30 A Ñ O S DEL P RO NI M SA B E RE S I TI NE R AN TES
S e c r e ta r í a d e E d u c ac i ó n P ú b l i c a Emilio C huayffe t C hem o r S u b s e c r e ta r í a d e E d u c ac i ó n B á s i c a Alb a Martíne z Olivé D i r e c c i ó n G e n e r a l d e E d u c ac i ó n I n d í g e n a Ro s alinda Mo rale s Gar z a D i r e c c i ó n pa r a l a F o r m ac i ó n y D e s a r r o l lo P r o f e s i o n a l d e D o c e n t e s d e E d u c ac i ó n I n d í g e n a Édgar Ye s id Sie rra Sole r D i r e c c i ó n d e E d u c ac i ó n B á s i c a Alicia Xo chitl Olve ra Ro s a s D i r e c c i ó n d e A p oyo s E d u c at i vo s Patricia Gó me z R ive ra D i r e c c i ó n pa r a e l D e s a r r o l lo y F o rta l e c i m i e n to de la s Lengua s Indígena s Ele ute rio Olarte Tib u rcio
SABERES ITINERANTES
30 PRONIM AÑOS DEL
C o o r d i n ac i ó n A d m i n i s t r at i va Vice nte Silva Pé re z
30 A Ñ O S DEL P RO NI M SA B E RE S I TI NE R AN TES
S e c r e ta r í a d e E d u c ac i ó n P ú b l i c a Emilio C huayffe t C hem o r S u b s e c r e ta r í a d e E d u c ac i ó n B á s i c a Alb a Martíne z Olivé D i r e c c i ó n G e n e r a l d e E d u c ac i ó n I n d í g e n a Ro s alinda Mo rale s Gar z a D i r e c c i ó n pa r a l a F o r m ac i ó n y D e s a r r o l lo P r o f e s i o n a l d e D o c e n t e s d e E d u c ac i ó n I n d í g e n a Édgar Ye s id Sie rra Sole r D i r e c c i ó n d e E d u c ac i ó n B á s i c a Alicia Xo chitl Olve ra Ro s a s D i r e c c i ó n d e A p oyo s E d u c at i vo s Patricia Gó me z R ive ra D i r e c c i ó n pa r a e l D e s a r r o l lo y F o rta l e c i m i e n to de la s Lengua s Indígena s Ele ute rio Olarte Tib u rcio
SABERES ITINERANTES
30 PRONIM AÑOS DEL
C o o r d i n ac i ó n A d m i n i s t r at i va Vice nte Silva Pé re z
Saberes itinerantes
30 P ro n i m a単os del
Saberes itinerantes 30 años del Pronim Dirección General de Educación Indígena, 2012 Primera edición D i r ec c i ó n g e n e r a l Rosalinda Morales Garza C o o r d i n ac i ó n g e n e r a l Alicia Xochitl Olvera Rosas C o o r d i n ac i ó n N ac i o n a l d e l P r o n i m Yedenira Pardo Pérez C o o r d i n ac i ó n e d i to r i a l Gabriela Olmos C o o r d i n ac i ó n d e i n v e s t i g ac i ó n Fátima Khayar A s e s o r e d i to r i a l José Luis Trueba Lara A s i s t e n c i a e d i to r i a l Marco Carrillo Rivero, Verónica Gómez Martínez, Yerem Dení Mújica D i r e c c i ó n d e a rt e Alejandra Guerrero Esperón Diseño Gracia Zanuttini González Asesoría de diseño Abril Isell Collado Estrada,Cristina Cuadros Silva, Alejandro Rodríguez Vázquez C o r r ec c i ó n Lucía Segovia C o r r ec c i ó n d g e i Alejandro Torrecillas González, Raúl Uribe L e c to r Georgina Islas Puente
C u i da d o d e e d i c i ó n Cuauhtémoc Alfaro Rivera E n t r e v i s ta s Jorge Cano, Katia Colín, Pablo Cruz, Fátima Khayar, Rubén Luna, Adrián Martínez, Yerem Dení Mújica, Leopoldo Noyola, Marisol Reyna, Juan Carlos Santander, Teresa Villalobos. F oto g r a f í a Portada: Interiores: Martirene Alcántara: pp. 9-18, 28, 31-35, 178-185, 214. Lorenzo Armendáriz: pp. 44-49. Paul Czitrom: pp. 74-81, 110-121, 160. Rosendo García: pp. 6, 30, 36-43, 50-55, 100-108, 122-136, 144-153, 166-167, 204-210, 215, 218-219. Agustín Garza: pp. 56-65. Francisco Gómez: pp. 4-5, 168-176. Rodrigo Maawad: pp. 66-73, 92-99, 186-203. Gabriel Serra: pp. 20-26, 82-90, 164, 165, 212. Jorge Vértiz: pp. 138-143, 154, 163 (3). Pronim Coordinación Coahuila: pp. 163 (1 y 2). Pronim Coordinación Tamaulipas: pp. 156-159. D.R. © Secretaría de Educación Pública, 2012 Argentina 28, Centro Histórico, 06020, México, D.F. ISBN: 978-607-8279-20-3 Se permite la reproducción parcial, siempre que no se altere el contenido y se mencionen la fuente y el autor. Este libro se terminó de imprimir en el mes de diciembre de 2012 en Quad Graphics, Democracias 116, Azcapotzalco, en México D.F.
Saberes itinerantes
30 P ro n i m a単os del
índice 7 11 19
p r e s e n tac i ó n V e r ac r u z Acuerdo 5 9 2 por el
51 57 64
la educaci ó n b á sica
21 27 29 37 45
Durango P la n eaci ó n estrat é gica
B a j a c a l i f o rn i a G esti ó n i n teri n stitucio n al
q ue se esta b lece la articulaci ó n de
J a l i s co
67 75 83 91
B a j a c a l i f o rn i a s u r Oa x ac a S i n a loa S istema n acio n al de
N aya r i t
co n trol de po b laci ó n
Co l i m a
migra n te
Sa n Lu i s P oto s í
93
H i da lg o
101 109 111 117 123 131 139 145 152 155 161
Sonora P resupuesto Mo r e lo s Puebla N u evo l e ó n Ch i h ua h ua G u e r r e ro M i c h oac á n S ecu n daria migra n te Ta m au l i pa s Coa h u i l a
169 177 179 187 195 205 211 213 220 221
Ch i a pa s F ormaci ó n doce n te Z ac at ec a s G ua n a j uato Esta d o d e M é x i co Ta b a s co Salud sexual y reproductiva N u evo s d e r rot e ro s 3 0 a ñ os de logros 3 0 a ñ os del pro n im e n m é xico
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Presentaci贸n
p r e s e n tac i ó n
E
l ser humano goza de derechos fundamentales desde el momento mismo de su nacimiento, pero para ejercerlos con libertad precisa de la educación. Por ello puede afirmarse que el derecho a la educación es esencial para el ser humano, pues sólo ejerciéndolo puede gestionarse la autonomía personal y el desarrollo pleno. No obstante, en nuestro país aún hay niñas y niños que viven privados de oportunidades educativas, en la mayoría de los casos, a causa de la pobreza. A partir de este reconocimiento, el Estado Mexicano ha emprendido acciones por la democratización del acceso a los servicios educativos de calidad, desde el doble enfoque de la pertinencia y la inclusión: educación pertinente, porque se propone incluir en sus diseños curriculares las culturas, visiones y conocimientos de los pueblos originarios, además de valorarlos, protegerlos y propiciar su desarrollo; educación inclusiva, porque reduce al máximo la desigualdad en el acceso a las oportunidades y evita todo tipo de discriminación, ya sea étnica, lingüística, económica, de género o por cualquier otro motivo, a la que pudieren estar expuestos niñas, niños y jóvenes. Con el objetivo de contribuir a eliminar el riesgo de exclusión social y educativa y prevenir el rezago educativo de niñas y niños en contexto o situación de migración, la Subsecretaría de Educación Básica ha impulsado el Programa de Educación Básica para Niños y Niñas de
Familias Jornaleras Agrícolas Migrantes (Pronim). En el presente libro se ponderan los trayectos, recorridos y resultados obtenidos en tres décadas de acciones a lo largo de las cuales este Programa ha buscado ofrecer respuestas a las necesidades diferenciadas de esa población, entre la que destacan los pueblos indígenas en situación y contexto de migración. Por la naturaleza de su forma de vida, focalizar la atención educativa de las hijas y los hijos de familias migrantes no es tarea sencilla, pero hasta allí donde se encuentren se ha sostenido la labor educadora, la pizarra y la guía de las maestras y los maestros itinerantes del Programa. Actualmente, el Pronim ha ampliado su cobertura en más de un sentido, ha salido del ámbito de la educación básica y ha integrado a su oferta escolar la educación preescolar en el 2007; la secundaria en el 2009 y la inicial en el 2010. Los datos oficiales del Programa, sus intervenciones, gestiones y ministraciones se pueden medir objetivamente, se encuentran registrados y explicitados debidamente y al alcance de todos en los informes oficiales respectivos. Pero la labor educativa, sobre todo tratándose de un servicio de este tipo, no puede reducirse a estadísticas y gráficas. Para comunicar los logros y los retos del Pronim es necesario recurrir a la imagen viva, al entusiasmo profesional y a la palabra de primera mano de quienes, junto con las y los estudiantes, protagonizan estas experiencias: docentes, responsables del Programa en los distintos estados, Asesores Técnico Pedagógicos (atp), sus colaboradores y los diferentes integrantes de los equipos de trabajo del Pronim. En las siguientes páginas se vislumbran las experiencias, las historias, los retos y los éxitos obtenidos, así como los aprendizajes entre pares, los cuales se han procesado para sistematizarlos y hacer que circule el capital acumulado de conocimiento que se ha generado a partir del Pronim. Todo ese conjunto muy significativo de vivencias, anécdotas y saberes en movimiento se ha recogido en este volumen para darlos a conocer a través de la voz de sus protagonistas: cómo fue el inicio de esta labor educativa, a quiénes está dirigida y en qué situaciones, cuáles son los retos y nuevos desafíos que se identifican en cada intervención, en qué condiciones han de realizarse, etcétera. Entre los logros del Programa se cuenta la conjunción de las iniciativas de empresarios, organizaciones de la sociedad civil y pobladores de las comunidades locales, así como la gestión interinstitucional y la inclusión en sus salones de clase, a partir
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Presentación
del 2012 y en todos los estados, de las hijas y los hijos de pescadores, trabajadores de la construcción y comerciantes itinerantes, así como de familias provenientes de otras naciones que ingresan a México para trabajar en los cultivos. A lo largo del texto podrá observarse también cómo se ha ido perfeccionando el Programa en los estados y cómo se han ido desarrollando las fortalezas actuales del Pronim: la planeación estratégica, el incremento de la infraestructura del Programa, su presupuesto, la formación y profesionalización de su planta docente, y el perfeccionamiento del Sistema Nacional de Control Escolar de Población Migrante (Sinacem), gracias a la colaboración especializada del Instituto Politécnico Nacional. Hoy, gracias al Pronim, hijas e hijos de trabajadores migrantes participan, porque es su derecho, de una educación inclusiva y equitativa en la que la pertinencia y la calidad son los ejes conductores en el reconocimiento de su realidad socioeconómica, pero también de su riqueza como culturas migrantes. Esta mirada retrospectiva es una celebración por los logros alcanzados y un recordatorio de las tareas y las gestiones interinstitucionales aún pendientes. Tengo la plena certeza de que las altas expectativas que han venido generándose en torno al Programa exigen la concurrencia de más y mejores recursos y capacidades puestos al servicio de la niñez en situación de migración. Forma parte de los propósitos de esta publicación agradecer el trabajo de los agentes educativos que hacen posible el Pronim, así como reconocer las actividades sustantivas mediante las cuales se ha logrado incidir en el quehacer educativo con niñas y niños de estas familias trabajadoras. Del mismo modo, quiero resaltar el apoyo de los coordinadores estatales del Pronim y la participación de las mujeres y hombres que, al compartir sus testimonios, hicieron posible la obra que ponemos a consideración de nuestros lectores en la búsqueda de sumar elementos de comprensión de una de las causas sociales que requiere una creciente y cada vez más amplia participación: la educación de la niñez en situación de migración en México. Rosalinda Morales Garza Directora General de Educación Indígena
Pronim 30 años
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Veracruz
Veracruz 1981*
D Los maestros del Pronim
son un ejemplo
para sus alumnos.
esde siempre, la producción agrícola veracruzana ha sido un imán para los jornaleros agrícolas migrantes. Ellos llegan del mismo estado, de las entidades vecinas y de algunas tierras un poco más lejanas, como ocurre con la gente de Guerrero y Oaxaca. Junto con San Luis Potosí y Sinaloa, Veracruz es uno de los estados pioneros en la educación de los migrantes, pues sus primeras acciones datan de 1981, cuando el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos ( inea) inició el proyecto Campamentos de Educación y Recreación. Los resultados del dilatado periodo en el que el Programa de Educación Básica para Niños y Niñas de Familias Jornaleras Agrícolas Migrantes (Pronim) y sus antecesores han operado en Veracruz pueden verse en los logros que han alcanzado en los distintos aspectos del Programa: las mesas de coordinación institucional funcionan y avanzan, su infraestructura cada día es más sólida y lo mismo puede decirse de las capacitaciones, del compromiso del Programa con su planta docente, y con la Reforma Integral de la Educación Básica (rieb) y el Acuerdo 592 por el que se Establece la Articulación de la Educación Básica, y, por supuesto, por el uso que se da a las herramientas —como el Sistema Nacional de Control Escolar de Población Migrante (Sinacem)— que se han creado para fortalecer el Programa.
*Año de fundación del Pronim en cada estado.
“Aquí, en el municipio de Cosamaloapan, Veracruz, —nos dice Martha Alicia Sánchez Teoba, profesora del Pronim— el primer acercamiento que tenemos con los migrantes siempre ocurre con el jefe de grupo. Él contrata a la gente, va y los busca en sus comunidades para traerlos desde Los Tuxtlas. Nosotros necesitamos apalabrarnos con él para que nos diga cuándo llegan los jornaleros. Gracias a esta información estamos al pendiente y nos venimos al campamento para recibirlos. Cuando nos
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Veracruz
En Veracruz, los alumnos de la escuela Cerro
Colorado desarrollan sus habilidades
artísticas desde la edad preescolar.
Los maestros
veracruzanos
propician un ambiente
alfabetizador en las aulas
a través del material
didáctico.
encontramos con los padres de familia les preguntamos si tienen niños en edad escolar y levantamos un censo para saber cuántos alumnos vamos a atender. Antes de comenzar las clases hacemos un diagnóstico. Por eso tenemos que hacerles un examen, para saber qué conocimientos tienen y no ponerlos donde no deben estar. Algunos vienen de la primaria de San Andrés y su situación es muchísimo más clara: ellos traen sus libros y una constancia, entonces los ubicamos en el bimestre en que se quedaron para que puedan seguir adelante”. ¿Cuál es el impacto del Pronim en la vida de estos niños? Mónica Gómez Campos —profesora veracruzana— nos da una respuesta precisa: “Para muchos niños, el Programa es la única opción que tienen para ir a la escuela. Gracias a los horarios especiales y los apoyos que se les entregan, sus padres les dan la oportunidad de ir a clases; si no se les dieran estas facilidades, los niños seguramente estarían en los campos”. “Efectivamente —comenta Fernando González Cruz, coordinador del Pronim en el estado—, en el Programa tenemos que acercarnos a las familias para apoyarlas, para colaborar en su mejoría económica; nosotros tenemos que buscar el modo para que ellos no gasten ni un solo peso en la educación de sus hijos, por eso tenemos relación con otras dependencias y hemos conseguido algunas becas directas. A nosotros nos tocan estas gestiones, a nosotros nos corresponde tocar puertas en otras instancias o en los municipios para encontrar el apoyo que necesitan. A las familias les corresponde ayudar a sus hijos para que lleguen más lejos y le pongan punto final a la pobreza. Yo creo que las familias migrantes se
Pronim 30 años
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interesan en el Programa porque los profes llegan a convencerlos, a tratar de ayudarlos. Y, de algún modo, los niños que están en nuestros salones se sienten identificados con sus compañeros”. Los maestros están dedicados y comprometidos con sus alumnos. María Lilia Carbajal Moreno, profesora veracruzana, nos comenta que “muchas veces los niños son tímidos y no se relacionan con sus compañeros. Si ellos se encierran en sí mismos, todo va a salir mal en la enseñanza, por eso jugamos, les damos confianza y platicamos. A veces pasan hasta uno o dos meses para que ellos la agarren y empiecen a jugar. En muchas ocasiones me cuentan que los niños de las otras escuelas les han hecho el feo y me preguntan por qué les pasa esto, si todos somos iguales. Yo les contesto que tienen razón, que todos los niños deben ser tratados de la misma manera, pero ellos me replican: ‘no, profesora, aquí es diferente. En otros lados no nos tratan bien’ ”. Pese a que la recuperación del orgullo de los alumnos es fundamental, los profesores siempre tienen por delante nuevas estrategias para lograr que la enseñanza se convierta en realidad. Margarito López Chávez —profesor del Pronim en Veracruz— nos explica lo que sucede: “Todos los maestros nos sorprendemos a diario con la capacidad de los alumnos para aprender; pero, en otras ocasiones, la situación se pone mucho más difícil cuando uno se da cuenta de que tienen dificultades para salir adelante en sus estudios; esto quiere decir que los profes estamos fallando, que necesitamos buscar otras estrategias para que los niños se interesen por la escuela y para eso están los Asesores Técnico-Pedagógicos (atp) que nos ayudan a seguir adelante”. Amalia Márquez Aguirre también tiene una historia interesante: “No hace mucho me encontré con el primer niño que tuve como alumno. Me dio gusto verlo, ya está en el Tecnológico de Cosamaloapan. Cuando me vio, me dio un abrazo y me dijo: ‘maestra, ya estoy casi por terminar mi carrera’. Sus palabras me llenaron de alegría. El que algunos logren concluir
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Veracruz
La reglas de operación del Pronim permiten
que cada año se invierta en infraestructura
escolar. Uno de los casos más significativos es el de las aulas móviles.
Pronim 30 a単os
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sus estudios me da la seguridad de que hice muy bien mi trabajo”. La profesora María Lilia Carbajal Moreno señala que, para que estos logros ocurran, es necesario contar también con la colaboración de los padres: “Me he dado cuenta de que muchos de ellos aquilatan bastante el Programa. Hay veces que, durante la entrega de boletas, vienen y nos dan las gracias; se sienten satisfechos de que el niño aprendió”. Pero el Pronim aún busca ofrecer más a sus alumnos. Y, justo por ello, los sueños de los colaboradores del Programa se hacen presentes: “Yo me imagino un Pronim cada vez más fuerte —comenta Fernando González Cruz—, cada día que pasa vamos
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Veracruz
La integración
de los alumnos es
indispensable en el
modelo educativo
del Pronim.
mejorando, tenemos mayores apoyos y metas más altas; ahorita, por ejemplo, estamos pensando en dotar nuestras escuelas de aulas móviles, de esta manera mejoraríamos mucho los espacios que ocupan los niños”. El sueño del coordinador del Programa en Veracruz es compartido por sus colaboradores, quienes —como Marisol Delgado Licona— también tienen sus deseos: “En el futuro —nos dice— quisiera tener una computadora. Así podría ponerles canciones en inglés a mis niños, pues ellos tienen mucho interés por aprender este idioma. Algunas veces les digo: ‘ustedes tienen su lengua y ya me están enseñando a hablarla; ahora, como yo sé un poquito de inglés, les voy a enseñar unas palabritas’. Y esto nos funciona. Yo les canto en inglés y les digo la letra en español, luego les pido que la canten en mazateco. Eso es muy bonito. Además, me imagino mi aula bien colorida, con sus letras y sus números en las paredes para que ellos puedan aprender mejor y, a mi lado, una computadora para enseñarles inglés”.
Pronim 30 años
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Veracruz
ACUERDO 592 por el que se establece la articulación de la educación básica
E
ste Acuerdo es uno de los documentos más importantes que se han publicado en la historia de la educación mexicana y está íntimamente vinculado con la rieb. En este documento se establecen las líneas más generales del Pronim, pues en sus primeras páginas se afirma que se deberá articular la oferta de servicios dirigidos a la población vulnerable y establecer un nuevo marco de responsabilidades para asegurar mejores niveles de cobertura y logro educativo en estos grupos, así como atender a los niños y jóvenes de las localidades y municipios con mayor rezago social, prioritariamente a los de menor índice de desarrollo humano, a la población indígena y a los hijos de jornaleros agrícolas migrantes, a través de agendas estatales. En los principios pedagógicos del Acuerdo se señala que la educación es un derecho fundamental y una estrategia para ampliar las oportunidades, instrumentar las relaciones interculturales, reducir las desigualdades entre grupos sociales, cerrar brechas e impulsar la equidad. El sistema educativo hace efectivo este derecho al ofrecer una propuesta pertinente e inclusiva que valore, proteja y desarrolle las culturas y sus visiones y conocimientos del mundo y las considere en el desarrollo curricular y al mismo tiempo se ocupe de reducir al máximo la desigualdad del acceso a las oportunidades, y evite los distintos tipos de discriminación a los que están expuestos niñas, niños y adolescentes. En correspondencia con este principio, los docentes deben promover entre los estudiantes el reconocimiento de la pluralidad social, lingüística y cultural como una característica del país y del mundo en el que viven, y fomentar que la escuela se convierta en un espacio donde la diversidad pueda apreciarse y practicarse como un aspecto de la vida cotidiana y de enriquecimiento para todos. Pronim 30 años
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Durango
Durango 1982
E La diversidad cultural se celebra día con día en el
Pronim de Durango.
n Durango el Pronim da servicio a dos tipos de migrantes: los que vienen de Chihuahua, San Luis Potosí, Hidalgo, Puebla, Veracruz y Guerrero, y los que llegan a los campos de trabajo de las comunidades del mismo estado. Sus condiciones de vida son difíciles, según nos cuenta Yazmín Estela Franco Avitia, maestra del campamento Santa Lucía en el municipio de Canatlán: “El año pasado me tocó llevar a una niña tepehuana a la Semana Nacional de Migración. Ahí le dieron regalos, la llevaron a pasear al museo y también participó en muchas actividades. Cuando llegó el momento de regresarnos, la niña me dijo: ‘Yo no me quiero ir’. ‘¿Por qué?’, le pregunté, y ella me contestó: ‘porque aquí me hacen sentir muy especial’ ”. La educación y el Pronim son excelentes herramientas para revertir los males de la pobreza, aunque ello, como es de suponerse, implica para las personas que colaboran con el Programa, poner las cosas en perspectiva. Desde el instante en que los niños llegan al salón, los maestros tienen que hacer uso de su detreza en el manejo de grupos: “Hay niños de diferentes partes —nos comenta Claudia Reyes Domínguez, maestra de primaria en el campamento San José en Canatlán—, unos se conocen y otros no. Por eso les damos la bienvenida y les pedimos que se presenten, también les hacemos un distintivo con su nombre, para que se vayan conociendo.
Aunque comparten el idioma, son muy cohibidos, muy tímidos. La mayoría habla tepehuano, pero yo apenas conozco algunas palabras. Por suerte, los padres de familia siempre me han ayudado a entenderme con los niños, aunque no faltan algunos que no quieren cooperar”. Luego de presentarse y encontrar la mejor manera de comunicarse, las labores se inician; sin embargo, frente a los docentes del Pronim se presenta un contexto educativo complejo: el rezago que padece la mayoría de los alumnos. Y, por supuesto, ellos se sienten obligados a superarlo, justo como nos cuenta la profesora Claudia Reyes Domínguez: “Yo tengo hambre de enseñarles más y, en el poco tiempo con que contamos, tengo que implementar nuevas soluciones. El material lo tenemos, así que no hay excusas”.
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Durango
En el municipio de
Canatlán, cada vez
son más las niñas que estudian gracias al Pronim.
Con respecto a las estrategias didácticas, María Elena Soto Gallego, maestra de primaria en el campamento Canatlán, cuenta: “El año pasado, tenía muchos niños que no sabían leer, por eso los puse a mi alrededor y empecé a trabajar muy duro. Uno de ellos, de catorce años, me dijo: ‘Yo sólo quiero saber escribir mi nombre. Es que veo que hay señores que nada más ponen el dedo y con eso firman; cuando yo esté grande no quiero poner el dedo, yo quiero escribir mi nombre’. Y sí, primero aprendió a escribir su nombre y ya después aprendió a leer”. La historia de este niño no es única. El ímpetu de los alumnos del Pronim se muestra constantemente en todos los campos de trabajo: “Mis alumnos son muy especiales —dice Raúl Contreras Rivas, maestro de tercero y cuarto grados en el campamento Canatlán— tienen
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Durango
No importa la edad,
los alumnos siempre
encontrarán el material necesario para modelar
sus sueños.
muchísimo interés por aprender, a pesar de que tienen la desventaja del rezago. Pero eso nos motiva para apoyarlos al máximo. Lograr algo con ellos, ésa es nuestra inmensa gratificación. Tenemos que, a través de la educación, lograr que puedan acceder a las mismas oportunidades que los demás niños de su edad”. Estos resultados son la suma de la conjunción de muchas acciones. Al trabajo de los docentes se une el de las mesas interinstitucionales, la labor con los legisladores para obtener más recursos, los programas de capacitación y, por supuesto, una infraestructura que cada día se robustece. De 2008 a la fecha, en Durango se han construido ocho nuevas aulas (dos en el municipio de Lerdo y seis en el municipio de Canatlán), las cuales se suman a las seis aulas móviles que se adquirieron con recursos del Programa. Asimismo, es necesario destacarlo, el Pronim, junto con el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Juárez del Estado de Durango, está llevando a cabo un diagnóstico de la población migrante en el estado con el objetivo de afinar sus acciones. Uno de los resultados más importantes de esta cooperación interinstitucional ocurre en los albergues de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), donde —nos cuenta Sergio Nájera Cano, profesor del campamento San José en Canatlán— “a un lado del salón, están los espacios donde viven las familias que llegan al corte de la manzana; gracias a estos lugares, ellos tienen un techo. Aquí también se les brinda el desayuno a los niños y a los papás se les vende comida económica. Esto nos ayuda mucho, pues ellos mismos llegan al albergue y todo es cuestión de que uno les haga la invitación para que acudan a clase; claro que muchos ya se acercan solos. Hay unos que repiten, que vienen todos los años y ya saben que la escuelita empieza en cuanto llegan”. En Durango, la coordinación estatal también le apuesta a la experiencia. Su planta docente se conforma tanto de maestros jóvenes, llenos de ganas de aprender de sus alumnos, como de maestros experimentados que han llegado a la jubilación. Su trayectoria profesional y su entrega a la actividad docente es sin duda una virtud invaluable a la hora de ofrecer educación a los niños migrantes de México. María Elena Soto Gallego, maestra retirada, nos comenta: “El año pasado saqué adelante a muchos niños que aprendieron a leer y
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a escribir en los tres meses y medio que estuvimos aquí. Estoy muy contenta por eso. A pesar de estar jubilada, amo mi profesión y estas experiencias me llenan de satisfacción”. Así pues, en Durango, las acciones se transforman en resultados y la coordinación interinstitucional brinda frutos. Y así el Pronim les abre a los niños migrantes la posibilidad de avanzar hacia un futuro mejor, hacia una nueva vida donde sus sueños tengan un lugar.
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Durango
Las promesas
de un futuro mejor
se concretan con la
propuesta educativa del Pronim.
PLANEACIÓN ESTRATÉGICA
D
urante los últimos años, el Pronim ha emprendido importantes labores de planeación estratégica. Al inicio de cada año, las coordinaciones presentan su Plan Estratégico Estatal de Atención a Migrantes, el cual contiene un diagnóstico de la población y los campos identificados. Este documento también presenta una proyección del número de docentes y de la cantidad de niños que se atenderán, así como del número de escuelas o centros de trabajo que se podrán abrir. Además, el Plan Estratégico contiene un proyecto de inversión donde los coordinadores estatales presentan las necesidades por componente y rubro. Esta manera de organizar la información propicia que los componentes estatales alimenten a los nacionales, lo que posibilita el establecimiento de metas específicas y el fortalecimiento de la congruencia presupuestal. El Plan Estratégico Estatal no sólo es importante porque organiza información indispensable para el Pronim, sino porque esclarece cuáles son las prioridades de cada estado, y con ello prepara una plataforma para la expansión del proyecto. Sin duda la planeación estratégica se traducirá en el robustecimiento de la infraestructura del Programa, en una constante ampliación de la cobertura y, además, en mejores apoyos a los docentes.
Pronim 30 años
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Nayarit
NA Y ARIT 1984
U El Pronim de Nayarit
resguarda las costumbres y tradiciones de los
niños huicholes.
no de los atp del Pronim que colaboran en Nayarit, José de Jesús Zepeda Peña, habla sobre el que considera el resultado más importante del Programa en el estado: “Los hijos de los jornaleros ya saben que pueden construir ellos mismos su futuro. El Pronim les abrió puertas y les cambió el panorama, los hizo creer en ellos y eso es bien importante”. Estas palabras muestran uno de los muchos logros alcanzados por el Programa en los últimos años, pues el Pronim llegó al estado en 1984 y, en aquel entonces, sólo se atendían tres albergues cañeros en los municipios de Ahuacatlán, Tepic y Xalisco. Durante casi veinte años el desarrollo del Pronim en Nayarit fue lento: apenas se habían desarrollado algunos vínculos interinstitucionales y sus acciones tenían poca envergadura. En 2006 —afirma Armando Meza Heredia, coordinador del Programa en el estado—, la infraestructura del Pronim era deficiente, “pero esto no fue un obstáculo para brindar el servicio educativo, sólo era un punto de partida que nos obligaba a sumar fuerzas, pues nos dimos a la tarea de gestionar apoyos en las mesas de coordinación interinstitucional y comenzamos a trabajar con las asociaciones civiles, con los productores y con la sociedad en su conjunto. Así, como resultado de este
trabajo dotamos a las comunidades escolares de materiales didácticos y comenzamos a prepararnos para ampliar nuestros servicios a nivel preescolar”. Al año siguiente, las acciones de los colaboradores del Programa comenzaron a fructificar. Se inició la atención a nivel preescolar, se rehabilitaron y acondicionaron las aulas gracias al apoyo brindado por el Club Rotario y se llevó a cabo la Olimpiada del Conocimiento. Además de esto, Nayarit fue la sede del Encuentro Nacional de Intercambio de Experiencias Pedagógicas, y sus docentes, en conjunto con los de Jalisco, participaron en el encuentro regional dedicado a analizar y promover el uso de los Rincones de Lectura. Para 2008, las dificultades volvieron. Los desastres naturales destruyeron muchas aulas móviles, materiales educativos y dañaron varios planteles. Sin embargo, gracias a las gestiones de las coordinaciones Nacional y Estatal del Pronim no sólo se adquirieron nuevas aulas móviles, sino que también pudo recuperarse una buena parte de los materiales que resultaron dañados. Aquel año no sólo estuvo marcado por ese trabajo. Gracias a los censos realizados por los atp y los docentes del Programa, el Pronim nayarita comenzó a prepararse para incursionar en las telesecundarias y empezó a capacitar a sus docentes para este nivel. Al año siguiente, 2009, se continuó con el equipamiento, se fortalecieron los atp y se les dotó de equipo de cómputo y se instaló la Secundaria de Medios, al tiempo que comenzaron a impartirse talleres de actividades económicas alternativas, y se entregaron, gracias a los apoyos de las instituciones no gubernamentales, cenas navideñas, dulces, juguetes, zapatos y ropa para las familias migrantes. Una mención especial merecen los centros Florece que operan en el estado, donde los productores, en unión con las autoridades educativas y la sociedad civil, ofrecen educación de calidad, alimentación y salud a los hijos de los migrantes. Lisbeth Arreola Romero —quien trabaja en el centro Florece ubicado en La Presa— nos habla sobre la vida cotidiana en estos espacios: “Nuestro día comienza
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Nayarit
Para seguir aprendiendo, se han implementado
estrategias que permiten dar un seguimiento
individual a los alumnos.
cuando las camionetas van por los alumnos a sus ramadas; siempre llegan antes de que sus padres empiecen a trabajar. En el momento en que los chiquitos vienen al centro, entran al comedor para desayunar y, a las nueve en punto, empiezan las clases. Después, tienen un descanso, comen una colación y alrededor de la una salen a bañarse. De ahí se van a comer y nuevamente regresan al salón hasta que los llevan a sus ramadas”. También 2010 fue un buen año para el Pronim en Nayarit. Su infraestructura se fortaleció gracias a la adquisición de aulas semifijas y comenzó a operarse el Sinacem. Noé Alonso Ventura Ibarra —uno de los atp de Nayarit— es un ejemplo de la confianza en el desarrollo tecnológico, en las bases de datos que permiten atacar el abandono escolar y que fortalecen el seguimiento y la certificación de los niños migrantes: “Todos sabemos que algunos alumnos se regresan a sus estados y que otros siguen la temporada de cultivos en otros lugares. En el Pronim ya se les puede dar seguimiento a través del Sinacem. Gracias a esta base de datos sabemos en dónde han estado y cuánto tiempo asistieron a la escuela. Ya podemos saber cómo van, ahora nos toca lograr que sigan, que avancen hasta terminar sus estudios”. Asimismo, en 2012 se capacitó a los docentes del Pronim para que se sumaran a la rieb y pudieran atender a los alumnos que tuvieran necesidades educativas especiales. En 2011 se reabrió un centro Florece y se inauguraron otros dos, al tiempo que se fortalecieron los vínculos interinstitucionales, sociales y con los productores, lo cual permitió que, al año siguiente, se suscribieran los convenios para la atención de los centros Florece en los municipios de Amapa, El
Pronim 30 años
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Corte, La Presa y El Tamarindo. Asimismo, se continuó con la entrega de útiles escolares y la dotación de computadoras, proyectores y acervos para las bibliotecas escolares; incluso se llevó a cabo una reunión con el Servicio Nacional de Empleo con el fin de coordinar acciones para la atención a hijos de jornaleros agrícolas. Es importante señalar que las Tecnologías de la Información y la Comunicación (tic) tienen una gran importancia en el estado. Lisbeth Arreola Romero cuenta a este respec-
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Nayarit
Los maestros nayaritas buscan métodos de
aprendizaje que generen interés en los niños.
to: “El área de computación les fascina, es la materia en la que ponen más atención, y en dibujo trabajan muy rápido”; sin embargo, la fascinación por las computadoras no es privativa de los centros Florece, pues ella se muestra en todos los espacios donde actúa el Programa. Todos estos logros dejan ver que en definitiva, en Nayarit, avanza el Pronim.
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Nayarit
Tenemos que lograr que los niños sean reflexivos, que puedan analizar lo que pasa, que sean capaces de poner prioridades en su vida, y que se den cuenta de que no se trata nada más de trabajar. Deben aprender que hay cosas más importantes en la vida, como dedicarle un tiempecito a la escuela y otro a jugar y convivir en familia, porque ellos regularmente no lo hacen. María de Jesús Ibarra Bernal, profesora en el aula móvil del municipio de Ruiz.
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Colima
Co l i m a 1985
E El Pronim
difunde valores de
convivencia y
tolerancia hacia
los demás.
n 1985, el Programa del Niño Migrante inició sus acciones en un campamento de trabajadores cañeros en el norte de Colima. El arranque fue sencillo: una profesora comenzó a trabajar de manera voluntaria para promover la educación entre las familias migrantes que se negaban a aceptar los servicios escolares. Poco a poco, el trabajo de aquella maestra dio frutos. Primero nacieron los talleres de manualidades y se iniciaron los proyectos recreativos, posteriormente se constituyó la asociación civil Proyecto Amigo y, luego, el estado se incorporó a las acciones del Pronim. Actualmente, la mayoría de los alumnos atendidos por el Programa son originarios de Guerrero, pero pese a provenir de la misma entidad, difieren en su lengua materna. En las aulas se escuchan varios idiomas; predomina el náhuatl, seguido del amuzgo y el mixteco. En consecuencia, los docentes que trabajan con ellos requieren de un conjunto de competencias y materiales de apoyo que les permitan tener una intervención pedagógica con pertinencia cultural y lingüística, adecuada curricularmente para atender a los alumnos en la modalidad de atención multigrado. “Antes era bien difícil —nos dice Aurencia Arellano Granados, profesora de preescolar en el Albergue Quesería—, ¡cómo estarían las
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Colima
El presupuesto
otorgado se refleja en
material didáctico
e infraestructura, que incluye
tecnología digital.
cosas que me decían ‘la maestra pedinche’! Hay que reconocer que algo de razón tenían. Primero fui a que me dieran permiso para abrir la escuela abajo de un árbol, luego volví para que me dieran el terreno y después regresé para que lo bardearan. No había de otra, necesitábamos una escuela”. Sin embargo, en aquellos tiempos las acciones no sólo se enfocaban a la creación escuelas y salones; también era fundamental lograr que los niños asistieran a las aulas. Aurencia Arellano Granados también nos cuenta que, a su llegada al albergue cañero, que en ese entonces llamaban Las Galeras, se encontró con una comunidad cerrada, desconfiada y violenta. La mayoría de los jornaleros venía de Guerrero y hablaba náhuatl. Ellos eran discriminados por los habitantes del estado que los llamaban piojosos o “cochos”, ofensa terrible para ellos. Sus hijos no podían ir a la escuela regular del pueblo. Aurencia sabe que a los niños de los cañeros les gustan las matemáticas, porque cuando van al corte comprenden qué es una tonga, qué son los fierros y así se dan cuenta de cuánto les pagan. Aprenden matemáticas por necesidad. Aunque al principio las madres no querían que fueran a la escuela, después se percataron de que estos conocimientos les eran muy útiles. Y así les permitieron continuar en el Pronim. Los maestros del Programa se asombran con la capacidad de abstracción de estos niños y también por su motricidad fina. “Traen las manos hábiles y trabajan muy bonito”. Seguramente heredaron esta facultad, ya que muchos son hijos de artesanos. Las palabras de Aurencia Arellano no son una exageración. “Aquí, en Colima, al principio era muy difícil conseguir apoyos —nos dice Yalila Mireya Mancilla Chávez, coordinadora del Pronim en el estado—, pero ya vamos muy avanzados, y ahora hasta nos buscan. Del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (dif) nos hablan por teléfono y lo mismo pasa con la gente de Sedesol. Cuando ellos se enteran dónde hay migrantes enseguida nos llaman y eso nos ayuda”. Efectivamente, luego de varios años de trabajo y coordinación, la situación del Programa ahora es muy distinta: los hijos de los jornaleros agrícolas migrantes acceden a los servicios de educación inicial, preescolar, primaria y secundaria gracias a las acciones de la Coordinación Nacional del Programa, el Consejo Nacional de Fomento Educativo
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(Conafe), el gobierno del estado, los productores y las instancias que están representadas en las mesas de coordinación interinstitucional. Gracias a esto se cuenta, entre otras cosas, con infraestructura educativa, material didáctico, uniformes, útiles, productos de limpieza e insumos para preparar los desayunos calientes. Los avances del Programa se pueden valorar en otros ámbitos. Si en 1986 sólo se atendía a nueve alumnos, hoy la cifra se ha elevado a 890 y se espera llegar a mil. En el caso de la infraestructura ha ocurrido lo mismo. Las escuelas bajo los árboles se transformaron por completo, pues se han construido y rehabilitado nueve centros educativos con presupuesto del Pronim, al tiempo que se construyeron otros dos con recursos de los gobiernos estatal y federal, a los que se sumaron las aportaciones de los productores.
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Colima
Los alumnos del
Pronim estudian
dentro de ambientes alegres, respetuosos y estimulantes.
La maestra Yalila Mireya Mancilla Chávez también llegó al albergue Trapiche hace varios años. Es un pilar del Pronim de Colima. Ella nos cuenta que, al principio, los niños corrían a esconderse al verla. Ahora corren a abrazarla. Antes esos niños con sus familias dormían en plásticos negros y costales. Con trabajo y don de convencimiento lograron que se les hicieran albergues. El Pronim, con maestras y maestros como Yalila, logró hacer historia y hoy es tomado en cuenta por las autoridades. Sin embargo, las preocupaciones de los profesores no han cesado. Aún sigue latente el hacinamiento de las familias. Los niños llegan al albergue con una carga de violencia difícil de erradicar. Son muchos los problemas que no les corresponde resolver, pero tampoco se tapan los ojos. Esta realidad no ha deshumanizado a los profesores, pero a veces sienten que los rebasa.
Pronim 30 años
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En el plano estrictamente personal, no faltan los motivos de orgullo: 17 niños migrantes que llegaron a Colima y cursaron su educación básica en el Pronim ya son profesionistas y cuatro de ellos trabajan como docentes en el Programa. A veces, los niños han dado saltos a otras ocupaciones cuando se integran a la vida laboral, por ejemplo, una niña se hizo enfermera; otro, programador de computación. Estos avances no son los únicos; los niños y los docentes del Pronim han llegado más lejos para rescatar su identidad. Ellos asisten a la Secretaría de Educación Pública (sep) para recitar el juramento a la bandera en náhuatl; además, se han presentado en las estaciones de radio para cantar el Himno Nacional en sus lenguas y, en las fiestas de los municipios, participan como si estuvieran en cualquier escuela. Siempre hay manera de que ellos estén ahí para mostrar lo que son. Las acciones del Pronim en Colima también buscan fortalecer los vínculos familiares y actuar en favor de la equidad de género, tal como lo cuenta Jesús Eloy Arias Ávila, profesor multigrado y multinivel del albergue Cerro de Ortega: “Aquí iniciamos un taller de bordado, así aprovechamos que las esposas de los jornaleros hacen sus servilletitas.
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Colima
El Pronim llega a las
costas mexicanas del
Pacífico, como es el caso
de Tecomán, Colima.
El Programa nos consiguió tela, hilos, todo lo que necesitábamos. Y nos juntamos a darle; esto fue muy bueno porque los niños se animaron a entrarle. Al principio, ellos no querían, decían que bordar era cosa de mujeres. Pero, al rato, se cansaron de estar mirando, se sentaron junto a sus mamás y empezaron a aprender”. Los profesores de educación especial también tienen sus historias. Francisca Velasco Castro nos cuenta: “Él es César y ya avanzó muchísimo. Cuando llegó, apenas hablaba. Si yo le preguntaba ¿cómo te llamas? o ¿cómo se llamaban tus papás?, él sólo contestaba ‘no’. Ahora ya platicamos, ha crecido, es amoroso. A mí me encanta trabajar con él. Tengo otros niños que no sabían leer ni escribir y ahorita ya están leyendo. Ellos son mis logros, mi felicidad. A mí me encanta buscar estrategias, alternativas, de todo. Me gusta porque son niños muy especiales y se les puede sacar muchísimo”. No hay duda, desde 1986, cuando la profesora comenzó a trabajar de manera voluntaria en favor de los hijos de los trabajadores migrantes, el Pronim en Colima se ha robustecido y está listo para afrontar lo que se presente en el futuro.
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San Luis Potosí
S a n L u i s Po t o s í 1985
S Lograr la homologación
de los niños o su
incorporación a las
escuelas del Sistema
Nacional es una de las
metas del Pronim.
an Luis Potosí fue uno de los primeros estados que se incorporó al Pronim. El programa se gestó en las zonas cañeras y sus espacios primigenios —que recibían a los hijos de los migrantes de Guerrero, Hidalgo y Jalisco— estaban en las galeras de los jornaleros. En aquel entonces aún era muy difícil convencer a los padres para que mandaran a sus niños a la escuela. Pero el tiempo no pasa en vano. Ariana Márquez García —profesora de la comunidad El Sabinito— está convencida de que esta “vejez” es su mejor aliada: “Como el Pronim tiene varios años trabajando, los padres ya lo conocen. Por eso, cuando llegan a los campos, se acercan, nos traen los documentos de sus hijos y enseguida empezamos las clases. Aunque para atender a los niños primero tenemos que ganarnos su confianza. Ellos necesitan mucho cariño, mucha comprensión”. Las palabras de Ariana Márquez se repiten en todo el estado. Por ejemplo, Luz María Guadalupe Camacho Rodríguez —profesora encargada de la telesecundaria de la comunidad El Naranjo—, nos dice: “Cuando vamos a las galeras, las señoras ya saben que estamos listos para atender a sus hijos”. La permanencia del Programa no sólo se materializa en la confianza de las familias jornaleras. Su robustecimiento también es notable: en las mesas interinstitucionales participan la Sedesol, las secretarías del
Trabajo y Previsión Social (stps), de Salud (ssa) y la sep; asimismo, en ellas confluyen el trabajo del inea, de los productores y algunas instituciones educativas, pues el Pronim está a punto de iniciar trabajos con la Universidad Politécnica de San Luis Potosí. Y lo mismo puede decirse de su equipamiento, el crecimiento de su planta docente y de sus capacitaciones. Por estas razones, Silvia Zulaica Villagómez —coordinadora del Programa en el estado— considera que el Pronim no se debe preocupar tanto por obtener mayores recursos, pues su presupuesto ha aumentado de manera notable gracias a las gestiones de la Dirección General de Educación Indígena (dgei): “Ya tenemos lo suficiente para cubrir las necesidades”, nos dijo. Lo que tenemos que hacer ahora es mejorar la gestión administrativa y fortalecer la promoción del Programa: “Necesitamos convencer a todos los potosinos de que nuestros alumnos son importantes, pues hasta ahora hemos trabajado casi en el anonimato. Necesitamos que la gente sepa lo que hacemos, que conozca el trabajo de los profesores, que se enteren de las maravillas que hacen los niños. Sólo de esta manera lograremos hacer absolutamente visibles a los niños migrantes”. Actualmente, el Pronim apoya a los hijos de los jornaleros agrícolas de diez albergues escolares y en las primarias donde estudian los niños en situación de migración. Si en un principio el Programa sólo se ocupaba de los pequeños que llegaban de otros estados, hoy, la situación ha cambiado: el estado, poco a poco, se está convirtiendo en expulsor, aunque esto no implica que sus logros disminuyan. Si en 2010 los colaboradores del Pronim atendieron a poco más de cien alumnos, al año siguiente la cifra aumentó a poco más de 150 y, en 2012, se espera dar servicio a más de trescientos. Día a día la población atendida se incrementa. La profesora Ariana Márquez García nos cuenta una de sus experiencias más gratas: “Una vez tuve en mi salón a una niña muy chiquita que ya quería leer y yo me decía: ‘¿cómo le hago?’, ‘¿a qué cosa puedo recurrir para que aprenda más rápido?’. Pensé un rato, hasta que se me ocurrió regalarle un libro. Poquito después su mamá me dijo: ‘maestra, la niña ya aprendió’. ‘Ah, caray’, pensé, y la llamé para que me leyera. Empezó deletreándome y en un ratito se soltó de
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San Luis Potosí
Las actividades lúdicas
fortalecen la autoestima y la seguridad de los
alumnos en la escuela primaria del ejido El
Sabinito, en el municipio de El Naranjo.
corridito. Yo sentí una satisfacción muy grande cuando aprendió a leer porque eso era lo que deseaba y lo consiguió con su propio esfuerzo”. Luz María Guadalupe Camacho también nos cuenta lo que ocurre en su escuela: “Los niños tienen ganas de estudiar y le ponen mucho empeño. Aquí tienen todo el material, no se les pide nada a sus familias; para ellos todo es gratuito, todo lo necesario para una clase. Sacar adelante a los muchachos es muy importante para mí”. El Pronim del
Pronim 30 años
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estado está comprometido con ofrecer a sus estudiantes todas las herramientas y materiales que les permitan mejorar su calidad de vida y, a partir de eso, mejorar su rendimiento escolar. En agosto de 2012, por ejemplo, se realizó la campaña Protegiendo sus Pies Descalzos, en la que se promovía, por un lado, la donación de calzado para los niños y, por el otro, la vinculación entre los hijos de los jornaleros migrantes con estudiantes de la Universidad Politécnica de San Luis Potosí. “A los niños les falta mucha atención —relata Ariana Márquez García—, nosotros nos damos cuenta de esto cuando están en el salón y nos abrazan, cuando nos piden que estemos con ellos en las horas que no están en clase. Por eso vienen en la tarde a buscarnos y siempre nos preguntan si vamos a jugar o si vamos a ir al río. Cuando ya nos tienen confianza, siempre buscan que estemos con ellos”. Estar juntos, más allá de la jornada escolar, es un acto de gran valor, pues el docente se transforma en alguien cercano, en un apoyo decisivo, en la persona en la que se puede confiar. Silvia Zulaica Villagómez nos comenta a este respecto: “Siempre es un placer estar con ellos. Es bien bonito ver cómo se sienten a gusto en la escuela, es muy gratificante ver el cariño que le tienen a sus maestras, la cercanía que tienen con ellas. La unión entre los profesores y los niños migrantes es muy especial, difícilmente se puede ver en las otras escuelas. Como los maestros del Pronim permanecen en la comunidad, se crea un lazo muy fuerte entre ellos y sus alumnos. Para nosotros, como Programa, es un orgullo saber que, cada vez que los niños lleguen a los campos, ellos tendrán la confianza de que los profesores están ahí, esperándoles con mucho cariño”.
