Diabetes mellitus

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CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO 2.1. DIABETES MELLITUS - DEFINICIÓN La Diabetes Mellitus se relaciona dentro de un grupo de enfermedades metabólicas caracterizadas por hiperglucemias, consecuencia de defectos en la secreción y/o en la acción de la insulina. La hiperglucemia crónicas se asocia en el largo plazo daño, disfunción e insuficiencia de diferentes órganos especialmente de los ojos, riñones, nervios, corazón y vasos sanguíneos. (Ver fig. 1) La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en la sangre debido a que el páncreas no produce insulina o a que el organismo no la utiliza adecuadamente. Los valores normales de glucosa en la sangre oscilan entre 70 y 100 mg/dl. El diagnóstico de diabetes se realiza a través del análisis de la glucosa en la sangre para detectar si los valores son: •

En ayunas, superiores a 126 mg/dl, en dos determinaciones.

A cualquier hora del día, por encima de 200 mg/dl acompañados de síntomas característicos de mucha necesidad de orinar y mucha sed.

Tras la ingesta de un preparado de glucosa, superiores a 200 mg/dl.

La causa de la diabetes es aún desconocida, aunque se conocen muchos de sus mecanismos. También tienen una gran influencia factores genéticos y ambientales tales como la obesidad y la falta de ejercicio.


2.1.1 CLASIFICACIÓN En 1997 la Asociación Americana de Diabetes (ADA), propuso una clasificación que está vigente. Se incluyen 4 categorías de pacientes y un 5 to grupo de individuos que tienen glicemias anormales con alto riesgo de desarrollar diabetes (también tienen mayor riesgo cardiovascular): 1.

Diabetes Mellitus tipo I

2.

Diabetes Mellitus tipo II

3.

Otros tipos específicos de Diabetes

4.

Diabetes Gestacional

5.

Intolerancia a la glucosa y glicemia de ayuna alterada (Ver graf. 1)

Diabetes Mellitus tipo I La diabetes tipo I puede ocurrir a cualquier edad, pero se diagnostica con mayor frecuencia en niños, adolescentes o adultos jóvenes. La insulina es una hormona producida por células especiales, llamadas células beta, en el páncreas, un órgano localizado en el área por detrás del estómago. La insulina se necesita para movilizar la glucosa hasta las células, donde se almacena y se utiliza después para obtener energía. En la diabetes tipo I, estas células producen poca o ninguna insulina. Sin la insulina suficiente, la glucosa se acumula en el torrente sanguíneo en lugar de entrar en las células y el cuerpo es incapaz de usarla para obtener energía. La causa exacta de este tipo de diabetes se desconoce, pero la más probable es un trastorno auto inmunitario. Una infección o algún otro desencadenante, provoca que el cuerpo ataque por error las células productoras de insulina del páncreas. Este tipo de trastorno se puede transmitir de padres a hijos. Diabetes Mellitus tipo II La diabetes es causada por un problema en la forma cómo el cuerpo produce o utiliza la insulina. Cuando se presenta la diabetes tipo II, la grasa, el hígado y las células musculares normalmente no responden a dicha insulina. Esto se denomina resistencia a la insulina. Como resultado, el azúcar de la sangre no entra en las células con el fin de ser almacenado para obtener energía. (Ver fig. 2)


Cuando el azúcar no puede entrar en las células, se acumulan niveles anormalmente altos de éste en la sangre, lo cual se denomina hiperglucemia. Por lo general, la diabetes tipo II se desarrolla lentamente con el tiempo. La mayoría de las personas con esta enfermedad tienen sobrepeso en el momento del diagnóstico.

El aumento de la grasa le dificulta al cuerpo el uso de la insulina de la manera correcta. La diabetes tipo II puede presentarse también en personas delgadas y es más común en los ancianos.

Los antecedentes familiares y los genes juegan un papel importante en la diabetes tipo II. Un bajo nivel de actividad, una dieta deficiente y el peso corporal excesivo (especialmente alrededor de la cintura) aumentan el riesgo.

Otros tipos específicos de Diabetes Según la Asociación Americana de Diabetes, en un pequeño porcentaje de los casos la diabetes puede ocurrir en personas con ciertos desórdenes, condiciones o síndromes: •

Diabetes inducida por drogas o por químicos: Por ejemplo algunos fármacos como: corticoides, ácido nicotínico, pentamidina, etc.

Enfermedades pancreáticas: pancreatitis aguda, pancreatitis crónica, neoplasia del páncreas, hemocromatosis, glucagonoma.

Endocrinopatías: acromegalia, feocromocitoma, etc.

Desórdenes en los receptores de insulina

Algunos síndromes genéticos: que modifican la acción biológica de la insulina

Agentes infecciosos: Rubeola congénita, citomegalovirus, parotiditis


Algunas otras enfermedades: Down, Kleinefelter, Turner, enfermedad de Stiff-man y Lipoatrofias.

Representan menos del 5% de todos los casos de diabetes diagnosticados y son (Ver graf. 2): •

Diabetes tipo 3A: defecto genético en células beta.

Diabetes tipo 3B: resistencia genética a la insulina.

Diabetes tipo 3C: afecciones del páncreas.

Diabetes tipo 3D: debido a defectos hormonales.

Diabetes tipo 3E: ocasionada por fármacos o compuestos químicos.

Diabetes Gestacional Es la intolerancia a la glucosa que se diagnostica por primera vez durante el embarazo. Es decir, que aparece en el transcurso de un embarazo, en una mujer previamente no diabética. La Diabetes Gestacional se produce como consecuencia de los cambios hormonales propios del embarazo, pudiendo llegar a afectar al 12% de las mujeres embarazadas, dependiendo del método utilizado para el diagnóstico y la población valorada. La existencia de Diabetes Gestacional puede tener repercusiones tanto para el feto como para la madre. Sobre el feto puede incrementar el riesgo de macrosomía (feto grande para la edad gestacional), lo que puede condicionar distocias y traumatismos en el parto y una mayor frecuencia de cesáreas. También puede aumentar la posibilidad de que exista miocardiopatía hipertrófica o inmadurez fetal. (Ver fig. 4) Intolerancia a la glucosa y glicemia de ayunas alterada La Intolerancia a la glucosa se caracteriza por una respuesta anormal a una sobrecarga de glucosa suministrada por vía oral. Este estado se asocia a mayor prevalencia de patología cardiovascular y a riesgo de desarrollar diabetes clínica (5-10% por año). El paciente tiene valores elevados de glucosa en sangre sin llegar a los valores de una diabetes Mellitus tipo II. La glicemia de ayuno alterada se caracteriza por el hallazgo de una glicemia de ayuno entre 110 y 125 mg/dl. Su identificación sugiere el realizar una prueba de sobrecarga de glucosa oral, para su clasificación definitiva. 2.1.2 EPIDEMIOLOGÍA La diabetes es una enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo. Se


calcula que de cada 100 personas, entre 6 y 10 tienen diabetes y la más frecuente se da en personas mayores de 65 años. Aunque en la actualidad no existe curación, la diabetes se puede controlar si se sigue el tratamiento adecuado.

Tebar, 2009. La diabetes Mellitus es una enfermedad crónica con un importante impacto sociosanitario por su alta frecuencia, las complicaciones que conlleva y su elevada mortalidad. En base a lo anterior es importante conocer con cierta exactitud la magnitud del problema. En este sentido la información que proporciona la epidemiología de la diabetes es fundamental para planificar recursos sanitarios, poder adaptar la oferta asistencial a la demanda real, avanzar en el conocimiento de la etiopatogenia de la enfermedad e incluso, plantear la prevención de esta enfermedad.

La frecuencia de diabetes ha aumentado dramáticamente en los últimos 40 años sin considerar que tanto en los países desarrollados como en los subdesarrollados existe un subregistro. En 1955 existían 135 millones de pacientes diabéticos, se esperan alrededor de 300 millones para el año 2025. Entre1995 y 2025 se ha estimado un incremento de 35% en la prevalencia.

Predomina el sexo femenino y es más frecuente en el grupo de edad de 45 a 64 años. La prevalencia es mayor en los países desarrollados que en los países en vías de desarrollo y así continuará; sin embargo, el incremento proporcional será mayor en países en vías de desarrollo.

Los afroamericanos, los hispanos o latinos estadounidenses, los indos americanos, algunos asiáticos americanos y nativos de Hawai o de otras islas del Pacífico enfrentan un riesgo particularmente alto de padecer diabetes tipo II o diabetes de adultos, acompañada de complicaciones. Es importante considerar las diferencias de edad de la población cuando se realizan comparaciones por raza y grupos étnicos, debido a que la mayoría de las poblaciones minoritarias son más jóvenes y tienden a contraer diabetes a edades más tempranas que las poblaciones blancas no hispanas. Según datos estadísticos, atendiendo a razas humanas, se obtienen diferentes porcentajes potenciales para padecimiento de diabetes:


El 6.6% de los blancos no hispanos,

el 7.5 % de los asiático americanos,

el 10.4% de los hispanos

el 11.8% de los negros no hispanos.

2.2.

DIABETES MELLITUS TIPO II

Las enfermedades crónicas degenerativas constituyen una de las primeras causas de muerte a nivel mundial. Entre este tipo de padecimientos se encuentra la Diabetes Mellitus Tipo II. La diabetes tipo II es una enfermedad crónica que representa entre el 90 y el95% de las personas con diabetes. Se presenta con mayor frecuencia entre los afroamericanos, los latinos, los nativos americanos y los asiáticos americanos de las islas Pacífico, así como los adultos. Es una enfermedad frecuente y subdiagnosticada que plantea desafíos para su tratamiento.

La diabetes tipo II es causada por un problema en la forma como el cuerpo produce o no puede utilizar adecuadamente la insulina. Las funciones de la insulina conllevan a un deficiente metabolismo celular, resultando en un aumento en los ácidos grasos, en los niveles circulantes de triglicéridos y un descenso en la concentración de la lipoproteína de alta densidad. La insulina es necesaria para mover el azúcar en la sangre hasta las células, donde ésta se almacena y se usa posteriormente como fuente de energía.

Cuando se tiene diabetes tipo II, la grasa, el hígado y las células musculares, como resultado, el azúcar de la sangre no entra en las células con el fin de ser almacenado para obtener energía. Cuando el azúcar no puede entrar en las células, se acumulan niveles anormalmente altos de éste en la sangre lo cual se denomina hiperglucemia. Existen dos razones por las que no se puede utilizar la insulina:


Las células beta producen más insulina pero no la suficiente para reducir los niveles de azúcar en la sangre y cubrir los requerimientos de la energía del cuerpo.

En la resistencia a la insulina, los mecanismos de las células para utilizar la insulina no son los adecuados y, por lo tanto, no pueden introducir el azúcar a la célula.

Cuando la glucosa se acumula en la sangre en lugar de penetrar en las células pueden presentarse dos problemas: •

En lo inmediato, las células pueden quedar privadas de energía.

Con el paso del tiempo, los niveles altos de glucosa en la sangre pueden dañar los ojos, los riñones, los nervios o el corazón.

Es una enfermedad que dura toda la vida (crónica). A veces no son evidentes los síntomas de la diabetes tipo II y pueden tardar tiempo en mostrarse y en algunos casos ésta es diagnosticada cuando ya se han producido daños irreversibles en el organismo. Por eso es recomendable que todas las personas se realicen un examen de glicemia por lo menos una vez al año. Los síntomas habituales son

Orinar con frecuencia y en grandes cantidades, fenómeno conocido como poliuria. Como los riñones están afectados por los altos niveles de glucosa en la sangre, necesitan desechar la glucosa que sobra y lo hacen por medio de la orina.

Sed excesiva, llamada polidipsia, Al orinar se pierde una gran cantidad de líquido, lo que provoca sed por lo que el organismo necesita un mayor aporte de líquido para mantener un nivel adecuado de hidratación.

