Escritores invisibles

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cuasi adultez POR ESCRITORES INVISIBLES

Un proyecto de Revista Delirantes



cuasi adultez POR ESCRITORES INVISIBLES

Compilaciรณn por Diana ร lvarez Valente y Valeria Robles Becerra

Un proyecto de Revista Delirantes


Cuasi adultez Para el proyecto literario de Escritores Invisibles© de Revista Delirantes© Compilación por Diana Álvarez Valente y Valeria Robles Becerra Primera edición en México: mayo, 2017 Fotografías por Diana Álvarez Valente

Queda prohibido bajo las sanciones establecidas por las leyes, escanear, reproducir total o parcialmente esta obra por cualquier medio o procedimiento, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo público sin previa autorización.


“I don’t give a damn, except that I get bored sometimes when people tell me to act my age. Sometimes I act a lot older than I am - I really do - but people never notice it. People never notice anything.” J.D. Salinger, The Catcher in the Rye



sobre escritores invisibles Estaría cool que este concepto se tratara de escritores que literalmente son invisibles, pero no. Decidimos llamar así a un grupo de jóvenes millennials, que entre sus actividades cotidianas se encuentra escribir. Este grupo comparte varias características, todos viven en León, Gto., tienen entre 20 y 24 años, y lo más importante: su pasión por la escritura y la poca difusión de sus textos.

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un par de cartas

Desde hace algunos años me entretengo escribiendo. A veces no hay ni siquiera una historia o tema, sólo palabras al azar que no tienen ningún sentido unidas. De alguna manera, escribir me hace sentir más liviana, es una sensación parecida a cuando te haces un corte drástico de cabello. Cuando Diana me propuso hacer un producto editorial, me pareció una idea brillante, pero a la vez me preocupaba meter la pata porque siempre me preocupa meter la pata y porque además, se trata de un ámbito muy especial para mí. Afortunadamente las cosas se dieron bien. Conocí a un grupo de jóvenes con quienes comparto varias anomalías y demás características para nada anormales, leí sobre temas que me apasionan y me siento cool con los resultados. Me sorprendí bastante cuando los participantes escogieron un tema del cual he estado escribiendo durante el último año desde distintas perspectivas. No mentiré, la cuasi adultez me parece agobiante, pero es inevitable. Es agradable ver las distintas perspectivas que tienen estos chicos con los que comparto tanto. Creo que es bastante emocionante ver cuando la gente hace lo que les apasiona y de verdad espero que siempre puedan hacerlo. En cuanto a Diana, fue lindo habernos roto la cabeza mil veces juntas, tratando de hacer que las piezas embonaran. Ojalá, al igual que yo, encuentren algo de ustedes en las siguientes líneas… Ojalá que si no encuentran nada, puedan sentirse como si se hubiesen hecho un corte drástico de cabello. Valeria Robles 8


Cuando pienso en escribir, automáticamente me traslado a mi diario personal que he ido redactando desde el 2009. En esos pequeños cuadernos he anotado un sinfín de experiencias y sentimientos que han ido narrando mi vida y mis aspiraciones desde la pubertad. Comencé a hacerlo un hábito en el momento en el que surge la idea de que mis hijos leyeran lo que yo hacía cuando tenía su edad, no me pregunten cómo es que aún eso sigue en pie, pero sigue. Cuando Vale y yo decidimos embarcarnos en un proyecto que representara literariamente a nuestra generación, me imaginé a mí en las noches escribiendo a mano en esa libreta que siempre viaja conmigo a todos lados, y la emoción me dio cuerda, la suficiente para llegar hasta aquí. Poderme encontrar con un grupo de escritores tan diversos me llenó de ilusión y emoción al verme reflejada en muchos de ellos. Distintos de un lado, pero tan similares del otro, pues la práctica nos une. Conocerlos en un compartir tan personal, como lo es la escritura, me hace pensar en cómo un bonche de palabras que salen desde el corazón puede unir a sujetos tan distantes a primera vista. Somos las palabras en un mundo de imágenes que hablan de nosotros y por nosotros, hoy y hace tantos años cuando comenzamos a plasmar todo eso que ya no cabía en nuestro interior. Si me leen mis hijos, mis amigos, o un completo desconocido, aquí están estas palabras hoy y siempre para ser leídas. Podremos compartir la generación, las angustias, las escuelas, los espacios, etc., pero lo más importante es que compartimos las palabras. Para mí es un honor poder presentar en estas páginas el resultado de estos Escritores Invisibles. Eternamente agradecida. Diana Álvarez Valente 9


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CUASI ADULTEZ


pamela

SOLICITUD DE ESCRITO Nombre: Pamela Pedroza Alcalá Edad: 21 años Sexo: M Fecha de nacimiento: 23 de marzo, 1995 Lugar de nacimiento: León, Gto. Escolaridad: Estudiante de la Licenciatura Comunicación

en

Descripción: Sus actividades más recurrentes son dormir, comer y escuchar música bonita. Es editora en Revista Delirantes y escribe desde pequeña. Su descripción en Instagram dice que es “Estúpidamente emocional. Emocionalmente estúpida”.

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COMPLEJOS DE UN ADULTO PREMATURO Hace unos años, mis esperanzas de vida no eran muy altas, y quien dictaba esto era mi mente. De haber cometido alguno de esos actos suicidas que ni siquiera intenté, no estaría pasando por esto hoy, si hubiese sido tan mediocre como estos meses de mi vida no tendría por qué pensar en qué carajos hacer con ella, sino que estaría en el fondo de algún templo, hecha cenizas, siendo parte de algo en contra de mi voluntad, algo de lo que llevo tiempo sin ser parte. Una historia común en los humanos vivos del planeta. En estos momentos no encuentro herramienta que mida cuánto tiempo me queda de vida, quizá el número de palabras o libros que existen puedan dar un aproximado, pero es real que no me importaría evitarme ser parte del mundo, evitarme trabajar hasta el delirio como ahora mis compañeros de celda (universidad) lo hacen, en algo que ni siquiera les llena pero les da dinero. Algo que más de la mitad del mundo hace. Y si el número de veces que he pensado que necesito un trabajo, fuera equivalente a los años de vida que me quedan entonces viviré 100 años más. Tengo los anhelos enclaustrados y mi capacidad de hacer planes entró en coma; si me preguntan qué quiero, estoy paralizada y tengo ceguera hacia el futuro. Miedo, pueden definirlo así. Tengo la ignorancia de mis talentos a flor de piel y no hay día en que mi cama no sea el plan más atractivo de todos, incluso me ha dejado notas; cree que cada día peso más y mi almohada piensa que mi cabeza cada día está más pesada y hueca. Comienza el declive.

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Qué pocas ganas de ser parte de aquella dinámica en la que el trabajo se vuelve lo más importante de tus días y te conviertes en un ser que en sus tiempos libres descansa pero no tiene hobbies porque está tan cansado para siquiera disfrutarse.Vaya presión proveniente hasta de las alcantarillas que hacen lo que les toca en este mundo y yo aún ni siquiera sé controlar mis crisis de ansiedad. Parece ser que estoy por entrar al mundo real; lo escucho en todas partes. En mi cabeza ya hay tantas realidades indistinguiblemente falsas, que una más podría colapsarme, o quizá equilibrar el caos. “Un reto más, un escalón más de la vida”, suelen decir por ahí; aún no supero el reto mismo de hacer conciente mi existencia y ya soy empujada, exiliada de mis comodidades, hacia un “mundo real” de terror. He llegado a pensar que no estoy hecha para sobrevivir aquí donde la gente común vive, que me comerán de un bocado, que mis ojos cansados de tanto sentir cavarán un abismo en el que me arrojaré. Este sitio en el que sentir y pensar de más estorba para los fines prácticos de la vida cotidiana. Vaya condena se me impone, pues si el número de sentimientos que me albergan fuera la referencia de mis expectativas de vida, se me sumarían 100 corazones más a mi línea de tiempo. Y es que también pasa que mi dinero se esfuma en conciertos, cerveza, cine y antojos gastronómicos innecesarios; el poco que obtengo de los cumpleaños, de ayudarle a mi padre en su trabajo y de bonos familiares navideños. Ninguna labor admirable que me lleve lejos, a eso que definen como éxito; un adulto debería saber ahorrar pensando en su futuro, dirían mis padres y abuelo. Algo llamado espejo me dice que debo vestirme mejor, ejercitarme, comer saludable… sería sensato hacerlo pero qué difícil se vuelve cuando sólo quieres rondar por ahí en un mundo hedonista, sin embargo, la realidad es que soy sumamente responsable y que ni esta parte la vivo esplendorosamente; mi mente y sus frustraciones, paranoias, paradojas y paraestupideces.

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Tanto se espera de mí y yo, ¿qué espero de mí? No ser un humano patético como el que soy ahora ¿Es eso una aspiración o plan a futuro? Cada día es más complicado relacionarme con las personas, pues siempre he de sentir la presión del deber ser, del deber comportarse, deber ser la mejor y estable amiga, hija, ama.


Igual que el cachorro que duerme en mi habitación, me asusta la gente; me acerco pero siempre espero el ataque o el rechazo. Las reuniones cada vez me parecen más incómodas porque no tengo idea de cómo mostrarme pues no tengo claro de qué estoy compuesta, además de basura mental. Escribir también se convierte en una tarea a juicio, y yo soy el sentenciador más severo de todos. Aparentemente habré de corregir mis pasiones y sinceridad de acuerdo al público por lo que se me recomendará hacer las modificaciones precisas para poder atraerlos hacia mis páginas. Discurso natural del mundo que no querré tomar en cuenta. Y quizá todos estos párrafos los detestaré al terminar porque probablemente son vómito verbalemocional, y probablemente mis palabras no tendrán impacto. Ella, yo, la de las mil inseguridades. Ella, yo, que se hace a la idea de estar recibiendo mil y una etiquetas relacionadas con la oscuridad de mi mente y mi dramático proceder, como si la gente tuviera tiempo para voltear a ver hacia este pedazo de materia que ronda por los pasillos de la apatía. Paseos que quizá describan mi estado de salud y mi esperanza de vida hasta hoy. Por otra parte, contradictoria a mis propios reflejos, soy vista como aquel ser activo de diversiones… Aquellos juzgarán, como siempre. Y ojalá esto hubiese sido poesía, pero mis habilidades no dan para eso ni para encontrarle sentido a mi adivinanza de calcular mi esperanza de vida. Si mi corazón, literalmente descompuesto, no falla con anticipación, seguro viviré muchos años más acomplejada de no querer ser parte de esto, pero inevitablemente siendo parte, justo como ahora. Así es como uno sobrevive a pesar de no querer existir del todo.

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missael

SOLICITUD DE ESCRITO Nombre: Missael Alejandro Edad: 20 años Sexo: H Fecha de nacimiento: 21 de mayo, 1995 Lugar de nacimiento: León, Gto. Escolaridad: Estudiante de Cultura y Arte en la Universidad de Guanajuato Descripción: Fue descrito en algún momento de su vida como una persona nefelibata. Además de escribir, también toca la trompeta y disfruta del fútbol. Tiene 20 años y… Puedes leer algunas otras cosas de él aquí: hunderwords.blogspot.mx

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REQUISITOS -Acta de nacimiento (original y copia) -Currículum y/o solicitud elaborada -CURP (original y copia) -Credencial de Elector (copia por ambos lados) -Comprobante de estudios Llevo treinta y cinco jodidos minutos sentado aquí, junto a un gordo barbón con playera de lego, que está jugando con su gameboy ¿Quién juega al gameboy en esta década? Putos hipsters vintages melómanos amantes de la nostalgia. Además, es una sala de espera para aspirantes a un puesto de una gran empresa con misión-visión-y-valores, cafetera, garrafón de agua y galletitas los días de junta ¡A huevo! Qué trabajo tan chingón, el trabajo de mis putos sueños. Mentiras, mierda. Mi madre me subrayó con rojo este trabajo en el periódico -¿aún existe la sección de clasificados? - le sacó diez copias y las pegó por todo mi cuarto y en la televisión, aunque nunca la veo. Llevó a la tintorería mi traje de graduación de la prepa – aún me queda - y me facilitó un bloc de solicitudes de empleo. Sí, prácticamente me obligó a buscar un trabajo. Parece estar cansada de verme en la casa todo el día sin hacer nada. Desde que terminé la carrera insiste con frecuencia en que debo ejercer mi profesión, que debo darle valor a tantos años de estudio, y sobre todo, que debo dar dinero a la casa. Sí, ya estoy en edad de dar chivo. Por eso estoy aquí, sentado junto a varias personas en espera de la entrevista para las vacantes. Leí un poco de la empresa en internet: horario de oficina, prestaciones de ley, el sábado se trabaja medio día y el domingo se descansa. Mi nivel de estudios me da para estar en un buen puesto, pero claro, como en toda organización burocrática, debo iniciar desde abajo, muy abajo, aunque traiga los conocimientos frescos y la juventud palpitante.

