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ESTO SÍ ES AMOR

Mis amigos y amigas lectores del Boletín Salesiano, reciban mi cordial saludo como cada mes, saludo que preparo dejando que hable un corazón que desea seguir mirando el mundo salesiano con esa esperanza y certeza; la misma esperanza y certeza que tenía don Bosco cuando vislumbraba que juntos podíamos hacer mucho bien, y que el bien que se hace hay que darlo a conocer. He leído ya, antes de escribir mi saludo, todo el contenido del boletín salesiano de este mes. Siempre me lo ofrecen con antelación para que pueda también yo escribir lo que considere acorde con la temática.

Me ha gustado mucho el boletín de este mes, con toda su diversidad, con el precioso testimonio de cómo se puede ser muy salesiano desde la entrega cotidiana en el oratorio salesiano en cada patio, en cada lugar donde niños y adolescentes - y los jóvenes que los animan - encuentran un reducto para disfrutar de la vida, un espacio saludable y educativo, un lugar que ofrece enseñanzas para la vida y para darle sentido de la misma, un rincón de fe - si así uno lo desea.

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Hace diez días llegaba una mujer con once niños y niñas. Ella sola, sin ninguna ayuda, había atravesado varias regiones llenas de peligro para ella y para los niños; había recorrido a pie más de 700 kilómetros a lo largo del último mes y el grupo de niños iba creciendo a lo largo de la travesía.

Hace diez días llegaba una mujer con once niños y niñas. Ella sola, sin ninguna ayuda, había atravesado varias regiones llenas de peligro para ella y para los niños; había recorrido a pie más de 700 kilómetros a lo largo del último mes y el grupo de niños iba creciendo a lo largo de la travesía. Y es a esto a lo que me quiero referir, porque esto es HUMANIDAD y esto es AMOR. Esta mujer llegaba a Uganda con once infantes bajo su amparo, y a todos los presentó como sus hijos; seis eran sus hijos, tres eran hijos de su hermano que había fallecido recientemente y de los cuales se había hecho cargo, y otros dos eran pequeños huérfanos que encontró por el camino, solos, sin nadie, y naturalmente sin ningún tipo de documentación (¡¡¡quién puede pensar en papeles y documentación cuando falta lo más esencial para vivir!!!). Ahora todos son hijos de esta heroína.

Pues bien, al mismo tiempo que con dolor y preocupación he leído la crónica sobre Sudán, donde la situación de todos es muy difícil - problemática que también afecta a la comunidad y a la familia salesiana -, hoy deseo ofrecer otro hermoso testimonio, aunque esta vez yo no he sido testigo presencial, sino que relato lo que se me ha compartido.

La escena se desarrolla en Palabek, Uganda, donde simultáneamente llegaban los primeros refugiados hace ya cinco años y nosotros, salesianos de don Bosco. La tienda de campaña era el alojamiento, y la capilla para orar y celebrar las primeras eucaristías eran la sombra de un árbol. Allí, a Palabek, cada día llegaban cientos y cientos de refugiados de Sudán. En primera instancia era a causa del conflicto en Sudán del Sur, años después siguen llegando, ahora debido al conflicto en Sudán (se entiende del norte).

Quien me contó lo que ahora les narro fue el Consejero General para las Misiones, quien había ido a Palabek días antes para seguir acompañando esa presencia salesiana en un campo de refugiados donde ya son decenas de miles las personas las que se encuentran acogidas.

En alguna ocasión se le ha dado el calificativo de ¡MADRE CORAJE! (mamma coraggiosa) a alguna madre que se ha dejado la piel por defender a un hijo hasta el final. Pues en este caso yo deseo atribuir a esta mamá de once hijos el título de “Madre Coraje”, pero sobre todo MUJER QUE SABE MUY BIEN -en las entrañas de su corazón -, LO QUE ES AMAR, quizá hasta que duela, porque ella vive y ha vivido en la más absoluta indigencia con estos once hijos.

Bienvenida a Palabek ¡Mamá coraje! (mamma coraggiosa). Bienvenida a la presencia salesiana. Sin duda que se hará todo lo posible para que a esos niños y niñas no les falte alimento, un lugar donde jugar, reír y sonreír - en el oratorio salesiano -, y una plaza en nuestra escuela.

Este es el bien sencillo y silencioso que don Bosco hacía. Este es el bien que juntos hacemos porque, ¡creanme!, sentir que no estamos solos, tener la certeza de que muchos de ustedes ven con agrado y simpatía el esfuerzo que cada día hacemos en favor de los demás, nos da también mucha fuerza humana, y sin duda el Buen Dios la hace crecer.

Les deseo un buen verano. Sin duda que el nuestro, el mío también, será más sereno y cómodo que el de esta mamá de Palabek, pero creo poder decir que habiendo pensado en ella y en sus hijos hemos tendido, de alguna forma, un puente.

Sean muy felices.