Aumento de apetito excesivo a toda hora, también llamado polifagia. Visión borrosa o cambios repentinos en la visión, formándose minúsculos cristales que se interponen en el campo visual formados por el desbalance osmótico en la diabetes mal controlada.

Heridas que no sanan

Azúcar en la orina

Piel reseca

Piquetes en los pies y genitales

Infecciones urinarias y vaginales frecuentes

Cansancio frecuente, ya que el paciente no puede obtener la energía de la glucosa de


una forma adecuada. •

Entumecimiento en las manos y pies.

Cortaduras o heridas que tardan en cicatrizar.

Disfunción eréctil

2.2.1 FACTORES DE RIESGO PARA SU APARICIÓN Las

personas

de

ciertos

grupos

étnicos,

como

los

afroamericanos,

los

hispanoamericanos, los asiáticos americanos y los nativos norteamericanos, tienen un mayor riesgo de padecer diabetes. Toda persona mayor de 45 años debe hacerse revisar el nivel de azúcar (glucosa) en la sangre al menos cada tres años. Los chequeos regulares de los niveles de glucemia deben comenzar a una edad más temprana y realizarse con mayor frecuencia si uno está en mayor riesgo de padecer diabetes.

La edad.- El riesgo de desarrollar diabetes tipo II aumenta con la edad. En personas con edad inferior a los 45 años es menos frecuente desarrollar este tipo de diabetes. La causa exacta de la diabetes tipo II aún sigue siendo desconocida pero con el rápido aumento del número de personas a quienes se les ha diagnosticado esta enfermedad en los últimos años, nuevas teorías e investigaciones se están desarrollando.

Historia familiar.- Ciertamente la historia familiar y la genética juegan un papel importante. Si uno de sus padres tiene la enfermedad, la persona tiene un alto riesgo de desarrollarla también. Los hijos de las personas con diabetes tipo II se deben medir sus niveles de azúcar anualmente.


Bajo nivel de actividad.- El estilo de vida también juega un papel muy importante. Como cada vez la vida se vuelve más sedentaria, ha aumentado importantemente el número de casos de diabetes tipo II, especialmente en niños con obesidad e inactivos.

Las personas generalmente desarrollan diabetes tipo II después de los 45 años, pero en años recientes el promedio de edad de aparición de la enfermedad ha disminuido. La diabetes tipo II ha empezado a presentarse en niños también. La diabetes Gestacional incrementa el riesgo de que la mujer desarrolle diabetes tipo II. La raza y el grupo étnico juegan un papel muy importante en el riesgo de desarrollar la diabetes tipo II, especialmente los afroamericanos, los hispanos indígenas americanos y los asiáticos. Entre otros factores, se cuentan también los siguientes: •

Una dieta deficiente

Peso excesivo especialmente alrededor de la cintura.

Intolerancia a la glucosa identificados previamente por el médico.

Presión arterial alta(hipertensión)

Colesterol HDL de menos de 35 mg/dL o niveles de triglicéridos superiores a 250 mg/Dl


2.2.1.1 HÁBITOS NUTRICIONALES En combinación con el ejercicio y medicaciones, la nutrición es esencial para mantener su diabetes bajo control. El comer una dieta balanceada y la observancia del tamaño de las porciones de comida, también ayudara a mantener un nivel de glucosa normal. Al seguir un plan de alimentación saludable, se mejora el estándar de salud en general. Un equipo de atención médica, se sugiere siempre, puede ayudar a crear un plan que logrará alcanzar y mantener niveles de glucosa y de presión arterial normales o casi normales. Además de: •

Alcanzar y mantener un perfil de lípidos y lipoproteínas (colesterol y otras grasas que se encuentran en la sangre) que reduzca el riesgo de enfermedades coronarias y arteriales.

Retrasar o posiblemente prevenir el desarrollo de complicaciones relacionadas con la diabetes al adoptar un estilo de vida saludable.

Papel importante en este punto en referencia a preferencias personales y necesidades culturales, así como a voluntad propia de cambio. El comer debe ser una experiencia placentera al no limitar las opciones de alimentos, a menos que existan pruebas científicas contundentes que avalen lo contrario.


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