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Durante el rato que he estado esperando mi turno, me doy cuenta de que soy el más joven de todos dentro de la sala. En la esquina, un hombre de edad madura, cabello canoso y mirada apagada parece quedarse dormido. Seguro viene por un puesto de guardia, velador o personal de mantenimiento. Hay también una mujer que no deja de morderse las uñas, y eso le resta el poco atractivo que tiene.Y por supuesto, el hombre gordo junto a mí, del que dudo mucho que venga a pedir trabajo con ese par de converse y ese olor a rancio.


Todo esto me levanta un poco el ánimo, y hasta me entusiasma por un momento el conseguir el empleo. Soy el único de mis amigos que no trabaja, que no tiene novia, ni coche, y de los pocos que siguen en casa de sus padres. Verga, eso me cala gacho, hace mucho que no me compro un buen pantalón, o voy al cine sin cupones de descuento. La señorita secretaria hace pasar al tipo gordo a la oficina, en unos minutos más será mi turno. Mi pie comienza a moverse inquieto, siento un poco de calor bajo este traje brilloso que me hace ver ridículo. Pero sonrío. Un destello de emoción me da la seguridad de que todo saldrá bien, que obtendré el trabajo y seré el empleado del mes alguna vez. Ya tengo en la mente comprarme un vocho, y hacer unos ahorritos para irme a un pueblito mágico en vacaciones de semana santa. Se escucha mi nombre y estoy seguro que continuo a eso la secretaria agrega: “Adelante licenciado”. Tomo el folder que resguarda mis documentos, y agradezco asintiendo con la cabeza. Entro a la pequeña oficina donde un sujeto de mi edad me invita a sentar. Comienza a hacerme una serie de preguntas a las cuales contesto tranquilo, confiado. En mi cabeza revolotea una tonadita de música árabe - la cual odio - que me alegra de pronto y me hace sonreír. El tipo revisa mis papeles. -Haría falta tu título- me dice, con el folder en la mano-, requisito indispensable para el puesto que solicitas. Gota de sudor que corre por mi axila. -Sí, bueno. Lo que sucede es que aún no termino la tesis, entonces…- paso saliva, continuó- no tengo título aún. Valiendo madres. -Entonces necesito que apuntes tu correo electrónico en esta hoja, y cualquier cosa te estaremos contactando, ¿ok? Gracias por venir, que tengas buen día. 19


karla

SOLICITUD DE ESCRITO Nombre: Karla Andrea Hernández Edad: 20 años Sexo: M Fecha de nacimiento: 17 de junio, 1996 Lugar de nacimiento: León, Gto. Escolaridad: Estudiante de Lic. Psicología Social Descripción: Se visualiza utilizando la escritura como una poderosa herramienta para que la persona alcance grandes niveles de sabiduría.

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LA CONCENTRACIÓN DE AUTORIDAD ES UNIVERSAL; NO ABSOLUTA

Somos el constante cambio de la libertad, somos peces en el río tratando de elegir una secuencia de adaptación social. La resistencia ha sido obstruida, las crisis han aumentado atacando la razón, ocultando todo aquello que deseamos, reprimiendo el pensamiento, la creatividad y la libertad de un niño en un mundo que carece de respeto por sí mismo. ¿Qué es ser adulto? cuando entramos en este mundo lleno de parábolas e incógnitas sin respuesta, el repudio aumenta afectando todas las masas sociales, dejando secuelas psicológicos en el ser humano. Aquellos cambios cronológicos en el tiempo se han visualizado desde la cultura: ¿Cuál es la percepción de un niño sobre ser adulto? ¿Qué es lo que debe de ser un adolescente, un adulto? ¿A caso tiene que comportarse como si fuera un robot que sólo responde a lo que le indican? Ser adulto es relativo para nuestra estructura mental y funcional, ser humano es una peste para la sociedad nuclear; un núcleo que permanece quieto y oprimiendo, estabilizándose dentro de una cultura no propia adoptando otras culturas, tendencias, costumbres, formas de pensar y vestimenta, atacando nuestra esencia, dejando una serie de preguntas a las personas que se detienen por un momento a observar su mundo. Los criterios se esfuman aniquilando el sentir, dejamos de ver nuestros propios ojos, ocultando aquello que nos da miedo a enfrentarnos, siendo el reflejo de familia, siendo el misterio de la miseria individual, descendiendo corderos en el 21


sueño, paralizando los movimientos musculares, sin respirar nos retiramos de las confrontaciones. Opacando a un adulto que tiene voz interior escuchando sus ideologías. En la actualidad hemos dejado de sentir, fingiendo, ocultando nuestras máscaras, actuando sin sentido, disimulando nuestras emociones, aceptando pensamientos banales de seres autorrealizados. La autoridad exige el respeto dejando respuestas sin preguntas, apagando todos los recursos para el desarrollo, minimizando el pensamiento... los medios de comunicación han participado en el pensamiento de cualquier individuo que pasa horas viendo televisión, aquel "adulto" que solo es parte de la masa social donde obtiene información "verdadera o falsa", realmente nada es verdad y tampoco nada es falso, solo son respuestas de comunicación donde la interacción ocurre todos los días.

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héctor

SOLICITUD DE ESCRITO Nombre: H. I. López Edad: 22 años Sexo: H Fecha de nacimiento: 11 de febrero, 1995 Lugar de nacimiento: Salamanca, Gto. Escolaridad: Licenciatura en Contaduría Pública Descripción: Es parte del colectivo Premisas y además es co-anfitrión y co-creador de un canal de Youtube llamado SecondLifeMx.

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LA VIDA DE UN INTERMEDIO “Y es aquí, en la mayoría de edad, que ustedes comprenderán lo que es ser un adulto, entenderán todas las responsabilidades que implica. Serán adultos, y compórtense como tal” - y entonces me di cuenta de que no tengo la menor idea de qué es un adulto, mucho tiempo estuve pensando que cambiaba a los dieciocho, ¿qué podría cambiar? Al estar en el umbral, en el amanecer de este inigualable día que me daría la mayoría de edad, estaba demasiado deprimido para notarlo.Ya más allá de ahí, años entrados a ese increíble “club” lleno de responsabilidades y miseria, observé que me encontraba en un lugar muy similar; era esa impotencia: “soy demasiado joven para muchas cosas, pero demasiado viejo para otras”, y siendo yo que me robé hasta de mi sanidad por ese codiciado estado de “adultez”, me sentí no sólo decepcionado, sino víctima de un desencanto terrible, pues caí en la misma zanja que en la adolescencia, era mi segunda servida de eso: la impotencia total, el peso de mi ignorancia deteniéndome en la incapacidad de realización, y la barrera de autosuficiencia mirándome. Al final del día, refiriéndome a cualquiera después de esa prueba gratis del modo fácil llamado “niñez”, te encontrarás con el síndrome que he llamado “Depresión en Hawaii”, es este, un mundo fantástico que tanto te han presentado como infinito de posibilidades, pero no posees la fuerza ni los medios para cosecharlo, y es que aún ahora, puedo preguntarme, sin ser sarcástico: “¿Qué seré cuando sea grande?” No he sido capaz de responder esta pregunta. La preocupación es que no me gustaría estar en este lugar siempre, en el pensar que una vez atravesado el siguiente umbral, seguiré creyendo que mi edad es la limitante; quiero verlo, tal vez, como un niño otra vez, más con esperanza que con miedo. Aquí recae la dificultad de moverme de este sitio, de no tener esa depresión; tener otra preocupación, o ninguna de ser posible, será tal vez que nuestro mundo nos metió, sin querer, a este espacio, de “a mediades”, y aunque no es un mediocrismo propio, parece ser parte de nuestras enseñanzas, porque no se trata de lograr algo, sino lograr mejores cosas, pero nadie me ha dicho hasta ahora qué significa eso, como alguna vez me dijeron: “Nadie nunca supo”, y ahora me quedé aquí, viviendo mi segunda adolescencia, estando en mis medios veintes, a la mitad de la mediana edad, sin saber si el mundo me quiere como un adulto ignorante, o un niño superdotado. 25


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diana

SOLICITUD DE ESCRITO Nombre: Diana Alvarez Rocha Edad: 22 años Sexo: M Fecha de nacimiento: 28 de enero, 1995 Lugar de nacimiento: León, Gto. Escolaridad: Licenciatura en Filosofía Descripción: Es una lectora empedernida y sus escritos suelen caracterizarse por sus elementos fantásticos, así como la presencia de los temas de identidad y libertad. Puedes reconocerla por su melena de chinos rubios y su gusto por tocar el piano. Puedes leerla aquí: dicrosby.blogspot.mx

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WAITHOOD Pun-ta-ta. Pun-ta-ta. Pun-ta-ta. El vals es un género musical muy especial. Al contrario de lo que uno puede llegar a creer, su autenticidad no sólo radica en la estructura que presenta en las partituras, aunque claramente si careciera de uno de sus elementos más básicos, como la unidad de silencio que aparece en cada compás, no podría considerarse un vals. La singularidad de tal pieza musical tampoco se debe únicamente a la complejidad que el compositor dota a su obra. Puede haber un sinfín de instrumentos tocando un vals, las cuerdas, las percusiones y las teclas sonando al mismo tiempo en una perfecta armonía, o puede estar un único instrumento siguiendo la melodía y el ritmo por sí solo. El compositor puede hacer que su vals tenga un ritmo acelerado, casi frenético, o que apenas llegue al Adagio. Realmente no importa. La cualidad sine qua non del vals radica, en mi opinión, en la ejecución del instrumentista. Ésta debe mostrar un perfecto equilibrio entre emoción y técnica, ya que si impera alguno de los dos elementos, la pieza puede resultar desbalanceada, si domina la emoción, entonces la elegancia natural del vals se ve comprometida; si prevalece la técnica, entonces la condición artística de la música se transforma en una meramente robótica. Los dedos del ejecutor de vals tienen que permanecer relajados mientras dan vida a los símbolos en blanco y negro de la partitura, pero deben tener la suficiente fuerza para expresar el sentimiento requerido por la pieza musical. El latido de su corazón, humano al principio, tiene que adquirir el ritmo específico del vals conforme la pieza musical se desarrolla. Al final, el instrumentista debe, de alguna manera mágica que no se les revela a todas las personas, “convertirse” en el vals. Y para hacerlo necesita estar en un estado mental concreto, olvidarse de todas sus inquietudes e inseguridades y estar presente en el momento, y tener bien definida su identidad para no perderla entre los tonos mayores y menores de la música. 28


