livio vacchini: la casa que dialoga con el tiempo
diego
franco
estrategias proyectuales en
coto el
| paisaje
del
enero
del
dos
mil
doce
siglo xx: francisco arqués y luis martínez santa-maría
escuela técnica superior de arquitectura de madrid | departamento de proyectos arquitectónicos | máster en proyectos arquitectónicos avanzados
livio vacchini
contenido
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la casa que dialoga con el tiempo
05. el arquitecto 07. el lugar 09. la casa 15. en conclusi贸n 17. bibliograf铆a
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elarquitecto
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Aproximarse a la arquitectura de Livio Vacchini es emprender una búsqueda que requiere de una mirada atenta y prolongada. De primera impresión sus obras parecen no querer hablarnos, dado el carácter severo y riguroso que las acerca al silencio. No es coincidencia que esta cualidad marginal y de aislamiento se condiga con la situación de un país de un calculado distanciamiento ideológico, pero de una centralidad geométrica. Desde la pequeña región de Locarno, en el cantón Ticino al sur de Suiza, Vacchini es un arquitecto que trabaja desde lo local buscando un acercamiento a lo universal. El contexto geográfico del cantón está caracterizado por la presencia de los Alpes y una topografía de valles y lagos que separan el resto de Suiza y acercan las llanuras del norte de Italia. (Fig 01) La zona permaneció relativamente aislada de los grandes circuitos europeos hasta la construcción de la autopista a mediados de los cincuenta, cuando pasó a ser el vínculo entre las ciudades de Milán y Zúrich.
Fig 01. Vista aérea del Lago Maggiore y los alrededores..
La aparición en el mapa arquitectónico se dio a inicios de los setenta, en pleno auge del contextualismo, con la exposición “Tendenzen” de 1973. En ella se agruparon a varios egresados de la escuela de Zúrich, influenciados por Aldo Rossi durante su estancia como docente en el Politécnico de esa ciudad. La mayoría desarrollan su práctica en las zonas de Mendrisio, Lugano, Locarno y Bellinzona principalmente. (Fig 02) La característica común a todos ellos es el sesgo neorracionalista distanciado del estilismo rossiano. En ese sentido, es mucho más claro el apego a la arquitectura de los grandes maestros modernos como Louis Kahn, Le Corbusier, Frank Lloyd Wright, y, en el caso de Vacchini, sobre todo a Mies van der Rohe. Entre los antecesores se pueden rastrear desde Terragni o Gregotti, hasta la figura de Rino Tami o Tita Carloni, siendo los representantes más destacados de la escuela del Ticino: Mario Botta, Aurelio Galfetti, Luigi Snozzi, Livio Vacchini, entre otros. Debido al vínculo que establecen muchos de estos proyectos con el lugar, entrados los años ochenta Kenneth Frampton los identifica con la etiqueta de regionalismo crítico. La búsqueda de la esencia del habitar, relaciona esta arquitectura a la figura de Martin Heidegger y la fenomenología de la experiencia, multisensorial y significativa. Posteriormente, el desarrollo de esas teorías en el campo de la arquitectura por Christian Norberg-Schulz daría lugar al concepto del genius loci, y la reivindicación del papel activo del lugar en la arquitectura.
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Fig 02. Vista panorámica del Lago Maggiore en Locarno..
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el lugar
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La idea de lugar es entendida por Vacchini como una oposición tangible al edificio. Las propiedades orgánicas y naturales del entorno, en contraste con la arquitectura como un sistema estático claramente definido, dan lugar a una forma que conecta ambos en una entidad en tensión.
“No hay forma natural. La arquitectura es distinta de la naturaleza (...)añade a los dones de la naturaleza la gracia de un espíritu ordenador” Vacchini trabaja relaciones entre estructura, espacio y medida en un marco de orden y ritmos. Entiende por orden en arquitectura la manera en que un edificio que se apoya en el suelo, se levanta y se recorta contra el cielo. Y el ritmo determinado por la luz como geometría sobre la que se mide la estructura. Su arquitectura pretende dialogar con el pasado para rehacer el pensamiento desde las posibilidades técnicas del presente, perpetuando la tradición en un proceso constante de transformación.
Fig 03. Arquitectura tradicional del cantón Ticino..
En ese sentido, en el Ticino existe una tradición de canteros que diseñan lo necesario y construyen con una sabiduría transmitida de generación en generación. (Fig 03) De ahí que el interés de Vacchini se centre en la construcción como hecho fundamental del quehacer arquitectónico. No se trata de formalismos o nostalgia retórica, si no de la arquitectura como un acto de construir en relación al sentido del encargo y el espíritu del lugar. (Fig 04) Por lo tanto, la vinculación entre la obra y el lugar en Vacchini se puede comprender desde una dimensión ética, y no estética como un rescate de tipos vernáculos. A lo largo de su extensa trayectoria, Vacchini ha ido afinando conceptos e intereses en una búsqueda de la abstracción y síntesis, una paciente depuración hacia la esencialidad del hecho constructivo. Esto lo ha llevado progresivamente a fijarse en referentes del mundo antiguo, clásicos, atemporales. A partir de ellos, construye un pensamiento que lo libera del concepto de genius loci como consuelo y reivindica la construcción lógica que conquista un espacio y un tiempo singular.
“Trabajar es participar de un rito, es una celebración del trabajo hecho por quienes nos han precedido, un rehacer sus obras maestras, una restauración de sus pensamientos, una manera de prolongar su vida.”
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Fig 04. Paisaje en los alrededores del cantón Ticino..
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la casa
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La Casa Vacchini en Costa, Locarno, fue realizada en circunstancias particulares y se constituyó en una bisagra en términos intelectuales y proyectuales para el resto de su producción en adelante. Se trata de una casa de fin de semana que el arquitecto decide proyectar para sí mismo debido al momento de recesión económica y la disminución de encargos a inicios de los noventa.
“Es una casa para dos personas, y quería crear un nuevo tipo que fuera paradójicamente independiente de su función.” Fig 05. Situación actual de las viviendas en Santorini.
En ella, plasma conceptos que venía trabajando en obras previas, pero siendo a la vez el comitente, los encara de manera radical. El espacio orientado, la simetría bilateral y las grandes luces invertidas son los temas principales de la casa. Como en todas las obras de Vacchini, establece una serie de diálogos significativos en cada uno de estos aspectos con obras precedentes. De estos referentes se adoptan posturas y reelaboraciones críticas que vinculan indisolublemente a la casa con el lugar. Vacchini sostiene que las casas, de carácter privado, tienen una orientación, son contiguas, y por lo general cuentan con dos fachadas. Partiendo de esta premisa, un prisma se coloca engastado de forma longitudinal a la fuerte pendiente, creando relaciones particulares con el lugar en cada uno de sus frentes.
Fig 06. Tipología de casa túnel de las islas Cicladas.
En este sentido, el referente primigenio de la casa Vacchini es el de las casas Egeas de Santorini. (Fig 05) En estas, la implantación y situación topográfica son determinantes. Se trata de espacios longitudinales excavados en la montaña, de modo que uno de sus lados cortos se asoma al exterior, mientras el extremo opuesto queda ciego al estar enterrado. (Fig 06) Las similitudes con el paisaje de Ticino, y particularmente con la zona alpina de Costa alrededor del Lago Maggiore, hicieron que Vacchini estudie esta tipología previo al diseño su casa. En la vista área se puede apreciar el emplazamiento con el que Vacchini distingue claramente la naturaleza de la arquitectura. La disposición rectangular en el terreno deja amplias zonas a ambos lados de la casa para una vegetación de olivos muy cerca al prisma, a la vez que se asoma al paisaje lejano del lago y las montañas. (Fig 07) La casa Vacchini es también un espacio orientado longitudinalmente que se asoma hacia el paisaje. Sin embargo, se eleva gracias a un basamento que atrapa la pendiente –denominada “costa” en italiano-, sobre el que se desarrolla el espacio habitable de la casa. De esta forma, su lado ciego enfrentado a la
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Fig 07. Emplazamiento de la casa Vacchini en Tenero, Costa.
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montaña está en relación con la calle, y hacia los lados largos se establecen relaciones equivalentes simétricas con la pendiente. El principio de la tipología túnel de las islas Cicladas es reinterpretado en consonancia con el lugar.
Fig 08. Petite Maison, Le Corbusier 1924.
Durante el movimiento moderno, esta tipología deriva en las modulaciones celulares del tipo “Monol” de Le Corbusier. En proyectos como la Petite Maison, la villa Sextant, y la Casa Jaoul aparecen estos espacios túnel paralelos techados por bóvedas apoyadas en los muros longitudinales. Es así como surge para Vacchini el interés por el tema de la simetría bilateral, pero haciendo una crítica al techado con bóvedas de ladrillo. (Fig 08) Constructivamente, es Louis Kahn de quien proviene la referencia más importante para la casa Vacchini. En el Museo Kimbell de Texas, la lógica estructural de la cubierta se invierte, haciendo que la bóveda contrariamente a lo que sucede en los ejemplos anteriores de Le Corbusier y las casas de las Cicladas, se liberan los pórticos hacia los lados largos del espacio. (Fig 09)
Fig 09. Museo Kimbell, Louis Kahn1966.
En la casa Vacchini, la simetría bilateral y el concepto de inversión de las grandes luces se combinan en un único espacio direccionado. Vacchini lleva el concepto de inversión de las grandes luces un paso más allá, haciendo del arquitrabe un elemento horizontal. Mediante el uso de concreto pretensado en el eje mayor, la cubierta es una gran losa que se apoya en sus lados menores. A la vez, la simetría es acusada por el tabique central que soporta la losa del suelo y la sobrepasa, pero sin llegar a la altura de la cubierta. (Fig 10) Este gesto hace un eco del espacio de la Iglesia de los Jacobinos en Toulouse. En este espacio, las columnas aparecen en el eje de simetría de la nave, subdividiéndolo en dos partes equivalentes. De esta manera, sostiene Vacchini, se evitan recursos y artificios para iluminar la nave central, de modo que se obtienen dos luces para cada parte. (Fig 11) Bajo este partido esencial de diseño, en la casa Vacchini se combinan estas dos lecciones para estructurar el espacio.
“La luz es materia y geometría, y la estructura debe medirse pues en relación con ella.”
Fig 10. Sección transversal de la casa Vacchini, 1991. Fig 11. Iglesia de los Jacobinos en Toulouse, 1385.
Con todo esto, el referente espacial más directo es la casa Farnsworth de Mies van der Rohe. Las proporciones de 2:1 del área interior de 140m2, así como la disposición de ambientes mediante un núcleo de servicios descentrado son similitudes calculadas. A su vez, la estructura exenta y la ausencia
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de muros como límites espaciales, generan la sensación de levitar en un horizonte infinito que se funde con la naturaleza. (Fig 12) La relación que establece Mies con el lugar conserva la sensibilidad del romanticismo alemán y la idea de contemplación de la naturaleza. La presencia de una profusa vegetación circundante y un terreno plano le permiten difuminar los límites de la arquitectura, prolongando los planos horizontales, eliminando las aristas, y creando terrazas de transición entre interior y exterior. La intención de crear un espacio omnidireccional libre de estructura se comprueba con el proyecto de la casa 50x50 que Mies desarrolló posteriormente.
Fig 12. Planta parcial de la casa Farnsworth, Mies van der Rohe 1951.
Vacchini en cambio, libera estructuralmente los lados mayores para establecer una relación directa con la pendiente y la vegetación, claramente diferenciadas. La luz incide de este a oeste sin interrupciones sobre los 17m de extensión de la casa por ambos lados. (Fig 13) Para enfatizar el vacío que privilegia el libre movimiento de la luz, el suelo se tiñe de amarillo y rebota al interior. Así mismo, las mamparas corredizas carecen de parapetos o barandas y pueden abrirse completamente al exterior. Desde estos umbrales, la arquitectura desaparece y se acerca la naturaleza con tal radicalidad que se establece una relación táctil, de la misma forma en que el basamento abraza la pendiente. (Fig 21) Los apoyos de las fachadas cortas interrumpen la horizontalidad hacia el paisaje. La relación desde estos lados con la pendiente no es simétrica ni equivalente, por lo que se crean términos distintos. Hacia la calle, la fachada ciega marca un gesto de entrada con un alero y un camino. (Fig 20) En el extremo opuesto, hacia el paisaje, la ladera ha quedado abajo perdiendo la referencia del suelo. Los pilares exentos se convierten entonces en el marco de referencia desde el cual se observa el paisaje de montañas y el lago -que ya no le pertenece por la distancia, pero al que aun así debe su sentido-.(Fig 14) Ambas casas por lo tanto, se distinguen sutilmente de forma conceptual y constructiva en todos sus elementos: como apoyan, se elevan, y luego rematan. Mientras que Mies rompe las simetrías de los elementos verticales desfasándolos, Vacchini recurre a la simetría para vincularse con el lugar. Los pilares exentos se colocan en sentidos opuestos y sobrepasan el nivel de la cubierta, pero es posible apreciar en el detalle de la casa Vacchini, que hacen una concesión a estar simplemente apoyados. (Fig 17)
“El orden es intrínseco. Todo edificio se apoya, se eleva y se remata.”
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Fig 13. Planta de la casa Vacchini, 1991.
Fig 14. Sección longitudinal de la casa Vacchini, 1991.
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Mucho se ha comentado acerca del clasicismo en la arquitectura de Mies, y cómo sus proyectos se pueden leer como templos modernos. La Casa Vacchini es también un ejercicio de ritmos de luces y sombras definidas por la estructura.
Fig 15. Elevación lateral de la casa Vacchini señalando ritmos.
Esta gimnasia del número tiene una correspondencia con las columnas de los templos griegos, pero con distintas implicancias. El número par de columnas en los lados menores de los templos deja un vacío central que aparece para indicar un pase. El número par se encuentra en la casa Vacchini en los lados mayores, señalado por los dos soportes a los extremos. (Fig 15) En los templos el número impar, en cuyo centro hay una opacidad, obstruye el paso en los lados mayores. En la casa, el número de soportes en los lados menores es de tres. (Fig 16) Teniendo en cuenta el interés y conocimiento de la arquitectura clásica por parte de Vacchini, esto no es una casualidad, sino una intención de diseño que revela una correspondencia significativa con el lugar. Sirve para reforzar la intención de crear un umbral que marca el pase hacia un exterior, donde se encuentra la pendiente y los olivos. Y hacia la distancia de las montañas y el lago, señala un término, la arquitectura como un gran marco desde donde se observa el paisaje. (Fig 23)
Fig 16. Elevación lateral de la casa Vacchini señalando ritmos. Fig 17. Sección transversal de la casa Vacchini, 1991.
Finalmente, el espíritu de la arquitectura tradicional se manifiesta en la materialidad y la honestidad constructiva. Las casas de piedra del Ticinio, construidas piedra sobre piedra poseen escala, ritmo y orden. A la vez, este material que es tanto soporte como cubierta, asegura su unidad e integración armónica con el lugar recreando las siluetas de las montañas. (Fig 18) Vacchini utiliza la técnica del concreto armado con los mismos propósitos. Los machones nacen del suelo y se elevan hasta el nivel superior de la cubierta, recortándose contra el cielo. De la misma manera que las casas tradicionales, la casa Vacchini está concebida con un mismo material desde el apoyo hasta la parte superior. Así como Vacchini relaciona el color amarillo con la luz, el color rojo lo vincula con la tierra. Una franja de color rojo discurre por los laterales de los machones ininterrumpidamente hasta el cielo. El hecho de que este se prolongue hasta el cielo confirma el compromiso con el lugar señalado en el párrafo anterior, pero con otros medios técnicos y desde la abstracción. (Fig 19)
Fig 18. Casa de construcción tradicional de Ticino.
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Fig 19. Vista mostrando los machones de color rojo.
Fig 20. Vista de la fachada de ingreso.
Fig 22. Axonometria seĂąalando las relaciones de distancia con el entorno.
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Fig 21. Vista interior a travĂŠs del lado mayor libre de estructura.
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en conclusi贸n
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La casa Vacchini dialoga en otras lenguas, con obras de otros tiempos y otros lugares. Es por esa razón que resulta difícil de comprender e interpretar. En ella es posible rastrear la implantación de las casas egeas, la materialidad del Ticino, la direccionalidad del tipo “Monol”, la estructura invertida del museo Kimbell, la luz de la Iglesia de los Jacobinos, la horizontalidad del espacio miesiano, y los ritmos clásicos griegos. Teniendo todos estos referentes, la casa logra una síntesis radical que diferencia arquitectura y naturaleza poniéndolas en valor mediante una experiencia significativa. Con un gesto constructivo elemental Vacchini define el comienzo de un exterior, el término de un interior y viceversa. El espacio único constituido de dos partes, cualifica ambas situaciones en relación al lugar. Hacia los lados mayores es un umbral que, como la base, toca la pendiente. Hacia el horizonte encuadra la mirada en el paisaje lejano del Ticino. (Fig 24)
Fig 23. Vista exterior hacia la casa y su entorno.
Fig 24. Vista interior hacia el paisaje distante.
“Es imposible trabajar en una idea sin ser consciente que es el resultado de otra idea, que a su vez toma forma de otra anterior. Idea se mezcla con idea, concebida por la esperanza de una nueva idea.”
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bibliografĂa
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Vacchini, Livio. Obras maestras: Livio Vacchini. Gustavo Gili, 2009 Universitat Politècnica de Catalunya Departament de Projectes d'Arquitectura. Vacchini. Departament de Projectes Arquitectònics, U.P.C., 2007 Masiero, Roberto. Livio Vacchini: Works and projects. Gustavo Gili 1999 Blaser, Werner. Transformation: Livio Vacchini. Birkhauser, 1994 Vacchini, Livio. Livio Vacchini. Gustavo Gili 1987 A.A.V.V. Ticino hoy: la esencia de habitar . Electa, 1993
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