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El desafío de los primeros 90 días

Lic. Yanina S. LOJO

Mg. en Dirección de Finanzas y Control. Titular de Consultora Lojo @mg.yaninaslojo www.consultoralojo.com

El 13 de marzo se cumplirán los primeros tres meses de la nueva administración y muchos se pregunta ¿Qué cambios hubo? ¿La situación para el comercio exterior realmente mejoró? ¿Qué queda por delante?

Los primeros 90 días han sido agitados, llenos de cambios y constituyeron un verano a típico para la actividad. Meses como enero y febrero solían ser tranquilos por el receso de verano y el año nuevo en China. Sin embargo, desde diciembre de 2023 el lenguaje de comex se inundó de nuevas palabras: SEDI, DJDI, BOPREAL, entre otras. Y con ellas la intensidad creció, y por momentos, acompañó las altas temperaturas.

Entre tantos movimientos, quedan flotando en el aire las preguntas obvias: ¿Qué cambió? ¿Mejoró la situación? ¿Qué nos queda por delante? ¿Hacia dónde vamos?

De la SIRA al SEDI

Mediante la Resolución General Conjunta Nº5466/2023 se implementó el Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI). Y de esa manera, le dijimos chau a la SIRA, la SIRASE, la Cuenta Corriente Única de Comercio Exterior y toda una serie de trabas que nos enloquecieron desde octubre de 2022. Pero este no es un Sistema estático, que tras su implementación no ha sufrido cambios, por el contrario. Cuando pensábamos que tendríamos que seguir luchando con criterios arbitrarios impuestos por la AFIP, la Secretaría de Comercio anunció que la Capacidad Económica Financiera (CEF) ya no tendría incidencia en los trámites aduaneros. De esta manera, la CEF no desapareció, sino que volvió al ámbito tributario – impositivo y dejo de ser una herramienta para limitar las operaciones de comercio exterior.

Si a esto le sumamos la eliminación de las licencias de importación, y la simplificación o suspensión de algunos reglamentos técnicos vemos que el nivel de desburocratización que esta viviendo el comercio exterior es importante. Los cambios realizados en la práctica del despacho directo a plaza también apuntan en ese sentido.

Por el momento, la declaración anticipada que se realiza en el Sistema Estadístico de Importaciones funciona como tal y su aprobación no suele revestir mayor demora. Salvo en algunos casos donde los productos deben cumplir con algún requisito técnico y dependen de la aprobación de estos o de la revisión de los expedientes. Muchos importadores se quejan al respecto de esto y claramente, este es un punto donde se pude mejorar. Pero sacando esos casos, el resto del universo ha ganado una enorme previsibilidad.

El Padrón de Deuda Comercial y la DJDI

Stock y Flujo no son dos palabras que resulten ajenas, pero cómo utilizarlas y definir qué operaciones calificaban en cada categoría se volvió un desafío para muchas empresas. Con la llegada del SEDI, se creo que el Padrón de Deuda Comercial dado que toda la deuda comercial anterior al 12 de diciembre de 2023 quedo congelada, no era posible acceder al mercado para pagarla.

Para determinar el nivel de deuda, la Secretaría de Comercio implementó la Declaración Jurada de Deuda de Importación (DJDI). A través del micrositio de la AFIP durante casi un mes las empresas debían ingresar e informar la deuda comercial contraída por importación de bienes o servicios.

En este caso, hubo bastantes dificultades que afrontar durante el proceso: operaciones que en principio no se podían cargar y que poco a poco se fueron incorporando; cambios en la manera de declarar; el sistema de carga en si mismo que para muchas firmas resultó engorroso.

Al cierre del proceso de empadronamiento hubo buenas y malas noticias. Es importante tener en cuenta que muchas empresas se dieron cuenta que habían olvidado declarar operaciones, otras que habían cometido errores, muchas que se perdieron en el ir y venir de los cambios, tantas que no realizaron la declaración. También hubo operaciones que quedaron afuera, que nunca se pudieron declarar como, por ejemplo, los despachos realizados indicando que se iban a pagar Con Giro de Divisas Propios.

La mala noticia es que el Padrón esta cerrado y no admite, hasta el momento en que se redacto este artículo, cambios ni correcciones. Por lo cual, todos aquellos que cometieron errores involuntarios hoy no pueden hacer ninguna modificación y esto implica una serie de inconvenientes a la hora de querer canalizar el pago al proveedor a través de algún instrumento de los ofrecidos. Ya sea que una empresa declaró por error mal el monto adeudado, la moneda, o incluso si la se debía el total o solo un parcial no puede cambiar lo ya indicado. Otras empresas al principio informaron las operaciones de Zona Franca mediante la carga del ZFE, pero luego se indicó que se debía cargar con el ZFI, hoy enfrentan dificultades. Recordemos que inicialmente uno poseía 72 horas hábiles para anular una DJDI, sin embargo, los últimos días en que funcionó el empadronamiento eliminó este condicionante temporal y todas las declaraciones juradas cargadas podían ser anuladas y vueltas a cargar. Pero como mencionamos antes, no fueron pocos los que se perdieron en el ir y venir, y no se enteraron de este cambio más que significativo.

En el caso de servicios, las dificultades para su informe se presentaron casi hasta la última semana del empadronamiento y eso motivo a que muchas organizaciones no informarán o no llegarán a cargar de manera adecuada su deuda. El criterio de prestado o devengado hasta el 12 de diciembre en algunos casos confundió y muchos hoy se acercan a las entidades bancarias para pagar una deuda considerándola como flujo y descubren que en realidad debía estar en el Padrón.

Pero la buena noticia, es que luego de que se recabarán todos estos datos y se comprobará el nivel de endeudamiento se decidió que se iba a dar un acceso especial a las empresas PYME.

La deuda comercial, ¿De cuánto era?

La cuestión de la deuda comercial fue durante todo 2022 un gran problema. Mientras que las SIRA se aprobaban para que la actividad no cayera, las obligaciones con los proveedores no podían honrarse porque el acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) era constantemente pospuesto. Hacia diciembre la situación ya era crítica y muchos se encontraban al borde de perder todo el esfuerzo de una vida. Según informó el Banco Central en el Padrón se registraron un total de deudas netas por USD 42.600 millones, luego de descontar cerca de USD 8.500 millones que fueron declaradas canceladas sin acceso al mercado de cambios.

A septiembre de 2023, según la información disponible por el Relevamiento de Activos y Pasivo el monto adeudado era de USD 53.365 millones. Posteriormente, y en un análisis más detallado, la autoridad monetaria explicó que incorporando a este stock la diferencia entre lo importado y lo pagado en el mercado de cambios hasta el 12 de diciembre, la deuda por la importación de bienes y servicios habría alcanzado un total de USD 57.800 millones a esa fecha.

Concluyendo que, en casi un año, desde el 31 de diciembre 2021 hasta el 12 de diciembre de 2023, se registró un incremento del stock de deuda de los importadores por USD 27.400 millones. Como indicaran desde el

Banco Central el aumento de deuda comercial durante 2022 y hasta 12 diciembre 2023 de USD 27.400 millones equivale a un alza de 90% en menos de dos años.

Pero hubo más información que el BCRA pudo brindarnos para marcar la compleja situación que enfrentaba el sector como, por ejemplo, que mediante lo datos actualizados que se obtuvieron con el Padrón de la Secretaría de Comercio (USD 42.600 millones) sugiere que la deuda comercial de importadores que excede el monto habitual con el cual opera la economía seria de aproximadamente USD 13.600 millones.

El acceso a las Mi PYMES, un alivio para algunos

Tras analizar los datos registrado y comprobar que había un alto grado de atomización de la deuda, la Secretaría de Comercio y el BCRA resolvieron proveer una alternativa que para las PYMES. Según indicaron el beneficio iba a alcanzar a más de 10.000 empresas, dentro de las cuales más de 5.100 son micro pymes, cerca de 3.900 pequeñas y cerca de 1.000 medianas. Indicando que de esta manera quedaba representado un 80% del universo total de Mi PyMEs y más del 70% del total de empresas registradas en el Padrón.

Desde el 10 de febrero de 2024, aquellas empresas que califican como My PYME que hubieran empadronado deuda por un monto inferior o igual a USD 500.000 podrían acceder al MULC de manera escalonada para pagar la deuda pendiente.

De esta manera, y siguiendo una calendarización, aquellas firmas que se encuadran en la situación anterior podrían hasta el 9 de marzo cancelar hasta USD 50.000, hasta el 9 de abril unos USD 100.000 adicionales, y desde el 10 de abril podrían acceder al MULC para pagar la totalidad de lo adeudado.

Esto permitió que muchos respiraran más aliviados. Mientras que otros quedaron insatisfechos. Aquellos que su deuda apenas superaba los USD 500.000, los que ingresaron al mercado financiero para pagar porque les urgía cumplir con sus obligaciones y que hoy deben cumplir con el famoso “parking” si quieren volver al MULC o aquellas que teniendo una deuda inferior suscribieron BOPREAL pensando que sería el único camino y tuvieron que realizar el recorrido más largo. Sin embargo, la mayoría de las MyPYME no habían ingresado a licitar el bono ofrecido y este camino les abrió una puerta.

Según informará el BCRA desde la entrada en vigor de este beneficio hasta el 22 de febrero más de 2.600 empresas habían realizado pagos de deuda de importaciones por un total de USD 80 millones.

El BOPREAL superó las expectativas

Mientras tanto el Banco Central sigue ofreciendo el BOPREAL o Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre, la alternativa que tienen el resto de las firmas para pagar sin perder el acceso al MULC.

Cuando se anunció, más allá de la polémica que muchos quisieron instalar sobre una falsa estatización de la deuda, había mucho escepticismo en relación con la aceptación de este. Pero mediante una serie de facilitación que aplicó la autoridad monetaria, las licitaciones hasta ahora han tenido bastante éxito. El BOPREAL Serie 1 logró colocar el máximo del valor nominal ofrecido por unos USD 5.000 millones. Lo mismo sucedió con el BOPREAL Serie 2 con una colocación por valor nominal de USD 2.000 millones. A fines de febrero se comenzó a ofrecer el BOPREAL Serie 3. La licitación sería de por unos USD 3.000 millones de Valor Nominal.

Ayudo significativamente que se permitiría a las empresas que suscribían estos instrumentos negociarlos en el mercado secundario sin necesidad de tener que contar con una cuenta propia en el exterior. También la posibilidad de poder ingresar desde el 1º de abril al mercado financiero para adquirir la diferencia cuando el precio obtenido por la venta en el mercado secundario fuese inferior al valor nominal, para poder adquirir los dólares necesarios y para cancelar completamente la deuda sin perder el acceso al MULC.

Obviamente, quedan dudas sobre qué sucederá con el resto de la deuda. Dado que el monto total ofrecido en BOPREAL más el beneficio que se dio a las PYMES no llegarían a cubrir la totalidad de la deuda. ¿Cómo se canalizarán los pagos? ¿Se vendrá la apertura del cepo?

Los desafíos que quedan por delante

A pocos días que se cumplan los primeros tres meses del cambio de administración y que comenzarán a aplicarse cambios en el comercio exterior argentino quedan muchos desafíos por sortear.

¿Qué sucederá con la deuda pendiente que no se canalizó por ahora por alguno de los instrumentos ofrecidos? Al mismo tiempo, ¿cómo se subsanarán situaciones como las de las operaciones declaradas con dólares propios? Ya que no se pudieron empadronar y no se pueden pagar tampoco, aunque la empresa posea los fondos para hacerlo. Y no es que las empresas estén pidiendo que les dejen pagar con algunas de las herramientas que se presentaron para el resto, solamente quieren acceder a sus dólares para canalizar los pagos y cumplir con sus proveedores.

Por otro lado, según los datos del intercambio comercial del mes de enero las importaciones cayeron en enero un 14,3%. Algo que es lógico y que no responde solo a una caída en la actividad por el periodo de vacaciones. Las empresas hoy, en su mayoría, están avocadas al pago de la deuda. Lo cual no deja mucho margen para generar operaciones nuevas. Los proveedores no están dispuestos a enviar nuevos embarques hasta tanto no se cancele lo anterior. Y para algunas empresas, que no ingresan en el beneficio de las MY PYME, el BOPREAL tampoco ha sido una opción y siguen buscando su camino.

Al mismo tiempo, cuando nos encontramos con un importador afortunado que no está endeudado tampoco puede operar porque dentro del esquema cambiario actual la única opción es el pago diferido, incluso para la mayoría de los casos se debe hacer en cuatro cuotas de hasta 120 días. Y el financiamiento es prácticamente inexistente. Entonces muchas operaciones se paralizan.

Todos esperamos ansiosamente que el campo comience a liquidar la cosecha para que ingresen dólares genuinos a la economía y el cepo se relaje, pero la situación no ha mejorado mucho en el último tiempo para las economías regionales y el campo en general. En un principio, tuvimos la cuestión de las retenciones y una posible suba. Pero eso fue zanjado rápidamente. Una de las cuestiones que más está afectando a todo el interior productivo, a todas las cadenas de valor del país, es la inflación y la suba de los costos locales.

El otro de los problemas que en general está teniendo un impacto negativo es el factor climático. A finales de febrero, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) confirmó un recorte en las proyecciones para las cosechas de soja y de maíz 2023/24 que se ubicarán en torno a 49,5 millones y 57 millones de toneladas, respectivamente, por el impacto de la ola de calor de más de 10 días. A esto se le suman una muy buena cosecha de Brasil y la situación económica de China, que está generando un efecto negativo en el precio de todos los commodities.

Con respecto a las cuestiones operativas, todavía queda por mejorar las cuestiones burocráticas vinculadas con algunas cuestiones técnicas, pero, por ahora, todo parece indicar que paulatinamente debería irse normalizando y agilizando.

¿Un futuro?

Venimos de una situación muy compleja, donde convivimos con innumerables trabas, distorsiones y problemas que dejaron a muchas empresas fuera de mercado, y otras al borde del cierre. El año pasado nos planteábamos si el comercio exterior esta al borde del precipicio. Queda mucho camino por recorrer, pero pareciera que la decisión es tomar el sendero correcto, entendiendo que el comercio exterior es clave para el crecimiento de la economía argentina, y el desarrollo del enorme potencial que tiene nuestro país. Es clave que todos los agentes – tanto públicos como privados -, que son claves trabajen mancomunadamente y respetando las tareas y responsabilidades de cada uno para que dejemos atrás este capítulo y construyamos un mejor futuro.

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