Por lo regular, el desarrollo de la ciencia y de la tecnología impacta a la humanidad suscitando también múltiples interrogantes y posturas contrapuestas.

Los Salesianos de Don Bosco, por vocación, por carisma y por misión, hemos de estar siempre a la vanguardia, actualizándonos, pero manteniendo continuamente un sentido crítico ante los avances que la tecnología pone al servicio de la sociedad; sobre todo, cuando las propuestas guardan relación con la educación de la juventud y de la familia. Esta es la herencia recibida del Santo de la juventud, quien, en su tiempo, supo colocarse en la delantera, manejando la típica resistencia al cambio, haciendo muy buen uso de los avances científicos del momento. Por ejemplo, supo adoptar la imprenta y una fábrica de papel como sus mejores aliadas para ofrecer a los jóvenes lecturas y contenidos de calidad.

Por lo regular, el desarrollo de la ciencia y de la tecnología impacta a la humanidad suscitando también múltiples interrogantes y posturas contrapuestas. Todas estas son reacciones muy humanas ante lo, relativamente, nuevo; como lo es el caso de la Inteligencia Artificial (IA), la cual ha suscitado: sospecha, indiferencia, e incluso, aceptación acrítica.

En la vida, no todo es inocuo o imparcial, siempre hay intereses de por medio; si extrapolamos esto al mundo de la IA, el resultado no es diferente. Hay que reconocer que en esta época se está abriendo un capítulo extenso dentro del mundo de las tecnologías de la comunicación y en todos los ámbitos del conocimiento humano.

La nueva revolución de la IA está abriendo, también, un amplio capítulo dentro de la automatización de las áreas sociales, industriales y laborales. Sé que la Iglesia tendrá una aliada importante en el ámbito de la catequesis y de la evangelización; y de la educación en general, como, por ejemplo, el cuidado de la persona y de la salud. La aplicación en salud, tanto física como mental, será algo extraordinario; tanto por la velocidad y la precisión del diagnóstico y de la detección de enfermedades, como por la optimización de la atención clínica, la facilitación del desarrollo de estudios y medicamentos, y el reforzamiento de la investigación, apoyando las intervenciones de salud pública o contribuyendo al autocuidado de la salud, entre otras muchas aplicaciones.

Pero no se pueden ignorar los riesgos y los desafíos que se plantean desde el plano ético, por ejemplo: su seguridad; el peligro de que se hallen sesgos, tanto en la obtención de datos, como en su clasificación o accesibilidad; o que se empleen con fines meramente económicos; así como su repercusión medioambiental.

¿Superará la IA al ser humano? Al menos en este caso, la criatura no superará a su creador. Porque todo lo que desde la IA se realice es debido a un mandato, a un comando o a un ordenamiento humano. Pretender posicionar la criatura sobre su creador generaría, sin lugar a dudas, serios problemas éticos y morales. Ciertamente, para salvaguardarse de este riesgo real, se requiere de un ordenamiento en los ámbitos jurídico, moral y ético. Ya se están dando pasos en este sentido - a pesar de que no son suficientes -, los cuales, con el pasar del tiempo, se irán cualificando y adaptando a las diversas circunstancias.

Cualquier sistematización encaminada a atrofiar las habilidades y capacidades humanas a causa del avance tecnológico puesto en marcha, y sin el criterio adecuado, tiene que ser monitoreada con mucha atención, e incluso, en algunos casos, impedida. Esta nueva técnica, bien aplicada y acompañada, puede ofrecer crecimiento y calidad a los procesos educativos, pero también puede generar graves problemas a una serie de competencias que la persona debe desarrollar.

Algunos ejemplos de los problemas éticos más comunes con los que nos podríamos encontrar son: resultados sesgados y una tecnología de motores de búsqueda, la cual no es neutral, ya que depende de los clics; esta es una manera sutil de mantener prejuicios en el mundo real, lo que podría acentuar la desigualdad entre hombres y mujeres.

Sin lugar a dudas que la preocupación ética, al menos en Europa, está conduciendo a crear marcos jurídicos para proteger el desarrollo sano de esta tecnología. En efecto, desde el año 2019 se han publicado directrices éticas que buscan promover una IA fiable, que asegure la licitud y lo conductual o lo ético. El pionero de la IA en España, Ramón López de Mántaras, considera que: “los ingenieros de IA deberían firmar una especie de juramento hipocrático de buenas prácticas”.

El éxito, en el uso de esta nueva oferta tecnológica, consiste en una supervisión humana continua y rigurosa para certificar tanto la solidez técnica como la seguridad y privacidad; es decir, proteger la intimidad y la calidad de los accesos legitimados. Asimismo, asegurar la transparencia y la accesibilidad a todo público; en otras palabras, legitimar la diversidad, evitando la discriminación y promoviendo la equidad. Ha de buscar siempre preservar el medioambiente, certificar la rendición de cuentas y la responsabilidad sobre los resultados.

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