DAVID FARIAS
Basado en el cuento “Hijos del trueno” de Luis Taborda | POISON
Dedicado al fallecido hermano Tinogasteùo Marcelo Reales‌(*)
Apagamos los fuegos para no manifestar nuestra presencia y acurrucados esperamos el desenlace… Todos guardamos un silencio expectante, mientras sentíamos crecer una especie de erizado temor colectivo que nunca habíamos sabido ni que existía.
El mundo aquel en las cumbres no era un mundo cualquiera, era nuestro mundo‌
Entonces lo vimos‌ La silueta vertiginosa, inhumana se desplazaba contra el perfil brumoso de la loma alta.
De pronto desaparecĂa, aunque no su rugido. Y volvĂa a aparecer siguiendo los contornos del terreno. Nos abrumaba su imagen‌
En su proximidad lo sentimos más catastrófico y ruin. Parecía, el monstruo aquel, el resumen de todos los males. Es más, parecía el mal mismo acezando y bufando a nuestro lado. Un toro inmenso y maligno dispuesto a embestir y a acabar con todo… Eso parecía.
Aquella bestia como poseída por un instinto fatal se dirigía derecho al hoyo que lo aguardaba. Trepidó unas cuántas veces más bandeándose hasta extremos increíbles. Resopló como quien maldice. Y por fin, ante la aldea entera que contenía la respiración y cruzaba los dedos, se desplomó abruptamente en la gran depresión sin retorno.
La cornisa que lo esperaba, anterior al abismo, estaba tan bien disimulada que cuando quiso detenerse para virar el impulso lo venci贸 y cay贸 pesadamente en el hueco siniestro. Sentimos luego la fuerza de un impacto terrible contra las piedras del fondo.
Y aquel bicho catastrófico y ruin dejó de a poco de resoplar…
El lugar donde yacen es hoy un lugar despejado y calmo que parece concitar una cierta fascinación extraña…
Nadie de entre nosotros sabe a ciencia cierta si su venida se repetirĂĄ otra vez o si los “monstruosâ€? se habrĂĄn retirado para siempre de estas soledades ardientes.-
(*) Marcelo Reales es un Tinogasteño que perdió la vida cuando uno de estos “monstruos” lo atropello en plena ruta de supuesto enlace. Dice el monstruo que trataba de ganar tiempo en la madrugada para lograr una mejor posición de salida, dado su retraso… (El daño colateral para ellos era UNA VIDA HUMANA)