LA ADORACIÓN Jack Moraine Andy Park Larry Myers
"The Importance of Worship" por Jack Moraine Copyright 1997 Vineyard Christian Fellowship, Gilbert, Arizona "The Values & Priorities of Worship in the Vineyard" por Andy Park Copyright 1996 the Association of Vineyard Churches "Worship Leading 101" por Jack Moraine Copyright 1998 Vineyard Christian Fellowship, Gilbert, Arizona "John Wimber's Legacy: Worship" por Larry Myers Copyright 1998 the Association of Vineyard Churches
Copyright 1999 por Vineyard Mexico Partnership para la versión en español Traducido al español por: Carlos Johnson
EL LEGADO DE JOHN WIMBER Larry L. Myers: La Adoración
Influencias John fue un músico excelente. Ya que estudió la música desde su niñez, había llegado a ser no solo un competente multi- instrumentalista, sino también un buen arreglista y exitoso productor de discos. El legendario Shorty Rogers, que fue uno de los líderes en la costa occidental de las escenas de "cool" jazz y llegó a ser un cristiano comprometido a final de los años 70, me dijo que John fue un buen saxofonista. John me dijo hace unos años que su meta, después de haber sido un exitoso productor de discos, era llegar a ser uno de los mejores arreglistas en Hollywood. Y ya estaba en camino. Su grupo "The Righteous Brothers" estaba grabando hits que llegaron a ser de los más populares ["Top Ten"]. Pero Dios intervino y cambió el curso entero de su vida. ¿Qué tiene que ver todo esto con su contribución a la alabanza como ahora la conocemos? En primer lugar él tuvo un excelente conocimiento de la música pop/rock, así que la música que a él le gustaba, escribía y que expresaba su corazón fue el mismo estilo de los "boomers". [La generación que nació entre aproximadamente los años 1945 y 1965.] Como él dijo en muchas ocasiones, quería edificar una iglesia a la cual a él mismo le gustaría asistir. Y esto se reflejaba en la música. La iglesia fue la segunda influencia importante en la contribución de John a la alabanza. Sus primeras experiencias con la vida de la iglesia le convenció que aunque había muchos maravillosos y profundos cantos e himnos cristianos, fue difícil identificarse con ellos. Típicamente, la parte musical de la reunión consistía en dos himnos (o cantos "gospel"), un canto especial (por el coro o solista), y tal vez un canto más antes del mensaje. Pero John tenía hambre de la presencia de Dios en la reunión, así que extendió el tiempo de la alabanza. En tercer lugar, John visitó y estudió a cientos de iglesias en muchas denominaciones a través de los Estados Unidos en su papel como asesor de iglecrecimiento para Fuller Institute of Church Growth (1974-1978). Estas observaciones de tantos diferentes estilos de alabanza enseñó a John cuatro conceptos claves acerca de la adoración bíblica. Primero, John descubrió el mandato bíblico que la adoración es el llamamiento más importante de la iglesia. Segundo, ya que John entendió esto, rehusó relegar la alabanza a una posición secundaria o usarla como una manera de calentar a la gente y prepararla para la predicación de la Palabra. John enseñó que la alabanza en sí es esencial, y que es nuestro primer y más importante llamamiento como la novia de Cristo. Tercero, John no permitió el uso de la alabanza para manipular a la gente. John se opuso a usar la música de adoración para que la gente diera dinero, o para motivarles a pasar al frente o para salvación o para ser ministrados. Cuarto, y tal vez más importante, John detalló para nosotros el concepto que la adoración es para facilitar y expresar nuestra relación personal y corporal con nuestro Padre Celestial, nuestro Señor Jesucristo, y el Espíritu Santo. Y para lograr esto
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necesitábamos usar los pronombres de segunda persona (tú) en vez de los de tercera persona (él). Queremos cantar a Dios no solamente de Dios. Recuerda la lista de los cantos que eran populares en los días antes de la formación de la Viña. Notas la diferencia inmediatamente. Estos cantos (y la mayoría de la música actual escrita para la iglesia fuera de la Viña) son escritos acerca del Señor y podría llamarse música de adoración "evangelística". Pero John estaba comprometido a mantener la adoración como algo personal.
Conclusión La pequeña ola que empezó a formar cuando John compuso "La Canción del Espíritu" en 1976 ha llegado a ser un verdadero maremoto, cuyos efectos se sienten a través de todo el mundo. Dios usó a John y a la Viña para dar a luz un nuevo tipo de adoración caracterizada por una cosa: la intimidad. Así que es apropiado reconocer y expresar nuestro aprecio profundo por el legado de John en definir y expresar estos conceptos básicos acerca de la adoración y por dirigirnos hacia un conocimiento más amplio y más profundo de nuestro llamamiento alto de ser adoradores del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Larry ha sido un músico profesional desde 1973. Ha aparecido con frecuencia en la serie de cassettes de Vineyard Music Group, "Touching the Father's Heart". Larry se graduó de Dallas Theological Seminary en 1972, y ha sido pastor y director de alabanza desde 1975. Reside en West Los Angeles con su esposa Nancy Stafford.
(Traducción por Carlos Johnson del artículo "John Wimber's Legacy of Worship", publicado originalmente en la revista Voice of the Vineyard, en el Otoño de 1998.)
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LA IMPORTANCIA DE LA ADORACION por Jack Moraine (Pastor de la Iglesia Vineyard Christian Fellowship de Gilbert, Arizona)
La Adoración en la Biblia Uno podría decir que el enfoque de toda la Biblia es la adoración. Por lo menos se podría decir que la adoración es uno de sus temas principales. Lo que sigue es una vista panorámica del tema de la adoración en las Escrituras. v Se luchó por la adoración en la tentación en el huerto de Edén. v La adoración fue una de las características principales en las vidas de los patriarcas. En el libro de Génesis vemos a Abraham, Isaac y Jacob edificando altares al Señor y clamando a su nombre, en comparación a los que adoraron a los supuestos dioses de las naciones que les rodeaban. v En el libro de Exodo vemos a Dios liberando a Israel de la esclavitud y de la opresión y sacándolos de Egipto para que pudieran adorarle. El llegó a ser su Dios y ellos su pueblo. El les dio su palabra en forma de la Ley y les dio instrucciones acerca de cómo adorarle en por medio del tabernáculo y su servicio. v Vez tras vez en los libros históricos y proféticos del Antiguo Testamento vemos el énfasis y la importancia de la adoración cuando Dios juzga a su pueblo por el pecado de la idolatría. v En el libro de Apocalipsis del Nuevo Testamento, vemos que hay una actividad
constante en el cielo: la adoración a Dios. De hecho, el libro de Apocalipsis enseña que el acto que determina nuestro destino final es la adoración: ¿Adoraremos a Dios o a la bestia y a su imagen?
El Significado de la Adoración Cuando adoramos a Dios reconocemos y declaramos su valor. Las palabras principales de la Biblia traducidas “adoración” (saha en el hebreo, proskuneo en el griego) enfatizan el acto de postrarse en reverencia. La palabra griega, proskuneo, es una combinación de dos otras palabras griegas: pros, que significa “hacia” y kuneo, que significa “besar”. Proskuneo es la palabra que más frecuentemente se usa para referirse a la adoración y significa: acercarse para besar.
Puntos Claves: La adoración se trata de postrarse. ¿Ante quién vamos a postrarnos? ¿A quién vamos a servir? La adoración se trata de la intimidad en una relación.
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Dos Aspectos de la Adoración Hay que distinguir entre los dos aspectos de la adoración, una más amplia y la otra más restringida. Creo que podemos ver los dos aspectos en Romanos 12.1: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrifico vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
El Acto de la Adoración. La mayoría de nosotros relacionamos la palabra “adoración” con las cosas que hacemos en una reunión de la iglesia y en nuestros momentos de adoración personal y privada. Estas actividades (por ejemplo: la oración, la alabanza, cantar, dar gracias, rendirnos, levantar las manos, arrodillarnos, etc.) son algunas maneras de ofrecernos o presentarnos a Dios – lo que Pablo llama en esta Escritura nuestro “culto racional”. Entonces el acto de adorar está relacionado con una ofrenda de adoración: ofrecernos a nosotros mismos a Dios y ponernos a su disposición.
Una Vida de Adoración. En un contexto más amplio, al adoración implica la manera en que vivimos. A través de este acto espiritual llegamos a ser sacrificios vivos. En otras palabras, la adoración involucra el acto de ofrecernos a Dios, pero también incluye los resultados de ofrecernos a Dios. Por esto, en el siguiente versículo Pablo habla de ser transformados: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfeca. (Romanos 12.2) El autor del libro de Hebreos también habla acerca del acto de la adoración y la vida de adoración en Hebreos 13.15-16. El versículo 15 habla del acto de adoración: ofrecer a Dios sacrificio de alabanza...fruto de labios que confiesan su nombre. Y el versículo 16 habla acerca de la vida de adoración: Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios. El autor del libro de Hebreos dice que estamos ofreciendo un sacrifico a Dios cuando le alabamos con los labios y cuando compartimos con los que tienen necesidad. ¡Todo eso es adoración! La totalidad de nuestras vidas, todo, es una ofrenda de adoración a Dios.
Puntos Claves: El acto de adoración no se puede separar de una vida de adoración. (Juan 14.15) Una vida de servicio es el fruto de la adoración. La adoración y el servicio a Dios van de la mano. (Mateo 4.10) La adoración que no afecta nuestra manera de vivir no es una adoración verdadera. (Marcos 7.6-7)
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Una Definición de la Adoración: La mejor definición que conozco es la que Jesús mismo nos dio: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. (Marcos 12.30) Amar a Dios con todo lo que tenemos – ¡eso es la adoración! Y si lo amamos verdaderamente con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza no solo afectará nuestros actos de adoración en la congregación o en privado, también transformará nuestras vidas y cambiará nuestra manera de vivir. Nuestro amor por Dios se expresa al ofrecernos a él en ocasiones de adoración en público y en privado, y al obedecerle en nuestras vidas cotidianas. En todo el material a continuación nos enfocaremos en el aspecto más restringido de la adoración: tiempos de adoración en público y en privado, la ofrenda de nuestro amor, nuestra alabanza y de nosotros mismos a Dios.
El Poder Transformador de la Adoración El fruto de la adoración, el producto de la adoración, es una vida transformada (Romanos 12.2). Una de las puertas principales que Dios usa para tocar nuestras vidas es a través de la adoración. Nos transforma mientras nos ofrecemos a él en la adoración. (El llamado de Isaías al ministerio nació en la adoración: Isaías 6.1-8) La adoración tiene implicaciones para cada uno de nosotros, como dijo el cantante Bob Dylan: Tienes que servirle a alguien. Podría ser el diablo o podría ser el Señor, Pero tienes que servirle a alguien. Todos adoramos algo, aunque no nos demos cuenta de ello. O adoramos al Dios verdadero o adoramos otra cosa. En nuestra cultura la adoración de los ídolos puede ser muy sutil pero sin embargo está presente. (Por ejemplo, en Efesios 5.5 y Colosenses 3.5 Pablo dice que la avaricia es idolatría.) Claro, algunos dicen que no se postrarían a nada. Pero el centro de la adoración es el señorío. La auto-adoración fue la tentación que usó la serpiente en el huerto cuando dijo a la mujer: ... serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios... Tal vez no lo reconocieron Adán y Eva en ese momento, pero al intentar ser como Dios, o hacerse dioses, en realidad estaban arrodillándose al adversario que había caído en un pecado parecido al orgullo. (Isaías 14.12-14; Ezequiel 28.12-17)
Llegamos a ser como Dios cuando le adoramos. Esto ocurre aun cuando adoramos a otras personas o cosas. (Salmos 115.4-8) La adoración determina la dirección de nuestras vidas, porque llegamos a ser como el Dios que adoramos. La adoración nos transforma y establece nuestros valores, prioridades y lo que vamos a ser.
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Cuando adoramos establecemos...: v ...Dónde vamos a postrarnos. El postrarse muestra nuestra actitud ante el Señor. Es traer nuestros corazones ante él y someter nuestras vidas a él. v ...A quién vamos a buscar. Esto tiene que ver con nuestras metas y dirección. v ...Lo que vamos a descubrir. (Acerca de nosotros y acerca de Dios. La adoración es nuestra respuesta a la revelación de Dios.) v ...La gloria que habrá en nuestras vidas, y por medio de ellas. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. (2 Cor. 3.18) Miramos y reflejamos la gloria del Señor principalmente a través de la adoración. Por eso la adoración es tan esencial para poder llegar a ser como Cristo y cumplir sus planes y propósitos para nuestras vidas. Este proceso de transformación funciona como una cámara: v Lo primero que hace uno cuando va a tomar una foto es apuntar la cámara hacia la imagen que quiere capturar en la película. En la adoración nos enfocamos en el Señor Jesucristo. v Cuando vas a tomar una foto, presionas el botón que abre la apertura y permite que la luz entre a la cámara para transformar la película. En una manera parecida, al adorar abrimos nuestro corazón y espíritu a la presencia de Dios y permitimos algo de la luz de su presencia – su gloria – entrar en nuestra vida para formar la imagen de su Hijo en nosotros. Para llegar a ser como Jesús, necesitamos continuamente abrirnos a su presencia y a su palabra.
LA PRESENCIA DE DIOS EN LA ADORACION ¿Para qué tenemos reuniones congregacionales? ¿Por qué cantamos en la iglesia? ¿Cuáles son las bases bíblicas por las acciones y actividades que conforman nuestras reuniones?
Nos congregamos por dos motivos: Primero, para servir a Dios con nuestra alabanza. La adoración primera y principalmente es para Dios. A veces las personas comentan: Yo no sentí nada en el tiempo de alabanza hoy. ¿Quién dijo que tú tenías que sentir algo? No es para que nosotros recibamos algo, sino para que demos algo. (1 Pedro 4.11)
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Al servir a los demás necesitamos la abundancia de Dios. La necesidad más grande que tenemos en nuestra vida es de su presencia. Nuestra mayor necesidad es de Dios mismo. Esta necesidad se suple al encontrarlo, adorándole. Una vez alguien me preguntó, ¿Por qué nos instruye la Biblia orar si Dios ya sabe lo que necesitamos? Tal vez es porque Dios sabe que la mayor necesidad que tenemos es de una relación íntima con él. ¿Por qué nos exhorta Dios a adorarle? ¿Es inseguro? ¿Es egoísta? No. Nosotros estamos llamados a adorar porque Dios sabe que fuimos creados para tener una relación con él y ninguna otra cosa nos satisfacerá. La adoración no es una actividad dirigida a un Dios egoísta. La Escritura nos muestra que Dios llama a su pueblo a adorarle en su presencia para que él lo libere, redima, renueve y restaure. La definición clásica del propósito y el destino del hombre se encuentra en el catecismo de Westminster: El fin principal del hombre es glorificar a Dios y disfrutarle para siempre. Así que el primero motivo por la adoración es enfocarnos en el Dios de nuestra alabanza. Segundo, él ha planeado que a través de la adoración encontremos gozo, bendición, satisfacción y propósito. Así que la alabanza es hacia Dios y para Dios, pero también es para nosotros.
La Señal del Pueblo de Dios (Exodo 33.1-3, 12-17) Sobre toda otra cosa necesitamos la presencia de Dios.
v Enfrentado con la posibilidad de heredar la tierra prometida sin la presencia de Dios, Moisés dijo que no estaba de acuerdo. El no quería las bendiciones de Dios sin la presencia de Dios. Moisés estaba diciendo algo así: Si tú no vas, yo no voy. No me importa tanto la tierra, yo te necesito a tí. En la adoración buscamos el rostro de Dios y no su mano. Si Dios no está presente en nuestras reuniones ¿para qué ir?
v Moisés pregunta: ¿Qué va a distinguirnos de todos los otros pueblos de la tierra? Es una buena pregunta. ¿Qué tenemos que ofrecer a la gente? A veces siento que en la iglesia estamos tratando de competir con las cosas que ofrece el mundo. La verdad es que no podemos entretener como Hollywood o Nintendo. ¿Qué tenemos nosotros que nadie más tiene? ¿Qué puede encontrar la gente con nosotros que no puede encontrar en ningún otro lugar? La respuesta es: la presencia de Dios. Eso es lo que nos debe distinguir de todos los demás. Como individuos Dios nos ha dado su Espíritu como depósito de lo que vendrá (Efesios 1.13-14). También, cada congregación local es un templo del Espíritu Santo (1 Corintios 3.16). A veces enfatizamos la palabra “templo” en este versículo. Pero ¿cuál es más importante, el templo o el Espíritu que lo llena? No estoy interesado en tener un templo hermoso donde puedo adorar si el Espíritu no está presente. Yo no estoy interesado en tener una iglesia llena de personas vacías. Si hay algo que debe caracterizarnos como pueblo es la presencia de Dios. ¿Cómo podemos competir con el sexo ilícito, las drogas y el “rock and roll” para ganar a los jóvenes? Creo que la realidad de la presencia de Dios manifestada en sus vidas cautivará sus corazones.
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v Si no tenemos la presencia de Dios, no tenemos nada de valor para ofrecer a la gente. Sigamos el ejemplo de Moisés y no estemos satisfechos con una tierra prometida sin la presencia de Dios.
La Presencia de Dios Manifiesta Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel. (Salmo 22.3) [Otra versión dice que él es entronado en las alabanzas.] Entender nuestra necesidad por la presencia de Dios nos dirige a este principio tan importante de la adoración: Dios manifiesta su presencia cuando le adoramos. Dios establece su trono en medio de un pueblo adorador. El trono habla de su reino. El viene a reinar en medio de la adoración. Su reino se manifiesta y se extiende en nuestras vidas y a través de nuestras vidas cuando le adoramos.
Ejemplos: v En el Antiguo Testamento, Dios vino al lugar de adoración y dio a conocer su presencia. Llenó el tabernáculo y el templo con su gloria. (Exodo 40.34-35; 2 Crónicas 5.13-14)
v En Isaías 6.5-7, en medio de la adoración, Dios revela su gloria a Isaías, y el reino de Dios es extendido en la vida de Isaías a través del perdón y la misericordia que fluyen del trono de Dios. También, Isaías es comisionado como profeta de Dios mientras él manifiesta su presencia en medio de la adoración.
v En Hechos 4.23-31, después del arresto de Pedro y Juan, los creyentes levantan su voz en adoración y oración a Dios. El resultado fue que se sacudió el lugar donde estaban, y fueron llenos del Espíritu y hablaron la palabra de Dios con denuedo. (Hechos 4.31)
v Dios habló a los líderes de la iglesia de Antioquía acerca del llamado apostólico de Pablo en medio de la adoración. (Hechos 13.2)
v Personalmente yo he visto a la gente entregarse a Criso o ser sanada en medio de la adoración. ¿Cómo ocurre esto? Ocurre porque Dios establece su trono en medio de un pueblo adorador, y su trono es un trono de gracia (Hebreos 4.16). Por eso la gracia y la misericordia fluyen cuando adoramos a Dios. Dios se acerca a nosotros cuando nosotros nos acercamos a él en la adoración (Santiago 4.8), y al manifestar su presencia da a conocer su amor y misericordia.
v El medio para llenarnos continuamente con la presencia del Espíritu Santo es la adoración. (Efesios 5.18-20)
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Adorar en Espíritu y en Verdad (Juan 4.19-24) Jesús señala que la adoración es una de las características particulares del pueblo de Dios, y que la verdadera adoración combina los elementos de espíritu y verdad. En su conversación con la mujer samaritana en Juan 4, Jesús intenta hablarle acerca de la necesidad más profunda de su vida y mostrarse como la fuente de aguas vivas. En medio de esta conversación, la mujer pregunta a Jesús acerca de su opinión sobre un punto de controversia entre los judíos y los samaritanos. La mujer pregunta a Jesús acerca del lugar correcto para la adoración. Jesús contesta enfatizando la manera en que debemos adorar. El dónde de la adoración no es tan importante. La manera de adorar sí es importante. Jesús empieza por señalar la relación entre el conocimiento y la adoración (v. 22). El conocimiento es un ingrediente clave en la adoración. Nuestra adoración debe ser fundamentada en su Palabra. El conocimiento y la adoración van de la mano. La verdad y la adoración pertenecen juntas. Necesitamos saber algo acerca del Dios que adoramos, y este conocimiento debe ser basado en la verdad, porque llegamos a ser como el Dios que adoramos. Nuestra adoración tiene que estar fundamentada en la verdad de Dios, como las Escrituras lo revelan, y especialmente en la revelación de Dios que nos ha venido a través de Jesucristo. Como lo señala Jesús a la mujer samaritana, es imposible adorar a alguien que no conocemos. El conocimiento es un ingrediente esencial en la adoración. Pero un simple conocimiento, el conocimiento de la Palabra de Dios, no garantiza que haya adoración. Es posible tener muchísimo conocimiento acerca de la Biblia y nunca arrodillarse, nunca levantar las manos o la voz en adoración al Padre en espíritu y verdad. El conocimiento es un ingrediente esencial en la adoración, pero no es el único ingrediente. Jesús dice algo importante en los versículos 23 y 24: El Padre busca adoradores verdaderos. El Padre busca un pueblo adorador. ¿Qué es un verdadero adorador? El que adora a Dios como él nos instruye: en espíritu y en verdad. La verdadera adoración ocurre cuando le adoramos a su manera, no a la nuestra. Dios mismo, no nosotros, define la manera en que debemos adorar. Aquí mucha gente dice: Yo adoro a Dios a mí manera. Los verdaderos adoradores adoran a Dios a su manera y él desea ser adorado en una manera que utiliza los dos elementos de espíritu y verdad.
Adorar en Espíritu ¿Qué significa adorar en espíritu? Cuando Jesús habla de adorar en espíritu, no es claro en el texto si se refiere al Espíritu Santo o al espíritu humano. Hay motivos para entenderlo de las dos formas. (Filipenses 3.3) Adoración en el Espíritu es adoración bajo la influencia, guianza e impresiones del Espíritu Santo. Es adoración que recibe su poder del Espíritu y no de la carne. Creo que también es correcto decir que la adoración en espíritu involucra el espíritu del adorador. En otras palabras, no es solo una adoración mental o física, sino espiritual,
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que surge de lo más profundo de nuestro ser. La adoración en espíritu toma lugar cuando nuestro cuerpo expresa la adoración que viene de nuestro espíritu (Romanos 12.1). A veces no pensamos que nuestro cuerpo es espiritual, pero sí lo es. Ofrecer nuestro cuerpo es un acto espiritual de adoración. Aunque podemos hablar de aspectos de nuestro ser (espíritu, alma, cuerpo), la verdad es que Dios nos hizo como una unidad, y estamos mandados amar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza. Quiero decir que la adoración en espíritu implica tanto nuestro cuerpo como nuestro corazón y mente. O visto de otra manera, la adoración en espíritu se expresa a través de nuestro cuerpo. Como somos una sola unidad como seres humanos, lo que hacemos físicamente nos afecta espiritualmente, y lo que hacemos espiritualmente nos afecta físicamente. Así que la adoración en espíritu involucra todo nuestro ser.
Adorar en Verdad ¿Qué significa adorar en verdad? Quiero sugerir cuatro aspectos. 1. Es adoración que corresponde a la verdad de nuestra condición interior. Los fariseos violaron este principio. (Marcos 7.6-7) La adoración no es algo simplemente exterior, como el movimiento los labios ante Dios. Nuestro corazón se acerca a él. Cuando lo que hacemos en la adoración deja de ser una expresión de lo que realmente está en nuestros corazones, deja de ser una adoración verdadera. 2. Es adoración que se enfoca en la persona y la obra de Jesucristo, quien es la verdad. (Juan 14.6; Filipenses 3.3) 3. Es adoración fundamentada en la verdad de la Escritura, a través de la cual Dios nos revela su naturaleza y carácter. 4. Es adoración fundamentada en el Espíritu. La adoración es como un motor de dos cilindros que opera con una mezcla Espíritu y verdad. Reuniones congregacionales que enfatizan la Palabra de Dios pero están vacías del Espíritu de Dios nos llevan a un camino sin vida. La señal que nos distingue como cristianos es la presencia de Dios y en esas reuniones hace falta. Pero las reuniones que enfatizan al Espíritu y dejan a un lado la verdad pueden dirigirnos a un simple emocionalismo. Podemos estar bien formales pero congelados; podemos calentarnos en el emocionalismo o podemos adorar al Padre en una manera balanceada: en Espíritu y en verdad. Las dos cosas son esenciales al adorar a Dios. Y éstos son los adoradores que el Padre busca.
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LOS VALORES Y LAS PRIORIDADES DE ADORACIÓN DE LA VIÑA por Andy Park:
(Director de alabanza de la Viña de Anaheim, California)
Son las 10:05 el domingo por la mañana, y la reunión acaba de empezar. El director de alabanza ora sencillamente, invitando a Dios a estar presente y animando a la congregación a enfocarse en él. Él empieza los cantos asentando con la cabeza al grupo de músicos, entonces cierra sus ojos al cantar cantos contemporáneos de amor y alabanza al Padre. A veces levanta una oración entre los cantos y da indicaciones a los músicos cuando hay una transición. Hay poca conversación entre el director de alabanza y la congregación. Casi todo está dirigido hacia el cielo. Hay unos pocos momentos cuando dejan de cantar, pero los instrumentos siguen tocando mientras la congregación espera en el Señor con una actitud de adoración. Los cantos varían entre gozosos y suaves. Aunque es obvio que ha habido algo de planeación y preparación por los músicos, también hay un sentir de espontaneidad al dirigir el líder una media hora de cantos. ¿Qué impulsa este estilo de dirigir alabanza? ¿Está el director de alabanza solo dejando que las cosas ocurran, o hay una filosofía detrás de lo que hace? ¿Es una manera arbitraria de llenar el tiempo antes del mensaje, o hay un plan intencional que expresa un sistema definido de valores? Hace como 18 años, Dios juntó a un grupo de personas en Yorba Linda, California que estaban concientes de su necesidad desesperada de Dios. Solo tenían la energía suficiente para acercarse a él para escuchar su voz y recibir su consolación. Derramaron ante él su adoración y su clamor por ayuda. De esta experiencia íntima de tocar a Dios y ser tocados por él, nació un movimiento de iglesias y se desarrolló una práctica y teología única de adoración. A través de los años, las fronteras de la adoración en la Viña se han extendido, pero los valores principales que fueron formados en aquellas etapas iniciales están todavía intactos. El estilo y la forma de expresión puede evolucionar, pero la visión y el propósito permanecen constantes. Para permanecer fieles al llamado que Dios nos ha dado, tenemos que aclarar y afirmar los valores que no vamos a cambiar, y asegurarnos que nuestras prácticas estén alineadas con esos valores. Si el capitán de un barco fija su curso, pero se le olvida examinar su brújula, sin darse cuenta se desviará. Los directores de alabanza enfrentan dos peligros: Muchos tienden a enamorarse de sus habilidades. La otra tendencia es desviarse del mandato y herencia que Dios nos ha dado como movimiento. Debemos mantener nuestro ojo en la brújula si vamos a mantener el curso y cumplir nuestro llamamiento de Dios. Fuera de la Viña hay muchos estilos y formas de alabanza que son válidos y bíblicos. La Viña no es lo único que hay en cuanto a esto. Apreciamos a todas las denominaciones y movimientos que exaltan a Cristo y se adhieren a las doctrinas claras e importantes del cristianismo básico. A la vez, sentimos una responsabilidad de andar de acuerdo a lo que Dios ha escrito en nuestros corazones.
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Mi versión de los valores de la alabanza de la Viña tiene su fundamento en los mensajes de John Wimber al respecto. He añadido al bosquejo de John de acuerdo a mi propia experiencia como un pastor y director de alabanza dentro de la Viña. Hay seis valores básicos que proveen el fundamento y la estructura para una variedad de prioridades y prácticas que yo sigo. Cada valor está respaldado por mandatos bíblicos sobre la adoración y la devoción. 1. La adoración es únicamente para la gloria y honra de Dios. No hay nada más poderoso que estar cara a cara con la presencia de Dios en la adoración congregacional. A veces es sobrecogedor gustar y saber que el Señor es bueno. Durante la experiencia de tocar delante de grupos grandes cuando el Espíritu Santo está moviéndose es un reto para mí mantener puros mis pensamientos. A veces mi mente vaga a ideas como ésta: ¿No es asombroso lo que está pasando? ¡Qué bien se oye mi voz! ¡Caray, si no tengo dones! Después de varios segundos reconozco lo que estoy haciendo y rápidamente deshecho mis pensamientos desviados. Entonces escojo re-enfocarme en el que es la única fuente de dones y unción par la adoración. Este tipo de equivocación es lo que llevó a la caída de Lucifer. En Ezequiel 28, la profecía contra el rey de Tiro tiene un doble significado también en contra de Lucifer, el líder de las huestes angelicales. Él fue un ángel dotado y ungido que tenía acceso directo al trono de Dios (vs. 12 y 14). Pero por su orgullo y deshonestidad (vs. 1, 17 y 18), él fue echado de su posición exaltada como querubín de guardia. Como él fue adornado con joyas preciosas y hermosas, Dios adorna a directores de alabanza con dones musicales que centellean bajo la luz del Espíritu Santo. Estar sometidos consciente y constantemente al Espíritu en tiempos como éstos es esencial para mantenernos puros en nuestra motivación. Rodeado de la luz gloriosa de Dios y la adoración de otros seres angelicales, el corazón de Lucifer se oscureció y ya no fue satisfecho solo con ser un adorador. En cambio, él quiso recibir adoración. Los modelos de espectáculos musicales que nos rodean a veces nos seducen a vernos como dioses en vez de canales puros de adoración. Evitar este espíritu de “espectáculo” es necesario para resistir una actitud egoísta al dirigir la alabanza. Podemos ser apasionados, expresivos y aun agresivos al dirigir la alabanza, pero a menos que esto venga de una actitud de adoración, atraeremos la atención a nosotros mismos. Ocasionalmente yo me resbalo hacia el estilo “espectáculo” por un momento. Normalmente lo siento inmediatamente porque la actitud detrás de la acción no es correcta. Cuando esto ocurre, recapacito y concientemente me someto al Espíritu Santo. Qué bueno que tenemos al Espíritu Santo que es como un árbitro en nuestros corazones, hablándonos cuando cometemos faltas. Si respondemos a sus susurros y a la guianza de nuestros pastores, estaremos seguros. Sin embargo, al tratar este tema tenemos que tener cuidado de no crear reglas rígidas definiendo exactamente cuanta expresión es aceptable para un director de alabanza. El mismo requinteo o expresión puede ser en un momento inspirado y en otro momento inapropiado.
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Debemos tener cuidado de no cometer el error de Mical, la esposa del rey David, que menospreció la danza de David ante el Señor (2 Samuel 6.16). No podemos medir la integridad del corazón en adoración por una evaluación rápida de su expresión vocal o física. Si te preguntas qué tan expresivo debes ser al dirigir alabanza, deja que el Espíritu Santo sea tu guía. Si necesitas ayuda, pídela de tu pastor. El propósito más importante de la adoración en la Viña es bendecir a Dios. Aunque sintamos alguna bendición física, emocional o espiritual de parte de Dios al adorarle, no tenemos esto como un derecho previsible o inalterable como hijos de Dios. Una encuesta levantada en la Viña de Anaheim (hecha por una universidad secular) mostró que uno de los motivos principales por el cual la gente se une a la iglesia es para experimentar a Dios en la adoración. Los encuestados hablaron de una variedad de experiencias emocionantes y revelatorias que tuvieron al adorar. Cuando le preguntaron, una persona respondió de esta forma al hablar de sus emociones durante la adoración: Sé que estoy tocando al cielo y que el cielo está aquí con nosotros. Dios alcanza y toca mi corazón. Me libera de ansiedad, temor y estrés. Puedo expresar mi profundo amor y mi gratitud a Dios y a su Hijo, Jesús... Dios es tan bueno... Lo amo tanto. Otra persona respondió así a la misma pregunta: Eso es difícil de explicar. Me paro ante mi Salvador cara a cara. Hablamos, nos tocamos y danzamos. Las visiones que he recibido casi siempre vienen durante la adoración. En los últimos años las circunstancias de mi vida han sido muy duras. El me transporta fuera de eso durante la adoración. Siento que es una probada del cielo. Estas historias son maravillosas, pero los adoradores no siempre cuentan lo mismo. Para algunos, este tipo de cosas ocurre rara vez o nunca. ¿Quiere decir que estas personas son menos espirituales? No necesariamente. Además, hay una variedad de motivos por el cual la adoración puede ser más ungida una semana que otra. Me pregunto si Dios no detiene a su Espíritu en ocasiones para que nos enfoquemos en él, en vez de enfocarnos en la experiencia de la adoración. Como adoradores, experimentamos a Dios en una variedad de maneras. Algunos tienen una experiencia dinámica de revelación que puede ser acompañada por un desahogo emocional. Otros frecuentemente experimentan la paz de Dios. Una experiencia de éxtasis no es la meta de la adoración. La cantidad de manifestaciones sobrenaturales no es un medidor de la espiritualidad del adorador. El propósito de la adoración es expresar nuestro amor y compromiso con Dios. Al hacerlo, nos abrimos a recibir lo que él tenga para nosotros. Como un resultado, lo conocemos mejor. (Filipenses 3.7-10) Si tú sientes que no recibes nada en la adoración, recuerda que Dios nunca te prometió una emoción extática. Tu meta es bendecir a Dios (Salmo 103) al declararle tu lealtad y devoción. Al hacer esto tu mente es renovada con un sentido fresco de su belleza y majestad. Cuando lo contemplamos, no podemos sino ser cambiados (2 Corintios 3.18). Pero con frecuencia el cambio no es tan dramático, y no es acompañado por ninguna manifestación notable.
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2. Debemos de descubrirnos y ser íntimos con Dios. Si algo caracteriza la adoración de la Viña, es este valor. Cuando experimentas el espíritu de sabiduría y revelación que menciona el apóstol Pablo [Efesios 1.17], puedes ver algo de la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Dios (Efesios 3). No es simplemente una creencia cerebral en la doctrina del amor de Dios, ni tampoco una experiencia netamente emocional. Es una experiencia del poder del amor de Dios (Efesios 3.16-18). Pablo mismo dice que este amor excede al conocimiento. ¡Sin embargo él ora por los suyos para que ellos comprendan este conocimiento! En las cartas de Pablo es obvio que él tiene un conocimiento de Dios por experiencia, y que él espera que eso sea normal en sus iglesias. Al acercarnos a Dios en la adoración él responde a nosotros visitándonos. Esto fue previsto en el tiempo de Moisés cuando Dios prometió reunirse con los israelitas en respuesta a sus sacrificios de adoración: Y habitaré entre los hijos de Israel, y seré su Dios. Y conocerán que yo soy Jehová su Dios, que los saqué de la tierra de Egipto, para habitar en medio de ellos. Yo Jehová su Dios. (Exodo 29.45-46) ¿Alguna vez has recibido una revelación sorprendente acerca de Dios al cantar algo que has cantado en docenas de ocasiones? Esto me ocurrió en una ocasión cuando estaba cantando “Es tu Sangre”. Me sobrecogió una nueva vista de la profundidad del amor de Dios por mí. ¡Fue como si por primera vez hubiera descubierto que él había derramado su sangre por mi salvación! Esta revelación de Dios se me vino inesperadamente. Este es el espíritu de sabiduría y revelación que Pablo menciona. El fruto de la intimidad no está limitado a sentimientos de amor. Otra posibilidad es un corazón arrepentido. La visión de Isaías en Isaías 6 habla del Señor como alto y sublime en el templo. Es uno de los pasajes clásicos de la Escritura que ilustra lo que es la experiencia de la adoración. Ahí vemos a los seres angelicales clamando: Santo, santo, santo, mientras los quiciales de las puertas se estremecieron y la casa se llenó de humo. Esta imagen simboliza el poder y la revelación que se puede liberar en medio de la adoración. Cuando los humanos mortales se encuentran con el Dios trascendente y santo, inevitablemente habrá ocasiones cuando clamamos como Isaías: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos... ¿Alguna vez has cantado la letra de un canto y has sido convencido por tus propias palabras? ¿Qué ha ocurrido cuando has cantado “Cristo, nada de ti retengo” o “Jesús, tú eres todo para mí”? ¿Reconociste que no es totalmente la verdad? Ese momento de reconocimiento es tu oportunidad para consagrar tu vida a Dios de nuevo y realinear tus prioridades para reflejar la letra de los cantos. Estas son expresiones de intimidad con Dios en la adoración. A menos que seamos honestos con Dios, nuestra adoración no tiene sentido. El responde al corazón quebrantado y contrito (Salmo 51.17).
Nada de ídolos No tendrás dioses ajenos delante de mí (Exodo 20.3). Este fue el primer mandamiento que Dios dio a Moisés. Es un tema constante en la letra de los cantos de adoración de
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la Viña. Lo decimos con nuestros labios para recordarnos que debemos rechazar cualquier cosa que podría diluir nuestra devoción a Jesús. Al cantar al Señor, a veces somos convencidos por nuestras propias palabras. Esto es lo que Dios quiso al dar a los israelitas el canto de Deuteronomio 32. El dijo a Moisés: Ahora pues, escribíos este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel, ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel. (Deuteronomio 31.19) Dios sabía que una vez que habían entrado a la tierra prometida, volverían a otros dioses para adorarles. Este canto tuvo la intención de dirigirles al camino correcto.
3. Queremos que toda la congregación participe en la adoración, así que la hacemos accesible a todos. Cada creyente tiene acceso al trono de la gracia y debe alimentar su relación con Dios. La adoración congregacional es una oportunidad para que la iglesia exprese en público lo que practica en privado. ¿Cómo puede el director de alabanza facilitar esto? Primero, creemos que la mayoría de la iglesia ya está convencida que es correcto adorar a Dios. Por eso van a la iglesia. El director de alabanza no tiene que pasar mucho tiempo dirigiéndose a la congregación. Ellos ya saben qué hacer porque han visto el modelo de la adoración íntima repetidas veces. Cuando el director de alabanza dirige su atención hacia Dios ojalá la congregación siga su ejemplo. Ser un ejemplo de esta forma es la mejor manera para que los que son nuevos aprendan el concepto de acercarse a Dios directa y personalmente. La adoración en el espíritu es una de las cosas que se enseña más fácilmente a través del ejemplo que a través de la enseñanza. Cuando el líder se lanza a la alabanza, la congregación es inspirada por sus cantos y su entusiasmo. La energía del líder en la adoración viene a través de entrar en la presencia de Dios y refrescarse y levantar al Espíritu Santo. No es una técnica con el propósito de producir una respuesta en particular de parte de la congregación. Para mí no hay nada más emocionante que ver la gloria de Dios en adoración. La única reacción apropiada a eso es la alabanza apasionada. Tenemos muchos ejemplos bíblicos de arranques entusiastas de alabanza. Un gran ejemplo de adoración exuberante que vino del corazón y dio un ejemplo para que otros lo siguieran, fue la ocasión de la danza de David ante la procesión del arca (2 Samuel 6). Repito, hay un tiempo y lugar para muchos modelos de la dirección de alabanza. El tono o el sentir del momento determinan el curso que escogemos. En momentos de gran celebración, el líder tal vez dirija a la congregación en gritos de alabanza. Ocasiones especiales como congresos son la oportunidad perfecta para esto. Valor de parte del Espíritu Santo llena al director de alabanza y él podrá incitar a la congregación a alguna acción. Sin embargo, en general, la mirada del director de alabanza está puesta en el Señor y la congregación le sigue. En un sentido, el Espíritu Santo es el que realmente está dirigiendo la alabanza. El atrae los corazones del equipo de alabanza a poner el ejemplo. Haciendo una comparación con la relación matrimonial, nadie tiene que exhortarme a besar a mi esposa. ¡Me gusta hacerlo! Nuestra relación con Dios es semejante. El ha cautivado nuestros corazones y él es nuestro Amado. Si nuestras vidas están consagradas a él, la alabanza de nuestros labios es una respuesta natural.
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Para facilitar la participación de la congregación, el director tiene que escoger cantos que son sencillos en su letra y melodía. Un buen líder de alabanza tomará en cuenta la respuesta de la iglesia a cada canto. No tiene sentido seguir usando un canto que a la iglesia no le gusta, aun después de varias ocasiones de cantarlo. Acuérdate, el director de alabanza funciona como una partera que puede llevar a la gente a Dios y ayudar a dar a luz la experiencia de la adoración. Si la congregación no canta con gusto cierto canto, no lo uses. Hay muchos cantos ya probados que funcionan. Esto es un buen ejemplo de que el director de alabanza tiene que tomar el papel de siervo. Nuestra meta no es cantar solo para darnos gusto a nosotros mismos, ni tampoco es expresarnos artísticamente. Sí nos expresamos artísticamente, pero solo cuando facilita la interacción entre Dios y su iglesia. Para nosotros la adoración no es un deporte para observar. Tal vez invitamos a algún solista a cantar, pero esto debe ocupar un porcentaje pequeño del tiempo de alabanza. La mayoría de los directores de alabanza no proponen exhibirse durante un tiempo de alabanza. Un problema más común ocurre cuando él se pierde en una euforia de adoración espontánea que para él es muy edificante, pero deja a la congregación solo observándole. Momentos breves de canto espontáneo de parte del líder pueden ser de ayuda, pero a menos que la congregación se una a eso, no lo uses con frecuencia. Algunas iglesias responden muy bien a la adoración espontánea, pero otras batallan para participar. Sirve a los creyentes y líderes de tu iglesia, dándoles comida que pueden masticar y digerir bien. La duración de un tiempo de alabanza en una Viña típica [de Estados Unidos] es aproximadamente 30 minutos. Como una pareja no llama a su casa a cada rato (para platicar con sus hijos) cuando salen a comer a solas, tampoco queremos tener interrupciones en el tiempo de alabanza. La pareja da su atención total en lo que importa en ese momento: pasar tiempo con su amado. Cualquier conversación puede llegar a ser más íntimo y profundo si hay un período de tiempo cuando no se permiten interrupciones. Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Este versículo de Eclesiastés se aplica al tema de la adoración congregacional. En la vida de la iglesia hay ocasiones cuando tiempos cortos de adoración son apropiados. En otras ocasiones tenemos la libertad de seguir por más tiempo. El director de alabanza tiene la misma tarea que cualquier otro líder de la iglesia: jugar en equipo. Jugar en equipo significa que no nos quejamos cuando hay que cortar el tiempo de alabanza algún domingo porque se van a presentar niños. Aun más importante, el líder de alabanza tiene que acoplarse a la visión del pastor para cada tipo de reunión que va a dirigir. En la Viña de Anaheim, los líderes de alabanza entienden que cada reunión tiene su “sabor” único. Intentan quedar dentro de los límites que son apropiados para cada ocasión. La reunión del domingo en la mañana se caracteriza por un énfasis en adoración majestuosa y cantos íntimos, con un poco de música más animada. El domingo por la tarde hay más celebración, con una energía más alta en la música. Para eventos especiales a veces tenemos períodos más largos de alabanza. Las demás reuniones en la iglesia tienen su propia personalidad, dependiendo de la visión del pastor que supervisa y de la edad de los que asisten. Facilitar eficazmente la
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adoración congregacional significa dejar a un lado nuestros propios deseos para servir las necesidades de todo el cuerpo en cada reunión en particular.
4. Damos la bienvenida al ministerio del Espíritu Santo para que él obre de la manera que él desee entre nosotros. Un valor muy básico dentro de la Viña es hacer lo que el Padre está haciendo (Juan 5.19-20). Jesús siempre estaba sintonizado con lo que su Padre hacía. Para seguir el ejemplo de nuestro Señor, yo no me aferro rígidamente a mis planes para un tiempo de alabanza. Aunque normalmente sí canto un alto porcentaje de los cantos que he planeado cantar, sé que oigo a Dios imperfectamente. A veces tengo que cambiar mis planes a medio camino. Aunque he sentido preparar cierto juego de cantos, tal vez ellos no parezcan nada apropiados cuando llegue el tiempo de tocar. Demasiadas veces he seguido con mi plan, aunque el Espíritu Santo me estaba diciendo: ¿Por qué no intentamos esto otro? Cuando procedemos con nuestros propios planes en vez de someternos a lo que Dios está haciendo siempre hay menos unción. A nadie le gusta eso, particularmente el que está dirigiendo. Vale la pena esperar en el Señor para sus direcciones en medio de la alabanza. “Hacer lo que el Padre está haciendo” en la alabanza también significa “decir lo que el Padre está diciendo. Debemos reconocer que hay un elemento profético en nuestros tiempos de alabanza. Al dirigir nuestras palabras a Dios, proclamando su naturaleza y sus obras poderosas, él cambia esas palabras en una espada filosa de verdad que penetra nuestro corazón. Lo profético puede tomar muchas formas durante nuestros tiempos de adoración: cantos congregacionales, cantos especiales preparados de antemano, cantos espontáneos, oraciones y exhortaciones. Mientras el líder y su equipo se mantienen sensibles a la dirección del Espíritu, él traerá estas palabras poderosas que penetrarán nuestros corazones. Como resultado somos fortalecidos, animados y consolados. Al cantar, Padre, quiero que me abraces, él dispara flechas de amor y verdad a nuestros corazones. El poder de sus palabras nos transforma. Podemos salir de la reunión con un sentir diferente de nosotros mismos. La presencia de Dios en medio de la adoración provee una gran oportunidad para ministrarnos unos a otros. El arrepentimiento, la sanidad, los dones en el altar de oración se pueden facilitar a través de cantos que contienen estos temas. El pastor y el líder de alabanza tienen que trabajar juntos, alternando entre cantos, oraciones e instrucciones en cómo responder a la invitación que Dios está dando en ese momento. ¿Cómo es el proceso de planear un tiempo de alabanza? Yo encuentro que el contexto del tiempo de alabanza determina la cantidad de preparación necesaria. Requiere más tiempo de preparación para dirigir el domingo por la mañana con el equipo, que para dirigir solo un grupo en casa. Hay varias razones. Primero, hay menos cantos que funcionan bien los domingos que los que funcionan para mi grupo de hogar (que está lleno de músicos). En segundo lugar, ayuda mucho cuando los músicos pueden repasar los cantos antes de tocar en la reunión. Esto no es necesario cuando voy a dirigir solo. Si ningún músico que me esté siguiendo yo puedo cambiar rumbo rápidamente y trabajar sin tener ninguna lista. A veces los tiempos “no planeados” de adoración son muy ricos. En esos momentos estoy escuchando al Señor por
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instrucciones, pero estoy utilizando mis 20 años de experiencia de dirigir alabanza. El Espíritu Santo puede decirnos qué hacer tres días antes de la reunión, o tres horas o tres minutos. También puede decirnos qué hacer al progresar por una lista de cantos.
