5 minute read

Thomas de Quincey

Next Article
Dashiell Hammett

Dashiell Hammett

esde niño Thomas, nacido el 15 de agosto de 1785, fue un rebelde, aunque sin esa rebeldía insolente o agresiva, sino más bien silenciosa y pasiva. Su padre, un comerciante de buena posición, murió cuando él tenía siete años. A los trece, Thomas leía y hablaba el griego antiguo con una fluidez notable. A los 17, a pesar de los esfuerzos de su madre, Thomas abandona el hogar con un poco de dinero y parte a la aventura. Vivió en una pobreza casi absoluta, pasando hambre y frío, lo que empeoró su ya delicada salud.

En 1804 vuelve al hogar y se reintegra al Worcester College de Oxford. Allí sufre de terribles dolores de muelas lo que lo lleva a consumir opio para soportar el sufrimiento. Cuatro años más tarde, convertido en un adicto, renuncia a Oxford y se relaciona con William Wordsworth, el principal exponente del romanticismo inglés, y otros poetas y escritores como Robert Southey y Samuel Taylor Colleridge. Carlyle lo llamaba «enano» por su baja estatura y su cuerpo delgado.

Advertisement

En 1817 decide casarse con Margaret Simpson, con quien ya tenía un hijo. Entonces se ve en la necesidad de trabajar sistemáticamente y publica muchos artículos y trabajos en diversas revistas y periódicos. Siendo casi desconocido, salta a la fama con su ensayo «Memorias de un comedor de opio», de carácter autobiográfico. Famosos son también sus ensayos «Sobre los golpes a la puerta de Macbeth», «Sobre el suicidio», «El vengador», «La monja alférez», «Judas Iscariote», etc. Pero su predilección personal era su ensayo «Del asesinato considerado como una de las bellas artes».

En 1831 fue a la cárcel por deudas. A pesar de sus problemas, nunca deja de escribir y de arrastrar consigo a su familia y los cinco mil volúmenes de su biblioteca. Sus últimos años no son felices, aunque una editorial decide publicar sus «Escritos» entre 1850 y 1859, año de la muerte de De Quincey. Posteriormente, en 1890, se hizo una edición de sus Obras Completas, que se reúnen en 14 volúmenes. Thomas de Quincey y el Asesinato como una de las Bellas Artes

***

Thomas de Quincey tenía una teoría literaria bastante original. Dividía la literatura en dos grandes grupos: la Literatura de Conocimiento, donde incluida los diccionarios, enciclopedias, almanaques, gramáticas, etc., y la Literatura de Poder, afectiva, provocativa, destinada a conmover y a apasionar. En «Del asesinato considerado como una de las bellas artes» el acude a esta segunda clase de literatura.

La primera parte la publicó en forma anónima, describiéndose como un «hombre morbosamente virtuoso». Allí menciona la Sociedad de Expertos en el Asesinato, a la cual supuestamente pertenece, una especie de Club de Homicidas. Nos habla del asesinato a partir de Caín, «hombre de genio extraordinario», para continuar con los que considera «magnicidios», entre los que incluye el intento de asesinato de Descartes, el supuesto asesinato forzado de Spinoza por un médico, para concluir con el que considera un gran éxito de asesinato, el cometido por John Williams en 1812. Aquí expone sus opiniones sobre la mejor forma de enjuiciamiento de un crimen, junto con establecer cuál sería la mejor víctima: una buena persona, que no sea demasiado famosa, que goce de buena salud, que tenga hijos pequeños que dependan de él.

En la segunda parte, publicada con su nombre, nos habla de la felicidad que produjo en los miembros La ejecución de John Williams

del Club los asesinatos de Williams, quien exterminó a la familia Marr.

En la tercera parte, el «PostScriptum», nos dice:

“Tras las primeras manifestaciones de pena por quienes han perecido, y cuando el tiempo ha sosegado la vehemencia de la pasión, es inevitable examinar y evaluar los aspectos escénicos -o lo que, en términos de estética, podrían llamarse los valores comparativos- de los distintos asesinatos. Se relaciona un asesinato con otro; se cotejan y valoran las circunstancias que hacen que uno sea mejor que otro, como el índice de efectos de sorpresa, de misterio, etc...”

Narradas estas atrocidades en un tono irónico, resultan en momentos bastante molestas, que era lo que De Quincey deseaba precisamente, es decir, causar impacto al respecto. Quería demostrar que, desde cierta perspectiva, incluso lo peor y lo más perverso, puede tener un ángulo artístico.

Pero algo que ni De Quincey previó fue que, con sus análisis, estaba colaborando en el desarrollo de la Criminología, entonces en pañales, al indicar

“Cuando un asesinato está en el tiempo paulopost-futurum-, esto es, cuando no se ha cometido, ni siquiera, de acuerdo con el purismo moderno, se está cometiendo, sino que va a cometerse -y llega a nuestros oídos, hemos de tratarlo moralmente por todos los medios. Supongamos en cambio que ya se ha cometido y que podemos decir de él: tetelestai, está terminado o (con el dimantino verso de Medea) eirgastai, hecho está, es un fait accompli; supongamos, a continuación, que la pobre víctima ha dejado de sufrir, y que el miserable que le ha dado muerte se ha esfumado y que nadie conoce su paradero; supongamos, finalmente, que hemos hecho cuanto estaba a nuestro alcance al estirar las piernas y correr tras el fugitivo, aunque sin éxito -abii, evasit, excessit, erupit, etc-llegados a este punto, ¿de qué sirve la virtud? Bastante atención le hemos dedicado ya a la moral; le ha llegado el turno al gusto a las bellas artes...”.

aspecto de la investigación de carácter científico que darían origen, posteriormente, a la Ciencia Forense.

Considerando que el

primer artículo es de 1827, podemos considerar a De Quincey como el progenitor de la narración policial. Entre sus admiradores se encontraba Charles Baudelaire y Edgar Allan Poe, a quien hasta hoy se

le considera como el padre de la novela policial, pero que sabemos bien conocía el trabajo de Thomas de quien tomó algunas ideas.

La obra de Thomas de Quincey, casi desconocida en estas latitudes, es fundamental para comprender la línea continua de la narrativa de suspenso desde el siglo XIX a la fecha.

This article is from: