El aire que respiramos tiene efectos importantes en nuestra salud y bienestar. Teniendo en cuenta que pasamos en promedio más del 90% de
nuestro tiempo en lugares cerrados, la calidad del aire de los ambientes interiores es de vital importancia. La presencia y tamaño del material particulado (PM) o polvo fino es un factor determinante en la calidad del aire y está directamente relacionado con posibles problemas de salud. Una vez inhaladas, estas partículas pueden contribuir a la propagación de contaminantes microbianos, como el moho, el polen y los alérgenos. Además, pueden afectar al corazón y los pulmones y causar graves problemas fisiológicos (por ejemplo, cambios en la función pulmonar o marcadores de inflamación).