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San Luis Potosí
Los planes de estudio están siempre
acompañados del
material pedagógico adecuado.
Es un placer siempre estar con mis alumnos. Es muy gratificante ver el cariño que le tienen a sus maestras, la confianza, la cercanía que tienen con ellas, el sentimiento que expresan cuando se van. Esa unión difícilmente se puede ver en las escuelas del sistema regular, porque en el Pronim los profesores son parte de la comunidad. Silvia Zulaica Villagómez Municipio El Naranjo, San Luis Potosí
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Jalisco
Jalisco 1990
E El Pronim se encarga de
que la infancia migrante
destine tiempo al juego.
n 1990, el gobierno de Jalisco le abrió las puertas al Pronim. Durante sus más de dos décadas de vida, el Programa se ha consolidado y ha logrado una gran colaboración interinstitucional y de los productores; de esta manera, si en 2004 atendía a poco más de quinientos alumnos de nivel primaria con unos cuantos profesores, hoy la cifra se ha multiplicado casi por cinco, y lo mismo, o más, puede decirse de su infraestructura, su planta docente, sus vínculos interinstitucionales, su presupuesto, su constante capacitación y sus logros. Actualmente, a Jalisco llegan alrededor de 5 000 hijos de migrantes, la mitad de los cuales son atendidos por el Pronim. “Hoy día —según nos informa Raúl Casillas Chávez, coordinador del Programa en la entidad—, tenemos trece albergues que fueron construidos por el Programa de Jornaleros Agrícolas de Sedesol; asimismo, contamos con 18 planteles preescolares, veinte primarias, 21 aulas móviles y, para 2012, vamos a comprar otras seis. Por fortuna y gracias al trabajo que se ha desarrollado, tenemos bastantes aliados. No sólo nos apoyan en las instancias gubernamentales que se reúnen en las mesas de coordinación interinstitucional, pues en la iniciativa privada hay algunos productores muy comprometidos con el Programa: varias
empresas ya se certificaron contra el trabajo infantil y tienen escuelas, guarderías, cocinas y espacios más dignos para los niños”. Rocío del Carmen Gálvez Godínez, que trabaja como atp en el albergue Arroyo Hondo del municipio de Tamazula, nos habla sobre un ejemplo de la colaboración y los vínculos del Programa con las distintas personas e instituciones del estado: “Gracias a los trabajos conjuntos, las papelerías de la localidad nos regalan mucho material para las aulas y los niños, y las organizaciones cañeras casi siempre nos echan la mano para seguir avanzando”. Otra manera de aquilatar estas alianzas se encuentra en uno de los datos más relevantes del estado. Casi el 80 por ciento de los albergues a los que llegan los jornaleros agrícolas migrantes ya cuentan con espacios educativos suficientes y dignos para los niños y niñas.
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Jalisco
El Pronim impulsa las fiestas comunitarias.
En efecto, los logros del Pronim en Jalisco no son pocos. La atención pasó de la primaria a la educación preescolar, la cual comenzó a impartirse en 2006; al menos el 50 por ciento de sus egresados obtiene una boleta o un certificado, gracias al uso del Sinacem. Además de esto, en Jalisco, el Pronim ya comenzó a incursionar en los sistemas computacionales, en las tic que tanto valor tienen para la rieb. Rocío del Carmen Gálvez Godínez nos comenta a este respecto: “Ahorita mis alumnos están súper emocionados con el cañón y la computadora. Por eso conseguimos un curso en el Conalep. Eso los motiva muchísimo, cada día los manejan con mayor seguridad y hasta nos enseñan algunos trucos”. A pesar de la importancia que tienen estas labores, en Jalisco también se trabaja para celebrar la identidad étnica de los niños migrantes y sus familias: durante la Semana del Migrante, y gracias al trabajo conjunto
Pronim 30 años
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de los colaboradores del Pronim, los jaliscienses los conocen y aprenden a valorarlos, pues los jornaleros y sus hijos presentan bailables, muestran sus comidas y cantan sus canciones en las plazas públicas. Además, los alumnos que son atendidos por el Programa participan en los desfiles cívicos marchando con sus trajes tradicionales. Estas acciones van acompañadas con el empeño por preservar sus tradiciones y trabajar con el plurilingüismo en las aulas. María Yesenia Villalvazo Díaz —becaria del Pronim que colabora en el albergue Biopark 1— nos cuenta su historia: “Los niños siempre me ayudan como traductores; ellos son indispensables en mis clases. Hace un tiempo yo tenía en mi salón a una niña que se llamaba Josefina y sólo hablaba náhuatl. Ella era muy amiga de Magdalena y gracias a ella nos podíamos entender. Magdalena era mi traductora, mi voz”. Efectivamente, el contexto multilingüe otorga a los profesores del Pronim una cualidad distinta de las que comparten con la mayoría de los docentes y que los acerca a los maestros indígenas: ellos, además de brindar a sus alumnos los conocimientos comunes al sistema educativo, se asumen como mediadores interculturales. Es cierto, el Pronim es aprendizaje en la diversidad, justo como se señala en el Acuerdo 592 por el que se Establece la Articulación de la Educación Básica: “La educación es un derecho fundamental y una estrategia para ampliar las oportunidades, instrumentar las relaciones interculturales, reducir las desigualdades entre grupos sociales, cerrar brechas e impulsar la equidad”. En muchas ocasiones, la cercanía de los profesores con las familias de sus alumnos transforma las relaciones en la comunidad escolar: “La gente del Programa ya está muy involucrada, y poco a poco han ido metiendo a los padres”, dice Raúl Casillas Chávez. Guillermina Elvira Plascencia —quien labora como docente del Programa en Jalisco— también nos habla sobre la importancia que el Pronim tiene en su vida: “El Programa significa mucho para mí. No lo va usted a creer, pero hasta mis hijas me reclaman porque dicen que quiero más al Pronim que a ellas, y a veces mi esposo me dice lo mismo”. Así pues, en Jalisco, el Programa está preparado para seguir atendiendo de manera digna las necesidades educativas y de superación de los hijos de las familias de los trabajadores agrícolas migrantes.
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Jalisco
En Jalisco,
la diversidad cultural se integra a las
actividades lúdicas.
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Baja California
Baja California 1992
L Los niños trabajan en
el proyecto lúdico “El
camión rodante”,
donde se les motiva a
descubrir la diversidad
étnica del país.
a atención escolar a los niños migrantes tiene una larga tradición en Baja California. En 1992 el gobierno del estado se sumó a las acciones del Pronim con el fin de atender a los hijos de los trabajadores que llegaban de Oaxaca, Guerrero, Sinaloa, Chiapas y Veracruz a las zonas agrícolas del Valle de San Quintín, Trinidad, Ojos Negros y el municipio de Mexicali. Desde aquel año, el Programa se ha desarrollado para alcanzar una serie de avances gracias a un modelo que se adapta a las circunstancias particulares del contexto de vida de los migrantes, a su capacidad para articular los diferentes niveles educativos y a la posibilidad de ofrecer una propuesta educativa que contribuya a mejorar la calidad de la experiencia formativa de los niños a través del desarrollo de sus competencias. “Yo creo que trabajar con seres humanos siempre es complicado, en función de que no todos crecimos bajo el mismo modelo educativo, ya sea lugar, casa, escuela o comunidad, pueblos diferentes, culturas diferentes, lenguas diferentes; esto complica el proceso de enseñanza-aprendizaje. Pero todos nos movemos con base en emociones y eso es lo que nos permite trabajar”, afirma el profesor Hilario García, maestro de secundaria en el campamento de Las Brisas.
El Pronim ha enfrentado en Baja California distintos panoramas a lo largo de los veinte años de su existencia. En su inicio tuvo como meta brindar educación primaria, posteriormente se adentró en la educación inicial y preescolar, y ahora incursiona en la educación secundaria. Estos logros son la muestra del trabajo interinstitucional y la participación de los empresarios locales. Justo por ello, Edith Chavira, coordinadora estatal del Pronim en Baja California, nos dice: “Tenemos que seguir adelante, tenemos que echarle ganas en todos los frentes: los productores, las instancias gubernamentales, la sociedad y nosotros. Todavía tenemos muchas cosas por hacer, y estoy segura que juntos lograremos llegar más lejos”. Debido a estas acciones, el número de alumnos atendidos por el Pronim se acrecienta ciclo a ciclo. Este incremento no es difícil de explicar; como la mayoría de los hijos de los migrantes llegan a las escuelas generales, ahí son localizados e incorporados al Programa, y lo mismo ocurre con los que llegan a los campos donde los productores han construido planteles. La ampliación de la oferta educativa y la incorporación al Programa no son las únicas acciones que realiza el Pronim de Baja California para mantener la matrícula y aumentar el número de años de permanencia en la escuela. “Como los niños de secundaria ya están grandecitos —afirma la coordinadora del Programa en el estado—, siempre existe la posibilidad de que se vayan a trabajar a los campos. Por esta razón hemos conseguido que les den una beca. Gracias a este dinero, ellos pueden contribuir al gasto de sus familias y avanzar en sus estudios. Esto es importantísimo: mientras más escolaridad tengan, mayores serán sus oportunidades en la vida”. El Pronim, que actúa con un enfoque intercultural que reconoce y valora la diversidad étnica, lingüística y cultural con el fin de lograr la equidad educativa, realiza sus mayores acciones en dos periodos que coinciden con el ciclo agrícola. Durante estos lapsos se imparten 400 horas de clase, tiempo en el que los alumnos adquieren los conocimientos y habilidades necesarios para desarrollar sus competencias. Uno de los ejemplos más interesantes sobre la interculturalidad que caracteriza al Programa es la conservación de las tradiciones: los hijos de los migrantes no olvidan sus lenguas, sus fiestas religiosas se llevan a cabo en los campos de trabajo
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Baja California
Los niños del
campamento Las Brisas, en el municipio de
Ensenada, aprovechan al
máximo las instalaciones durante el recreo.
y muchos de ellos regresan a sus comunidades para participar en las celebraciones del santo patrono, de los muertos o las que están vinculadas con el ciclo agrícola. Yunes Chavira nos cuenta una de sus experiencias sobre la conservación de las tradiciones: “En la clausura del ciclo escolar, los alumnos participan en un torneo de piak, un deporte tradicional de la cultura pai pai. Este juego tiene tan buena acogida en el Pronim del estado, que algunos de nuestros alumnos ya han participado en el Encuentro Nacional Deportivo Indígena. Cuando hacemos el torneo, siempre tratamos que los niños se integren en los juegos de pelota de sus comunidades; unos ponen canastas, otros aros. Los hay con pelotas chiquitas, medianas y grandotas. Y así, cuando hacemos los torneos, logramos algo casi único: todos los pueblos están presentes en una sola escuela”.
Pronim 30 años
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El modelo educativo del Pronim es una propuesta modular que se nutre de las guías para el docente y el fichero para los alumnos, los cuales se complementan con el Programa de Educación Preescolar y las Secundarias Migrantes. Estas últimas nacieron para ampliar la oferta educativa y atender la demanda de los niños que egresaban de la educación primaria. Evidentemente, este modelo educativo fortalece el desarrollo de las competencias y sigue los señalamientos de la rieb. María Amelia Ema Valdivia García, que trabaja en el campamento Cosmar, nos relata uno de sus ejemplos más notables: “Los alumnos comienzan dibujando la silueta de un niño; posteriormente nosotros hacemos los muñecos donde los niños colocarán los huesos, las venas, los músculos y los órganos. Después le ponemos piel, que por supuesto puede ser de diferentes colores. Más tarde le damos un nombre, le hacemos su acta de nacimiento
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Baja California
En Baja California,
el Pronim atiende a los
alumnos de educación
inicial, primaria
y secundaria.
y nos ponemos de acuerdo para ver a qué grupo étnico pertenece. Para lograr esto, los profesores y los alumnos tenemos que investigar acerca del grupo indígena, de sus tradiciones, juegos y artesanías. Gracias a esta práctica, los niños comienzan a hablar de sus culturas, de sus viajes y sus experiencias”. La suma de acciones como las mencionadas ha logrado que el Pronim en Baja California continúe en el Programa Escuelas de Calidad y se consolide el enfoque intercultural en los proyectos didácticos, en las ferias de la lectura y matemáticas, en la miniolimpiada deportiva y en los encuentros regionales, donde se comparten las experiencias en el aula con docentes de otros estados. Además, durante estos años, se ha fortalecido el trabajo con el Sinacem, que nos permite dar seguimiento al proceso educativo de los niños migrantes en su trayecto por los estados, y que les proporciona mayores probabilidades de permanecer, concluir y certificar sus estudios de niveles de preescolar, primaria y secundaria. Cuenta la profesora María Amelia Valdivia acerca de uno de sus alumnos: “Por problemas familiares, el papá los había dejado, el niño estaba solo con su mamá
Pronim 30 años
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y quería ir a la escuela, pero a la mamá le resultaba un esfuerzo económico tremendo, además de que el niño se tenía que quedar a cuidar a los hermanos. Esto sucedió cuando comenzó el Programa y se abrió la guardería. Fue entonces que esta señora incorporó a sus hijos más pequeños a la guardería y el niño, que tenía ya 11 años y estaba apenas en segundo año y que era la burla de sus compañeros porque no sabía leer, desarrolló sus competencias lectoras de forma muy rápida y terminó el año súper agradecido. Me lo encontraba después y me decía ‘ella fue la maestra que me enseñó a leer y escribir’. Éstos son momentos en que piensas ‘algo está quedando’ ”.
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Baja California
Patio del campamento Bella Vista, equipado
gracias a la colaboración de los padres migrantes.
El “muñeco” es una
herramienta pedagógica
que fortalece el
desarrollo de las
competencias de los
alumnos del Pronim.
La infraestructura del Programa en Baja California es muy importante: además de los trabajos que se realizan en las escuelas generales, el Pronim cuenta con aulas equipadas con una cantidad significativa de materiales didácticos y pequeñas bibliotecas que también contribuyen a la educación de los hijos de los jornaleros agrícolas migrantes. Pero también es importante para el buen funcionamiento del Pronim el gran compromiso que muestran los docentes con su profesión, tal como lo reflejan las palabras de la profesora Edith Chavira: “Estos niños son una parte importante de México, son seres humanos. Son niños de primera; no deben recibir una educación de quinta. Tratamos de darles un lugar digno a los niños, una escuela de calidad”.
Pronim 30 años
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Gestión interinstitucional
E
l Pronim ha visto grandes avances gracias a sus gestiones interinstitucionales que han permitido crear estrategias de intervención integral para los hijos de los migrantes. Desde 2008 se han fortalecido los vínculos del Programa con otras instituciones, justo como sucede —por sólo mencionar algunos ejemplos— con la Sedesol, la Secretaría del Trabajo, el dif, las instancias de los gobiernos estatales y municipales, y los organismos internacionales como la Organización Internacional para la Migración (oim) o la Organización Internacional del Trabajo (oit). Los apoyos del dif son muchos. En varios campos agrícolas, por ejemplo, se cuenta con desayunos calientes. La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (stps) también se ha sumado y, gracias a ella, en 2011 se inició una campaña de difusión con muy buenos resultados para evitar el trabajo infantil: esta institución participó en las visitas a varios campos para verificar que no hubiera niños trabajando, y debido a esto, las empresas pudieron certificarse. También se han aplicado otras iniciativas que permiten el mismo objetivo. El año pasado, por ejemplo, en Baja California se implementó un estímulo económico a las familias con el fin de fortalecer la permanencia de los niños en las escuelas. Con estos fondos se evita que los padres compartan las labores de la tierra con sus niños.
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Baja California
Pronim 30 a単os
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Baja California Sur
Baja California sur 1994
E Las herramientas de aprendizaje están a
la mano de todos los
alumnos del Programa.
n Baja California Sur todo empezó en un campo agrícola cercano a La Paz. El rancho La Campana es muy grande, y recibía a muchísimos jornaleros migrantes. Ahí los profesores de las escuelas cercanas comenzaron a brindar educación a los niños. El tiempo pasó y las cosas cambiaron por completo: poco a poco, la coordinación interinstitucional y el apoyo de los productores dieron frutos, y lo mismo ocurrió con la capacitación, la infraestructura y las gestiones legislativas que dieron como resultado un constante incremento del presupuesto del Pronim. Hoy, los niños de Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Veracruz y Michoacán, que llegan a Baja California Sur se encuentran con un Programa sólido y en marcha que les da la oportunidad de tener una buena educación, que se ha visto enriquecida con el Programa Escuelas de Calidad. El profesor Antonio Miranda Alarcón, coordinador del Pronim en el estado, y también un migrante guerrerense, afirma que este Programa ha sido realmente benéfico: “Gracias a los recursos que la Coordinación Nacional ha gestionado, podemos dar a los niños lo necesario en cuestiones de material, de aulas. El Programa Escuelas de Calidad tiene una estructura de planeación estratégica donde tú diseñas tus metas del ciclo escolar y planificas las acciones que te ayudan a desarrollarlo. Esto
significa un recurso adicional para la escuela, para el beneficio de la institución y para el desarrollo de espacios de aprendizaje, tanto para el docente como para los alumnos. Es una gran satisfacción para nosotros desarrollar en los docentes esas competencias que les permitan ser gestores en beneficio de un colectivo”. La solidez y los avances del Programa están a la vista de todos. La infraestructura del Programa en Baja California Sur es muy importante: en 2012, el Pronim contaba con un centro preescolar, 16 primarias y una secundaria, a las cuales pronto se sumarán once planteles de educación inicial. Adicionalmente, los hijos de los jornaleros agrícolas tienen la posibilidad de asistir a escuelas generales de educación básica, desde preescolar hasta telesecundarias o secundarias federales, pues en muchos casos los transportan sus padres o existe un acuerdo para que alguien los lleve a clases. El 90 por ciento de los centros escolares del
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Baja California Sur
Los alumnos
egresados de
la primaria
pueden dar
continuidad a sus
estudios gracias
al proyecto de
Secundaria Migrante.
Programa es de concreto; éstos tienen salones con buena ventilación, iluminación y aire acondicionado. Antonio Miranda Alarcón precisa que en el programa se atienden de manera directa a 1 800 alumnos, a casi 2 400 en las escuelas generales y a cerca de mil niños en educación inicial, los cuales reciben educación gracias a 75 colaboradores del Programa. “El que regresen año tras año se explica por una razón casi obvia: nuestro servicio educativo se adapta a lo que ellos necesitan, pues los periodos agrícolas coinciden con el ciclo escolar, un hecho que nos permite brindar una atención de diez meses continuos, ya que en julio los administradores mandan a la gente a sus estados para que se regresen al inicio de la temporada. También contamos con el Programa Escuelas de Tiempo Completo. Todos los centros escolares del Pronim trabajan ocho horas corridas para que sus padres puedan laborar sin problemas”.
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Este Programa no sólo disminuye el rezago de algunos alumnos; también proporciona infraestructura, como nos hace ver la profesora Lilián Martínez Velázquez, quien señala que los “de la coordinación nos dieron las computadoras, los materiales didácticos, láminas y papel; también pagaron la cancha. La coordinación trabaja mucho junto con el empresario: llegaron las computadoras y el empresario pagó la mano de obra para la instalación. Sedesol puso dos salones”. En Baja California Sur, como en tantos otros estados, una de las prioridades es la formación de los docentes. Gracias a la articulación de los recursos es posible que sus sueldos mejoren un poco. Esto permite que se incorporen profesores con un perfil profesional más alto, que enfrentan mejor la diversidad cultural y desarrollan estrategias para que el niño logre un aprendizaje significativo y un importante desarrollo de competencias. Por ejemplo los docentes sudcalifornianos han participado en varios diplomados, entre los que destacan el coordinado por la unam y el dedicado a la cultura en lenguas indígenas. Uno de ellos, el profesor Geovanne Manuel Talamantes Carballo, nos habla del multiculturalismo: “Tengo un niño y una niña que hablan amuzgo, y yo estoy tratando de fortalecer
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Baja California Sur
El Pronim se encarga de que sus alumnos
conozcan el valor de una educación de calidad.
su autoestima y su necesidad de compartir. Cuando llega un niño con una lengua indígena, uno de los principales pasos que se debe dar es otorgarle su importancia y que vea que la suya es una lengua más, que no es un dialecto; que es una lengua que tiene una raíz, que tiene una redacción y una estructura propias”. Sobre el mismo tema, el profesor Antonio Miranda Alarcón afirma: “Nos enfocamos mucho en trabajar en las particularidades de la población, trabajar en la diversidad cultural y en la diversidad lingüística, en la inclusión, en la atención a grupos multigrado; nos enfocamos en que el docente tenga los estímulos para desarrollar estrategias que le permitan conseguir un aprendizaje significativo, desarrollar competencias, hasta donde sus posibilidades migratorias se lo permitan”.
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Por todas estas razones, en Baja California Sur no faltan las satisfacciones: “Esta historia me la sé porque ocurrió cuando yo me incorporaba al Programa —nos cuenta Miranda Alarcón—. Demetria, una niña que vivía en un campo agrícola cercano a La Paz, fue la primera alumna del Pronim que superó todas las eliminatorias de la Olimpiada del Conocimiento y se fue a la ciudad de México para representar al estado. Ella era tan buena estudiante y estaba tan bien preparada como cualquiera de los participantes del encuentro”. Asimismo, gracias a los apoyos del Pronim en Baja California Sur, los hijos de los jornaleros agrícolas participan en torneos de ajedrez y “juegan como profesionales”, también compiten contra las otras escuelas del estado en los encuentros de escoltas y se suman a los encuentros deportivos. Rolando Armenta, profesor de educación física en la escuela El Cardonal, nos cuenta que las actividades recreativas no tienen un límite de edad y que incluso los alumnos de diferentes escuelas se revuelven en un mismo equipo para que haya una nivelación: “El chiste es que participen, se diviertan y tengan una buena experiencia. De hecho, me tocó la gracia de ser la primera escuela migrante que entró a un torneo interescolar”. Al preguntarles a los colaboradores del Programa en el estado sobre el mayor logro del Pronim, la respuesta fue unánime: el reconocimiento. Si se quiere que un programa funcione tiene que consolidarse y ser aceptado por todos los involucrados, tanto por las personas que colaboran en él como por los beneficiarios. Hoy, en Baja California Sur, todos se sienten parte del Pronim. Las instituciones que participan en las mesas de coordinación interinstitucional, los productores, los docentes y las familias avanzan juntos gracias al apoyo de la Coordinación Nacional y, por supuesto, saben que están sembrando las semillas de una educación que transformará a los hijos de los jornaleros agrícolas migrantes. En palabras del profesor Miranda Alarcón: “Una de las bondades que tiene el Pronim es que somos una institución a la que nunca se les cierran las puertas, venimos de la sep, venimos de la escuela y entramos como Juan por su casa”.
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En Baja California Sur los alumnos cuentan
con instalaciones para las actividades físicas.
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Oaxaca 1996
E Cada año el Pronim
reparte útiles escolares y
uniformes a los alumnos.
n 1996, el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca inició la atención educativa a los hijos de los migrantes a través del proyecto Diseño de un modelo de atención educativa en el nivel primaria para niñas y niños jornaleros agrícolas migrantes. Al principio, los trabajos se llevaban a cabo en los pequeñísimos espacios caseros que prestaba alguna familia de la comunidad y, en otras ocasiones, se pagaba una pequeña cantidad como renta. Los docentes también eran pocos y los apoyos escasos; sin embargo, había que atender a los niños que regresaban de lejos y a los que llegaban con sus familias a los campos de trabajo. Incluso, en muchos casos, era necesario esforzarse para que los padres aceptaran que sus hijos fueran a la escuela. “El problema es la pobreza —nos comenta Agustín Sánchez Navariega, ex coordinador del Pronim en Oaxaca—, en muchos casos el papá no manda al niño a la escuela porque no tiene dinero para comprarle el cuaderno y el lápiz, por eso el Programa les da los útiles. Los altos índices de desnutrición los afectan, y lo mismo ocurre con las necesidades de sus familias. Cuando el papá está en la localidad, trabaja de jornalero y le pagan de 35 a 40 pesos por día, por eso se lleva a su hijo para que le entre o, si tiene su parcelita, se la deja a su cuidado”. Otros niños —como
nos cuenta Mario Alberto Vázquez, maestro multigrado del Programa— ayudan a sus familias dedicándose al comercio de las hortalizas que cosechan. Josefina Chávez García —profesora de cuarto año en San Felipe Apóstol— también tiene una opinión a este respecto: “Los niños que regresan después de andar por el norte no sólo necesitan atención, sino también cariño. Ellos podrían rendir más si no fueran tan pobres y por eso necesitan más estímulos que los que asisten a las escuelas regulares”. Incluso, en algunas ocasiones, los alumnos abandonan la primaria porque ya están grandes, tienen 14 o 15 años, así que les da vergüenza seguir ahí y que los más pequeños se rían de ellos. “Además está el multilingüismo” —comenta Sara Belén Olivera Cortés, maestra de preescolar—; algunos profesores no hablan zapoteco,
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En Oaxaca se impulsan
estrategias que
desarrollan en los niños
el sentido estético.
aunque lo aprenden poco a poco gracias a los niños. A ella no le gusta que los padres crean que la educación preescolar es como jugar a la escuelita, pues sólo les importa la primaria. A su salón, los chiquitos llegan sin cuaderno, sin lápiz y con poca higiene. “A veces me dedico a cortarles las uñas sucias y me doy cuenta de que traen las manos muy maltratadas. Desde esa edad ya hacen totopos y tortillas para vender, y también ayudan a sus familias en el campo”. A pesar de este panorama, las acciones para avanzar no se han detenido. Hoy día, en Oaxaca, el Pronim trabaja en 39 comunidades de 18 municipios, cuyos habitantes han tenido que optar por el ir y venir para ganarse el sustento. La población atendida, el número de docentes, los niveles escolares y la infraestructura han crecido de manera más que notoria:
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en el ciclo escolar 2006-2007, 87 docentes atendieron a 177 alumnos de preescolar y 1 790 de primaria; mientras que en el ciclo 2011-2012 más de noventa profesores se hicieron cargo de 1 042 alumnos de preescolar y 2 245 de primaria, los cuales son recibidos en once aulas móviles y algunos planteles regulares. El desarrollo del Pronim en Oaxaca puede explicarse gracias a tres peculiaridades: su calendario escolar, la coordinación interinstitucional y sus acciones. El Programa actúa durante los meses en que regresan las familias de los jornaleros y en los periodos en que arriban los que vienen de otros lugares a trabajar; así, cuenta con tres ciclos: enero-junio, julio-diciembre y noviembre-mayo. “Uno de nuestros logros —confirma Agustín Sánchez Navariega— fue poner en marcha un calendario escolar acorde con el ir y venir de sus padres, de tal suerte que pueda adaptarse a las características de cada localidad”. Al igual que en otros estados, el Pronim en Oaxaca fomentó la creación de nexos interinstitucionales que se fortalecieron poco a poco. En este rubro, el avance ha sido significativo. Muestra de ello es el papel que ha desempeñado la Sedesol en la construcción y el mantenimiento de la infraestructura educativa. Pero estas acciones —a pesar de su indiscutible valor— también fueron acompañados, al igual que en otras entidades, por un trabajo
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de planeación estratégica y autoevaluación. Justo por esto, los integrantes del Programa cursaron el diplomado de Planeación y Gestión Estratégica y, durante el periodo 20092010, llevaron a cabo un diagnóstico estatal titulado ¿Qué hemos hecho y hacia dónde vamos?, en el cual se contemplaron aspectos de carácter social, cultural y pedagógico, con el fin de conocer el estado del Programa. Por supuesto que este logro va de la mano de la capacitación docente que en el estado se ha desarrollado con buenos resultados. Además de esto, las acciones que emprenden los docentes que colaboran en el Programa utilizan los saberes y las experiencias que sus alumnos adquirieron en otros lugares. Porfirio García San Pedro —atp de la región de los Valles Centrales—, siempre trata de vincular sus enseñanzas con la historia de cada uno de sus alumnos: “Yo les digo: ‘platícame, cuéntame’ y busco la manera de conectar lo que ellos vivieron con lo que voy a tratar en mi clase”. El caso de Porfirio García San Pedro no es la excepción; Josefina Chávez García nos cuenta: “A mí me da mucho gusto cuando los veo trabajando en equipo, porque hay comunidades donde nos cuesta mucho trabajo que los niños socialicen con sus compañeritos; lo que más gusto me da es cuando ellos comparten sus experiencias entre ellos. Tengo un alumno que apenas llegó de Sonora y trae una vivencia muy diferente del que se fue a trabajar a Chihuahua, por eso siempre es interesante oírlos intercambiar sus historias personales”.
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En Oaxaca también se trabaja con el multilingüismo: “Aquí llegan nahuas, triquis, mixtecos y zapotecos —explica Agustín Sánchez Navariega—, y no es raro que en una misma aula tengamos niños que hablan en cuatro o cinco lenguas”. Esta realidad se enfrenta con la ayuda de los alumnos y los profesores bilingües, sin embargo existe el desafío de la organización de los salones multigrado y multinivel. Sin embargo, siempre se le encuentra el modo para salir avante: Mario Alberto Vázquez Hernández, por ejemplo, está escribiendo un pequeño diccionario del zapoteco para que sus alumnos “no pierdan su lengua natal, pues les sirve de mucho”, mientras que Josefina Chávez García ha optado por dar sus clases en español y zapoteco, “sobre todo cuando los alumnos no entienden muy bien el castellano. A veces nada más uso el zapoteco. Esto pasa cuando no se saben una palabra, cuando no pueden pronunciarla, entonces los saco de la duda y seguimos adelante”.
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Sinaloa 1997
L Sinaloa es uno de los
estados que recibe a
más migrantes, muchos de ellos estudian la
secundaria.
a presencia de los jornaleros agrícolas migrantes en Sinaloa hunde sus raíces en el siglo xix. Sin embargo, no fue sino hasta 1997 cuando comenzaron a llevarse a cabo las primeras acciones para brindar educación a sus hijos. Al principio surgieron las escuelas financiadas por la Fundación Ford y las creadas por la Asociación de Agricultores del Río Culiacán, y luego se sumaron las acciones de otras instancias para instalar los servicios en los campos hortícolas y cañeros. De esta manera, cuando el Pronim inició sus trabajos en esta entidad, la tierra ya era fértil; los productores participaban en la oferta de servicios educativos, las instituciones tenían cierta experiencia y el Programa se transformó en un catalizador de su trabajo. Hoy, el Pronim atiende en Sinaloa a la mayor cantidad de alumnos del país, cuenta con una desarrollada infraestructura, brinda servicios desde educación inicial hasta secundaria y ha sido pionero en muchas acciones que se llevan a cabo y se robustecen gracias al trabajo conjunto. Un ejemplo numérico de estas cualidades lo encontramos en la cifra de alumnos que se han incorporado al Programa: si en 2005 daba educación a casi cinco mil estudiantes, en 2011 la cifra rebasó los veinte mil. Pese a los importantes avances en el Programa en Sinaloa, el Pronim aún busca superarse. Sara Eduviges Alcaraz Barrera —una profesora
con gran experiencia en el Programa— nos cuenta que el principal problema al que se enfrentó fue la transformación de los espacios y los fines. Las aulas no podían funcionar sólo como guarderías, tenían que convertirse en verdaderos espacios educativos y eso, “aunque costó trabajo hace muchos años, ya lo logramos. Hoy, las escuelas del Programa son un ejemplo para todo el estado”. La diversidad lingüística de los niños que llegan de más de veinte estados a los campos sinaloenses tampoco es un contexto fácil de superar: “Lo más difícil que me ha tocado es dar clase a los niños que hablaban mixteco, pues no hablo las lenguas indígenas”, comentó Adriana María Cortés. Frente a este escollo sólo existe una posibilidad, buscarle el modo para encontrar soluciones viables, prácticas, simples.
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Los maestros de Sinaloa llevan sus labores más allá de las aulas.
Esteban Avendaño, profesor del Campamento La Flor II de Sinaloa, nos cuenta su experiencia: “Aquí, entre todos, hacemos lo posible por emparejar su nivel académico, por darles una educación de calidad. Si un niño sólo habla náhuatl o un poquito de español, nosotros, con la ayuda de sus compañeros que hablan la misma lengua, nos esforzamos para sacarlos adelante. A ese compañero lo llamamos colaborador lingüístico y nos apoyamos en él para integrar a los alumnos del grupo”. El sistema de enseñanza mutua no es algo fuera de lo común, en la mayoría de los campos donde trabaja el Pronim ocurren cosas parecidas. En la nueva Babel los obstáculos siempre pueden superarse: alguien puede ayudar, alguien puede traducir y enseñar a todos las palabras que suenan lejanas y que, en algunas ocasiones dan paso a lecciones difíciles de olvidar.
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La educación artística
es una prioridad para el
Pronim sinaloense.
Cualquier contexto adverso es siempre superado, pues los hijos de las familias migrantes tienen talentos especiales: “Aunque lo más difícil para nosotros es la enseñanza de la lecto-escritura, pues los niños vienen de muchísimos estados —afirma Sinthia Yanet Soto López—, ellos tienen capacidades muy desarrolladas en otras materias: son muy buenos en matemáticas y hacen las cuentas rapidísimo, pues tienen la experiencia de familias que trabajaban en el campo y cuyo salario depende, en muchas ocasiones, de que no se equivoquen con los números”. En Sinaloa, la afortunada combinación de libre comercio, que dio paso a la necesidad de proscribir el trabajo infantil y apoyar el desarrollo de los niños, y las labores educativas, dio como resultado uno de los proyectos más interesantes del Pronim: las aulas inteligentes. En estos espacios, que han sido reconocidos por la Organización Mundial de Comercio (omc) y la unesco, el Pronim combate el rezago con ayuda de una tríada educativa conformada por un maestro regular, un maestro de educación especial y un psicólogo. Se trata de un modelo de intervención que apoya el desarrollo educativo y crea ambientes propicios para el aprendizaje: “En el aula inteligente intervienen todas las disciplinas para crear un ambiente donde el niño aprende casi jugando”, nos cuenta Lucinda Ramírez, asesora del Pronim en el estado. Los estudiantes del Pronim en Sinaloa también se adentran en los saberes digitales, lo cual forma parte del trabajo nacional para acercar las computadoras a todos los alumnos, y son protegidos en casi todos los ámbitos de su vida. El trabajo de las psicólogas que ahí laboran es una muestra de este interés. No olvidemos que “las circunstancias afectivas de los alumnos —explica Bertha Gómez, la ex coordinadora del Programa en Sinaloa— son otra limitante para el aprendizaje. Muchas veces, la movilidad de estos niños los hace sentir que no son ni de aquí ni de allá y los obliga a enfrentarse a problemáticas que no tienen otros niños. Eso, naturalmente, incide en sus dificultades escolares”. Hortensia de Jesús Pérez Cázares, una de las psicólogas que trabajan en el proyecto del aula inteligente, nos comenta a este respecto: “Es muy importante que te des cuenta de los problemas emocionales del niño. Es impactante saber que por esta causa no pueden avanzar
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en su aprendizaje. Por eso los identificamos y trabajamos con ellos y sus familias. Yo creo que la terapia familiar ha sido una opción muy buena. Por esta razón, cuando se detecta a un niño que presenta algún problema, de inmediato empezamos a trabajar con él”. Otro de los proyectos que merecen destacarse es el de las Escuelas Inclusivas, en las que se desarrollan talleres de educación artística. Los alumnos aprenden danza, pintura y música. En fechas recientes, a través de una alianza con el ayuntamiento de Culiacán, los alumnos del Pronim reciben talleres basados en el método Orff de aprendizaje musical: “Un
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Las destrezas manuales se cultivan en las aulas.
Entre 2005 y 2012
la matrícula de servicios
en Sinaloa aumentó a más del doble de
alumnos de educación
inicial a secundaria.
curso de esta naturaleza ayuda muchísimo a los alumnos, no sólo en el área artística, sino que despierta sus sentidos y desarrolla el talento intelectual porque la música fomenta el desarrollo del hemisferio izquierdo del cerebro, y los vuelve más listos en matemáticas y todas las materias de ciencias”, cuenta la maestra Dolores Durán, licenciada en pedagogía musical. En estas escuelas también se ha gestionado el apoyo de asistencia alimentaria en el comedor escolar y la puesta en marcha de procesos de intervención en el aula, los cuales están caracterizados por sus acciones creativas e innovadoras. El desarrollo de este proyecto es digno de mencionarse: si en 2008 apenas se trabajaba en un albergue, en 2011 se llevaba a cabo en cinco albergues y seis escuelas de servicio general. Luego de pasar una rapidísima revista a estos hechos sólo queda una conclusión posible, la cual nos fue revelada por una profesora que colabora en el Programa: “Los niños migrantes —nos dice Marisol Medina— tienen los mismos derechos, las mismas necesidades de aprender, las mismas necesidades de sobresalir y el Pronim es la mejor oportunidad que tienen para acceder a una educación digna, de calidad, con profesores muy bien capacitados”.
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Sistema Nacional de Control Escolar de Población Migrante El Sistema Nacional de Control Escolar de Población Migrante (Sinacem) es una herramienta informática creada por la Subsecretaría de Educación Básica (seb) y fortalecida por el Instituto Politécnico Nacional. Este Programa cubre una de las necesidades más apremiantes del Pronim: saber a dónde se dirigen las y los niños y cuánto han avanzado en sus estudios para hacer posible la continuidad en su proceso de formación y brindarles mayores probabilidades de permanecer, concluir y certificar sus estudios. Su diseño operativo resulta congruente con el Programa, ya que se fundamentó en el análisis de su gestión y de su marco jurídico. El Sinacem está integrado por un conjunto de funciones interrelacionadas que forman un todo: obtiene, procesa, almacena y distribuye la información de los alumnos para apoyar la toma de decisiones y el control de la población migrante. Está pensado para usarse por vía internet. Esto significa que las distintas entidades federativas e instituciones participantes no tienen que configurar de forma especial sus equipos de cómputo para que puedan entrar, introducir y modificar datos, lo único que deben de tener es una computadora conectada a la red. Cualquier dato que se incluya en el Sinacem queda guardado en el sistema y, por estar en el servidor de la dgei, es visible para todas las entidades e instituciones participantes. Ha sido evaluado por organizaciones internacionales —como la oim y la oit—, las cuales lo consideran una práctica muy positiva por parte de México, pues nuestra nación es la única que cuenta con un sistema específico que da cuenta de las trayectorias académicas y la información socioeconómica de la población migrante. En este sentido, un objetivo adicional es integrar al Sinacem un sistema de información geográfica hasta ahora inédito en nuestro país. Pronim 30 años
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Hidalgo 1998
L En el campamento La Cruz de la colonia La Peña los estándares de calidad de la educación se han elevado.
os niños han cambiado mucho, “muchísimo más de lo que cualquiera se imagina —dice Maximino López Martínez, uno de los atp en Hidalgo—. Y es que el Pronim lleva varios años operando en el estado, y muchos niños que fueron alumnos ya son papás. Ellos tienen más conciencia de la importancia del estudio, y eso es muy satisfactorio. Cuando me incorporé al Programa, apenas había de dónde agarrarnos, sólo teníamos tres aulas móviles y los salones que la Sedesol nos prestaba en sus albergues. Las clases, en la mayoría de las ocasiones, eran bajo un árbol. Y sí, con el tiempo hemos crecido: ya hay aulas móviles, trabajamos en los albergues y, cuando los migrantes llegan a un campo con cierta regularidad, no importa si son de aquí o de otros estados, platicamos con las autoridades para conseguir un terrenito donde poder atenderlos. Muchas veces nos prestan uno para que instalemos aulas fijas o semifijas”. Las palabras de Maximino López Martínez muestran algunos de los logros alcanzados por el Pronim desde 1998, cuando inició sus acciones en el estado de Hidalgo, en el Valle del Mezquital. En efecto, durante más de una década, el Programa ha creado y fortalecido las acciones interinstitucionales, ha desarrollado su infraestructura y su planta docente, al tiempo que ha aumentado la capacitación para la misma:
“Tenemos que apostarle a la formación de los docentes, de ella depende en gran medida la educación. Nosotros tenemos que darles una nueva visión de su trabajo, tenemos que aprender de las experiencias de otros estados, hacer nuestros los saberes lejanos, pues ya estamos en una situación muy distinta a la del comienzo del Programa en el estado”, nos dice Jorge Mejía Tena, coordinador del Programa en Hidalgo. Actualmente, el Pronim tiene 24 maestros en los campos de trabajo. Algunos cumplen funciones como docentes y asesores. Como el Programa trabaja en siete centros, en cada uno de ellos existe un profesor que desarrolla funciones de asesoría. La mayoría son licenciados en educación y casi el 90 por ciento está titulado. Esto se debe a una peculiaridad del Pronim hidalguense: para muchos docentes, el trabajo con el Programa es una actividad adicional a la que realizan en las escuelas regulares. “El Pronim tiene que trabajar con estos niños, porque ellos vienen con ganas de estudiar, pero también vienen a trabajar; los que están aquí trabajan en la mañana, pues se van con sus papás al campo; tenemos que adaptar las clases al poco tiempo que están con nosotros”, nos comenta la profesora Edith Mendoza Barrera, quien está satisfecha con los resultados alcanzados por su grupo: “La educación que damos es buena. Si se le aplica un examen a un niño de escuela regular y a un niño Pronim, los dos empatan; es más, estoy segura de que el niño Pronim podría sacar mejores calificaciones”. El panorama al que se refiere Edith Mendoza Barrera también está vinculado con el cansancio de los niños que ayudan a sus padres; sin embargo, en las aulas donde opera el Programa se hace todo lo posible para aprovechar y potenciar el interés de los alumnos: “Me sorprende la energía de los niños —dice Araceli Montero Pérez—, porque, después de que trabajan todo el día, es increíble lo que pasa con ellos cuando llegan a los salones. El mismo trabajo y las técnicas que usamos los hacen despertar y participar, aunque también hay niños que están demasiado cansados y se quedan dormidos”. Al igual que en los otros estados, el reto de la interculturalidad se hace presente en Hidalgo y se supera de buena manera: “Desde que entré al Programa me han tocado alumnos que hablan tlapaneco, mixteco, náhuatl y amuzgo —nos dice el profesor Juan Carlos Jiménez
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La expresión artística siempre tiene un impacto positivo en el desarrollo infantil.
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Barrera—, por eso ya me sé algunas palabras en todas esas lenguas. Afortunadamente, los niños me han enseñado lo básico, porque es muy difícil pronunciar como ellos lo hacen; por eso siempre me están corrigiendo: ‘maestro, tú no sabes’, me dicen muchas veces. Por esta razón, en cuanto llegué al campamento, les hablé en mixteco. ‘Maestro, ¿quién te enseñó?’, me preguntaron los niños. Yo sabía que si hacía esto, los alumnos me tendrían confianza de inmediato”. La profesora Araceli Montero también nos cuenta del enriquecimiento cultural que ocurre en las aulas de Pronim: “Las satisfacciones han sido muchas. Convivir con ellos es una experiencia cultural enorme, porque ellos no solamente están en este lugar, van a otros estados, conocen a otro tipo de personas, otro tipo de costumbres y cuando
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Los niños migrantes en Hidalgo ahora saben que la educación es una herramienta indispensable para construir su futuro.
vienen lo comparten: ‘fíjese maestra que estuvimos en tal lado’. Aprendo cada día de ellos”. Por supuesto que el Pronim también ha fortalecido su capacidad de atención: durante el periodo 2006-2012 el Programa brindó educación a 632 niños de nivel preescolar y 2 108 de primaria. Sin embargo, el incremento de la población atendida está determinado por lo que ocurre en los campos: “Muchas veces no siembran tantas hectáreas y las familias no llegan o tienen que irse, entonces nos sobra un maestro y por eso lo destinamos a otro centro de trabajo donde falten docentes”, explica el coordinador estatal de esta entidad. La infraestructura del Programa ha cambiado muchísimo desde los primeros días en el Valle del Mezquital. “Cuando iniciamos —nos dice
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José Luis Olvera Trejo— no teníamos infraestructura, trabajábamos donde se pudiera”; sin embargo, hoy la situación es distinta. En los albergues se utilizan las instalaciones de la Sedesol y se cuenta ya con las aulas móviles que se adquirieron con recursos federales. En efecto, “la mayoría de los campamentos ya tienen aulas móviles. Tenemos pocas necesidades de este tipo de salones, salvo que por ahí haya un campamento nuevo, entonces vamos e instalamos las carpas, pero esto sólo sucede porque ahí surgió la necesidad; pero donde ya identificamos que llegan las familias, ahí están instaladas las aulas”, comenta el coordinador estatal del Programa.
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En Hidalgo, el Pronim comenzó sus operaciones en el Valle del Mezquital.
“Una de mis mayores satisfacciones es trabajar en el Pronim —afirma Ana Lydia Benítez Hernández—, pero la más grande es ver cómo los niños se desenvuelven y cómo llegan contentos a los salones. Me encanta que me digan: ‘maestra, vamos a cantar; maestra, vamos a bailar; maestra, vamos a trabajar en la libreta’. No hay nada más bonito que empiecen a interesarse por la escuela, que quieran progresar. Yo siempre les pregunto a los chiquitos: ¿qué quieres ser de grande?, y ellos me contestan: ‘Yo quiero ser como tú, maestra’. Su respuesta me llena de gusto”.
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Sonora 1999
D Escuela primaria y secundaria en la casahogar Todos Somos Hermanos, Hermosillo.
esde hace muchísimos años, los migrantes y sus familias siguen llegando a Sonora. No en vano, Jesús Clemente Soriano —un profesor del Pronim que trabaja en el Campo Santa Rosa de la costa de Hermosillo— está convencido de que “nada puede hacerse contra el ciclo agrícola: las plantas se siembran en distintos tiempos y las cosechas se levantan en diferentes meses. Así es, y no hay de otra. Por esa razón, la gente del sur viene a Sonora. Unos llegan para trabajar y buscar mejores oportunidades, otros nada más vienen para pasarse al otro lado”. Desde hace algunas décadas, los hijos de las familias migrantes que han llegado a este estado comenzaron a ser atendidos en las escuelas primarias generales, las cuales recibían el nombre de “escuelas de concentración”; sin embargo, a partir de mayo de 1999, el Proyecto de Investigación e Innovación Educación Primaria para Niñas y Niños Migrantes transformó por completo el panorama, pues dio paso al Pronim. Los logros del Pronim en Sonora, sin temor a la exageración, pueden ser calificados como espectaculares: de 2006 a 2012, su presupuesto pasó de poco menos de medio millón de pesos a más de 17 millones, un logro estrechamente vinculado con las gestiones desarrolladas por la dgei; en el mismo periodo, la población atendida pasó de poco más de mil
alumnos a más de 2 500. Con los niveles educativos ocurrió exactamente lo mismo: si al principio sólo se ofrecía educación primaria, hoy se atiende en preescolar, primaria y secundaria. El desarrollo de la planta docente también muestra resultados muy parecidos, pues si en 2009 apenas 50 profesores colaboraban con el Programa, hoy el número se ha triplicado y lo mismo ha ocurrido con su infraestructura, su coordinación interinstitucional y el uso del Sinacem, que ha permitido que la totalidad de sus alumnos certifiquen sus estudios, esto por sólo mencionar algunos de los indicadores más relevantes. En Sonora, la situación es halagüeña y avanza por distintos caminos. Cuando la doctora Rosa María Esquivel se hizo cargo del Programa, en 1998, apenas tres planteles del Pronim estaban considerados como Escuelas de Calidad; hoy, la cifra ha llegado a 35. La explicación de estos números es sencilla: “Nosotros le apostamos a la planeación estratégica y la profesionalización de los docentes, por eso promovemos la capacitación conjunta, y en cada curso amarramos los compromisos y los acuerdos a los que tenemos que dar seguimiento y acompañamiento. Esto fue lo que nos permitió certificar nuestro programa de capacitación”. Cinco de los planteles del Pronim ya forman parte del Programa Escuela Siempre Abierta, que otorga a los alumnos la oportunidad de tener un espacio de estudio durante más tiempo y, con esto, impulsa a los niños rezagados. Rosa María Esquivel Mendívil asegura que “no es un juego el entrarle a abatir el rezago educativo, a brindar el derecho que tienen los alumnos de tres a dieciséis años de cursar su educación básica. Hay toda una normatividad que nos permite operar y nosotros no vamos a hacer otra cosa que ponerla en práctica. Tenemos todo para hacerlo”. Sobre estos aspectos Rosa María Pulido Acuña, coordinadora de seguimiento del Pronim, nos comenta: “Nosotros queremos a los mejores profesores. ¿Cómo lo vamos a lograr? Muy fácil, sensibilizándolos, capacitándolos. Evaluamos a los docentes desde el proceso de contratación, pues estamos buscando a los que tengan el perfil idóneo. Ellos tienen el apoyo de un equipo multidisciplinario para atender las necesidades de los hijos de los migrantes, pues estos niños necesitan
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La atención a alumnos menores de tres años se da hoy desde el ámbito educativo.
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Las clases de educación física permiten a los alumnos del Pronim desarrollar su imaginación y creatividad, a la vez que fortalecen sus capacidades motoras.
otro tipo de estrategia para aprender. Por eso debemos garantizar que el maestro esté capacitado, que pueda y sepa trabajar más con los padres de familia, ya que los resultados dependen en gran medida del apoyo de la comunidad”. Dentro del grupo multidisciplinario que apoya a los profesores destacan los atp, sobre los cuales nos comenta Jesús Adán Méndez Gastélum, un asesor escolar que tiene a su cargo diez planteles: “Mi tarea está más enfocada a lo pedagógico, a buscar que los maestros tengan las condiciones, las herramientas, las metodologías y las estrategias para sacar adelante a su grupo. Ésta es mi principal actividad; por eso también me toca ofrecer capacitaciones a mis docentes, mensualmente hago una reunión con ellos: ahí veo sus habilidades, que son muchas, pero también encuentro las cosas que se pueden mejorar, las oportunidades de desarrollo, y ésas son las que asumimos en los talleres y en las reuniones. Además, hago visitas de observación, de acompañamiento, y al final me quedo con el docente y platicamos sobre lo que yo miré y sobre las maneras en que pueden mejorar sus clases”. Una forma de aquilatar los logros del Pronim sonorense son sus alumnos. Sobre ellos nos habla Olga María Pérez Hernández, directora del plantel La Ciudad de los Niños: “Mi mayor satisfacción es ver a los alumnos. Es necesario estar aquí para mirar cómo llegan los niños y cómo regresan a saludarnos, cómo nos dicen que no se quieren ir. Esto quiere decir que estamos trabajando bien, que estamos haciendo algo bueno por ellos. Ése es el papel que tenemos que desempeñar. Los queremos mucho; somos maestros, enfermeros, amigos. Siempre estamos para lo que se les ofrezca”. Por supuesto que, además de los alumnos, están los profesores y ellos también sienten algo muy especial por el Programa: “No sé qué tiene el Pronim —nos dice Aída de Hoyos Oros—, pero te absorbe, te jala, pese a que te resistas; cuando empiezas a trabajar, te enamoras del Programa, te enamoras de los niños y te pones la camiseta. Y a los pocos días, aunque te la quieras quitar, no puedes, es algo que ya no está en uno”. Ramona Guadalupe Soto Cruz nos cuenta que los niños de Pronim “son los que me dan la fortaleza para seguir adelante, que a pesar de que el camino sea espinoso, siempre habrá esas caritas alegres, con sus sonrisas esperando ansiosas por entrar a la escuela y aprender muchas
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cosas nuevas. Estos niños me han demostrado que ni la falta de cariño les impide enfrentarse a la vida con todas sus adversidades para buscar un destino diferente al que actualmente tienen”. Además del trabajo en los campos y las aulas, en Sonora el Pronim debe lograr que los alumnos puedan mantenerse en la escuela y minimizar su vulnerabilidad. Como la frontera del estado es larga, y a veces porosa, muchos migrantes llegan con la idea de cruzar a Estados Unidos; y otros, después de que son atrapados por “la migra”, terminan deportados. Por esta razón, el Programa creó tres albergues que se llaman Camino a Casa, donde los hijos de los migrantes y los repatriados reciben vestido, comida y atención, mientras se obtienen los recursos que les permitirán llegar a donde tienen que llegar: a sus comunidades de origen o, en algunos casos, a una ciudad que está más allá de la frontera. Incluso, en este estado, el Programa ha buscado recuperar las voces de los siempre silentes gracias a un libro donde se da cuenta de las historias de vida de los alumnos, los docentes y los padres de familia. Dejando huella van caminando se llama la obra, y ese mismo título recibió la convocatoria que permitió recuperar sus palabras. Rosa María Esquivel, al igual que todas las personas que trabajan y apoyan al Programa, también sueña con el futuro: “Si bien es cierto que han ocurrido muchos cambios, todavía nos queda mucho por hacer. En estos momentos ya estamos visualizando que el Pronim ofrezca educación media superior. Frente a nosotros están las condiciones para lograrlo y nosotros podemos trazar ese camino para llegar a la meta”.
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Niños de la primaria Venustiano Carranza del Pronim, en el ejido La Habana, municipio de Hermosillo.
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Presupuesto
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a Dirección General de Educación Indígena ha presentado, ante las diferentes comisiones del Congreso de la Unión, una serie de análisis de las labores, de los avances y los retos del Pronim con el fin de lograr ampliaciones de su presupuesto. Gracias a esto, los recursos asignados al Programa pasaron de menos de diez millones de pesos en 2002 a más de doscientos en 2012. Esto se ha reflejado directamente en la calidad de los servicios educativos que se ofrecen a las poblaciones atendidas. Adicionalmente, el Pronim presenta otros informes: cada trimestre da cuenta ante la Cámara de Diputados de los avances en materia de equidad de género y del cumplimiento de sus indicadores. El presupuesto que se recibe se asigna a los estados a través del análisis que realiza la dgei para valorar las principales necesidades y objetivos del Programa: abatir el rezago educativo, mejorar la gestión, fortalecer la formación docente, adquirir materiales didácticos, llevar a cabo reuniones nacionales y difusión. El incremento del presupuesto, la planeación estratégica y la gestión interinstitucional se encuentran entre los mayores logros del Pronim.
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Morelos 2002
E Alumnos nahuas de la escuela Temi Meztli del albergue La Okra, en el municipio de Jojutla.
n el estado de Morelos —afirma Fany Marisol Rodríguez, coordinadora del Pronim en el estado—, “hemos acumulado una buena experiencia, pues el Programa funciona desde hace más de una década, y esto nos permite dar una muy buena atención a los hijos de los migrantes”. En efecto, los años no pasan en vano y las cifras así lo demuestran: en este estado, el Pronim ya amplió su cobertura a nivel secundaria, y, si en 2007 sólo tenía cinco primarias, en 2011 la cifra se multiplicó hasta llegar a once preescolares, doce primarias y tres secundarias y presta sus servicios en siete campamentos, que en conjunto dieron cobertura a 667 estudiantes. A ellos, para valorar con justicia los resultados, se deben sumar los más de dos mil niños que reciben paquetes escolares en las primarias regulares. “Nosotros entendemos —continúa Fany Marisol Rodríguez— que el Programa no puede terminar de manera automática con la pobreza. Ojalá así fuera, pero pensamos que el objetivo del Pronim es otro: contribuir a que se mejoren las condiciones de vida gracias a la atención integral que implica ofrecer educación, salud y alimentación. Si los niños y jóvenes tienen estas tres cosas, su futuro podrá ser mucho mejor que el de sus padres”.
En el ámbito educativo, uno de los logros más interesantes que se han dado en Morelos es la incorporación de nuevas tecnologías. Los colaboradores del Programa sabían que los niños migrantes no tenían acceso a las computadoras ni a la red, y estaban convencidos de que esas tecnologías eran llamativas y que la mayoría de los alumnos se engancharían con ellas. Ésa era la mejor opción para tratar de arraigarlos a la escuela. Gracias a estos trabajos, la Secundaria Migrante no sólo les permite mantener a los alumnos, sino que también abre la posibilidad de conjugar la tecnología, los libros de texto y sus trabajos cotidianos, para darles la oportunidad de acceder a la educación media superior sin limitantes. En Morelos, la implementación de la Secundaria Migrante sólo muestra una faceta de los logros, pues la participación de las comunidades escolares, de las distintas instancias gubernamentales y de la iniciativa privada también es determinante: “En las escuelas, nosotros no vamos solos; sin la ayuda de los padres estaríamos perdidos. Por ejemplo, en las que están en los campamentos, no hay personal de intendencia, por eso cuando la zafra está a punto de empezar se hacen asambleas para instalar los comités que se encargan de ayudar al plantel. Si a los padres no se les pide nada y sus niños reciben todo el apoyo, lo natural es que ellos se comprometan y asuman una corresponsabilidad. También contamos con otros apoyos, pues además del gobierno del estado y las mesas de coordinación interinstitucional, que juegan un papel determinante, muchos productores ya se sumaron al Programa: primero fueron los cañeros, que construyeron algunas escuelas; después siguieron los productores de okra y otras hortalizas que nos están ayudando a instalar aulas semifijas en sus campos. La labor conjunta es fundamental para el Pronim”, nos comenta la profesora Fany Marisol Rodríguez y agrega: “Hay muchas tareas todavía pendientes de tachar en la lista. No es fácil; elaborar y revisar los proyectos de secundaria nos ha llevado un tiempo, pero también es un bálsamo para nosotros saber que dejamos un legado que permanece”. Con respecto al trabajo interinstitucional, ella opina que “cada entidad trabaja de manera muy diferente; por ejemplo, en Morelos tenemos una muy buena mesa interinstitucional conformada por
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La Secundaria Migrante permitirá que los niños migrantes continúen sus estudios.
Derechos Humanos, la Sedesol a través del Programa de Asistencia a Jornaleros Agrícolas ( paja ), la delegación de la stps y Conafe, que trabajan de forma conjunta en la educación de los hijos de los jornaleros agrícolas migrantes”. Pero las acciones de los colaboradores morelenses no sólo están vinculadas con las mesas de coordinación interinstitucional, con los productores y la Coordinación Nacional del Programa. Ellos también han creado vínculos con la gente de otros estados: “Me he reunido con los profesores de Baja California, Sonora y Oaxaca; he compartido con ellos mis experiencias y ellos también me han mostrado su manera de trabajar, cómo arman sus proyectos, la manera como han superado los obstáculos que se les presentan todos los días… esas cosas son las que más me han enriquecido”, afirma el profesor Homero Bonilla, quien trabaja en el albergue Atlacholoaya. Una de las cosas más importantes que están ocurriendo en Morelos es la instalación en los albergues de los comedores que reciben a las familias de los jornaleros agrícolas migrantes. En estos campamentos
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ya se está implementando un menú avalado por la ss. Esto significa que los niños coman con calidad y no en cantidad. Mucha gente piensa que los jornaleros no tienen los mismos conocimientos que los alumnos de las escuelas regulares, pero esta creencia sólo es una manera de ocultar la discriminación. En Morelos los vemos participar en los parlamentos infantiles, donde presentan sus sueños ante los diputados. Ellos no tienen miedo de hablar en público y de actuar como líderes, como representantes de las causas más justas. Ernesto Romero —atp de Morelos— comparte este orgullo: “A nuestros niños siempre les va muy bien en los concursos, pero lo mejor es que
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Fomentar la equidad de género es una prioridad para el Pronim, tanto en Morelos, como en todo el país.
quieren superarse. El Programa les abrió el mundo y, ahora, tenemos que lograr que nada los pare”. A pesar de los logros, Fany Marisol Rodríguez está convencida de que es necesario fortalecer el Programa: “Necesitamos vincularnos con todas las instancias que otorgan apoyos económicos a los grupos más vulnerables; pero no sólo tenemos que hacer esto, requerimos que los comedores queden perfectamente establecidos y que se extiendan, que los productores y las confederaciones se preocupen todavía más por los hijos de los migrantes y, sobre todo, tenemos que echarle ganas para que los niños lleguen a nivel medio superior. Ése sería el gran cambio para todos ellos.
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Puebla 2003
E En el tercer trimestre de 2012, el Pronim de Puebla daba atención a más de 875 alumnos.
n 1997 se iniciaron en Puebla las acciones para atender a los hijos de las familias migrantes. Comenzaron con un programa que llevaba por nombre Viajo, estudio y aprendo, el cual operaba en la Sierra Norte; posteriormente, en 1998 y 1999, la Organización de Estados Americanos (oea) se sumó a esta contienda; sin embargo, no sería sino hasta el ciclo agrícola 2002-2003 cuando el Pronim comenzó a trabajar en la entidad. A partir de ese momento los avances fueron notorios y, para muestra, veamos algunos de sus resultados. Si en el ciclo agrícola 2004-2005 el Programa dio atención a 650 alumnos gracias a 54 docentes, en el periodo enero-marzo de 2012 los estudiantes ya sumaban 875 y a los profesores se habían agregado cinco atp y un asesor estatal. Algo muy parecido ocurre con su geografía, pues hoy el Programa trabaja en 32 fincas cafetaleras y lo mismo sucede con su infraestructura y sus logros. El número de aulas móviles se ha incrementado notablemente, las entregas de útiles y materiales didácticos cada vez son mayores, la capacitación de sus docentes cada vez es mejor y las acciones con las familias migrantes se han multiplicado. Así, desde el momento en que el Programa comenzó a operar en el estado, los logros son notables: la creación y el fortalecimiento
de las mesas de coordinación interinstitucional que permiten potenciar los apoyos, el desarrollo de la infraestructura educativa del Programa, la capacitación de los docentes, la labor cotidiana que convierte en realidad las propuestas y la posibilidad de ampliar el servicio educativo a la secundaria, que pronto comenzará a funcionar para recibir a los hijos de los jornaleros migrantes, son una muestra de estas acciones. “En Puebla las escuelas del Programa, a diferencia de las generales —nos dice Bartolo García Luna, quien se hace cargo del Pronim en el estado—, sólo funcionan seis meses, por eso tenemos que dosificar los programas para cumplirlos en este lapso. El principal obstáculo al que nos enfrentamos es el precio del café. Cuando sube, mucha gente llega para entrarle al corte, porque la paga es buena; pero, cuando el precio baja, pues pasa lo que tiene que pasar: los migrantes tienen que buscarle en otros campos. El valor de la mano de obra siempre cae al parejo del grano. Por esta razón tenemos que movilizar a los docentes de un lugar a otro; sin embargo, lo que realmente importa es atender a los hijos de los jornaleros de manera completa y en los momentos en que tengamos oportunidad para hacerlo. Aquí, en la Finca Puebla, damos clase en la tarde y en la noche, de seis a ocho o de siete a nueve. No hay de otra más que adecuarse a las condiciones que se presentan en el sitio donde está la escuela”. En todos los planteles donde opera el Programa, la interculturalidad se muestra vigorosa. Las distintas lenguas se unen en los salones y lo mismo ocurre con los usos y costumbres de los distintos grupos que llegan para cortar las cerezas del cafeto. “Aquí se intercambian experiencias lingüísticas, culturales,
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El servicio educativo del Pronim se adapta a las necesidades y horarios de sus alumnos.
culinarias… vamos, de todo tipo —dice Bartolo García Luna—. En cada una de las clases se mezclan las palabras en náhuatl, tutunakú y hñañhu, la diversidad siempre está presente en las fincas”. Sin embargo, esta diversidad también representa dificultades: “Muchos niños no saben leer ni escribir. Y uno que otro apenas habla español —nos comenta Abigail Graciano Ramos, una de las profesoras de la Finca Puebla—. En estos casos, nuestra mayor urgencia es enseñarlos a leer, a pronunciar cada sonido, a escribir las palabras. Ellos aprenden muy rápido, pero nunca faltan problemas. A veces, cuando regresamos del fin de semana, algunos niños ya se fueron para otro lado y los recién llegados están en sus lugares. Entonces tenemos que volver a empezar”. Sabino Hernández Reyes —enlace regional del Pronim en la Finca Puebla— nos detalla esta problemática: “Algunos jornaleros, si no se ambientan en el campo al que llegan, se regresan a sus comunidades, aunque se les ofrezca mejor paga y comida. Nada más se quedan una semana, cobran y se van. Como son muy solidarios, también los siguen sus amigos”. A la falta de continuidad, por lo menos en el caso de las fincas cafetaleras de Puebla, se suma el cansancio: “Aquí —nos dice Yeni García Morales, maestra multigrado de la Finca Puebla— les damos clase a los niños jornaleros que también vienen a trabajar. Las clases son en la noche, cuando regresan del corte. Hay otros que cuidan a sus hermanitos o que ayudan en casa para que sus padres puedan darle duro a la chamba. Por esta razón, los niños llegan muy cansados a las aulas. Aunque son muy activos, como a las nueve de la noche siempre nos dicen: ‘maestra ya tenemos sueño, ya vámonos a dormir, mejor le seguimos mañana’ ”. Yeni García Morales nos cuenta una experiencia gratificante: “Mi mayor satisfacción es ver a los niños que, a pesar de todo el trabajo que tienen que hacer, traen una sonrisa en la cara. Ver a los niños con la carita feliz y decir: ‘ay, tenemos a nuestra maestra’ ”. Mientras que Daniela Romero García — atp en una de las fincas cafetaleras de Puebla— se enorgullece de lo que diariamente sucede en su salón:
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“Lo primero que me llena de gusto son los padres que apoyan a sus hijos para que vengan al salón. Sin esto, lo demás no existiría. Cuando pasamos esta barrera, que es la más difícil, las alegrías se dan a cada momento. Mírelos, algunos no sabían agarrar el lápiz y ya empiezan a escribir sus primeras palabras… véalos cómo reconocen las letras, cómo están leyendo de poquito en poquito. Esto es maravilloso y, cuando los veo, sólo puedo decirme a mí misma: ‘ya cumplí, yo soy parte de ese conocimiento’. Es lindo darles las primeras herramientas”. No todas las satisfacciones están vinculadas con los alumnos y los padres, Adelaido Díaz Díaz —supervisor de la zona 310 de Puebla— tiene otros motivos de orgullo: “Los maestros del Pronim, sea por convicción propia o por vocación, casi siempre les ganan a los de las escuelas regulares. Tal vez esto se debe a que ellos están más cerca de la gente, a que viven en carne propia las dificultades de los más pobres”. Incluso los becarios que colaboran con el Programa dejan sus aulas los fines de semana para asistir a la Universidad Pedagógica Nacional (upn) para fortalecer sus saberes y habilidades. El camino del Pronim en Puebla aún es largo. Sin embargo, el paso firme y seguro da la certeza de que los colaboradores del Programa caminan hacia nuevos y mayores resultados. Nos dice Adelaido Díaz: “Yo veo que la aventura del Pronim apenas empieza, pero pienso que tiene futuro porque en vez de reducirse, se va ampliando, se fortalece. Y esto sucede porque los mismos padres se sienten a gusto de que sus hijos están aprendiendo”.
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La lecto-escritura es una de las prioridades del Programa.
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E Gracias al Pronim, la educación básica es una realidad para los niños migrantes de Nuevo León.
l Pronim inició sus actividades en Nuevo León hace casi diez años. Sus primeras acciones se llevaron a cabo en la escuela primaria Venustiano Carranza de la comunidad Las Palomas. Ahí se atendía a tan sólo 43 alumnos cuyas familias provenían de Sinaloa. Sin embargo, a partir de enero 2004, los responsables del Programa iniciaron una serie de acciones con miras a fortalecerlo. Los trabajos de difusión y las labores de diagnóstico se pusieron en marcha para superar el primer escollo: “Nadie creía que tuviéramos migrantes en el estado —nos dice Melva Martínez García, coordinadora del Programa en la entidad—, los jornaleros agrícolas eran invisibles. El mayor trabajo fue convencer a la gente de que ahí estaban y que era necesario entrar a los campos. Por eso nos fuimos a buscarlos, visitamos muchos lugares e investigamos todo lo que pudimos, pero los momentos definitivos ocurrieron en 2008 cuando se juntaron dos situaciones: el arranque del paja, en el que participan muchas dependencias, y una reunión que tuvimos en el municipio de Cadereyta con los productores. Ahí, por primera vez, logramos sumar esfuerzos y hacer visibles a los invisibles”. Así, a partir de 2008, el Pronim comenzó a avanzar con paso firme y seguro: el número de alumnos atendidos se multiplicó en varias
ocasiones y lo mismo sucedió con los niveles educativos. Si en 2003 apenas se trabajaba en una escuela con 43 alumnos, en el ciclo escolar 2011-2012 la cifra ha crecido hasta sumar 1 348 hijos de familias migrantes que reciben atención por parte del Programa. Lo mismo ha ocurrido con los niveles educativos y la infraestructura. Además del trabajo que desarrolla en muchas de las escuelas generales, el Pronim cuenta con cinco aulas móviles y está instalando una más en el campo Santa Cruz de la Hacienda Chihuahua, donde se brindará educación inicial en el turno matutino y educación para adultos en el vespertino. “Nosotros —afirma Melva Martínez García— también estamos a punto de iniciar una nueva modalidad de educación inicial. Esta modalidad no sólo nos permitirá ampliar nuestros servicios, sino que también abrirá la posibilidad de que las esposas de los jornaleros vivan una nueva experiencia”.
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En Nuevo León el material didáctico está siempre disponible para los niños de preescolar.
Por lo que se refiere a la educación secundaria, María de Guadalupe Santana Saucedo comenta que están “impulsando el proyecto de la telesecundaria que se apoya en la Secundaria Migrante, porque los hijos de jornaleros agrícolas que pueden asistir o que ya van a la secundaria no están precisamente cerca del centro o de los municipios; ellos están en los campos, en los ejidos, por eso se está creando un proyecto de esta naturaleza”. Otro caso interesante son los cuadernillos que el Pronim editó para que los niños, cuando regresan a sus comunidades de origen o parten hacia otros campos de trabajo, tengan un material que les permita repasar lo aprendido y avanzar en sus conocimientos. Al igual que en otros estados, el multilingüismo también se hace presente en Nuevo León. Angélica López Padrón —profesora de la escuela Melchor Ocampo— nos cuenta su experiencia: “Yo no hablo
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náhuatl pero muchos de mis alumnos sí, y por eso me cuesta mucho trabajo sacarlos adelante. Muchas veces me ayudan sus hermanos mayores o sus compañeros que son bilingües. Pero el Pronim también me ayudó de otra manera; una vez que fui a una de las reuniones nacionales del Programa, estuve platicando con otro profesor, quien me enseñó algunas nociones de esta lengua, y así, poco a poco, seguí aprendiéndola gracias a los alumnos”. El director de este mismo plantel, Guadalupe García Martínez, comenta: “Decía un maestro venezolano que el hecho de tener presentes en el aula elementos de la cultura de los niños refleja la inclusión o exclusión que hacemos de ellos. Retomé esta idea en el aula, y por eso pegamos palabras en náhuatl dentro de los salones. Estamos haciendo esfuerzos importantes para fomentar la interculturalidad”. Uno de los principales objetivos del Pronim en Nuevo León es la capacitación y la profesionalización de sus docentes. En este ámbito, uno de sus logros más importantes también ocurrió en 2008, cuando se creó el diplomado Fortalecimiento para la Atención Educativa Impartida a Alumnos Migrantes, en la Universidad de Monterrey. Esta acción se ha desarrollado gracias a un proceso de mejora constante. Además de este diplomado, se llevan a cabo acciones de capacitación que también tienen una gran importancia para el proceso educativo: “Gracias a los cursos que tomamos —afirma Luis Humberto Rosales Galera, profesor y director de la escuela José Leal Palomo— nos hemos concientizado sobre la situación que viven los hijos de los jornaleros migrantes, descubrimos que tenemos que tratarlos de otra manera y que también debemos respetar sus costumbres, su manera de vivir. Gracias a ello podemos proporcionarles una edu-
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Uno de los logros del Programa en Nuevo León ha sido trabajar con los ficheros y materiales de contenidos básicos que proponen el Pronim y la rieb.
cación que fortalezca su identidad y los dote de las competencias necesarias para que salgan adelante”. Por supuesto que, además de las capacitaciones, el Pronim ha apostado al robustecimiento de su infraestructura: no sólo dota a las escuelas y los salones de mobiliario y materiales, sino que también ha adquirido aulas móviles que cambian el quehacer educativo. Melva Martínez García relata que solicitaron “un incremento del presupuesto y a partir de este ciclo vamos a comprar cuatro aulas móviles para instalar en cuatro diferentes campos que son los más grandes”. En la Escuela Melchor Ocampo, el profesor Guadalupe Martínez nos comentó que la llegada de un aula móvil “nos permitió tener un mejor espacio para trabajar y nos dio la oportunidad de contar con una pequeña biblioteca para los niños. Esto es muy importante, pues ellos podrán leer más libros en mejores condiciones”. En Nuevo León, al igual que en el resto del país, los logros del Programa son resultado del trabajo conjunto. A las instancias federales, representadas por la dgei y la Coordinación Nacional del Pronim, se han sumado las instituciones estatales, los productores, el importantísimo trabajo que se lleva a cabo en las mesas de coordinación interinstitucional y los apoyos que les brinda el Sinacem. Por esta razón, cuando Melva Martínez García habla sobre el futuro del Programa, nos comenta: “Estoy segura de que tenemos dos grandes objetivos por delante, el primero es fortalecer la difusión del Pronim, y el segundo es ampliar nuestra cobertura: Actualmente sólo atendemos a los hijos de los jornaleros agrícolas, pero ellos no son los únicos niños que vienen a nuestro estado. Todos los días llegan familias que vienen a dedicarse a otras ocupaciones, se quedan unos meses y luego regresan a sus lugares de origen. Lo interesante es que vuelven y traen más gente de sus comunidades. Nosotros tenemos que atenderlos por una sola razón: ellos también son migrantes y necesitan nuestro apoyo”.
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Chihuahua 2006
D El número de niños y niñas migrantes va en aumento y Chihuahua está siempre preparado para acoger a esta población.
urante el segundo semestre de 2006, las autoridades educativas de Chihuahua sostuvieron las primeras pláticas con el gobierno federal para establecer el Pronim. Un estado marcadamente agrícola y receptor de migrantes no podía ser ajeno a este programa educativo. Las conversaciones fueron fructíferas: ese mismo año se iniciaron las acciones para conocer la problemática educativa de los niños migrantes y establecer las estrategias de coordinación interinstitucional. Gracias a estos primeros trabajos, al año siguiente el equipo técnico del Programa llevó a cabo un diagnóstico, preparó el Plan Estratégico Estatal y el Proyecto Integral, y comenzó a brindar atención educativa a poco menos de quinientos alumnos en colaboración con el Conafe. Al llegar 2008, se creó un taller permanente de formación de docentes para garantizar un alto desempeño académico. Sin embargo, aquel año Chihuahua vivió una de las temporadas de lluvia más intensas de su historia; la mayoría de los cultivos se inundaron, el trabajo se terminó antes de empezar y las familias migrantes que llegaron a la entidad fueron apoyadas por las instituciones gubernamentales para que regresaran a sus comunidades o migraran a otras regiones. A pesar del revés provocado por el clima, en 2012 el Programa aumentó su
infraestructura al adquirir las primeras aulas móviles, al tiempo que se vinculó con los productores, fortaleció sus lazos interinstitucionales y, en coordinación con la Sedesol, comenzó a trabajar en los albergues que reciben a las familias migrantes. Los resultados de estas acciones fructificaron a corto plazo: “En Chihuahua —afirma Horacio Echavarría González, coordinador del Pronim en el estado— hay productores que, junto con el dif y las presidencias municipales, han decidido que en sus campos no trabajen los niños. Esto es lo que ocurre con los migrantes que llegan a unidades de Sedesol: ahí, además de un lugar para vivir, tienen guarderías, una cancha, un huerto donde pueden sembrar, pero también hay un perímetro cercado para que los niños no entren a los campos. Este hecho tan simple apoya muchísimo a la educación, porque el profesor puede trabajar con todas sus ganas y los niños no faltan a clases, pues de lo que se trata es de combatir la idea de que los hijos del migrante vienen a trabajar y a conseguir dinero”. Al año siguiente, 2009 para ser precisos, el Pronim de Chihuahua reinició sus trabajos en los albergues, en los campos donde colabora con los productores y continuó fortaleciendo sus vínculos interinstitucionales, lo cual permitió lograr un mayor y mejor equipamiento de sus aulas fijas y móviles. Asimismo, se robustecieron los trabajos de capacitación gracias al Taller Permanente de Formación de Docentes. También se da seguimiento a la formación docente a través de diversos diplomados virtuales, como los de Ciencias de la Educación, Mediación Social, Estudios Interculturales y uno más de Metodología para el Manejo del Multilingüismo. Como nos narra Jesús Antonio Salaices Tercero, uno de los docentes que colaboran con el Programa en Lagunitas, municipio de Galeana: “Estoy en proceso de estudio como docente. Tenemos talleres para irnos preparando y sobre todo para dar una mejor enseñanza a los alumnos. Ésta es la mejor manera de potenciar sus capacidades: ofreciendo una educación de calidad”. Con todo, el valor que más importa para los profesores chihuahuenses es la vocación: “El criterio que se utiliza para seleccionar el perfil de los docentes se centra en sus ganas; es fundamental que tengan vocación, disposición y compromiso”, cuenta una de las atp del estado, Sandra Luz Araujo Tapia. La dedicación con la que las maestras
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En la lucha por la igualdad de oportunidades, la inversión en infraestructura y material es indispensable.
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y los maestros del Pronim chihuahuense trabajan genera de manera natural un ambiente en donde los niños verdaderamente desean aprender: “De hecho —nos comenta Carolina Díaz Ortiz— los niños del Pronim no se dejan simplemente entretener, son tan listos que te exigen: ‘¡enséñame algo, yo vengo a la escuela a que me enseñes algo, yo no vengo a perder el tiempo. Yo vengo a que me enseñes letras, no vengo a dibujar, eso lo hago en cualquier parte, en la escuela no!’ ” Una de las preocupaciones más importantes del Pronim en Chihuahua es el desarrollo de su infraestructura. Por esta razón, una de las acciones más importantes que ha llevado a cabo, en coordinación con la Sedesol, es la construcción de un macroproyecto con aulas, sanitarios, enfermería, biblioteca, auditorio, comedor, ludoteca, espacios deportivos, área administrativa, enfermería y un Centro Comunitario de Atención, el cual abrió sus puertas en junio de 2011 y que hoy atiende a poco más de 600 niños y adolescentes migrantes con educación preescolar, primaria y secundaria. En ese año, por vez primera en la historia del Programa en el estado, se certificaron setenta alumnos de preescolar y primaria. Por supuesto que también existen bemoles. Jesús Antonio Salaices Tercero, de la escuela preescolar de Lagunitas, centra su preocupación en el combate diario a la discriminación: “Se segrega mucho a los hijos de los jornaleros, ya sea porque tienen recursos escasos, o porque vienen de otras partes y a veces no hablan español. Esto me parece una tontería, la más grande. Estas personas son exactamente iguales a mí, tenemos los ojos en el mismo lugar; la nariz, las manos y el corazón en el mismo lugar. Me siento tan satisfecho de poder ayudar a estos niños, porque ya son parte de mi familia”. Se puede afirmar que la interculturalidad se ha convertido en una gran enseñanza para todos los que participan de una u otra forma en el Programa: “Aquí también aprendemos de los alumnos —nos dice la profesora de primaria Azucena Enríquez González, del campamento Lagunitas en el municipio de Galeana—, cada día mis alumnos me comparten alguna de sus tradiciones”. Otra de las situaciones que mejoran cotidianamente es la vinculación de los docentes con las familias, tal y como lo señala Carolina Díaz Ortiz:
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En Chihuahua, como en muchos otros estados, el Pronim combate el trabajo infantil.
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Gracias al Pronim los adolescentes migrantes tienen la posibilidad de acceder a una educación de calidad.
“Ya no es tan difícil el trato con los papás. