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Al que le quepa el sayo que se lo ponga…
Richard Leslie RAMSAY
Editor | Director Revista Desafío Exportar
El presidente de la nación, Javier Milei, dio comienzo a las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, con un discurso cercano a una hora, en la que volcó verdades por primera vez dichas públicamente que movió las sillas de aquellos que les cabía el sayo, y que mereció tantas interrupciones por aplausos como pocas veces se lo recuerda.
El paneo por los bloques de la oposición mostraron tantas caras largas y preocupadas que implícitamente ponía en evidencia que cada misil pegaba en la línea de flotación de todo el arco político tradicional, acostumbrados a vivir a costa de los trabajadores y de las prebendas del Estado. Políticos y sindicalistas ricos y una población y trabajadores pobres.
El discurso de Milei sorprendió a propios y extraños, a unos gratamente, por escuchar la ratificación de las medidas a tomar muchas veces anunciadas durante la campaña pre-electoral y los otros porque descreían que Milei podría llevar a cabo dichos anuncios, convencidos que hocicaría antes las presiones políticas y sindicales. Asombrados seguían su discurso en el mayor silencio y la amenaza de escucharlo de espaldas, a excepción de un desconocido diputado, nadie siquiera insinuó la posibilidad de hacerlo. Toda la oposición en silencio como en misa, y algunos azorados pensando y ahora que voy a hacer.
La corrupción, el robo, el amiguismo partidario, el “ñoquismo” fueron anunciados como el The End de una época donde primó la impunidad y la vida fácil para muchos, dado que el galardón que lucían de “militante” les aseguraba un cargo con suculento sueldo en algunas de las cuevas kirchneristas; Inadi, Telam, Enarsa, Televisión Pública, y decenas de empresas como asimismo ministerios creados con el solo fin de ubicar a los amigos del gobierno de los tres mosqueteros: Cristina, Alberto y Massa. Para estos tres desearía augurarles (deseando que se cumpla), el recorrido de los pisos y pasillos de Comodoro Py en forma frecuente, ya que a cada paso aparecen nuevas causas.
Los periodistas “ensobrados” como les llamó Milei se revuelcan en sus camas pensando cómo cambiar sus discursos para permanecer vigentes. Los Sylvestre, Duggan y tantos otros no les resultará fácil cambiar de bando, ya que sus figuras son inmediatamente asociadas a Cristina Fernández viuda de Kirchner y todo el mal ocasionado al país y su gente. A estos se suman los que apoyaban pero se dieron vuelta ante la falta de pauta personal.
La eliminación de la pauta oficial por un año (renovable por otros tres) va a determinar inexorablemente la convocatoria de algunos medios o el cierre definitivo, ya que se sostienen exclusivamente a través de cifras millonarias que pagaba el gobierno para tener medios y periodistas para ensalzar las obras inexistentes del gobierno de Cristina y Alberto, sumado a éstos, tardíamente, Sergio “Terminator” Massa, y entre los tres finalizar de destruir el país de lo poco que quedaba en pie, elevar la pobreza y la indigencia a niveles nunca vistos y una inflación imparable.
La labor de Javier Milei para poner el orden en nuestro país y transformarlo nuevamente en “normal” no será sencilla por la cantidad de bombas caza bobos que sembró el trio maléfico antes de abandonar el gobierno abrumados por un resultado electoral único en la historia que le dijo basta a un peronismo caduco y un kirchnerismo mafioso. Construir un nuevo país desde los cimientos sería una tarea mucho más fácil que recomponer la Argentina tal cual la dejan Cristina y su banda mafiosa.
Volver la Justicia confiable con jueces probos; disminuir al máximo posible la invasión de productores y traficantes de drogas; elevar planes de enseñanza acordes a las exigencias del mundo moderno; eliminar la delincuencia que creció en forma desmesurada ante la carencia de oportunidades para si mismos, sus hijos y sus nietos; transformar el mercado laboral, de expulsor de nuevos empleos a captación, modificando la actual ley laboral injusta que segrega a quienes necesitan trabajar por la perniciosa industria del juicio creada por un grupo de abogados laboralistas.
Refundar la Argentina significará sangre, sudor y lágrimas, un sacrificio que indudablemente conllevará el nuevo país, pero todo y cada uno de lo expuesto tendrá su recompensa en nuestros hijos y nietos regresando en lugar de buscar en un mapa hacia donde emigrar.
Javier Milei, si lo dejan gobernar y el pueblo acompaña no dejándose llevar por campañas mafiosas nos presenta un horizonte despejado, una luz al final de túnel sin temor que es otro tren que viene en sentido contrario.