1100 - CONSUDEC

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Revista

Nº 1100 - AÑO XLVII

Correo Oficial - Franqueo a pagar Nº 17135

Beato Juan Pablo II

2011 AÑO DE LA VIDA

ADHESIÓN DE CONSUDEC



Editorial | 1

Juan Pablo II: el Papa, el hombre. Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.”Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras». De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: «Sígueme». (Jn 21, 18-19)

Pbro. Lic. Alberto Agustín Bustamante Presidente de Consudec

DIRECTORA Lic. Angela María Varela VICEDIRECTORA Florencia Bailo florenciabailo@consudec.org COLABORADORA Rosalía Vaccaro rvaccaro@consudec.org PRODUCCIÓN INTEGRAL Alberto Lombraña Viamonte 1592 piso 7º C (C1055) Buenos Aires (011) 3971-5539 revistaconsudec@gmail.com

El querido Cardenal Estanislao Karlic supo, hace poco, preguntarme cómo iba a festejar la escuela católica argentina la beatificación de Juan Pablo II. Desde Consudec siento que hemos quedado en deuda de gratitud para con Dios por el inmenso regalo que nos hizo en nuestro Beato Papa. Ni hablemos, si de gratitud se trata, cuando, por lo menos, una generación de argentinos le debemos estar vivos. A su vez, el mismo Señor Cardenal me recordaba que cuando la Iglesia quiere enseñar algo siempre hace una fiesta. A veces me da la sensación que estamos enseñando poco porque nos cuenta mucho hacer fiestas. En un lenguaje futbolístico cuando un equipo no pone todo lo que hay que poner se le dice que son unos “pechos fríos”. Quiera Dios descongelar nuestros, a veces, “fríos pechos evangelizadores” que han perdido las ocasiones de festejar. Esta pobre editorial quiere ser, entonces, un homenaje agradecido y reparador por la fiesta que no pudimos, no supimos o no quisimos hacer y perdimos así la posibilidad de enseñar cómo se agradecen los dones de Dios. Quiero también dejar sentado que es imposible resumir en pocas palabras lo que el pontificado de Juan Pablo II ha significado y significa para la Iglesia, para el mundo y para la Argentina. Me limitaré, por lo tanto, a destacar algunos aspectos del magisterio y el testimonio del Sumo Pontífice, que más han impactado en mi vida sacerdotal. Espero les sea de provecho. En la tarde del 16 de octubre de 1978, la Iglesia recibía con gozo el anuncio de la elección del cardenal

Karol Wojtyla, Arzobispo de Cracovia, como nuevo sucesor de San Pedro en la sede de Roma. Cuando el recién elegido se presentó en la Basílica Vaticana como un Pastor “venido de lejos”, se dirigió al mundo con las mismas palabras de Cristo resucitado, que todavía hoy resuenan en nuestro corazón, casi como una maravillosa síntesis y un programa de lo que iba a ser su pontificado: “No tengáis miedo”, y añadió: “Abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo”. Por eso no llamó la atención que su primera carta encíclica estuviera dirigida a mirar a Jesucristo Redentor del hombre. He aquí, entonces, uno de los aspectos que me parecen fundamentales del mensaje del Papa Juan Pablo II: el señalar que la preocupación central, lo propio del cristianismo es hacerse cargo del hombre, hacerse historia, “La primera verdad que debemos al hombre es, ante todo, la verdad sobre él mismo... ya que la verdad completa sobre el ser humano constituye... la base de la verdadera liberación”(Puebla, Discurso inaugural), cuyo misterio solo se esclarece a la luz del misterio del Verbo encarnado, Jesucristo, don del Padre para el hombre. La eternidad que se hace tiempo, el rico que se hace pobre, el fuerte que se hace débil. No se entiende Cristo sin el hombre, no se entiende el hombre sin Cristo, no se entiende la Iglesia sin el hombre. El Papa lo expresará de manera reiterada a lo largo de todo su magisterio pontificio, de tal manera que hará una fantástica integración asumiendo la centralidad que el hombre tiene en nuestro tiempo con el misterio de Cristo redentor, quien tiene como centro saberse enviado por el Padre para rescatar al hombre con

quién el mismo Señor se identifica. La humanidad es Sacramento de Cristo: “En realidad, ese profundo estupor respecto al valor y a la dignidad del hombre se llama Evangelio, es decir, Buena Nueva. Se llama también cristianismo” (RH 10) “La Iglesia, en consideración de Cristo y en razón del misterio, que constituye a la vida de la Iglesia misma, no puede permanecer insensible a todo lo que sirve al verdadero bien del hombre... Tal solicitud afecta al hombre entero y está centrada sobre él de manera particular. El objeto de esta premura es el hombre en su única e irrepetible realidad humana, en la que permanece intacta la imagen y semejanza con Dios mismo... Mediante la encarnación el Hijo de Dios se ha unido en cierto modo a todo hombre” (RH 13) “...este hombre es el primer camino que la Iglesia debe recorrer en el cumplimiento de su misión, él es el camino primero y fundamental de la Iglesia, camino trazado por Cristo mismo.” (RH14) “Para nosotros los cristianos esta responsabilidad se hace particularmente evidente, cuando recordamos la escena del juicio final... tuve hambre y no me disteis de comer... (RH 18) “El cristianismo es gracia, es la sorpresa de un Dios que se ha puesto al lado de su criatura” (NM I 4) “El cristianismo es la religión que ha entrado en la historia” (NMI 5) Otro aspecto a destacar, que se deriva del anterior, es el de descubrir al mundo, no como un enemigo a evitar y del cual huir, sino como la viña del Señor que tenemos que cuidar y servir. Jesucristo constituyó a la Iglesia como sacramento universal de salvación. Lo dirá en aquella otra magnífica carta encíclica sobre los fieles cristianos laicos,


2 | Editorial / Sumario cuando invita a estos a “tomar parte activa, consciente y responsable en la misión de la Iglesia en esta magnífica y dramática hora de la historia... Nuevas situaciones, tanto eclesiales como sociales, económicas, políticas y culturales, reclaman hoy con fuerza muy particular, la acción de los fieles laicos. Si el no comprometerse ha sido siempre algo inaceptable, el tiempo presente lo hace aún más culpable. A nadie le es lícito permanecer ocioso. No hay lugar para el ocio: tanto es el trabajo que a todos espera en la viña del Señor”(ChF3), y no hay excusas para no comprometerse y meterse en el mundo: “las acusaciones de arribismo, de idolatría del poder, de egoísmo y corrupción que con frecuencia son dirigidas a los hombres del gobierno, del parlamento, de la clase dominante, del partido político, como también la difundida opinión de que la po-

lítica sea un lugar de necesario peligro moral, no justifican lo más mínimo ni la ausencia ni el escepticismo de los cristianos en relación con la cosa pública”(42). Podemos parafrasear a Juan Pablo diciendo que prefiere laicos que arriesguen, que se comprometan por intentar cambiar el mundo, a laicos puros con olor a naftalina de sacristía. Unido a los anteriores, brillará de un modo particular, en Juan Pablo II, su pasión por evangelizar a todas las gentes. Nos muestra este desvivirse evangelizador a través de encíclicas, exhortaciones y cartas; innumerables audiencias y más de un centenar de viajes por todos los continentes, multitud de beatificaciones y canonizaciones, esfuerzos ecuménicos, sínodos continentales, jornadas mundiales de la juventud y, al

mismo tiempo, su testimonio personal de vida, desde la madurez hasta la ancianidad. Asumiendo y ofreciendo el dolor del atentado y de sus enfermedades. Juan Pablo II nos alienta a continuar y promover la misión que la Iglesia recibió de Jesucristo, el único Salvador del hombre, para el bien de toda la Humanidad. Él es el primero en “navegar mar adentro”, en invitar a la Iglesia a realizar una nueva evangelización “en su contenido, método y ardor”. Su solicitud por todas las Iglesias durante su ministerio petrino ha sido, sin duda ninguna, un especial don de Dios, que debemos y queremos agradecer. Cómo no agradecer sus vistas a nuestra querida y dolida Patria, sus gestiones para que se pusiera fin a la irracional guerra de Malvinas, su mediación para impedir el enfrentamiento fratricida con

nuestros hermanos de la República de Chile. “Tú eres Pedro. Te doy las llaves del Reino… Así fue en agosto y, luego, en octubre del memorable año de los dos conclaves, y así será de nuevo, cuando se presente la necesidad, después de mi muerte...” (Testamento) Fue, Juan Pablo II, a decir de San Ignacio de Antioquia, ese trigo de Cristo que deseó ser triturado en el servicio para convertirse en pan purificado. Gracias querido Karol por enseñarnos a vivir, y, sobre todo, gracias por enseñarnos a morir. María Santísima, de quien fuiste, todo suyo, con todos los tuyos, ahora camina contigo tomando tu mano en la vida eterna. Pbro. Lic. Alberto Agustín Bustamante Presidente de Consudec

Revista

Sumario 1100 19- Pedagógicas ¿Cómo se accede a los aprendizajes? Delfina Azucena Meienberg

1- Editorial 2- Sumario 3- Eclesiales / Beatificación de Juan Pablo II Juan Pablo II y la educación

20- Cursos 23- Ecología y educación Meteorología y evaporación

Reflexión de Mons. Héctor Aguer “Juan Pablo II, Beato”

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¡Beato tu porque has creído! Lic. Angela María Varela “Un artifice de paz entre nosotros” Celebración por la Beatificación de Juan Pablo II

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7- Entrevistas Una evaluación participativa y respetuosa para acompañar la mejora de tarea docente

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8- En el Bicentenario de nuestra Patria La pasión educadora de Manuel Belgrano Lic. Prof. Matías Dib 12- Eclesiales La libertad religiosa, origen de todas las libertades Norberto Padilla

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30- Pedagógicas Aprender a aprender para poder enseñar Lic. Marcelo E. Neira 32- Pedagógicas Educación Sexual Integral Lic. Inés Franck 34- Pedagógicas / Bicentenario de nuestra Patria El Patriotismo: una virtud olvidada P. Alfredo Sáenz, Sj

16- Pedagógicas Un método para humanizar la empresa Alfonso López Quintás

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27- Pedagógicas / Tecnología El camino del exceso tecnológico y el reino de la sabiduría Pablo S. Fantini 28- Familia y educación Buenos hábitos para buenas familias Mag. Juan Assirio

14- Propuestas educativas Alfabetización Científica

18- Año por la vida Formación para el cuidado de la vida: bioética en el aula Dra. Mgt. Elena Passo

24- Pedagógicas La comunidad educativa Alberto M. Sánchez

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38- Pedagógicas / Historia de la Iglesia Las herejías trinitarias Clara Freitag 40- Ofrecidos


Eclesiales / Beatificación de Juan Pablo II | 3

Juan Pablo II y la educación Karol Wojtyla desplegó durante sus años en la Cátedra de San Pedro enseñanzas constantes sobre el valor trascendental de la educación.

“La educación consiste en que el hombre llegue a ser cada vez más hombre, que pueda ser más y no sólo que pueda tener más, y que, en consecuencia, a través de todo lo que tiene, todo lo que posee, sepa ser más plenamente hombre” (Discurso en la Unesco, 1980)

“La tarea educativa tiene sus raíces en la vocación primordial de los esposos a participar en la obra creadora de Dios; ellos, engendrando en el amor y por amor una nueva persona, que tiene en sí la vocación al crecimiento y al desarrollo, asumen por eso mismo la obligación de ayudarla eficazmente a vivir una vida plenamente humana” (Exhortación Apostólica “Familaris consortio”, 1981) “La escuela católica: ¿Seguiría mereciendo este nombre si, aun brillando por su alto nivel de enseñanza en las materias profanas, hubiera motivo justificado para reprocharle su negligencia o desviación en la educación propiamente religiosa? ¡Y no se diga que ésta se dará siempre implícitamente o de manera indirecta! El carácter propio y la razón profunda de la escuela católica, el motivo por el cual deberían preferirla los padres católicos, es precisamente la calidad de la enseñanza religiosa integrada en la educación de los alumnos” ( Exhortación Apostólica “Catechesi tradendae”, 1979)


4 | Eclesiales / Beatificación de Juan Pablo II

Reflexión de Mons. Héctor Aguer “Juan Pablo II, Beato” La beatificación de Juan Pablo II es el acontecimiento que, en estos días, polariza la devoción de los fieles y concita la atención del mundo. Como ustedes saben el proceso de beatificación se ha desarrollado de acuerdo a las pautas establecidas pero en un tiempo muy breve, y eso se explica porque en este caso se ha dado de un modo eximio una de las condiciones para que un cristiano acceda al reconocimiento oficial de la Iglesia: la fama de santidad. Recordemos las escenas, en la Plaza San Pedro, de las exequias de Juan Pablo II; allí surgió, como una especie de clamor unánime, el reconocimiento de la santidad de ese gran Pontífice. La fama de santidad es, en efecto, una de las causales importantísimas que llevan a un Siervo de Dios a la beatificación porque expresa el sentido de la fe los fieles. Los que hemos visto a Juan Pablo II algunas veces o hemos estado cerca de Él, que hemos concelebrado la misa con Él, hemos podido observar que, efectivamente, era un hombre que vivía en una continua unión con el Señor. A mí personalmente me impresionó siempre la preparación del Papa para la celebración de la Misa y luego la prolongada acción de gracias después de celebrada la misa. Se veía que era un hombre que entraba en un ámbito de intensa oración. Era también muy notable su devoción a la Virgen María. Luego tenemos su enseñanza no solo la ortodoxia sino la ponderación de su enseñanza que ha significado, en todo caso, una actualización de la doctrina permanente de la Iglesia. Un aspecto especial a destacar es cómo el magisterio de Juan Pablo II refiere todo lo que la Iglesia tenía que enseñar acerca del hombre en el mundo contemporáneo a la figura de Cristo Redentor, a la misericordia del Padre, a la presencia continua del Espíritu Santo, Señor y Dador de vida. Durante su pontificado, la Congregación para la Doctrina de la Fe tuvo que intervenir reiteradamente para corregir los errores teológicos que alteraban la fe católica y confundían a los fieles. El Papa Juan Pablo II se ocupó, como todos recordamos, de cuestiones claves de la historia contemporánea. Ejemplos son la caída de los regímenes de socialismo real, como se les llamaba; la ponderación con la cual presentó el juicio de la Iglesia en situaciones dramáticas en el escenario internacional y como animó, en sus viajes apostólicos, a las distintas comunidades católicas de todo el mundo. La defensa de la vida humana desde la concepción, la santidad del matrimonio y la familia, la objetividad y trascendencia de los valores morales fueron puntos clave de su enseñanza. Millones y millones de personas se reunían para escucharlo. A todos, y especialmente a los jóvenes les animó a dar un testimonio actualizado de Jesucristo. Tenemos ahora una ocasión bellísima para reconocer cómo aún en la actualidad Dios enriquece a su Iglesia y la guía por medio de pastores como este gran pontífice que ahora intercederá por nosotros. Por eso, nosotros desde aquí nos unimos a los actos que se celebran en Roma y a aquellas multitudes que confluyen en la Ciudad Eterna para homenajear al nuevo Beato. He visto que la representación oficial de la Argentina es bastante numerosa. Está compuesta por un número notable de legisladores. Yo me permito, con todo respeto, deslizar una sugerencia: algunos de ellos podrían aprovechar esta circunstancia excepcional para pedir la intercesión del nuevo Beato de modo que Dios Nuestro Señor les perdone haber aprobado el año pasado en el Congreso de la Nación una ley inicua contraria a la enseñanza del Gran Pontífice, la ley que alteró la naturaleza del matrimonio en la Argentina. Y todos nosotros invocaremos la protección de Juan Pablo II para que nos ayude, dentro de todas nuestras limitaciones y pobrezas, a dar un auténtico testimonio de Cristo en el mundo de hoy. Fuente: Programa “Claves para un mundo mejor”


Eclesiales / Beatificación de Juan Pablo II | 5

Testimonio del 1º de mayo de 2011 Lic. Angela María Varela / Vicepresidente del Consudec

¡Beato tu porque has creído!

T

erminaba de este modo la Homilía en la Misa de Beatificación de Juan Pablo II. “Así sea” se escuchó desde la garganta de más de un millón y medio de fieles abrazados por las columnatas de San Pedro, los edificios de la Vía de la Conciliación, y las riberas del Tíber. Que a su vez representaban a miles de millones que en el mundo asistían por medio de los MCS a la Eucaristía presidida por Su Santidad Benedicto XVI. Y añadió, improvisando: “Tantas veces nos has bendecido desde esta plaza, Santo Padre, hoy te pedimos, bendícenos!” El Santo Padre pedía esa bendición, en nombre de todos nosotros, porque sentíamos la presencia de Juan Pablo, que de modo misterioso seguía reuniéndonos. La Iglesia, desde su Sagrada Liturgia, acercaba ese Cielo con esta tierra, y permitía que el ahora Beato Juan Pablo II continuara su misión de Pastor reuniendo al rebaño, alrededor de Pedro y la Eucaristía. Y la multitud, que éramos nosotros celebrábamos como si en esos momentos estuviera en algún viaje apostólico: porque, estaba, pero no estaba. Estaba de otro modo: Beato, ahora junto a las legiones de santos y mártires...en la Vida Eterna! muchos de los cuales él mismo confirmó como tales. Estaba ya definitivamente junto al Señor, en quien creyó, a quien siguió, al que sirvió, y por quien entregó su vida. Esa era nuestra certeza: él llegó a donde quería llegar. Para nosotros, no importaban ni el desvelo, ni las horas de pie, ni los kilómetros recorridos, ni las incomodidades, ni la lluvia, ni el sol, ni el apretarse...como si esa intemperie nos colocara en otra

dimensión, a la cual, me pareció, el mismo Juan Pablo quería llevarnos: una dimensión espiritual que rompía el espacio y el tiempo. Congregarnos alrededor del Sucesor de los Apóstoles y de su Altar, para proclamar el tantas veces escuchado “Alabado sea Jesucristo!” con que se presentaba y saludaba en tantos encuentros, personales o mediáticos, comunitarios, multitudinarios. La Imagen de la Mater, inscripta en la esquina superior de los edificios vaticanos, que quiso colocar para que todos nos sintiéramos protegidos, contemplaba a los hijos que habían venido a unirse en oración, petición y acción de gracias, dando respuesta y auténtico significado a la noticia del Cristo Resucitado, que celebrábamos en la Pascua incipiente del 2011. Profunda alegría, enorme algarabía y gozo en el momento que escuchamos: “Concedemos que el venerable siervo de Dios Juan Pablo II, Papa, de ahora en adelante sea llamado Beato...” expresado por el Santo

Padre, mientras iba mostrándose su imagen en el frontispicio de la Basílica. Agitar de banderas y pancartas, pañuelos y signos, extendidos durante más de diez minutos de aplausos interminables. Profundos silencios en los momentos de recogimiento. Nadie se movía. Todos expectantes. Algo especial estaba pasando. El alma palpitaba con cada gesto de la liturgia. “Esta Misa” era especial, porque además la presidía un amigo, hermano en el Sacerdocio, en el Episcopado...y en el Papado! El que enterró su cuerpo, el que lo exhumó, el que lo veneró. Con quien trabajó arduamente en los años de su largo y prolífico pontificado. El que hoy proclamaba al mundo, la beatitud de Juan Pablo. El que no dudó de él, porque fue testigo directo y fiel de la profunda entrega de este Papa. El que supo interpretar el sentido profundo del “santo súbito!” rogado en esa misma Plaza por el Pueblo fiel de DIOS, hacía sólo 6 años. Y ya no podíamos sino sentir, dejarnos llevar por ese vértigo espiritual que hacía que nos reconociéramos entre todos Iglesia, en la Iglesia, con la Iglesia. Recibir el Cuerpo del Señor! comulgar! se multiplicaron los panes! cómo alcanzó para todos? cuántas hostias se distribuyeron? datos para

las estadísticas, que por supuesto Juan Pablo se encargaba nuevamente de seguir rompiendo los humanos cálculos! Silencio. Más de un millón y medio de personas...en silencio. Porque hablaba DIOS! Y el alma se sobrecogía, haciendo brotar esas benditas lágrimas que lavan y blanquean todos nuestros pecados, esas que a nadie da vergüenza verter, porque regeneran y hacen renacer de nuevo por la Gracia de DIOS, esa Imago Dei que el hombre lleva inscripto en su corazón. Adultos, jóvenes, niños, bebés, ancianos, minusválidos, la familia humana de DIOS en profundo recogimiento. No queríamos que se terminara nunca. Quedarnos allí juntos, quietos, en silencio. Palpando la Gracia. Porque quizás allí descubríamos que se trataba de algo muy simple que colmaba nuestras vidas. Se trataba del Amor que DIOS tiene para con nosotros, y del Amor que queremos -y a veces no sabemos- darle a DIOS. Del Amor con que Juan Pablo nos condujo al encuentro con el SEÑOR, y del amor que nosotros le teníamos -y ahora con absoluta certeza lo sabemos- tenemos por Juan Pablo. Amor que él manifestó al dejarlo todo para ir a buscarnos y encontrarnos en cada rincón de la tierra, para llevarnos a CRISTO, de la mano de Su Madre. De eso se trata: del Amor al hombre y del Amor a DIOS, y de la hermosa historia de un hombre que encontró definitivamente a Su Amor. ¡Beato tú, Juan Pablo II, porque has creído! ¡Beato en la tierra y en el Cielo! Amén!


6 | Eclesiales / Beatificación de Juan Pablo II

Gustavo Mangisch, testimonio de un dirigente laico argentino que lo trató varias veces

“Un artifice de paz entre nosotros”

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urante los años ochenta y como director nacional de la Pastoral de Juventud de la Iglesia en la Argentina tuve el honor y la alegría de compartir con Juan Pablo II tres momentos que marcaron profundamente nuestra historia como país. En primer lugar, hacia principios de la década del ochenta, cuando todo hacia suponer la inminencia de un enfrentamiento con nuestros hermanos chilenos y nos preparábamos para lo peor, nos llegó la feliz noticia de que el Papa se había ofrecido para realizar una gestión mediadora entre los dos países. Esta actitud audaz del nuevo pontífice evitó un derramamiento de sangre inocente y la apertura de heridas entre nuestros dos pueblos hermanos que seguramente hubieran sido muy difícil de cerrar. Tuve la gracia de representar a la juventud del país, y conjuntamente con un joven chileno, llevarle al Santo Padre millones de firmas de jóvenes de las dos naciones agradeciendo su mediación. La respuesta había sido masiva y el Papa quiso recibirnos en una imponente y solemne misa en la basílica de San Pedro. Este gesto no tuvo la trascendencia merecida en nuestro país por-

que ese mismo día se producía un cambio de presidentes acaparando las noticias. La alegría por la paz con los chimorable celebración de la Jornada Mundial de la Juventud. Era la primera vez en la historia que un pontífice celebraba el Domingo de Ramos fuera de Roma. Tuve la dicha de recibirlo en nombre de los jóvenes allí reunidos provenientes de todos lados en el imponente marco del altar de la 9 de Julio. Para quienes tuvimos el privilegio de participar de este encuentro con el Papa está fuertemente grabada su lenos mutó tres años en dolor ante la guerra con Gran Bretaña por Malvinas. Y otra vez apareció la figura de Juan Pablo II. Por lo pronto, sabemos que el pontífice realizó importantes gestiones para evitar ese

enfrentamiento, pero no fue escuchado. Es justo rescatar en esos momentos de dolor para el pueblo argentino que la corta visita del Papa de 1982 (33 horas) significó la presencia afectuosa y acogedora del padre que padece la angustia y el sufrimiento de sus hijos, queriendo estar a nuestro lado en esos tiempos sombríos y difíciles. Como juventud de Iglesia, nos tocó organizar la vigilia de espera en el altar que se había dispuesto para el encuentro y la misa frente al Monumento a los Españoles, en Palermo. Todavía resuenan en mí, las palabras que nos dirigió diciendo: “Hagan con sus manos una cadena de amor más fuerte que el odio y que la muerte”, y el coro de la multitud allí reunida que a pesar de todo gritaba: “¡Queremos la paz!,¡queremos la paz!”. La crisis institucional desatada como consecuencia de la derrota, una vez más, también acaparó el centro de la noticia y diluyó el testimonio de esa presencia providencial y su mensaje. Habían pasado muchas cosas en el mundo y en el país cuando en 1987 el Papa viajó por segunda vez a la Argentina, recorriendo varias provincias y visitando diferentes realidades, para culminar con la memorable celebración de

la Jornada Mundial de la Juventud. Era la primera vez en la historia que un pontífice celebraba el Domingo de Ramos fuera de Roma. Tuve la dicha de recibirlo en nombre de los jóvenes allí reunidos provenientes de todos lados en el imponente marco del altar de la 9 de Julio. Para quienes tuvimos el privilegio de participar de este encuentro con el Papa está fuertemente grabada su vigorosa figura. La imagen de un hombre incansable que había recorrido casi todo el país reservándose sólo unas pocas horas al día para su descanso. Quienes lo acompañaban no podían creer semejante resistencia. Con la energía de un santo que movido por el fervor de anunciar el Evangelio, era capaz del heroísmo. ¡Cómo nos marcó ese día! ¡Qué importante que fue para la juventud el mensaje del Papa! Esta vez, el levantamiento de los “caras pintadas” copó nuevamente el centro de las noticias y no pudimos disfrutar en plenitud este hermoso acontecimiento de la visita papal con toda su significación. De tomas formas, sabemos que quiso de manera particular a los argentinos. Le damos las gracias a Dios por Juan Pablo II.

Celebraciones por la Beatificación de Juan Pablo II Sábado 30 de abril / Vigilia de oración en el Circo Máximo de Roma Comenzó con la retransmisión de un vídeo de Juan Pablo II en la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Roma en el año 2000, en el que el Papa polaco recordó un proverbio polaco que dice que “si tu vives con los jóvenes, tendrás que ser también joven” y afirmó que “Roma ha sentido este entusiasmo y Roma no lo olvidará nunca”. Tras este video, el coro de la diócesis de Roma y el coro ‘Santa Cecilia’, dirigidos por monseñor Marco Frisina, interpretó una de las canciones de la Jornada Mundial de la Juventud de Toronto, celebrada en el año 2002, la última presidida por Juan Pablo II. La primera parte de la vigilia, llamada ‘Celebración de la Memoria’, se dedicó a recordar las palabras y gestos de Juan Pablo II, a través de los testimonios del secretario personal del Pontífice, el ahora arzobispo de Cracovia y el cardenal Stanislaw Dziwisz. Durante la segunda parte, se rezaron los ‘Misterios Luminosos’ del Rosario, instituidos por Juan Pablo II. Este rosario se celebró en conexión vía satélite con cinco santuarios marianos. El primer misterio se rezó en conexión con el Santuario de Lagniewniki, en Cracovia, por la juventud. El segundo por la familia en conexión con el Santuario Kawekamo-Bugando (Tanzania). Desde el santuario de Nuestra Señora del Líbano-Harissa, los peregrinos rezaron por la evangelización y desde la Basílica de Santa María de Guadalupe, en México, se rezó por la esperanza y la paz de las naciones. El último misterio por la Iglesia se rezo en conexión con el Santuario de Fátima, tan ligado a la vida de Juan Pablo II. El Papa Benedicto XVI impartió la bendición a los participantes en torno a las 22,30 horas de la noche a través de un video en directo desde su estudio del Palacio Apostólico del Vaticano. Por último, la vigilia de oración finalizó con el canto del ‘Salve Regina’. Los miles de peregrinos del Circo Máximo encendieron velas “como signo de gloria a Dios y devoción a la Virgen María”.

La noche blanca de las iglesias La diócesis de Roma celebró durante la noche del 30 de abril la ‘noche blanca de las iglesias’. Estuvieron abiertas ocho iglesias del centro de Roma --la iglesia de Santa Inés, San Marcos del Campidoglio, Santa Anastasia, la Iglesia del Jesús, Santa María en Vallicella, San Juan de los florentinos, San Andrés de la Valle y San Bartolomé de la Isla, que se encuentran en el recorrido desde el Circo Máximo a la Plaza de San Pedro.

Domingo1 de Mayo / Misa de Beatificación

Denominado día de la Divina Misericordia. En la Plaza San Pedro la liturgia fue presidida por S.S. Benedicto XVI y comenzó con la lectura de la “fórmula de beatificación”, es decir, reseñando la vida del nuevo Beato. Posteriormente se reveló el tapiz con la imagen de Juan Pablo II mientras se cantaba el himno del beato en latín, inspirado en las palabras de Wojtyla al iniciar su papado: “No tengan miedo, abrir de par en par las puertas a Cristo”. Finalizada la ceremonia, Benedicto XVI y los cardenales se dirigieron al altar de la Confesión de la Basílica de San Pedro para rezar ante el cuerpo del nuevo beato. Los peregrinos lo hicieron después.

Veneración del féretro de Juan Pablo II Colocado en el centro de la Basílica de San Pedro, desde que abrieron las puertas a las 13.20 horas del domingo y durante toda la noche, según ha informado el Cuerpo de la Gendarmería vaticana. El féretro fue sacado de su tumba en una ceremonia privada y posteriormente fue colocado durante dos días frente a la tumba de San Pedro, que se encuentra en las Grutas Vaticanas. El propio Benedicto XVI ha venerado el ataúd del nuevo Beato Juan Pablo II después de la ceremonia de beatificación. Tras arrodillarse durante unos minutos, el Papa besó el féretro de madera donde reposa el cuerpo de su predecesor. El ataúd fue custodiado por cuatro miembros de la Guardia Suiza vaticana. Encima del ataúd se ha colocado una copia de un Evangelio del siglo IX, llamado Evangelio de Lorsh, abierto sobre sus primeras páginas, un ejemplar donado por la Biblioteca Apostólica Vaticana. La sepultura de los restos de Juan Pablo II se realizó de forma privada en la Capilla de San Sebastián dentro de la Basílica de San Pedro. Sobre la lápida se colocó Joannus Paulus Secundus, Beatus’.

Lunes 2 de mayo / Misa Acción Gracias en la Plaza San Pedro Esta Misa fue presidida por el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone


Entrevista | 7

Una evaluación participativa y respetuosa para acompañar la mejora de tarea docente Entrevista a la Dra. Silvina Larripa, Coordinadora Académica del Postítulo en Evaluación del Desempeño Docente de la UCA

Entendemos que el Departamento de Educación de la UCA está lanzando un nuevo Postítulo en Evaluación, ¿podría comentarnos de qué se trata esta nueva oferta de formación? Sí, claro. Este postítulo se desarrolla a partir de las políticas del Departamento de Educación, dirigido por Gabriela Azar, y de la Facultad de Ciencias Sociales, Políticas y de la Comunicación, cuyo Decano es el Dr. Enrique Aguilar. El desafío es la planificación y gestión de propuestas de perfeccionamiento docente y directivo contemplando los valores la equidad, la participación y la calidad. La profesionalidad docente, su certificación y la validación a través de la evaluación de desempeño, son una prioridad para la UCA. En particular, se trata de un Postítulo en Evaluación del Desempeño Docente que se está iniciando en agosto próximo junto con el Instituto de Evaluación Educativa (IEE) de la Universidad Católica del Uruguay. El IEE ya viene ofreciendo un diplomado similar en el Uruguay bajo la dirección del Prof. Mg. Pedro Ravela, un reconocido especialista en Evaluación en toda la región. En la Argentina realmente no hay tradición

de propuestas de formación de esta envergadura, que vinculen la evaluación con la mejora de la tarea docente. Por eso pensamos que ésta es un área vacante y convocamos a Pedro Ravela y a su equipo docente, quienes serán los profesores a cargo del Postítulo. El foco en la Evaluación del Desempeño Docente obedece a nuestro interés por actualizar a supervisores, directivos, especialistas y técnicos que trabajan en diversos ámbitos del sistema educativo (escuelas, colegios, universidades, organismos del Estado) en tareas vinculadas con la evaluación del desempeño docente, poniendo a su alcance diversas alternativas que permitan orientar la evaluación de la tarea de los docentes a la mejora de sus prácticas y a la ampliación de sus posibilidades de desarrollo profesional.

¿Existe un temor frente a la evaluación vinculado a los discursos de culpabilización de los docentes por los resultados de los sistemas educativos? Así es. Lamentablemente, la sola mención de la evaluación del desempeño docente muchas veces causa temor porque desde algunas perspectivas se pretende crear a partir del dispositivo de evaluación un sistema de incentivos reducido a pagos por productividad (aparente) recayendo así en un utilitarismo. Justamente, el postítulo que presentamos tiene el objetivo de plantear un camino completamente distinto. Nuestra idea es que la evaluación de desempeño docente requiere del respeto y de la participación de los mismos profesores y maestros y, también, concebir dimensiones cualitativas del trabajo docente que deben considerarse si se tiene como finalidad la mejora de la tarea de los educadores. Por ello, pensamos que la perspectiva de

este postítulo resultará de interés de directivos, supervisores y otros profesionales del campo educativo que conciben la evaluación como un proceso complejo que busca brindar conocimientos y orientaciones y no resultados aislados del contexto en que este proceso tiene lugar.

¿Las políticas educativas actuales están en línea con esta perspectiva? Consideramos que sí. Tanto los discursos que surgen de las Metas Educativas 2021 acordadas por todos los gobiernos de Hispanoamérica como las políticas nacionales y provinciales tienden a enfatizar políticas orientadas a organizar estructuras de apoyo a la tarea del docente, como ya dijimos, de una forma seria y participativa. Este postítulo se vincula con estas líneas de trabajo y resulta el único, por el momento, que se ofrece en la Argentina.

¿Los destinatarios son agentes estatales o también del ámbito de gestión privada? ¿Tiene reconocimiento oficial? Quisimos abrir a todos los profesionales de la educación la posibilidad de acceder a este Postítulo. Por ello, incluso los docentes que cuentan con título de menos de cuatro años de duración pueden inscribirse. Nos interesa que los candidatos estén vinculados con tareas relacionadas con la evaluación del desempeño docente, y apostamos a que provengan de diversos ámbitos y puntos del país. Por eso quería comentarte que se optó por una modalidad verdaderamente semi-presencial: los participantes asisten a dos encuentros presenciales por mes (un viernes por la tarde y un sábado por la mañana cada mes), y este trabajo se complementa con acti-

vidades en un entorno virtual especialmente diseñado por el IEE para el Postítulo. El certificado que se otorga está reconocido por el Ministerio de Educación de la Nación, de modo que cada graduado pueda obtener, cualquiera sea la jurisdicción de procedencia.

¿Cuándo comienza y cuando finaliza la cursada? ¿Hasta qué fecha está abierta la inscripción? El primer encuentro del Postítulo es el viernes 13 y el sábado14 de agosto, y finaliza a fines del año próximo. La inscripción está abierta hasta el 15 de julio. Para inscribirse, los interesados pueden enviar un correo a postituloevaluacion@gmail.com o a prosed@uca.edu.ar

Muchas gracias Silvina, entendemos que estás trabajando en la coordinación de esta nueva propuesta. Exactamente, estoy desempeñándome como Coordinadora Académica del Postítulo, de modo que cualquier interesado puede contactarme en esa dirección de correo para recibir más información o realizar las consultas que necesite.

¿Quisieras comentar algo más? Sí, quisiera agregar que existen posibilidades de beca para cursar este Postítulo, por lo que invitamos a los interesados a acercarse o a contactarnos. Esperamos poder responder a todos, de manera que los aspectos financieros no sean un impedimento para poder acceder a esta propuesta de formación, que tiene un cuerpo docente de excelencia y aborda una temática importante que no tiene tradición en nuestro país.


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Lic. Prof. Matías Dib*

La pasión educadora de Manuel Belgrano “Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos” Manuel Belgrano

L

a historiografía ha perpetuado la figura de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano como creador de la Bandera Nacional, arquetipo-hacedor de la Revolución de Mayo y destacado conductor militar en la guerra por la independencia. Debido a estos sobrados reconocimientos tardó en correrse el velo para descubrir otros aspectos muy ricos de la personalidad y la actuación de este porteño que admiten múltiples lecturas: fue el primer hombre público con visión americanista, interesado en importantes ramas del saber y la ciencia que coadyuvarían al desarrollo y progreso de la región del virreinato rioplatense con proyección manifiesta hacia el futuro. En esa labor que acomete, Belgrano comprende la inutilidad de sus esfuerzos, sin la etapa previa y a la vez sorteadora de todos los obstáculos al progreso nacional: la educación del pueblo. La superioridad que Belgrano demuestra es el resultado no sólo de su inteligencia, experiencia hecha y conocimientos adquiridos, sino también de su criteriosa instrucción en el ahorrativo, religioso y práctico seno familiar como de su formación europea: Belgrano parte con dieciséis años hacia la Madre Patria y residirá en España cerca de ocho años estudiando lenguas (inglés, italiano, francés; ya que en Buenos Aires, había incursionado en latín y en quechua), derecho (graduándose en Salamanca y en Valladolid) y economía política; frecuentando los salones importantes y las tertulias de interés. Finalmente, y cuando sólo tenía 24 años, es designado abogado de los Reales Consejos y Secretario Perpetuo, nombrado por el

Rey de España en el Consulado de Buenos Aires en 1794. Con ese cargo, hasta el año cumbre de 1810, se podrá apreciar su doble actuación como hombre de la administración pública y notable estadista, innovador de la realidad que le tocó vivir. Señaló los desaciertos en el ramo de la administración del gobierno colonial y nacional, que desgastaban el sistema, provocando la crisis política del gobierno. Innumeras amarguras y retrocesos debió soportar con verdadero espíritu cristiano para alcanzar su objetivo. La tarea del Consulado que le ofreció mayores satisfacciones fue aquella que le encomendaba, en su último párrafo, el artículo 30: “Escribirá cada año una memoria sobre algunos de los objetos propios del instituto del Consulado, con cuya lectura se abrirán anualmente las sesiones”1. De tal forma que la misma corona puso en sus manos un arma, destinada a divulgar las nuevas ideas que estaban produciendo una transformación en el mundo. Era permanente en Belgrano su afán civilizador y modernizador de la región, en tiempos de cambio y conflicto: “Me propuse, al menos, echar las semillas que algún día fuesen capaz de dar frutos, ya porque algunos estimulados del mismo espíritu se dedicasen a su cultivo, ya porque el orden mismo de las cosas las hiciese germinar”2.

Programa y propósitos educacionales de Manuel Belgrano. En la tercera de las Memorias anuales, leída el 15 de Junio de 1796, presenta el Secretario del Consulado un programa educacional de vasto alcance que, par-

tiendo de la agricultura, produciría una honda transformación social. Ello incluía un ambicioso plan educativo que contemplaba la creación de escuelas de: • • • • • • •

agricultura, arquitectura, primarias de mujeres, hilandería de lana, comercio, náutica, dibujo.

La escasez de establecimientos escolares se hacía ostensible en las ciudades y villas así como en las parroquias y en particular en la campaña alrededor de la ciudad de Buenos Aires. Existía una enorme proporción del pueblo que no tenía posibilidades de acceder a las primeras letras. Aún más manifiesta la carencia en las poblaciones pequeñas y sin límites en el campo. La actividad de vagos y forajidos se reduciría merced a los beneficios de establecer escuelas en la campaña que habrían de estimular la labor del trabajador rural fomentando al mismo tiempo el amor al trabajo: “¿Cómo, cómo se quiere que los hombres tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios, y que el Gobierno reciba el fruto de sus cuidados, si no hay enseñanza, y si la ignorancia va pasando de generación en generación con mayores y más grandes aumentos?”3. Apropiadamente, comprendía Belgrano que era tiempo “de que se arbitren los medios de desviar un tan grave daño”4, según lo explicaba en su periódico Correo de Comercio: “nuestros lectores se fastidiarán con que les hablemos tanto de escuelas; pero que se convenzan

que existen en un país nuevo que necesita echar los fundamentos de su prosperidad perpetua, y que aquellos para ser sólidos y permanentes es preciso que se compongan de la virtudes morales y sociales, que sólo pueden imprimirse bien, presentando a la juventud buenos ejemplos, iluminados con la antorcha sagrada de nuestra Santa Religión”5. Belgrano insistía en fundar escuelas porque ello equivalía a “sembrar en las almas”. Aún más, éstas debían ser gratuitas, para que los pobres pudiesen mandar a sus hijos sin tener que pagar por su instrucción. En tales establecimientos se los educaría, y al mismo tiempo, se les inspiraría el amor al trabajo, ya que “para hacer felices a los hombres es forzoso ponerlos en la precisión del trabajo con lo cual se precave la holgazanería que es el origen de la disolución de las costumbres”6. Y en otro de sus textos nos aclara que el incremento del trabajo, apartará de la ociosidad a los brazos perezosos e indolentes (inaplicados en relación a la abundancia que existía en el territorio): “¡Infeliz del pueblo en que con el trabajo de uno solo se mantienen cinco individuos por lo menos en la inacción y el abandono! Infeliz el labrador que con el único trabajo de sus brazos, sostiene y alimenta a su familia, que sin ejercicio alguno lucrativo vegeta inútilmente al abrigo de la miserable choza que labró la incesante diligencia del padre de familia; porque siempre agobiados uno y otro con el peso de la pálida indigencia arrastrarán apenas una existencia miserable”7. Si bien Belgrano se lamentaba de la miserable situación no creía que ese cuadro se ajustara al estado de nuestras provincias pero advierte de no desembocar en ese


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escenario pues “en un pueblo donde reine la ociosidad, decae el comercio y toma su lugar la miseria”8. Bajo las mismas prevenciones, no podía soslayarse la subvención de la educación: “el modo de atenderla [dice Belgrano] es muy sencillo y poco costoso, y para verificarlo nada más se necesita; es el que los cabildos, los jueces comisionados y los curas de todas las parroquias, tomen con empeño un asunto de tanta consideración, persuadidos de que la enseñanza es una de sus primeras obligaciones para prevenir la miseria y la ociosidad y que de no cumplir con un deber tan santo faltan a todos los derechos, y se hacen reos ante Dios y la Sociedad”9. Argumentaba el prócer que la justicia debía obligar a los padres a mandar a sus hijos a la escuela, por los medios que la prudencia era capaz de dictar. Insistía en la necesidad, la obligación y la gratuidad de la enseñanza: en caso que las ciudades o villorrios no contasen con arbitrios económicos para sostenerla, podían los padres más pudientes (por ser lo justo y honesto) satisfacer con una moderada pensión a los maestros con el fin de que estos impartieran la enseñanza de las primeras letras a sus hijos y a los hijos de aquellos padres carentes de recursos. Los curas párrocos, por su parte, debían enseñar y estimular a los padres para que se vean obligados a atender la educación espiritual y material de sus hijos. Incluso los mismos eclesiásticos podían ser maestros ya que ello serviría para administrar lo espiritual de su feligresía y al mismo tiempo propiciar el bienestar común. Así es que Belgrano puntualiza: “basta con que los maestros sean virtuosos, y puedan con su

“Belgrano sostenía, con valiosa vigencia, un humanismo verdadero que se abra al absoluto (Dios). La preocupación del bien común podría calificarse como uno de los mayores aportes suyos al pensamiento nacional.” ejemplo dar lecciones prácticas a la niñez y juventud, y dirigirlos por el camino de la santa religión y el honor, y pudiendo enseñar a leer bien, poco importa que su forma de letra no sea de la mejor; suficiente es con que se pueda entender”10. El maestro debería ocupar, además, una lugar específico en el punto de encuentro entre el deseo sensible y la razón social en el niño, lo cual suponía (y aún hoy supone) una extraordinaria responsabilidad para el pedagogo. Belgrano, en esta materia, se había nutrido con las ideas del gran educador suizo Johann Heinrich Pestalozzi. Por consiguiente, consideraba que la finalidad principal de la enseñanza no consistía en hacer que el niño adquiera conocimientos y aptitudes, sino que se debía procurar la complementación de las capacidades humanas en su triple acción: corazón, cabeza y mano (Herz, Kopf, Hand). Pestalozzi no refería a tres “partes” ni “facultades” del hombre, sino a tres puntos de vista sobre una única y misma humanidad accionando autónomamente. De

esa tríada de elementos creía Belgrano era el más importante el de la educación moral, porque es la que ha de regir las acciones de los hombres. Hasta aquí pudo observarse que para Manuel Belgrano el gran desafío de la pedagogía era la enseñanza de las primeras letras bajo la consigna que la escuela debía ser atendida por el Estado y la sociedad en su conjunto. Aceptaba la coparticipación de los particulares en la tarea educativa, pero fijaba en el Estado la función de contralor, porque consideraba que la educación es uno de los fines éticos del Estado y su realización está dentro del denominado “bien común”. En todos sus escritos, memorias y correspondencia exponía estos conceptos, indicando que sustraerse al influjo benéfico de la religión, a la importancia de la familia, de la educación y de una equilibrada vida social provocaría un humanismo estéril, cerrado. A contrapartida Belgrano sostenía, con valiosa vigencia, un humanismo verdadero que se abra al absoluto (Dios)11. La preocupación del bien común podría calificarse como uno de los mayores aportes suyos al pensamiento nacional. Si bien consideraba como el paso fundamental la educación de las primeras letras, lo que hoy en día denominamos educación primaria, no descuidó los otros aspectos, como la educación técnica. Belgrano fue propuesto por el síndico Antonio de las Cagigas para director “propietario vitalicio12 principal”13 de la Escuela de Dibujo14 y proyectó su estatuto15. Justificaba magistral y detalladamente la importancia de erigirla: “Los buenos principios los adquirirá el artista en una escuela de dibujo

que, sin duda, es el alma de las artes. Algunos creen inútil este conocimiento; pero es tan necesario, que todo menestral lo necesita para perfeccionarse en su oficio: el carpintero, cantero, bordador, sastre, herrero, y hasta los zapateros no podrán cortar unos zapatos sin el ajuste y perfección debida, si no saben dibujar. Aún se extienden a más que [a] los artistas, los beneficios que resultan de una escuela de dibujo; sin este conocimiento los filósofos principiantes no entenderán los Planisferios de las esferas celeste y terrestre, ni los armilares que se ponen para [estudiar] el movimiento de la tierra, y [de] más planetas en sus respectivos sistemas: y por consiguiente, los dueños de las máquinas eléctricas, y neumáticas, y otros muchos que se ponen ya en sus libros. Al teólogo, a quien le es indispensable algún estudio de geografía, le facilitará el manejo del mapa y del compás; al ministro y abogado, el de los planos iconográficos; a [los] agrimensores, de las casas, terrenos y sembrados que presentan los litigantes en los pleitos. El médico entenderá con más facilidad las partes del cuerpo humano […]: en una palabra debe ser este conocimiento tan general, que aún las mujeres lo debían tener para el mejor desempeño de sus labores […] es forzoso que esta junta, cuya obligación es atender por todos los medios posibles a la felicidad de estos países, la establezca (igualmente que una de arquitectura, pues en los países cultos no solamente es útil sino de primera necesidad), en todas las ciudades principales del Virreinato, y con más prontitud en esta capital […] es general el medio de adelantar las artes por el dibujo, como es el premio el único móvil para animarlas”16. También encontramos en la Memoria anual de 1796 de Belgrano


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como Secretario del Consulado, dentro de sus planes de fomento del desarrollo por vía de la enseñanza todo lo relacionado a la creación y reglamentación17 de una Escuela de Náutica: “Será excusado repita aquí se atienda a los caminos, muelles, limpieza del puerto de Montevideo, etc., cuando ya su majestad lo encarga en su real cédula de erección, bien persuadido de que son unos de los principales medios para que florezca el comercio; pero sí digo a VV. SS. que es forzoso se ponga igualmente, como medio de la protección del comercio, una escuela de náutica, sin cuyos principios, nadie pudiese ser patrón de lancha en este río; y [para que], además hubiese jóvenes de quien echar mano para las embarcaciones que vienen de España, caso de encontrarse sin piloto o pilotín. La utilidad y ventaja que proporcionará este establecimiento aún para los que no quieren seguir la carrera de la navegación, no será bien ponderada jamás, ni yo puedo hacerla ver más claramente que llamando la atención de VV. SS. a los progresos que han hecho los jóvenes en las innumerables escuelas que de estos principios tiene”18. Por lo expuesto se comprueba que en la mente de Belgrano la idea rectora no era la de fundar un establecimiento exclusivamente náutico19, sino que se preveía (mediante la utilidad del estudio de las matemáticas) que la instrucción a impartirse fuera de provecho para otras actividades que permitieran aumentar la capacidad económica del Virreinato y, a la vez, lograran mejorar sustancialmente el bienestar de sus habitantes. La labor docente del Consulado, se llevó a cabo merced a los esfuerzos y tenacidad de Belgrano

“Belgrano insistía en fundar escuelas porque ello equivalía a sembrar en las almas.” y al ilustre politécnico gallego Pedro Antonio Cerviño20; muy a pesar de la Corona, como se evidencia de la serie de reales órdenes destinadas a obstaculizar los institutos de enseñanza (que pretendían ser instituciones de Cultura Superior) 21: “Escribí varias memorias [explica Belgrano] sobre la plantificación de escuelas: la escasez de pilotos y el interés que tocaba tan de cerca á los comerciantes, me presentó circunstancias favorables para el establecimiento de una Escuela de Matemáticas, que conseguí a condición de exigir la aprobación de la Corte que nunca se obtuvo, y que no paró hasta destruirla; porque aún los españoles, sin embargo de que conociesen la justicia e utilidad de estos establecimientos en América, francamente se oponían a ellos, errados en los medios de conservar sus colonias”22.

La promoción de la mujer Belgrano tendía a una educación popular y no aristocrática ni minoritaria, conteniendo por lo tanto un ideario revolucionario y progresista para su época. No extraña, pues, que se ocupara de la mujer, siendo pionero en la educación femenina (e inclusive en la valoración adecuada de la mujer). Tenía en cuenta lo importante que era instalar, a través del Cabildo, escuelas gratuitas de las “primeras letras” para niñas don-

de se les debería enseñar la doctrina cristiana, a leer, escribir, coser, bordar, orientarlas en el aprendizaje de oficio e inspirarles el amor al trabajo. La educación de la mujer era fundamental porque ellas eran las encargadas de formar a los futuros ciudadanos y no podrían transmitir valores si nada se les había enseñado. Esta actitud haría la felicidad de su familia, siendo de enorme ayuda en los gastos, al tiempo de estar capacitadas para el manejo del hogar y la familia, ya que: “el sexo femenino, sexo en este país, desgraciado, expuesto a la miseria y desnudez, a los horrores del hambre y estragos de las enfermedades que de ella se originan, expuestos a la prostitución, de donde resultan tantos males a la sociedad, tanto por servir de impedimento al matrimonio, como por los funestos efectos con que castiga la naturaleza este vicio, expuesto a tener que andar mendigando de puerta en puerta un pedazo de pan para su sustento”23. Consideraba (dentro de la tendencia patriarcal de esos tiempos) que “con el trabajo de sus manos se irían formando peculio para encontrar pretendiente a su consorcio: criadas de esta forma serían madres de familia útil y aplicadas en trabajos que les serían lucrosos, tendrían retiro, rubor y honestidad”24. Si la mujer llevaba su dote al matrimonio la colocaba en un mejor sitial frente a su esposo. Belgrano proponía un modelo de mujer que a través de su formación funcionara como un elemento activo en la sociedad de su época: “Pero, ¿cómo formar las buenas costumbres, y generalizarlas con uniformidad? ¡Qué pronto hallaríamos la contestación si la enseñan-

za de ambos sexos estuviera en el pie debido! Más por desgracia el sexo que principalmente debe estar dedicado a sembrar las primeras semillas lo tenemos condenado al imperio de las bagatelas y de la ignorancia”25. Era necesario, pues, emancipar a la mujer a través de la educación para sacarla del vicio, del ocio y de todas las corruptelas que le impidieran avanzar. Belgrano buscó dignificarlas a través del trabajo y de la educación que resultaba en “vivero de las buenas madres, buenas hijas de familia, buenas maestras”. Exaltó el rol de la mujer como mediadora, coordinadora y productora en las actividades privadas y públicas. Asimismo, en sus escritos, deja traslucir la íntima relación entre plan sanitario y plan educativo sobre los pilares de la Iglesia y la familia: los párrocos establecerían escuelas, talleres de arte y de oficios e inclusive hospitales a fin de cumplimentar estos aspectos primordiales para el bien común y el perfeccionamiento humano. Las mujeres, dirigidas por los párrocos, se ocuparían de asistir a los pobres en sus necesidades de alimento y de salud.

La enseñanza como prioridad El ímpetu educador de Belgrano es tan cautivador e imperativo, que aún al frente de sus tropas siempre tiene tiempo para meditar sobre sus creaciones educativas: Antes de la batalla de Tucumán sostuvo de su propia paga, en la Ciudadela una escuela para sus soldados, logrando que quinientos de ellos aprendieran a leer y escribir: “Estoy lleno de gozo al ver a nuestros paisanos aprender con tan-


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ta facilidad, lo que antes nos costaba años. ¡Ojalá! que esto sirva de ejemplo a nuestros pueblos. No hay otro medio de sacarlos de la barbarie”. Por las victorias en las Batallas de Tucumán y de Salta que salvaron la causa de la independencia de la América española, la Asamblea Constituyente lo premia a Belgrano el 8 de marzo de 1813 con la cantidad de cuarenta mil (40.000) pesos señalados en valor de fincas pertenecientes al Estado. Al tomar conocimiento Belgrano, que se sentía honrado por aquella consideración, respondería al gobierno el 31 de marzo que el cumplimiento del deber, ni la virtud ni los talentos llevan precio ni pueden compensarse con dineros sin degradarlos, pues: “Nada hay más despreciable para el hombre de bien, para el verdadero patriota que merece la confianza de sus conciudadanos en el manejo de los negocios públicos, que el dinero o las riquezas, que estos son un escollo de la virtud que no llega a despreciarlas y que adjudicarlos en premio, no sólo son capaces de excitar la avaricia de los demás, haciendo que por general objeto de sus acciones subroguen el bienestar particular al interés público”26. Por ende Belgrano, en un gesto que lo enaltece, hacía donación de la suma para la dotación de cuatro escuelas públicas de primeras letras27, en que se enseñe a leer escribir y contar, gramática castellana, aritmética, doctrina cristiana y los primeros rudimentos de los derechos y las obligaciones del hombre en sociedad, hacia ésta y el gobierno que la rige; en las ciudades de San Bernardo de la Frontera de Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero. La Asamblea acepta la donación y

Belgrano redacta de puño y letra el “Reglamento para el establecimiento de las cuatro escuelas de Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero” en consonancia con las ideas pedagógicas más avanzadas y progresistas del momento. Se advierte de su análisis que la enseñanza de la religión católica no chocaba con su carácter de escuelas públicas. Belgrano, vale añadir, era un católico ferviente y su familia estrechaba muy fuertes lazos con la Orden de Santo Domingo. Otro de los aspectos muy interesantes de este documento, firmado en Jujuy el 25 de Mayo de 1813, es el lugar de consideración y reconocimiento social que le reserva al Maestro, no sólo sugiriendo que su salario fuera equivalente a un juez de primera instancia; sino que en las principales ceremonias se le debía dar “asiento al maestro en cuerpo de Cabildo, reputándosele como Padre de la Patria” (artículo 8). Léase el Art. 18 del,: “El Maestro procurará con su conducta y en todas sus expresiones y modos inspirar á sus Alumnos, amor al orden, respeto á la Religión, moderación y dulzura en el trato, sentimientos de honor, amor á la verdad y á las Ciencias, horror al vicio, inclinación al trabajo, despego del interés, desprecio de todo lo que diga á profusión, y luxo en el comer, vestir y demás necesidades de la vida, y un espíritu nacional, que les haga preferir el bien publico al privado, y estimar en mas la calidad de Americano, que la de Extranjero”. Al nombrar Gobernador Intendente de Cochabamba al Grl. Antonio Álvarez de Arenales, le recomienda muy especialmente que se preocupara de la instrucción

pública por considerar “como objeto más importante la educación de la juventud”. Le indica al Gobierno la necesidad de circular oficios a los Cabildos, ordenándoles que propongan los medios de fundar varios establecimientos necesarios para la educación de los jóvenes. Era de suma necesidad capacitar a las personas y hacerlas responsables para que en libertad pudieran desarrollarse con felicidad. No por casualidad diría el pensador y educador Joaquín V. González que Belgrano “vivió de darse” y que es “entre todas las figuras que en nuestra historia tienen ya su sitial de inmortalidad el que mayor número de cualidades ejemplares reúne, como índice educativo para las generaciones nuevas que preparan las futuras democracias”. Con sus innumerables y variados proyectos y sus sostenidas y metódicas realizaciones en pos de la cultura y educación, durante el ocaso del estado hispano-colonial, Manuel Belgrano se ganó el título de educador, porque, como bien diría uno de nuestros Padres de la Patria, “un pueblo culto nunca puede ser esclavizado”. * Licenciado y Profesor en Historia. Investigador del Instituto Nacional Belgraniano (Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación / institutonacional@manuelbelgrano.gov.ar) 1 Instituto Belgraniano Central; Documentos para la Historia del General Don Manuel Belgrano, Buenos Aires, 1982, tomo I, pág. 116. 2 Mitre, Bartolomé; Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina, Buenos Aires, W. M. Jackson (Edición Especial), t. XI, 1953, Apéndice documental, Autobiografía, p. 15. 3 Correo de Comercio, Sábado 17 de Marzo de 1810, número 3º, tomo I, p. 17. 4 Correo de Comercio, Sábado 21 de Julio de 1810, número 4º, tomo I, p. 167. 5 Ibídem. 6 Instituto Nacional Belgraniano; “Memoria sobre el fo-

mento de la agricultura, industria y comercio leída el 15 de junio de 1796” en Documentos para la… , tomo II, p. 51. 7 Correo de Comercio, Sábado 10 de Marzo de 1810, número 2º, tomo I, pp. 15-16. 8 Instituto Nacional Belgraniano; “Memoria sobre el fomento de la agricultura, industria y comercio leída el 15 de junio de 1796” en Documentos para la…, tomo II, p. 51. 9 Correo de Comercio, Sábado 24 de Marzo de 1810, número 4º, tomo I, p. 25. 10 Ibídem. 11 Minutolo de Orsi, Cristina; “Belgrano y el bien común”, en Anales del Instituto Nacional Belgraniano, número 10, Buenos Aires, Instituto Nacional Belgraniano, 2001. 12 La Academia tuvo una vida brevísima, al acatarse la Real Orden de Clausura. Ver Instituto Belgraniano Central; Documentos para la …, tomo I, pág. 415. 13 Instituto Belgraniano Central; Documentos para la …, tomo I, págs. 390-391. 14 Instituto Belgraniano Central; Documentos para la …, tomo I, pág. 389. 15 Ídem, págs. 392-394. 16 Instituto Nacional Belgraniano; “Memoria sobre el fomento de la agricultura, industria y comercio leída el 15 de junio de 1796” en Documentos para la…, tomo II, pp. 49-50. 17 Instituto Belgraniano Central; Documentos para la …, tomo I, pág. 358. 18 Instituto Nacional Belgraniano; “Memoria sobre el fomento de la agricultura, industria y comercio leída el 15 de junio de 1796” en Documentos para la…, tomo II, pp. 53-54. 19 Ver Instituto Belgraniano Central; Documentos para la …, tomo I, pp. 366-368. 20 Pueden leerse los discursos de Belgrano y Cerviño durante los certámenes públicos de 1806, en el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio, Buenos Aires, 27, 28 y 29 de Enero de 1806; y en el mismo periódico el número especial intercalado entre los números 177-178 del 5 y 12 de febrero de 1806. 21 La corte dictó el 15 de Septiembre de 1806 la Real Orden de Clausura de la Academia de Náutica que, basándose en las ordenanzas del 8 de Febrero de 1800, colocaba la escuela de Náutica bajo la dependencia del director general de la Armada con sede en Montevideo. Mandaba suprimirlo por considerar este establecimiento (junto con la Escuela de Dibujo) como de “mero lujo”. Ver Instituto Belgraniano Central; Documentos para la …, tomo I, pág. 384-385. 22 Mitre, Bartolomé; Historia de Belgrano y de…, t. XI, Apéndice documental, p. 15. 23 Instituto Nacional Belgraniano; “Memoria sobre el cultivo del lino y el cáñamo leída el 9 de junio de 1797” en Documentos para la …, tomo II, p. 57. 24 Instituto Nacional Belgraniano; “Memoria sobre el cultivo del lino y el cáñamo leída el 9 de junio de 1797” en Documentos para la…, tomo II, p. 51. 25 Correo de Comercio, Sábado 21 de Julio de 1810, número 4º, tomo I, p. 166. 26 Carta de Manuel Belgrano a la Asamblea del Año XIII, San Salvador de Jujuy, 31 de Marzo de 1813. Libro Copiador del Ejército del Perú. Cuaderno II, Superior Gobierno, 1811-1813 en Museo Mitre; Documentos del Archivo del General Manuel Belgrano, Buenos Aires, Coni Hnos., 1914, tomo IV. 27 Debe agregarse que no era el primer y único ejemplo de desprendimiento monetario por parte de Manuel Belgrano: como vocal del Primer Gobierno Patrio había renunciado a su asignación de 3000 pesos; y en su nombramiento como Jefe del Regimiento de Patricios se reducía a la mitad de su sueldo; considerando las apuradas exigencias del erario público.


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Segunda Parte punto III

Norberto Padilla*

La libertad religiosa, origen de todas las libertades **

III. En la Argentina Cuando nos referimos a la Argentina constatamos con orgullo que el proyecto de nuestros constituyentes de 1853 se ha plasmado en una sociedad mayoritariamente católica pero abierta a las más diversas expresiones religiosas.1 La libertad de culto, consagrada en el art. 14, que más modernamente diríamos de conciencia y religión, es un derecho de todos, católicos o de otras confesiones, incluso quienes no desean tener ninguna. En la Argentina el pluralismo religioso y el dinamismo de la vida social han llevado a que exista una creciente inserción de las confesiones no católicas en los ámbitos de la educación, la cultura y la promoción social. Si había en su tiempo sutiles formas de discriminación que hacían que el no católico se sintiera, como alguna vez se ha escuchado, un “ciudadano de segunda”, desde el Estado y desde la propia Iglesia Católica se ha contribuido a poner término a esas situaciones. Dentro del amplio espectro de las confesiones no católicas hoy en día no es tanto el reclamo de libertad cuanto de igualdad con respecto a la Iglesia Católica. No

obstante una igualdad matemática, supuesto que fuera posible, no se obtiene suprimiendo el art. 2 de la Constitución, según el cual “el Gobierno Federal sostiene el culto católico apostólico romano”. El apoyo económico a la Iglesia Católica por parte del Estado es de escasa importancia, en tanto que, por vía de exenciones impositivas y subsidios, se benefician todos los grupos religiosos, católicos o no. La preeminencia de la Iglesia Católica se debe a una presencia histórica y sociológica desde los mismos orígenes de nuestra nación, a su personalidad internacional, anterior a todos los estados modernos, y a la expresa convicción de los constituyentes de 1853. El Acuerdo celebrado entre la Argentina y la Santa Sede el 10 de octubre de 1966, primer fruto del Concilio Vaticano II en el campo de las relaciones IglesiaEstado, en palabras de Pablo VI, superó el arcaico Patronato y tiene jerarquía superior a las leyes según el art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional 2. La laicidad del Estado implica una valoración positiva del hecho religioso y las relaciones de autonomía y cooperación que debe existir para atender a esa dimensión fundamental de la per-

sona y que nutre a la sociedad de sentido y valores. En cambio, sería lamentable que para asegurar una igualdad o neutralidad confesionales, las manifestaciones de lo religioso sean excluidas de la vida social e institucional. En una obra colectiva reciente, el jurista español Joaquín Mantecón Sancho concluye su iluminador capítulo “Libertad religiosa e igualdad” con estas palabras: “La igualdad, sin ser un valor absoluto en sí mismo, es un principio que forma parte integral de la virtud social de la justicia, moralizando el ejercicio de los distintos derechos de manera que, realmente, proporcionen a cada uno – persona o Confesión- lo suyo, lo que en justicia corresponde. Y en nuestro caso, lo que en justicia corresponde es el mismo derecho fundamental de libertad religiosa, es decir, una igual titularidad del derecho e idénticas garantías. Lo único que pueda variar es el modo concreto de satisfacerlo en función de las circunstancias concretas del caso. De esta forma se sortea el peligro de incurrir en un igualitarismo que podría atentar a la naturaleza y legítimas expectativas de las diversas Confesiones. Ahora bien, cuando la respuesta legal es diversificada, habrá que tener especial cuidado en que el trato desigual no provoque una discriminación. Es decir, que lo que se concede –porque es su derecho- a una Confesión no se niegue arbitrariamente a otra. En ocasiones, cuando la normativa en cuestión sea diversa, según la Confesión, la forma de verificar si se incurre en trato discriminatorio será comprobar que los fieles de una de ellas no quede en peor situación que los de otras, en relación con el ejercicio del aspecto concreto del derecho de libertad religiosa en cuestión. Así lo exige su igual dignidad, como proclama el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos”. 3 Reside ahí, nos parece, el desafío de la legislación pendiente, para lo que no obsta el reconocimiento


Eclesiales | 13

especial, con la fórmula del art. 2 u otra, de la Iglesia Católica en la Constitución Argentina. Actualmente, la Cámara de Diputados tiene a estudio un proyecto de ley presentado por la diputada Cynthia Hotton y otros legisladores, para asegurar los derechos de la libertad religiosa, tanto de las personas como de las comunidades4. Es especialmente necesario para que las iglesias, confesiones y comunidades religiosas distintas de la católica puedan acceder a una personería jurídica que contemple su particularidad religiosa. En la audiencia pública celebrada en el Congreso, el representante del Cardenal Bergoglio, Pbro. Hugo A. von Ustinov, y miembros de otras confesiones expresaron su apoyo, más allá de cuestiones de detalle, con ese proyecto. Y, algo excepcional en la vida política de hoy, la Secretaría de Culto hizo lo propio, pese a que la autora, una cristiana bautista, pertenece a la oposición. El itinerario de esta iniciativa comenzó una década y media atrás, con el proyecto elaborado por la Secretaría de Culto, cuando estaba a su frente el Dr. Angel M. Centeno. Aunque obtuvo la aprobación del Senado, naufragó en Diputados, en buena parte por resistencias tanto de algunos sectores católicos como evangélicos, aunque por opuestas razones. En el año 2000 la Secretaría de Culto convocó a un Consejo Asesor Honorario de carácter multiconfesional que preparó un proyecto que, por el abrupto final de la presidencia De la Rúa, no llegó a elevarse al Poder Ejecutivo. A partir de 2003, con el Embajador Guillermo Oliveri en Culto, volvieron a hacerse consultas al espectro religioso y se trabajó en un proyecto, pero éste no llegó tampoco a la Casa Rosada para seguir rumbo al Congreso. Más recientemente, desde el mundo evangélico se han expresado críticas al proyecto, en parte

“La laicidad del Estado implica una valoración positiva del hecho religioso y las relaciones de autonomía y cooperación que debe existir para atender a esa dimensión fundamental de la persona y que nutre a la sociedad de sentido y valores. En cambio, sería lamentable que para asegurar una igualdad o neutralidad confesionales, las manifestaciones de lo religioso sean excluidas de la vida social e institucional.” por considerar insuficiente el proyecto Hotton ya que no modifica el status actual de la Iglesia Católica, en parte por prevenciones y confusiones que no vienen al caso detallar. Sólo de mantenerse la coincidencia exhibida en la audiencia pública, el proyecto podrá convertirse en ley. De otra forma, la tan criticada ley 21.745 dictada durante el último régimen militar, que establece el registro obligatorio de las entidades no católicas como condición de existencia sin reconocerles su personería jurídica, seguirá vigente como hasta ahora. 5 El Consejo Asesor de 2000/2001 de

transformó en el hoy Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (CALIR) 6, que se ha ampliado con incorporaciones que siguen reflejando la pluralidad religiosa y variedad de profesiones y trayectorias. CALIR es hoy un protagonista respetado en todo lo referido a libertad religiosa, y su opinión ha sido requerida para los proyectos tanto de la Secretaría de Culto como el que tiene estado parlamentario. Cabe señalar que en 2008 CALIR organizó el Congreso Internacional sobre el tema que da título a esta nota: “La Libertad Religiosa origen de todas las libertades” en el que especialistas de Europa, Estados Unidos, América Latina y Africa hicieron relevantes aportes que invitamos a conocer para profundizar los temas tratados en esta nota 7. En el Bicentenario de Mayo expresamos nuestra confianza en que todos los habitantes de la Nación gocen siempre y cada vez más profundamente, de la libertad religiosa para buscar a Dios, amarlo y servirlo individual y colectivamente y que ello se refleje en la construcción de una verdadera patria de hermanos. (*) Colaborador de CEERJIR . Profesor titular de Derecho Constitucional UCA. (**) Versión revisada y ampliada del trabajo con el mismo título publicado en El Dial. Padilla, Norberto, Ciento cincuenta años después en La libertad religiosa en la Argentina, CALIR-KAS, 2003. http:// www.calir.org.ar/libro/04.pdf 2 Padilla, Norberto, A treinta años del Acuerdo con la Santa Sede, Secretaría de Culto, 1996. http://www.calir.org.ar/ docs/pubrel06001.pdf 3 Mantecón Sancho, Joaquín, Libertad religiosa e igualdad, en Roberto Bosca – José E. Miguens, compiladores, Política y religión – Historia de una incomprensión mutua, ed. Lumière, Buenos Aires, 2007, p. 113. 4 http://www.calir.org.ar/docs/proyecto2010LeyLibertadReligiosa.doc 5 Sobre los esfuerzos de tres lustros para lograr un cambio legislativo puede verse http://www.calir.org.ar/docs/NorbertoPadillaHistoriasobrelosproyectosdeleydeLR092009.pdf 6 www.calir.org.ar Primer presidente de CALIR fue el Dr. Angel M. Centeno (+ 2006), que al término de su mandato fue designado Presidente honorario, título que ya se había conferido al Dr. Pedro José Frías. Los sucesivos presidentes fueron los Dr. Raúl Scialabba (bautista) y Juan G. Navarro Floria (católico), en ejercicio. 7 http://www.calir.org.ar/congreso/index.htm 1


14 | Propuestas educativas

Alfabetización Científica Presentación del programa de alfabetización científica en la 24° Feria Internacional del Libro en Bogotá, Colombia

E

l miércoles 4 de mayo, en la 24° Feria Internacional del Libro de Bogotá, Continente Editores S.A. de Colombia, presentó el Programa de Alfabetización Científica, propuesta pedagógica desarrollando por Dos Mil Dos Editora de Argentina, cuyos autores son el Dr. Jorge Ratto, (Director Académico); el Prof. Norberto Zucoli (Director Pedagógico) y la Lic. Margarita Marturet (Asesora Pedagógica). Es Director Editorial el Prof. Guillermo Salerno. Este evento fue la primera acción concreta entre Continente Editores y Dos Mil Dos Editora, dentro del marco de alianza estratégica de proyectos pedagógicos para Colombia y el resto de América Latina. El acto se inició con palabras de la Sra. Azucena Fuentes, Gerente General de Continente Editores S.A., quien destacó la importancia de promover un Programa Integral de Alfabetización Científica para el sistema educativo colombiano con el apoyo de recursos bibliográficos y de las nuevas tecnologías de la información y la conectividad. La finalidad sería formar en ciencias, estimulando actitudes, modos de pensar y de actuar para construir con sentido y desplegar al máximo el potencial creativo de los niños y jóvenes desde el nivel inicial hasta el noveno año del sistema educativo colombiano. A continuación el Dr. Jorge A. Ratto, Director Académico de Dos Mil Dos Editora, desarrolló la conferencia “Alfabetización Científica y Aprendizaje Significativo en Ciencias Naturales”. Las bases temáticas de la conferencia estuvieron centradas en el enfoque y la fundamentación epistemológica de la alfabetización científica desde temprana edad, los principios básicos del aprendizaje significativo en Ciencias Naturales, los estándares básicos para el

desarrollo de competencias y la aplicación concreta por parte de los alumnos a través de nuestros libros interactivos de Ciencias Naturales, el uso de las nuevas

tecnologías y la capacitación docente. Durante la exposición el Dr. Ratto enfatizó los puntos de coincidencia entre los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios del dise-

ño curricular argentino y los estándares básicos del programa educativo colombiano. Finalmente, cerró el acto el Prof. Guillermo Salerno, Director Editorial de Dos Mil Dos Editora, quien señaló y ejemplificó la necesidad de fortalecer la enseñanza de las Ciencias para el desarrollo social y económico de los pueblos de América Latina en particular. En ese sentido puso de relieve el compromiso y la contribución que, desde Dos Mil Dos Editora,se viene haciendo en la Argentina, en apoyo del proceso de enseñanza y aprendizaje de las Ciencias Naturales con la producción de textos para los alumnos y los docentes, la capacitación docente y el apoyo de los recursos informáticos y tecnológicos disponibles. Manifestó el deseo y la esperanza de unir esfuerzos con Continente Editores S.A. para que, a través de equipos de trabajos integrados por especialistas colombianos y argentinos del área de las Ciencias, se pueda desarrollar un programa de alfabetización científica adaptado a las necesidades e identidades de cada uno de esos países. En el Stand 126 de Continente Editores S.A., del predio donde se desarrolló la Feria del Libro, la Sra. Azucena Fuentes, el Dr. Jorge Ratto y el Prof. Guillermo Salerno intercambiaron opiniones con los asistentes, quienes tuvieron la posibilidad de consultar y tomar contacto directo con las publicaciones de Dos Mil Dos Editora sobre el Programa de Alfabetización Científica. Los asistentes al acto recibieron folletos explicativos del Programa y un CD con las memorias de la Jornada Pedagógica. El día lunes 9 de mayo se realizaron dos videoconferencias Bs. As. – Bogotá: con los Colegios: Liceo Alta Blanca y Colegio Rosario Campestre.


Pedag贸gicas / Lengua y Literatura | 15

AVISO C/OLOR


16 | Pedagógicas

Primera Parte** Alfonso López Quintás*

Un método para humanizar la empresa “Según la opinión casi unánime de creyentes y no creyentes, todo lo que existe en la tierra debe ordenarse al hombre como su centro y su culminación” (Concilio Vaticano II: Gaudium et spes, nº 12)

1. Una de ellas es superar varios prejuicios respecto al modo como nos desarrollamos en cuanto personas. En estos artículos realizaremos esa tarea con todo cuidado y precisión.

E

l método que voy a presentar en esta breve serie de artículos sobre la humanización de la empresa ofrece una clave sencilla y precisa para seguir, en la vida empresarial, la vía de la excelencia. En la actualidad, se difunde con empeño la idea de que “la ética es rentable para la empresa”. Se elaboran códigos deontológicos, se dan prescripciones, se eligen las empresas que mejor cumplen los criterios de excelencia… Todo ello presenta sin duda interés, pero no resulta plenamente eficaz si los directivos de la empresa y sus colaboradores no cambian de actitud; de la actitud propia del nivel 1 a la propia del nivel 2. El nivel 1 es el de los objetos, realidades que podemos legítimamente poseer, manejar, poner a nuestra disposición. El nivel 2 está constituido por las realidades que nos exigen una actitud de respeto, estima y colaboración1. Para orientar debidamente nuestra conducta, hemos de

tener una idea clara de los niveles de realidad y de conducta en que podemos vivir. Un transeúnte vio a un niño que llevaba un niño más pequeño a cuestas y le dijo: “¿Cómo cargas tu espalda con semejante peso?”. El niño le contestó: “¡No es un peso, señor; es mi hermano!”. ¿En qué nivel se hizo la pregunta y en cuál se dio la respuesta? El niño intuyó que llevar con afecto a un hermano a la espalda (nivel 2) implica cargar con un peso (nivel 1), pero no se reduce a ello. El sentido de esa acción se halla en un nivel superior (nivel 2). El cambio de la actitud propia del nivel 1 a la del nivel 2 no debe forzarse desde el exterior. Ha de surgir en la interioridad de cada uno. Si se sugiere la necesidad de realizar dicho cambio, es posible que alguien se decida a ello. Para llevarlo a cabo, necesita cumplir varias condiciones:

2. Se afirma hoy a menudo que “la ética es rentable para la empresa”, pues a) la lleva a un nivel elevado en cuanto al logro de beneficios y al perfeccionamiento de los colaboradores; b) nos permite lograr una cultura de la empresa altamente beneficiosa para incrementar su prestigio y garantizar su buena marcha en diversos órdenes. Nada más cierto, pero, si queremos comprender a fondo la fecundidad para la empresa de una actitud éticamente valiosa, hemos de dotar a nuestra inteligencia de las tres condiciones propias de la madurez: largo alcance, amplitud y profundidad. Esta tarea es realizada de forma sistemática por la “Escuela de Pensamiento y Creatividad”, proyecto formativo consagrado desde hace años al cultivo del arte de pensar con la debida precisión (véase www. escueladepensamientoycreatividad.org). 3. La inteligencia madura asume cuanto hay de positivo en los estudios actuales sobre la forma óptima de desarrollar la empresa al máximo e intenta darles una fundamentación firme, sugestiva y asumible por toda persona de cultura media2. Tal fundamentación sólo es posible si se cuenta con un “pensamiento relacional”, atento a las realidades que no son simples, sino “polifónicas”, es decir: nudos de relaciones,

como sucede con la persona humana y con la empresa. Ese pensamiento relacional procuramos ejercitarlo de forma bien articulada en las obras y cursos que constituyen la “Escuela de Pensamiento y Creatividad”. 4. Quien lea con atención estos artículos advertirá rápidamente que le ofrecen una nueva forma de ver la vida, una forma más penetrante y abierta, capaz de aunar aspectos de la actividad empresarial aparentemente opuestos. • ¿Es compatible una actitud éticamente valiosa con la rentabilidad empresarial? ¿Nos expresamos de forma adecuada al afirmar que “la ética es rentable en la empresa? ¿Se reduce la meta de la empresa a lograr beneficios económicos, o implica, además, el desarrollo personal de los trabajadores y el consiguiente incremento de su felicidad personal? • Al ganar autoestima los trabajadores, ¿se amengua su vinculación y su fidelidad a la empresa o, más bien, se aumenta de modo que crece la rentabilidad de la misma? ¿Cabe coordinar una dirección firme en la empresa y la concesión de diversos modos de participación a los trabajadores? ¿Qué es más beneficioso para la empresa: ejercer un modo de autoridad distante o dar confianza a quienes colaboran con ella? • ¿Cabe conciliar la disciplina necesaria a toda organización empresarial con el respeto a la dignidad de la persona? ¿Se


Pedagógicas | 17 puede mantener la competitividad y rentabilidad de la empresa al tiempo que se promueve la dignidad de los trabajadores? • ¿Nos expresamos con el debido rigor cuando afirmamos que debemos escoger entre “la primacía de la empresa” o “la primacía de la persona”? En estas preguntas se confrontan actitudes que, a primera vista, parecen opuestas. Por ejemplo, adoptar una actitud ética de respeto a la dignidad de los trabajadores se concilia difícilmente con las exigencias que plantea la competitividad en las empresas actuales. Al encontrarse ante la necesidad de elegir entre dos alternativas al parecer excluyentes, el empresario se cree obligado a elegir entre las unas o las otras. En estos artículos descubriremos que, al elevarnos al nivel de la creatividad y el encuentro (el nivel 2), las posiciones que se presentan como opuestas en el nivel 1 – el del manejo de realidades tomadas como meros objetos- pasan a ser complementarias. Esta transformación nos abre la posibilidad de integrar (es decir, vincular de raíz) la necesidad de ser competitivos y de colaborar al desarrollo personal de los trabajadores. Es decisivo, para el buen éxito de la empresa (entendiendo por tal el logro del bienestar de sus colaboradores y sus destinatarios, así como el necesario rendimiento económico) que los empresarios descubran, por ellos mismos, la posibilidad de integrar aspectos de la vida aparentemente opuestos. La vía más rápida y eficaz para ello es descubrir las llamadas “experiencias reversibles”. Vale la pena detenerse un instante a realizar algunas que sean decisivas para comprender cómo nos desarrollamos las personas. Este ejercicio nos dará luz para luego descubrir de qué forma se puede armonizar el trabajo de la empresa con la promoción de sus colaboradores.

Qué es la persona y cómo se desarrolla Nuestra vida personal empezamos a desarrollarla propiamente cuando realizamos experiencias reversibles, de doble dirección. A base de nuestra propia experiencia, rehagamos dos muy significativas. Experiencias reversibles I. La declamación de un poema En estas experiencias actuamos

sobre ciertas realidades a la vez que ellas actúan sobre nosotros. Alguien me habla de un poema que figura en un libro. Es para mí algo que está ahí. Sé que es una obra literaria, pero no me preocupo de asumir las posibilidades que me ofrece y darle vida; la tomo como una realidad más de mi entorno, y queda situada en mi mente al lado de las mesas, las plumas, el ordenador, los libros... El poema lo considero, en este momento, casi como un mero objeto, una realidad que se halla en mi entorno pero no se relaciona conmigo activamente, ni yo con ella. Está a mi lado, pero alejada, al modo de los objetos. Pero un día abro el libro y aprendo el poema de memoria, es decir, de corazón -como dicen expresivamente los franceses e ingleses-, porque asumo las posibilidades estéticas que alberga, y lo declamo creativamente, dándole el ritmo y la expresividad que el autor quiso otorgarle. En ese momento, el poema actúa sobre mí, me nutre espiritualmente, y yo configuro el poema, le doy el ritmo debido, le otorgo vibración humana, lo doto de un cuerpo sonoro. Esa experiencia de declamación no es meramente “lineal”; es decir, no actúo yo solo sobre ella, como sucede cuando empujo un objeto. Es una experiencia reversible, bidireccional, porque ambos nos influimos mutuamente: El poema influye sobre mí y yo sobre el poema. Fijémonos en los cambios realizados. Al asumir fielmente las posibilidades que me ofrece un poema, me atengo a él, le soy fiel, lo tomo como una norma que me guía, y justamente entonces me siento inmensamente libre, libre para crearlo de nuevo, darle vida, llevarlo a su máximo grado de expresividad. Subrayemos el modo de transfiguración y liberación que se opera aquí: los términos libertad y norma son entendidos de modo tan profundo que dejan de oponerse entre sí y pasan a complementarse. En el nivel 2, la libertad que cuenta es la libertad creativa. La norma que nos interesa es la que procede de alguien que tiene autoridad, es decir, capacidad de promocionar nuestra vida en algún aspecto3. Un declamador literario, un intérprete musical, un actor de teatro... se sienten tanto más libres cuanto más obedientes y fieles son a los textos literarios y a las partituras musicales. Cuando actuamos creativamente, es decir, cuando asumimos de forma activa las posibilidades que nos da una obra -literaria,

musical, coreográfica, teatral...convertimos el dilema “libertadnorma” en un contraste enriquecedor. La relación sumisa de la libertad con la norma se transforma, en el nivel 2, en una relación de liberación y enriquecimiento: la norma, asumida como una fuente fecunda de posibilidades, me libera del apego a mi capricho, a mi afán de hacer lo que me apetezca. Amengua, con ello, mi libertad de maniobra, pero incrementa mi libertad interior o libertad creativa, libertad para crecer como persona asumiendo normas enriquecedoras. No olvidemos este dato: toda transfiguración va vinculada con una liberación y una forma superior de unidad. En esta experiencia, al declamar el poema me atengo a las condiciones de éste, las asumo como propias, obedezco a las intenciones del autor, pero precisamente entonces me siento perfectamente libre, con libertad interior o creativa. Aquí no se oponen la obediencia y la libertad, porque se trata de una obediencia a quien tiene autoridad (es decir: poder de promover a quien sigue sus normas) y de una libertad creativa (libertad para dar vida a un poema), no mera libertad de maniobra, capacidad de actuar según el propio arbitrio.

Este descubrimiento de que en el nivel 2 se armonizan muchos aspectos de la vida que se oponen como un dilema en el nivel 1 nos dispone para comprender a fondo la posibilidad de armonizar la actitud ética y la competitividad empresarial, el respeto a la dignidad de las personas y la firmeza en la lucha por el logro del éxito económico. Las experiencias reversibles culminan en la experiencia del encuentro. Si la realizamos debidamente, ganamos luz para comprender lo que es la persona humana y cómo se desarrolla. Será el tema del próximo artículo. *Catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense, Miembro de la Real Academia Española de Ciencias Morales y Políticas. **Estos artículos serán presentados en una serie. Una descripción breve y clara de los ocho niveles de realidad y de conducta –cuatro positivos y cuatro negativos- se ofrece en mi obra Descubrir la grandeza de la vida, Desclée de Brouver, Bilbao 2009. 2 Pensemos en obras -jemplares a este respecto-como En busca de la excelencia (de Thomas J. Peters y Robert H. Watermann) y Estrategia de éxito empresarial (de Roberto Servitje). 3 Como sabemos, el vocablo “autoridad” procede del verbo latino “augere”, que significa promocionar,enriquecer. De él proceden los términos “auctor” (autor) y “auctoritas” (autoridad). 1


18 | Año por la vida

Dra. Mgt. Elena Passo*

Formación para el cuidado de la vida: bioética en el aula

E

xiste en la cultura actual una desvalorización permanente sobre la vida humana. En realidad, es sobre toda la vida y la naturaleza en general, pero nos preocuparemos específicamente en este texto de la vida de los seres humanos. Es de tal importancia este tema, no sólo para la vida de cada uno de nosotros en forma individual, sino sobre todo para nuestro futuro como humanidad, que debemos abocarnos con suma dedicación y esfuerzo a la formación integral temprana para el cuidado de la vida. Preguntas como: ¿Por qué la vida humana es inviolable? ¿Qué significa cuidar la integridad de la persona humana? ¿Por qué el cuidado de la vida debe estar al servicio de “toda la vida y la vida de todos”? ¿Cómo lograr establecer que cuando se instale un dilema ético dentro del ámbito de las ciencias médicas, siempre el marco referencial debe ser el resguardo de la dignidad humana? ¿Cómo enseñar a nuestros niños y jóvenes que todos somos iguales en dignidad y por la tanto la vida de todos es sagrada? Desde qué perspectiva les daremos las respuestas adecuadas a nuestros estudiantes y desde qué ciencia además, les brindaremos una educación que los capacite a fundamentar en valores el respeto por la vida. Bueno, existe una ciencia llamada Bioética que desde lo transdisciplinar busca ser un lugar de encuentro de diversas ciencias y áreas del saber humano, para desde ese punto, el del diálogo verdadero y la reflexión profunda, constituirse en un “puente” que lleve a dar una respuesta desde la Ética a esas preguntas y por supuesto a muchísimas más. Dentro de la Bioética existe una corriente denominada “Personalismo Ontológicamente Fundado” que se basa en la consideración y el respeto de la persona, pero no entendida de cualquier forma, sino referida a su esencia, a lo que en verdad es. Esta referencia es su sustancia, aquello

que la determina como tal, siendo sus notas determinantes la individualidad, la sustancialidad y la racionalidad. Sabemos de la definición dada en la edad media de persona como “unidad sustancial de naturaleza racional”. Unidad sustancial de un cuerpo y un alma espiritual. Esta individualidad de la corporeidad humana es fundamental en los planteamien-

“La bioética debe estar en concordancia y orientada al fin trascendente del hombre y es por eso que una acción es ética sólo cuando su orientación es hacia la Verdad.” tos de defensa de la vida y de la integridad que tendrán lugar en el campo de la ciencia bioética. Dejamos constancia que el concepto de corporeidad corresponde al de la unión del cuerpo y su alma, es decir el cuerpo informado por su alma espiritual. La persona es creada desde un explícito acto creador de Dios, existiendo un vínculo de amor desde y por siempre con nuestro Padre Creador. En esto consiste justamente la relación ontológica, dada en referencia al Ser Absoluto y al orden de la Creación. Sólo así debe ser comprendida. Y es en esta consideración que se funda la dignidad de la persona humana, es decir en su relación de filiación divina, de origen en el sentido de creación por acción de Dios. Es por esto que decimos

que la vida es sagrada porque es la vida de una persona, ser creado por Dios a su imagen y semejanza. Por lo tanto siempre es inviolable. La Bioética ontológicamente fundada tiene dos premisas fundantes como son la observación estricta de la realidad y la posesión de una teleología, o sea que las valoraciones morales o los juicios éticos que guiarán la acción concreta se deben basar en la realidad, en lo exclusivamente objetivo y no en interpretaciones subjetivas. En cuanto a lo teleológico significa que el fin del hombre es la trascendencia, por eso sus actos tienen que orientarse conforme a esa vocación. La bioética debe estar en concordancia y orientada al fin trascendente del hombre y es por eso que una acción es ética sólo cuando su orientación es hacia la Verdad. Nuestros niños y jóvenes tienen que ir aprendiendo paulatinamente el valor de la vida, desarrollando un nivel de alerta en aquellas circunstancias que constituyen hacia ella una ofensa y situación de riesgo y formarse en el compromiso fiel de su custodia y defensa. El amor a la vida, la propia y la del otro, nuestro hermano en Cristo, en verdad se configura en la primera escuela que es la familia, pero luego es en el espacio privilegiado de la actividad docente donde se puede también tener una participación real en su transmisión. En este año instituido por la Iglesia Católica como año de acciones concretas en defensa de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte, orientemos nuestras acciones docentes también hacia la incorporación de los aportes de la Bioética Personalista Ontológicamente Fundada que brindarán luz y acompañarán con una riqueza formativa, basada en la búsqueda de la Verdad, la vida de nuestros alumnos. Los acompañará en momentos difíciles y su recuerdo siempre les servirá como guía.

* Médica y magister en Biología Molecular y en Ética Biomédica por la Universidad Católica Argentina


Pedagógicas | 19

Delfina Azucena Meienberg*

¿Cómo se accede a los aprendizajes?

L

a escuela hoy, por la condición posmoderna, se enfrenta a cuestionamientos más que importantes ¿reina en niños y jóvenes el deseo de conocer, de saber, de investigar? ¿el aprendizaje se construye o se memoriza? ¿qué se puede hacer en la práctica diaria?. Desde la formación pedagógica sabemos que el elemento central del proceso de enseñanza-aprendizaje es el de construcción de significados. Un contenido es aprendido cuando el alumno puede atribuirle un significado, aunque no se puede dejar de reconocer que hay otra forma de aprender, que es la “memorística”, pero esta no permite entender en absoluto lo que se dice o hace, por ser una reproducción mecánica. Pero, valiéndose de la experiencia personal docente, aquí cabe reconocer también que el hecho de construcción de significado no es absoluto, es cuestión de grado, muchas veces el alumno da significado parcial a lo que aprende, es decir el concepto aprendido no significa lo mismo para el maestro que para el alumno, por lo que quizás el profesor debería intentar que los aprendizajes que lleva a cabo sean lo más significativo posibles en cada momento

de la escolaridad. Al respecto, Ausubel, Novac y Hanseuan señalan que se construye significado cada vez que se establecen relaciones sustantivas y no arbitrarias entre lo que se aprende y lo conocido, entonces, dependerá de la mayor o menor riqueza y complejidad de las relaciones que se establezcan. Las condiciones que exige la realización de aprendizajes significativos no son fáciles de concretar, por lo que las líneas pedagógicas apuntan que desde el aula se debe tener en cuenta que el: aprendizaje debe ser potencialmente significativo desde el punto de vista lógico, lo que depende, además de la estructura interna, de la forma en que se presenta al alumno. Pero, esta exigencia no es suficiente, se requiere otra condición para llegar a la construcción significativa, que el alumno pueda ponerlo en relación de forma no arbitraria con lo que ya conoce, que pueda incluirlo en las redes de significados ya construidas en sus aprendizajes previos, es aquí donde entra en juego el conocimiento previo del alumno como factor decisivo en el momento de afrontar la adquisición de nuevos conocimientos.

César Coll apunta una tercera condición para poder hablar de construcción de significados, el hecho de contar con actitud favorable de parte del alumno, esto permitirá el establecimiento de múltiples y variadas relaciones entro lo nuevo y lo que ya conoce. Condición que depende de la motivación del alumno para aprender significativamente y de la habilidad del maestro para despertar y acrecentar la motivación, especialmente en estos tiempos en que infinitos distractores obstaculizan el interés por la escuela. Pues bien, desde la escuela pasa por la motivación, la atribución de sentidos, el respeto de los procesos psicosociológicos y la dinámica de intercambios comunicacionales, especialmente, entre el docente y el niño; pero…quienes caminamos el aula no nos podemos hacer cargo solos, necesitamos el consenso y la actuación paralela del entorno del alumno, ya que el “aprendizaje” es un proceso fuertemente impregnado y orientado por las formas culturales y que, por lo tanto, trascienden ampliamente al ámbito escuela. Escuela-familia, debemos hacer que los chicos comprendan que no sólo se puede llegar a conocer a través de otros (maestros, libros, etc.) sino también por sí mismos, observando, interrogando, experimentando, en el campo intelectual, afectivo, social y espiritual. Sólo así la escuela sentirá que se le otorga socialmente una construcción compleja de sentidos y valoraciones para que responda a las nuevas necesidades e intereses del alumno real.

Bibliografía • Coll, César, Aprendizaje escolar y construcción del conocimiento, Paidós, Bs.As., 1993. * Lic. en Administración y estión de la Educación Or.Es.Pa. – Villa Regina


20 | Cursos

Curso para educadores de niveles inicial y primario “Gestando nuevas competencias para una educación integral” San Juan, 19 al 22 de julio de 2011- Año de la Vida MARTES 19

MIÉRCOLES 20

JUEVES 21

VIERNES 22

HORARIO

ACTIVIDADES

HORARIO

ACTIVIDADES

8:00 – 9:00

Recepción y acreditación

8:00 a 9:00

Recepción y asistencia

Celebración Eucarística

Adoración Eucarística

9:00 a 10:30

Tutoriales Turno Mañana (1er bloque)

9:00 a 10:30

ACTO DE APERTURA

CONFERENCIA Alfabetización científica Dr. Jorge Ratto

CONFERENCIA La enseñanza de la Lengua Dr. Franco Ricove

10:30 a 11:30

Receso Visita a la Expocultural Muestra por la Vida

11:30 a 12:30

Tutoriales Turno Mañana (2do bloque)

10:30 a 11:30

12:30 a 14:00

Receso de Almuerzo Visita a la Expocultural Muestra por la Vida

11:30 a 13:00

14:00 a 15:30

Tutoriales Turno Tarde (1er bloque)

13:00 a 14:30

15:30 a 16:30

Receso Visita a la Expocultural Muestra por la Vida

14:30 a 16:00

16:30 a 17:30

Tutoriales Turno Tarde (2do bloque)

16:00 a 17:00

CONFERENCIA Mons. Héctor Aguer

Receso Visita a la Expo cultural Muestra por la Vida

CONFERENCIA Educar la niñez: reto y esperanza Prof. Ana María Nieto de García

CONFERENCIA Nativos digitales Lic. Vera Rexach

Receso de Almuerzo Visita a la Expo cultural - Muestra por la Vida CONFERENCIA Redescubrir la autoridad Dr. Julio César Labaké

PANEL Educación Sexual Integral (Prof. A. Planker- Lic. M. J. TurriagaDra. M. Andujar)

Receso Visita a la Expo cultural Muestra por la Vida

17:00 a 18:30

CONFERENCIA Sarmiento y la Religión Pbro. Dr. José Juan García

19:00

Celebración Eucarística

20:00

Velada Cultural: Concierto de la Orquesta Sinfónica UNSJ

CONFERENCIA La importancia del Juego en Educación Lic. Marcela Sisto

PANEL Familia y Escuela Mg. Blanca OperukPbro. Mg. Alfredo Ariza Celebración Eucarística


Cursos | 21

Curso para educadores de niveles inicial y primario TUTORIALES 1

Educación Sexual Integral en la primera infancia (Lic. Myriam Mitrece de Ialorenzi y Lic. Gabriela Mango de Guerra)

2

Educación Emocional (Lic. Lucas Malaisi)

3

Cómo viven nuestros alumnos la evaluación (Lic. María Eugenia Alamino-Lic. María Susana Icazatti)

4

Inclusión en los Niveles Inicial y Primario (Lic. Nancy Mestre)

5

El juego en el Nivel Inicial (Lic. Viviana Rocha)

6

Jardines maternales (Lic. Marisa Vila)

7

Nuevas lecturas para nuevos lectores (Prof. Adriana Luna)

8

ERE (Lic. Enrique Jaureguis, Prof. Brenda Ibarra)

9

Vínculo docente-alumno y los estilos de aprendizaje (Lic. Silvia Sobelvio)

10

Alfabetización Científica (Dr. Jorge Ratto- Prof. Norberto Zuccoli)

11

Competencias para una educación integral (Dr. José María LaGreca)

12

Decodificando la TV (Mg. Juan Assirio)

Jornada para Representantes Legales Visita la Feria Exposición Informes e Inscripción: www.consudec.org


22 | Pedag贸gicas / Biolog铆a

Informes:


Ecología y educación | 23

Guía Nº 1*

Meteorología y evaporación

Fabricación de una pequeña nube Meteorología y evaporación Edad: 4 a 8 años Materiales

• Una olla con tapa • Agua • Una bandeja de metal

Actividad previa a la experiencia:

programas de educación

Preguntar a los niños: • ¿Qué es una nube? Luego de sus respuestas salir al exterior para iniciar la tarea. Acostados boca arriba en un lugar al aire libre observar el cielo con los niños en diferentes ocasiones y comenzar a hacerles preguntas como: • ¿Siempre hay nubes en el cielo? • ¿De qué color son? • ¿Tienen toda la misma forma? • ¿Están quietas o se mueven? • ¿Qué las mueve? • ¿Se mueven siempre a la misma velocidad? • ¿Serán pesadas o livianas? • ¿De qué estarán hechas?

ambiental, con el objetivo

Desarrollo de la actividad:

La Fundación Espacios Verdes posee una larga tradición en prácticas educativas ambientales. Desde nuestros inicios, en 1991, hemos desarrollado proyectos y

de lograr nuestra misión: defender la vida y conservar la naturaleza, por medio de la educación libre y responsable, estimulando a las generaciones presentes y futuras a cuidar el patrimonio natural y cultural.

En este marco elaboramos guías de actividades para niños, sobre diversas temáticas. En este caso, la meteorología y evaporación.

1. Calentar el agua en una olla y cuando esté bien caliente taparla. 2. Colocar la olla en un lugar donde los niños puedan observarla sin correr el riesgo de quemarse. 3. Destapar la olla y observar la nubecita que sale de su interior. 4. Colocar la bandeja de metal sobre la olla, de manera que el vapor que sale choque con ésta. 5. Levantar la bandeja y ofrecérsela a los niños para que la toquen. Preguntarles: • ¿Sus manos quedaron secas o mojadas? • ¿De qué creen que está formada esa nube? • ¿Cómo se hizo?

Nota para el docente:

Las nubes en el cielo también están formadas por la evaporación de agua y el encargado de calentarla para que se evapore es el sol. La superficie de la tierra está cubierta en un 70% por agua. El calor del sol produce su evaporación y llena el aire de vapor de agua. Ese vapor se condensa al alcanzar una zona fría y forma diminutas gotas. Estas gotas de agua se van agrupando alrededor de las partículas de polvo que se encuentran en la atmósfera y de este modo se forman las nubes. Las nubes se clasifican de acuerdo con su altura en el cielo y son desplazadas por las corrientes de aire. *Estas guías son en total siete y se presentaran en distintas publicaciones. Experiencia extraída del libro “Talle de ciencias para niños de 4 a 8 años”. Autora Sandra Irene D’Amico colección talleres de Editorial Hola Chicos. Fuente: http://www.fev.org.ar/


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Primera Parte Alberto M. Sánchez*

La comunidad educativa

Introducción Una comunidad parecería ser, en un primer acercamiento superficial, un grupo de personas unidas por intereses comunes. Este concepto primario es válido para toda experiencia asociativa y de él pueden extraerse muchos caracteres inherentes a todas ellas: la gestión de un fin particular que le da cohesión, determinadas reglas de juego que deben respetarse, una autoridad que garantice dicho respeto y sancione las conductas disvaliosas, una planificación que ordene las acciones tendientes al objetivo, la definición de los roles a cumplir por cada uno de los actores, entre otros. Todo ello configura un esquema universal válido para todo tiempo y lugar, ya que es impensable una comunidad a la que le falte alguno de estos elementos. Sin embargo, hay otra dimensión que confiere a la comunidad individualidad y la convierte en una institución peculiar, distinta de todas las demás. Es el ámbito de los valores y carismas, que diseñan lo que llamamos “identi-

dad”. Estos valores y carismas, en el caso de las comunidades educativas, constituyen el alma del Proyecto Educativo Institucional (PEI) y manifiestan la expresión más clara de lo que la comunidad quiere ser y pretende ofrecer como servicio a la comunidad y, en el caso de las confesionales, también a la Iglesia. Ahora bien: no basta con definir esos valores y carismas que otorgan individualidad, sino que es imprescindible ser coherentes con

“Si no se entiende la comunidad como comunión y ésta como don, lo que forjamos es sólo un grupo de personas tras objetivos en común.” ellos, procurar que exista en todo momento una plena adecuación de la vida de la comunidad a lo

definido como el “deber ser” de la misma. En este sentido, la coherencia es el sostén moral de la identidad. La identidad no es, por tanto, algo dado de una vez y para siempre, sino algo que se construye cotidianamente, a partir de los esfuerzos mancomunados por alcanzar esa adecuación entre el “deber ser” que se exhibe como signo distintivo y el modo en que “se es” en cada uno de los actos de la vida diaria. Ello hace que el papel de cada miembro de la comunidad sea vital. La comunidad es un ser real, pero accidental: existe en sus miembros. Por eso, no hay acto alguno de sus miembros que le resulte indiferente. La importancia de la identidad está claramente marcada en las siguientes palabras del Cardenal Jorge Bergoglio: “De comunidades pequeñas pero conscientes de su identidad, afirmadas sin soberbias ni estereotipos sino con la serenidad de quien cree y convoca con su solo ejemplo, es posible engendrar a aquellos que sean capaces de grandes deseos y grandes renuncias”1. A partir de allí, es sencillo entender la importancia de la participación. Lo que omite hacer un miembro de la comunidad es un hueco que queda en el entretejido de las acciones tendientes al fin. Y así como la participación activa y fecunda vigoriza la comunidad y le da el soporte necesario para su crecimiento constante y sostenido, la ausencia de ella la sumerge en la apatía, la desidia, la inacción y la desesperanza. La participación tiene exigencias muy concretas, que pasan por el fiel y eficaz cumplimiento de los roles asignados. No se trata de sobreactuaciones vacías de contenido, sino de aportar a la suma total la porción a mi cargo, cualquiera sea ella y cualquiera sea el grado de lucimiento que la misma tenga.


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Queda un último paso. Es necesario subir un escalón más por encima de la participación y alcanzar el nivel del compromiso. El compromiso es la participación con sentido de pertenencia: cumplo mi rol no porque sea mi obligación legal o contractual, sino porque estoy enamorado del proyecto comunitario, porque lo he incorporado a mi vida, porque forma parte de mis desvelos y de mis alegrías cotidianas, porque está presente en mi oración personal, porque creo en él de tal manera que me siento ligado a su suerte2. Esto es, precisamente, lo que diferencia a una comunidad de una sociedad. Hay mucho más comprometido que la simple utilidad, el fin de lucro o el objetivo a alcanzar. Lo que hay, lo que une, lo que vincula, es un proyecto de vida en común, que habrá de iluminar el proyecto de vida personal de cada miembro de la comunidad.

¿Qué es una comunidad educativa?

Lo primero a decir acá es que la comunidad es comunión. Dice el Cardenal Carlo M. Martini: “La comunión es un don divino. La comunión de los corazones, la comunión en una parroquia, en un grupo, en una diócesis, en la Iglesia, en la humanidad... es un don divino. Por otra parte esta comunión está hecha también del aporte humano, aunque sea verdad que sin este don fundamental de Dios ningún medio técnico crea la comunión (tengamos una reunión, discutamos el asunto, hagamos una dinámica de grupo, llamemos a un psicólogo, estudiemos algunas iniciativas, organicemos una excursión, un día de campo, saquemos una revista)”3. Si no se entiende la comunidad como comunión y ésta como don, lo que forjamos es sólo un grupo de personas tras objetivos en común. La experiencia del don es el

reconocimiento de nuestra indigencia, de nuestras limitaciones y de nuestros pecados, es decir, la clara conciencia de nuestra condición de creaturas. No nos agobia, porque “cuando somos débiles entonces somos fuertes”4, sino que nos acerca, desde la humildad, al misterio trinitario, fuente de toda comunidad, donde el amor es el centro vital. Es por eso que leemos en Educación y Proyecto de Vida: “La comunidad constituye un aprendizaje

“La vida comunitaria exige entender que no habrá sinfonía posible si alguien renuncia a ejecutar la partitura que le corresponde. Cada uno en su medida, cada uno con las responsabilidades inherentes a su cargo o posición, cada uno de acuerdo a los roles asignados, debe completar la porción del todo que le toca.” de apertura y madurez porque se requieren muchas condiciones y la superación de numerosas pruebas para llegar a la capacidad de compartir la vida, ya que compartir la vida profundamente es compartir la misión de amar” (Nº 57). Desde esta perspectiva de vital compromiso, la comunidad edu-

cativa, así entendida, produce innumerables frutos: a. Enfrenta al hombre con la verdad sobre sí mismo. Y la verdad antropológica que sustentamos, en cuanto al tema que acá nos ocupa, es que el hombre es un ser individual, único e irrepetible, pero con naturaleza social. La sociabilidad no es para la persona una elección, sino un imperativo de su propia naturaleza, que le exige darse a los demás con generosidad y recibir, en la interrelación con sus semejantes, lo que necesita para alcanzar la plenitud del ser. b. Saca al hombre de su egoísmo y le exige servicio y solidaridad. No hablamos sólo de un “yo”, sino primordialmente de un “nosotros”. No es esto fácil de entender y mucho menos de obrar en estos tiempos de egocentrismo, pero es el único camino para alcanzar la comunidad. c. Llama a la persona a la humildad, desde el reconocimiento de su interdependencia. Cuando nos reconocemos comunitarios, necesariamente nos descubrimos interdependientes. Lejos de la autosuficiencia que otrora proclamara el individualismo liberal, sabemos con certeza que no podemos solos, que requerimos de los demás de modo insoslayable, que somos parte de una familia en la que el cumplimiento de cada uno de los roles a su cargo permite que todos lleguemos a la plenitud. d. Exige a todos comprensión y tolerancia, lo que obliga al ejercicio constante de una virtud hoy olvidada: la empatía. Este “ponerse en el lugar del otro” es condición del diálogo y de la paz en el seno de la comunidad. Privilegiamos la búsqueda de la verdad por sobre el “tener razón”; no convertimos las opiniones en

obstáculos; aprendemos a perdonar porque nos sabemos perdonados por Quien jamás nos haría algo que debiéramos perdonar. En definitiva, nos asumimos, todos, como miembros de un cuerpo que debe funcionar en armonía, sin intereses contrapuestos, consustanciados con un fin que es superador de nuestras meras individualidades. e. Finalmente, la comunidad convierte al hombre en co-responsable, es decir, lo saca de la comodidad del que piensa que los deberes son de los demás y que sólo tiene derechos que reclamar. La vida comunitaria exige entender que no habrá sinfonía posible si alguien renuncia a ejecutar la partitura que le corresponde. Cada uno en su medida, cada uno con las responsabilidades inherentes a su cargo o posición, cada uno de acuerdo a los roles asignados, debe completar la porción del todo que le toca. Si no lo hace, sólo habrá un vacío allí donde debiera estar el fruto de sus desvelos.

¿Qué es una comunidad educativa cristiana? Pero demos un paso más. Habiendo descrito muy someramente lo que sería una auténtica comunidad educativa, nos preguntamos ahora: ¿Qué rasgos caracterizarían a una comunidad educativa cristiana? Leemos en Educación y Proyecto de Vida: “La escuela católica, por fidelidad a la misión recibida de Cristo en la Iglesia, debe asumir una clara identificación evangelizadora, es decir, la dedicación a una definida acción pastoral-educativa cuyo fundamento es el Señor. El cumplimiento de esta misión exige una incesante predisposición a mejorar tanto la calidad pedagógica como la profundidad del testimonio evangelizador.


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El resultado será la síntesis entre fe y cultura, entre fe y vida” (Nº 157). Por ello, el amado Juan Pablo II nos enseñaba que las comunidades educativas católicas deben: a. Educar para la verdad y la caridad. b. Dar a los jóvenes perspectivas e incentivos espirituales en un mundo materialista y confuso. c. Transmitir y reforzar el sentido de comunidad. d. Profesar un compromiso institucional con la Palabra de Dios. e. Inculcar una actitud de profundo respeto a la conciencia de los otros. f. Esforzarse por una óptima formación profesional y técnica. g. Preparar a los jóvenes para que asuman su responsabilidad personal y social. h. Respetar a la escuela estatal. Analizar cada uno de estos mandatos excede las posibilidades de este trabajo, pero no cabe dudas de que estas palabras del Papa son toda una hoja de ruta para nuestras comunidades. Podríamos decir que, colocándoles signos de interrogación, serían ideales para llevar a cabo una especie de examen de conciencia institucional o, como dirían los técnicos hoy, una “autoevaluación”. Estamos llamados, entonces, a esa síntesis entre fe y cultura, entre fe y vida, que sólo se alcanzará con oración, perseverancia y coherencia.

Fin de la comunidad educativa Aunque parezca obvio, debemos comenzar diciendo que el fin de nuestras comunidades educativas es educar, es decir, transmitir a otro aquellos valores que lo configurarán como persona, ayudarle a que llegue a “ser” plenamente, a que llegue a la plenitud del ser.

Por eso, los valores no son un “contenido” de la educación, sino su misma esencia. No educamos “con” valores, ni “desde” los valores, ni “para transmitir” valores; educamos “en valores”. Pero en nuestro caso hay un dato que aún cualifica más la situación: educamos niños. Esta circunstancia pone de relieve la importancia vital de la educación en cada uno de sus planos: como centro de la tarea paterna, como política de Estado y como afán de nuestras instituciones. Nos alerta en este sentido Monseñor Salaberry: “La situación es grave. Y no lo sería tanto por el desastre económico que lleva al cierre de colegios, cuanto porque en verdad, se ha tocado un bien intangible: los niños5”. En la misma sintonía, el P. Ángel Rossi afirma con convicción: “Educar es posible en la medida que renovemos la conciencia profunda de que la grandeza de un padre, de una madre o de un maestro se la da paradójicamente la fragilidad que cuida”6. Magníficas palabras para describir el sentido de la educación. Cuando las leí, me vino inmediatamente a la memoria un poema de Antonio de la Torre7, el poeta mayor de San Juan, que no puedo dejar de compartir. El primer día de escuela Fuimos con la madre. Hervía de niños las escuela del barrio. Las rondas se daban al viento de Marzo. ¡La mañana toda vestía de blanco! Los niños más grandes iban por los patios, las alas abiertas, el gozo en los labios. Y los nuevos, todos, con caras de llanto, los ojos muy grandes y el miedo en las manos.

Entramos resueltos… Aquí lo traemos – dijimos temblando… No podíamos irnos. Por la abierta reja quedamos mirando. ¡Era el más pequeño de todos el nuestro, y tan formalito, sentado en su banco!... Se quedaba solo, solo con la vida, entre los extraños … ¡Alguno tenía que llorar primero; menos mal que ella me ganó de mano! Es ésta la fragilidad de la que habla el P. Rossi, es esto lo que ponemos los padres en manos de los maestros el primer día de escuela. La fragilidad de aquél que va a recibir las herramientas con las que habrá de construir su propio proyecto personal de vida. Fallar en esta misión es achicar horizontes, cortar alas, aburguesar pensamientos, minimizar ilusiones, condenar a la persona a una futura versión reduccionista de sí misma. Se suele recordar con frecuencia una frase de Hodding Carter: “Hay dos legados perdurables que podemos transmitir a nuestros hijos: uno son raíces, el otro son alas”. Lo mismo podemos pensar de nuestros alumnos. Raíces para que recuerden de dónde vienen, para forjar la identidad; alas para emprender el propio vuelo hacia horizontes que sólo deben estar marcados por el propio proyecto personal de vida. Finalmente, a esto apunta toda tarea educativa: a inculcar valores, a proponer caminos, a proporcionar las claves que permitirán un conocimiento integral de uno mismo y de la realidad que lo rodea y, después, a respetar ese ámbito de libertad propio de la condición humana a la hora de las decisiones. Es éste el concepto de educación que hoy está en crisis. Ha señalado muy bien Monseñor Aguer

que “la crisis de la educación tiene sus raíces en la incapacidad de un pueblo, de sus élites, de las familias y de los adultos en general, para dar continuidad a la transmisión del patrimonio cultural, moral y espiritual a las nuevas generaciones”8. Esta interrupción en la transmisión de los valores, el constante empezar de cero, el pertinaz movimiento pendular, el desinterés y la desinversión han impedido que, desde hace ya más de un siglo, Argentina tenga de políticas de Estado en materia de educación. Las consecuencias están a la vista * Doctor en Derecho. Miembro correspondiente de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (Argentina) y de la Academia de Ciencias Sociales de Mendoza (Argentina). Miembro de la Asociación Argentina de Derecho Administrativo, de la Asociación Argentina de Derecho Constitucional y de la Asociación Argentina de Derecho Internacional. Miembro de la Asociación Iberoamericana de Estudios de Regulación de Madrid (ASIER), del Instituto de Derecho Eclesiástico de la UCA y del Instituto de Estudios de Derecho Administrativo (Mendoza). Profesor de posgrado en distintas universidades argentinas. Miembro del Equipo de Abogados de CONSUDEC. BERGOGLIO, Jorge M. “Educar: exigencia y pasión”. Claretiana. Buenos Aires. 2003. Pág. 18. 2 Bergoglio pide, en esta línea, a los educadores: “Ayuden a generar lazos y vínculos con personas, ideas y lugares, porque se crece alimentando pertenencias”. Op. cit. Pág. 20. Marca luego la importancia de la relación entre identidad y pertenencia afirmando que “se es en la medida que se pertenece”. Op. cit. Pág. 45. En la misma línea, afirma Salaberry: “Porque nuestra identidad como hombres de fe está dada por la pertenencia a un cuerpo y no por la afirmación de nuestra conciencia aislada” (SALABERRY, Hugo. “La identidad la da la pertenencia”. Revista CONSUDEC Nº 1007. Julio 2005). 3 En SALABERRY, Hugo. “Recrear comunidades en la verdad”. Revista CONSUDEC Nº 991. Noviembre 2004. 4 Cfr. 2 Co, 12,10. 5 SALABERRY, Hugo. “Un bien intangible: los niños”. Revista CONSUDEC Nº 984. Agosto 2004. 6 ROSSI, Ángel. “Educar es posible, difícil y bello”. Galeón. Córdoba. 1999. Pág. 9. 7 DE LA TORRE, Antonio. “Antonio de la Torre. Antología poética”. San Juan. 1999. Pág. 183. 8 AGUER, Héctor. “Propuestas y riesgos de la educación católica, a las puertas del Bicentenario patrio”. Discurso Inaugural del 47º Curso de Rectores del CONSUDEC. Salta, 10 de febrero de 2010. 1


Pedagógicas / Tecnología | 27

Pablo S. Fantini*

El camino del exceso tecnológico y el reino de la sabiduría

E

s posible que sin darnos cuenta, todos nosotros, los seres humanos, hayamos dedicado gran parte de nuestra existencia tratando de compensar distintos actos que posiblemente habremos pensado equivocados. Ahora ¿qué tipos de actos compensan las tic? Tanto nuestros patrones de las relaciones sociales así como las tecnologías digitales tienen algo en común: se encuentran en permanente estado de evolución. Interactuamos a través de una continua mutación, una transformación liberadora y recurrente en la que nos reconocemos como usuarios ya dentro de la nuevas relaciones mediatizadas. Este tipo de relaciones actualizan los antiguos intercambios antes conocidos por la sociedad (por ejemplo los epistolares) compensando de esta manera la falta de inmediatez en comparación a las comunicaciones enriquecidas hipertextualmente a través de las redes de Internet. Nuestras relaciones humanas han evolu-

cionado hacia las relaciones interpersonales mediadas por tecnologías. Probablemente como recompensa a nuestras carencias temporales o quizás impuestas como necesidad. Son estos detalles evolutivos los que colocan al estudiante en su nueva figura de usuario, ya no solo por la demanda de la sociedad sino por la de su propia identidad dentro de su estructura social. Los aspectos sensibles de la educación en la era del conocimiento y su resignificación masiva en los tiempos de la globalización dejan al descubierto las zonas oscuras a compensar. El profesor Christopher Lasch describía, ya hace muchos años, este lado oscuro de la educación a partir de las nuevas formas de ignorancia que el percibía: “La educación en masa, que prometía democratizar la cultura, antes restringida a las clases privilegiadas, acabó por embrutecer a los propios privilegiados. La sociedad moderna, que ha logrado un nivel de educa-

ción formal sin precedentes, también ha dado lugar a nuevas formas de ignorancia. A la gente le es cada vez más difícil manejar su lengua con soltura y precisión, recordar los hechos fundamentales de la historia de su país, realizar deducciones lógicas o comprender textos escritos que no sean rudimentarios.” Aunque no lo parezca, el profesor Lasch “no” se está refiriendo a las TIC ya que en el momento en el que fue concebido el anterior párrafo la tecnología no comprendía, todavía, como educar. Sin embargo, la idea principal es aplicable al estudio del espacio sombrío que las TIC deben atender. Las nuevas formas de ignorancia de ayer pueden ser, hoy en día, reconceptualizadas como las nuevas formas de aprendizaje. Y, por supuesto, la tecnología que se entromete mediando entre la forma de ignorancia y el nuevo proceso de aprendizaje compensa así el déficit metodológico de la antigua educación en masa. La oscuridad deja los interrogantes necesarios para que la evolución natural del estudiante caracterizado de usuario se lleve a cabo y forme de esta manera al estudiante usuario responsable y consciente del entorno en el que se desarrolla. Uno de esos interrogantes puede ser ¿en qué nos equivocamos para tener que compensar mediante la tecnología nuestros valores fundamentales como sociedad? *Docente de informática y Director de la revista digital f5 de la Universidad Kennedy.


28 | Familia y educación

Mag. Juan Assirio

Buenos hábitos para buenas familias

L

evante la mano quién no se siente con el derecho y la autoridad para hablar de temas tales como la religión, la política o la educación. Hay ciertos temas de los cuales no somos ni podemos sentirnos ajenos, simplemente, porque son humanos. Uno de esos temas, que es el que nos ocupa hoy, es el de la familia. Recuerdo aquella mamá que quería que su hijo de 4 años sea FELIZ, y que cuando el chico llegó a la secundaria quería que sea INGENIERO…! Surgen algunas preguntas: ¿Por qué formamos una familia? ¿Por qué tenemos hijos? ¿Qué queremos para ellos? Respondiendo, de modo general a las preguntas, digamos que los hombres y las mujeres forman una familia porque se aman. Y porque se aman quieren que el otro sea feliz. El fruto de ese amor son los hijos, para quienes, los padres también quieren la felicidad. La familia, es entonces, un

medio para lograr que las personas sean felices haciendo felices a su esposa/o e hijos. Haciendo felices a los miembros de su familia son felices ellas mismas. Hasta aquí todo muy bonito, pero ¿qué puedo hacer yo para que los miembros de mi familia sean felices y así ser yo feliz? La pregunta se debe desdoblar en otras dos para asegurar la respuesta. En primer lugar ¿qué es lo que tengo que hacer? Y en segundo lugar, y no menos importante, ¿lo hago? El planteo queda hecho y a él trataremos de dar respuesta: ¿Qué podemos hacer en la vida familiar para que nuestras esposas/os e hijos sean felices? Lo primero que podemos procurar hacer, y dicho en sentido positivo, es todo aquello que nos gustaría que nos hagan a nosotros. O, dicho en sentido negativo, todo lo que en casa nos echan en cara que no hacemos: ser paciente, generoso, optimista, compren-

sivo, tolerante, puntual, sereno, con buen humor, con capacidad para escuchar, para adaptarse, y un largo etc. Profundizando un poco más, veremos que es necesario cultivar un conjunto de actitudes y actos que el amor por los míos me suscita. Se trata de disposiciones estables, consciente y libremente adquiridas, perfecciones habituales de nuestras capacidades humanas, que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y sentimientos y guían nuestra conducta. Se trata de un sinfín de condiciones y modos de obrar para que ese amor se mantenga y crezca. Y de esa manera, junto con él aumente la felicidad. Ante lo dicho, Ud. dirá: “pero esto es muy general, es poco preciso y difícil de verificar”. Respuesta: “ayudar a una persona a ser feliz no es un problema técnico”. La felicidad no se logra despejando ecuaciones. La cultura actual goza del defecto de pensar que todos nuestros problemas serán resueltos por los avances de la técnica. Esta excesiva “tecnificación” nos hace olvidar que los problemas pueden tener otro tipo de remedio. Así, todos los problemas que surgen como consecuencia de las deficiencias personales, necesitan una solución personal. Las soluciones no las da la técnica, sino las mismas personas, que, con su firme voluntad se deciden a crecer, a perfeccionarse, a ser mejores. Y todo esto, simplemente, para hacer felices a las personas que aman. Resumiendo lo dicho hasta aquí, la familia es el ámbito en donde uno intenta ser feliz haciendo fe-


Familia y educación | 29

liz a los miembros de su familia. Se empieza a hacer feliz a los demás cuando uno se decide a mejorar personalmente, a perfeccionarse, a crecer como persona, a ser “más” persona. Esto es, ni más ni menos, que la auto-educación. Ya tenemos la respuesta: Para hacer felices a las personas que amo debo auto-educarme. Pero surge un problema: para poder decidirme a ello debo hacerlo libremente, sin ataduras, responsablemente. Solo los adultos son capaces de ello. Los chicos, hasta cierta edad, no ejercen su libertad totalmente (no es que no lo sean, sino que no les es posible ejercerla), están atados a la voluntad de sus padres, no son enteramente responsables de sus actos. Vemos, entonces, que no basta con mejorarme a mi mismo (auto-educarme), debo también mejorar a los demás (educar). No solamente debo esforzarme por crecer yo, sino que además –y esto es lo más difícil- debo ayudar a crecer a los que amo. Y es en este punto donde se pueden aportar algunas ideas basadas en la experiencia y en el sentido común que nos pueden ayudar a crecer y hacer crecer. Si Ud. es padre o madre, hágase, por favor, las siguientes preguntas: ¿Tengo muy poco tiempo para hablar con mis hijos? ¿Permito habitualmente en mis hijos lo que no apruebo? ¿Decido para mis hijos con los siguientes argumentos: “si todos lo tienen” o “si todos lo hacen”? ¿Pienso sobre mis hijos: “No quiero que estén expuestos al más mínimo peligro.” y/o “Quiero que mis hijos sean los mejores de la clase”? ¿Permito que mis hijos tengan televisión en su

habitación? ¿Qué ven mis hijos cuando navegan por Internet? ¿Mis hijos disponen habitualmente de dinero y no se en que lo gastan? ¿Cenan mis hijos “a la carta”? ¿Lo que mis hijos tienen lo han ganado después de un tiempo de esfuerzo? Las respuestas a este pequeño cuestionario puede ser un diagnóstico de si Ud. está creciendo y ayudando a crecer a los suyos. Porque cada acción, cada práctica familiar en la vida cotidiana de una familia, está sustentada por un valor, por algo valioso que se vive simplemente porque vale la pena hacerlo, porque es bueno. Es posible que nos descubramos viviendo en casa valores que no contribuyen para nuestro crecimiento ni para el de nuestros hijos. Por eso, no alcanza con preocuparse por nuestra familia, hay que ocuparse. ¿Qué sucede si los padres no nos ocupamos de promover en la familia buenas prácticas? Por lo general, lo contrario a lo que deseamos. La gente no da felicidad naturalmente, por casualidad. Si así fuera, todo el mundo lo sería. Y la experiencia común demuestra que no lo es. Más bien parece todo lo contrario: conquistar la felicidad es una esforzada tarea de toda la vida. ¿Qué hacer, entonces, para que en mi familia se vivan los valores que yo quiero para ella? 1. Educar la afectividad (primeros años): El primer trato del niño con la realidad es afectivo. La seguridad del afecto, sobre todo de la madre, es lo que permite al niño apartarse, explorar, dominar los

miedos y problemas. La seguridad y la autoestima se conforman de modo especial en los primeros años. Una correcta educación proporciona la seguridad y el apoyo afectivo necesarios para los nuevos encuentros. Sentirse seguro es sentirse querido. En la familia es donde uno es querido radical e incondicionalmente. Las experiencias infantiles impregnadas de afecto pasan a formar parte de la personalidad a través de la memoria. En los primeros años, el desarrollo intelectual está muy ligado a la educación afectiva. 2. Enseñar a jugar (niñez): El valor pedagógico del juego estriba en que vincula los afectos a la actividad. En primer lugar, el juego es el ámbito en el que se ensayan las fuerzas de competición, hay un reto. En segundo lugar, para jugar es necesario respetar las reglas. En tercer lugar, en todo juego existe un objetivo a lograr. En cuarto lugar, en el juego hay espacio para el ensayo de respuesta, ya que quienes lo juegan tienen cierta inmadurez. Mediante el juego se aprende a ganar y a perder. Saber ganar y perder es señal de afectividad firme. Esta firmeza se adquiere y se aprende jugando. El que ha ganado o perdido con serenidad ha educado su afectividad, ha crecido en fortaleza. 3. Educar para ser libre (adolescencia): • Ofrecer la verdad. Hacer pensar. Esto es: Hablar

con los hijos, potenciando su sentido crítico, sentido crítico ante medios de comunicación; fundamentar lo que se dice. Razonar sin precipitación. No dejarse arrastrar por sentimientos, prever las consecuencias de las decisiones; buscar sinceramente la verdad, coherencia • Respetar. Comprender. Confiar. Esto es: Conocer. No pedir imposibles, ofrecer confianza, escuchar, diálogo, apertura, sentido positivo, amor a la verdad, hablar con claridad, valorar el esfuerzo, más que el éxito, ayudar a comprender que hacer lo que se debe, supone casi siempre un considerable esfuerzo. • Fortalecer la voluntad: Exigir un comportamiento correcto, ser ejemplo de esfuerzo; responder sin anonimato, empezar una y otra vez, sin rendirse al desánimo; ocasiones de asumir responsabilidades, participación activa y responsable; respetar decisiones responsables, en su margen de autonomía. • Fomentar la autonomía. Esto es: Ayudar a encauzar rectamente sus afanes e ilusiones, proporcionar ocasiones de ejercitar la autonomía, el autodominio, la iniciativa, la capacidad de decidir y la participación; animar a que organicen por su cuenta algunas actividades y a que participen responsablemente en otras.


