La pincelada

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PINCELADA

SURREA L I S MO LATINOAMERICA

Frida Kahlo REMEDIOS

VARO Antonio BERNI LEONORA

CARRINGTON Roberto M A T T A



SALUD ES BELLEZA www.givenchy.com


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La

PINCELADA EDITOR GENERAL DAVID FRANCISCO MENDEZ davpat_5@hotmail.com

DISEÑADORA ANA KAREN PALAFOX CORONA

ana_karen@hotmail.com

COEDITOR GRÁFICO IVÁN ANDRÉS MORALES VARELA andresvarela1@gmail.com

EDITORA DIGITAL CARMEN PAOLA FLORES GONZÁLEZ paoflores93@gmail.com

EDITOR DE ARTE ABRAHAM SUÁREZ AMASTRAL abraham_suarez@gmail.com

SERVICIO A CLIENTES Y SUSCRIPCIONES TEL (55) 9187 9845 servicioaclientes@lapincelada.com.mx/ www.suscribetehoy.com DISTRIBUCIÓN EN EL DISTRITO FEDERAL POR LA UNIÓN EXPENDEDORES Y VOCEADORES DE LOS PERIÓDICOS DE MÉXICO, A.C. CALLE GUERRERO 50, COL. GUERRERO TEL. 5591-1400 Y 5591-1401, A TRAVÉS DE DISTRIBUCIÓN DE REVISTAS Y PERIÓDICOS GUILLERMO BENÍTEZ VELASCO, S.A. DE C.V. MORELOS 76, COL JUÁREZ, C.P. 06040 MÉXICO D.F. TELS. 5703-1001 Y 5566-2756.

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resentamos esta nueva revista, la cual lleva por nombre “La pincelada”. Esperamos captar la atención del lector abordando la corriente surrealista y sus principales artistas latinoamericanos. Incluimos dos artistas nacionalizadas retomando su historia artística, vida personal y sus obras. Abordamos la relación que existe entre algunos de los artistas, como Frida Kahlo y Diego Rivera, dos artistas indudablemente representativos de Latinoamérica. En este mismo artículo se dan a conocer sus principales obras. Confiamos en que este número sea de su agrado y en que pase un buen rato. Gracias por la confianza que nos ha otrogado al desear leer nuestra revista.

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Contenido 8 Antonio Berni Biografía

9 Obras 14 Roberto Matta 16

El sueño del arquitecto

20 Frida Kahlo

¿Quién es Frida?

22 Diego Rivera Biografía

24 Frida Kahlo

Sus obras más sobresalientes

28 Remedios Varo

Encadenando vida y sueños

36 Leonora Carrington

El inicio de sus obras 7


Antonio BerniI Biografía Pintor y grabador neofigurativo argentino, para el que las personas, el barrio y las anécdotas de la calle se convierten en imágenes plásticas; ellos serán los protagonistas de sus obras, inscritas en una pintura de observación y crítica social. Delisio Antonio Berni nació en Rosario, provincia de Santa Fe, en 1905.

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los 10 años entró como aprendiz en un taller de vitrales (vidrieras de colores), donde aprendió a dibujar, y más tarde cursó estudios de dibujo. Con 15 años expuso en su ciudad natal y fue calificado como un niño prodigio; paisajes, flores y retratos eran los temas de esta primera exposición, a la que siguieron otras cuatro en Rosario y Buenos Aires (Los álamos, 1922). En 1925 consiguió una beca para estudiar en Europa y en noviembre llegó a Madrid donde permaneció tres meses. Durante este tiempo viajó a Toledo, Segovia, Granada, Córdoba y Sevilla. En febrero de 1926 se marchó a París, donde vivió hasta 1931. Allí descubrió las vanguardias y asistió a los cursos de los pintores franceses André Lothe y Othon Friesz, cuya influencia se dejó sentir en una serie de desnudos figurativos. En la década de 1950, sus obras adquirieron un carácter dramático y expresionista (Los hacheros, La

comida) e inició una serie de paisajes suburbanos donde los personajes están ausentes (La casa celeste). Al comienzo de la década de 1960 su obra se orientó hacia el expresionismo, para más tarde desembocar en una síntesis entre el Pop Art y el realismo social. La anécdota popular en episodios se convirtió en una de las características de su obra, que se inscribió en una pintura de observación y crítica social, cuyos protagonistas principales eran Juanito Laguna (muchacho de los suburbios de Buenos Aires) y Ramona Montiel (mujer de los bajos fondos parisinos). En ellas Berni utilizó el collage, trapos, trozos de latón, botones, y en general materiales de desecho, así como fotografías o ilustraciones de revistas, para componer las figuras y organizar el cuadro según un verdadero sentido de la composición, en la que también hay partes pintadas, bosquejos de figuras o pinceladas que acentúan los efectos del collage.

Berni alcanzó una gran calidad plástica y un estilo muy personal en el que retomó la estética surrealista. En 1962 recibió el Premio Internacional de Grabado y Dibujo de la Bienal de Venecia..En la década de los setenta realizó una serie de trabajos escenográficos y decorativos, así como ilustraciones y colaboraciones con revistas, tanto nacionales como extranjeras. Los medios gráficos, que siempre habían interesado a Berni y en los que se manejaba con maestría, fueron un importante canal de distribución de su obra. Continuó con sus series populares y creó nuevos personajes como La difunta Correa, que llegó a convertirse en un mito popular. Su pintura seguía dominada por la técnica del collage. En sus últimos años realizó una serie de esculturas.Son obras de gran riqueza plástica, notable fantasía e indudable originalidad, en las que se aprecia una vuelta a sus inicios surrealistas. Junto a estas dos series están la de La luna.

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Obras

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anifestación y Desocupado es una de la obras de Antonio Berni, hecha en 1933 en el cual refleja la crisis que asoló al país en la década de 1930, A mediados de la década, el óleo Desocupados, donde refleja su fuerte preocupación social, fue rechazado por el XXV Salón Nacional. En esta obra expresa la manifestación, los obreros y su familia piden pan y trabajo, en sus ojos no hay odio, no hay revancha, pero sí hay ansiedad. La pintura da sensación de unidad, de fuerza. El pintor muestra la terrible realidad, pero también la esperanza, aspira

a que se encuentre la solución. En Desocupados, se destaca la imagen del muchacho en un primer plano. Hay resignación en las figuras del fondo. Alguno está pensativo, como el del pullóver rojo, que mucho se parece a su autorretrato.. Esta obra fue hecha en 1933 con la participación del muralista mexicano David Alfaro con Antonio Berni.De la obra lo que más destaca con estos rostros de la desesperanza en que los integrantes de la manifestación, de cualquier edad o sexo, duermen para seguir con la marcha. Antonio Berni nos muestra La minuciosidad de los detalles de los personajes que están

La muerte acecha en cada esquina, 1932, Óleo sobre lienzo 54 x 71 cm

durmiendo en primer plano. Pliegues y texturas en la descripción de la ropa, luces y sombras en el tratamiento de los rostros y la proporción de los cuerpos. ¿Qué esperan esos hombres de brazos quietos y mudos, sin decir nada? Un trabajo. busca y descubrí que hay una sola palabra escrita en la obra. A propósito, Berni deja entrever sólo una parte: “fe”, dice. Lo que expresa la voluntad de estar allí, siempre allí, esperando una respuesta.En ese momento, entre Berni y Siqueiros se generó una discusión.

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Naturaleza con sifón, 1946 Óleo 46x56 cm

Sin duda lo que más llama la atención son los colores: azul, amarillo y rojo. El equipo de los colores primarios. ¿Podés señalar dónde transcurre la escena? ¿Te animás a describirla? Por los instrumentos que ellos ejecutan: ¿qué música creés que están tocando? ¿Será un tango, un vhvals? es salsa? Observá la composición: se plantea en 3 planos. En la primera hilera los músicos que ejecutan el bandoneón comparten este plano con la cantante femenina, que tiene un micrófono de pie. Ellos tienen sus partituras. Son las hojas escritas con notas musicales y sirven de guía para que los músicos toquen su canción. Las tienen en los atriles que apoyan en el piso del escenario. Y en los personajes se agudizan los detalles, porque están en primer plano. En la segunda hilera, los músicos incorporan otros instrumentos musicales: el contrabajo y el acordeón. Y sólo vemos representados la mitad de los cuerpos. En la tercera hilera, en último plano, más oscuro y sin detalles, sólo vemos los rostros y los

violines. Esta pintura de arte representa un escenario que es el salón de clases de una escuela rural, en la que numerosos chicos revelan por la expresión de sus caras, claramente dibujadas, de líneas precisas y definidas, sus rasgos más íntimos, sus actitudes y sus diferencias. Sería muy interesante en que te animaras a encontrar a Juanito en esta clase. Detrás de los alumnos aparece, como si fuera una obra de un paisaje, la pequeña ventan del salón. Esta obra se esfuerza con la composición marcadamente horizontal. Como se puede apreciar los alumnos están bastantes dispersos, unos estudiando y otros distraídos, y el espacio en el aula no es el necesario (están todos apretados), demostrando que el estado de las escuelas no era muy bueno, sino que bastante sencillo y humilde. Juanito Laguna remontando su barrilete , 1973

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industrial, capaces de acercarnos a la psicología de los personajes, que no pierden sus esperanzas de vivir unas vacaciones pese a las vicisitudes que soportan. El pañuelo cubre la cabeza de la muchachita que no desea llegar ni tan despeinada ni tan sucia a destino, aunque se escapan algunos mechones de sus rubios cabellos. El viaje quizás sea largo, y la noche llena de estrellas ya es la fiel compañera. La cara de Juanito interrumpe el fondo de la inmensa superficie nocturna. A Juanito lo anonadó la grandiosidad de las bóvedas vidriadas y le impresionaron las llegadas, salidas de los trenes eléctricos sin comprender el mecanismo que movía esa enorme y callada muchedumbre circulante de los andenes». Lucía se manejaba con la experiencia de otros viajes, calculó lo caro del taxi para trasladarse hasta la provincia y, como en el colectivo no permiten viajar con exceso de bultos, decidió cargar con lo indispensable depositando el resto en consigna hasta el día siguiente.

La puerta abierta, 1932, Óleo sobre cartón, 53 x 44 cm

Ya consagrado, Berni se concentró en los años 60 en un personaje que se convirtió recurrente en su obra. Se trata de Juanito Laguna, un niño criado en el seno de una familia pobre y marginal que se ve forzada a emigrar a la ciudad para poder subsistir. Juanito aprende a leer (1961) y La familia de Juanito emigra (1972), entre otros cuadros, comprenden esta serie que en su mayoría está hecha con la técnica mixta de pintura y collage. Para crearlos, Berni usó materiales que van desde residuos de latas hasta elementos de tela y otros elementos. Con el personaje de Juanito Laguna, Berni denuncia la tragedia de una época de industrialización en la que miles de personas abandonaron el campo y se toparon con una ciudad hostil que no tenía espacio para ellos y que los forzó a vivir en las crecientes villas miseria. Berni, refiriéndose a Juanito señala: ten en objetos preciados, sensibles y liberados de toda clasificación

Tanto Europa como América, por entonces sufrían la crisis de 1929 en Estados Unidos y Argentina con la revolución del 30 había comenzado la llamada “década infame”. Rosario era un lugar muy especial en esos años. Ahí se asentó la mafia, la de Chicho Grande y la de Chicho Chico, y la prostitución que tuvo su imperio en el barrio de Pichincha. En 1932 Berni se internó en ese universo para colaborar como fotógrafo en una nota periodística encargada a Rodolfo Puiggrós, futuro dirigente comunista. Y fuera de esta miseria humana que observó Berni estaba la otra, la del hombre que vivía en las zonas rurales entre los chacareros. Este mundo era totalmente distinto al de París de los años 20 y de los artistas surrealista. No pudo dejar de sentir una gran conmoción interior. De alguna manera dejó en parte el surrealismo ya que sufría la desazón, la desesperanza de la gente. Decidió asumir un compromiso con su país.

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Niño con máscara Óleo sobre lienzo, Argentina

“El padre fue, tal vez, un porteño modelado por los tangos de Discépolo, Corrientes angosta y la ufanía de ser varón (aunque no supiera muy bien para qué). La madre era una resignada tape del interior, descendiente de indios mansos y aburridos de esperar el regreso de sus dioses (...) Ramona surge con los ojos vacíos (...) y el corazón tierno. Sin saberlo ingresa en la mitología de la ciudad, encarna de una vez y definitivamente a todas las heroínas del tango, a todas las seducidas por las luces del centro (...) Antonio Berni se la encontró por ahí (...) en la puerta de cualquier zaguán (...) con el alma tensa, en acecho, abierta a todos los rumores del mundo (...) Berni ha conseguido que por una vez (la última) creamos en Ramona y en su folletín...”, dice Ernesto Schoo.Ramona es un símbolo de las mujeres de las grandes ciudades que se prostituyen para sobrevivir. Pero es también la mujer de las letras de tango, a la que la sociedad rechaza. Ramona nace buena pero la sociedad la envilece.Cuando Berni cuenta la vida de Ramona está haciendo una crítica social. El mundo de este personaje llevó a Berni a utilizar el kitsch, aspectos del pop, y en cuanto a técnicas, el collage y el xilocollage, utilizando desechos de la sociedad industrial.

Mediante el collage, Berni ensambló objetos de la vida real para retratar a Ramona: puntillas, un zapato, la pata de la mesa, ropas, el vestido de novia de su mujer, telas, etc. Le dio volumen a los cuerpos, transgredió el planteo tradicional de la pintura. Fue un precursor en esta búsqueda que luego siguieron muchos artistas argentinos. La xilografía y el xilocollage son tacos de madera trabajados para el grabado, a los que el pintor les agregó llaves, telas y todo tipo de objetos. El papel también tenía un tratamiento muy especial para “soportar” el tratamiento del xilocollage. En reiteradas oportunidades, el papel se desgarraba y Berni debía rellenar los tajos para que la obra no se deshiciera. En este eje acerca de Ramona Montiel presentamos una mayor cantidad de actividades. Creemos que explorando el contexto del personaje, su historia, sus sueños, sus pesadillas estaremos más cerca de comprender una problemática tan dura. Es una apuesta a lo simbólico y a la ficción como vía de la conciencia, y a lo poético como creación del pensamiento crítico. La investigación, debate y puesta en común de estas preguntas nos permitirán acceder a la historia de Ramona Montiel derribando estereotipos.

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Roberto Matta

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oberto Matta Echaurren; Santiago, 1911 San Paolo de Civitavecchia, Italia, 2002 Pintor chileno, figura señera del arte pictórico chileno del siglo XX, perteneciente a la Generación del 40. Su etapa americana tuvo gran relevancia, con obras como la serie cósmica La tierra es un hombre (19391942), El vértigo de Eros 1944, adquirido por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, El día es un atentado Museo Nacional de Bellas Artes o El ónix de Electra, con las cuales adquirió renombre mundial. Desde 1948 se sucedieron las estancias en Europa, Chile y Estados Unidos. En 1937, después de trabajar en Londres junto con Walter Gropius y Moholy-Nagy, conoció a André Breton, a través de Federico García Lorca y Salvador Dalí, y abrazó la estética surrealista (1937). Pronto pintó sus Morfologías psicológicas (1938-1939), en las que se entregó a la exploración del inconsciente y al “automatismo absoluto”.

Su etapa americana tuvo gran relevancia, con obras como la serie cósmica La tierra es un hombre (19391942), El vértigo de Eros 1944, adquirido por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, El día es un atentado Museo Nacional de Bellas Artes o El ónix de Electra, con las cuales adquirió renombre mundial. Desde 1948 se sucedieron las estancias en Europa, Chile y Estados Unidos. La obra de Matta durante los -años cuarenta anticipa muchas de las innovaciones del expresionismo abstracto, e influye en artistas como Gorky y Motherwell. Hacia el final de la guerra elaboró imágenes cada vez más monstruosas; empezaron a aparecer las torturadas criaturas humanoides presentes en su trabajo desde entonces. Su pintura se convierte en narración, nacida de la vitalidad intrínseca de los signos y desarrollada en el dinamismo de la acción pictórica. pantomima grotesca.

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Su sentido profundo es la crítica, llevada hasta la parodia, de la irracionalidad de la tecnología y de la sociedad moderna. El estallido de la Segunda Guerra Mundial lo llevó a emigrar a Estados Unidos. En 1939 viajó a Nueva York, ciudad donde realizó su primera exposición individual y residió hasta 1948. Por ello es reconocido como el introductor del surrealismo no sólo en la plástica chilena, sino también en la de Estados Unidos. La fuerza de Los grandes transparentes (1942) impulsó a Breton a que le ilustrara el último manifiesto surrealista. En esa misma época realizó la serie sobre América Amaneceres, con obras como Nacimiento de América (Museo de Arte Contemporáneo), en la que reflejó esa honda inquietud americanista. En 1956 pintó para la Unesco el mural La duda de los tres mundos (1956). A comienzos de la década de 1970 regresó a su país invitado por Salvador Allende, y trabajó en los murales colectivos con la Brigada Ramona Parra. En 1973 participó en una exposición en Bolonia (Italia) en protesta contra el régimen de Augusto Pinochet, con la obra La vida Allende la muerte. En 1991 inauguró en El Salvador su Mural alegórico al descubrimiento de América, dentro del marco de conmemoración de los 500 años de la llegada de Cristóbal

Colón a América. De sus numerosas exposiciones de stacan la del Museo de Arte Moderno de Nueva York (1953) y la del Instituto Contemporáneo de Boston. Recibió, entre otros reconocimientos, la Medalla de Oro de las Bellas Artes Españolas (1985); el Premio Príncipe de Asturias (1992), en España; el Premio Herbert Baeckl (1992), en Austria, y el Premio Nacional de Arte (1990), en Chile. Paralelamente a su actividad pictórica, Matta experimentó con diversos medios altamente tecnificados de creación, como la fotografía o el vídeo..Tras ser expulsado del grupo surrealista y excluido de la Escuela de Nueva York, abandonó la ciudad de los rascacielos y se trasladó a Roma, donde entró en contacto con jóvenes artistas desconocidos y expuso con Asger Jorn y los situacionistas. En la década de 1950 tomó plena conciencia de la realidad política latinoamericana: asumió posiciones de izquierda, denunció en sus obras la tortura, la injusticia y la guerra del Vietnam y defendió la causa de Fidel Castro en Cuba. Cursó la enseñanza media en el Colegio de los Sagrados Corazones y estudió arquitectura en la Universidad Católica de Santiago, por la que se diplomó en 1931. Poco después viajó a París, donde trabajó con Le Corbusier (1934), pero no tardó demasiado en abandonar la arquitectura para dedicarse en exclusiva al arte pictórico.

Nacimiento de América Óleo, 1956

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El sueño del arquitecto

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hileno innovador que prefigura el expresionismo abstracto con sus obras surrealistas y monumentales. Federico Rosa explora cómo las obras de Matta ofrecen un paisaje de ensueño de la psique y al hacerlo sugerir un encuentro con lo sublime. Artista chileno Roberto Matta es uno de los grandes pioneros de la abstracción modernista. Sus escala monumental, pinturas épicas que representan el funcionamiento interno de la psique humana influirían en una generación de artistas, en particular el expresionismo abstracto de Jackson Pollock, Arshile Gorky, y Robert Motherwell. Matta fue uno de los primeros pintores de la era moderna para tratar de representar visualmente las complejidades de la psique humana en formas abstractas, usando sus pinturas.

Matta fue uno de los primeros pintores de la era moderna para tratar de representar visualmente las complejidades de la psique humana en formas abstractas, usando sus pinturas 'para hacer visible lo invisible'. Su manejo virtuoso de la pintura y su poética representación, místico de espacios fantásticos, cósmicos, inevitablemente hacen que sus obras se destacan como obras maestras preeminentes de la abstracción del siglo 20. También ayudaron a cimentar su legado como uno de los primeros artistas visuales de América Latina para convertirse no sólo de renombre internacional, sino también una gran influencia en todo el mundo. Iluminense los unos a los otros, 1970 Óleo 206x384cm

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Pero Matta no tardaría en tomar más riesgos con su arte; la creación de una serie de obras que calificó "morfologías psicológicas. Matta consideraba "paisajes de la mente 'estas pinturas. Creía que tenía que llegar a las capas más internas de su mente con el fin de ser capaz de representar su verdadera apariencia, recordando la idea platónica de que residimos en un mundo donde lo visible es un mero eco de la verdadera forma de las cosas. Como muchos de los surrealistas, Matta también empleó la técnica del automatismo mientras que la pintura, siguiendo continuamente sus impulsos, con el fin de hacer gestos de pintura no premeditadas, hasta llegar a un punto en el que se harían de manera inconsciente. Esta convicción, sin duda llevó Matta a creer que iba a actuar como un canal a través del cual podría representar adecuadamente sobre lienzo las partes más íntimas de su psique. La innovación de Matta fue su capacidad de combinar la intuición y la espontaneidad con su conocimiento de los espacios arquitectónicos y el interés por la geometría no euclidiana, para generar un estilo singularmente reconocible en la yuxtaposición de áreas aparentemente incongruentes y formas mutables habitan en el mismo plano de la imagen. La obra de este connotado artista se extiende desde los años treinta hasta hoy. Fue partícipe y renovador del surrealismo y personaje decisivo en el grupo de artistas del expresionismo abstracto de los años 40. En los inicios de su labor artística, sus obras reflejaron sus preocupaciones metafísicas, la importancia de las creaciones religiosas. Dibujos figurativos que con el tiempo fueron evolucionando hacia una abstracción, con referencia de artistas de la época como Dalí y Picasso y la influencia de El Greco. Elementos como el humor, el erotismo, la reflexión, el pensamiento estuvieron presentes en estos inicios. Comienza a inquietarlo la idea del espacio que tendrá un papel protagónico en todo el desarrollo de la obra del artista. Este, entendido, no como recinto de la materialidad, sino como él mismo lo dice, un espacio de la especie, idea metafísica del espacio. Entre 1942 y 1944 aparecieron los primeros personajes en las obras de Matta, lo que acerca su pintura al humanismo, buscó una representación del hombre que expresara su esencia contradictoria. Apareció la angustia, el dolor, la soledad y la incomunicación como temas recurrentes y la infinitud del espacio se transformó en la soledad del hombre, situación que quedó expresada en varios de sus cuadros, un hombre perdido en el espacio eterno, con múltiples posibilidades y direcciones, sin que ninguna sea una verdadera salida. De su estadía en Italia, alejado del grupo de artistas norteamericanos, surgieron una serie de cuadros, intentos de representación de un espacio multidimensional (Abrir el cubo y encontrar la vida). Esta representación multidimensional está figurada en la obra del artista por medio de la abertura del cubo que muestra de una sola vez sus seis caras.

En esta etapa de Matta en Italia, su trabajo intentó ser una denuncia de los poderes maquinales que esclavizan al ser humano en la sociedad moderna. Hubo una notable influencia del arte primitivo, especialmente de Africa y Oceanía. En esa época la crítica política influye en el contenido de su obra, la revolución cubana, como factor social, sin dejar de lado su preocupación por el hombre y la sociedad que lo rodea. Durante los años sesenta reapareció la Figuración de sus primeras obras, pero la expresión dramática se transformó en una glorificación a la vida y a sus transformaciones. En la siguiente década, sus pinturas, de grandes dimensiones, abandonan paulatinamente la temática política, para dar paso nuevamente a los temas metafísicos y a un cauce profundo. Durante los ochenta se generaron dos líneas de trabajo, una cercana a la representación realista que recrearon la mitología mediterránea.

Les Grandes Expectatives, 1966 Óleo 203x402 cm

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Virginia Vidal, 1969 Museo Nacional de Bellas Artes

Otro aspecto conmovedor de su trabajo es el uso de tonos en contraste entre la luz y la oscuridad, dando ciertas áreas en sus pinturas la sensación de que son brillantes o de ser lleno de luz. Esto puede ser mejor interpretado por relacionarlo con su conocimiento del arte renacentista, que emplea el uso de vidrio - la aplicación gradual de capas delgadas de pintura en la parte superior de unos a otros con el fin de lograr una mayor luminosidad y brillo - en la presentación de temas sagrados. En este sentido, Matta debió ver la pertinencia de esta propuesta simbólica, y efectivamente utilizado para producir una sensación de misticismo y sublimidad en sus lienzos. Matta siempre declaró que él sólo estaba interesado en representación de lugares desconocidos. Sus lienzos pueden ser mejor considerados como la búsqueda de la representación concreta de estos lugares, como ventanas en paisajes sagrados. Es en su intento de presentar lo que es imposible de representar, que se convirtió en un artista tan inspirador e influyente a una generación que vio la pintura como la única manera de lograr una tarea de enormes proporciones. El enfoque de Matta parece ser congruente con la tradición de ver el paisaje como una experiencia de lo sublime; de un encuentro físico con

la inmanencia. Aunque sus pinturas son abstractas, que se basan, sin embargo, en nuestra interpretación de ellos como posibles paisajes. Matta transforma el plano del cuadro en un reino de, narraciones introspectivas fantásticos, donde las formas en movimiento perpetuo, producen efectos oníricos misteriosos, y dan lugar a imágenes radicales de lugares lejanos que existen en algún lugar del universo distante de su mente. Tras ser expulsado del grupo surrealista y excluido de la Escuela de Nueva York, abandonó la ciudad de los rascacielos y se trasladó a Roma, donde entró en contacto con jóvenes artistas desconocidos y expuso con Asger Jorn y los situacionistas. En la década de 1950 tomó plena conciencia de la realidad política latinoamericana: asumió posiciones de izquierda, denunció en sus obras la tortura, la injusticia y la guerra del Vietnam y defendió la causa de Fidel Castro en Cuba. En 1991 inauguró en El Salvador su Mural alegórico al descubrimiento de América, dentro del marco de conmemoración de los 500 años de la llegada de Cristóbal Colón a América. De sus numerosas exposiciones destacan la del Museo de Arte Moderno de Nueva York (1953) y la del Instituto Contemporáneo de Boston.

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Frida Kahlo ¿Quién es Frida?

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sta artista siempre se caracterizó por sus labios rojos, sus pobladas cejas juntas, su pelo azabache recogido en un eterno moño adornado con coloridas flores, y por su fuerte personalidad, independiente y rebelde. Con apenas 18 años sufrió un accidente de tranvía que la marcaría el resto de su vida; además de las numerosas operaciones, 32 para ser exactos, a las que se vio sometida. En ese momento, «para combatir el dolor y el aburrimiento», puso en práctica, más que nunca, las clases de dibujo que había dado, hacía cuatro años atrás, en el taller de grabado de Fernando Fernández Domínguez. Cuando Frida Kahlo mostró su trabajo a Diego Rivera, este artista de murales se quedó impresionado. Tanto es así, que contrajeron matrimonio; pero éste sólo duraría diez años. Rivera fue quien construyó, de alguna manera, el distintivo de Kahlo, ya que la sugirió vestir con el traje tradicional mexicano, largo y colorido, y con joyería exótica. Frida sufrió mucho durante su matrimonio porque Diego Rivera le era continuamente infiel –incluso con la hermana pequeña de la artista– y por su imposibilidad de tener un hijo, porque su pelvis, debido al accidente, estaba fracturada por tres sitios. «Quizá esperen oír de mí lamentos de ‘lo mucho que se sufre’ viviendo con un hombre como Diego. Pero yo no creo que las márgenes de un río sufran por dejarlo correr», comentó la artista.

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El inestable y complicado ambiente político que se vivía con el presidente dictatorial de los Estados Unidos Mexicanos, Plutarco Elías Calles, político y militar conocido como «Jefe máximo de la revolución», hizo que los comunistas y los simpatizantes de la izquierda, entre ellos Frida, emigrasen al país vecino, Estados Unidos. Durante su residencia en los EE.UU. (19311934) «Frida empezó a trabajar en una serie de obras maestras sin precedentes en la historia del arte, pinturas que exaltaban la cualidad femenina de la verdad, la realidad, la crueldad y la pena. Nunca antes una mujer había puesto semejante atormentada poesía sobre la tela como Frida en esta época de Detroit.», expresó su todavía, por aquel entonces, marido Diego Rivera que amaba su pintura y fue su mayor admirador. Sus obras son su vida, su autobiografía. Su pintura se caracteriza por la utilización de elementos expresionistas y surrealistas, rica en colores vibrantes y brillantes. «No sé si mis pinturas son o no surrealistas pero de lo que sí estoy segura es que son la expresión más franca de mi ser», expresó la artista. El último año de su vida, fue un auténtico sufrimiento, ya que le amputaron la pierna por debajo de la rodilla por gangrena. Esto hizo que se sumergiese en una depresión, además de intentar suicidarse en un par de ocasiones. Sus últimas palabras en su diario fueron: «Espero alegre la salida y espero no volver jamás».

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Diego Rivera “Yo me he dado cuenta que lo más maravilloso que me ha pasado en mi vida ha sido mi amor por Frida”.

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iego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez, mejor conocido como Diego Rivera, nació el 8 de diciembre de 1886 en Guanajuato, Guanajuato. José Carlos María, su hermano gemelo, murió al año y medio. Sus padres fueron don Diego Rivera, maestro rural y editor de un periódico de tendencia liberal, y doña Pilar Barrientos, dedicada al cuidado de su hogar. En 1892 la familia se trasladó a la Ciudad de México, donde viviría de forma permanente. Considerado uno de los grandes artistas en el ámbito mundial, Rivera ingresó en la Academia de San Carlos a los diez años de edad. De inmediato, sus dotes artísticas asombraron a sus maestros. En 1907, a raíz de su primera exposición individual, el gobierno de Veracruz le otorgó una beca de estudios con la que viajó a España. En 1908 Rivera se instaló en París. Al año siguiente conoció a la pintora rusa Angelina Beloff, quien se convirtió en su primera esposa. En 1910 Diego volvió a México, donde pasó una temporada e inauguró una muestra individual. Luego regresó a París. Entre 1913 y 1917 Rivera creó un importante número de obras cubistas. También explora otros estilos pictóricos. En 1915 nació su hijo Diego, quien sobrevive pocos meses; tiempo después Angelina y Rivera se divorciaron. En 1921 hizo un decisivo viaje a Italia, donde absorbió las enseñanzas de los maestros antiguos, de cuya obra realizó estudios que lo llevaron a idear su propio estilo.

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A mediados de ese año, Rivera volvió a México y se integró al programa cultural del gobierno encabezado por el ministro de Educación, José Vasconcelos. El programa buscaba impulsar las riquezas culturales de México. En 1922 Rivera se casó con Lupe Marín, con quien procreó dos hijas. Se divorciaron en 1928. Con el tema La creación, en 1922, Rivera ejecutó en la Escuela Nacional Preparatoria (Anfiteatro Bolívar) su primer mural. Le seguirán 15 más, realizados en México y Estados Unidos, como el polémico El hombre en la encrucijada (1933), realizado para el Rockefeller Center de Nueva York y destruido en breve por figurar en él un retrato de Lenin. Sin embargo, el Anahuacalli alberga los bocetos originales. Junto con su célebre compañera Frida Kahlo, con quien se casó en 1929, Rivera lleva una intensa vida político-cultural. En 1944 pintó su afamado cuadro Desnudo con alcatraces. Con una magna exposición en el Palacio de Bellas Artes, en 1949 fue homenajeado por sus 50 años de labor artística. En julio de 1954 falleció Frida. Con el deseo de mantener viva su memoria, Rivera decidió crear el Museo Frida Kahlo. En 1955 le diagnosticaron cáncer al muralista. Pese a su enfermedad, él trabaja con vigor. Según su propio diseño, y apoyado por el arquitecto Juan O’Gorman, se concentra en la construcción del Anahuacalli. En 1956 Diego Rivera cumplió 70 años, por lo que se le rindió un gran homenaje nacional e internacional. De su obra destacan su magna producción mural, sus más de tres mil cuadros, los centenares de dibujos, obras gráficas e ilustraciones, así como su rico legado de escritos. El 24 de noviembre de 1957 falleció en su casa de San Ángel Inn (Museo Casa Estudio Diego Rivera). Está sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres, Panteón Civil de Dolores, Ciudad de México.

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Sus obras más sobresalientes “Me pinto a mí misma, porque soy a quien mejor conozco”.

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anto a Frida como a Diego les encantaban los animales, entre los más sobresalientes, sin duda fueron los Changos, se dice que estos animales tuvieron un papel protagónico en la vida de Frida Kahlo pues son muy vistos es su iconografía como bien se puede apreciar en varias de sus obras; tal es el caso de Autorretrato con mono por citar un ejemplo, además de que algunos de sus biografos afirman que estos animales estaban asociados con las promiscuidad, mismos que se convierten en aquel cariño filial para Frida, es decir alimentan su compañia y consuelo ante un escenario de soledad. Uno de los monos mas consentidos era “ Fulang Chang” que quiere decir cualquier chango, por cierto es muy interesante rescatar que este peculiar chango no queria a Diego Rivera, pues constantemente recibia rasguños, este chango fue traido del sureste mexicano. Otro mono fue “ Caimito de Guayabal” que fue un regalo para Frida por parte de Diego Rivera, quizás aqui exista otro dato muy interesante pues Caimito tenia su pareja, es decir habitaba otra mona, la cual estaba muy apegada a Diego Rivera, era tal el cariño que la mona le tenia a Diego, que había ocaciones en que esta siempre trato de atacar a Frida. Además de los monos tambien había perros, los llamados perros xoloitzcuintli, perros prehipánicos que fueron muy representativos para la pintora pues siempre manisfestó un gran orgullo por el pasado indigena, estos perros se caracterizan por ser totalmente pelones, alegres y juguetones, todavía es muy común observarlos.

Los perros recibian el nombre del Señor y la Señora Xólotl, en la obra “Autorretrato con mono y el señor Xólotl”, que es muy conocida, se puede apreciar como todos estan entrelazados por un listón amarillo que pasa por el cuello de cada uno haciendo el juego de una serpentina, hasta llegar a la firma de Frida, el fondo tiene una aspecto de nubes, ella trae puesto un huipil oscuro, su cabello trenzado, con unas cintas rojas. Entre otros animales, destacaron también los loros, guacamayas y hasta venados.

Autorretrato con Monos, 1943 Óleo sobre lienzo 81,5x63 cm

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Las dos Fridas, 1939 Óleo sobre tela 67”x 67”

Las dos Fridas

“En realidad no sé si mis cuadros son surrealistas o no, pero sí sé que representan la expresión más franca de mi misma”.

Poco después de su divorcio de Diego Rivera, Frida completó este autorretrato de dos diferentes personalidades. En su diario, Frida escribe que el origen de este cuadro está en sus recuerdos de un amigo imaginario de la niñez. Más tarde, ella admitió que refleja las emociones que rodearon a su separación y crisis marital. A la derecha, la parte de su persona que era respetada y amada por Diego es la Frida mexicana vestida de tehuana. En su mano sostiene un amuleto con el retrato de Diego cuando era un niño. A la izquierda, una Frida bastante más europea con un vestido victoriano de boda de encaje blanco, la Frida que Diego abandonó. Los corazones de las dos mujeres están a la vista, un símbolo que Frida usaba a menudo para expresar su dolor. El corazón de la Frida desdeñada está roto, mientras que el de la otra Frida está entero. Del amuleto que Frida sostiene sale una vena que viaja a través del corazón de las dos mujeres y es finalmente cortado por las tijeras quirúrgicas que están en el regazo de la Frida desdeñada. Desesperada, Frida trata de parar el flujo de sangre que viene de Diego, pero sigue goteando…Frida esta en peligro de desangrarse. El cielo tormentoso, lleno de nubes agitadas podría reflejar el caos interno de Frida. Sujetando su propia mano, ella es su única compañera. En 1947, este cuadro fue comprado por el Instituto Nacional de Bellas Artes de México. El precio de compra fue de $4.000 pesos ($1,000 USD) por la pintura y $36 pesos adicionales por el marco. Esta fue el precio más alta pagada a Frida en toda su vida por uno de sus trabajos.

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Publican en México un libro con inéditas cartas de amor de Frida Kahlo a su médico. La correspondencia que durante 20 años intercambiaron la artista mexicana Frida Kahlo y su médico Leo Eloesser en la que se revela una relación afectiva entre ambos estará al alcance de los seguidores de la famosa pintora.’Querido Doctorcito. Frida Kahlo y Leo Eloesser. Correspondencia’, es el libro que recoge todas las cartas escritas por ambos entre 1931 y 1951 y que saldrá a la venta hoy como parte de los proyectos en honor al centenario del nacimiento de la artista.’Te beso las manos, chula, y la pata trunca, no sabes cuánto te echo de menos con tus enaguas tepehuanas y tus labios de carne viva’, le dice Eloesser a Kahlo en una de las cartas, descubiertas en 2004 entre cientos de documentos guardados en la casa donde vivió la artista, conocida como ‘Casa Azul’, hoy convertida en

museo.Allí estaban las cartas que envió el doctor, mientras que las de la pintora estaban en poder de la pareja del médico Joyce Campbell, quien tras muchos años de negarse a revelarlas, en 2002 cuando tenía 87 años, se las entregó al editor mexicano Juan Pascoe, quien conocía de su existencia. Kahlo y Eloesser se conocieron en Cuernavaca en 1930. Un año después cuando la artista se mudó a San Diego junto a su esposo, el también pintor Diego Rivera, ella le escribió por primera vez. Entre sus intercambios le confesó su aborto, las desilusiones que le provocaba su marido y sus sentimientos.Según Teresa del Conde, estudiosa de la vida de Frida, se exhiben.

Publican un libro... 26



Remedios Varo Encadenando vida y sueños

N

ombrar a Remedios Varo es adentrase en el misterio. Son diversos los enigmas que acompañan su pintura; extraña y extravagante fue su forma de vivir. Al menos eso se desprende de la parte de su vida que vislumbramos en las claves biográficas que recorren sus cuadros. Hasta hace unos años, una vida al abrigo de curiosos salvo para un puñado de críticos y estudiosos del surrealismo. En los últimos tiempos, la fascinación que suscita su obra, abocada a múltiples lecturas, ha alimentado nuevos interrogantes sobre los laberintos interiores que tuvo que sortear como creadora y como mujer. El tiempo de la penumbra ha pasado. Su figura emerge con fuerza desde hace años, en la doble vertiente de redescubrir su biografía y de ahondar en una obra marcada por una gran carga onírica y simbólica. Maruja Mallo ha encarnado desde los años treinta a la pintora surrealista por excelencia: la gran creadora plástica de su generación en un mun-

do de hombres. Era la cuarta inteligencia a añadir al. triángulo original que formaban Federico García Lorca, Luis Buñuel y Salvador Dalí. O dicho de otro modo: fue durante un tiempo la surrealista oficial. Mientras que la Edad de Plata se asocia de forma automática a figuras masculinas de valor inequívoco y a la vez diverso, las mujeres han sido admitidas en este rico entramado generacional de una en una, como si con una sola representante bastara: María Zambrano como filósofa; Concha Méndez como pWoeta, Maruja Mallo como pintora … Ni siquiera se incluye en ocasiones en esta generación a Rosa Chacel, con la excusa de su individualismo, olvidando que fue en esos mismos años donde fraguó su rico universo literario esbozado en Estación. Ida y vuelta.Ni tampoco se cita por sí misma a María Teresa León, eclipsada por el cometa al que decía seguir, Rafael Alberti Varas de medir desiguales que, siendo integradoras al aplicarse a los varones, se enredan en matices

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al referirse a las mujeres Dentro del surrealismo, se cita ya a Remedios Varo y Ángeles Santos, entre otras figuras femeninas. La evolución de Santos es más conocida. Por el contrario Varo es en estos momentos la figura a desentrañar. Su obra, llena de recovecos y sutilezas, y su vida, no menos seductora y desconcertante, ofrecen material de primera para ensayistas y narradores. No es extraño. Esta soñadora de la pintura cuenta con suficientes alicientes vitales y pictóricos para atraer a quien quiera dejarse cautivar. El surrealismo encontró en ella una interpretación y transformación hacia lo simbólico y lo esotérico, una vuelta de tuerca hacia la belleza y la verdad que solo deparan los sueños que se funden y confunden con la vida cotidiana. Sueños que no tienen valor solo por lo que dicen o anticipan, sino porque son soñados por personalidades que viven fuera de la norma, con un punto de excentriVuelo mágico Óleo sobre lienzo

Vampiros vegetarianos, 19451 Óleo sobre lienzo

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cidad o desequilibrio nacidos del talento o de la genialidad. Remedios Varo (María de los Remedios Varo Uranga) soñaba. Dormida y despierta. Tenía una sutil facilidad para la ensoñación, el placer, y quizás el desdoblamiento. La futura pintora nació en Anglés (Gerona), en 1908. No deja de ser curioso que el centenario de su nacimiento coincida con los años de su revelación de cara al público. Su madre era una devota católica, su padre un ingeniero hidráulico librepensador. Una mezcla explosiva entonces, pero a la vez un signo de eclecticismo y modernidad. La profesión del padre obligó a la familia a desplazarse por diferentes lugares de España y Marruecos. La niña dio pronto muestras de su inclinación hacia el dibujo, y para mantenerla entretenida, el padre la sentaba a su lado mientras trazaba los planos y diseñaba los aparatos mecánicos de sus proyectos. Cuando la familia se instaló definitivamente en Madrid, en 1924, el padre incitó La llamada, 1961 Óleo sobre masonite, 98.5x 68 cm

A pesar de que la madre desaprobaba tal decisión, Remedios Varo se convirtió así en una de las primeras chicas en estudiar arte. En San Fernando crecieron sus alas de eterno pájaro libre. Además de las corrientes pictóricas se nutrió de las filosofías vitales del primer tercio del siglo xx. El surrealismo, el amor libre, el pacifismo… En sus aulas conoció a Salvador Dalí, de quien fue condiscípula; en las noches, se adentró con libertad en el aprendizaje del erotismo y del sexo. Tenaz, consiguió que sus padres le permitieran ampliar su formación en París, aunque si de día deambulaba por Montmartre, por la noche debía recluirse en una residencia de monjas. Para escapar a tales restricciones se casó muy joven con uno de sus compañeros, Gerardo Lizárraga, y juntos compartieron la aventura de conquistar París. Constituían una pareja de compañeros más que de amantes. Su destino era volar juntos hasta que cada uno encontrara una compañía más armónica o apasionada. En su cuadro Ruptura, Varo alude al cambio que supuso la separación de sus padres y de la casa familiar al contraer matrimonio. Encuentro, 1959 Óleo sobre masonite

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Era la conquista de la libertad de una joven que en el cuadro aparece enclaustrada tras un muro, símbolo de la vigilancia a la que había sido sometida en la residencia religiosa parisina. Al morir su padre, Varo dejó de recibir ayuda económica. Carentes de ingresos, Varo y Lizárraga tuvieron que interrumpir su aventura francesa. Se instalaron en Barcelona capital del modernis-

mo, donde además de sobrevivir con pequeños trabajos, seguían cerca la vanguardia parisina. Poco a poco, la pareja Varo y Lizárraga se fragmentaba. Surgían otros amores, aunque la amistad perdurara. El joven pintor Esteban Francés constituyó uno de los vértices de los sucesivos triángulos que fue tejiendo Varo. Por lo general la pintora no rompía con sus compañeros o amigos.

Visita inesperada, 1958 Óleo sobre masonite, 60x61cm

¿En qué piensa usted que el surrealismo ha contribuido al arte en general?

-“En la misma medida en que el psicoanálisis ha contribuido a explorar el subconsciente.”

Remedios Varo

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Ma ldita G ue r r a

Elit excea ventiis etur maioreiume de as mai

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n 1936, unos meses antes de los fatídicos 17 y 18 julio que llevarían a España a la tragedia, Varo expuso en Barcelona con Maruja Mallo y otros pintores surrealistas. Formaba parte del movimiento logicofobista, un alegato contra el orden y la opresión de la lógica. La pura realidad no les bastaba y su mirada buscaba subvertirla. Varo, como Mallo, se encontraba próxima al ojo transgresor de Buñuel y la estética que emanaba de El perro andaluz. Con lo que no contaban era con que otras gentes en las antípodas de sus ideales artísticos iban a dar la vuelta completa a su realidad de una forma brutal y sin subterfugios. En su afán por acabar por las armas con la República los

insurgentes redujeron a la nada esa pesada lógica que Varo y sus compañeros trataban de traspasar de un modo febril. A pesar de sentir esa nada y de sus convicciones republicanas, la primera actitud de Varo frente a la maldita guerra fue adentrarse en su mundo privado y pictórico, sin defender de modo activo sus ideas. Su pacifismo y su temprano exilio explican su repulsión por la sangre y la confrontación. Su hermano Luis, al que de niña estuvo muy unida, decidió unirse a los sublevados. Qué desconcierto. ¿Qué habría llevado a Luis a tomar tan inexplicable opción? Una decisión fatal, porque murió en el frente. Si cabe, este hecho llevó a Remedios Varo a aborrecer aún más las guerras.

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La huida, 1961 Óleo sobre tela, 951x 1181cm

Su falta de protagonismo en los escenarios bélicos directos favorecería posteriormente que su figura no fuera reivindicada por los derrotados y que cayera en cierto olvido. No obstante, conforme la contienda se extendía y adquiría un cariz insoportable, aceptó implicarse. Después de todo, su mundo personal se tambaleaba. ¿Se puede pintar algo distinto de la guerra en plena lucha fratricida? ¿Se puede dejar de hacer la guerra cuando está en juego la libertad y esa misma confrontación impide al pintor ser quien es y crear? Colaboró con pequeños servicios, en ocasiones cediendo alguna habitación de su vivienda para que pernoctasen miembros de las Brigadas Internacionales. Separada ya de Lizárraga, se unió en 1937 al poeta surrealista y activista francés Benjamín Péret. La guerra civil iba a embrollar sus vidas y, paradójicamente, a clarificar sus sentimientos.Péret llegó a Barcelona con la misión de planificar diversas acciones y se encontró muy pronto en los brazos de la pintora. Difícilmente podría Varo mantenerse ya al margen ni permanecer agazapada en los pliegues de sus sueños locos y a menudo desbocados. Si los sueños habían iluminado su camino, la barbarie de la guerra, su impostura incluso desde las posiciones más idealistas y leales, alteraron para siempre su sensibilidad. Ella no era mujer de opciones de blanco o negro. Marcharse era la única salida. La pintora se fotografiaba en ocasiones vestida de torero, vendía pasteles en la calle o incluso mandaba cartas a desconocidos cuyos nombres obtenía al azar en la guía telefónica, uno de sus «actos surrealistas» predilectos. Varo logró que sus dos principales amantes, Péret y Esteban Francés, aceptaran su voluntad de cohabitar con ambos, aunque en ciertos ámbitos pasara por pareja oficial del primero La obra de la pintora es vasta y compleja. Puede mencionarse que la obra de Remedios Varo posee un estilo característico y fácilmente reconocible. En su obra aparecen con frecuencia figuras humanas estilizadas realizando tareas simbólicas, en las cuales se tienen a la vez elementos oníricos y arquetípicos. Su obra entera está teñida de una atmósfera de misticismo, pero plasmado en las figuras representativas del mundo. Fenómeno de Ingravidez 1963 Óleo sobre tela

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Leonora Carrington La artista surealista

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intora de origen inglés que se inicia en el surrealismo de la mano de Max Ernst y desarrolla la mayor parte de su vida y obra en México. Nacida en Clayton Green, Lancashire, Inglaterra, en el seno de una rica familia de la industria textil, en 1920 queda junto a sus hermanos bajo los cuidados de una institutriz francesa, un instructor de religión y una nana inglesa, que la introduce en el mundo de las hadas y cuyos relatos tendrán una fuerte influencia sobre la artista. Después de ser expulsada de varias escuelas religiosas, es enviada a un internado de Florencia (Italia) y más tarde a una escuela parisina. En 1936 ingresa en la academia de Amédée Ozenfant donde realiza estudios de dibujo y pintura. En 1937 conoce a Max Ernst con el que marcha a París y la introduce en el círculo de los surrealistas, estilo del que será una gran intérprete. Un año más tarde expone con los surrealistas en París y Amsterdam (The meal of lord Candlestick, 1938). Al comienzo de la II Guerra Mundial, en 1939, marcha a España y Portugal, donde conoce al diplomático mexicano Renato Leduc, amigo de Pablo Picasso, con quien se casa en 1941 y viaja a Nueva York. En 1942 llegan a México y tras divorciarse, Leonora Carrington Monocromo

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en 1943, conoce a Edward James, intelectuales antifascistas, del que mecenas de los surrealistas y máx- Leonora se vuelve miembro activo. imo coleccionista de su obra. Du- En el 39, con la ocupación Nazi, rante los 43 años que permaneció Max Ernst es declarado enemien México formó parte del movi- go del nuevo régimen (conocido miento surrealista, compaginando como Régimen de Vichy) y es enla pintura (Pain Chant, 1947; Gato viado a campo de Les Milles. Ante blanco, 1952; Kabala, 1960; Belfry, esta situación, Leonora sufre un 1980) con las escenografías teatrales colapso mental y es enviada a Es(Penélope, 1945-46). En 1985 huy- paña, donde es internada por su endo del terremoto que destruyó padre en un hospital psiquiátrico de parte de la ciudad, se estableció en Santander, de donde logró escapar Nueva York y más tarde en Chica- en 1941. Se dirigió a Lisboa, donde go (1988), regresando finalmente se refugió en la embajada de Méxa México (Labyrinth, 1991), donde ico. Allí conoció al escritor Renato pasó sus últimos años de vida Leduc, con quien se casó un año Tiempo después la pareja se reen- después y quien la ayudó a emigrar contró en Francia y reinició su ro- primero a Nueva York y después mance. Allí, Cara México. Se dirington convive “El mundo que pinto vorciaron en 1943. con Joan Miró, no sé si lo invento, yo a en México, CarAndré Breton, creo que más bien es ese rington se reenPablo Picasso, Sal- mundo el que me inventó cuentra con sus a mi.” vador Dalí y otros viejos colegas suregrandes exponenalistas que también tes del surrealismo en el mítico habían logrado escapar del régiCafé Les Deux Magots. Para 1938 men Nazi: André Breton, Benjaparticipa, junto a Ernest, en la Ex- min Péret, Alice Rahon, Wolfgang posición Internacional de Surrealis- Paalen y Remedios Varo, con quien mo en París y Ámsterdam con “La sostuvo una relación muy cercana. Casa del Miedo” una obra en la que Sus obras van desde pinturas, se reúnen sus primeros cuentos au- grabados, esculturas, cuentos, litobiográficos, por llamarlos de al- bros y escenografías, una amplia guna manera, ya que en ellos se re- gama de expresiones hechas piezas sume el viaje de iniciación que había artísticas, para adentrarse a la obra iniciado junto a Ernst años antes. de Leonora es necesario conocAl extenderse la sombra de los Na- er sus esculturas, obras creadas zis sobre Europa, los activistas del en barro plastilina, para después surrealismo forman el Kunstler convertirse en bronce y perduBund, movimiento subterráneo de rar hasta que el metal lo permita.

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El templo de la palabra Ă“leo sobre masonite 74.9x86.7cm


El inicio de sus obras “Mi trabajo me importa porque si no lo hago no se que hacer conmigo, podría ocuparme de las plantas pero ellas se ocupan de ellas mismas”

F

ue su rebeldía molecular, aunada a una valentía y audacia admirables, lo que permitió a Leonora romper con el corsé de los esquemas familiares, sociales y religiosos que le fueron impuestos desde su nacimiento, y dejarse llevar por sus alas de libertad hacia el inefable territorio del arte en el que desde niña soñó. Su rechazo a la intransigencia paterna y a los códigos impuestos por la anquilosada aristocracia inglesa fueron plasmados con una aguda ironía en su pintura The meal of Lord Candlestick (La comida de Lord Candlestick) –seudónimo de Harold Carrington– donde vemos un festín delirante en el que un grupo de caballos ricamente ataviados –la aristocracia y el padre entre ellos– se regocija devorando niños como viandas. Ajena a las luminarias y al poder del mercado y de las mafias del arte, Leonora Carrington es un personaje tan misterioso e inasible como los protagonistas de sus obras, esos extraños seres a los que los irlandeses conocen como The Gentry, duendecillos, gnomos, elfos, gigantes y fantasmas, los cuales, en su mente y en su pintura convivieron íntimamente con su fauna híbrida y sus representaciones de deidades míticas arcaicas. En entrevista con Paul de Angelis, Leonora comentó: “Desde pequeña, y eso creo que les ocurre a muchísimas más personas de las que se cree, tuve muchas experiencias extrañas con todo tipo de fantasmas, visiones y otras cosas generalmente condenadas por la ortodoxia cristiana… Sí, mis primeras experiencias extrañas e inexplicables comenzaron cuando tenía unos dos años. Las he tenido toda mi vida.” Tras lograr romper con una serie de barreras impuestas por su padre –la repetida expulsión de los colegios de monjas, el fracaso de su presentación en la corte de Jorge V, su negativa a seguir las normas familiares y sociales– en 1936 Leonora inicia su formación artística en la academia del pintor Amédée Ozenfant en Londres. De esos años es su autorretrato The Inn of the Dawn Horse (La posada del caballo del alba), una obra emblemática en la que la novel pintora se representa acompañada de sus dos alter ego que aparecerán en adelante en repetidas ocasiones: el caballo que simboliza su libertad

de espíritu y la hiena que tiene que ver con su yosexual. El arte de Leonora tiene, efectivamente, un carácter absolutamente propio. Es un arte que fascina porque destila la honestidad con la que vivió todos los renglones de su vida y la congruencia entre sus ideas y su métier. Leonora, la “hechicera hechizada“ como la llamó Octavio Paz, consiguió plasmar en su obra la aventura empírica de la imaginación y nos conduce en cada pintura por los intrincados laberintos de su mundo interno, utilizando todos los recursos de la seducción: el asombro, el misterio, la magia, la sorpresa… La atracción hacia lo abismal, el sabor de lo desconocido. El trabajo de Leonora, inasible como ella misma, nos permite echar un vistazo del otro lado del espejo carrolliano y descubrir que para la autora realidad y fantasía siempre fueron dos caras de la misma moneda. Toca al espectador que se acerca a ese espejo dejarse llevar en el vuelo de la imaginación.

Laberinto Ólero sobre masonite, Colección privada

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Carrington fue surrealista de nacimiento”, dice su amigo Alan Glass. Y rebelde. Se pasó la vida huyendo: de las clases de equitación y esgrima en la casa familiar de Lancashire; de tres colegios y del psiquiátrico de Santander en el que la internaron cuando Max Ernst fue deportado por los alemanes. Ella, que lo adoraba, sufrió un shock del que le costó reponerse. Tenía 23 años. Huyó a una España recién salida de la Guerra Civil. “Habían volado los puentes en las carreteras. Yo tenía miedo todo el rato”, recuerda. Luego calla: “Prefiero no hablar de eso. Me pone enferma”. Su libro Memorias de abajo (Siruela) nació de ese pavor y de la psicosis. Le recomendaron que escribiera para liberarse de todo aquello y lo hizo. Poco después André Breton la incluyó en su Antología del humor negro. Leonora Carrington Monocromo

Siempre hubo un relámpago de horror en sus ojos cuando hablaba de los campos de concentración, cuenta Poniatowska. Para cuando se puso a escribir, la combinación entre la imaginería celta heredada de su madre, irlandesa, sus propios fantasmas y unas enormes dotes para el dibujo la habían convertido en una artista irrepetible. “Puedes aprender a dibujar”, dice en la película, “pero el talento no sabemos de dónde viene”. A México —donde era “una presencia monumental”, apunta Martín-Domínguez— llegó después de huir del manicomio, refugiarse en la embajada mexicana, casarse por conveniencia para conseguir los papeles y pasar por Nueva York. “No tenía ni idea de cómo era México. Pensaba que la gente iba a caballo”, cuenta ella. Divorciada, se casó con Emerico Chiki Weisz —fotógrafo, húngaro, judío y antifascista—, que había estado en la guerra de España. Tuvieron dos niños. “El amor más importante es el amor a los hijos. ¿A otra persona? Ni me acuerdo… Hace tanto... ¿Que cómo es? Como una borrachera. Las borracheras se quitan con un dolor de cabeza, pero el amor a los hijos sigue”. Amiga de Remedios Varo y de Luis Buñuel —“nunca vi sus películas”, asegura—, el miedo asaltó de nuevo a Carrington cuando Elena Garro, primera esposa de Octavio Paz, la señaló como inspiradora de las revueltas del 68. Se marchó una temporada a Estados Unidos antes de regresar definitivamente al sitio en el que murió con 94 años. “Yo no soy fuerte. Cuando alguien dice que eres fuerte.

Leonora Carrington Monocromo

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