Lima y la modernidad: el pensamiento en la transformación

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ FACULTAD DE ARQUITECTURA Y URBANISMO

LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

DANIELA BERAÚN COLONNA-PRETI 20084455

TALLER DE INVESTIGACIÓN 2011-2 CANZIANI-FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA-VILELA

LIMA, DICIEMBRE 2011


INDICE

I.

Introducción

II.

Estado de la cuestión

III.

Marco histórico

IV. Hipótesis V. Desarrollo

Sobre la tradicional posibilidad de transformar el territorio.

Sobre la modernidad.

Sobre el inicio del siglo XX y las visiones de la llegada de la modernidad a Lima.

Sobre el cambio en el paisaje urbano y la migración interna.

Sobre el nuevo significado de modernidad

VI. Conclusiones VII. Bibliografía


LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Edificio Rimac contruido en 1924 frente al Paseo de los Héroes, Centro de Lima.

I. INTRODUCCIÓN

adaptación de Lima a la modernidad, y cómo el pensamiento de sus habitantes se transforma.

Vivimos en un mundo construido. La

Además, se busca reconocer la base de nues-

ciudad de Lima ha atravesado a lo largo del

tro propio entendimiento de la ciudad en el pen-

siglo XX una vertiginosa cantidad de cam-

samiento de principios del siglo XX. Regresar

bios que, por lo apresurado del tiempo en que

sucedieron,

han

terminado

al origen de la ciudad como la conocemos para

moldean-

tratar de encontrar respuestas que nos ayuden

do a presión la ciudad que hoy se percibe.

a entender quienes somos hoy como sociedad.

La presente investigación explora el tema

¿Qué es, pues, la modernidad? ¿So-

de la modernidad y la transformación del lugar

mos realmente modernos?, ¿Cuándo empeza-

propio, aquel que se habita, y cómo esto afecta

mos a entender Lima como lo hacemos hoy?,

las dinámicas de la vida cotidiana. Es por ello

¿Cómo Lima asume la modernidad a prin-

necesaria, antes de analizar la complejidad de

cipios del siglo XX y de qué manera esto va

una ciudad como Lima, una base teórica que

construyendo un paisaje urbano particular?

ayude a entender la motivación de todos los fenómenos. El espíritu de la época, el zeitgeist,

El problema de la modernidad de Lima

es, en el enfoque que aquí se propone, la clave:

como origen, agente transformador y fin últi-

no interesa la leve corriente que genera una

mo de la propia ciudad. Esta es principal-

vanguardia o el pensamiento radical de algún

mente una investigación explorativa donde

reducido grupo, sino la marea incontrolable que

se tratará de identificar esos chispazos de

inunda todo a su paso. La modernidad no como

modernidad que comienzan a surgir en la so-

corriente artística sino como realidad concreta.

ciedad Limeña, y con esto crear vínculos de comparación con el devenir de la metrópoli.

Se busca entender cómo se produce la

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Finalmente, la importancia de esta in-

istencia de la intervención del hombre como

vestigación radica en presentar la posibilidad

premisa es lo que permite establecer luego el

de una revaloración del pasado cercano de

vínculo de comparación entre una manera tradi-

la ciudad convirtiéndolo en un tema vigente.

cional y nueva de realizar esta intervención.

Además, como un ejercicio introspectivo, esta

Como esto, es igualmente necesario esta-

investigación debe servir para reflexionar sobre

blecer una base para definir la modernidad. Au-

el devenir de la ciudad; regresar a los orígenes

tores como el arquitecto y catedrático español

para tratar de proyectar un futuro. Referido al

Josep María Montaner, el teórico de la literatura

hombre, se dice que el lugar es “lo que rodeán-

Javier Navascuéz y el filósofo Marshall Berman,

dole le otorga sentido de quién es” (MADER-

entre otras referencias, completan la visión in-

UELO 2006: 5). Pensar, pues, en el paisaje

terdisciplinaria que se propone en este aspecto

de cultura, es decir, en el lugar construido, nos

y permiten determinar las condiciones sobre las

hace reflexionar sobre quién lo fabrica y so-

que se basarán los discursos de modernidad.

bre el lugar y el tiempo en que esto sucede.

Finalmente, en tema de la modernidad en

II. ESTADO DE LA CUESTIÓN

Lima, los comentarios del literato y crítico Peter

El tema de la modernidad en Lima ha

Elmore sobre distintas obras peruanas del siglo

sido recurrentemente motivo de reflexión. Se

XX, o la más clásica referencia a José Carlos

ha escrito sobre él desde enfoques tan distin-

Mariátegui sobre temas de la realidad del país,

tos como la sociología y el problema de la re-

entre otros, son fundamentales para entender el

alidad y la pobreza, hasta estimaciones futuris-

proceso de cambio que se lleva a cabo en la ciudad.

tas de la idea de ciudad ideal, pasando por el

III. MARCO HISTÓRICO

arte, la arquitectura, la literatura, entre otros.

El contexto dentro del que se mueve el

Precisamente, el asunto que presenta

desarrollo de la investigación va desde la seg-

esta investigación requiere un análisis multidis-

unda mitad del siglo XIX hasta finales del XX.

ciplinario. Se toma como base las reflexiones

Sin embargo, es necesaria una referencia pre-

sobre el paisaje del arquitecto e historiador

via que retrocede hasta la Revolución Industrial.

del arte Javier Maderuelo, en las cuales sustenta que el paisaje es siempre una construc-

Gracias al auge productivo y el crucial em-

ción del hombre, tanto física (realidad con-

plazamiento de las industrias en las ciudades,

struida) como mental (ejercicio de apropiación,

estas comienzan a desarrollar una hegemonía

percepción de esta realidad). Para la presente

inédita hasta entonces: la gran fuerza de traba-

investigación, esto es fundamental pues ex-

jo, tradicionalmente ubicada en el campo y dedi-

iste la necesidad de definir conceptos globales

cada a la labor agraria, migran a ellas buscando

dentro de los cuales se desarrolla el análisis.

ser parte del mundo de las maquinas. Ocurre

Es decir, y siguiendo con en el ejemplo, la ex-

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Dibujo pictórico: “Puente sobre el río Monongahela, Pittsburg, Pensilvania” de Mr. Kilbert y Edmund N. Tarbell - 1857

entonces la ruptura del tradicional equilibrio en-

diciones elementales necesarias para que la

tre la ciudad y el campo. Pronto, la urbe concen-

masa productora sea capaz desenvolverse en

tra tanto la oferta como la demanda de trabajo;

su labor y asegurar la supervivencia del sistema.

así como el poder político y económico crecen

La importancia de este asunto radica

directamente proporcionales el uno al otro.

en que la modernidad como concepto filosó-

La ciudad se vuelve autosuficiente en el

fico nace justamente en contra de la progresi-

sentido de que es capaz de retroalimentar su

va deshumanización que la Revolución Indus-

sistema de producción. Precisamente, nace la

trial acarrea: “Si se visitan las partes peores

concepción de ciudad como máquina de pro-

de la ciudad mundial, entonces solamente se

ducción, en donde, regresando a los ideales de

nota que estos londinenses deben sacrificar

racionalidad de la ilustración, y bajo el principio

la mayor parte de su humanidad para alcan-

de Descartes, se piensa que “la ciudad como

zar todas las maravillas de la civilización, en

problema se descompone por zonas de man-

las que abunda la ciudad.”, anota Engels so-

era que funcione como una maquina produc-

bre Londres del período de la industrialización.

tiva” (MONTANER 1999: 69). En esta concep-

A pesar de esto, dentro de estas corrientes

ción, “la ciudad como mercado de trabajo debe

opuestas al funcionalismo industrial, el rol central

proporcionar las condiciones de vida mínimas

que había adquirido la ciudad en el período pre-

que garanticen la reproducción de la fuerza de

vio no se ve alterado. Más aún, se comienza a

trabajo.” (MAQUET 2001: 98). El rol de la ciu-

entender que el futuro del progreso es necesari-

dad queda reducido, pues, a ofrecer las con-

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Sobre la posibilidad de transformar el territorio.

amente en ella. La ciudad se reconoce entonces como elemento esencial del mundo que se gesta. Lo que sucede después de ocurrida la

Para comenzar a tratar un tema tan com-

revolución, durante el siglo XIX en adelante,

plejo como la evolución del pensamiento hacia

es que los conceptos incubados en la ide-

la modernidad, es pertinente hacer un repaso de

ología moderna se dispersan por el mundo

ciertas cosas que serán fundamentales en el de-

y son adaptados, reinterpretados en los muy

sarrollo de la presente investigación.

distintos contextos que cada lugar impone: “Al adoptar una técnica, al cambiar un instru-

Cualquier persona a la que se le planetee,

mento tradicional por una maquina, no se

hoy, una afimación tal como: “El ser humano ex-

asume necesariamente el espíritu que per-

iste en un espacio y tiempo determinados”, no

mitió que ellas existan.” (URBANO 1991: XI)

necesitará mucho esfuerzo para considerarla cuanto menos razonable. Ese “espacio” que

Esta investigación busca analizar cómo

nuestra capacidad de razonar reconoce como

particularmente se da la transformación a la mod-

indudable es lo que aquí llamaremos “lugar”,

ernidad en Lima, como caso de estudio, pero sin

pues como afirma el arquitecto noruego Chris-

olvidar el conjunto mayor del que esta corriente

tian Norberg-Schulz “el espacio existencial con-

de pensamiento se desprende; es decir, recono-

siste siempre en lugares”. Es precisamente esa

ciendo que existen siempre elementos que son

existencia del hombre en él lo que lo define y

comunes a la experiencia moderna en general.

caracteriza. “La idea de lugar se diferencia de la de espacio por la presencia de la experiencia”

IV. HIPÓTESIS

(MADERUELO 2006: 38). El lugar es algo concreto, específico e irremplazable.

Tradicionalmente, la posibilidad de transformar el territorio es fundamental para el desarrollo

Luego, el concepto de “paisaje” se refiere

de una identidad basada en el lugar. Contrario a

a que este, “en cuanto circunstancia, en cuanto

esto, la modernidad se reconoce en condiciones

estancia, lugar habitable que rodea al hombre,

que se oponen a las lógicas de transformación

es la introspección de lo que percibimos a nues-

del territorio. Estas condiciones conducen a que

tro alrrededor” (MADERUELO 2006: 6). Enton-

en Lima, durante el siglo XX, ocurra una trans-

ces el paisaje se entiende como la apropiación

formación del pensamiento, que se manifiesta

de ese lugar en el que existimos.

en las continuas mutaciones del paisaje urbano. Proceso que finalmente consolida un nuevo sig-

El paisaje recoje en su definición la carga

nificado de modernidad que sirve de base para

subjetiva del individuo por lo que se puede decir

el desarrollo de la ciudad y sociedad actual.

que en mayor o menor grado existe una idealización del territorio. Un ejemplo de esto son las

V. DESARROLLO

asociaciones de este territorio con ideas de di-

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

“Acueducto cerca de Roma”, pintura romántica de Thomas Cole.

vinidad a lo largo del tiempo. Se dice del hom-

relaciones entre los territorios y sus transforma-

bre que ”(…) su mirada selectiva e idealizadora

dores” (MADERUELO 2006: 235). Las ruinas

es quien convierte estos territorios en paisajes,

por ejemplo, han sido dentro de diversos mov-

en imágenes del paraiso (…)” (MADERUELO

imientos artísticos, motivo de interés y fuente de

2006: 238).

inspiración por la fuerte carga de información que estos representan.

Asi como no existe el lugar sin algo que exista en él, no existe el paisaje sin un sujeto

El paisaje es entonces, siempre, una con-

contemplador. Entonces, ese habitante primario

strucción humana tanto mental (de interpretación

del lugar se convierte en el actor que necesari-

perceptiva) como física, pues ese territorio ha

amente transforma su entorno en un paisaje

sido y esta siendo transformado por acciones

con el simple gesto de apropiarse de él (lo con-

del hombre, siendo tradicionalmente estas el

templa, dibuja, describe, recrea). Es por esta

factor transformador que actua de una manera

reciprocidad de términos es que ambos, lugar

más extensa y dinamica sobre él. El paisaje es

y paisaje, serán utilizados aquí como conceptos

la expresión sensible de las relaciones entre el

intrísecamente ligados.

hombre y el medio que conforma su cultura.

El paisaje es entonces, añadiendo una

Son estas transformaciones del territorio,

dimensión temporal, un archivo histórico de la

constantes a lo largo de la historia del hombre,

accion del hombre. “Las imágenes de los territo-

las que se verán alteradas en concepción y for-

rios, es decir, los paisajes, hablan fundamental-

ma por la llegada de la modernidad.

mente de sus transformadores, o mejor, de las

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Es a raíz del crecimiento de las ciudades

strucciones e infraestructuras que transforman

que este proceso de transformación de los lu-

radical y brutalmente el territorio hasta hacerlo

gares comienza a acelerarse potencialmente.

irreconocible.” (MADERUELO 2006: 249)

Nace paralelamente un creciente rechazo por lo

Si antes el ser humano forjaba, con su tra-

natural y, por oposición, el culto al artificio en

bajo, su religión y la tradición de generaciones,

las corrientes artísticas. Hegel justifica esto en

una identidad basada en ese lugar específico

que la superioridad de lo bello artístico sobre la

que habitaban, esto es reemplazado por un de-

belleza natural guarda proporción con la supe-

sarraigo cada vez mayor. El individuo no tiene

rioridad del espíritu y sus producciones sobre

más en sus manos la capacidad de forjar un

las de la naturaleza. Se entiende con esto el rol

destino si no es aquel que en la ciudad y socie-

protagónico del individuo, que tiene como desti-

dad le depara.

no conquistar los territorios implantando el hábitat que le es propio, aquel que él mismo crea: la

Sobre la modernidad

ciudad.

Se ha hablado del territorio y la posibilidad

Sin embargo, esta necesidad genera

de transformarlo. Esto de una manera casi atem-

una contradicción: “la idea de acotar o limitar

poral, o tan difuminada en el tiempo que no son

la proyección del hombre sobre el mundo en-

necesarias mayores explicaciones del contexto

tra en conflicto con su concepción como ser-

para entender la reflexión. Se reconoce instan-

en-el-mundo, que lo considera inseparable de

táneamente una manera tradicional y una seg-

su derredor” (MADERUELO 2006: 211). Las

unda que se caracteriza, hasta ahora, por ser

ciudades al volverse focos del desarrollo mod-

distinta a la primera. En las páginas anteriores

erno crean una disyuntiva entre las necesidades

quizás ya se ha transitado sobre la cronología

de la economía sustentadas en la utilidad y el

entera que esta investigación aspiraba recorrer.

provecho, y el ser humano y su tradicional en-

Es decir, desde un primer momento en que se

tendimiento del territorio y su rol en él.

reconoce una tradicional manera de relacionarse con el lugar que se habita, hasta una última

El individuo deja de ser el gran agente

instancia radical en que no se reconoce más

transformador de su entorno y se limita a aban-

ese territorio y se pierde total control sobre él.

donar territorios que si son convenientes para

Sin embargo, lo que motiva esta investigación

otro uso serán adquiridos y transformados a

es aquello que solo borrosamente se intuye en

una velocidad que no se compara con los tiem-

las explicaciones previas: el momento de tran-

pos geológicos o culturales con las que antes

sición entre lo antiguo y lo nuevo; o mejor dicho,

se habían dado las transformaciones. “No son

entre lo tradicional y lo moderno.

los habitantes o pobladores quienes participan con su trabajo personal en la evolución de las

Cada época tuvo una modernidad. La dis-

formas del territorio, sino empresas “deslocali-

tinción entre antiguo y moderno data de tiempos

zadas” que de forma anónima imponen con-

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

tan lejanos a nosotros como el siglo V, donde

ción de ideas nuevas acerca de cuanto aspecto

ya se empleaba el adjetivo latino “modernus”

abarcara la filosofía, el arte o la política, ¿en qué

para referirse a lo actual, lo presente, que está

forma la modernidad de Baudelaire presenta

siempre asociado a un pasado del que busca

una novedad? ¿Cuáles son las condiciones que

distinguirse. Esta lucha entre antiguo y nuevo es

nos llevan a afirmar que esta es, finalmente, la

constante a lo largo de la historia y, con ella, los

fuente del entendimiento actual del territorio y

intentos por desautorizar los métodos e ideas

nuestra visión del mundo de hoy?

antiguas en ventaja de las nuevas. Por ejemplo,

El académico alemán Hans Robert Jauss,

el Renacimiento es la modernidad que se im-

en Tradición literaria y conciencia de la moder-

pone al Medioevo y busca asociar esta etapa

nidad, señala que desde la antigüedad clásica

previa a la idea de oscuridad; o, en su momento,

hasta el siglo XIX, invariablemente lo moderno

la modernidad en forma de romanticismo que

al cabo de un tiempo se convierte en lo antiguo;

proponía una radical oposición al mundo de la

esa modernidad que queda libre es ocupada por

ilustración, la vuelta al individualismo del hom-

una nueva ideología y de este modo se esta-

bre y su forma de percibir e interpretar las ex-

blece la oposición antiguo/moderno como algo

periencias.

variable, que se substituye continuamente.