30 | Pedagógicas

Lic. Marcelo E. Neira

Aprender a aprender para poder enseñar

U

n juego de palabras que encierra toda una lección y toca el corazón mismo de la formación del educador. Y comienzan los interrogantes: ¿Es posible otro paradigma para la formación docente? Mucho es lo escrito y expresado respecto a la formación docente y se ha puesto acento en distinguir la existencia de dos paradigmas, que se plantean como antagónicos e irreconciliables: el modelo conductista y el modelo constructivista. Los cambios en los planes de Formación Docente se han centrado en reforzar la segunda mirada. Sin embargo la práctica docente está teñida de una impronta más cercana al modelo que se busca superar, esto es a la concepción conductista. Sin dudas, creemos que el camino posible es la búsqueda de una síntesis de las diversas teorías. ¿Qué conservar y qué cambiar? Se trata de sostener los éxitos del pasado y asociarlos con las nuevas miradas. Se podría esquematizar didácticamente, para mostrar la recursividad del proceso de enseñar y aprender. Una concepción Integradora no es unidireccional; es más bien Interactiva y se basa en una visión sistémica. Hay que aprender para enseñar. No se puede enseñar lo que no se ha aprendido. Esto supone la “idoneidad para”. Ahora bien, en contextos complejos, fragmentarios y cambiantes como los actuales el docente vuelve al rol de aprendiz. Se trata de incorporar y vincular permanentemente ambos roles. Esto le será útil para construir un nuevo repertorio de estrategias didácticas. Nos dice Gerstner: “La modificación de las relaciones de los docentes

entre sí, con sus alumnos, con la tecnología y los instrumentos, con sus carreras ( ), juega un papel importante en el plano de los cambios”. Y entonces, ¿Qué es aprender? Surge un torbellino de ideas… Escuchar es aprender y alcanzar grados de sabiduría. Es ampliar la experiencia, es saber un poco más. Escuchar a los otros para aprender. Aprender a vivir, a fluir, es cambiar, es intercambiar, es crecer… Nosotros insistimos con la perspectiva que supone escuchar la voz ajena, que es imprevista y a veces dice algo totalmente diferente de lo esperado. Si nos atreviéramos y pudiéramos escucharla, habría aprendizaje, captaríamos lo nuevo. Pero a menudo no podemos porque estamos totalmente sometidos a nuestras creencias que nos dominan. Para superar esto, Tomamos el pensamiento de Edgar Morín y proponemos trabajar y realizar nuestra tarea con y desde un “Sistema Abierto”… Es decir atender a las voces exteriores, para luego volver al interior, acomodarme y ponerme en acción. Bien sabemos que estos “Sistemas” interactúan con su medio ambiente para intercambiar materiales, energías o información, y cuyas propiedades más importantes son la totalidad, la retroalimentación y la equifinalidad. La estructura de un sistema abierto es óptima cuando el conjunto de elementos del sistema se organiza, aproximándose a una operación adaptativa, que es un continuo proceso de aprendizaje y de auto organización. Como nos dice Jaime Barylko: “Sabio no es el que sabe, sino el que sabe que puede saber más, sin cesar, el que escucha a los otros, porque de ese modo puede poner en duda

su arrogante Yo, y despojarlo de sus cáscaras de autosuficiencia que tanto lo asfixian.” La complejidad que nos presenta la actualidad, con constantes cambios paradigmáticos, nos interpela y nos desafía. Estamos obligados a un aprendizaje permanente para ser capaces de enseñar. La tarea del docente que es “hermosa y de suma trascendencia ( ) requiere dotes especiales de alma y de corazón, una preparación diligentísima y una continua prontitud para renovarse y adaptarse” sobre todo en estos tiempos que nos toca vivir. (Gravissimum Educationis 5)1 Prosiguiendo, ¿Qué es enseñar?... Más ideas: Es mostrar, es señalar, es explicar, es conducir la mirada, es dirigir… Pero no sólo es eso; cuando hablamos de enseñar nos referimos a Gestionar un Proceso Completo y Complejo. Por lo tanto el docente, el profesor, el maestro, en definitiva; el Educador debe “Ser hombre para ayudar a ser hombres” (EPV, 87). Esto implica ser consciente de su papel y vivir por vocación la urgencia de autoeducarse. Porque le toca saber prudentemente “desvivirse” para que otros vivan. No hace falta recordar aquí cuanto más se ha dicho y señalado al respecto de la tarea del educador; pero creemos necesario destacar que es evidente que no puede ser un buen educador quien se conforma con ser mediocre. Y ¿Por qué?, pues el educador es persona portadora de un mensaje de Vida. Nos surge otro interrogante: ¿Qué nos hace ser buenos profesores, buenos enseñantes o buenos formadores? Nada hay más educativo que un ambiente sano, un modelo sano y una relación interpersonal sana. Lo que finalmente educa no es la


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Sentido de la existencia

Bienestar común

Cambios Culturales

Alumno

INTEGRACIÓN

Desafíos Ecológicos

palabra que dice ideas y preceptos, sino el modelo que muestra vida. (Julio César Labaké) Entendemos que Educar y enseñar es la “Intervención intencional del adulto en el seno de una interacción con el educando, con una voluntad explícita de transmisión de aquello que ese adulto vive y profesa como verdadero, como bueno y como bello, con la finalidad de desencadenar en ese educando lo mejor de su desarrollo Personal.” Si aplicamos esta perspectiva tendremos que educar no es transmitir sino constituir. Afirmamos que se debe procurar constituir el sujeto por medio de la alteridad. Es decir aplicar un modelo de “Ternura y firmeza”, “caricia y paternidad” a ejemplo de Jesús. (Javier Cortés)2 “Educar sin amar al hombre que se recibe como educando es como una condena…”, tomamos esta frase de J. C. Labaké, porque estamos convencidos que sin amor no es posible un encuentro fecundo, un encuentro que pueda llamarse educativo. ¿Cuál es la idea?: “Atreverse a SER MAESTROS aprendien-

Aprender a enseñar Aprender a aprender

INTERACCIÓN

Impacto Científico Tecnológico

Docente

do del MAESTRO a ser MAESTROS” Esta actitud puede ser un estilo de vida, que genera sentido y ofrece respuestas… Las prácticas docentes así concebidas son signo de cordura y enaltecen a la educación. El amor y la paz son el espacio propicio para el diálogo y el encuentro, es oportunidad y es vida… Tomando nuevamente a Morín, compartimos con él que: “Educar para comprender las matemáticas o cualquier disciplina es una cosa, educar para la comprensión humana es otra; ahí se encuentra justamente la misión espiritual de la educación: enseñar la comprensión entre las personas como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad”. El mundo cambia por los optimistas... Hay que centrar la mirada en el potencial. Hay que brindarse con los dones que nos regala el Señor y revitalizar la Esperanza. Si nos ponemos en acción valiéndonos y dejándonos impulsar por el Espíritu que animó a Jesús, tendremos la certeza de ser amados y de vivir cada día sostenidos en los

Conflictos Sociales

brazos del Padre. Esta convicción interior nos mantendrá firmes en medio de los desafíos de un mundo desbordado por la desconfianza, la inestabilidad y la inseguridad. Para finalizar, tomamos prestadas unas bellas palabras de Benedetti: “…No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento.” Nos parece que reflexionar siempre es oportuno, más aún cuando procuramos hacerlo a la luz de la Fe, es decir, atendiendo la dimensión trascendente; aquello que nos invita a creer y a escuchar con los oídos del corazón el llamado a vivir en amistad con Dios que Jesús nos hace, para ser Felices.

Bibliografía:

Nuevos enfoques”. Buenos Aires: Bonum, 2007 Conferencia Episcopal Argentina. “Navega mar adentro”. Buenos Aires: CEA oficina del libro, 2003. Daros, W. R. “Filosofía de una teoría curricular”. Rosario: IUNIR, 2004. Documentos del Magisterio de la Iglesia sobre Educación Católica. Buenos Aires: Editorial Claretiana, 1990. Gerstner, L. y otros. “Reinventando la educación”. Buenos Aires: Paidós, 1996. Morín, Edgar. (1999) “La cabeza bien puesta”. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión, 2001. Neira, Marcelo E. (2008) “La comunidad educativa católica: dimensiones de análisis para una gestión participativa y renovada” Trabajo final de licenciatura no publicado, Consejo Superior de Educación Católica, Universidad nacional de San Martín, Escuela de Humanidades.

Otros medios:

http://www.edgarmorin.com/ Tomado de las palabras del Pbro. Lic. Alberto Bustamante en ocasión de la presentación del 48° Curso de Rectores. 2 Tomado de su disertación en ocasión del desarrollo del 48° Curso de Rectores de Consudec. 1

Bromberg, Abraham y otros. “Formación Profesional docente –


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Lic. Inés Franck

Educación Sexual Integral Acerca de la Revista editada por el Ministerio de Educación de la Nación, asupiciada por las Naciones Unidas

S

e presentó el 28 de abril de 2011 en el Ministerio de Educación un nuevo producto del Programa nacional de educación sexual integral. Se trata esta vez de una revista de 46 páginas, titulada “Educación sexual integral; para charlar en familia” y, a diferencia de los cuadernos ESI – presentados en mayo de 2009-, el flamante material está destinado a las familias argentinas. En efecto, con el auspicio del Fondo de las Naciones Unidas para la Población, se imprimieron 6 millones de ejemplares de esta publicación, aunque el Ministro aseguró que el Ministerio está dispuesto a imprimir cuantos más hagan falta para alcanzar a todos los hogares del país. El propósito del texto presentado es servir de base, orientación y guía para que los padres dialoguen frecuentemente con sus hijos sobre temas de sexualidad. Desde la primera página, donde se registra el agradecimiento a conocidos integrantes de la federación LGBT, uno puede observar que lo allí recomendado para transmitir a los niños responde a una determinada ideología, que no concuerda con las creencias de gran parte de las madres y padres argentinos. Los alcances masivos de la publicación, sus contenidos claramente sesgados y reduccionistas y su pretensión de intervenir en la educación de los niños configuran un inédito proceso de adoctrinamiento impulsado desde el Estado en alianza con un organismo internacional. Un ejemplo de ello es el concep-

to de familia manejado y promovido por los autores (o, mejor dicho, la falta de un concepto de familia): “al igual que al resto de chicos y chicas, es importante explicarle que todas las familias son diferentes. Hay familias con un papá y una mamá, hay familias con un papá solo o una mamá sola, con dos papás o dos mamás, hay familias donde algunos hijos son criados por la abuela, hay familias con hijas e hijos adoptivos, hay familias sin hijos y muchas otras más. Ninguna de estas familias es mejor o peor que otras, lo más importante en ellas es la relación de amor que une a sus integrantes. Se quieren, se cuidan, se protegen, se ayudan… eso es fundamental en una familia” (página 13). Si bien siempre hay que tener cuidado de no herir a las personas, esto no nos autoriza a confundir conceptualmente el fundamento de las instituciones sociales ni su naturaleza profunda. La raíz de la familia está, en primer término, en la transmisión de la vida. Transmisión cuya primera realidad es biológica y se origina materialmente en la relación entre un varón y una mujer, y a la que luego se le agregan consideraciones jurídicas, educativas, formativas, sociales, económicas y culturales. Por analogía, consideramos familia a aquélla relación fundada en la filiación, o a aquélla en la que, luego de esa relación entre varón y mujer, sufre determinadas vicisitudes que la privan de uno de los dos. Pero, en cada paso de la analogía, se van omitiendo aspectos impor-

tantísimos de la conformación familiar. Ahora bien, una cosa es reconocer lo que queda recién dicho, y otra es sostener alegremente que cualquier tipo de relación basta para fundar una familia en la plenitud del concepto. La revista que presentó el Ministerio de Educación cae con demasiada facilidad en esta segunda posibilidad y, en el fondo, en un serio error antropológico y conceptual. En definitiva, la Revista se enmarca en una línea educativa que impone un modelo de sexualidad sin modelos y ello no puede sino conducir a un desconcierto en los niños, niñas y adolescentes. Así ocurre, por ejemplo, cuando se afirma. “Si los chicos o chicas nos cuentan que son gays o lesbianas… debemos saber que es una demostración de cariño y confianza y un pedido de apoyo, respeto y comprensión. Aunque nos lleve un tiempo aceptarlo, es bueno para todos. ¿O nos gustaría que nos ocultaran algo tan importante para sus vidas?” (p. 36). En esta afirmación subyace la idea de que no hay modelos y que los padres no pueden guiar a sus niños a vivir según su sexo. La posición frente a la homosexualidad tampoco deja de ser polémica: “la homosexualidad es una manera de vivir la sexualidad. Al igual que la heterosexualidad, la homosexualidad no es una elección. Es decir, las personas no deciden ser homosexuales o heterosexuales. Tampoco es una enfermedad: hace ya muchos años que la medicina y la Organización Mundial


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de la Salud no la consideran así (…). Hay parejas formadas por una mujer o un varón, parejas formadas por dos mujeres y parejas formadas por dos varones, y eso no tiene nada de malo (…). Todos los días, muchas personas son discriminadas por vivir su sexualidad tal como la sienten. Las personas travestis, por ejemplo, que se visten de manera distinta a la habitual de su sexo biológico, son discriminadas de múltiples maneras (…). Esas conductas discriminatorias hacen daño y van en contra de los derechos que hemos conquistado como sociedad” (página 36). “Gays, lesbianas, bisexuales, transexuales, heterosexuales… Todas las personas tenemos derecho a vivir nuestra vida, nuestro amor y nuestra sexualidad sin ser discriminadas” (página 37). Se mezclan aquí con liviandad consideraciones que pretenden ser científicas (no hay acuerdo en la comunidad científica sobre los orígenes de la homosexualidad) con referencias a cuestiones morales (de bondad o maldad de los actos humanos) y jurídicas (la noción de “derecho”) que se interpretan sesgadamente sin fundamentarse, ni tan siquiera plantear la posibilidad de su controversia. Podemos decir que este texto es una consecuencia de la ley 26618 que legalizó las uniones de personas del mismo sexo y ya se está introduciendo en los hogares y la educación. Ha sido una ley muy controvertida y que alteró radicalmente las instituciones sociales.

Otro punto a destacar es la posición con respecto a temas tan delicados como la planificación familiar, la anticoncepción y el aborto mismo. En efecto, en la página 25 se afirma que “también es importante que sepan que, en caso de rotura u olvido del método anticonceptivo, en los primeros 5 días es posible tomar la pastilla de anticoncepción hormonal de emergencia (AHE), que se brinda gratis en hospitales y centros de salud. Esta pastilla retrasa la ovulación y espesa el moco del cuello del útero para impedir que el espermatozoide se encuentre con el óvulo y así evitar el embarazo. Si el embarazo ya se produjo, la AHE no afecta en nada al embrión, es decir, el embarazo puede continuar su desarrollo normal. Este es un mensaje claro para transmitirles”. El elemento que llama la atención en el párrafo citado es su ligereza científica: en el plazo de cinco días -el “autorizado” por el Ministerio de Educación para consumir la píldora- ya existe una nueva vida humana (como la misma ciencia demuestra). Vale recordar que el tema fue objeto de un pronunciamiento explícito de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que constató “La píldora, en efecto, impide la anidación del embrión, que ya se ha formado. modificando el tejido endometrial produciéndose una asincronía en la maduración del endometrio que lleva a inhibir la implantación” (considerando 9º, “Portal de Belén”, 5-3-2002). La promoción de la mal llamada

“anticoncepción de emergencia” es por tanto una manera de difundir un procedimiento de claro riesgo abortivo, pues si se produjo la fecundación, se estaría provocando la muerte del embrión al impedir su anidación. La Revista contiene dibujos y frases que afectan al pudor más elemental, además de contenidos moralmente cuestionables en tópicos referidos a la sexualidad y los comportamientos de los jóvenes. Se advierte una imposición ideológica, que desconoce la existencia de otras cosmovisiones sobre la sexualidad, considerada por momentos como mero instrumento de placer autorreferente, y que en muchos sentidos ignora la esponsalidad que está en la base de la sexualidad humana. Los autores de la revista insisten repetidas veces en que el preservativo es el único medio de prevenir las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados, sin siquiera sugerir la posibilidad de la abstinencia y las relaciones sexuales en el marco de un matrimonio fiel y estable. Todos sabemos que el método más eficaz para evitar las consecuencias de una sexualidad precoz o desordenada es, precisamente, abstenerse de practicarla. Así nos evitaremos muchos y variados problemas y, sobre todo, se los evitarán nuestros jóvenes. Antes que inculcar ideologías controvertidas, es función de la educación sexual ayudar a las personas a abrir los ojos a los datos más básicos de la realidad. www.centrodebioetica.org


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Tercera Parte P. Alfredo Sáenz, Sj*

El Patriotismo: una virtud olvidada IV. El patriotismo como virtud Según se puede ir viendo, el patriotismo está lejos de ser algo animal, puramente instintivo. Constituye una noble virtud, la virtud del patriotismo.

1. Patriotismo y piedad Santo Tomás coloca el patriotismo en el ámbito de la virtud de la pietas, la piedad, así como ésta integra el ámbito más vasto de la virtud cardinal de la justicia. Sabemos que la virtud de la justicia consiste en la disposición de dar a cada cual lo que le es debido. Esta virtud, como las otras cardinales, tiene virtudes a ella subordinadas, llamadas potenciales, porque no cumplen la razón plena de la virtud madre. Así, por ejemplo, la religión tiene que ver con la justicia, por cuanto busca dar a Dios lo que le es debido, pero como dicha deuda nos excede y nunca podríamos saldarla del todo, entonces pasa a ser una virtud especial y subordinada, dependiente de la justicia, una forma de justicia deficiente. Algo semejante a lo que acontece con Dios sucede cuando se trata de nuestros padres. Un hijo nunca podrá acabar de restituir a sus padres todo lo que les debe, empezando por la vida. Lo mismo se diga de la patria. Jamás le retribuiremos todo lo que nos ha dado. Pues bien, la virtud que regula nuestros deberes para con los padres y la patria es la virtud de la piedad, dependiente de la justicia, también ella una forma de justicia deficiente. La palabra “piedad”, que traduce la palabra latina pietas, es otra de las palabras que han perdido su sentido original. Hoy entendemos por piedad algo así como la devoción en nuestras plegarias, o la compasión con el prójimo, que nos lleva a “apiadarnos” de ellos. No es a eso a lo que ahora nos referimos. Aristóteles definía

la piedad como “aquella virtud por la que se ofrece un servicio y culto diligente a quienes nos están unidos en la sangre y en el amor a la patria” 1. Ello se puede aplicar, por extensión, a nuestras relaciones con Dios, que es Padre nuestro de modo eminente. Quizás provenga de allí la aplicación

“Después de Dios, vienen los padres y la patria, que son también principios de nuestro ser y nuestro obrar, porque hemos nacido de nuestros padres y en nuestra patria, y en ella nos hemos educado.” de la palabra piedad a lo religioso solamente, restringiendo su sentido verdadero. Santo Tomás ha dedicado una de las cuestiones de la Suma Teológica al análisis de esta virtud. Allí dice: “Una virtud es especial porque considera un objeto desde un punto de vista especial. Siendo propio de la justicia el dar a otro lo que le es debido, donde existe una razón especial de deuda, allí ha de haber una virtud especial. Ahora bien, el hombre es deudor, por una razón especial, de lo que es para él principio humano de ser y de gobierno. Y este principio es el que la piedad tiene en cuenta cuando rinde honor y reverencia a los padres y a la patria, y a quienes les están unidos. Por eso la piedad es una virtud especial” 2. A lo largo de la cuestión, va desentrañando y precisando el sentido de esta noble virtud. El hombre, enseña, se vuelve deudor de otra persona por una doble razón. Ante todo, por el grado de

perfección de la misma, y luego, por los diversos beneficios que de ella recibe. Desde este doble punto de vista, Dios ocupa el primer lugar, ya que es absolutamente perfecto, y al mismo tiempo el primer principio de nuestra existencia y de nuestro obrar. Después de Dios, vienen los padres y la patria, que son también principios de nuestro ser y nuestro obrar, porque hemos nacido de nuestros padres y en nuestra patria, y en ella nos hemos educado. Por eso, después de Dios, es a los padres y a la patria a los que más debemos. “Consiguientemente, así como pertenece a la religión dar culto a Dios, así, en un grado inferior, pertenece a la piedad rendir culto a los padres y a la patria. En este culto a los padres se incluye el de todos los que tienen la misma sangre, precisamente por proceder todos de los mismos padres. Y en el culto de la patria se incluye el de los compatriotas y los amigos de la patria. Por lo tanto, a éstos se refiere principalmente la virtud de la piedad”3. Tal es el fundamento de esta virtud. El principio mismo de nuestro ser, el principio de nuestra conservación y del gobierno de nuestra vida, después de Dios y en colaboración con Él, se lo debemos a los padres y a la patria. Ambos han sido colaboradores de la Providencia respecto de nosotros. De ahí el amor, la reverencia, la veneración que son casi instintivos en toda alma bien nacida y se expresan por la piedad. Destaquemos las últimas palabras del texto de Santo Tomás recién citado, donde se dice que el culto de la patria incluye no sólo a los conciudadanos sino también a “los amigos de la patria”. Podríamos agregar asimismo a los que en el pasado han merecido bien de la patria. Acerca de estas palabras del Aquinate, Miguel Cruz nos ha dejado una observación no carente de interés:

“Así como los hermanos se unen por los padres, cosa que es evidente, del mismo modo es tan cierto aunque cada vez menos evidente para este mundo, que los amigos han de unirse por la patria. La mayor expresión de amistad por la que pueden trabarse amigo y amigo, después del común amor a Dios, es el amor a la patria común. Es claro que puede haber patriotismo común sin amistad mutua, pero no puede haber amistad cabal sin patriotismo compartido, porque de la patria es que recibimos los amigos, como de los padres recibimos la patria, y a los padres del mismo Dios”. Los grandes sabios de nuestra tradición clásica, prosigue diciendo el pensador tucumano, enseñaban que la amistad consiste en una cierta comunicación de bienes entre los amigos. Cuando el bien compartido es de menor cuantía, por ejemplo, la afición a un mismo juego, la amistad es menos sólida, y no excede el marco de la diversión. Pero mientras mayor y más permanente es el bien compartido, más sólida es la amistad. Tal es el caso del bien patrio, que funda la piedad. Encima de él, nada hay más sublime, nada más unitivo que el mismo Dios. Mas no será posible la unión en el mismo Dios si previamente no se ha realizado la unión en la patria común, que no es sino un don, y cuan sublime, de Dios. Concluye Cruz su reflexión parafraseando así las palabras de San Juan: “El que dice: «Amoa Dios», y no ama a su patria, «es mentiroso». ¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, el que no ama a su patria, que ve? (cf. 1 Jn 4, 20)”4. Cuando en el año 1987 el Papa estuvo de visita en la Argentina, pronunció en Tucumán un discurso sobre el patriotismo. Allí destacó la relación entre la piedad y la libertad. Porque la liber-


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tad, observó, es la condición propia de los hijos, en oposición a la esclavitud de los siervos. La diferencia entre unos y otros radica en que los hijos participan de la “herencia” de sus padres, reconociendo en ellos no sólo el origen de su existencia, sino también de su libertad y dignidad, lo que los conduce a honrarlos debidamente y a conservar el patrimonio paterno. Precisamente ese honor tributado a los padres, constituye la piedad, que funda “la fidelidad a esa herencia, que son vuestras tierras, vuestro patrimonio, vuestras nobles tradiciones”. Será esta piedad, concluye el Papa, que no es sino el cumplimiento del cuarto mandamiento, donde se unen la honra a los padres, a los antepasados y a la patria, la que consolidará nuestra identidad como argentinos, permitiéndonos cumplir nuestra “responsabilidad de custodiar la libertad y la tradición cultural de la Argentina”5. Dios, los padres y la patria: he ahí la paternidad total, desde la divina hasta la humana, entendiéndose que toda paternidad viene de Dios (cf. Ef 3, 15). Podrán darse situaciones de conflicto entre estas tres filiaciones. Ante todo entre la fidelidad a Dios y la fidelidad a los padres. Santo Tomás alude a dicha posibilidad, recordando aquella frase de Cristo en el Evangelio: “Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre... no puede ser mi discípulo” (Lc. 14, 26), así como el caso de Santiago y Juan que por seguir al Señor debieron dejar a sus padres (cf. Mt 4, 22), Lo que así explica: “La religión y la piedad, una y otra, son virtudes. Pero ninguna virtud puede ser contraria u opuesta a otra virtud, porque, como dice el Filósofo, el bien no es contrario al bien. Por lo que es imposible que la piedad y la religión se obstaculicen entre sí, de forma que los actos de una impidan los actos de la otra. En efecto, todo acto virtuoso no debe superar ciertos límites, so pena de dejar de ser virtuoso para convertirse en vicioso. Así, la piedad filial debe mantener en sus justos límites los deberes de sumisión y respeto debidos a los padres. Se saldría evidentemente de ellos el que honrase a sus padres más que al mismo Dios, ya que, al contrario, como dice San Ambrosio, «La piedad hacía Dios ha de anteponerse a los lazos del parentesco» 6 . Por tanto, si el culto de nuestros padres nos impide el culto

de Dios, ya no sería piedad filial insistir en ello ofendiendo a Dios. Así se explican las palabras de San Jerónimo a Heliodoro: «Pasa por encima de tu padre, pasa por encima de tu madre, vuela hacia la bandera de la cruz. Ser cruel en esta materia, es el ápice de la piedad» 7. En dicho caso, han de dejarse los deberes de la piedad ante las exigencias del culto de Dios. Pero si dichos deberes no impiden el culto debido a Dios, entonces el cumplirlos será acto virtuoso de piedad. Y en ese caso no será necesario descuidar la piedad a causa de la religión”8. Algo semejante se debe decir en el caso de que el amor a la patria entre en conflicto con el amor de Dios. Siempre será un conflicto aparente. Porque, como nos lo acaba de decir el Angélico, no puede haber oposición entre las virtudes, hasta el punto de excluirse o eliminarse. Lo que sí hay es una subordinación de las virtudes, por lo que puede suceder que algunas de ellas deban limitarse en sus actos. Así como cuando nuestros padres nos mandan algo contra la voluntad de Dios, es preciso, para salvaguardar la religión, que es una virtud superior, abandonar una piedad filial que no sería virtud, lo mismo ha de afirmarse cuando se trata del patriotismo. Si hubiese conflicto entre los intereses patrióticos y los intereses personales de orden superior y trascendente, siempre han de prevalecer los segundos. La sociedad no puede absorber completamente al individuo y anonadarlo. En esto Santo Tomás toma distancia del Estagirita. Por la inserción del patriotismo en la virtud de la piedad, el patriotismo tiene que ver con el cuarto mandamiento: “Honra a tu padre y a tu madre, como el Señor, tu Dios, te lo ha mandado, para que tengas una larga vida y seas feliz en la tierra que el Señor, tu Dios, te da” (Deut 5, 16). El amor a los padres es inseparable del amor a la patria, como parece dejarlo entrever la relación que Dios mismo establece entre la piedad y el lugar donde se ejerce: “en la tierra que el Señor, tu Dios, te da”. Es la tierra patria, que Dios nos otorga para conservarla y cultivarla, como antaño se la dio a nuestros primeros padres, y luego al pueblo elegido. Tras la cuestión dedicada a la pietas, Santo Tomás dedica la siguiente a lo que llama la observan-

tia, o sea el respeto y la veneración que se deben a las personas que lo merecen9 particularmente a los que gobiernan la Patria. La virtud de la piedad hacia los padres y hacia la patria, y la virtud de la veneración están muy ligadas entre sí, y ambas, a la virtud de la religión. Si la piedad es una prolongación de la religión, el respeto o veneración es como una prolongación de la piedad. Y, a la inversa, la piedad es una forma superior de veneración, así como la religión es el grado supremo no sólo de la piedad filial sino también de la veneración, que encuentra su máxima expresión en el culto, la gran escuela de la veneración a los padres y a la patria. Todas virtudes dependientes de la justicia.

del gobierno y de todo cuanto se requiere para la perfección de la vida humana; en cambio, las demás personas constituidas en dignidad son principio de gobierno sólo en algunas cosas, como el príncipe en los asuntos civiles, el jefe del ejército en las cuestiones militares, el maestro en la enseñanza, etc. De ahí que a tales personas se las llama también «padres», por la semejanza con el padre en el cuidado que ejercen sobre nosotros... Por lo tanto, así como bajo la religión, por la que damos culto a Dios, se ubica primero la piedad, por la que honramos a los padres, así bajo la piedad se encuentra la observancia, por la que se muestra reverencia y sumisión a las personas constituidas en dignidad” 10.

“Cuando el patriotismo,

2. Patriotismo y justicia

informado por la

Hemos visto cómo la virtud del patriotismo es una expresión de la pietas. Pero también tiene que ver con otra virtud, la de la justicia, según ya lo hemos señalado anteriormente. Como dice el Angélico, si “la piedad se extiende a la patria en cuanto que ésta es en cierto modo principio de nuestro ser, la justicia legal considera el bien de la patria desde el punto de vista del bien común”11. Por lo que la adhesión a la Patria, a más de expresar uno de los aspectos de la pietas, tiene que ver también con la justicia, que es la virtud madre de la piedad, y por ende, del patriotismo. La justicia es como la abuela del patriotismo. Sabemos que hay tres clases de justicia. La justicia conmutativa, que es la que regula las relaciones entre los ciudadanos, los intercambios de compra y venta. Luego la justicia distributiva, por la que la autoridad da a cada uno de los integrantes de la sociedad lo que le corresponde. Y finalmente la justicia legal, que es la que deben los miembros de una comunidad hacia la sociedad que integran. A este tercer tipo de justicia se refiere Santo Tomás cuando habla del patriotismo. La piedad y la justicia. La piedad mira más bien al pasado, a la herencia recibida. La justicia, en cambio, sobre todo entendida como justicia legal, que atiende al bien común de la sociedad en que vivimos, nos hace mirar hacia el futuro, de modo que le demos a la Patria lo que le corresponde. A la objeción egoísta de que “los

caridad, se eleva al nivel sobrenatural, se vuelve, también él, virtud sobrenatural, ya que entonces el cristiano ama a su Patria en cuanto don de Dios.” La virtud de la veneración está en baja en nuestro tiempo. Decía Dostoievski que la tragedia de nuestra época es que no se sabe ya a quién admirar. O se admira cosas indignas de admiración. Santo Tomás presenta esta virtud en un amplio abanico que va desde Dios, suprema excelencia y máxima paternidad, hasta los que lo representan en la tierra. “Es necesario ir distinguiendo una escala descendente de virtudes, que corresponde a los diversos grados de excelencia de las personas de las que somos deudores. Así como el padre carnal participa, de modo particular, en la razón de principio que se encuentra en Dios de una manera universal, del mismo modo la persona que ejerce sobre nosotros una determinada función de providencia, participa en grado inferior de la paternidad, puesto que el padre es, a la vez, principio de la generación, de la educación,


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que buscan los bienes comunes descuidan su propio bien”, responde Santo Tomás señalando que “quien busca el bien común de la multitud busca también de modo consiguiente el bien particular suyo”. Funda dicha respuesta en dos razones: “La primera es porque el bien particular no puede subsistir sin el bien común de la familia, de la ciudad y de la patria. De ahí que Valerio Máximo dijera de los antiguos romanos que «preferían ser pobres en un imperio rico que ricos en un imperio pobre». La segunda, porque siendo el hombre parte de una familia y de una ciudad, debe buscarlo que es bueno para él por el prudente cuidado acerca del bien de la multitud, ya que la recta disposición de las partes depende de su relación con el todo”12. A otros les parece inconveniente que se ame más a la Patria que a la propia familia. A lo que contesta el Santo que “así como el hombre es parte de una familia, la familia es parte de una ciudad, la cual es comunidad perfecta”, y “así como el bien de un solo hombre no es el fin último, sino que se ordena al bien común, así también el bien de una familia se ordena al bien de la ciudad, que es la comunidad perfecta”13. De ahí la necesidad de educar a los jóvenes en el amor trascendente a la Patria, de modo que aprendan a anteponer el bien común a los intereses particulares, familiares o sectoriales. En su libro sobre la Política, Aristóteles trata del papel del Estado en la educación de los jóvenes. Allí dice que siendo de la incumbencia del gobernante atender a aquellas cosas que, desatendidas, pondrían en grave riesgo la conservación de la república, debe preocuparse de la educación de la juventud, porque la educación es la mejor preparación para la vida ciudadana, y, si aquélla falta, la ciudad corre el peligro de desaparecer por no tener súbditos adecuados. Agrega enseguida que las virtudes políticas no se improvisan, como nada de lo que requiere aprendizaje e información, y así es indispensable que la autoridad pública procure adiestrar a los niños para su futura actuación ciudadana. Cuando Santo Tomás comenta estas ideas del Estagirita, destaca la necesidad de que haya un plan educativo común para todos los adolescentes, de modo que la formación

política sea homogénea en la sociedad. Sabemos que en todos los géneros, la parte debe adecuarse al todo, prosigue el Santo. Pues bien, el ciudadano es parte de la ciudad, y a ella ha de ajustarse, sobre todo a través de la educación común, cuya meta es la felicidad de la república. Así lo hicieron los espartanos, por lo que descollaron en la práctica de las virtudes patrióticas14. No es que Santo Tomás niegue el lugar de los padres en la formación de sus hijos. Pero acá está comentando la doctrina de Aristóteles, que debe por cierto ser retocada con la afirmación del papel indelegable de los padres en la educación. De todos modos, no deja de ser interesante la observación sobre la necesidad de que la

“El progresivo debilitamiento del patriotismo argentino proviene en buena parte del progresivo debilitamiento de la vida cristiana en la Argentina. Es preciso trabajar por la recristianización de nuestra Patria.” educación común y pública tenga en cuenta la formación de las virtudes patrióticas y relacionadas con el bien común. Porque si es cierto que los padres, además de ser principio de generación lo son de educación, también los gobernantes tienen que tener algo de padres, según lo señalamos poco antes 15. De ahí lo que enseña el Magisterio cuando, hablando de los colegios católicos, dice que dichos colegios “no pretenden separar a sus hijos del cuerpo ni del espíritu nacional, sino antes bien educarlos en él del modo más perfecto y más conducente a la prosperidad de la nación, puesto que el buen católico, precisamente en virtud de la doctrina católica, es por lo mismo el mejor ciudadano, amante de su patria y lealmen-

te sometido a la autoridad civil constituida, en cualquier forma legítima de gobierno”16. Como se ve, la educación, tanto pública como privada, no puede desinteresarse de la formación en el espíritu patriótico anclado en el amor al bien común. Muchos son hoy los que piensan que lo único que interesa es pasarla bien... y los demás que se arreglen. Una mentalidad tan generalizada significa que los institutos de enseñanza no han sabido cumplir con uno de sus fines primordiales. Porque no somos islas boyantes en medio dela sociedad, sino miembros de un organismo. Si alguien amaga con golpearnos la cabeza, instintivamente levantamos el brazo para protegerla, aunque a causa de ello el brazo se quiebre o se pierda. Así sucede también cuando se trata de la Patria, a favor de la cual debemos trabajar, dispuestos incluso a sacrificarnos por el bienestar de la sociedad. Cuando por encima del bien común se ponen los intereses particulares, sectoriales, económicos, regionales, de clases sociales, de partidos políticos, ello significa que la Patria está enferma, que el patriotismo desfallece 17.

3. Patriotismo y caridad Hemos considerado la relación del patriotismo con la virtud de la piedad y de la justicia, particularmente la justicia legal. Pero también tiene que ver con otras virtudes que se refieren a Dios, la virtud de la religión, a que ya nos referimos, y sobre todo la virtud de la caridad, con las que no puede estar en contradicción ya que, como lo señalamos hace poco, ninguna virtud si es auténtica, puede encontrarse en pugna con otra. Al contrario, todo acto de verdadero patriotismo brota de la religación del hombre con Dios o a ella conduce. Dado que sin Dios no hay virtud, ha escrito García Morente, “la educación del patriotismo deberá fundarse sobre la base de una sólida educación religiosa. No puede ser verdaderamente patriota quien no sea verdaderamente religioso” 18. Al fin y al cabo, la sociedad patria es el don más excelso que hemos recibido de las manos de Dios en el orden natural. Para nosotros, los cristianos, el patriotismo no es sólo una virtud natural, por motivos exclusiva-

mente humanos. Hay, sí un amor natural de la Patria, como hay un amor natural del hombre. Pero así como la filantropía no es caridad, el amor natural de la Patria no es todavía un amor de caridad. Ha dicho el cardenal Mercier que en el cristiano el amor de la Patria debe estar informado por la caridad, que no solamente lo sana y lo purifica, sino que lo eleva a un plano inmensamente superior, el plano sobrenatural. Cuando Santo Tomás trata del objeto de la caridad, no lo limita a sólo Dios y al hombre en general, sino que tiene en cuenta los lazos naturales que la caridad, lejos de suprimir, consolida y vigoriza. Si a todos debemos amar, escribe, es preciso amar con predilección a los más allegados por cualquier vínculo humano19 y sobre todo a los que nos son afines, como los consanguíneos, vecinos, o conciudadanos 20. Cuando el patriotismo, informado por la caridad, se eleva al nivel sobrenatural, se vuelve, también él, virtud sobrenatural, ya que entonces el cristiano ama a su Patria en cuanto don de Dios. “Por eso la ama no solamente con amor natural –escribe Caturelli- sino que la ama en Cristo, en Quien subsisten todas las cosas, y en consecuencia no ama a la patria con un acto de amor distinto de aquel con el cual ama a Cristo. Y este amor no es el resultado del ejercicio habitual natural de una virtud cardinal, sino el amor infuso y gratuito de Cristo. De ahí que el patriotismo cristiano sea una forma de la caridad sobrenatural” 21. El Verbo, al encarnarse, asumió la totalidad de la naturaleza humana, y con ella, todo lo que es propio del hombre, todas sus religaciones, incluida la Patria, a las que transfiguró en Él. Porque, como ha dicho el cardenal Goma, “no habrá jamás para ninguna Patria amor patrio como el de Jesucristo, ora exultante, ora de predilección, ora de consuelo para su país”22. Por eso el cristiano, que debe revestir a Cristo, ve a su Patria con ojos cristianos, la ve en Cristo y desde Cristo. De este modo, los servicios que le rinde son, en última instancia, servicios rendidos a Dios, del que la Patria es don preciado. Quizás podamos aplicar a este tema aquella frase del Señor: “Lo que hicisteis a uno de mis pequeñuelos, a mí me lo hicisteis” (Mt 25, 40)23. El lugar que el amor patrio ocupa


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en el orden de la caridad aparece reafirmado por las siguientes palabras que dirigiera Pío XI a un grupo de universitarios de la Acción Católica: “Tal es el terreno de la política, que mira por los intereses de la sociedad toda, y que, bajo este aspecto, es el campo de la más extensa caridad política, de la cual puede decirse que ningún otro la supera, salvo el de la religión”24. Es decir, que después del apostolado directo, que procura la salvación eterna de los hombres, el trabajo por el bien común de la patria constituye el más alto ejercicio de la caridad en favor del prójimo. El amor a la Patria conjuga, así, las dos vertientes de la caridad, el amor a Dios y el amor al prójimo en Dios. El Catolicismo y el Patriotismo no son, pues, antagónicos. Todo lo contrario. “El amor sobrenatural a la Iglesia y el amor natural de la Patria -enseña León XIII-, son dos amores gemelos, que nacen del mismo principio sempiterno, como quiera que el autor y causa de uno y otro es Dios, de donde se sigue que no puede haber pugna entre uno y otro deber” 25. San Pío X es aún más enérgico: “Sí, es digna no sólo de amor sino de predilección la Patria, cuyo nombre sagrado despierta en nuestro espíritu los más queridos recuerdos y hace estremecer todas las fibras de nuestra alma. Esta tierra común que habéis tenido por cuna, a la que os vinculan los lazos de la sangre, y esa otra comunidad aún más noble de los afectos y las tradiciones. Si el catolicismo fuese enemigo de la Patria, no sería una religión divina”. Parece lícito decir que solamente en el cristianismo la idea de Patria alcanza su plenitud. De ahí la necesidad de mantener en alto los dos amores, el de Dios y el de la Patria. Quien en la Patria ve sólo los factores materiales y olvida sus referencias trascendentes, corre el peligro de caer en un nacionalismo pagano, abierto a cualquier desviación, puede terminar en el marxismo o en la delincuencia común. “No se puede encarar la lucha por la Patria, la lucha por la Nación, olvidando la lucha por Dios, así como no se puede encarar la lucha por Dios desencarnada, desarraigada, lejos de esta realidad terrenal humana que tenemos que defender. Ese espiritualismo abstracto y desencarnado puede llevar por otros

caminos”26. Difícilmente sufre quebranto uno de los dos amores sin que, de rechazo, el otro se vea afectado. Ha escrito el cardenal Goma: “Nunca el amor de Patria logró fuerza mayor quecuando se unió al de Religión; pero jamás fue más fuerte y puro, y por lo mismo más abnegado y fecundo, que cuando se abrevó en la fuente de la caridad cristiana” 27. En última instancia, parece imposible amar a Dios sin amar a la Patria, don exquisito de Dios a los hombres, así como amar a la Patria si no se ama a Dios, su fundamento y su donante. Son dos amores inseparables. Castellani lo dijo a la perfección: Amar la patria es el amor primero y es el postrero amor después de Dios y sí es crucificado y verdadero ya son un solo amor, ya no son dos. Para Santa Juana de Arco, amar a Dios y amar a Francia constituían un solo acto de amor. No era tanto la sangre y la tierra lo que motivaba su patriotismo sino el hecho de que Francia era el don que Cristo había puesto en sus manos guerreras. Pensar que una intensa vida cristiana trae consigo una disminución del amor a la Patria es un craso error. Todo al revés. El progresivo debilitamiento del patriotismo argentino proviene en buena parte del progresivo debilitamiento de la vida cristiana en la Argentina. Es preciso trabajar por la recristianización de nuestra Patria. Y aquí coinciden cristianismo y patriotismo. El cardenal Gomá nos ha dejado un texto que sintetiza lo dicho hasta acá. Tres son los amores del hombre, afirma, estrechamente concordados. Ante todo el amor de Dios, nuestro creador, que funda la virtud de religión. Pero Dios no nos dio el ser de manera directa y total, sino que libremente quiso requerir la cooperación de nuestros padres, que es el segundo de nuestros amores, a quienes les debemos el ser y la educación. Finalmente, somos hijos de la Patria, prolongación y ampliación del hogar paterno. Así el hombre está atado con triple vínculo: a Dios, a sus padres y a la Patria, una triple “religadura”, con sus diversas expresiones: respecto de Dios, el culto sagrado; respecto de

los padres, la honra que a ellos les debemos; respecto de la Patria, el amor y el servicio. “Dios, los padres, la Patria. Son tres paternidades a cuyas influencias ningún hombre se sustrae. Dios Padre, «de quien viene toda paternidad en los cielos y la tierra» (Ef 3, 15); nuestros padres según la carne, que nos engendran y educan dentro de ciertos límites; y la Patria, que recibe la obra de Dios y de los padres al nacer un nuevo ciudadano y en cuyo seno, prolongación del de la familia, como ésta es prolongación espiritual del útero materno en frase de Santo Tomás, el hombre logrará la plenitud de su desarrollo: fuerza, amplitud y trascendencia para su pensamiento; energía y eficacia para su voluntad, formación de su sentido estético, satisfacción plena de las necesidades materiales, el goce, en fin, de la vida perfecta en el orden natural, que es el fin de la sociedad para los hombres que la integran” 28. San Agustín nos ha dejado la fórmula precisa: Ama siempre a tus prójimos, y más que a tus prójimos, a tus padres, y más que a tus padres, a tu patria, y más que a tu patria, ama a Dios. Inspiradamente ha escrito Marechal:

que buscamos la futura (cf. Heb 11, 13-16). Pero el hecho de que estemos “en búsqueda” de una patria futura y permanente no significa que no tengamos desde ya una patria terrena, aunque no sea permanente. O mejor, como afirma Caturelli, la patria nopermanente tiene su sentido en la patria permanente a la que somos llamados. “El patriotismo cristiano, al amar sobrenaturalmente la patria no-permanente, ama la patria permanente que espera, y al amar la patria celeste sólo puede amarla en, desde y con la patria terrena” 31. Marechal lo ha expresado con la galanura que le es tan propia: Y dije todavía en la Ciudad, bajo el caliente sol de los guerreros: “No sólo hay que forjar el riñón de la Patria, sus costillas de barro, su frente de hormigón: es urgente poblar su costado de Arriba, soplarle en la nariz el ciclón de los dioses: la Patria debe ser una provincia de la tierra y del cielo”32. * Miembro de la Compañía de Jesús, Licenciado en Filosofía y Doctor en Teología por la Universidad de San Anselmo en Roma. Actualmente reside en la Iglesia Regina Martyrum de la ciudad de Buenos Aires. Rethorica, lib 2. C 53. II-II, 101,3,c 3 Ibid, 101, 1, c 4 Misterio de la Patria…, pp 23-24. 5 8 de abril de 1987, nn . 1.3.5.7 6 Comment. In Lc, lib. VII: PL 15, 1827. 7 Ad Heliodorum, ep. 14: Pl 22, 248 8 Summa Theol. II-II, 101, 4, c 9 Cf. Summa Theol. II- II 10 Ibid.., 102, 1, c 11 Ibid.., 101,3, ad 3. 12 Summa Theol. II-II, 47, 10, ad 2. 13 Ibid., I-II, 90, 3, ad 3 14 Cf. Comm, in Arist Polit, lib 8, lect . 1, nn. 1263. 1264. 15 Cf. Summa Theol. II-II. 102,1,c. 16 Divini illius magistri, n. 52 17 Cf. A. Ezcurra, Sermones patrióticos…, pp. 197-199. 18 Escritos Pedagógicos…, p 225. 19 Cf. Summa Theol. II-II, 26, 6, c 20 Cf. Ibid, 26,7, c 21 La Patria y el orden temporal.., p 143. 22 Catolicismo y Patriotismo…, p22 23 Cf. Summa Theol II-II, 101, 4,ad 3 24 18 de diciembre de 1927. 25 Sapientiae christianae, n. 8 26 A. Ezcurra, Sermones Patrióticos…pp 263-264. 27 Catolicismo y Patriotismo..., 24. Refiriéndose al joven Antonio Rivera, gravemente herido en el asedio del Alcázar de Toledo, y cuyo proceso de beatificación está en curso, lo llama “cachorro de la Religión y de la Patria”. 28 Ibíd.., p. 17 29 Heptamerón, “La Patriótica”, II. Didáctica de la Patria, 5, Sudamericana, Buenos Aires 1969, p.69. 30 Cf. La Patria y el orden temporal.., P. 140 31 Ibíd, pp 143-144 32 Heptamerón, “La Patriótica”, I. Descubrimiento de la Patria 11..., p.63. 1

2

Yo siempre fui un patriota de la tierra y un patriota del cielo 29. Agreguemos, para cerrar este apartado, que la patria terrena es como un preanuncio de otra Patria, la del cielo, la Patria celestial. Por eso, como escribe Caturelli, el patriota cristiano vive, al mismo tiempo, comprometido con su patria y desprendido de ella. Lejos de la concepción pagana, que afinca al hombre en la patria terrenal, como si fuera su patria definitiva, el cristiano nunca olvida que es un peregrino, camino hacia la Patria permanente, aun sabiendo que esa Patria terminal es ya vislumbrable de algún modo, aquí y ahora, en la patria terrena, transfigurada por Cristo30. A esta apertura de la patria terrena a la celestial alude la Escritura cuando dice que aquí no tenemos patria permanente, sino


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Clara Freitag*

Las herejías trinitarias

L

Las herejías Trinitarias se originan en la dificultad de presentar de modo adecuado, el misterio Trinitario en los comienzos de la especulación teológica. “Los cristianos constituyeron un pueblo situado en la incómoda posición de verse encuadrados entre dos pueblos más antiguos como eran los judíos y los griegos…por eso la Iglesia se vio continuamente en la necesidad de formular sus convicciones de modo que ofreciesen menos puntos vulnerables, a la hora de la discusión”, dice Maurice Wiles (cfr Del Evangelio al dogma. Evolución doctrinal de la Iglesia antigua. Ediciones Cristiandad, p. 28). A su vez, Hilario, apunta a que “ (…) los errores de los herejes y blasfemos nos obligan a ocuparnos de materias prohibidas, a escalar cumbres peligrosas, a pronunciar palabras indecibles y a entrar sin permiso en terrenos prohibidos. La fe debe cumplir

en silencio los mandamientos, adorar al Padre, venerar al Hijo con el Padre y en el Espíritu Santo; pero tenemos que agotar los pobres recursos de nuestro lenguaje para dar expresión a pensamientos demasiado sublimes para palabras humanas. El error de los demás nos obliga a equivocarnos cuando nos atrevemos a encarnar en términos humanos unas verdades que debieran quedar escondidas en el corazón que venera en silencio(… )”(cfr. Hilario, De Trinitate, II, 2, cita M. Wilwes, o.c. p. 38). En el artículo anterior ya abrimos el panorama AntioquiaAlejandría. Esta última con su escuela teológica, siguió el método alegórico y gracias a Clemente Alejandrino…”pretende unir los valores del helenismo con su fe cristiana”, lo que históricamente empalma con la línea de predicación de San Pablo, que también conocemos como la corriente helénica que predicaba en griego,

opuesta a la de los otros Apóstoles que seguían predicando en el idioma que hablaba Jesús [ se puede corroborar leyendo Hechos de los Apóstoles]. La escuela antioquena o escuela exegética, con su tendencia a eliminar lo más posible el misterio de la doctrina cristiana, es como la cuna de los errores racionalistas que estalla con Arrio (¿256?336), cuando éste, habiendo estudiado en Antioquia, es ordenado presbítero y predica que Jesús comenzó a existir en el tiempo.