En pocas palabras, tiene que saber quién es y hacia dónde se está dirigiendo. Hasta ahora yo no he logrado tocar con éxito ningún vals. Mi maestro de piano, un hombre exigente por naturaleza y virtuoso en el arte de la música, no entiende cómo puedo dominar piezas musicales más complejas y no consigo tocar, por ejemplo, Candilejas. “Sólo sigue el ritmo”, me dice mientras marca con ligeros golpes el tiempo de cada nota de la canción. “Pun-ta-ta. Pun-ta-ta. Pun-ta-ta”. Él no comprende cómo yo no puedo tocar un vals. Yo no entiendo cómo podría hacerlo si el sonido de cada tecla que presiono sólo expresa mis miedos más profundos y mis inquietudes más íntimas. Hay un término que las culturas de Medio Oriente y de África del Norte utilizan para referirse al periodo de tiempo que transcurre desde la graduación universitaria hasta el inicio de la vida adulta de una persona. Dicho término es waithood y se puede definir como una especie de adolescencia prolongada. He estado en mi waithood desde hace casi un año, y cada día que permanezco en él me debilito más y más. Escucho a mis conocidos y a mis pocos amigos, quienes aún no terminan la licenciatura, hablar sobre sus planes postuniversitarios con una taza de café o de té en la mano, y me doy cuenta de que estoy totalmente sola. Siempre he sido una persona incomprendida, eso es verdad, pero jamás me había sentido de esta manera, nunca había sentido ese frío ártico instalarse en mis entrañas y enfriar todo a su paso. Ellos hablan de viajar, de conseguir un empleo en aquél ámbito de su preferencia, de retomar pasatiempos olvidados, incluso de estudiar una maestría ¿Acaso no se dan cuenta de que esos planes son sólo historias que se cuentan a sí mismos para silenciar aquellas preguntas que se hacen a sí mismos cuando no pueden dormir? Yo hablaba de convertirme en escritora, de continuar mis estudios en piano, de hacer un posgrado en otro país; ahora sólo puedo pensar en descubrir qué tipo de persona soy y qué es lo que la vida tiene en bodega para mí. 29


Estoy esperando. Estoy esperando por todo y por nada a la vez. Espero a que esa persona diga por fin las palabras adecuadas cuando le hablo sobre todas estas inquietudes que circulan por mi mente a diario. Espero a que ese nuevo libro o esa nueva canción tengan el poder de emocionarme una vez más. Espero a que la vida me dé esa segunda oportunidad que tanto añoro, o que por lo menos me dé una oportunidad, sin importar cuál. Espero a que la puerta hacia la vida adulta me sea por fin desbloqueada. Y estoy haciendo todo lo posible por dejar de esperar, pero los monstruos que yo creé con mis temores y mi melancolía me acechan en cada esquina. ¿Cómo puede alguien esperar que actúe con la vitalidad y la fuerza que caracterizan a los jóvenes de mi edad si no puedo dar ni siquiera un paso sin sentir las garras de esas criaturas encajándose en mi piel? Esos monstruos de los que hablo toman forma de preguntas: ¿Qué pasa si este waithood nunca se acaba, si esas historias que yo me contaba sobre lo que haría cuando fuera mayor nunca se concretizan? ¿Qué si termino siendo parte de las estadísticas de niños inteligentes que, al crecer, acaban convirtiéndose en casos interesantes para psicólogos y psiquiatras? ¿Qué pasa si lo único a lo que puedo aspirar realistamente es una vida que jamás aprenderé a amar? Crecer es difícil. Pero tengo la impresión de que cuando finalmente me sienta cómoda llamándome a mí misma una adulta y reflexione sobre mi pasado, me daré cuenta de que este estado de waithood fue lo que marcó un antes y un después en mi vida, de que este exasperante episodio fue lo que me determinó y lo que definió mi futuro “para bien” o “para mal” ¿Y quién sabe? Quizás algún día aprenda a respirar profundamente, a sentir la música fluyendo por mi sangre, a convertirme yo misma en la pieza que deseo tocar. Tal vez en algún momento de mi vida pueda finalmente vivir al ritmo del vals, sereno y elegante. O quizá pueda aprender a utilizar correctamente el metrónomo. Eso también ayudaría. 30


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josé

SOLICITUD DE ESCRITO Nombre: José Manuel González Cantor Edad: 20 años Sexo: H Fecha de nacimiento: 06 de octubre, 1996 Lugar de nacimiento: Aguascalientes, Ags. Escolaridad: Derecho Descripción: Sus textos pueden caracterizarse en muchas ocasiones por la fractalidad literaria. Considera que la escritura es su cuate y de vez en cuando se echa un trago con ella.

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LA CASI-ADULTEZ “Hay una serie de categorías que, mezcladas en las proporciones adecuadas, dan vida al Localizable Ser Adulto (LSD). Este, localizado y localizable dentro del espacio limitado por las categorías mencionadas, es el devenir inevitable que sufre el casi-adulto tras un periodo inconsistente de reivindicaciones personales. Palabras más, palabras menos, palabras… No hace falta complicar las cosas, pues basta con dar un vistazo a lo que puede haber. El LSD es localizado y localizable. Su espacio: las categorías. Categorías que, por su vastedad, pudieran parecer inclasificables. Podemos reconocer, sin embargo, unas cuantas: el trabajo (respecto del cual se define en una importante proporción), las relaciones (las cuales usa como parámetro para determinar su valor humano), y las cosas (que se tornan un fin único y desgraciado). Notemos que estas categorías son todas externas, pues dependen del medio en el que el LSD se desenvuelve. Si luego volvemos la mirada al casi-adulto, y hacemos un escaneo de las cosas que le atañen, podemos ver que todas son una transición hacia las categorías revisadas: “¿Conseguiré un trabajo decente? ¿Tendré amigos y pareja para siempre? ¿Podré comprar una linda casa?”. Este tipo de dudas abordan al casiadulto constantemente, ocupando sus energías y tomando el control de sus acciones. Cabe preguntarse por qué se siente como algo negativo el entrar a dichas categorías, ya que por sí mismo no lo es. Hace falta considerar al Niño. 33


Antes de ser lo que es, el casi-adulto es un Niño. Un ser que habita dentro de sí mismo y que vive bajo la premisa de que él mismo afecta a su exterioridad, y no al revés. Él no se pregunta las cosas categorizadamente, sino en términos infinitos, cuestionándose qué le gustaría hacer, qué jugará con sus amigos, qué imaginará con sus juguetes. No limita los conceptos: Los da por sentado sin atribuirles un principio o un final. Al casi-adulto lo atormenta el cambio. Cambio que se presenta como un tránsito desde un lugar cómodo y lleno de verdades hacia uno complicado e incierto en el que las cosas empiezan y terminan. Este dificultoso camino del crecimiento es la nota característica del casi-adulto, quien intenta seguir existiendo sin que los otros noten su condición casi-adulta, pues incluso sabiendo que no es el único, hay una suerte de pacto tácito para pretender que sí…” Plinio cerró la enciclopedia y dio un largo suspiro. Esa entrada mínima que se le había aparecido mientras buscaba información para su tarea lo había dejado apabullado. Dióse cuenta de su condición casi-adulta y no pudo hacer más que quedarse inmóvil, reflexionando un largo rato. Hasta ese momento no había podido descifrar por qué sentía lo que sentía, y ahora de pronto, todo cobraba sentido. Tomó notas y trató de continuar. Terminó apenas y se derrumbó en la cama. Las palabras del artículo resonaban en su cabeza, y a cada instante se daba más cuenta de lo que debía hacer. Plinio decidió dar a probar el plomo a sus ideas. No se sintió listo para afrontar el reto que implica ser un casi-adulto. Mientras tanto, en otro lado, no tan lejos de Plinio, tú lees la misma entrada fatídica. Con el ceño levemente fruncido tratas de hacerte una opinión al respecto. Personalmente, no te recomiendo la vía de nuestro personaje: no lo veo necesario. Él fue débil. Pero allá tú, tú haz lo que quieras. “Los estudios han demostrado que cuando un casi-adulto se da cuenta de su condición, pueden ocurrir dos cosas: 1-.Puede ser demasiado para él y busca una salida pronta. O bien, 2-…” 34


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rodrigo

SOLICITUD DE ESCRITO Nombre: Rodrigo Baena García Edad: 21 años Sexo: H Fecha de nacimiento: 18 de mayo, 1995 Lugar de nacimiento: Atizapán, Edo. De México. Escolaridad: Estudiante de Mecatrónica. Descripción: Con un romance permanente con las letras. Sus escritos cuentan con alto contenido reflexivo que sus aventuras personales le han provocado.

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CASI ADULTEZ Sinceramente aún no comprendo cómo es que nos convertimos en adultos, pero lo que sí creo, es que la adultez no llega cuando tramitamos nuestra licencia para votar a los dieciocho años, ni cuando pasamos a ser universitarios. Pensándolo bien, tal vez no se trata de convertirse en adulto, sino de comenzar a ser un adulto. En mi vida la adultez llegó como un río de agua cargado de madurez, al cual me embarqué dándome cuenta de todo aquello que he dejado de ser y hacer para optar por decisiones que cambian el rumbo de mi vida. Una vida llena de aventuras, complejidades, hechos inesperados e inspiradores; en el que ser adulto me ha implicado preocuparme más por la gente que quiero, que por mí mismo. Ha sido dejar de sentirme un joven pequeño y tomar la responsabilidad que este mundo ha puesto a mi disposición. Y he aprendido a superar diferencias, malentendidos. He comprendido que en este mundo, el cual siento mi hogar, a pesar de las complejidades, aún son posibles las conexiones profundas y relaciones fuertes. Con la adultez llegó cierto entendimiento de que yo y los demás tenemos la fuerza para cambiar este mundo. En el que no tengo que vivir solo; sino que también puedo vivir junto a alguien por un propósito único y auténtico. Comenzar a ser adulto ha sido echar los pies a la tierra y dejar crecer raíces de paciencia, para afrontar con tranquilidad las adversidades en esta bella y decorosa lucha como lo es la vida. Al tomar parte de esta lucha he necesitado dejar crecer raíces de valentía, con las que puedo abatir profundos miedos y desesperanzas. Raíces de confianza para creerme capaz de hacer las cosas con dedicación y espíritu entusiasta. Finalmente una de las raíces de mi adultez es el amor. Entrar en esta etapa me hace pensar que el amor más que cuidarse, quererse y protegerse, da lugar a la libertad de ser y sentirme auténtico, procurando ser mejor cada día. No lo sé, al escribir esto, tal vez aquel que lo lea pensará que es cursi, loco y sin sentido, pero te soy sincero, para mí tiene el más profundo de los sentidos. Es verdad que existe un pincel que da color y forma a nuestra vida de distintas maneras, el cual marca el momento en el que comenzamos a ser adultos; sin embargo, tal vez te darás cuenta que nunca nos damos cuenta de cuál es el preciso instante o momento en el que comenzamos a ser adultos. Esto da lugar a algo que para mí marca la pauta todos los días a seguir viviendo en este mundo, en el que no sé qué es mejor, si rechazar con ansias la llegada de la adultez o dejarla formar parte de mí sin recelo. Una pauta que me deja en claro algo que sí es muy cierto, y es que como adulto, futuro profesionista y padre de familia, me tocará entender que no siempre podemos hacer grandes cosas, pero sí podemos hacer cosas pequeñas con gran amor. 37


gerardo

SOLICITUD DE ESCRITO Nombre: Gerardo Becerra Edad: 22 años Sexo: H Fecha de nacimiento: 12 de semptiembre, 1994 Lugar de nacimiento: León, Gto. Escolaridad: Estudiante de Diseño Digital Interactivo Descripción: Está metido en rollos de ciencia ficción y videojuegos. Tiene un blog en el que podrás comprobarlo: becerrasdfedits.wordpress.com

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VOLAR MUY ALTO Para asomarme por la ventana tenía que colgarme de los barrotes que tenía debajo, estaba más arriba de lo que yo podía llegar para recargarme sobre ella. No me ofrecía un panorama precisamente memorable, pero al menos mi vista podía posarse en el horizonte; y eso era muy placentero. Una vez subí a la azotea de aquel pequeño edificio de tres pisos de la calle Artes, ahí en la orilla estaba un bloque aún más alto al que se tenía que subir por unas escaleras en la pared, donde sólo había espacio para el tinaco. Jugándole una broma a la pobre muchacha del aseo que me estaba cuidando, me escabullí, y llegué ahí arriba. La vista ahora sí era brutal en comparación a la ventana, mirar abajo también tenía un sentido totalmente diferente. La superficie en la que me encontraba era exclusivamente para que cupiera el tinaco, abrazándolo para no perder el equilibrio y postrado en una pequeña esquina, miraba hacia abajo, no era parecido a mirar por la ventana, se sentía diferente; no era tanto miedo sino el saber que cada paso, cada movimiento, eran completamente responsables de no hacerme quedar reventado en el concreto de la calle, al lado de la basura, donde una anciana vagabunda iba a cagar en las bolsas. Hoy, juego videojuegos, me he esforzado por verles más allá de lo que son, o lo que se supone que son: Juguetes y entretenimiento. Quizá sean una herramienta efectiva para trabajar los reflejos, tal vez sea una buena ayuda para desarrollar la capacidad de tomar decisiones. Quizá son arte. 39