La modernidad que es asunto de esta

Sin embargo, es con el ensayo de Baude-

investigación es, precisamente, aquella que

laire “El pintor y la vida moderna” de 1863, que

se inspira en el mundo romántico y surge en

la modernidad se presenta por primera vez

oposición a la sociedad industrial del siglo XIX.

como un concepto autónomo, sustentado sobre

Como describe el poeta francés Baudelaire, no

sí mismo, equivalente a lo transitorio, lo fugitivo

es moderno el mundo nuevo de los descubrim-

y lo incierto. Esto quiere decir, que la idea de

ientos científicos y la razón crítica, sino el de la

progreso ya no requiere la sustitución de ide-

vida concreta y cotidiana del hombre en el mun-

ologías sino que es posible dentro de la misma

do contemporáneo, mundo siempre cambiante

modernidad, pues esta establece la renovación

y en continua transformación, que vive siempre

inmediata y constante como cualidad fundamen-

entre el pasado y el futuro pero condenado a

tal. Según el poeta, sucede que la modernidad

caminar en el presente buscando su identidad

rompe toda relación con su pasado, devorán-

en la fugacidad del día a día.

dose a sí misma al renovarse constantemente, negando la novedad del ayer:

La modernidad no se refiere aquí, pues, a un período histórico sino a una serie de con-

“¡Ay de aquel que estudie en lo antiguo otra

diciones en la vida del hombre que la hacen in-

cosa que el arte puro, la lógica, el método gen-

édita en confrontación a un momento anterior.

eral! Por mucho zambullirse, pierde la memoria

Pero esta última descripción, como hemos visto

del presente; abdica el valor y los privilegios que

antes, resulta vaga y genérica. Si existieron

aporta la circunstancia; pues casi toda nuestra

siempre modernidades que eran la introduc-

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

“Le Flâneur” dibujo de Paul Gavarni - 1842

originalidad proviene del sello que el tiempo im-

circunstancia. Busca algo que se nos permitirá

prime a nuestras sensaciones.” (BAUDELAIRE

llamar la modernidad (…)” (BAUDELAIRE 2011:

2011: 12)

10)

Esta modernidad se puede empezar a

Jean Jacques Rousseau coincide con

reconocer en ciertas condiciones que abarcan

Baudeliere y describe la modernidad como

todas las esferas de la vida cotidiana. La primera

la promesa de vida fundada en el dinamismo

es este dinamismo incesante que es principio y

temporal, el cambio perpetuo. Él escribe: “Es-

fin último de la modernidad; que hace que siem-

toy comenzando a sentir la embriaguez en que

pre se busque pero no la deja ser alcanzada.

te sumerge esta vida agitada y tumultuosa. La

Esta fugacidad inunda la vida del hombre hasta

multitud de objetos que pasan ante mis ojos, me

en sus aspectos mas banales.

causa vértigo. De todas las cosas que me impresionan, no hay ninguna que cautive mi corazón,

Baudelaire desarrolla a partir de esto el

aunque todas juntas perturben mis sentidos,

concepto de “flâneur”, tipología de hombre que

haciéndome olvidar quién soy y a quién perten-

el autor describe así: “De este modo va, corre,

ezco.” (BERMAN 2006: 4)

busca. ¿Qué busca? Sin duda, este hombre, tal como lo he pintado, este solitario dotado de una

Lo que nos lleva a la segunda condición

imaginación activa, viajando siempre a través

para la modernidad: el hombre sin lugar, desar-

del gran desierto de hombres, tiene un fin más

raigado de su entorno. El sociólogo alemán de

elevado que el de un simple paseante, un fin

finales del s. XIX y principios del s. XX, Georg

más general, otro que el placer fugitivo de la

Simmel, describe en su artículo “La Metrópolis y

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

la vida mental” (1903) al urbanita, persona que

dinámico encuentra su organización en la socie-

vive acomodada a los usos y costumbres de la

dad del consumo. Esta vendría a ser la tercera

ciudad, como un personaje que, tensionado por

condición de la modernidad: “La premisa de que

un ritmo vertiginoso e imposible de esquivar,

el progreso se traduce en la posibilidad abierta

comienza a configurar un tipo de personalidad

de un consumo ininterrumpido y creciente, for-

moderno, capitalista, indiferente y reservado; un

man parte del contexto ideológico de este pe-

tipo de personalidad caracterizado por la inten-

ríodo” (ELMORE 1993: 57).

sificación de los estímulos nerviosos.

El individuo que se ha descrito anteri-

Esta condición presenta una novedad re-

ormente encuentra en la escala de referencia

specto al mundo rural en tanto el hombre mod-

monetaria la objetivación y racionalidad ideal

erno requiere una cantidad de conciencia difer-

mediante la cual puede organizar las cuali-

ente de la que le extrae la vida rural, en donde

dades de todos los objetos que lo circundan. En

tradicionalmente construye sus relaciones y es-

palabras de Simmel, esto es que “el dinero hace

trecha lazos bajo la premisa de una cotidianei-

referencia a lo que es común a todo; el valor de

dad de hábitos ininterrumpidos. Esta conciencia

cambio reduce toda calidad e individualidad a la

diferente se refiere a la necesidad de enfrentar

pregunta: ¿cuánto cuesta?”.

la aglomeración de imágenes cambiantes y la

La sociedad de producción industrial

tajante discontinuidad de todo lo que capta una

deviene en una de consumo, y es alrededor de

sola mirada. Del hombre moderno se espera

esta que se crean las relaciones del individuo

que en él predomine el intelecto sobre los afec-

con su medio. “El sujeto del consumo no es el in-

tos y la reserva sobre el deseo de integración,

dividuo, sino el entramado de relaciones reales

para enfrentar los nuevos ritmos de la vida.

y simbólicas que éste mantiene y que Simmel

Entonces, el hombre moderno, por este

llama inauguralmente estilo de vida. El objeto

mecanismo, comienza a generar un cierto de-

del consumo no es el bien que se compra, sino

sarraigo de su entorno. Giddens lo explica

una red mayor de pautas culturales, de relatos

como descontextualización, que es el despegar,

y signos en la que los objetos se presentan y

arrancar la vida local de su contexto, y reem-

adquieren argumento, esto es, sentido.” (MARI-

plazarla por una cada vez más producida por

NAS 2000: 185).

lo translocal. Las condiciones particulares del

En general las teorías sobre esta materia

entorno ya no son determinantes para la vida,

en específico abundan; la sociedad capitalista y

por lo que el individuo moderno, que actúa con

de consumo es un tema que se desarrolla pa-

el entendimiento y el intelecto, fija sus propias

ralelo al tema de la modernidad pero que sin

condiciones en el mundo dinámico, y sobre ellas

embargo, para asunto de esta investigación,

construye una identidad.

resulta secundario. Lo que es fundamental,

El hombre desarraigado en el mundo

pues, es la afirmación de que tanto el mundo en

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

continuo cambio como el individuo que en él se

alidad el crecimiento exige y produce una nue-

consolida se reúnen en una sociedad de con-

va forma: «el carácter intelectual de la vida, el

sumo que crea sus propias lógicas y escala de

cálculo y la racionalización como un órgano de

valores.

defensa frente al desarraigo con el que le amenazan las corrientes y discrepancias de su me-

Estas tres condiciones tienen asociada

dio ambiente externo” (MARINAS 2000: 194).

una cuarta, y última, que las completa y a la vez las hace posibles: la ciudad. No hay mod-

Finalmente, la industrialización conlleva

ernidad sin ciudad. Es en ella donde se materi-

a que la fragmentada, deslocalizada sociedad

alizan todos los conceptos y donde ser moderno

encuentre en el consumo un común denomina-

finalmente encuentra su propósito: “La vida ur-

dor y a la vez la posibilidad de un nuevo orden

bana es el terreno en el cual esa visión mod-

de jerarquías. “Los pasajes comerciales y las

erna – adepta a la velocidad, los contrastes, las

nuevas avenidas son el emblema de ello. En el

novedades y la simultaneidad – encuentran su

plano de los sujetos, supone el revestimiento

realización.” (ELMORE 1993: 77).

íntimo de una urbanidad metropolitana: es un espacio múltiple y multiforme de relaciones y de

Es a raíz de la Revolución Industrial que

consumo; pero también de nuevas formas de

crece la hegemonía de las ciudades: las indus-

dependencia y subordinación; los estilos men-

trias se emplazan en ellas ofreciendo un am-

tales del mercantilismo”. (MARINAS 2000: 193).

plio mercado de trabajo, lo que motiva a que la gran fuerza de producción, la mano obrera

Dentro de esta dinámica, la ciudad es prin-

tradicionalmente agraria, migre, cambie su ofi-

cipio esencial, por ser el mercado y, justamente,

cio y forma de vida tratando de ser parte de esta

propiciar los encuentros entre todo tipo de per-

modernidad.

sonajes, poniendo en evidencia, dentro de un mismo espacio, la posibilidad de múltiples reali-

La ciudad es, repasando las condiciones

dades que convergen.

que se ha ido mencionando, aquel escenario donde la vida dinámica adquiere su espaciali-

Resulta evidente, entonces, que la ciudad

dad, y en donde termina de concretar la separ-

no solo es el escenario de una modernidad efer-

ación con las lógicas del lugar tradicional: “Ser

vescente, sino que es ella misma la que incita

citadinos supone, entonces, haber internalizado

el surgimiento de todas las condiciones que se

ritmos y actitudes del todo extrañas al mundo

reconocen inherentes al mundo moderno.

agrario, que en este caso representan a la

Sobre el inicio del siglo XX y las visiones de la llegada de la modernidad a Lima.

tradición.” (ELMORE 1993: 77). Es también el medio por y en el que el hombre moderno se forma: “la ciudad como re-

La ciudad de Lima fue, desde tiempos de

sultado del proceso productivo que en la actu-

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Plaza de armas con los primeros faroles a gas y sin pavimentar -1855

Municipalidad y plaza de armas pavimentada - 1860

la conquista, una referencia principal en el con-

citado por Santiago Antúnez de Mayolo en su

tinente sudamericano y la más importante en el

trabajo “La génesis de los servicios eléctricos

país. De todas las ciudades del Perú, la capital

de Lima”, existían instaladas en la ciudad 2,203

era la que tenía mayor conexión con las corri-

lámparas de gas, con 5,219 luces en las casas

entes globales de pensamiento; asi como era

particulares, edificios públicos y calles, en estas

la que presentaba el más grande potencial de

últimas a razón de cuatro faroles por cuadra.

convertirse en una gran urbe moderna. Las con-

La llegada de esta primera corriente mod-

diciones para la modernidad que se han descri-

ernizadora tiene su explicación en las inmigra-

to comienzan a tomar lugar en Lima no mucho

ciones europeas que se dieron motivadas por

después de su original concepción. A mediados

la bonanza económica de las exportaciones del

del siglo XIX, la llegada de la modernización es

guano a partir de la década de los cuarenta del

el primer paso en el que se comienza a generar

siglo XIX, así como las facilidades para recibir la

un cambio en el pensamiento sobre el paisaje

nacionalidad y establecer empresas.

urbano, es decir, sobre la percepción de la ciudad.

Lima era una ciudad de extranjeros. Su status de ciudad importante y capital fue siem-

En 1855, el presidente Ramón Castilla in-

pre adjunto a esta presencia. En esto, la colo-

augura el primer sistema de alumbrado público

nia y los primeros años de la república no pre-

a gas en virtud de lo cual se tendieron los prim-

sentan mayores diferencias. “Con nada se ha

eros postes en la Plaza de Armas y, por primera

manifestado el Perú desde sus primeros días de

vez, se dispuso el área de jardines ya que hasta

vida propia tan constante, tan uniforme, ni tan

esa fecha la plaza era un gran terreno sin mayor

entusiasta como la idea o mejor dicho, como el

pavimento.

sentimiento de la inmigración europea”. (Arona

En 1857, según cifras de Atanasio Fuentes,

1891: 49)

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

“El hombre de luces y principios” caricatura de L. Williez sobre Ramón Castilla y el alumbrado de gas y los trenes.

Este entusiasmo tenía sus raíces en la

El segundo acontecimiento fue la de-

profunda admiración de la cultura europea, la

molición de la muralla de Lima en vista de una

cual se difundió significativamente en nuestro

futura pero pronta necesidad de expandirse, aún

continente y fue de capital influencia sobre todo

cuando los habitantes de la ciudad entonces se

para las élites dominantes. Sin duda, se asoció

estimaban en unos cien mil.

la presencia de éstos al trabajo esforzado y al

El final del siglo está marcado, pues, por

progreso, al desarrollo económico y cultural.

la llegada de estos cambios, que aunque to-

“La comunicación y su creciente evolución de-

davía no significan una diferencia a gran escala,

terminó la divulgación en América de modos y

comienzan a cambiar la imagen de la ciudad.

usos europeos, y pronto se identificó el viejo

Estos cada vez más participan en la vida cotidi-

continente como la cuna de todos los progresos

ana de las personas, que se benefician con las

y lo europeo fue símbolo de civilizado” (Lexus

comodidades que la nueva tecnología les ofrece

200: 951).

y sienten que la modernidad está a la vuelta de

Dentro de esta corriente modernizadora,

la esquina.

en la década de los sesenta del siglo XIX, se

Inicia el siglo XX de esta manera: el alum-

suman al alumbrado de gas dos importantes ac-

brado a gas es reemplazado por el eléctrico, es

ontecimientos. En primer lugar, se inaugura el

introducido el automóvil y los tranvías son reem-

primer tranvía jalado por caballos (“tranvía de

plazados por unos que funcionan también con

sangre”) que cubría rutas de limitada longitud

electricidad. Estos extienden de manera regular

llamadas rutas urbanas.

su servicio a los balnearios de la ciudad, comen-

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Tranvía de sangre en el tramo Descalzos-Exposición

Inicios del s. XX, tranvía electrico al lado de carroza tirada por caballos. Letrero delante del tranvía: “Sale este Carro”.

zando por la ruta Lima-Barranco inaugurada en

pueblo que antes viviera en una eterna parsimo-

1904, que poco después se extiende a Chorril-

nia aldeana. Ya se edificaban nuevos palacios

los.

y nuevas residencias, conocidos bajo el común denominador de «ranchos». Aquella temporada

“Osila (Barranco) estaba en plena con-

veraniega prometía ser de un brillo excepcional

moción. Ese tranvía traería, por la facilidad

y en su despacho parroquial don Fernando de

del viaje, nuevas gentes que, a su vez, trae-

las Casas se espantaba. ¡Más gente y más ba-

rían nuevas corrientes revitalizando al humilde

rullo! ¡Ave María!” (ADÁN 1997: 223-224).

- 15 -


LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Antiguo camino a Magdalena rebautizado como Av. Brasil en 1908.

Automóviles en frente del antiguo Palacio de Gobierno- 1920’s

Peter Elmore, dramaturgo y crítico literario

aspectos que, por su escala y alcance, solo pu-

peruano, escribe a propósito de estas innova-

eden ser satisfechos a través de compañías es-

ciones tecnológicas que “en la capital, más que

pecializadas.

en ninguna otra parte del país, el espacio que

Es a partir de este momento que Lima em-

la gente debe confrontar se vuelve, sobre todo,

pieza su vertiginoso crecimiento, y con esto, el

un paisaje hecho por el hombre y sus produc-

dinamismo moderno toma presencia en la vida

tos: el sujeto urbano experimenta la naturaleza

cotidiana. La esencia de esto es capturada por

sólo en tanto ésta es elaborada por la cultura,

Peter Elmore en un comentario sobre el person-

transformada por la mediación de un trabajo es-

aje principal de la novela “Duque” de José Diez

pecializado y anónimo” (ELMORE 1993: 41). No

Canseco: un muchacho limeño de clase alta que

son los inventos en si, sino lo que representan

regresa a la capital tras concluir sus estudios

para la ciudad. Los postes de alumbrado públi-

en Europa y se encuentra con este panorama

co, los rieles y cables eléctricos del tranvía, las

de efervescencia. Elmore escribe sobre él que

vías pavimentadas configuran una nueva ima-

“caminar a la deriva, con una atención libre-

gen, donde cada vez más se reconoce la mano

mente flotante, le permite asistir a la continua

del hombre. Además, aumenta la cantidad de

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Jirón de la unión – finales del s. XIX

Jirón de la unión – 1920

metamorfosis del paisaje.” (ELMORE 1993: 77).

B. Leguía. Lima crece de 881 a 2037 hectáre-

La única manera que hay, pues, de apropiarse,

as, respaldada por la eficiencia de los medios

de entender aquello que sucede alrededor es

de transporte que permitieron un progresivo

sin detenerse a entenderlo. La modernidad na-

desplazamiento hacia el sur: los antiguos bal-

ciente se vive, no se contempla ni se reflexiona,

nearios crecen y comienzan a ser habitados

y va más rápido que cada uno. Es interesante

permanentemente. Pronto ocurrió que “el sorti-

también reflexionar sobre el hecho de que es

legio aldeano de Lima desapareció para hacer

este personaje, que es casi un extranjero (ha

de ella una ciudad sin carácter, y mucho de la

vivido y se a formado afuera), el elegido por el

vieja y dulce personalidad limeña se ha ido tras

autor para retratar la modernidad; es en él en

el penacho arrebatador del progreso”. (GALVEZ

quien esta se manifiesta en su más puro sen-

1957: 164)

tido.

José Carlos Mariátegui comenta en su liDe la mano de este dinamismo incontrola-

bro “7 ensayos de interpretación de la realidad

ble vino el boom urbanizador que se desató du-

peruana”, que data de 1928, sobre este fenó-

rante los años veinte en el gobierno de Augusto

meno de expansión de la ciudad:

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Lima - 1935.

Construcción del actual palacio de gobierno, detrás de la fachada antigua. Inaugurado en 1938.

“El espectáculo del desarrollo de Lima en

ridas en automóvil a sesenta u ochenta kilómet-

los últimos años muestra a nuestra impresioni-

ros por hora, persuaden fácilmente a un limeño

sta gente limeña a previsiones de delirante opti-

(…) de que Lima sigue a prisa el camino de

mismo sobre el futuro cercano de la capital. Los

Buenos Aires o Río de Janeiro” (MARIÁTEGUI

barrios nuevos, las avenidas de asfalto, recor-

1984: 217)

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Propaganda de la urbanización Risso en la Av. Leguía (Av. Arequipa)

Propaganda de la urbanización El Leuro (Miraflores)

Estas previsiones parten todas de la im-

ya no pudimos hacer correr sobre su corriente

presión física del crecimiento del área urbana.

nuestros barcos de papel. La hacienda «San-

Se admira la multiplicación de los nuevos sec-

ta Cruz» fue cediendo sus potreros donde se

tores urbanos y, aunque sea solo en idea, ya

trazaban calles y se sembraban postes eléctri-

se empieza a constatar que Lima, dentro de su

cos. Hasta la huaca Juliana fue recortada y al

movimiento de urbanización, quedaría pronto

final quedó reducida a un ridículo túmulo sin

unida con Miraflores y Magdalena. Julio Ramón

grandeza, sin misterio.” (REYES 2006: 162-163)

Ribeyro describe precisamente la urbanización

Mariátegui afirma que las urbanizaciones

de Miraflores en su novela “Los Eucaliptos”:

trazaban en el papel la superficie de una urbe de

“Con el tiempo, nuestro barrio se fue

al menos un millón de habitantes. Sin embargo

transformando. Bastó que pusieran luz eléctrica,

el censo de 1920 indica la existencia de apenas

que el servicio de agua potable se regularizara,

228 740 habitantes, por lo que los dos procesos,

para que las casas comenzaran a brotar de la

el de aumento demográfico y el de urbanización,

tierra, como yerbas de estación. Por todo sitio

no coinciden. El proceso de urbanización, pues,

se veían obreros cavando fosas para los cimien-

no responde a la necesidad estricta de vivien-

tos, levantando muros, armando los encofrados.

das, sino a una expectativa que avanza por su

Los corralones fueron demolidos, los terrenos

propia cuenta.

de desmonte arrasados. La gente del pueblo

Entonces, se trata de un afán de expan-

huía hacia los extramuros portando tablones y

sión que de alguna manera representa la car-

adobes para armar por otro lugar sus conventil-

rera por conquistar una modernidad que, como

los. Las grandes acequias fueron canalizadas y

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Bajada de Armendáriz, 1945. Ejes principales: Av. La Paz (avenida arbolada) y Av. Armendáriz (que va en línea recta paralela al mar)

se dijo antes, lleva en su esencia el no poder ser

que el progreso y la modernidad han llegado

superada.

para quedarse, mientras que por el contrario, el campo, el espacio des-urbanizado, representa

Esta imposibilidad resulta, sin embargo,

el atraso, la rudimentariedad.

poco o nada relevante para la realidad concreta de la ciudad, cuya imparable expansión comien-

A partir de esta disyuntiva, se produce un

za a alterar a mayor escala el espacio rural que

cambio en el rol del campo en relación a la ciu-

la circunda. “El signo de ciudad era el de un cre-

dad. Durante las primeras décadas del siglo XX,

cimiento continuo, el de la construcción de un

los límites entre la ciudad y el campo eran clara-

nuevo paisaje urbano que relegaba a los lugares

mente diferenciados. “Los moradores de Lima

tradicionales y se extendía al campo aledaño.”

de la década de 1920, por el contrario, podían

(ELMORE 1993: 197). El valor positivo que

aún reconocer en su experiencia cotidiana la

adquiere la ciudad justifica que sea necesario

proximidad del campo: en los alrededores de

que esta alcance, con sus ritmos y tecnología,

Lima habían 238 fundos” (Burga y Flores Galin-

todo territorio cuanto sea posible. La extensión

do, 13). Martín Adán en “La casa de Cartón”

de este se convierte en la evidencia física de

retrata la existencia de la delimitación entre lo

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Izquierda abajo, el cerro San Cosme comenzando a poblarse. Detrás, el cerro El Pino aún despoblado. Derecha abajo, el mercado mayorista de Lima. Fotografía enfoca hacia el sur de la ciudad. 1949.

rural y lo urbano con una simple frase: “Tú pien-

idea de límites internos, que sirve de referencia

sas en el campo lleno y mojado, casi urbano si

para delimitar los recorridos cotidianos, siempre

se mira atrás, pero que no tiene límite si se mira

dentro del universo urbano.

adelante, por entre los fresnos y los alisos, a la

El campo aledaño a Lima se comienza a

sierra azulita” (ADÁN 1997: 19).

entender como algo que está en repliegue; el

Sin embargo, pronto la urbanización pro-

viaje al campo representaba una salida de la

vocó que los límites comiencen a ser difusos.

civilización, en vez de una experiencia ordinaria

Estos ya no necesariamente eran ensayados

de la ciudad. Este cambio en el rol del campo

por un individuo a lo largo de su jornada diaria,

respecto a la ciudad genera una suerte de re-

sino que se podía realizar todas las actividades

gresión sobre la vida campestre, pero no por la

sin dejar de estar en un área que tuviera siem-

añoranza de la vida y dinámicas agrarias sino

pre una relativa urbanización. Sucede entonces

por la pérdida de la experiencia social que rep-

que los bordes rurales dejan de ser una referen-

resentaba.

cia cotidiana para los moradores de Lima. En su

Como se ha visto, la modernidad exige la

lugar, en términos prácticos, las fronteras recon-

existencia en la ciudad, por lo que la vida ru-

ocibles funcionan al interior de la urbe. Nace la

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Miraflores 1940. Al centro de la fotografía, la clínica Angloamericana. La vía que parte del centro inferior es la actual Av. Lord Cochrane y se muestra intersectando a la Av. Pardo y Aliaga. Arriba a la izquierda el principio del Olivar y al centro derecha el Óvalo Gutiérrez cortado. La fotografía enfoca hacia el nor-este.

ral no fue nunca una alternativa sino algo que

na, pero a la vez, donde se exigen cada vez más

se sabía estaba por extinguirse; sin embargo,

los favores que la tecnología ofrece.

la aristocracia encuentra en él una manera de

Sobre la migración y el cambio en el paisaje urbano.

evocar su pasado latifundista. “Parecen haber reemplazado a la ciudad colonial por los balnearios idílicos de la infancia, últimos rincones

Según el Perfil social-demográfico de Lima

donde pervive un cierto espíritu colonial en el

Metropolitana realizado por el INEI en 1996, en

sentido de imágenes urbanas anteriores al ad-

1940 la capital contaba con 661 508 habitantes

venimiento de la modernidad” (REYES 2006:

de los siete millones censados en total, es decir,

182-183)

el 9.4% de la población nacional. Dentro de la ciudad en dicho período, a la vez, se identificaba

De esta manera, en Lima el campo pasa

como población urbana a 614 354 habitantes,

a ser un elemento más de la vida dentro de la

el 92.9% de la población total de la ciudad. Los

modernidad: es el lugar donde artificial y mo-

datos indican sin lugar a dudas que Lima, a

mentáneamente se retarda la velocidad citadi-

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

pesar de estar aún en proceso de expansión,

desde los primeros años de la república, es-

era en esencia un espacio urbano, aún cuando

trechamente ligada al estado. La revolución de

el volumen de habitantes que poblaba la ciudad

independencia no constituyó, como se sabe,

era relativamente bajo para la extensión del ter-

un movimiento indígena: la promovieron y

ritorio.

aprovecharon principalmente los criollos y españoles de las colonias. El discurso de la revolu-

El rol del estado desde el oncenio de

ción proponía, sin embargo, la redención del in-

Leguía había sido el de apoyar la modernización

dio, cosa que nunca se concretó en la práctica.

de la ciudad. El afán urbanizador, como se dijo

“La aristocracia latifundista de la colonia, dueña

antes, no respondía necesariamente a una de-

del poder, conservó intactos sus derechos feu-

manda tangible de habitación y servicios, sino

dales sobre la tierra y, por consiguiente, sobre el

más bien a una expectativa subjetiva de que con

indio.” (MARIÁTEGUI 1984: 47).

ella la ciudad avanza hacia la modernidad. Se explicó también cómo esta expectativa nace del

La república aristocrática que comenzó

propio espectador y la vida cotidiana en la urbe,

con Nicolás de Piérola a fines del siglo XIX y

y se retroalimenta por dinámicas como el con-

terminó luego del oncenio de Leguía en 1930,

sumo, que hace de la ciudad el espacio físico

apoyó la modernización en tanto aseguraba la

de la oferta y la demanda, o el desarraigo, por

continuidad del beneficio económico: “El opti-

el que el hombre moderno se establece según

mismo limeño respecto al porvenir próximo de

la conveniencia que le representa un lugar, más

la capital se alimenta, en gran parte, de la con-

que por el vínculo de tradición con este.

fianza de que esta continuará usufructuando largamente las ventajas de un régimen cen-

Sin embargo, estas explicaciones no son

tralista que le asegura sus privilegios de sede

suficientes para graficar la complejidad que se

del poder, del placer, de la moda, etc. Pero el

va trazando en el espacio urbano de Lima. Para

desarrollo de una urbe no es una cuestión de

esto, es necesario identificar de qué manera la

privilegios políticos y administrativos. Es, más

transformación de la ciudad es entendida por los

bien, una cuestión de privilegios económicos.”

diferentes agentes que en ella intervienen.

(MARIÁTEGUI 1984: 231)

En primer lugar, el estado es el principal

Para la aristocracia, al igual que para el

canalizador tanto de las aspiraciones locales

estado, modernidad y modernización son con-

como de las tendencias globales. En este pe-

ceptos equivalentes. La apariencia superficial

ríodo, el estado asumió el rol de agente mod-

de Lima era suficiente para afirmar que se vivía

ernizador. Las obras abarcaron desde edificios

en la modernidad, mientras que el sistema, he-

públicos hasta infraestructura vial, siempre sigu-

cho para beneficiar a la pequeña élite, no sufría

iendo la tendencia de expansión hacia el sur.

alteración alguna. La modernidad de esta clase estaba sustentada en la forzada exclusión de

Luego, la aristocracia limeña estuvo,

mayorías. Un ejemplo de esto es el derecho a

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Country Club de Lima, desde distintas perspectivas - 1930’s

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Discurso de Augusto B. Leguía en la Universidad Mayor de San Marcos

ocio y recreación, no garantizan la conformación

voto: la constitución de 1860 permitía a los in-

de una sociedad moderna” (REYES 2006: 128).

dios propietarios o contribuyentes sufragar, sin

Es, pues, en ellos donde la modernidad adquiere

embargo en 1895 se dicta una ley que reduce

su sentido más superficial y a quienes la mod-

el cuerpo electoral a los ciudadanos en ejercicio

ernización quiere vender la idea de que se vive

que sepan leer y escribir. Además, se añade el

al mejor estilo de las urbes globales.

hecho de que desde el comienzo de la república y sobre todo a lo largo de la república aristocráti-

Por otro lado, a inicios del siglo XX, se

ca las elecciones habían sido fraudulentas.

promovieron reformas universitarias dentro de la universidad de San Marcos que permitieron

La modernidad para esta clase no repre-

el acceso a la educación de la clase media y

senta, pues, un cambio fundamental de su rol en

popular, que hasta entonces tenían presencia

la ciudad, ni una repartición más equitativa de

minoritaria en dicha universidad. La moderni-

los favores políticos y económicos; el conservar

dad para la clase media se instaura, pues, como

intacto su espacio se convierte en la prioridad.

la posibilidad de una educación asequible así

“Y es que los cambios políticos, económicos y

como de organización política y gremial en los

tecnológicos no marchan al mismo ritmo que los

diferentes sectores, que comienzan a jugar un

de la mentalidad y los usos y costumbres de la

rol cada vez más importante en la ciudad. Es-

sociedad. La implantación de un nuevo patrón

tas organizaciones más adelante en la historia

urbanístico, la disponibilidad de la tecnología

serán fundamentales para lograr cambios en el

más avanzada, el uso de modelos sociales cos-

ambiente social y político nacional.

mopolitas, la introducción de nuevas formas de

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Además, dentro de esta clase social se

nación colonial, fuera de la ciudad la aplicación

forman pequeñas fortunas producto del desar-

de estas normas era incompleta y deficiente. En

rollo industrial y comercial. En “Prisiones junto al

el sur andino peruano, son los gamonales, tér-

mar” de Armando Bazán se cuenta que “Don Au-

mino acuñado a finales del siglo XIX con que se

gusto Leguía quiso fomentar la industrialización

denomina a los hacendados sin casta ni mayor

en el país y formar una burguesía moderna,

educación, los que concentran el poder a cos-

emprendedora para enfrentarla a nuestros re-

ta de expropiar por medios ilícitos y violentos

calcitrantes latifundistas (…) Esas gentes eran

a los comuneros de los ayllus indígenas. Los

profesionales jóvenes, abogados, médicos, ing-

gamonales representan “la existencia del poder

enieros, gente de clase media, en su mayoría.

local: la privatización de la política, la fragmen-

Toda una esperanza. (Sin embargo) Se hicieron

tación del dominio y su ejercicio a escala de un

burgueses para vivir a sus anchas, pero no para

pueblo o de una provincia...” (Flores G. 1988:

dirigir empresas de engrandecimiento nacional”.

290).

Nace la nueva burguesía cuyo espacio en

La escasa presencia del estado en la sier-

la ciudad estaba marcado por la intención de

ra permite que en ella subsistan con mucho más

reproducir la forma de vida europea, como era

arraigo y fuerza los residuos de la feudalidad es-

habitual en la clase aristocrática. Justamente,

pañola. “Saboteados por la clase encargada de

la imitación de clases superiores hace que se

aplicarlos, durante mas de un siglo han sido im-

adopte la exclusión de masas como pauta para

potentes para redimir al indio de la servidumbre

diferenciarse de ellas, pues, finalmente, el juego

que constituía un hecho absolutamente solidario

de apariencias se basa en que no es la clase

con el del feudalismo” (MARIÁTEGUI 1984: 36).

social lo que los pone por encima de los otros

La llegada del siglo XX no significó un

sino sus propias actitudes y comportamientos.

cambio en las dinámicas de las comunidades:

Por último, el rol de la clase popular en

“El gamonal de hoy, como el “encomendero” de

este contexto radica en que constituye, en gran

ayer, tiene sin embargo, muy poco que temer de

medida, un nuevo tipo cultural: el “hombre de

la teoría administrativa. Sabe que la práctica es

raíces andinas que, transformado por su experi-

distinta.” (MARIÁTEGUI 1984:41). La posición

encia en Lima, retorna a su lugar de origen como

de este personaje como centro de la producción

agente de una modernidad alternativa.” (EL-

y dominio de la tierra invalida inevitablemente

MORE 1993: 101). Para entender esto mejor, es

toda ley u ordenanza de protección indígena,

necesario primero analizar las condiciones en

pues su subsistencia se asegura en el manten-

que la vida en el Ande se desarrollaba durante

imiento de la ignorancia del indio y de cualquier

la época republicana.

medio que asegure su dependencia.

A pesar de que en Lima las leyes habían

Dentro de este contexto, el estado no rep-

abolido oficialmente cualquier vertiente de domi-

resenta, pues, ningún referente ni es agente

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

modernizador, por lo que son los mismos po-

La importancia del nuevo tipo cultural, el

bladores, movidos por la emulación y compe-

mestizo en Lima orgulloso de sus raíces andi-

tencia con otros pueblos, los emprendedores de

nas e identificado con la utopía revolucionaria,

una primera transformación: la construcción de

no está, en este primer momento, dentro de la

caminos que conectan Lima con el interior del

ciudad, sino a partir de lo que en ella absorbe:

país. Con esto, se dejan las puertas abiertas ha-

en la interiorización de todas esas condiciones

cia una modernidad que tomaba forma dentro

que los hace citadinos y modernos, y el poten-

de las fronteras de la capital.

cial que esto representa.

Antes de la migración interna que comien-

En este contexto se da la masiva mi-

za a darse en la década de los cuarenta, la expe-

gración hacia la capital. El INEI registra en dicha

riencia urbana había significado para el todavía

época una tasa de crecimiento poblacional para

limitado grupo de agricultores o campesinos

Lima de 5,1%, y continuará aumentando hasta

de origen andino que radicaban en la ciudad

el período entre 1961 y 1972 en el que se llega a

un cambio en la forma de entender sus posibi-

un pico de crecimiento de 5,5%. La ciudad pasó

lidades de desarrollo. Contrarios a la opresión

de tener 0,6 millones de habitantes a 1,9 mil-

que eran sometidos, eran ahora concientes de

lones en veinte años (censos de 1940 y 1961).

su individualidad, de sus derechos y deberes,

Este fenómeno de explosión demográfica

y habían acogido vehementes la libertad que la

conlleva un cambio drástico en la imagen de la

ciudad garantizaba. “Hablar en voz alta, afirmar

ciudad. El proceso de urbanización se ve en-

la propia presencia en el espacio social, es lo

frentado a la proliferación de barrios obreros y

que define culturalmente la novedad en estos

ocupación de espacios de la ciudad. En ellos se

mestizos” (ELMORE 1993: 122).

manifiestan las más duras condiciones de ex-

Estos individuos, transformados por la ex-

istencia, sin embargo la idea del progreso, de

periencia en la ciudad, regresan a su lugar de

modernidad, es inseparable de la de ciudad. Es

origen siendo portadores de una novedad, una

este el único lugar en que es posible un futuro

nueva actitud que contrasta radicalmente y en-

prospero.

tra en conflicto con lo que hasta entonces se

La deslocalización que significa abando-

daba en el entorno andino: “(…) los chalos llega-

nar el tradicional lugar habitado para instalarse

dos de Lima imponen su condición de individuos

en barrios urbanos temporales, como se pensa-

con derechos: en ellos, la igualdad formal que

ban en un principio los pueblos jóvenes, provo-

la constitución del país proclama adquiere una

ca una alteración profunda en la propia esencia

resonancia subversiva.” (ELMORE 1993: 123).

del migrante, así como en el entendimiento de

La modernidad aquí se presenta justamente

la ciudad.

como esto: la apertura a la posibilidad del cambio social, de agrupación en masa, de protesta.

La alteración profunda se da pues se trata

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Fotografía al pie del cerro El Agustino enfocando hacia el sur de la ciudad. Abajo derecha: Av. Riva Aguero. Luego, el eje diagonal hacia el centro derecha de la foto es la Av. 28 de Julio que intersecta la anterior Av. Riva Aguero y la av. Nicolás Ayllón (Carretera Central) que continúna hacia la izquierda a los pies del cerro. En el centro de la fotografía, distrito de La Victoia.

de la ruptura del nexo íntimo entre el poblador

dad buscando naturalmente un mejor futuro

que con su trabajo se dedica a transformar el

para él y su familia, se ve trastocado en lo más

lugar en el que habita, basando en eso toda su

fundamental de su naturaleza, y se ve forzado

concepción de sí mismo, su identidad, su noción

a buscar una nueva identidad en ese territorio

de permanencia y de unidad. La raza andina

inexplorado que es la ciudad.

es “una raza de costumbre y de alma agrarias

El distinto entendimiento de la ciudad, por

(…) este despojo (de la tierra) ha constituido

su parte, se manifiesta en las mutaciones del

una causa de disolución material y moral. La

paisaje urbano. Hasta ahora, Lima había crecido

tierra ha sido siempre toda la alegría del in-

al margen de la columna vertebral de los andes

dio. El indio ha desposado la tierra. Siente que

y con la mirada puesta en la clase gobernante

“la vida viene de la tierra” y vuelve a la tierra.

y en el escenario internacional. La ciudad de la

Por ende, el indio puede ser indiferente a todo,

modernización, la del superficial progresismo de

menos a la posesión de la tierra que sus manos

la aristocracia se vio afectada por una realidad

y su aliento labran y fecundan religiosamente”

completamente ajena a la suya.

(MARIÁTEGUI 1984: 48-49). Aquel poblador que, inconsciente de todo esto, migra a la ciu-

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Asentamiento en Pamplona 1971

Primeros asentamientos de Villa el Salvador. 1971

Ocurre que se expanden los antiguos

bres, muy rápidamente asumió la modalidad de

asentamientos dentro de la ciudad, como el

urbanización por barriadas como una válvula

Agustino, Rímac y La Victoria, y paralelamente

de escape a la presión popular por vivienda.”

se crea un nuevo patrón de ocupación. A par-

(BARREDA 2004: s/n). Recién a partir de las

tir de 1954, con la invasión de Ciudad de Dios,

políticas que oficializan los asentamientos es

ubicada en lo que hoy es el centro del distrito

que se habla de esta forma de ocupación como

de San Juan de Miraflores en el Cono Sur de

un fenómeno trascendente y definitorio para la

Lima, las barriadas se empezaron a emplazar

urbe.

fuera del casco urbano de la ciudad, en terrenos

El eje de la clase alta y media termina de

de muy bajo o nulo valor de mercado, de propie-

consolidarse al sur de la ciudad mientras que el

dad del Estado. Este, “incapaz de satisfacer la

casco antiguo y norte sufre la multiplicación de

demanda de vivienda de los sectores más po-

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

Ciudad de Lima - 1960

industrias, principalmente en las avenidas Colo-

campo. Es decir, aparecen fronteras personales

nial, Argentina y Venezuela, y barriadas, sobre

que utilizan ciertos hitos o avenidas de la ciu-

la matriz de la carretera a Atocongo hacia el sur

dad como referencia para determinar una zona

de Lima, la carretera a Canta hacia el norte, y la

de movimiento frecuente o incluso de cono-

carretera central hacia el este.

cimiento de la ciudad. Esto busca separar de la cotidianeidad, ignorar siempre sin éxito la orda

Finalmente, estos cambios en el paisaje

de transformación que se lleva paralelamente,

urbano son la representación de los conflictos

el crecimiento desbordado de las zonas popu-

entre los distintos agentes y las diferentes vi-

lares de la capital. Este panorama se entiende

siones, pensamientos sobre la ciudad.

en un estracto de “Conversación en la catedral” de Mario Vargas Llosa, de 1969:

Para la clase alta y media, Lima se aleja irremediablemente de los modelos cosmopoli-

“Hay hombres tumbados al pie del monu-

tas que habían tratado de emular y que consid-

mento y a su alrededor un muladar de colillas,

eraban el ideal del progreso, asi como la vida

cáscaras y papeles; en las esquinas la gente

y costumbres que evocan un pasado señorial

toma por asalto los ómnibus maltrechos que

se ven radicalmente limitadas. Un ejemplo claro

se pierden envueltos en terrales en dirección a

de esto es la aparición de estrechos límites in-

la barriada; un policía discute con un vendedor

ternos en reemplazo de la idea tradicional de

ambulante y las caras de ambos son odiosas y

límite, constituido por el borde entre ciudad y

desalentadoras y sus voces están como cris-

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LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

padas por una exasperación vacía” (VARGAS

Con esto se respalda sin lugar a dudas la

LLOSA 2004: 30)

posición jerárquica de Lima como espacio urbano principal. Las búsquedas de modernidad

Y, pues, por el otro lado, dentro de los

ocurren en mayor escala y encuentran su reali-

nuevos asentamientos, la comunidad andina que

zación en el territorio de la capital: las barriadas

apenas arriva comienza la lucha por establecer

se asientan definitivamente y las clases de may-

un lugar a partir del cual, y como hace tradi-

or nivel socio-económico encuentran continua-

cionalmente, pueda fundamentar su identidad.

mente manera de crear espacios que simulen el

Se trata, pues, no sólo de la presencia física de

imaginario que tenían de ciudad ideal. Sin em-

estos migrantes en la ciudad sino básicamente

bargo, en ambos casos estas son realizaciones

de la presencia de las más diversas culturas an-

incompletas.

dinas, que buscan reproducir sus costumbres y dinámicas en un entorno que propone, por pro-

En el último ejemplo, se adoptan exitosa-

pia naturaleza, condiciones distintas a las tradi-

mente los conceptos de clubes, urbanizaciones

cionales en forma concreta (entorno urbano) y

cerradas, balnearios, etc. como espacios en

pensamiento (modernidad).

donde se segregan las realidades, donde se crea un sub-mundo artificial en base a las ideas

Sobre el nuevo significado de modernidad

de lo que, en el pensamiento de este grupo social, la ciudad debería ser, influido siempre por la copia de los cánones cosmopolitas a gran es-

Es en este desencuentro que se desen-

cala. En la medida que se note su diferencia, se

vuelve la historia de Lima de las últimas déca-

condena al ridículo o al kitsch, o para traducirlo

das del siglo XX, y con ella la consolidación de

a términos limeños, al ridículo de la huachafería.

un nuevo sentido de modernidad.

En el otro extremo, el limeño decendiente

La tasa de crecimiento demográfico anual

de migrantes, o sea la segunda generación es

de la ciudad había descendido en los años se-

creadora de una nueva cultura urbana basada

tenta hasta ubicarse en un 3,9%, gracias a la

en la fusión de, por un lado, la reinterpretación

evidencia de las decadentes condiciones de

de los esquemas y costumbres tradicionales, y

vida y el paralelo surgimiento de núcleos pro-

por el otro, la imitación de modelos, actitudes

vinciales, aunque en pequeña escala, como fo-

citadinas impuestas por las clases altas. La

cos de atracción. Sin embargo, según el censo

única posibilidad de ser un ciudadano moderno

de 1972, Lima bordeaba ya los 3.5 millones de

en una ciudad periférica es, justamente, la imi-

habitantes, el 24.2% de la población nacional de

tación.

la época, y luego, solo nueve años más tarde, se marcaría la cifra record de aproximadamente

Lo que nos lleva a la contradicción funda-

4.8 millones (censo de 1981), que representaba

mental de que “si la modernidad se funda en el

el 27,2% de la población total del país.

imperativo del cambio permanente, en la ininter-

- 31 -


LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

rumpida invención de lo nuevo, entonces la co-

por lo tanto, miméticamente, con una subordi-

pia no pasa de ser un atajo ilusorio: en su afán

nación inconsciente y feliz.

de hacerse moderno, el imitador exhibe su pro-

La incapacidad de ironía, por su lado,

vincianismo (ELMORE 1993: 72).

