CHASQUI 4 El Mensajero de los Peregrinos y Peregrinas del 5QR Desde los Andes – Amazonas, 2010 – 2012
Juntos vamos al Encuentro Planetario en la Mitad del Mundo en junio 2010 Por el Abrazo de las Culturas en una sociedad en Paz
Apreciados Amigos Espirituales, ¡PASH… IN LAK’EH…! ¡…HACEMOS UN ÚLTIMO LLAMADO AL Q’AWCHI RAYMI…! Se aproxima la fecha del encuentro en los Altos Andes para realizar el quinto peregrinaje mayor de la Edad Acuariana. Contribuiremos así al asentamiento definitivo de la energía espiritual, (antes centrada en los Himalayas, que corre de este a oeste, en sentido horizontal), en la cordillera escogida ahora por las Leyes evolutivas planetarias como refugio de la alta espiritualidad y su asamblea de sabios: los Andes Centrales. El peregrinaje del Kumbha Mela en la India se verifica cada 12 años, ciclo del planeta Júpiter en su traslación alrededor del Sol, procurando que esté atravesando la constelación (no el signo) de Acuarius (como ocurrirá ahora, tomando en cuenta la precesión
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equinoccial.) Decenas de millones asistían hasta el río sagrado Ganges y a los Himalayas, y siguen asistiendo, a ese místico festival. Era una preparación y un anuncio para la llegada de la Nueva Edad del Aguador, Acuarius, ciclo evolutivo favorable para la evolución humana. Ahora ya estamos en esa Edad, cambia entonces el rumbo y sentido del Peregrinaje. Para nosotros, este peregrinaje al Ande es confirmación del ascenso del Sur al ceder el Norte su hegemonía, ante el advenimiento del nuevo ciclo civilizador (iniciado en 1948, al pasar el Sol, debido al movimiento de precesión equinoccial, a la constelación de Acuarius después de haber atravesado Piscis durante los últimos dos mil años.) Para los astrónomos el punto vernal aún se encuentra a 23º de Piscis, (Agua), según ello faltan 7 grados para que pase a Acuarius (unos 500 años), pero toda teoría debe ser confirmada por los hechos, y éstos confirman que estamos en la Era del Aire y no del Agua: comunicaciones por el aire, vuelos al espacio, combates aéreos, etc. Además, la división del cielo en constelaciones que hace la astronomía actual no es la misma de los antiguos, que era por campos energéticos y no por límites de espacio, como las fronteras entre países; ello aleja de la concepción antigua. Toda teoría debe ajustarse a los hechos, y no al contrario. Kumbha Mela en el antiguo idioma sánscrito de la India significa el Festival del Cántaro (Acuarius, Kumbha.) Ahora usamos el término andino (del idioma quechua o runa simi, hablado durante la época incaica y todavía por millones de personas en los Andes y el Amazonas): Q’AWCHI RAYMI: Fiesta del Cántaro. Al peregrinar al Sur contribuimos a orientar las mentes hacia esas cumbres nevadas, nueva morada de la asamblea planetaria de sabios, manantial de una espiritualidad actualizada, iluminada, unida a lo humano, a lo social, a lo natural, sin divorcios con la Realidad en la que estamos inmersos. No se trata de un concepto o creencia, sino de una ley evolutiva cósmica que se cumple por encima de conceptos y credos; ley escrita con luz estelar en el Libro de los Cielos, el Zodíaco ancestral. (Zodíaco: Ronda de Animales…) Acuarius, el Aguador Celeste (Ganímedes en la mitología de la antigua Grecia), es el único signo humano pleno del Zodíaco (Géminis está representado por una pareja infantil de gemelos, Virgo