Pero es gracioso, aún sé que no son mucho más que juguetes y entretenimiento ¿Y si el entretenimiento en todo caso debe seguir ofreciendo algo que no sea basura? ¿Y si un juguete significa más para nuestro comportamiento de lo que creemos? ¿Y si le sigo dando vueltas sólo para validar cualquier actitud que llegue a tomar? Después de todo, aborrezco de verdad la actitud gamer, el típico “mientras tú tienes una vida común, yo he decidido tener muchas, vivir nuevos mundos, aquí, frente a mi hermoso monitor 4k, procesando más de 60 cuadros por segundo, disfrutando de estos 3 litros de big cola… manchado de chettos… y esa pizza con cucarachas…”. Sin embargo, no puedo esconderme, juego porque es divertido, puedo fallar, tomar mi culpa y aprender o ignorarla y seguir adelante. Ahora mismo, justo como en un juego donde escalo una montaña y uso todas las herramientas de la manera en que pueda aprovecharlas mejor y lograr mi cometido, juego a ser escritor, no juego a escribir, eso va en serio, porque es precisamente la herramienta que necesito aprovechar para disfrutar ese juego, aquí, frente al monitor, manchado de chettos. Pero si no juego, entonces la gravedad amenaza y perder el equilibrio es muy fácil, si no juego, entonces cada paso, cada movimiento, es responsable de que no termine reventado en el remordimiento. Si me pregunto yo mismo cuál es el recuerdo más frecuente de mi niñez, no era salir a jugar con amigos, ni estar frente al nintendo con el control en la mano, sino estar colgado en los barrotes bajo la ventana que habitaba el pequeño departamento del segundo piso en aquel edificio en que vivía, esperando a que llegara una aventura, como en los juegos. Hoy, dejar de jugar es dar la cuenta de que soy un mentiroso, jugar a ser escritor está dentro de mis reglas de otro juego: el de ser un artista. No conozco otra meta que la de llegar a volar alto, se supone que debo hacerlo. Jugando a ser un artista puedo engañarme, puedo sentir la altitud y no preocuparme por mis pasos ni mis movimientos. 40

No encierren a sus niños, no querrán lidiar con una niñita de 22 años.


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shareny

SOLICITUD DE ESCRITO Nombre: Shareny López Edad: 21 años Sexo: M Fecha de nacimiento: 22 de febrero, 1996 Lugar de nacimiento: León, Gto. Escolaridad: Estudiante en Ingeniería en Bionanotecnología Descripción: Romántica sin remedio que a través de sus cuentos y relatos explora su persona y sus sentimientos.

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EL REFLEJO Ana bajó la taza de café, la puso sobre la mesa y suspiró, estaba lista para su primera entrevista de trabajo: Falda negra, blusa azul, cabello largo y maquillaje ligero, ¿sus zapatos?: tacones negros. Se levantó de la mesa y se dirigió al cuarto de baño; se cepilló los dientes con mucho esfuerzo, tratando de ignorar la extraña sensación que tenía en el estómago. Se miró al espejo con detenimiento y reconoció su cara, ya no tenía los matices de la infancia; de mejillas redondas pasó a pómulos marcados, los labios y la nariz más definidos, la piel más blanca, lo único que seguía igual era el café de sus ojos, pero la mirada… esa era diferente. Mientras se observaba suspiró una vez más, se tragó los nervios y se convenció a sí misma de que nada podía salir mal. De pronto su reflejo le sonrió, Ana no podía salir de su asombro, un escalofrío le recorrió el cuerpo. Parpadeó dos veces y se talló los ojos, cuando miró de nuevo el espejo, ahí estaba ella misma, sonriéndose. Su reflejo parpadeó y le dijo: - ¿Tienes miedo? - Ana ahogó un grito. - Me refiero a la entrevista, ¿tienes miedo de la entrevista?”- la interrogó de nuevo su reflejo. Ana asintió con la cabeza.

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- No sólo de la entrevista, en tres meses termino la universidad y pues, ¿de ahí qué sigue? Tengo 22 años y aún no sé qué quiero de mi vida. El tiempo se acaba, debo conseguir un trabajo, comprar una casa, un coche; no sé si quiero casarme, tener hijos... No estoy lista para nada de esto. - Su reflejo la miró. - Estás confundida sobre lo que crees, lo que quieres y lo que haces. - Ana se quedó callada un momento. - Es verdad, me siento confundida, y llena de dudas, ¿qué tal si no lo logro? ¿Qué pasa si no consigo el trabajo? No puedo vivir por siempre con mis padres. - El reflejo miraba a Ana con dulzura y con voz calmada respondió. - Es momento de tomar las cosas en serio, de cuidarte a ti misma, las cosas no son como piensas, la vida no es fácil y lo sabes, pero no hay que alarmarse tanto. Respira que las cosas van a salir bien. - Ana no estaba tan segura de que las cosas fueran a salir bien. - Ahora yo tengo que responder por mí misma, aceptar que todo lo que hago tiene repercusiones, soy totalmente responsable de la situación en la que me encuentre. - Su reflejo soltó una risa tranquila. - Es cierto, y eso es una ventaja; dejarás de depender de otras personas. Solamente en tus manos está el rumbo de tu vida, así que escoge sabiamente y disfrútala en cada momento. Nunca olvides de dónde vienes, ni menosprecies tus capacidades, recuerda lo que vales y demuéstrale al mundo lo que puedes hacer. Al escuchar esto Ana sintió una extraña fuerza dentro de sí. Unas increíbles ganas de vivir, de hacer las cosas no por deber, sino porque quería hacerlas; supo que era momento de escucharse a sí misma, cuando volteó al espejo se vio a ella misma, observó su cara con detenimiento era una nueva persona en un nuevo comienzo.

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SOLICITUD DE ESCRITO Nombre: Afra Andrea Hernández Edad: 22 años Sexo: M Fecha de nacimiento: 18 de noviembre, 1994 Lugar de nacimiento: León, Gto. Escolaridad: Lenguas Modernas e Interculturalidad Descripción: Nunca pensó que escribir tanta cosa la llevaría a trabajar a en un periódico japonés, aunque lamenta un poco que sus textos traducidos no los pueda leer. Su estilo es tan relajado y casual que desde que la ves o lees sabrás que de algo te hará reír.

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LA CUASIADULTEZ ¿Alguna vez habías pensado en que este es el momento de tu vida en el que más pelo habrá en tu cuerpo? O que quizá esta etapa es en la última en la que te podrás permitir tomar tres días seguidos casi sin repercusiones. O que tu salud y tus chichis comenzarán a decaer poco a poco desde hoy… Estamos en ese período de nuestras vidas en el que todo es una maravilla o una tragedia esperando a ocurrir. Nos encontramos “más pa’llá que pa’cá” en nuestros estudios profesionales, ya estamos al borde de salir al tenebroso mundo real. Donde no sabemos si correr a encontrarlo o estudiar una maestría para evitar el contacto tan próximo de este abismo desconocido que es convertirse en “Godínez” por primera vez. Por ahí escuché que cuando te das de alta en hacienda todo vale verga. Allí te adentras en un vórtice de burocracia, impuestos, contadores y desesperación. Esta generación y todas las anteriores han pasado por la misma etapa a la que he decidido llamar “cuasiadultez”, donde ya no somos adolescentes, pero todavía no somos adultos de verdad. Sin embargo, creo fervientemente que hoy estamos más asustados de ella, a tal grado que han surgido los, a veces increíbles, a veces temibles “chavorrucos”. Quienes con su delirio de Peter Pan se niegan a terminar de crecer. Ellos escuchan música de su época porque la nueva “ya no es lo mismo”, suelen tener un iPhone (del 5 para arriba), te tiran el pedo en el antro sin pedirte tu IFE (¿INE? Las cosas cambian tan rápido) y normalmente usan t-shirts con frases irónicas o que les recuerde a su ya perdida adolescencia. 47


“¿A dónde vamos a parar?” Dijo El Buki ¿Qué nos pasará cuando tengamos 40 y sigamos teniendo miedo de contestar un teléfono que no nos corresponde en la oficina? Muy personalmente tengo terror de saber que más temprano que tarde, tendré que pagar mis cuentas, limpiar la casa y la arena del gato, ir todos los días a mi oficina, comenzar el trámite odioso que es obtener un título universitario, y peor aún, cocinarme todos los días yo solita. A pesar de haber vivido sola tres años, una cosa es ser el típico estudiambre mantenido y otra muy diferente es ser un adulto independiente que tiene que aprender a cocinar algo que no sea pasta, sándwiches, o atún con mayonesa. Debería existir un manual secreto que pase de generación en generación explicando cómo sobrevivir a los impuestos, cómo organizar tus tiempos para no morir de estrés, cómo diablos evitar que te ahoguen los nervios al contestar el teléfono, cómo es que funciona eso de vivir solo y no terminar loco o harto de ti mismo. Quizá lo que los millennials miedosos necesitamos es algo como “La Guía de Supervivencia Escolar de Ned”, pero para enseñarnos a no morir en el intento de vivir.

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agradecimientos Durante la elaboración de Escritores Invisibles, recibimos bastante ayuda y críticas constructivas que nos sirvieron de apoyo para construir el proyecto. Queremos agradecer a todas las personas que formaron parte y nos acompañaron en este proceso. A Renato Padilla por su infinita paciencia, tiempo, empatía y aportaciones críticas sumamente valiosas. A Daniel Huerga por habernos exigido siempre y confiar en nosotras. Gracias a todos los que colaboraron con los contenidos presentados, su participación fue indispensable: Pamela Pedroza, Diana Alvarez, Missael Alejandro, José Manuel González, Gerardo Becerra, Héctor López, Karla Hernández, Rodrigo Baena, Andrea Hernández y Shareny. Finalmente, gracias a Mauricio Miranda por habernos asesorado; a todos nuestros lectores y a todo el equipo Delirantes por el simple hecho de existir.

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sobre Revista Delirantes El proyecto Delirantes se concibió originalmente como una revista de difusión artística, con la finalidad de que diversos artistas locales tuvieran una plataforma en donde pudieran dar a conocer todo lo que están haciendo y así, formar una comunidad de jóvenes interesados en el arte, que puedan hacer colaboraciones. Actualmente, Delirantes es más que sólo una revista, como parte de este proyecto se creó un blog, se han organizado talleres y eventos de índole artístico, y además, está presente en distintas redes sociales.

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¿Qué cosas son importantes para los jóvenes actuales? ¿Qué debe de haber en sus vidas para que puedan amarlas? A veces, nos gusta hacer cosas sólo para ver qué pasa, como aquel gato del que todos hablan y que supuestamente murió por curioso. Nosotras creemos que los que no tienen curiosidad son los que han muerto. En ocasiones está bien hacer cosas para ver qué sucede, lo reiteramos. En estas páginas podrán encontrar los resultados de lo que pasó al juntar a un grupo de escritores. La misión era que todos escribieran sobre el mismo tema, dicho tema fue seleccionado por ellos, y los textos generados, serán una evidencia de lo que estos jóvenes viven. Y es que la literatura siempre ha funcionado como una evidencia, como un medio de expresión que captura momentos, siempre ha convertido esos momentos en fotografías de palabras. Millennials escribiendo sobre cosas de millennials, a veces agobiados por lo que vendrá en la siguiente etapa de sus vidas y a veces optimistas al respecto. Jóvenes hablando de la percepción que tienen sobre el panorama en el que se encuentran. Gente describiendo la situación en la que viven, sus miedos e ilusiones. Ahora veamos qué nos comparten estos chicos…


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