5. La Adoración es nuestra prioridad más alta, así que invertimos tiempo, energía y dinero para asegurar que haya una calidad muy alta en nuestra adoración. Hoy en día estamos rodeados por música que es tocada y producida por músicos profesionales. La música es un medio poderoso que toca y forma la vida de todos. Por eso, es una herramienta que se puede emplear para cautivar el corazón de cristianos e inconversos. Reflexionando en esto, es obvio que una música excelente cambiará todo en cuanto a la calidad de nuestra adoración. Pero muchos músicos en la iglesia no comparten este punto de vista. Algunos sienten que la espontaneidad es todo lo que necesitamos, que si sabemos la mayoría de los tonos y la letra, adelante. ¿Qué dice la Biblia al respecto? En el Antiguo Testamento tenemos el ejemplo de los músicos del templo bajo el liderazgo de David. Él señaló a hombres a supervisar y levantar un grupo grande de músicos y cantantes que daban todo su tiempo al servicio de adoración musical (1 Cron. 25). En el Nuevo Testamento casi no se mencionan las artes con referencia a la adoración. Sabemos, sin embargo, que la iglesia primitiva usó el libro de los salmos como una fuente de himnos. Tenemos otros ejemplos de “himnarios” usados por la iglesia primitiva, como “Las Odas de Salomón”, que parece haber tenido su origen en Siria. A pesar del silencio del Nuevo Testamento respecto al uso de instrumentos, es claro del Antiguo Testamento y del testimonio de nuestra propia experiencia que música de buena calidad funciona mejor para la alabanza que música de baja calidad. Tengo que conceder que no todos tenemos los recursos para juntar un grupo profesional en nuestra iglesia local. Sin embargo, si no ensayan, no importa la habilidad de los músicos. Ningún músico alcanzará su potencial sin ensayar. ¿Por qué no dar a Dios y a la iglesia lo mejor que podemos? Cantadle con cántico nuevo; hacedlo bien, tañendo con júbilo (Salmo 33.3). Yo puedo notar la diferencia de cuando mi grupo está bien preparado a cuando no está preparado. Una preparación sólida provee un firme fundamento para la espontaneidad y la creatividad. Cuando todo el grupo sabe lo que tiene que hacer, hay un sentir de seguridad y relajamiento que permite a los músicos adorar con más libertad. Cuando hay muchas equivocaciones, el ánimo y el nivel de fe de los miembros del equipo sufren. Cuando todos fluyen unidos, los músicos pueden relajarse y adorar en vez de esperar en suspenso el siguiente error. Si la adoración es nuestro primer valor, debemos invertir en buenos instrumentos y equipos de sonido. Con el advenimiento de grupos de alabanza, lo que se necesita es mucho mayor de lo que se necesita cuando solo hay un piano y una guitarra acústica. No necesitamos lo más nuevo del mercado para producir música de buena calidad, pero debemos tener el mejor equipo posible. El costo de un sistema de sonido nos asusta, pero también asusta la calidad baja de un equipo barato. Una cadena sólo es tan fuerte como el eslabón más débil. Y el sistema de sonido es un eslabón esencial en la cadena de la adoración contemporánea.
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6. Estamos Comprometidos a una Vida de Integridad. La vida privada de los líderes debe reflejar los cantos y oraciones que expresan en público. Podrías decir que la experiencia de alabanza congregacional es un ensayo para la vida. El tiempo de alabanza los domingos debe ser como una foto del diario andar del líder. Para calificar para el ministerio de dirigir alabanza en público, deben llenar las características mencionadas para ancianos en 1 Timoteo 3 y Tito 1. (La única excepción que haría es que un líder para un grupo pequeño no tiene que estar tan maduro espiritualmente. A veces, un joven cristiano, celoso por Dios, que tiene una vida pura puede ser un buen candidato para dirigir la alabanza en el ambiente de un grupo pequeño.) En el uso de su dinero, en sus relaciones con familiares, empleados, autoridades dentro y fuera de la iglesia, el director de alabanza debe ser ejemplar. Seríamos hipócritas cantar cantos de consagración a Dios sin tener una vida de consagración. Si verdaderamente amamos a Dios, nos amaremos unos a otros. El fruto del Espíritu debe ser evidente en la vida del líder. Su manera de tratar a los otros músicos y los del sonido deben mostrar su corazón de siervo tanto como su manera de tratar con el pastor encargado. El director de alabanza debe tener una vida personal de oración y debe estar muy familiarizado con la Biblia (o debe ir en esa dirección). En todo, debe ser un discípulo de Cristo y un siervo de la iglesia. Sin ese tipo de corazón puede hacer un buen trabajo de dirigir cantos, pero no podrá dirigir alabanza, porque su vida no dará a la congregación el mensaje apropiado. Cuando estamos en una posición de liderazgo, siempre nos verán como ejemplos. Hacemos discípulos aun cuando no nos damos cuenta. Ellos harán lo que nosotros hacemos, sea bien o sea mal. Los valores y prioridades que he intentado explicar son las guías básicas en nuestro peregrinaje en la adoración congregacional. Iglesias y líderes usarán una variedad de métodos al avanzar por este camino. Los asuntos como el estilo de música, acompañamiento y el volumen son temas secundarios. Estas cosas están fundamentadas en los valores esenciales, pero pueden variar de iglesia en iglesia. Los cristianos más jóvenes tal vez se alimentarán con música que los más grandes llamarían irritante. Pero ellos tienen los mismos valores tocantes a la adoración. Si vamos a alcanzar una variedad de generaciones, culturas y grupos étnicos con las buenas nuevas de Jesús, tendremos que abrazar estilos que no nos gusten en lo personal. Un ministerio de alabanza que es vivo y disciplinado hará mucho más que dar refrigerio a nuestra relación personal con Jesús. También convertirá a los perdidos, sanará a los enfermos y edificará discípulos sanos e iglesias sanas. Esto es el fruto duradero de la adoración en espíritu y en verdad. Mientras mantenemos esta visión en mente y mientras somos guiados por los valores bíblicos que Dios ha puesto en nuestro corazón, nos mantendremos en el camino a la madurez en Cristo por medio de nuestra adoración.
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PRINCIPIOS PARA LIDERES DE ALABANZA por Jack Moraine La Importancia del Director de Alabanza El es responsable de dirigir a la congregación a la presencia de Dios. La meta del tiempo de alabanza es conectar a la gente con Dios, así que todo lo que hace el líder de alabanza tiene ese fin. Dirigir la Alabanza por Medio del Ejemplo Líderes de alabanza no señalan el camino para otros, sino van adelante y dirigen en el camino. En otras palabras, la única manera de dirigir la alabanza es por medio del ejemplo. Hay una diferencia entre dirigir música y dirigir alabanza. Puedes dirigir música, marcando el tiempo, pero solo puedes dirigir la alabanza siendo un adorador. Cuando el director de alabanza y su equipo adoran a Dios, ellos mismos llegan a ser un ejemplo para que la gente los siga. Por esto es tan importante que los que dirigen realmente entren en la adoración, en vez de solo tocar múscia. Saber el Destino y Planear el Viaje El director de alabanza necesita saber el destino final de la adoración y planear el viaje. ¿A dónde queremos que llegue el pueblo de Dios cuando terminemos? ¿Cómo vamos a llegar ahí? El destino de la adoración, el lugar a donde queremos llevar a la congregación, es el trono de Dios, el lugar santísimo, el lugar de la presencia de Dios. Así que, si queremos llevarles a la presencia de Dios ¿cómo llegamos ahí? La Progresión de la Adoración El patrón del tabernáculo y del templo del Antiguo Testamento nos ayuda mucho al pensar cómo llegar a la presencia de Dios. El tabernáculo y el templo tenían tres compartamentos: el atrio exterior, el lugar santo y el lugar santísimo (el lugar de la presencia de Dios). El sumo sacerdote tenía que pasar por el atrio exterior y el lugar santo antes de entrar al lugar santísimo. A mí me ayuda (cuando estoy haciendo una lista de alabanza) pensar en términos de empezar en el atrio con cantos de celebración y alabanza. (El Salmo 100.4 dice: Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre.) Luego entramos al lugar santo, donde cantamos al Señor (en vez de cantar de él). Y por fin entramos al lugar santísimo, donde cantamos cantos íntimos de adoración que expresan nuestro amor a Dios. La adoración debe dirigirnos a la presencia de Dios. Aunque hay músicos muy capaces, es posible que haya un corto circuito en la adoración, o que la adoración sea obstaculizada por una planeación mala tocante al destino de la alabanza. Hacer una Lista de Cantos de Alabanza Los domingos normalmente adoramos por unos 30 minutos. Una lista típica se vería así: Canto del atrio - Alabanza animada, canto de celebración Canto del atrio - Alabanza animada, canto de celebración Canto del lugar santo - Canto de exaltación, cantar al Señor Canto del lugar santo - Canto de exaltación, cantar al Señor 20
Canto del lugar santísimo - Canto íntimo de amor Canto del lugar santísimo - Canto íntimo de amor (Estas categorías no son rígidas. Algunos cantos podrían cambiar de categoría simplemente variando la velocidad.) Al hacer la lista de cantos debes considerar cuatro elementos: Contenido de la letra Velocidad Tono Fluir La Importancia del Fluir El “fluir” tiene que ver con la manera en que un canto se relaciona con otro, cómo cada canto fluye al siguiente, llevándonos por el camino hacia el destino de la presencia de Dios. Debes hacer las siguientes preguntas al hacer la lista de cantos: ¿Los cantos van bien juntos en cuanto a su letra? ¿Hay progresión en el contenido de cada canto, o dicen varios cantos lo mismo? ¿Qué tal el tiempo? ¿Hay buena variedad en la velocidad de los cantos? ¿O hay muchos con el mismo tiempo y ritmo? Siempre debes ensayar los cantos en orden para asegurar el fluir. A veces una lista puede parecer estar bien en la hoja o en nuestra mente, pero al tocar y cantar encontramos puntos débiles. Muchas veces he encontrado que con cambiar un solo canto, o el orden de un par de cantos en la lista, el fluir mejora dramaticamente. Es una cosa pensar en cómo será el fluir de ciertos cantos, es otra cosa cantarlos en adoración. Problemas con el fluir se hacen notables cuando adoramos, así que siempre es bueno ensayar la lista en privado o con tu equipo y hacer los ajustes antes de dirigir a la congregación. Consejos Prácticos Relacionados con la Planeación de la Adoración Ø
Algunas personas piensan que el acto de planear un tiempo de alabanza no es espiritual – que es más espiritual ser espontaneo que orar y planear. Creo que Dios usa tanto la planeación como la espontaneidad. ¡El Señor puede darnos dirección para la alabanza del domingo durante la semana si solamente le pedimos! También es sabio siempre permitir que él cambie nuestra lista de cantos después.
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Como una regla en general, durante el tiempo de alabanza, no vuelvas a cantar del Señor ya que empezaste a cantar al Señor.
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No te quedes en el mismo ritmo demasiado tiempo.
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Intenta usar la progresión (atrio, lugar santo, lugar santísimo) como patrón en tu planeación
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El Nivel de Habilidad en la Dirección de la Alabanza 1 Crónicas 25.6-7 habla de los cantantes y músicos que sirvieron en el templo como instruidos en el canto para Jehová, todos los aptos. Obviamente, hay varias cosas que se deben buscar en un director de alabanza. Debe tener un andar consistente con Cristo y un corazón de siervo. También debe tener algo de madurez y fidelidad que ha sido demostrada en la iglesia. Necesita tener un corazón de adoración y la habilidad musical necesaria (para cantar y/o tocar) para dirigir alabanza. Definir el nivel de habilidad necesaria para dirigir a la gente en alabanza es algo arbitrario. Sin embargo, a mí me ayuda pensar en una escala numérica de menos 5 (-5) a 5 (+5), con cero (0) como regular: -5 -4 -3 -2 -1 0
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Como mínimo para un líder de alabanza en un grupo de casa, queremos a alguien que puede marcar el ritmo y tiene suficiente habilidad vocal para que la gente le pueda seguir. Este nivel básico es representado por el cero (0) arriba. Esta persona tiene las habilidades básicas necesarias para dirigir alabanza. No tiene mucha habilidad para dirigir un tiempo extraordinario, pero tampoco obstaculiza a la gente en su adoración. Para los que van a dirigir los domingos, queremos a alguien con un nivel arriba de cero. A veces hay personas en nuestra congregación que tienen las cualidades espirituales que estamos buscando y un verdadero deseo de dirigir alabanza, pero su nivel de habilidad musical está debajo de cero en nuestra escala. Debemos de animarles a seguir trabajando para mejorar su habilidad, sin embargo, tenemos que recordar que necesitamos un nivel mínimo para dirigir alabanza. La verdad es que la congregación no puede entrar en la alabanza si es demasiado distraedor seguir a alguien que con frecuencia pierde el ritmo, se equivoca de tono o está desentonado. Eso será un obstáculo para la gente en su experiencia de adoración. La pregunta más importante que hay que hacer cuando estamos buscando a alguien a dirigir es: Cuando él dirige ¿la congregación realmente entra el la alabanza a Dios?
Conoce tu Repertorio Como un líder de alabanza es importante que conozcas tu repertorio. Tu nivel de habilidad como líder y él de tu equipo es un factor que determina tu repertorio. Es mejor tocar cantos que que pueden tocar bien. ¿Cuáles cantos sabes tocar bien? No te preocupes por los cantos que no puedes hacer. Usa los cantos que pueden tocar bien. ¿Cuáles cantos conocen bien, tú y tu equipo? Estos son los cantos que deben usar al dirigir a otros a alabar a Dios. Un error común es tocar cantos que nos gustan pero que no hemos preparado bien. Tal vez no estamos muy familiarizados con ellos todavía, o tal vez son damasiado difíciles para nosotros. Aquí hay otro motivo para conocer bien tu repertorio: Es mejor saber muy bien los cantos que van a usar en una reunión para no estar distraido con los aspectos técnicos de la música. Así podrás realmente adorar a Dios. Por eso son tan importantes los ensayos. ¡Ensarar, ensayar, ensayar! Consejos Prácticos para la Dirección de Alabanza La tarea del líder de alabanza es ayudar a la gente a encontrarse con Dios. En la alabanza la congregación llega a la presencia de Dios y al seguir cantando hay más y más intimidad con él. Así que, aparte de ofrecer una oración al empezar, vamos de un canto a otro sin parar (y sin hablar), porque no
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queremos interrumpir lo que Dios está haciendo por la gente. (Una excepción podría ser un canto espontaneo al terminar un canto, o alabanza verbal a Dios bajo la dirección del Espíritu Santo.)
Cuando dirigimos necesitamos ser sensibles al Señor y a la congregación. A veces los que dirigen cierran sus ojos y están perdidos con el Señor y ya están repitiendo por décima vez el mismo canto, pero han perdido a la congregación. Si abrimos los ojos de vez en cuando podemos ver cómo está respondiendo la congregación a los cantos y ajustar lo que hacemos de acuerdo a eso. Los que dirigen alabanza necesitan estar sensibles al Espíritu Santo y también a la congregación. Ten Cuidado con el Tiempo El problema más común en cuanto al tiempo es arrastrar la música, ir demasiado lento. Cuando un canto es demasiado lento es difícil para la congregación cantar y puede ser un obstáculo para que entren a la presencia de Dios. Aprende Variar el Volumen Si diriges con un grupo, recuerda que no todos tienen que empezar el canto tocando y cantando a todo volumen. Los cantos necesitan “respirar”. Los músicos tienen que entender que lo que no tocan o cantan es tan importante como lo que tocan o cantan. Recuerda, nuestro enfoque no es nuestro “show” musical, es ayudar a la gente a entrar en la presencia de Dios y usar cada canto para ese fin. Así que, musicalmente, la pregunta que hay que hacer es: ¿Cómo podemos arreglar y tocar este canto para que sea agradable y para que invite a la congregación a cantar y entrar en la adoración?
Toma Dirección de tu Pastor Los líderes de alabanza necesitan jugar en equipo. Busca supervisión y dirección de tu pastor. Trabaja con él para ver el reino de Dios establecido.
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EL LENGUAJE DE LA ALABANZA
ADORAR Palabras del hebreo, arameo y griego para “adorar” Shachah. hebreo: postrarse, rendir homenaje, estar abajo. (Gen. 18.2; Ex. 4.31; Lev. 26.1) Segid. arameo: rendir homenaje, agacharse, postrarse. (Dan. 3.5-15, 28) Proskuneo. griego: voltear y besar o acercarse y besar; dar reverencia, adorar, postrarse, adorar arrodillado. (Mat. 2.2; Luc. 4.8; Juan 4.20-24; Apoc. 4.10; 19.10; 22.9)
ALABAR Palabras del hebreo y griego para “alabar” Halal. hebreo: jactarse o hacer ruido; magnificar; ser ruidosamente rídiculo; alabar. Es la palabra que forma la raiz de “aleluya”. Hay 200 escrituras que usan alguna forma de esta palabra. (2 Cron. 20.19; 23.13; Salmo 22.23; 69.34; 74.21; 104.35; 150) Yadah. hebreo: echar la mano; adorar con mano extendida. Originalmente fue asociado con los movimientos que acompañaban la alabanza. El nombre Judá viene de yadah (Gen. 29.35). También confesar, dar alabanza (2 Cron. 7.3; Salmo 42.5; 67.3-5; 89.5; 99.3). Todah. (de yadah) hebreo: acción de gracias, alabanza, ofrenda de gratitud, himnos de gratitud, sacrificios de gratitud, echando las manos hacia Dios con una actitud de gratitud por la promesa de Dios de victoria. (Lev. 7.12-13; Neh. 12.27; Salmo 42.4; 50.14; 50.23; 69.30; 95.2; 100.4) Zamar. hebreo: hacer música (en alabanza a Dios); tocar las cuerdas; hacer armonía; alabar, alabar con canto, cantar alabanzas. (Salmo 7.17; 21.13; 30.12; 47; 108.1; 144.9; 147.1; 149.3) Aineo. griego: alabar (Luc. 19.37; Rom. 15.11; Apoc. 19.5; Hechos 3.8-9). Eucharisto. griego: acción de gracias, gratitud (Mat. 15.36; 26.27; Hechos 27.35; Ef. 5.4; Col. 4.2; Apoc. 7.12). Tomando todo lo de arriba en cuenta, aquí hay una explicación de la palabra alabar. Alabar, en esencia, es el acto de expresar gratitud a Dios, gloriarse en él, confesar nuestra necesidad de él, magnificarle o tocarle música (instrumental o vocal). La alabanza puede ser o fuerte o moderado – no es siempre fuerte. Involucra una gama amplia de expresiones como hablar, cantar, danzar, tocar con instrumentos y una variedad de posiciones físicas. La alabanza es una amplia expresión de nuestra relación con Dios.