añade una cualidad importante: no es provin-

Este último concepto es definido por Fer-

ciano aquel que únicamente siente atracción

nando Pessoa en su artículo “El provincianismo

por la novedad tecnológica, o por la complejidad

portugués” de 1928. El individuo provinciano se

y escala de la urbe, sino a quien le es imposi-

identifica por tres síntomas: el entusiasmo y ad-

ble reconocer las anteriores características en si

miración por los grandes medios y las grandes

mismo. En el punto contrario, “el sujeto irónico

ciudades, la fascinación y afán por el progreso y

afirma su identidad en el desdoblamiento: de

la modernidad, y la incapacidad de ironía.

algún modo observa a los demás y a si mismo desde afuera, desde la exterioridad de su inteli-

“Madame Bovary sufre en su mundo es-

gencia” (ELMORE 1993: 72). La cura del provin-

trecho y provinciano. Pero si hubiera tenido la

cianismo es, pues, saber que existe.

oportunidad de trasladarse a París, su dicha no hubiera durado mucho. La alineación habría

En Lima se reconoce una especie de pro-

sido el precio por disfrutar de un grado mayor

vincianismo en todas las búsquedas de mod-

de libertad. Ella misma y sus hijas “desarraiga-

ernidad, en relación a modelos tanto globales

das” probablemente habrían concebido la idea

como tendencias que las diferentes esferas de-

de que, después de todo, el viejo mundo provin-

terminan; es decir, volviendo sobre un ejemplo

ciano tenia sus aspectos positivos, que en esa

anterior, la pauta que marca la clase social alta

época se daban por supuestos hasta el extremo

será para las más bajas el horizonte de referen-

de pasar inadvertidos” (BERGER 1997: 84, 85)

cia para medir sus actitudes y aspiraciones.

Uno admira solo aquello de lo que no es

La modernidad toma un nuevo significado

partícipe. El provincianismo proviene de aquel-

a partir de la mutación del paisaje urbano, como

los que no construyen la modernidad o los

materialización de los distintos pensamientos

avances tecnológicos. “Los civilizados crean el

sobre la ciudad.

progreso, crean la moda, crean la modernidad;

Este nuevo significado de modernidad

por eso no les atribuyen mayor importancia. Na-

está marcado por aumento cualitativo y cuan-

die atribuye importancia a lo que produce. Quien

titativo de pluralización gracias al crecimiento

admira la producción es el que no produce”

demográfico, la migración, fenómenos asocia-

(PESSOA 2005: s/n),

dos a la urbanización, la pluralización física y

El ser provinciano consiste, pues, en pert-

demográfica y la economía de mercado e indus-

enecer a una civilización sin tomar parte en el

trialización, que obliga a personas al azar a in-

desenvolvimiento superior de ella; en seguirla,

terrelacionarse. “El individuo crece en un mundo

- 32 -


LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

en el que no existen valores comunes que de-

1997: 79). Sucede, como escribe Octavio Paz el

terminen la acción en las distintas esferas de la

“tránsito del antiguo sistema de valores funda-

vida, y en el que tampoco existe una realidad

dos en un absoluto, es decir en una meta-histo-

única idéntica para todos” (BERGER 1997: 61) v

ria, al relativismo contemporáneo”, por lo que se genera un alto grado de inseguridad, tanto en

El pluralismo moderno conduce, pues, a la

la orientación de las acciones individuales como

relativización total de los sistemas de valores y

de la vida entera.

esquemas de interpretación, y se genera lo que el sociólogo Peter Berger define como “crisis de

Finalmente, todo esto no supone la neg-

sentido”. En sus ideas, este “sentido” se explica

ación de la modernidad como se precisó ante-

como la conciencia de que existe una relación

riormente. Las preexistencias de la ciudad, el

entre las experiencias del individuo; y para que

dinamismo, el desarraigo y el consumo son las

exista, es necesario un cierto grado de coheren-

condiciones primeras que permiten la definición

cia entre la comunidad de sentido que se anhela

del nuevo significado de modernidad, basado

y la que se alcanza.

en el pluralismo, la imitación, la inseguridad y la necesidad de continua redefinición del rol en

Por todo lo que se ha descrito, resulta

la ciudad. En los dos casos, además, existe la

difícil, sino imposible, asegurar esta coheren-

radical oposición a la tradicional lógica de ar-

cia en la realidad de la sociedad Limeña com-

raigo en el lugar.

pleta, así como imponer en ella, de un modo monopólico, “sistemas localizados de sentido y

Este panorama que se consolida en Lima

valores”. Es decir, no se puede establecer una

no le es, sin embargo, exclusivo. Aún cuando en

escala común de valores ni una orientación ho-

Lima se da un encuentro de culturas particulares,

mogénea de todas las experiencias que conver-

y la fusión que es producto de la adaptación de

gen en el mismo lugar, sino que se forman en

ellas es también específica y propia, las condi-

versiones fragmentadas.

ciones de esta nueva modernidad pertenecen a una globalización imparable y avasalladora.

Además, en general, se socava el cono-

Una vez más, resultan irrelevantes las condi-

cimiento dado por sentado, el carácter incues-

ciones específicas del lugar y su contexto (por

tionable del orden tradicional: “Por ejemplo, se

ejemplo, de qué ciudad se trata o qué culturas

supone que el rol del esclavo nunca fue agrada-

se reúnen en ella y conforman su universo plu-

ble. Sin embargo, por ingrato que pueda haber

ral), para que el resultado, la dirección hacia la

sido, los individuos que lo desempeñaron vivían

que apunta su desarrollo, marque una tendencia

en un mundo estable y claramente reconocible

global y genérica (la pluralización). La moderni-

en el que podían orientar su conducta, sus ex-

dad de hoy, pues, implica necesariamente esa

pectativas y su identidad con cierto grado de

escala global en donde el nuevo arraigo se da

confianza. No estaban obligados a redefinir dia-

hacia las ciudades, como concepto genérico, y

riamente el sentido de su existencia.” (BERGER

es a partir de estas mismas que se generan las

- 33 -


LIMA Y LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO EN LA TRANSFORMACIÓN

condiciones que determinan el desarrollo de las

Las transformaciones del pensamiento y

sociedades actuales.

consiguientes mutaciones del paisaje que ocurren en Lima durante el siglo XX son el resultado

VI. CONCLUSIONES

de los diferentes entendimientos que las clases sociales adoptan sobre la modernidad. Todos

La modernidad conlleva a una nueva con-

estos llevan la condición común de estar ba-

figuración social del sentido de la vida humana.

sados en la copia o emulación sistemática de

Analizar la transformación del pensamiento es

condiciones. No hay una adopción completa

fundamental pues las estructuras de la sociedad

de los ritmos citadinos, de lo que ser urbano y

se crean en las estructuras de la conciencia.

moderno significa, sino una translocación de esquemas tradicionales a un entorno ajeno a ellos.

La fundamental posibilidad de transformar

La perdida del lugar significa pues la pérdida de

el territorio sobre la cual se basa la identidad

lo auténtico y la imposibilidad de ser modernos,

tradicional es reemplazada por una modernidad

en el sentido estricto de que esto requiere la

cimentada en condiciones que se oponen a es-

renovación constante, la incesante creación de

tas lógicas, como el dinamismo de la vida co-

novedad.

tidiana, el hombre desarraigado de su entorno, la sociedad del consumo y la existencia en la

Finalmente se consolida un nuevo signifi-

ciudad como causa y contenedor de ellas.

cado de modernidad, basado en la imitación de modelos, la inseguridad, la continua necesidad

La modernización es en Lima, en un prim-

de reafirmar la identidad en el espacio urbano

er momento, la apertura hacia esa modernidad

y el pluralismo. Todas estas cuestiones no se

que buscaba convertir a la capital en una urbe

oponen a las condiciones de modernidad es-

de escala global; así como fue el motor de la

tablecidas en el primer momento, sino que son

gigante transformación que trajo consigo una

una evolución natural de ellas, producto de la

gama de posibilidades, una pluralidad tanto de

fusión de entendimientos y mutaciones del

sistemas tecnológicos como de configuraciones

paisaje urbano.

social. “Los proyectos destinados a restaurar el “viejo y añorado mundo” entrañan casi siempre

Por último, este nuevo significado marca

la supresión o la limitación del pluralismo. Y con

la tendencia hacia la globalización sin importar,

justa razón, ya que el pluralismo sugiere con-

una vez más, las preexistencias del lugar es-

stantemente alternativas; las alternativas obli-

pecífico. Es decir, a pesar de la carga histórica

gan a la gente a pensar, y en el acto de pensar

particular de un lugar, no se puede evitar ser

se socava los cimientos de todas las versiones

parte de la escala global en que el mundo es

de un “viejo y añorado mundo”. Esto es: el su-

considerado el día de hoy, y que es el motor de

puesto de su incuestionable existencia.” (BERG-

las dinámicas de la metrópoli y de la sociedad

ER 1997: 85)i

actual.

- 34 -


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