,11

0,03 0,00 0,05 0,00 0,11 0,03 0,00 0,16 0,14

0,00 1,37 14,08 1,85 1,69 0,97 2,17 2,38 3,57

I.K.A.

(estaciones)

Valores de abundancia por intervalos altitudinales para Perdix perdix

Héctor Ruiz Villar

frecuencia

densidad

densidad

(bandas)

(taxiado)

(m s.n.m.)

aves/10ha

aves/10ha

aves/km

%

0-200 200-400 400-600 600-800 800-1000 1000-1200 1200-1400 1400-1600 1600-1800 1800-2000 2000-2200

0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,07 0,00 0,20 0,10 0,00

0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,07 0,00 0,15 0,09 0,00

0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,04 0,01 0,11 0,16 0,11

0,00 0,00 0,00 0,38 0,00 0,54 3,17 3,36 8,51 3,39 0,00

altitud

I.K.A.

(estaciones)


135

Héctor Ruiz Villar

Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Los pequeños desbroces selectivos y las quemas del matorral con baja frecuencia y superficies reducidas pueden resultarle beneficiosos, pero si las quemas se repiten excesivamente acaban degradando el hábitat y volviéndolo inadecuado (como está sucediendo sobre todo en la región suroccidental, con miles de hectáreas calcinadas en los últimos años en áreas ocupadas por las perdices). En Asturies, a pesar de no ser una especie cinegética en la actualidad, todos los años se tiene constancia de ejemplares abatidos durante cacerías de perdiz roja. Además, en las otras tres comunidades autónomas de la Cordillera la especie sí era cinegética hasta hace muy pocos años, y en las localidades limítrofes hay fuertes indicios de que se están cazando en invierno aves reproductoras asturianas (A. Vigil, datos propios). Entre las medidas de gestión adoptadas para su conservación cabe mencionar su consideración como especie no cinegética desde el año 1991 con la aprobación del Reglamento de Caza (D 24/91). La mayor parte de su área de distribución actual se encuentra incluida en ZEPAs. No obstante, ninguna de éstas cuenta aún con su preceptivo Plan de Gestión que incorpore medidas para favorecer la conservación de esta especie. Autores: Adrián Vigil Morán & Elías García.


148

Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Ixobrychus minutus Nombre castellano: avetorillo común Nombre asturiano: garcina Distribución mundial Tipo faunístico del Viejo Mundo (Voous, 1960).

Situación en Asturies

Taxonomía Especie politípica. En Asturies nidifica la subespecie nominal (AERC TAC, 2003).

Extensión geográfica y patrones de distribución Las localidades con presencia de la especie durante la temporada de cría se reparten por la franja costera centro-oriental. Parece ser un nidificante irregular, que no cría todos los años, aunque debido a su carácter discreto no resulta fácil de detectar (Marion, 1997), y puede pasar desapercibida. En cualquier caso, la población reproductora sería mínima. Solamente se conoce un enclave donde la reproducción haya sido confirmada: Amandi (La Villa), aguas arriba de la Ría de la Villa, donde se localizó una pareja a lo largo de junio y julio de 1992, y un nido con pollos en 1993. Entre 1990 y 2000 también hay registros de cría posible en los embalses de San Andrés (Xixón) y de La Granda (Gozón), y en la Ría de Ribesella, aunque en estos casos las observaciones podrían deberse en parte a migrantes. Noval (2001) también lo cita como posible nidificante en el Ríu Piloña, aunque sin dar fecha ni localización concretas. Con posterioridad no ha vuelto a comprobarse la cría, aunque hay dos localidades donde parece haber nidificado alguna pareja recientemente: el Embalse de la Granda, con observaciones en junio y julio de varios años –incluyendo uno o dos jóvenes el 24/07/04, un macho cantor en junio de 2005, y dos machos territoriales en mayo y junio de 2006–, y el Embalse de Tresona (Corvera) –con un macho en junio de 2001 y un macho acompañando a dos jóvenes el 18/07/02–.

José Ardaiz

Población 1-3 parejas4.


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

149

Antes del periodo del Atlas ya se había confirmado la cría en Amandi, con un nido localizado en 1975 y pollos en 1976. Además, otra localidad podría haber tenido alguna pareja nidificante: la Ría del Eo (con un macho cantando y vuelo nupcial de una pareja el 20/06/88). Por lo demás, entre 1950 y 1989 se registraron ejemplares durante la época de cría en algunos lugares más: la confluencia de los ríos Nalón y Narcea en Pravia (Noval, com. pers.), la Ría de Navia y la Ría de la Villa; sin más indicios de nidificación que la presencia de machos cantores (Álvarez-Balbuena García et alii, 2000). Hábitats y altitudes Las localidades con ejemplares durante la época de cría son rías, embalses y cursos fluviales, en todos los casos con vegetación palustre bien desarrollada y/o bosque de ribera, y por debajo de los 50 m s.n.m. (salvo, quizás, el Ríu Piloña, que en su tramo alto alcanza los 180 m de altitud). Hay cuatro localidades con más peso en cuanto a indicios de cría se refiere, y en ellos la vegetación es la siguiente: Amandi, bosque de ribera; la Ría del Eo, carrizal y junquera con bosque de ribera; el Embalse de la Granda, carrizal con sauceda; y el Embalse de Tresona, junquera con bosque de ribera. Movimientos Estival. Las observaciones atribuibles a la diminuta población nidificante se reparten entre abril y julio, aunque los registros de machos cantores y paradas nupciales se concentran en junio y julio. También se registran unos pocos migrantes en ambos pasos, entre abril y noviembre. Tendencias poblacionales y conservación No hay suficiente información sobre la evolución de la población nidificante, pero no parece que su situación haya variado mucho en las últimas décadas. Las observaciones siguen siendo muy escasas y repartidas entre pocas localidades, con escasa recurrencia. Autores: Adrián Vigil Morán & Elías García.


180

Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Aquila chrysaetos Nombre castellano: águila real Nombre asturiano: águila negra

Situación en Asturies

Taxonomía Especie politípica. En Asturies nidifica la subespecie A. c. homeyeri (AERC TAC, 2003). Población 24 parejas (1991)1. 26 parejas (1997)1. 32 parejas (2008)1. Extensión geográfica y patrones de distribución Se distribuye principalmente por la Cordillera, los Picos de Europa y las estribaciones de ambos sistemas. Además, una pareja se encuentra afincada en una sierra prelitoral oriental y en los últimos años se han asentado parejas en L’Aramo y, posiblemente, en la cuenca media del Río Navia. Hasta la década de 1950 se conocía la presencia de parejas nidificantes en varios concejos donde actualmente no cría, principalmente en el noroccidente (Grandas, Samartín d’Ozcos, Tinéu, Valdés y Villayón) y en Balmonte (Álvarez-Balbuena García et alii, 2000). A lo largo de la década de 1990 se censaron entre 24 y 26 parejas en diversos estudios (Ballesteros et alii, 1991a; González-Quirós & Benito, 1996a, 1997a; González-Quirós, 2000a; con revisiones posteriores de A. Vigil & P. González-Quirós –com. pers.– en los concejos de Ponga, Ribesella y El Valle Baju de Peñamellera). En años más recientes se ha incrementado el censo hasta las 30 parejas en 2005 (González-Quirós & Benito, 2005a) y las 32 en 2008 (González-Quirós & Sánchez Corominas, 2008a), y la especie ha recolonizado algunos territorios (véase la Tabla). Como corresponde a su posición elevada en la cadena trófica, aparece con densidades muy bajas. De acuerdo con González-Quirós et alii (1998) la densidad media en su área de distribución alcanza un valor de una pareja cada 98,56 km2, pero la distribución no es homogénea. Estos autores identifican un núcleo oriental que alberga 20 parejas y mantiene una densidad de una pareja cada 81 km2, un núcleo centro-occidental con ocho parejas y una densidad de una pareja cada 120 km2, y un núcleo suroccidental (sic) con cuatro parejas y una densidad de una pareja cada 142 km2.

Manuel A. Fernández Pajuelo

Distribución mundial Tipo faunístico holártico (Voous, 1960).


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

181

concejos Amieva / Cangues Ayande / Villayón Ayer Cabrales Cabrales / V.B. Peñamellera Cangas Cangas / Degaña / Ibias Casu Casu / Piloña / Ponga L.lena Morcín Onís Ponga Pruaza / Santadrianu Quirós Ribesella Sobrescobio Somiedu Teberga V.A. Peñamellera TOTAL

1991

1997

2000

2005

2008

2 0 1 2 0 0 0 5

2 0 1 1 1 0 1 5

2 1 1 1 1 0 1 5

1 1 2 2 1 1 1 5

1 1 2 2 1 2 1 5

1 0 1 1 3 0 1 1 1 2 2 1

1 1 1 1 3 0 1 1 1 2 2 1

1 1 1 1 3 0 2 1 1 1 1 1

1 1 1 1 3 0 2 1 1 2 2 1

1 1 1 1 3 1 2 1 1 2 2 1

24

26

26

30

32

Manuel A. Fernández Pajuelo

Tabla: parejas nidificantes de Aquila chrysaetos entre 1991 y 2008. Fuente: Ballesteros et alii (1991a), González-Quirós (2000a), González-Quirós et alii (2005a), González-Quirós & Benito (1996a, 1997a), González-Quirós & Sánchez Corominas (2008a). Las cifras de Ponga, Ribesella y El Valle Baju de Peñamellera han sido revisadas por A. Vigil & P. González-Quirós (com. pers.) tras detectar errores en los primeros censos publicados.


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Manuel A. Fernández Pajuelo

182

Hábitats y altitudes Está vinculada a zonas de montaña con disponibilidad de cortados donde nidificar y terrenos relativamente despejados con abundancia de presas (mamíferos y algunas aves), aunque sus territorios son tan grandes que incluyen una buena variedad de hábitats. La extensión de los principales núcleos de cría se ajusta en gran medida a los sectores montañosos en los que predomina el sustrato calizo, mientras que los sectores con dominancia de sustrato silíceo albergan pocas parejas. Es una especie rupícola por excelencia, y en Asturies no se ha registrado ningún caso de nidificación en árboles. Los 52 nidos analizados por González-Quirós (2000a) se situaban entre los 220 y los 1.500 m s.n.m. De ellos, 41 (78,8%) se localizaban sobre cortados calizos y 11 (21,2%) sobre cuarcitas. Del conjunto de estudios y censos realizados en los últimos años se deduce que el 88% de los nidos se localizan entre los 600 y los 1400 m s.n.m. Por otra parte, en ocho parejas estudiadas a fondo en 1997 el número de nidos por territorio osciló entre dos y cinco (González-Quirós et alii 1998). Movimientos Sedentaria. Las parejas son fieles a su territorio y lo defienden durante todo el año. La pareja se mantiene año tras año, y generalmente sólo se produce alguna sustitución tras la muerte de uno de los miembros. Por su parte, los pollos, tras independizarse, inician al final del verano una etapa de dispersión juvenil. Además de las parejas nidificantes hay individuos no reproductores (adultos e inmaduros) que pueden observarse irregularmente por zonas sin territorios estables, caso del Puertu Sueve. Tendencias poblacionales Durante buena parte del siglo XX esta especie sufrió un importante proceso de regresión, y hacia 1970 se alcanzó un mínimo poblacional estimado en unas diez parejas (Noval, 1975).


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

183

Desde entonces se ha registrado un discreto incremento de efectivos, pasando de las 15-17 parejas censadas en 1984 (Noval, 1986) a las 26 parejas de la década de 1990 (véase más arriba) y las 32 registradas en 2008. En los últimos 20 años la población se encuentra en una fase de incipiente recolonización de antiguos territorios abandonados; es decir, existe un lento aunque constante incremento numérico y areal en su distribución (Ballesteros et alii, 1991a; González-Quirós, 2000a; González-Quirós et alii, 2005a; González-Quirós & Benito, 1996a, 1997b; Martín Rodríguez, 1997). Así, recientemente se han descubierto parejas recolonizando antiguos territorios en la zona suroccidental (presencia desde 1993, y cría con éxito en Cangas y el valle del Río Ibias desde 2001: A. Fernández Gil & A. Vigil, com. pers.), en el centro (presencia en el entorno de L’Aramo desde 1991, con cría segura desde 2008: A. Fernández & G. González, com. pers.) y en el oriente (presencia en Ribesella desde 1989, con cría segura desde 1997: A. Vigil, com. pers.). Entre 1991 y 2000 la proporción de parejas integradas por algún inmaduro disminuyó desde un 35,7% hasta un 14,3%, lo cual indicaría que la población se encontraba en lenta mejoría (GonzálezQuirós, 2000a). Conservación La principal causa de su declive a lo largo del siglo XX fue la persecución por parte del hombre (tanto por caza directa como por envenenamiento), principalmente por parte de cazadores y ganaderos. A título de ejemplo, la Junta Provincial de Extinción de Animales Dañinos premió la muerte de 23 ejemplares en poco más de tres años durante la década de 1960 (Noval, 1975). El descenso de esta presión persecutoria a partir de la década de 1980 parece que ha permitido una leve recuperación. Actualmente el CREA la incluye en la categoría de especie “vulnerable” y cuenta con un Plan de Conservación en vigor (D 137/2001). El 55,6% de las parejas estudiadas por González-Quirós (2000a) estaban sometidas a algún tipo de riesgo (fueron clasificadas como vulnerables o amenazadas). La principal amenaza para la conservación de la especie continúa siendo la persecución directa por parte de ganaderos de ovino y caprino, sobre todo en el oriente (seis de los diez casos conocidos de ejemplares abatidos o capturados desde 1990 se dieron en los concejos de Ponga, Cabrales y El Valle Altu de Peñamellera). Además, se conocen sendos casos recientes de muerte por envenenamiento, plumbismo y captura accidental (A. Vigil, com. pers.). También hay otros factores negativos a tener en cuenta: alteraciones del hábitat, molestias humanas en el entorno de los nidos (cacerías, escalada, obras de infraestructura, etc.) y la disminución de algunas de sus presas.

Manuel A. Fernández Pajuelo

Autores: Juan Martín Rodríguez, David Pascual Stevens & Elías García.


202

Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Haematopus ostralegus Nombre castellano: ostrero euroasiático Nombre asturiano: llevantallámpares

Situación en Asturies

Taxonomía Especie politípica. En Asturies nidifica la subespecie nominal (AERC TAC, 2003). Población 11 parejas (1991)1. 9 parejas (2006)1. Extensión geográfica y patrones de distribución Nidifica solamente en la costa más occidental, al oeste de la Ría de Navia, en los concejos de Cuaña, El Franco y Tapia. En este sector cría anualmente un reducido número de parejas, que de acuerdo con los censos disponibles osciló entre las siete y las 11 parejas (con una media de 8,8) durante la década de 1990 (X. Gayol, datos propios; Álvarez Laó, 1997a; Álvarez-Balbuena García et alii, 2000; Nores Quesada & García-Rovés González, 2007)(véase la Tabla). Con posterioridad se dispone de algunos censos hasta 2006, con una media de 7,4 parejas (Nores Quesada & García-Rovés González, 2007). Estas parejas forman un mismo núcleo con las que crían en la colindante costa de Lugo. Además de la población nidificante hay una pequeña cantidad de individuos no reproductores (por ejemplo, entre 14 y 17 ejemplares en 1995). En los años previos al periodo del Atlas criaba también regularmente más al este, en Noviana (Cuideiru), con una o dos parejas, pero en esta localidad se confirmó la cría por última vez en 1988. Las observaciones fuera de esta zona de cría, atribuibles a migrantes, han sido retiradas del mapa. Hábitats y altitudes Nidifica exclusivamente en el litoral, donde ocupa pequeños islotes costeros para emplazar sus nidos. Es probable que algunos de ellos sean emplazamientos subóptimos, a los que se verían relegados en los tiempos recientes ante la imposibilidad de criar en las playas (donde las molestias humanas son excesivas). Se alimenta en la zona rocosa intermareal de los alrededores. Movimientos No se conoce con detalle la fenología y movimientos de la población reproductora, pero es al menos parcialmente sedentaria, ya que hay parejas que permanecen en sus territorios durante el invierno. El

Manuel A. Fernández Pajuelo

Distribución mundial Tipo faunístico cosmopolita (Voous, 1960).


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

203

Tabla: parejas nidificantes de Haematopus ostralegus (1989-2010).

Manuel A. Fernández Pajuelo

año 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

parejas

pollos

reproductoras

volanderos

11 9 11 10 10 _ 8 9 10 7 7 7 7 _ 5 8 8 9 7 6 5 4

_ 2 7 2 2 1 1 0 1 0 1 0 0 _ 2 1 2 1 2 0 2 0

resto de las aves (tanto adultos como inmaduros) probablemente permanezcan dentro del área de cría, con desplazamientos de corto alcance hasta la costa de Lugo. Además, es un migrador postnupcial (de julio a noviembre) común por todo el litoral, sobre todo en migración activa, pero los estacionamientos en rías, playas y costa rocosa son actualmente poco importantes. Durante la migración prenupcial (de marzo a mayo) es bastante más escaso. Inverna en pequeña cantidad, con una media de 59 aves en los censos de enero de 1988 a 2010 (rango 12-108), la mayoría dispersas en pequeños grupos por la costa occidental. Tendencias poblacionales El primer censo completo de parejas nidificantes no se realizó hasta 1986, y desde entonces no hay una tendencia global marcada, pero sí se aprecia un declive más reciente desde 1997 (véase la Tabla). La productividad es bajísima, y muy pocos pollos consiguen volar –habitualmente entre ninguno y dos por año, salvo un máximo de tres en 1982 (siete en 1991 según Sánchez Corominas, 2006)–; durante la década de 1990 parece que únicamente diez pollos llegaron a emanciparse (17 según Sánchez Corominas, 2006), con un promedio anual de 0,91. Conservación Las razones de este reducido éxito reproductor no se conocen, aunque se han citado molestias humanas de diversa índole, depredación por parte de gaviotas y cornejas, y disminución de las fuentes de alimentación (Nores Quesada & García-Rovés González, 2007), pero no creemos que las dos últimas tengan una incidencia significativa en el éxito reproductor de la especie; al contrario, los ostreros podrían aprovecharse de la capacidad de las gaviotas para detectar y expulsar a los posibles depredadores que se acerquen a la colonia. En cuanto a los problemas por falta de alimento, los ostreros asturianos alimentan a los pollos casi exclusivamente con lapas, que son un recurso abundantísimo. La combinación de condiciones meteorológicas adversas y emplazamientos inadecuados de los nidos sí que parece resultar más negativa para la especie. Más recientemente, en 2009 se comprobó la entrada de visones americanos a uno de los islotes de cría, lo que supone una potencial amenaza. La especie está incluida en el CREA como especie “sensible a la alteración de su hábitat” y cuenta con un Plan de Conservación del Hábitat (D 49/95). En aplicación del mismo, se reguló el acceso a determinados islotes durante la época de cría (R 20/09/2005). Mientras no se conozcan con precisión las causas del bajo éxito reproductor no se podrán implementar las medidas adecuadas para la recuperación de la especie; para ello, sería necesario mantener una vigilancia continua de algunas parejas durante el periodo reproductor (por ejemplo, mediante la instalación de cámaras). Autores: Xurde Gayol, César M. Álvarez Laó & Manuel A. Fernández Pajuelo.


242

Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Asio otus Nombre castellano: búho chico Nombre asturiano: curuxa cabrera Distribución mundial Tipo faunístico holártico (Voous, 1960).

Taxonomía Especie politípica. En Asturies nidifica la subespecie nominal (AERC TAC, 2003). Población 25-100 parejas (1990-2010)4. Extensión geográfica y patrones de distribución Se trata de una especie muy poco estudiada, y no se han realizado prospecciones específicas para conocer su área de distribución real. Los datos reunidos provienen de observaciones casuales, y con ellos sólo se ha confirmado su presencia en 26 cuadrículas, con cría segura en nueve de ellas. Por lo que sabemos, se presenta de manera relativamente continua a lo largo de la Cordillera y sus estribaciones. Además, aparece de manera dispersa por otras zonas más bajas, especialmente de la mitad oriental, incluyendo algunas localidades costeras; en las áreas bajas de la mitad occidental sólo se ha detectado en el concejo de Valdés. Se conocen algunos datos más correspondientes a los años previos al periodo abarcado por el Atlas: en la década de 1980 se confirmó la cría en otras cuadrículas, en los concejos de Balmonte, Casu y Cangas, y se registró durante la época de cría en los concejos de Piloña y Salas (Álvarez-Balbuena García et alii, 2000). La densidad con que se presenta es, en general, muy baja, con parejas aisladas en muchos casos. Es más común en algunas zonas de la Cordillera, especialmente en los concejos de Cangas y Somiedu, que reúnen cierta concentración de registros. Hábitats y altitudes Aparece en gran variedad de hábitats arbolados: hayedos, robledales, pinares, castañedos, abedulares y campiña (ocasionalmente en áreas suburbanas). También se ha registrado en piornales cercanos al borde del bosque. Prefiere formaciones forestales poco cerradas, y elige pequeños bosquetes, bordes, claros, etc. en contacto con áreas más abiertas de prado o matorral, donde caza. Los registros reunidos se extienden desde el nivel del mar hasta por encima del límite superior del bosque, a unos 1.800 m s.n.m., la mayoría en el piso montano superior. En otras zonas de Europa su distribución se relaciona con la de la urraca, cuyos nidos suele utilizar

José Ardaiz

Situación en Asturies


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

243

(Gil et alii, 1983); sin embargo, aquí la mayor parte de los territorios se localizan en bosques montanos donde la urraca no aparece, por lo que ha de ocupar nidos de otras especies. Noval (1982) citó nidos hallados en el suelo en hayedos y en cercanías de charcas. Movimientos La población nidificante parece parcialmente sedentaria, a juzgar por las observaciones realizadas en las áreas de cría a lo largo de todo el año. Sin embargo, es posible que algunos territorios de montaña sean abandonados en invierno (al menos algunas temporadas). Además, se registran algunos migrantes postnupciales e invernantes, fundamentalmente en la franja costera, entre octubre y febrero. En alguna localidad llegan a reunirse hasta una decena de ejemplares para pasar el invierno. Tendencias poblacionales No hay suficientes datos para estimar las tendencias poblacionales. De todas formas, es posible que hace varias décadas fuera algo más común que en la actualidad, a juzgar por los comentarios de Noval (1976), que lo calificaba de abundante en robledales y hayedos de montaña. No está claro que la dinámica poblacional de esta especie en Asturies responda exclusivamente a los ciclos biológicos de los micromamíferos (fundamentalmente topillos), como se ha sugerido para el conjunto de su población (Mikkola, 1995). Conservación Entre los posibles factores negativos figuran los atropellos (seis casos conocidos en los últimos años) y la caza ilegal (dos casos). También hay que tener en consideración la competencia con el cárabo, especie que puede desplazar al búho chico de muchas zonas (Marks et alii, 1999). La fragmentación forestal probablemente le resulte más beneficiosa que perjudicial, dada su preferencia por los bosquetes y los bordes forestales. En otras zonas de la Península Ibérica se han mencionado el expolio de nidos y el empleo de plaguicidas como parte de su problemática (Martínez & Zuberogoitia, 1995). Las sueltas incontroladas de búho real realizadas en la década de 1990 (véase el texto de esta especie) podrían haber afectado al búho chico y a otras especies de rapaces, que son presa del búho real (Mikkola, 1995). Debido a la escasa información disponible resultaría muy conveniente la realización de estudios encaminados a conocer mejor la situación de esta especie. Autores: Gabriel Silva González & Elías García.


