www.desdesoria.es ######### septiembre 2016
20
ANUNCIACIÓN Texto: Susana Gómez Redondo Fotografía: José Antonio Díaz
Hacía viento y era otoño. Un aire casi teñido de gris en el que dejarse ir por la pendiente por la que caen las hojas. Hacía tiempo que los vencejos ya se habían marchado, y las tardes empezaron a parecerse otra vez a meandros sin salida, brazos de agua detenida que no saben a dónde ir. Entonces recordó las cicatrices quietas de los árboles. Su vello-rama encrespado. La luz que atere. Intuyó el frío de otro invierno habitando las horas largas, los días escasos, las noches oscuras del cuerpo. Y le sobrevino otra vez el escalofrío de cada septiembre. La tarde que se hace breve, los vellos-rama erizándose como una anunciación: vendrá el invierno y desnudará los árboles. Entonces ella le convenció para que alzara la vista: más allá de las copas le dijo. Por encima de cada poda, cada herida, cada garza sola y fría. Imaginó el cielo detrás de sus muñones. Recortándose. Con los ojos les recorrió los pies, el tronco, la cabeza... Usó los dedos para dibujarles un cielo de invierno. Cambió la hora y la luz. Resbalaba la tarde. Mientras pronunciaban sus nombres, sintió las nubes y las garzas vistiéndose de un plomo metálico, casi brillante. Olía a humedad y mundo bien lavado. A tierra. A humus. A otoño revelado. – De poder elegir, dijo ella, solicito una geografía con alma de equinoccio. El azul volvía densos los contornos. Entonces tuvo ganas de encender una hoguera en la que invernar. Construir bajo las sábanas un iglú para dos. Desnudarse… Y sintió el vello erizado: vendrá el invierno y seremos árboles #