Las herejías Trinitarias Siguiendo a nuestro profesor y director de tesis, Padre Martina sj, sintetizaremos su evolución de esta manera: Los primeros teólogos cristianos, que intentaron pensar en términos filosóficos el misterio de la Santísima Trinidad, corrían un doble riesgo: o acentuaban la distinción de las personas, al punto de atribuirle al Padre cierta superioridad sobre el Hijo; o bien exageraban tanto la unidad de la naturaleza divina, hasta esfumar o simplemente negar la distinción de las personas. En el primer caso se incurría en el subordinacionismo; en el segundo, en el monarquianismo. Un cierto subordinacionismo aparece en los Padres Apologistas griegos del siglo II. Estos escritores se preocuparon por defender el cristianismo de las acusaciones que les lanzaban los paganos (y los judíos) e intentaron una exposición, sumaria y obviamente imperfecta, de los puntos centrales de la nueva religión. En esa doctrina se desliza San Justino, mártir en Roma, año 165, autor de dos bellas Apologías y un Diálogo; también Teófilo, obispo de Antioquia, muerto en el 185, que publicó el tratado A Autólico. En general, estos teólogos incipientes consideran al Verbo como la Razón (Logos) misma del Padre. Y sostienen que adquirió una personalidad propia, distinta del Padre, en el tiempo, en vistas a


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la creación del mundo, cuyo instrumento fue. En otras palabras, eterna sería la existencia, no la personalidad del Verbo (Vg IIª Apología 5; diálogo 61; A Autólico II, 10.22). Profesa igualmente esta doctrina San Hipólito Romano muerto en 235, que se descargó violentamente contra el Papa San Calixto (217-222), porque lo había acusado de “diteísmo” (cfr. Philosophúmena IX, 12). Y uno de los más grandes cristianos de la antigüedad, Orígenes, muerto en 253, quien escribió: “Dios Padre, que todo lo abarca, llega a cada uno de los seres haciéndolos participar de su ser y haciéndolos ser lo que son; el Hijo es inferior al Padre, e influye sólo sobre las creaturas racionales, porque es el segundo después del Padre; y aún menor es el Espíritu Santo, que obra sobre los santos” (De principiis I, 3,5). Notemos que, aun prescindiendo del hecho de que toda especulación teológica, en sus comienzos, es siempre imperfecta, todos estos teólogos afirmaban claramente la unidad de Dios y la divinidad de las tres personas. El peligro pues no era tan grave. Más seria fue la amenaza que nació de la tendencia opuesta, el monarquianismo. “Monarchiam tenemos” (“Afirmamos la unidad”), según era su consigna, según Tertuliano (cfr Adversus Práxeam, 3). El que urge la unidad de las Personas Divinas tiene dos alternativas: o considerar al Hijo como simple hombre, aunque confiese que nació de una virgen de modo sobrenatural y que está investido de una excepcional carga de gracia y potencia (“dynamis”) divinas; o negar su distinción personal con el Padre, aun admitiendo su divinidad. De este modo, Padre e Hijo serían como dos “modos” diversos con que se presenta una misma persona. Y el equívoco radica en que “persona”, para los latinos y griegos, significa “máscara teatral” (“persona” en latín y “prósopon” en griego).

Los monarquianos, como se llamaba a los que acentuaban la unidad de Dios, se dividen pues en dos clases: dinamistas o adopcionistas, para quienes Jesús es Hijo adoptivo de Dios, revestido de la “dynamis” divina; y modalistas, según los cuales Padre, Hijo y Espíritu Santo son tan sólo tres modos diversos de presentarse la única y misma persona divina. Los principales exponentes del monarquianismo dinamista o adopcionista fueron: El bizantino Teódoto, curtidor de cueros, que fue a Roma hacia el año 190, y allí el papa San Víctor (189-199) lo excomulgó; Teódoto el joven o el cambista y Pablo de Samosata, obispo de Antioquia: típico espécimen de una categoría destinada a tener fortuna en la historia, la de los obispos mundanos, trepadores, fastuosos. Eusebio de Cesarea narra las vicisitudes de su vida y su proceso. En el año 268 fue excomulgado por un concilio celebrado en Antioquia, pero no quiso someterse. Gracias al apoyo de Zenobia, reina de Palmira, a quien entonces pertenecía la ciudad, pudo resistirse hasta que Aureliano (270278) conquistó el país para Roma (ver Historia Eclesiástica VII, 2730, 1-19). Discípulo de Pablo de Samosata fue Luciano de Antioquia, notable exegeta, de cuya escuela saldrá Arrio.

otras la del Espíritu Santo. Tertuliano, en su Adversus Práxeam (compuesta en el 213), ya en su período montanista, acusaba a Práxeas de “haber puesto en fuga al Paráclito (pues se oponía al montanismo) y haber crucificado al Padre” porque enseñaba que “ el Padre nació en el tiempo, que el Padre (no distinto personalmente del Hijo) padeció(…)” (I, 5; II, 1). La supuesta “pasión” del Padre enseñada por los modalistas hizo que se los llamara “patripasianos”. En medio de estas desviaciones, unas subordinacionistas y otras monarquianas, el Primado Romano expuso la doctrina justa. Esta aparece, por ejemplo, en la carta que el Papa Dionisio (259268), hacia el año 260, remitió a su homónimo Dionisio, obispo de Alejandría (muerto en 264). En ella condenaba por igual a unos y otros, y señalaba los puntos fundamentales del misterio trinitario (Ver San Atanasio, de sentencia dionysii). Las herejías daban ocasión para su mayor esclarecimiento.

El monarquianismo modalista

1. Durante los ochenta primeros años del siglo IV, estuvo sobre el tapete la cuestión trinitaria, que ya emergía en los siglos III en las discusiones sobre subordinacionismo y monarquianismo. El problema era precisar la relación que corría entre el Padre y el Hijo, entre ellos dos y el Espíritu Santo. Retornando a las viejas posiciones subordinacionistas, Arrio negaba la divinidad del Verbo y los pneumatómacos atacaban la igualdad del Espíritu Santo con las otras dos personas divinas. La controversia fue decidida respectivamente en los concilios ecu-

Éste tuvo menos importancias y lo difundieron Noeto de Esmirna, el oriental Práxeas y el libio Sabelio. Si se tiene en cuenta que – como ya observamos – el término latino “persona”, o su traducción griega “prósopon”, significan, en esas lenguas, las máscaras que los actores dramáticos se ponían y quitaban para representar los distintos personajes, se entenderá bien qué es el modalismo o sabelianismo: el único Dios una vez se pone la “máscara” o “persona” del Padre, a veces la del hijo y

Clasificación de las luchas teológicas Las controversias doctrinales de estos siglos se pueden clasificar, teniendo en cuenta su aparición cronológica y por su nexo lógico, en tres grupos principales:

ménicos Iº de Nicea (325) y Iº de Constantinopla (381). 2. Resuelta en línea de principio la cuestión trinitaria, surgió la controversia cristológica, En efecto, habiéndose rechazado la tesis de Apolinar de Laodicea, según la cual el Verbo no habría asumido una naturaleza humana completa (es decir, no tenía “alma”), se debió determinar la relación de las dos naturalezas (divina y humana) en Cristo. Se condenó a los nestorianos (seguidores de Nestorio), que exageraban la distinción de las dos naturalezas al punto de hacer de ellas dos personas completas y distintas. E igualmente se rechazó a los eutiquianos (seguidores de Eutiques), que, por combatir a los anteriores, acababan negando la distinción de las dos naturalezas (monofisismo). Las dos herejías opuesta – nestorianismo y monofisismo – fueron condenadas respectivamente en los concilios ecuménicos de Éfeso (431) y Calcedonia (451). Con todo, la controversia continuó por causa de algunos intentos de presentar bajo formas nuevas –monoergismo y monotelismo – la herejía del monofisismo o doctrina de la unidad de naturaleza. Se rechazó esos intentos en dos concilios ecuménicos: IIº de Constantinopla (553) y IIIº de Constantinopla (680). 3. Entretanto en Occidente se encendía la disputa soteriológica relativa a la capacidad sobrenatural del hombre, las consecuencias del pecado original y la relación entre la gracia y la libertad humana. Sus promotores se llamaron pelagianos y semipelagianos. Se les opusieron san Agustín, en el siglo IV, y San Cesáreo de Arlés, a principio del siglo VI. *Doctora en Historia de la Iglesia por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Abogada en Derecho Católico por la Universidad Urbaniana de Roma. Archivista por la Escuela Vaticana de Roma.


40 | Ofrecidos

Índice de Rubros 1. Gestión Educativa, Directivos 2. Coordinador de Ciclo 3. Tareas Administrativas 4. Bibliotecario 5. Asistente Social 6. Preceptores 7. Maestranza, Tareas Auxiliares 8. Administración de Empresas 9. Agronomía 10. Artes Visuales, Actividades

3

Tareas Administrativas

Barros Laura Haydee Bachiller (C. Nac. "Dr. Guillermo C. Rawson") 4542-3821 / 1534390310 laurabarros2000@yahoo.com.ar De Marco Fernando Bachiller Experiencia Administrativa Celular:15 - 4057 - 7316 demarcofer@hotmail.com

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Bibliotecario

Cantamutto Ana María A. Ecuador 820 1ª P CABA - Celular 15-6483-9198 Marty Juan Carlos Bibliotecario Nacional (Biblioteca Nacional) para Turno Tarde Tel.4372-1962 Cel.156297-3837

6

Preceptores

Vázquez V. Nicolás Bach Comunitario Estud Abogacía UBA 9 Cursos CePA Exp Preceptoría GCABA 49510283 – 1554142779 Carné Micaela Estudiante Prof. Matemática (JV. González) 4544-8578, 15-62963799 micaela.cr1@hotmail. com De Marco Fernando Bachiller Experiencia Administrativa Celular:15 - 4057 - 7316 demarcofer@hotmail.com Lanouguère Javier Bachiller en C.Biológicas, Maestro de Inglés de la Cultural Inglesa T.E.3965-6200 Cel.154945-4950 jlanouguere@yahoo.com.ar Mangini Maria Alejandra Pasteur 706 5º i ,CABA 1028. t.e:4951-2345 / 11-4974-5949manginima@hotmail.com Bach.Lic.en Psicología U.B.A.en curso 5º año Mazziotta Cecilia Estudiante Prof. en Biologia (Instit. del Consudec)tel 4780-5433/15-5336-2029 F.Roosevelt 1929 4º B. Belgrano Pensa M Laura Lic Psicología (UBA) - Prof de Psicología (UBA) C/exp 4931-3009, 15-55692105 mlpensa.70@ hotmail.com Petriz Lucas César Díaz 2347 Dto.3-CABA- Tel.45856424 Celular 15-3055-3085 lucaspetriz@yahoo.com.ar Porchetto Alejandro Preceptor c/experiencia (Inst.Thomás Jefferson) Tel.4863-1102 Celular 15-62675305 Prieto Marcelo Alejandro Bedel /Administrativo con mas de 1 años de experiencia en instituto privado. Ramos Elisa Prof.de Artes en Artes Visuales c/experiencia esc. primaria JC. 49430941 elisa_boca_07@ hotmail.com Roncoroni Fernanda estudiante Historia (JVGonzalez) 50% materias aprobadas 1569667331 froncoroni17@hotmail.com Santillan Ariel Prof Historia JV Gonzalez (51% de carrera) 15-4975-8527 ariel_santillan@hotmail.com Serfaty Ornella Cursando Prof. de Matematica (J.V. González) 4932-6789 / 15-59921539 ornella.serfaty@ hotmail.com Valdueza Ana Maria c/experiencia docente ingles, 4657-5507, 154 193- 1793, anita.valdueza@hotmail.com Vargas Patricia catequista (Juan XXIII, jESUS Maestro) c/exp 4983-5945, 155881-2296, yopatri2002@ hotmail.com

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Artes Visuales, Actividades Prácticas Diseño Gráfico

Pascual Manuela Lic.en Artes Visuales (IUNA) c/Experiencia. 4966-2946, 1568869475. manudai@hotmail.com

Prácticas, Diseño Gráfico 11. Catequista 12. Ciencias Biológicas y Naturales 13. Ciencias de la Educación, Psicología, Psicopedagogía 14. Ciencias Económicas 15. Ciencias jurídicas, políticas y Sociales 16. Computación 17. Comunicación

12

Ciencias Biológicas y Naturales

Belec Marta Prof. Cs. Biológicas (CONSUDEC) c/ experiencia. 47292610 / 1566472533 marta88belec@ hotmail.com

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Ciencias de la Educación, Psicología, Psicopedagogía

Carnevale Marina Psicopedagoga (Consudec) 1551612339, 4784-6598 maruvato@hotmail.com De Vita Stella Maris Lic.en Psicopedagogia - Profesora Superior en Psicopedagogia- Capital Federal - 4683-6033 // 1536144706 // lic.devita@yahoo.com.ar Escudero Lucrecia Lic.Psicopedagoga con experiencia, USAL. Tel. 15-5525-5360 y 4301-4512 lñucreciaescudero@yahoo.com.ar Gregorio Laura M.Prof.Lic.en Psicología Tel. 49036971 Cel. 15-5527-5218 lauragregorio@yahoo.com.ar Lopardo Mariela Psicóloga c/exp en capacitación y psicodiagnóstico. 1544989700 marielalopardo@hotmail.com Mastropierro Claudia Alejandra Lic.en Psicologia( UBA)-Prof.de Psicologia (UBA) c/exp.Docente. Ant.20 años. Colab.Doc.H.Borda y Catedras de la Facultad de Psicologia 4957-6322/15-5832-6445 Pensa Maria Laura Lic Psicóloga(UBA)-Prof Educ Med y Sup en Psicología(UBA),c/experiencia Tel 4931-3009-Cel155569-2105mlpensa.70@hotmail.com Piñeyro Pelaez Florencia Lic.Profesora de Psicología (UBA) Tel.48121-8665 Cel.15-6188-2551 florenciapyneiro@yahoo.com.ar Santa Cruz Pablo Lic. en Psicologia. Formacion Docente (U.Favaloro) c/experiencia. 4672-0873 1553468034 pablosantacruz@live.com.ar

14

Ciencias Económicas

Cobo Marisa Contadora Publica, Capacitacion docente, Experiencia. Tel 15-68773575, 4201-4843 (marisa_cobo05@hotmail.com) Santagada Miriam, Prof.Cias.Economicas (Insp. Joaquin V Gonzalez); Abogada UBA, Amplia Experiencia , T.E. 155-7255389 o 49212286

15

Ciencias Jurídicas, políticas y Sociales

Maccarone Graciela Prof.Cs Jurídicas/Abogada UBA c/exper. 42182498 Zona Sur mail: maccaronegraciela@live.com.ar Holtz Sergio Abogado (UBA) Prof Media y Superior Cs Juridicas (UBA) c/expcia 4861-6513 smholtz71@hotmail.com Lissin Lautaro Lic.Sociología c/experiencia Sociología y Ed. Cívica, 1555051012, lautarolissin@gmail.com Lopez Laura Abogada Prof c/Experiencia Dcho Bancario y del Consumidor laura_analia_lopez@hotmail.com 1557396515 Lusardi Karina Prof.Cs Jurídicas,Políticas y Soc.(JV. González)c/ Exp. 46741568/15-51271041 klusardi@ fibertel.com.ar Mosquera Schvartz David Abogado UBA prom. 8,03- estud. de prof. UBA c/ experiencia 15-31638073 drdmms@gmail.com" Nocetti Luis Lic.C.Política (UBA) Ciclo Pedag. Inic. Exp. Apoyo Escolar 153 616-5952 luisnocetti@yahoo.com.ar

18. Dibujo y Pintura 19. Danzas 20. Educación Especial 21. Educación Física 22. Fonoaudiología 23. Geografía 24. Historia 25. Idiomas 26. Letras – Filosofía 27. Nivel Inicial

16

Computación

Della Rocca Viviana Profesora de Informática egresada del CONSUDEC 4665-0266 Cel.15-5013-2395 vdellaro@yahoo.com.ar Gentelesca Daniel Lic.Prof.Computación (Consudec y CAECE) 4924-3128 danielgentelesca@yahoo.com.ar

17

Comunicación

Navarro Marina Ohiggins 4799-CABA-Celular 156281-1289 navarro.marina@gmail.com Ingino Analia Comunicación Usal Exp.en docencia y en medios.Psicopèdagogia en curso 156 472-7214/35292210. ingino1@hotmail.com Lenzi Catalina Profesora de Comunicación. UBA.Celular15-5703-2618/ Tel.4833-1851 catalenzi@hotmail.com Varela Mónica Lic. Ciencias de la Comunicación. U.B.A. Tel. 4785-2512, 15-5316-6063. Mail. monicafvarela@gmail.com

18

Dibujo y Pintura

Abaca Alberto prof de plastica de M.Belgrano (prim y sec ) c/exp. tel 39712662 cel 1551016946 Barrios María Eugenia. Docente Artes Plásticas (M.Belgrano.IUNA) c/ Experiencia. 4856-1920, Cel:1561036817. Bonifacini Pablo Prof. Nacional de Dibujo(Esc.Pueyrredón) c/Exp 4786-7121 1553763160 pablobonifacini@ hotmail.com Morello Magdalena. Estudiante Artes Visuales IUNA c/exp.4541-0917-15-3326-4270 magdalenamorello@gmail.com Roldán Saavedra María de las Mercedes Maestra de plástica .S/experiencia .46430748.Cuzco 714(Versalles)15-69142829.mechi_roldan@homail.com Tschopp Leila Prof. de Bellas Artes (ENBAPP-IUNA) c/ Experiencia. 4775 0283. 15-3489-2642 leilatsch@gmail.com

20

Educación Especial

Ríos Elizalde Javier Prof de Ed. Física y Entrenador Con Exp Tel 1553157846 mail Javierrioselizalde@ hotmail.com

21

Educación Física

Goluza Federico Prof Nac de Tenis y estudiante avanzado de Educ Fisica c/Exp 153605-4511 fedegoluza@hotmail.com Zugnoni Natalia Prof. de Ed. Fisica U.N.L.P c/experiencia 011-154096-6777 natalia.zugnoni@gmail.com

23

Geografía

Cabrera Ulises 97% materias del profesorado de Geografía. ( J.V.gonzales) 4571-9887 o 1556699766 Martínez Zavala Daniel. Profesor Geografía.Tel 4469-2939- Cel /15-6663-4382-daninzavala@hotmail.com Rios Sabrina Agueda.Profesora de Geografía (inst. sup. de prof. "Dr. Joaquín V. González") c/ experiencia. Teléfonos: 4249-3994/ 4249-8289/15-6818-4704 sabrina. rios@hotmail.es

24

Historia

Sampaiño Mariana Prof. de Historia (UBA) c/ experiencia. 4431-0861. 15-6905-4465. marianasampaino@ gmail.com

28. Matemática, Física, Química 29. Maestros 30. Música 31. Nutrición 32. Teatro 33. Turismo 34. Relaciones Humanas 35. Varios

Bincaz Sofía Prof. en Cs. Sociales orient. Historia (Consudec Septimio Walsh) 15 3077 7474 sofibincaz@ yahoo.com inglés / italiano

25

Idiomas

L'Estrange Cristina Prof Francés escolaridad primaria c/exp. 4713-8351-1551546940 cristina.bellini23@ hotmail.com

26

Letras - Filosofía

Tirinnanzi Sandra Profesora de lengua y literatura, licenciada en educacón, Celular 15-6539-8174 Comolli Laura Lic. y Prof. en Letras (UBA) 15-54710131, laura.encastellano@gmail Greco Rosa Prof. Castellano, Literatura y Latín c/ Experiencia 4958-5058, 15-5893-3755 E-mail: go.hon. victorias@gmail.com Ossorio Domecq Camila Prof. Letras (UBA) c/Experiencia 4551-0976, (011)1555834784 camilaossorio@ gmail.com Perez Fuchs Gonzalo Luis Est.Filosofía avanzado(+80%) UBA p/prof.o preceptor; ingles 1558702848 gonzaloperezfuchs@hotmail.com Sallago Dafne Prof. Letras (LENLI y PLG) UBA c/ experiencia 43622577, 15 32611206 solsallago@hotmail.com

27

Nivel inicial

Prezza Virginia Estudiante de Prof. Niv. Inicial experiencia en tareas auxiliares 1533562349 virgi_prezza@ hotmail.com

28

Matemática, Física, Química

Armignacca Ana M. Prof. matemática-física, Lic. Investigación Operativa 4-568-4675 15-5-722-5180 anamar3333@yahoo.com.ar Aguero Natalia Prof. Matemática (Sdo Corazón) c/ experiencia 15-59692732 aguero_natalia@hotmail.com Armignacca Ana M. Prof. matemática-física, Lic. Investigación Operativa 4-568-4675 15-5-722-5180 anamar3333@yahoo.com.ar Cappellano Romina Prof. Matemática (JV. González) c/ Experiencia 4571-0599, 15-58699484 danicappe_1@hotmail.com Pagani Palmbaum Sofía. Estud. Cs Químicas (UBA). Exp en ayd de lab. Te:4523-1096 ; e-m: sofiolivos@hotmail.com Rossini Sandro Farmacéutico (U.B.A.) - p/ Física y Química 4922-0760 / 156-637-1119 / sanderson328@ gmail.com

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Maestros

Incarnato Vanesa Maestra Nivel Inicial (Saavedra) 4546-2911, 15-3461-9658 vanesa.incarnato@gmail.com

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Música

Bohacek Eduardo Prof.de Piano y de Composición Amplia Experiencia Tel. 4394-7397 C.L. BUCHARDO bohacekeduardo777@hotmail.com Soria Mariangeles Prof Musica Con.Manuel de Falla (Av La Salle 1621)CABA C/exp.4682-7516/15-50211171maran1621@hotmail.com Rua Rago Julian Prof. Musica (Liniers) c/ Experiencia 46421692, 116-7254172 ruajulian@hotmail.com




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