354

Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Phoenicurus phoenicurus Nombre castellano: colirrojo real Nombre asturiano: temblarrabos

Situación en Asturies

Taxonomía Especie politípica. En Asturies nidifica la subespecie nominal (AERC TAC, 2003). Población 4.000-7.500 parejas3. Extensión geográfica y patrones de distribución Se reparte de forma más o menos continua por todo el centro y el oriente, pero falta casi por completo en la franja más occidental (al oeste de Valdés, Tinéu y Cangas), y también en las cuadrículas marginales de alta montaña. Dentro de su área de distribución principal muestra densidades desiguales, de manera que llega a ser escaso en algunas comarcas, mientras que en otras (como la mayor parte de la campiña baja centro-oriental) mantiene buenas poblaciones, sin llegar a ser abundante. En las mejores zonas alcanza con facilidad las 5-10 parejas /km2, y en años buenos puede superar esas cifras. Hábitats y altitudes Originalmente se trata de una especie forestal típica de bosques maduros y abiertos, pero se ha adaptado bien a las zonas suburbanas tradicionales (hábitat en el que alcanza sus mayores densidades medias), donde encuentra buena disponibilidad de lugares para nidificar y aparece principalmente en jardines arbolados, huertos, pumaraes, parques, etc.; en menor medida, cría también en algunas áreas urbanas. No obstante, hay que indicar que prefiere las partes antiguas de ciudades y pueblos, y no ocupa con facilidad las urbanizaciones y barriadas de construcción moderna. Además, nidifica con frecuencia en áreas de la campiña arbolada con presencia de árboles añosos (normalmente robles, pero no necesariamente). Su presencia en los bosques naturales es más bien escasa, ya que precisa una estructura que incluya abundancia de árboles maduros, amplias zonas despejadas y muy escasa cobertura de matorral y arbustos, combinación poco frecuente en nuestros medios forestales actuales; aun así, aparece con abundancias bajas en la mayor parte de los tipos de

Gonzalo Gil Madrera

Distribución mundial Tipo faunístico europeo (Voous, 1960).


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

355

Valores de abundancia por hábitats para Phoenicurus phoenicurus

hábitat hayedos robledales abedulares bosques higrófilos bosques esclerófilos otros bosques avellanedas otras formaciones arbustivas castañedos coníferas con frondosas campiña atlántica roquedos silíceos áreas urbanas áreas suburbanas

frecuencia

densidad

densidad

(bandas)

(taxiado)

aves/10ha

aves/10ha

aves/km

%

0,00 0,11 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,06 0,00 0,13 0,00 0,14 0,67

0,00 0,10 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,06 0,00 0,12 0,00 0,14 0,62

0,03 0,36 0,06 0,12 0,03 0,03 0,03 0,02 0,35 0,03 0,29 0,00 0,48 1,37

2,06 2,80 3,75 1,38 0,00 0,98 0,00 0,00 0,86 1,47 6,12 12,50 15,38 21,82

I.K.A.

(estaciones)

Valores de abundancia por intervalos altitudinales para Phoenicurus phoenicurus frecuencia

densidad

densidad

(bandas)

(taxiado)

(m s.n.m.)

aves/10ha

aves/10ha

aves/km

%

0-200 200-400 400-600 600-800 800-1000 1000-1200 1200-1400 1400-1600 1600-1800 1800-2000 2000-2200

0,09 0,12 0,06 0,06 0,00 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00

0,08 0,12 0,05 0,06 0,00 0,03 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00

0,19 0,36 0,13 0,28 0,02 0,03 0,01 0,02 0,00 0,00 0,00

3,04 4,07 3,73 2,86 2,39 0,63 0,00 3,36 1,06 0,00 0,00

altitud

I.K.A.

(estaciones)

Juan Villar Sordo

bosque, con máximos en los robledales. De igual modo, puede criar en plantaciones abiertas de castaño que incluyan pies centenarios, mientras que los territorios conocidos en pinares son muy pocos, y no ocupa los eucaliptales. Puntualmente, también se ha registrado en brezales o pedregales con viejos árboles (robles y hayas) dispersos. Para ubicar su nido emplea agujeros en árboles, muros, hórreos, edificios, etc., y también acepta con facilidad las cajas-nido. Se reproduce desde el nivel del mar hasta el límite superior del bosque, siempre que haya hábitat disponible; sin embargo, la mayor parte de la población se asienta en el piso colino, y en términos absolutos son pocas las parejas que crían por encima de los 1.000 m s.n.m. Dentro de las áreas suburbanas se hace más escaso en las cotas altas. La localidad más elevada con reproducción segura se situó a 1.630 m s.n.m. en el concejo de Ayer.


Manuel A. Fernández Pajuelo

356

Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Movimientos Estival transahariano. Los reproductores llegan principalmente a lo largo de abril (ocasionalmente a finales de marzo), aunque algunos territorios no son ocupados hasta comienzos de mayo. Suele mostrar bastante fidelidad por los lugares de cría. Tras la nidificación, las aves locales se retiran normalmente entre finales de julio y mediados de agosto. Se registran también algunos migrantes postnupciales, habitualmente en cantidad pequeña o moderada, entre finales de agosto y finales de octubre. Durante el paso prenupcial es, habitualmente, más escaso, pero suelen observarse unos pocos migrantes entre marzo y mayo en localidades donde la especie no cría. Tendencias poblacionales Entre 1969 y 1992 tuvo lugar un notorio declive de la población reproductora, hasta el punto de hacerse bastante escaso en zonas donde antes era común (Noval, 2001, y datos propios), un fenómeno también señalado a escala europea (Järvinen, 1997). Tras apreciarse una recuperación parcial a mediados de la década de 1990, actualmente parece que la especie se mantiene más o menos estable, con ciertas oscilaciones interanuales (aunque hay localidades que siguen sin recuperar sus antiguos territorios de cría). Conservación Parece que buena parte de los factores que afectan a su población se encuentra en las zonas de invernada africanas, que sufren sequías periódicas (Järvinen, 1997; Noval, 2001). Su principal amenaza en Asturies parece ser la destrucción del hábitat de cría, básicamente por el derribo de edificaciones antiguas, la tala de arbolado maduro y los cambios de uso en el medio rural; también se conocen casos de muertes producidas, aparentemente, por el uso de pesticidas.

Juan Villar Sordo

Autor: Elías García.


357

Manuel A. FernĂĄndez Pajuelo

Atlas de las aves nidiďŹ cantes de Asturies


392

Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Locustella naevia Nombre castellano: buscarla pintoja Nombre asturiano: chicharra

Situación en Asturies

Taxonomía Especie politípica. En Asturies nidifica la subespecie nominal (AERC TAC, 2003). Población 10.000-19.000 parejas3. Extensión geográfica y patrones de distribución Se distribuye de forma continua por toda la franja costera y las zonas bajas interiores, incluyendo los cordales y las sierras prelitorales de menor altitud. Hacia el interior más montañoso es bastante rara (aunque ocupa algunas laderas), y en general falta en las zonas más continentales (la Cordillera y sus estribaciones), así como en casi toda la región occidental interior. Los registros atribuibles a migrantes fuera de las zonas de cría se han suprimido del mapa. Siempre que disponga de hábitat apropiado es una especie frecuente, pero normalmente no abunda y son habituales densidades de entre 2 y 10 territorios / km2 (si bien localmente puede ser más numerosa y rondar los 20 territorios / km2). Presenta abundancias bastante variables entre unas zonas y otras, y parece que tiende a hacerse más escasa en el extremo occidental. Probablemente la mayor población se encuentra en el Monte Naranco (Uvieo). Hábitats y altitudes Su principal biotopo de cría consiste en zonas abiertas con estrato herbáceo alto en combinación con matorrales poco densos, ya sea con o sin arbustos dispersos. Principalmente ocupa etapas jóvenes de tojales y aulagares, así como prados sin manejo que empiezan a ser colonizados por zarzas, helechos comunes o tojos, y también eriales con abundante vegetación ruderal y colonización por arbustos. También puede ser común en formaciones arbustivas abiertas con matorral apropiado, y en ocasiones puede aparecer en algunas plantaciones jóvenes de pinos o en parcelas recién taladas de eucaliptos. Presenta densidades más bajas en praderías amplias de siega en explotación y en campiñas abiertas (donde en general aparece ligada a la existencia de algunas parcelas o parches sin manejo), y localmente aparece en algunas dunas litorales. Normalmente falta en zonas mixtas de pastizal con tojos, al

Mario Suárez Porras

Distribución mundial Tipo faunístico europeoturquestano (Voous, 1960).


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

393

Valores de abundancia por hábitats para Locustella naevia

hábitat abedulares bosques higrófilos acebedas avellanedas otras formaciones arbustivas coníferas con frondosas eucaliptales sin frondosas eucaliptales con frondosas brezales y tojales aulagares praderías campiña atlántica pastizales roquedos silíceos áreas suburbanas acantilados marinos playas y dunas marismas y estuarios

frecuencia

densidad

densidad

(bandas)

(taxiado)

aves/10ha

aves/10ha

aves/km

%

0,00 0,00 0,00 0,12 0,17 0,06 0,00 0,07 0,37 0,63 0,08 0,09 0,00 0,00 0,00 0,41 0,07 _

0,00 0,00 0,00 0,11 0,16 0,06 0,00 0,06 0,35 0,59 0,08 0,09 0,00 0,00 0,00 0,39 0,07 _

0,00 0,06 0,03 0,31 0,55 0,26 0,11 0,06 0,80 1,40 0,31 0,39 0,09 0,06 0,00 0,80 0,13 _

2,47 0,00 0,00 1,72 13,33 2,94 1,33 2,94 7,55 8,47 7,53 7,55 2,91 0,00 2,63 6,82 23,08 4,08

I.K.A.

(estaciones)

Valores de abundancia por intervalos altitudinales para Locustella naevia frecuencia

densidad

densidad

(bandas)

(taxiado)

(m s.n.m.)

aves/10ha

aves/10ha

aves/km

%

0-200 200-400 400-600 600-800 800-1000 1000-1200 1200-1400 1400-1600 1600-1800 1800-2000 2000-2200

0,15 0,05 0,34 0,06 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00

0,14 0,04 0,33 0,06 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00

0,37 0,10 0,93 0,28 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00

8,14 1,81 6,83 1,17 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00

altitud

I.K.A.

(estaciones)

no presentar estrato herbáceo alto, y curiosamente también falta, en general, en los brezales y los piornales, incluso si la estructura del hábitat es aparentemente adecuada. En los distintos tipos de hábitat que ocupa comienza a desaparecer con los años a medida que el estrato leñoso se hace espeso, salvo que actuaciones como la quema o el desbroce permitan el mantenimiento de la estructura. Evita totalmente los medios densamente arbolados. Nidifica fundamentalmente en los pisos colino y termocolino, y en general falta por encima de los 700 m s.n.m., a pesar de existir por encima de esta cota una gran superficie de hábitat aparentemente adecuado. Movimientos Estival transahariana. Comienza a llegar a mediados de marzo, y para abril ya suelen estar ocupados buena parte de los territorios de cría. No es fácil de detectar una vez que deja de cantar a finales de julio, pero probablemente la mayor parte de la población nidificante se marche a lo largo de agosto (ocasionalmente se han observado pollos recién volanderos a finales de este mes). También se registran migrantes en ambos pasos (entre marzo y mayo, y nuevamente entre agosto y octubre). Se produce estacionamiento tanto en la costa como en el interior, y en esta época pueden aparecer ejemplares (incluso pequeños grupos) en zonas altas de la Cordillera, donde no cría. Tendencias poblacionales En las últimas décadas se aprecia cierta disminución de la población nidificante, y ha desaparecido en algunas localidades que mantienen hábitats aparentemente favorables. Conservación Parte de las causas de su descenso pueden hallarse en las zonas africanas de invernada, pero está claro que en Asturies la población oscila en función de la disponibilidad de hábitat apropiado, que a su vez


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Pedro García-Rovés

394

es muy dependiente del manejo humano. Una práctica importante para la especie es la quema periódica de extensiones de matorral, ya que una vez que éste se desarrolla y se cierra demasiado ya no es favorable para la nidificación. El abandono de algunas parcelas de campiña ofrece temporalmente un buen hábitat de cría, pero con el paso de los años también se vuelven inapropiadas. Por otra parte, en las últimas décadas la sustitución de grandes extensiones de matorral en las zonas bajas por plantaciones forestales (especialmente de eucalipto y pino) ha ido reduciendo la superficie de hábitat favorable. La población nidificante podría necesitar manejos específicos del medio para su conservación, ya que debido al relajamiento progresivo de la ganadería extensiva, a medio o largo plazo, probablemente quede poco hábitat disponible.

Bernardo Busto Collado

Autor: Elías García.


395

Mario SuĂĄrez Porras

Atlas de las aves nidiďŹ cantes de Asturies


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Manuel A. Fernández Pajuelo

524

Nuevas especies nidificantes (2001-2010) A continuación se tratan seis especies cuya reproducción ha sido confirmada por primera vez con posterioridad al año 2000, y que pueden considerarse como nuevos nidificantes (no registrados como tales en el siglo XX).

Anas querquedula Nombre castellano: cerceta carretona Nombre asturiano: ronquiella

Gonzalo Gil Madrera

Distribución mundial Tipo faunístico paleártico (Voous, 1960).

Situación en Asturies

Taxonomía Especie monotípica (AERC TAC, 2003). Población 1 pareja (2005)4. Se confirmó la cría en el año 2005, cuando una pareja logró sacar pollos en la Ría de la Villa, en un porréu con prados inundados. Este es el único caso conocido de nidificación, ya que con anterioridad nunca había habido ni siquiera indicios; posteriormente tampoco ha vuelto a sospecharse la reproducción. A lo largo del periodo del Atlas hubo diversos registros de parejas durante la época de cría en los embalses de la región central (San Andrés, Tresona, La Granda y La Furta), aunque en todos los casos las observaciones pueden ser atribuidas a migrantes prenupciales.

Estival transahariano. Es un migrador prenupcial regular entre marzo y mayo, pero habitualmente en escaso número (aunque, excepcionalmente, en 1998 se registraron 438 aves). En el paso postnupcial es más escasa e irregular, y sólo suelen observarse unos pocos ejemplares. Es ocasional como invernante. Autores: Adolfo Villaverde Garrido & David Álvarez Fernández.


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

529

Especies procedentes de sueltas y escapes Las siguientes cinco especies tienen su reproducción confirmada en estado silvestre durante el periodo del Atlas, pero son de origen no natural; es decir, proceden de sueltas deliberadas, introducciones o escapes accidentales (correspondientes a las categorías C y E definidas en Clavell et alii, 2005). No se incluyen en este apartado las especies sin casos de nidificación segura entre 1990 y 2010, aunque se hayan recogido indicios de cría posible o probable (en tal caso se tratan en el apartado de especies con nidificación no confirmada). Tampoco se incluyen las especies que crían en estado semisilvestre (en parques, casas de campo, etc.), aunque sean aves que vuelen libremente, a no ser que haya casos de cría fuera de las localidades donde fueron introducidas.

Tadorna tadorna David Álvarez Fernández

Nombre castellano: tarro blanco Nombre asturiano: corión blancu Distribución mundial Tipo faunístico probablemente sármata (Voous, 1960).

Situación en Asturies

Taxonomía Especie monotípica (AERC TAC, 2003). Población 1 pareja (1994)4. Se conocen tres casos de reproducción, todos ellos por parte de aves de origen cautivo o asilvestrado. En 1993 una pareja introducida en el parque de Isabel la Católica de Xixón nidificó con éxito, y posteriormente los jóvenes abandonaron la localidad. Al año siguiente, una pareja (formada presumiblemente por dos de estos ejemplares) crió en una charca del polígono industrial de Tremañes (Xixón), y sacó adelante tres pollos que volaron en julio. En 2002, y nuevamente en el parque de Isabel la Católica, una pareja cautiva sacó seis pollos, cuatro de los cuales llegaron a volar y abandonaron la localidad tras la cría.