es una sirena, y Sagitario un centauro.) De pie o postrado, derrama desde su cántaro o cáliz (el misterioso santo Grial o Graal, perdido y ahora “reencontrado” en el cielo…) sobre la Tierra, el agua de la sabiduría que calma la sed para siempre (Acuarius es signo de Aire.) Dos características, entre otras, emergen de ese simbolismo: un nuevo humanismo, centrado, universal, por encima de doctrinas e ideologías, y la sed y hambre de sabiduría de la Humanidad acuariana, que será saciada abundantemente por los Educadores Iniciados del futuro, los Aguadores del saber real, que
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conduce a la Iluminación y a la Liberación de la conciencia crística, del estado búdico latente en cada ser. El foco generador de la nueva cultura acuariana es Amerikua (nombre maya), ya no Eurasia, que le correspondió ser centro de la Era de Piscis. La cordillera de los Andes (que va de sur a norte, en sentido vertical), va asumiendo su rol precursor de los nuevos tiempos. Su energía, ahora reactivada, desciende hacia los pueblos, manifestándose inicialmente en movimientos sociales, económicos, políticos, ideológicos. Luego lo hará en una corriente colectiva de expansión y madurez de conciencia, orientada hacia una visión unificada de Humanidad, de Madre Tierra y de Cosmos, con la consiguiente responsabilidad, como hermanos mayores, hacia los demás seres vivos. La decadencia de la sociedad actual, pisceana, en su última etapa materialista, belicosa, viciada, anti ecológica, moralmente frágil, se compensa con el ascenso de la primera etapa acuariana: movimientos por la paz, por el acercamiento y la unificación, por el ecumenismo, por el respeto y recuperación de la ecología, de la naturaleza, del ambiente, la salud, la ayuda internacional a pueblos afectados, la educación generalizada, y tantas otras expresiones de una conciencia solidaria. Movimientos que toman forma institucional en la O.N.U., la UNESCO, la O.E.A., la Cruz Roja Internacional, organismos regionales Internet, etc. Las nuevas generaciones, nacidas dentro de la Edad Acuariana, manifiestan cada vez con más intensidad ese ascenso de conciencia, y la vida los va preparando para tomar en sus manos el destino de los pueblos. Todavía ese movimiento regenerador de la especie humana, palpada en tantos cambios que ocurren año tras año en la sociedad, necesita del nuevo enfoque espiritual. Nueva espiritualidad que se ha ido manifestando progresivamente en la difusión del saber, en tantas búsquedas y grupos que de una u otra manera contribuyen a la superación humana. Son pasos precursores hacia la gran transformación. ¿Será esto suficiente? NO, hay problemas que se agravan, las soluciones no están a la altura de las exigencias y crisis contemporáneas, parecen más bien parches, remiendos, medidas transitorias que no satisfacen a la nueva humanidad hoy en marcha. Las corrientes espirituales contemporáneas aún no tienen un papel preponderante en la vida de los pueblos, se desenvuelven en espacios limitados, faltan conductores, guías ilustrados; y las viejas doctrinas místicas carecen de vigor, sobre todo de visión de futuro, pues lo que hacen es preservar la herencia del pasado, con una tendencia conservadora; ello les impide actualizarse, transformarse, acoplarse a las nuevas tendencias y aspiraciones, al ritmo revolucionario, uraniano, de un futuro hermoso que ya se vislumbra.
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Quien mira hacia atrás se convierte en estatua de sal, se momifica espiritualmente. Veamos y caminemos hacia adelante. El pasado como herencia debe ser abono para la siembra futura, no odre viejo. Lo dañino del pasado no pasará por las aduanas del mañana, sus tesoros hermosos, su herencia cultural y espiritual, sí, pues siempre lo nuevo se alimenta de lo antiguo, pero sin copiarlo. La Nueva Humanidad presentará su propia acepción de la cultura y de la vida, tiene derecho a realizar su sueño, como lo hicieron las pasadas generaciones. Faltan hoy hombres y mujeres de nueva levadura, con clara conciencia de hacia donde están empujando las circunstancias actuales a los pueblos. Por supuesto, no hacia un final apocalíptico de la vida en la tierra, sino hacia el “fin de UN mundo”, de una época, de una civilización, como tantas veces ha ocurrido a través de las edades. Todo lo que un día nace o empieza, otro día ha de morir o terminar, ley evolutiva que se aplica también a las civilizaciones, como la historia lo demuestra, y como ocurre con la actual. Mientras tanto, la nueva ya da sus primeros pasos. En este período transitorio entre dos Eras: la envejecida civilización pisceana y la incipiente civilización acuariana, debemos cuestionarlo todo, hacer una revisión crítica del pasado, en lo individual como en lo social, para determinar el saldo favorable, los vacíos, los puntos pendientes, analizar las tendencias actuales, así tomar decisiones conscientes, basadas en el conocimiento, no en suposiciones, para poder enrumbar las gentes hacia la “tierra prometida”, un mundo armonioso, hermoso, constructivo. Inclusive la obra misma del fundador o mensajero de la Edad Acuariana, Venerable Maestre Dr. S. R. de la Ferriére, necesita ser cuestionada, revisada, rectificada y ratificada, para fortalecerla, pues luego de 63 años (desde el comienzo de la Era, en 1948) no ha dado los frutos esperados. Sus dirigentes y miembros no han estado a la altura de la visión que presenta el Maestre, sin darse cuenta han actuado influidos por el espíritu pisceano, se han encapillado, esa obra no ha trascendido a la sociedad. Sus escritos no llegan al gran público ni su mensaje ha sido convertido en esa espiritualidad social que él promovió hasta su desaparición física (1962.) La generación de relevo no está siendo preparada adecuadamente. Las academias iniciáticas no están funcionando, no hay una coordinación de los innumerables grupos y personalidades que trabajan por el bien humano en todos los campos. Siendo Acuarius la era de la velocidad, las seis décadas pasadas se fueron pasivamente, se desperdició tiempo, recursos, esperanzas y esfuerzos por falta de preparación integral, de visión y de dirección correctas. En verdad no se puede ser muy exigente al respecto, pues los pioneros del Acuarius no recibieron el entrenamiento necesario para asumir tan altas responsabilidades, han puesto su buena voluntad y hecho
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cuanto estuvo a su alcance, si no dieron la talla es en parte por el conjunto de circunstancias en que la llegada de la Era sorprendió a los pueblos. Tal vez pase largo tiempo antes de que surjan apóstoles, educadores, con potestad para encaminar los pueblos al viaje de retorno al paraíso original. ¡Sin embargo, que esto no sea excusa para cruzarse de brazos! Estamos en el período inicial, de siembra, y nuestros nietos han de recibir una cosecha hermosa; de lo contrario sufrirán el haberles legado un mundo en ruinas, y la conciencia histórica nos reclamará el haber faltado al deber social. Nadie puede hoy rehuir su responsabilidad ante los desafíos contemporáneos. ¡Ahora o nunca! Este tiempo es decisivo. El que trabaja por la nueva Edad debe ser exigente consigo mismo, rebelde con causa, dinámico, revolucionario. En una palabra: uraniano. Lo antes expuesto nos lleva a una conclusión que a la vez es una determinación: En esos hermosos parajes andinos, llenos de magia y de historia sagrada, de recuerdos de pueblos que fueron dirigidos sabiamente, durante el Q’awchi Raymi es perentorio que oigamos la voz de la sabiduría perenne que hablará por boca de los guardianes de los tesoros ancestrales, así regresar con esa orientación, con las instrucciones apropiadas para corregir y enrumbar nuestras vidas a una plenitud de conciencia, y luego presentar a la sociedad el mensaje renovador con acciones concretas en todas las vertientes del humano vivir: LA REEDUCACIÓN DE LA HUMANIDAD A TRAVÉS DE UNA ESPIRITUALIDAD SOCIAL, no de una mística individualista exaltadora del ego, del pequeño yo, soñadora, artificiosa, sino de un misticismo cósmico, telúrico y humanista, imbuido de afán creativo, con voluntad de transformaciones profundas, de cambios radicales para el bien general, una revolución que brote del corazón, no de las balas, sino de vidas ejemplares, en consonancia con la energía propia del planeta Urano, regente del signo de Acuarius y por lo tanto de la Nueva Edad Acuariana. Sea éste un último llamado a hacer acto de presencia participativa en el ceremonial de purificación planetaria en preparación al Anuncio Maya para el 2012 como parteaguas para la Humanidad. Llamado a comprender la trascendencia y gravedad de los hechos y de los grandes cambios inminentes, y nuestra responsabilidad ante todo ello. La presencia ha de ser en forma de participación activa, sea directamente en los lugares escogidos en los Andes, el Amazonas y la costa durante el Q’qwchi Raymi, o indirectamente, no por eso menos importante, en casa, para quienes no asistan a ese escenario. La forma de participación ya ha sido explicada en los comunicados y mensajes anteriores. Todas las voluntades deben unificarse, sin egoísmos ni sectarismos, en un solo gesto de amor crístico y de compasión búdica para que el descenso del rayo galáctico ocurra armoniosamente, sin ese caos producto de la incomprensión,
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del egoísmo y la falta de fe, para la salvación de la Humanidad en este inminente parto de los cielos en la Tierra. ¡No cruzarse de brazos, hay que intervenir decididamente; la suma de las buenas voluntades individuales se constituirá en una comunidad llena de poder para la implantación del mundo de paz y belleza tan anhelado! ¡La fe en el porvenir de la Humanidad removerá todos los obstáculos que se oponen a la felicidad de los pueblos! ¡Los escépticos estorban, que se echen a un lado! ¡Paso a los vencedores! ¡Ya los Grandes Maestros no pueden esperar ni callar más! Cada día se hacen más graves las crisis sociales y ambientales, más urgente la necesidad de una transformación de fondo, más necesaria una dinámica espiritual de personas y agrupaciones afines, y una toma de decisiones radicales para tender un puente sobre este abismo que separa un mundo agónico de aquel que está dando sus primeros brotes. A medida que nos acercamos al 2012-2013, se van resquebrajando las viejas estructuras sociales que parecían sólidas, y se asoma la visión de lo que viene en las mentes de los más preclaros. Esas situaciones son síntomas de lo que está en gestación, como dolores de parto según el Apocalipsis. El desenlace desembocará en el caudaloso surgir de la cultura acuariana como imperativo cósmico, mandato divino que nadie ni nada podrá detener. Sus precursores ya están aquí… Un movimiento juvenil internacional será en esa fecha la aurora del nuevo día. La llamada “profecía” maya, que es más bien cálculo astronómico de ciclos evolutivos terrestres, va demostrando su verdad en todo cuanto viene aconteciendo planetariamente, en la naturaleza y en la vida de los pueblos. Los acontecimientos mundiales se mueven en espiral ascendente hacia cambios profundos, de conciencia y de estilo de vida, gracias a la energía luminosa que viene del corazón de nuestra galaxia llamada Vía Láctea, corazón que es su centro crístico; energía que neutralizará todos los daños, contaminantes, desequilibrios y sus causas; las primeras oleadas van llegando suavemente, removiendo cuanto obstruye el fluir de las corrientes evolutivas, preparando el gran impacto de la Luz mayor hacia fines del 2012 o principios del 2013, que provocará gradualmente el ascenso de la Humanidad hacia dimensiones de alta conciencia espiritual. Acontecimiento que yo llamo el Pentecostés Universal.
¡Que así sea! ¡OM TAT SAT! PASH…
¡AL LAK’EN…!
Mérida, Venezuela, mayo 2010 – Mes de Géminis, Año 63 en Acuarius El Rector de la Soberana Orden Solar de Chichán Itzaab, Titolopochtli, Ajook Oolal, Domingo Días Porta domingo.diasporta@gmail.com
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