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Otro tren que pasa por la estación argentina: nos subimos esta vez?

Alejandro Arroyo Welbers PhD - MBA - MSc.

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La invasión de Ucrania por parte de Rusia no hace más que poner, una vez más en evidencia, la falta de visión y la chatura intelectual de nuestros políticos, sean del partido que fueren. En rigor de verdad, a nadie nunca se le ocurrió interpretar el diario del viernes en vez de comentar el diario del lunes, en donde los resultados de todos los partidos ya se encuentran disponibles. Tampoco la Sra. Angela Merkel ha leído el diario del lunes, toda vez que ha permitido que el tirano Putin sea el responsable no sólo de la provisión del 40% del gas que Europa Occidental consume, sino que también le ha permitido operar los gasoductos por los cuales corre, aún, el preciado hidrocarburo. Para peor, el resto del gas es mayormente provisto en modo GNL vía marítima por países tales como Qatar y Argelia, los cuales pueden tornarse de un minuto a otro en un tanto impredecibles, verdad? Una vez más, el Tío Sam sale a socorrer a los atribulados europeos que, de repente, se sienten sorprendidos y conmovidos ante la jugada de Rusia.

Todo esto nos prueba que los europeos, si bien con menor frecuencia y gravedad que nosotros, también se equivocan, y bien feo. Ahora bien, y por casa cómo andamos? Hay una variable en la provisión de cualquier recurso estratégico que los europeos han ignorado de manera sorprendente que se denomina “source security” o seguridad de origen. Putin alguna vez la tuvo? Qatar o Argelia realmente cumplen con esta regla? Cómo se explica que Europa Occidental haya cometido tremendo yerro y no haya previsto que lo de Ucrania era solo cuestión de tiempo, siempre que uno sepa anticipar tendencias con el diario del viernes, claro está.

Pues bien, mi estimado lector, la razón se llama comercio internacional. Europa le ha vendido absolutamente de todo a Rusia desde ya hace muchos años, razón por la cual ha priorizado su balanza comercial a construir fuentes alternativas de energía. Y aquí es donde viene

Vaca Muerta, el 2do shale gas más grande del mundo y el 4to shale oil más grande del mundo. Sin embargo, nosotros, los argentinos, si bien nos sale el gas casi por las orejas, preferimos no construir ni los ductos, ni la planta de licuefacción que serían necesarios para hoy día ser un jugador mundial de peso en la provisión de GNL vía marítima y ser un proveedor de creciente peso no sólo para Europa sino también para el Asia Pacífico. Acaso Argentina mantiene el mismo nivel de “source security” que Putin o países del Medio Oriente? O no será acaso que quienes no califican para esta cláusula es nuestra clase dirigente. Y en este sentido me refiero tanto a nuestros políticos como los miembros del establishment empresario, sorprendentemente carentes ambos de otra variable de gran valor en el mercado mundial llamada “liderazgo”. Para peor, todos los años debemos importar buques de GNL a precios de mercado, los cuales hoy por hoy y por razones obvias, se encuentran un tanto inflados. Eso sí, no hemos dudado en diseñar la regasificación necesaria en tiempo récord, tanto en Bahía Blanca como en Escobar.

O no será acaso que quienes no califican para esta cláusula es nuestra clase dirigente. Y en este sentido me refiero tanto a nuestros políticos como los miembros del establishment empresario

Es en estos días que la Unión Europea se está seriamente replanteando los orígenes del gas. Y yo me pregunto, cómo puede ser que la diplomacia argentina, sus políticos y sus empresarios más relevantes no les hayan aún metido un tackle con el fin de posicionar al país como una alternativa válida, dadas las limitaciones estructurales, estratégicas y de oferta que tienen tanto los EEUU, como Canadá y Australia. Tampoco resulta creíble una profundización del mercado de Medio Oriente en vistas a limitaciones de oferta. O acaso Europa buscará reemplazar proveedores con Irán u otros países de Asia Central? Dos veces el mismo error resulta impensable, verdad? Europa a su vez, también tiene limitaciones en su estructura de regasificación, la cual puede expandirse al tiempo que se expandiría potencialmente Vaca Muerta. Sin embargo y con el mismo razonamiento y modus operandi hemos transitado el NO a las salmoneras de la mano de un país que si sabe algo aparte de petróleo, es de la industrialización del salmón a nivel global, como lo es Noruega.

Lógicamente, todas estas propuestas requieren de un Estado mucho más eficiente y redimensionado que permita dinamizar la economía bajando impuestos y encarando las tan demoradas reformas estructurales.

También prevalece el NO al proyecto de clase mundial de plata en Chubut de la mano de los canadienses, quienes además de conocer mucho de salmones, conocen aún más de minería a nivel mundial. Y como si esto fuera poco, la ciudad de Mar del Plata se ha dado el lujo de interrumpir las tareas de exploración conjunta en el Mar Argentino de YPF y EQUINOR de Noruega, país el cual es rico no sólo por sus salmones, sino principalmente por el petróleo del Mar del Norte y la integración de su cadena de valor. Valga la aclaración, Noruega tiene un PBI p/cápita de USD 67.000 y Canadá de USD 43.000, mientras que Argentina apenas llega a los USD 8.500 para continuar exitosamente transitando su tendencia bajista. Afortunadamente, un juez con sentido común, bien escaso si lo hay en estas tierras, ha levantado la prohibición que existía al respecto por parte de algún militante judicial extraviado. Aparte de criticar, propongo una idea. Ya que la UE dejará de exportar innumerables manufacturas de origen industrial al ex amigo Vladimir, qué tal si relanzamos el acuerdo MERCOSUR-UNIÓN EUROPEA para beneficio de ambos bloques? Y si de paso nos integramos con la ALIANZA DEL PACÍFICO para acceder vía Chile al Asia-Pacífico? Y qué hay de un acuerdo MERCOSUR-CANADÁ y/o MERCO- SUR-SINGAPUR?

Lógicamente, todas estas propuestas requieren de un Estado mucho más eficiente y redimensionado que permita dinamizar la economía bajando impuestos y encarando las tan demoradas reformas estructurales. Ahí está, me parece, el tema de fondo a resolver. A partir de allí, la inversión directa extranjera no será más un fenómeno ocasional, Vaca Muerta inclusive. Propongo subirnos a este tren.

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