En estado silvestre la especie es un migrador postnupcial irregular y muy escaso (pero con tendencia al aumento en los últimos años), y un invernante también irregular y muy escaso (ocasionalmente en mayor número, pero con tendencia a la baja en temporadas recientes). En el paso prenupcial es ocasional. En los últimos años hay observaciones durante la época de cría en la Ría de la Villa: una pareja en abril y mayo de 2005, una pareja en mayo de 2006, una pareja entre abril y junio de 2007, un macho en mayo de 2008, y un macho en mayo y junio de 2009, pero no ha llegado a confirmarse la cría. Autor: César M. Álvarez Laó.


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

533

Especies con nidificación no confirmada

Bernardo Busto Collado

A continuación se tratan aquellas especies cuya reproducción no ha podido confirmada durante el periodo cubierto por el Atlas. En algunos casos se trata de especies que nunca han sido citadas como nidificantes, pero que podrían haber criado entre 1990 y 2010, a juzgar por los registros obtenidos durante esos años. En otros casos son especies que sí han sido citadas como reproductoras, aunque la información disponible al respecto no resulta concluyente en nuestra opinión. Las especies con casos de nidificación confirmada antes de 1990, para las cuales se reunieron indicios no concluyentes de cría entre 1990 y 2000, no se incluyen aquí, y son tratadas más adelante en el apartado correspondiente a los nidificantes extinguidos.


534

Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Podiceps nigricollis Nombre castellano: zampullín cuellinegro Nombre asturiano: somorguyu del pescuezu prietu Distribución mundial Tipo faunístico del Viejo Mundo (Voous, 1960). Situación en Asturies Especie politípica. En Asturies podría criar la subespecie nominal (AERC TAC, 2003). No existe ningún caso confirmado de reproducción. Sin embargo, en la primavera de 2000 una pareja construyó un nido en la cola del Embalse de la Granda (Gozón). Fue observada entre el 12 y el 27 de abril, y se registró parada nupcial; el 9 de mayo sólo se observó un ejemplar (es posible que el otro estuviera incubando), pero en fe-

chas posteriores ya no se volvió localizar ningún individuo. Esta especie es un invernante y migrante escaso o moderado, y se observa habitualmente entre agosto y abril (ocasionalmente hasta mayo). Autor: Elías García.

Fulmarus glacialis Nombre castellano: fulmar boreal Nombre asturiano: pardiella blanca Distribución mundial Tipo faunístico ártico (Voous, 1960). Situación en Asturies Especie politípica. En Asturies podría criar la subespecie nominal (AERC TAC, 2003). La reproducción de esta especie nunca ha sido citada, pero vale la pena mencionar algunos registros reunidos en situaciones que podrían ser indicios de nidificación. En los años anteriores al comienzo del periodo del Atlas, en junio de 1980 se observó un ejemplar saliendo de una colonia de gaviotas patiamarillas en El Isllia, Medal (Cuaña) (X. Gayol, com. pers.). Durante el periodo del Atlas se reunieron los siguientes registros: 25/04/94, un ejemplar volando junto al acantilado del Cabu Nigru (Gozón). 02/05/96,un ejemplar patrullando por los acantilados de Peñablanca (Castrillón), frente a La Deva. 09/06/96, un ejemplar en el Cabu Peñes (Gozón), volando por el acantilado con la intención aparente de posarse. 02/05/97, un ejemplar en el Cabu Peñes, tumbado en una repisa del acantilado. 05/09/99, un ejemplar en el Cabu Bustu (Valdés), intentando posarse en el acantilado mientras era acosado por gaviotas patiamarillas. 23/06/09, un ejemplar que permanecía en el entorno de la colonia de gaviotas patiamarillas de La Deva.

Todos estos registros pueden hacer pensar que en el futuro la especie podría comenzar a intentar la nidificación. Noval (2001) también mencionó esta posibilidad. Aparte de esto, se observa con cierta frecuencia en migración activa desde la costa, o en alta mar desde embarcación, prácticamente en cualquier época (incluyendo la temporada de cría, de marzo a julio), pero con más frecuencia en verano y otoño. Desde tierra suelen registrarse pocos ejemplares al año, aunque ocasionalmente ha habido jornadas con varias decenas de aves. Autor: Elías García.


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

541

Especies extinguidas como nidificantes A continuación se incluyen aquellas especies para las cuales hay constancia de nidificación en Asturies durante en siglo XX, pero sin confirmación de cría durante el periodo cubierto por el presente Atlas. Autores: Elías García, Adrián Vigil Morán & David Pascual Stevens

Lagopus muta Nombre castellano: lagópodo alpino Nombre asturiano: perdiz blanca Distribución mundial Tipo faunístico ártico (Voous, 1960). Situación en Asturies Especie politípica. La subespecie que nidificaba en Asturies se asume que era L. m. pyrenaica, perteneciente al grupo ‘muta’ (AERC TAC, 2003). Se dispone de muy poca información sobre esta especie, aunque hay abundantes citas de su presencia a finales del siglo XIX en la parte asturiana de los Picos de Europa, y en la década de 1920 todavía hay constancia de su presencia en el concejo de Cabrales. Además, hay referencias de su presencia en Asturies en la década de 1930 (Álvarez-Balbuena García et alii, 2000). Parece que la extinción de esta tetraónida fue

Milvus milvus Nombre castellano: milano real Nombre asturiano: milán del rabu forcáu Distribución mundial Tipo faunístico europeo (Voous, 1960). Situación en Asturies Especie politípica. En Asturies nidificaba la subespecie nominal (AERC TAC, 2003). Probablemente se encuentra extinguido desde hace varias décadas, aunque no es descartable su reproducción esporádica. Durante el periodo del Atlas no se confirmó la nidificación, y únicamente se conocen cuatro localidades de cría posible: la sierra de L’Acebu (Cangas), con dos observaciones de un adulto el 01/05/99 y el 03/07/1999; la costa entre Llanes y Po (Llanes), con observaciones de una pareja entre el 15/05/01 y el 30/06/01; un ave en La Campa San Xuan (Bimenes) el 30/05/03 y el sur del concejo de Piloña,

debida a una combinación de cambios climáticos y caza abusiva.


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

551

Principales problemas de conservación de las aves reproductoras de Asturies Editado por David Pascual Stevens

En las páginas siguientes se presentan, a modo de capítulos, una serie de temas monográficos sobre distintos aspectos de la conservación de las especies de aves abordadas en este Atlas. Se ha considerado oportuno la inclusión de esta temática por varios motivos: por un lado, aunque ya se incluye un apartado de conservación en cada una de las fichas de especies reproductoras, el espacio reservado a cada una ellas es limitado, y resultaba adecuado poder dar un enfoque algo más exhaustivo, al tiempo que era necesaria una visión más global de la conservación para el conjunto de las especies tratadas. Por otro lado, la Coordinadora Ornitolóxica d’Asturies ha dedicado buena parte de su trayectoria a difundir y denunciar distintos problemas ambientales de las aves asturianas, y se consideró oportuno aprovechar la presente publicación para dar a conocer algunos de los problemas más oscuros, y sin duda vergonzantes, de nuestra avifauna. Probablemente la selección de temas abordados resulte arbitraria, en tanto se ha partido de la experiencia de los distintos autores con cada uno de los problemas, en lugar de cuantificar éstos y, a partir de ahí, asignar el espacio a cada uno de ellos en función de su magnitud. No obstante, los problemas presentados pueden resultar insuficientes, pero no intrascendentes ni anecdóticos. Con todo, y teniendo en cuenta que la propia UICN considera que la destrucción de hábitat, la sobrexplotación o la introducción de especies alóctonas son los principales problemas de conservación de las aves, los siguientes temas pueden resultar muy útiles al lector que desconozca la casuística ambiental de Asturies. Igualmente, y aunque sería preferible una publicación monográfica sobre la conservación de las aves de Asturies, en los capítulos siguientes se ha reunido buena parte de lo que se conoce a nivel autonómico sobre problemas por desgracia ya clásicos en la conservación de los vertebrados. Cómo gestione sus recursos ambientales una sociedad puede resultar muy influyente en la distribución de las especies, quizás no tan explicativa como pueda serlo la propia biogeografía pero ¿seguirá en los próximos atlas figurando el pico mediano si fragmentamos aún mas nuestros robledales? ¿Tendremos cormorán moñudo si continuamos explotando el mar como lo hacemos actualmente, si se expande el visón americano o si sufrimos otro Prestige? ¿Qué tasa de atropello serán capaces de soportar nuestros mochuelos y lechuzas? Entre los temas abordados se ofrece uno de los compendios de información más actualizados disponible sobre la afección de los venenos, sin duda, punta de iceberg de un problema inexplorado a nivel institucional; se ofrecen resumidamente algunas de las estadísticas más completas del impacto de los incendios forestales; se resume la gestión de la caza, y se explica cómo la destrucción de hábitat, las infraestructuras y el “progreso” pueden hacer que futuros atlas tengan bastantes menos páginas que llenar. Gabriel Silva González


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

566

La incidencia de los incendios forestales en la conservación de la avifauna acusan en menor medida esta estacionalidad, tan marcada en el resto del territorio astur, en cuanto a la ocurrencia de incendios (Figura 1). Resulta llamativo que este territorio, englobado dentro de la llamada “España húmeda”, tenga un número desproporcionadamente alto

30

28.32

25

% incendios

20

15.27

15

11.38

10

9.01

9.74

6.7

5

4.1

4.55 3.64

3.38

2.65 1.26

0 Ene

Feb

Mar

Abr

May

Jun

Jul

Ago

Sep

Oct

Nov

Dic

Meses

Figura 1. Porcentaje de incendios por meses en Asturies en el período 2000-2010 (fuente: Bomberos del Principado de Asturias, inédito).

Luis Manuel Alonso Cuetos

Los incendios forestales en Asturies Cada año, de un modo invariable y más o menos atenuado por las condiciones meteorológicas, los montes de Asturies sufren una oleada de incendios forestales(1) de una magnitud probablemente insospechada por muchas personas. Al finalizar el invierno, antes del rebrote primaveral de vegetación, y asociado a situaciones de estabilidad anticiclónica con brisas de componente nordeste o a vientos föehn (de componente sur o suroeste, asociados a borrascas atlánticas) y que, en definitiva, provocan días soleados y/o altas temperaturas y vientos secos, es cuando el fuego y las grandes columnas de humo dominan los paisajes montanos. El mes de marzo es, con diferencia, cuando tienen lugar el mayor número de incendios, siguiéndolo en importancia los meses de febrero y abril. También resulta destacable un pequeño repunte a finales del verano, mientras que el resto del año es una época en la que tienen lugar un número de siniestros considerablemente menor. Aquellas comarcas con un clima de cierta tendencia mediterránea, más térmicas y con mayor sequía estival, caso del suroccidente y del valle del Río Navia,

Incendio en el Picu la Baúa (Bimenes / Llaviana) en marzo de 2009.


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

570

Piromanías

Disputas por la titularidad de los montes

Vandalismo

Ahuyentar animales silvestres

Venganzas

Facilitación de la caza

Eliminación de matorral y restos vegetales

Otras

Favorecer el pasto

1%2% 2% 2%

3%

3% 5%

Luis Manuel Alonso Cuetos

14%

68%

Figura 7. Motivaciones de los incendios forestales intencionados investigados por las BRIPAS en el período 2002-2010 en Asturies (fuente: BRIPAS, inédito).

Otras motivaciones de peso considerablemente menor son, por orden de importancia, la eliminación de matorral (de sendas, caminos, etc.) y la facilitación del ejercicio de la caza (Figura 7).

Adrián Vigil Morán

Impacto de los incendios forestales sobre la avifauna Las aves probablemente son uno de los grupos faunísticos con mayor capacidad de resistencia a la perturbación ocasionada por el fuego (Pons, 2007). No obstante, está claro que los incendios inciden de forma negativa en las aves a distintos niveles: por un lado, con efectos inmediatos, el daño directo sobre las mismas aves; por otra parte, la destrucción del hábitat de las distintas especies, con efectos en un amplio espectro temporal; y, por último, los efectos sobre el suelo, con efectos negativos a largo plazo. De forma para-

Los aguiluchos pálido y cenizo utilizan hábitats resultantes del fuego, pero, al mismo tiempo, sus nidos son muy vulnerables ante las quemas producidas durante la época de cría.

Incendio en el Val.le Foz (L.lena) en abril de 2008.

lela, algunas especies propias de hábitats despejados pueden verse beneficiadas por la pérdida de cobertura vegetal que ocasionan algunos incendios y colonizar estas zonas recién quemadas, desapareciendo con el tiempo, a medida que se desarrolla de nuevo la vegetación (Brotons et alii, 2005; Pons, 2007). Algunos años en los que el invierno parece alargarse, las condiciones meteorológicas no permiten el desarrollo de incendios hasta bien entrada la primavera y, en el mes de abril, en unos pocos días y antes del rebrote de la vegetación (principalmente del helecho común), tienen lugar un gran número de incendios para generar pastos, en un momento en que algunas aves han iniciado la nidificación en este tipo de hábitats (curruca rabilarga, acentor común, tarabilla común, etc.). En esas condiciones, no pocas nidadas tempranas desaparecerán calcinadas. En aquellos incendios más tardíos aún, que tienen lugar principalmente en las comarcas del suroccidente, el problema se acrecienta y un número todavía mayor de especies verán sus nidos arrasados por las llamas(2). Sin embargo, es importante reseñar que estas áreas de matorral son, en su mayor parte, formaciones favorecidas por las quemas recurrentes; es decir, son etapas regresivas de series de vegetación cuyo estado climácico serían robledales, rebollares, encinares, etc., y cuyo aspecto actual es en gran medida fruto del fuego. Por tanto, algunas especies propias de zonas deforestadas y cuyo hábitat va perdiendo calidad con el desarrollo y densificación del matorral y su sucesión hacia etapas seriales arbustivas y prebosques, como indicábamos, pueden verse temporalmente beneficiadas por las quemas. Sería el caso, por ejemplo, de especies como los aguiluchos pálido y cenizo, las perdices, la alondra común, el bisbi-


Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Luis Manuel Alonso Cuetos

573

Incendio en Bedramón (Ayande) en mayo de 2006.

Luis Manuel Alonso Cuetos

es posible que factores externos, como variaciones en las políticas agrarias puedan tener una notable influencia en la evolución del problema. En un contexto como el actual, es factible que, en un futuro no muy lejano, de no producirse una reducción significativa de las ayudas al sector ganadero, se emplee un mayor rigor en cuanto a la fiscalización de determinadas subvenciones de carácter agroambiental. De este modo, dado que se trata de un sector con una dependencia cuasi total de las ayudas públicas, probablemente la conciencia ambiental de los ganaderos del futuro esté más incentivada que en la actualidad. Quizás entonces el problema del fuego se aleje de las insoportables dimensiones que alcanza actualmente. Incendio en Les Campes de la Ferrera (Llaviana) en marzo de

Autor: Luis Manuel Alonso Cuetos Agradecimientos: A los Bomberos del Principado de Asturias y a las Brigadas de Investigación de Incendios Forestales (BRIPAS) por la facilitación de datos inéditos sobre incendios forestales

Notas: (1) Un incendio forestal es, según denominación recogida en la Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes, el fuego que se extiende sin control sobre combustibles forestales situados en el monte. La misma norma establece como monte todo terreno en el que vegetan especies forestales arbóreas, arbustivas, de matorral o herbáceas, sea espontáneamente o procedan de siembra o plantación, que cumplan o puedan cumplir funciones ambientales, protectoras, productoras, culturales, paisajísticas o recreativas. Tienen también la consideración de monte a) los terrenos yermos, roquedos y arenales; b) las construcciones e infraestructuras destinadas al servicio del monte en el que se ubican; c) los terrenos agrícolas abandonados que cumplan las condiciones y plazos que determine la comunidad autónoma, y siempre que hayan adquirido signos inequívocos de su estado forestal; d) todo terreno que, sin reunir las características descritas anteriormente, se adscriba

2009.

en Asturies. Especialmente, al “briperu” José Ignacio Moro Mayor.

a la finalidad de ser repoblado o transformado al uso forestal, de conformidad con la normativa aplicable; y e) los enclaves forestales en terrenos agrícolas con la superficie mínima determinada por la Comunidad Autónoma. (2) A título de ejemplo, en el concejo de Cangas los incendios provocados en 2002 destruyeron el 20% de los enclaves de nidificación conocidos de aguilucho cenizo (A. Vigil, com. pers.). (3) Esta especie, que había colonizado a finales de la década de 1970 la masa de pino albar de Bedramón (Ayande) (X. Gayol García, in García Sánchez, 1997), prácticamente desapareció de este pinar a raíz del incendio que destruyó algunos de los mejores rodales del monte a finales de enero del 2002, y rematado por los siniestros que lo sucedieron en 2006, 2007 y 2011.


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Atlas de las aves nidificantes de Asturies

Caza y conservación de las aves silvestres Introducción En este capítulo se abordan distintos aspectos de la gestión cinegética, especialmente en lo que se ha considerado más vinculado a la conservación de las aves reproductoras de Asturies. Desde tiempos históricos la caza ha jugado un papel modulador destacado en la densidad y distribución de distintas especies de vertebrados. La caza se considera el segundo factor en importancia en el declive de numerosas especies de aves europeas, sólo superada por la intensificación agrícola (Tucker & Heath, 1994). En España se ha asociado la caza con la desaparición del francolín, el torillo y el zarapito fino (Blanco & González, 1992). En Asturies, la cabra montés y el ciervo se extinguieron debido a la sobrecaza, el rebeco quedó reducido a apenas un centenar de ejemplares, y muy probablemente la caza también jugó un papel destacado en la desaparición de la perdiz nival y el quebrantahuesos (Nores & Vázquez, 1987). Todo ello a pesar de que por aquel entonces las armas no habían alcanzado el desarrollo tecnológico actual. Así pues, resulta obvio que es necesaria una visión crítica sobre la actividad cinegética dentro y fuera de nuestras fronteras. Existe constancia histórica del interés en ordenar de alguna forma las actividades de caza y pesca y, así, ya en el año 1549 las Ordenanzas del Principado de Asturias recogen 18 aspectos relacionados con vedas a la caza y pesca de distintas especies (Fernández García, 1991). La Ley de Caza de 1970 (L 1/1970) inicia una senda legal que trata de poner orden en la ges-

tión cinegética; la siguen distintas leyes, como la Ley de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestre (L 4/1989) o el Real Decreto por el que se declaran las especies objeto de caza y pesca y se establecen normas para su protección (RD 1095/1989). En Asturies, la Ley de Caza (L 2/89) supone un cambio generalizado en lo que a gestión de especies y espacios se refiere; de esta forma, y basándose en la propia ley y su Reglamento (D 24/91), se inicia la tramitación para la declaración a lo largo de dos décadas de más de una decena de Refugios de Caza, se crean distintas Zonas de Seguridad, se establecen los Planes de Gestión de las Reservas Regionales de Caza o se crea el Consejo de Caza (órgano de representación de carácter consultivo no vinculante). Licencias de caza Una de las principales cuestiones que surgen al analizar la caza es la de cuántas licencias hay y cuál es su evolución. ¿Qué tendencia seguirá la caza en las próximas décadas? En el contexto español se aprecia un suave descenso en el número de licencias de caza, de las 1.402.381 de 1985 a las 1.157.969 de 2003, con un máximo de 1.443.514 en 1990. En Asturies, a pesar de carecer de datos que cuantifiquen la evolución, se sabe que se está produciendo un cierto descenso: en 2002 se contaba con 17.916 licencias, por las aproximadamente 13.000 de 2007 (SIAPA, 2012), y ya en 2002 se apuntaba una pérdida anual de, aproximadamente, un 1% de los cazadores (IDER S.A., 2001).

Figura 1. Mapa cinegético de Asturies.


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una legislación cinegética mucho menos restrictiva que la nuestra.

Sueltas de distintas especies La suelta de especies alóctonas, o de razas distintas de las autóctonas, es un hecho que, de puntual, ha pasado a cotidiano, y ahora son miles los ejemplares que se sueltan cada temporada de especies como el faisán, las perdices roja, chukar y pardilla, el conejo y las codornices común y japonesa, y todo ello sin que hasta el momento la administración haya logrado hacer cumplir su propia legislación. En España se consideran estas introducciones especialmente graves, en la medida en que pueden afectar a la conservación de distintas especies (Lucio & Purroy, 1992). En Asturies el artículo 26. 2 de la Ley de Caza (L 2/89) señala que «queda prohibida la introducción y proliferación de especies, subespecies o razas geográficas distintas a las autóctonas, en la medida en que puedan competir con estas, alterar su pureza genética o equilibrios ecológicos». Plumbismo La legislación prohíbe la utilización de plomo en la caza de aves acuáticas en todos los humedales incluidos en la Red Natura 2000 o en espacios protegidos, lo que en Asturies permite que la dimensión del problema parezca reducida; sin embargo, en Europa se estima que un millón de aves acuáticas invernantes mueren por plumbismo cada año (Mateo, 2011). Se desconoce en qué medida esta problemática puede afectar a nuestras aves acuáticas reproductoras, pero cabe suponer que al menos una pequeña parte de nuestras acuáticas puedan hallarse incluidas en ese millón de aves.

Archivo de Adrián Vigil Morán

Caza ilegal Aunque se ha reducido notoriamente el impacto de la caza furtiva, y ha dejado de ser común la caza de pequeños paseriformes con perdigón o con artes prohibidas, todavía hoy siguen cazándose rapaces, ardeidas, insectívoros y muchas otras especies con gran impunidad. De las 23 especies de aves consideradas “en peligro” en el Libro Rojo de los Vertebrados de España, 16 reciben amenazas negativas por acciones de caza ilegal (Blanco & González, 1992) Algunas especies amenazadas, como el urogallo, siguen siendo víctimas de la caza furtiva. Recientemente se ha estimado en unas 6.000 las aves cazadas legal e ilegalmente en la Cordillera Cantábrica entre 1945 y 1995 (A. Vigil, com. pers.). Urogallos cazados ilegalmente en Mual (Cangas) en 1982. A pesar de ser una especie protegida desde 1979, el furtivismo fue cosa común durante la década de 1980. Actualmente, el urogallo se encuentra al borde de la extinción en la Cordillera Cantábrica.

Caza de fringílidos: En Asturies no se conceden autorizaciones para la captura de fringílidos. A falta de datos asturianos, en España se capturan cada año, aproximadamente, un millón de aves para silvestrismo. Un promedio anual de 61.279 jilgueros, 25.639 pardillos comunes, 19.706 verderones comunes y 3.354 verdecillos fueron capturados con autorización entre los años 2003 y 2007. A esta cifra autorizada hay que sumar otros muchos que, por falta de control, no figuran en las estadísticas (Atienza & Iñigo, 2011). La Asociación de Agentes de Medio Ambiente de Andalucía presentó un recurso contra la resolución anual que autoriza, con carácter “excepcional”, entre 14.000 y 17.000 permisos de captura para silvestrismo con cupo de diez fringilidos por permiso (Asociación de Agentes de Medio Ambiente de Andalucía, 2009, 2010, 2011). Se desconoce en qué medida estas capturas afectan a la población de fringílidos que anida en Asturies, pero está claro que la mayor parte de nuestros verdecillos y pardillos nidificantes buscan otras tierras para pasar el invierno. Autor: Gabriel Silva González


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