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REGOCIJARSE Hay muchas palabras en el hebreo y griego que traducimos “regocijarse”. Las siguientes son las más comunes: Samach. hebreo: estar alegre, contento, regocijarse, estar complacido, exaltar (Lev. 23.40; Deut. 12.12; Salmo 35.27; Sof. 3.14). Siys. hebreo: brillar (saltar, estar muy gozoso); regocijarse, regocijarse grandemente (Salmo 40.16; 68.3; 70.4; 119.162; Isaías 62.5). Giyl. hebreo: regocijarse, clamar, estar alegre, exaltarse (Salmo 2.11; 13.5; Is. 65.19; Joel 2.23; Hab. 3.18). Chaira. griego: regocijarse. Las palabras de este grupo significan regocijarse por comodidad y bienestar físico (Mat. 5.12; Luc. 1.14; 10.20; Fil. 4.10; 1 Pedro 4.13). Eufraino. griego: animar, hacer alegre, regocijarse. Este grupo de palabras significa regocijarse en un sentido subjetivo. (Apoc.12.12; 18.20) Agalliao. griego: hacer glorioso, exaltarse (elevar en alabanza), regocijarse grandemente; la demostración exterior de gozo y orgullo y la exaltación experimentada en la adoración pública y privada; gritando con gozo; actitudes de gozo agradecido ante Dios. Aun Dios se une a este regocijo (Is. 65.17-19), (Juan 5.35; 8.56; 1 Pedro 1.6-8; Luc. 1.47; 10.21) Tomando todo lo de arriba en cuenta, aquí hay una explicación de la palabra regocijarse. Regocijarse en el Señor significa soltar desenfrenadamente nuestras emociones gozosas en nuestra relación con Dios. La palabra repetida “exaltarse” (saltar por gozo, estar muy alegre o alborozado) es la que más revela lo que implica regocijarse en el Señor. Al estudiar las Escrituras es sorprendente ver cuántos versículos nos exhortan a regocijarnos en el Señor. De hecho, el apóstol Pablo nos exhorta a regocijarnos siempre. Expresamos el regocijo hablándole, clamándole, danzando ante él, saltando, dando vueltas, aplaudiendo o simplemente estando alegre en nuestro corazón. Es fácil ver porque esta forma de expresión a Dios es tan menospreciada por algunos, porque el enemigo sabe que el gozo del Señor es nuestra fuerza.
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CONCORDANCIA DE ADORACION, ALABANZA Y ACCION DE GRACIAS Es Bueno o Alabanza Regocijo Regocijarse
Hermoso Alabar
Deut 10.21 2 Sam 22.4 1 Cron 23.30 Esdras 3.10 Neh 5.13 Sal 9.14; 18.3, 49; 28.7; 42.4-5, 11; 48.1, 10; 51.5; 56.4, 10; 63.3, 5; 65.1; 67.3, 5; 71.6, 8, 14; 74.21; 98.4; 99.3; 117; 119; 145; 146150 Is 43.21; 57.1819; 60.6; 61.11; 63.7 Jer 17.14-16 Joel 2.26
Lev 23.40 Deut 12.7, 12; 27.7; 32.43 1 Sam 2.1 1 Cron 16.31 2 Cron 6.41 Sal 2.11; 9.14; 13.5 21.1; 31.7; 32.11; 35.9, 27; 40.16; 48.11; 66.6; 68.3; 70.4; 85.6; 89.16; 96.11; 97.1; 106.5 118.24; 119.162 Prov 23.16, 24 Is 25. 25.9; 29.19; 41.16; 61.10; 62.5; 65.13, 18-19 Jer 31.13 Joel 2.23 Hab 3.18 Sof 3.17; 9.9; 10.7 Mateo 5.12 Luc 1.14; 10.20 Rom 15.10 2 Cor 13.11 Fil 3.1; 4.4 1 Tes 5.16 1 Pedro 1.8 Apoc 19.7
Adoraci贸n Gen 24.26, 48,52 Ex 4.29; 24.1; 34.8, 14 Deut 6.13; 32.43 1 Sam 11.13; 15.25, 30 2 Cron 29.28-31 Neh 8.5-6 Job 1.20-21 Salmo 22.7; 29.2 66.4; 86.9-10; 99.5, 9; 132.7 Is 27.13; 66.23 Jer 7.2
Lc 18.43; 24.5253 Rom 15.11 Heb 13.15-16 Alabanza entre los Pueblos
Temerle en Adoraci贸n
Sal 9.11; 22.2223, 25-26; 35.18; 52.9; 108.3 Jer 33.9
Deut 6.13 2 Reyes 17.36 1 Cron 16.25 Sal 5.7; 69.9; 77.5; 96.4; 111.1, 10; 112 Apoc 14.7; 19.5
Heb 2.11-12
Agradecimiento
Sal 135.3; 147.1
Mat 2.2; 4.10 Juan 4.22-23 Fil 3.3 Heb 1.6 Ap 5.14; 7.1112; 14.7; 22.9
Gratitud
Acci贸n de Gracias
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2 Sam 22.50 1 Cron 16.4, 836 23.30; 29.13 2 Cron 31.2 Esdras 3.11 Neh 12.46 Salmo 7.17; 9.12; 18.49; 30.12; 33.1-2; 45.17; 50.14, 23; 54.6; 56.12; 69.30; 75.1; 86.12; 92.1; 95.2; 100.4; 105.1; 106.1, 47; 107.1, 8, 15, 21, 31 109.30; 116.17; 118.19, 21, 28; 139.14; 142.7 Is 12.1, 4; 25.1; 38.19; 51.3 Jer 30.19; 33.11 Dan 2.23 Jon谩s 2.9 2 Cor 9.11 Fil 4.6 Col 4.2 1 Tes 5.18 Heb 13.15 Ap 4.9; 11.1617
Ejemplos de Adoraci贸n 2 Sam 12.20 1 Cron 29.20 2 Cron 5.13-14; 7.3 20.19-22 Salmo 43.3-5 Mat 2.11; 28.17 Juan 9.36-38 Postrarse o arrodillarse ante el Se帽or Gen 24.2; 46-52 Ex 4.29-31; 12.27; 34.8 1 Cron 29.20 2 Cron 6.13; 7.3; 29.20, 28, 31 Neh 8.5-6; 9.5 Salmo 95.6-7; 138.1, 2, 4 Is 45.25 Dan 6.10 Sof 2.11 Mat 2.10-11 Luc 5.8 Hechos 20.36 Rom 14.11 1 Cor 14.25-26 Efesios 3.14 Adoraci贸n/Alabanza
con Canto Jueces 5.3 2 Sam 22.50
Sal 47.1, 5; 65.13; 66.1; 89.15-16; 95.1-2; 98.4-6; 100.1; 145.7 Is 42.11 Sof 3.14 Zac 9.9
1 Cron 16; 213.5, 30; 25; 29.13, 30; 31
Esdras 3.11 Sal 18.49; 21.3; 27.6; 30.12; 33.1-2; 40.3; 47.6; 57.7, 9; 61.8; 66.2; 68.4, 32; 92.1; 98.4; 100; 104.33, 135.3; 144.9; 146; 147 Jer 20.13
1 Tes 4.16 Aplaudir
Hechos 16.25 Cantar un Nuevo Canto
Salmo 47.1; 98.8 Is 55.12
Sal 33.3; 40.3; 96.1; 98.1, 144.9; 149.1 Is 42.10 1 Cor 14.15 Ef 5.18-19 Col 3.16 Ap 5.9; 14.3
Levantar las Manos
Neh 8.6 Sal 28.2; 63.2-4; 119.48; 134.2; 138.2; 141.1; 143.6 Lam 2.19; 3.41 1 Tim 2.8
Meditar Alabanza con M煤sica o Danza
Gen 24.63 Jos 1.8 Sal 1.1-2; 4.4-5; 19.14, 46.10; 119.27, 48, 78, 97, 148; 143.5, 105.2; 77.5, 1012; 63.6; 5.1; 104.34
Ex 15.20-21 2 Sam 6.14-16 1 Cron 15.29 2 Cron 5.13-14 Sal 30.10-11; 144.9; 149.3; 150.4 Jer 31.4, 13 Gritar, Aclamar, Dar Voces
Jos 6.5 Esdras 3.11-13
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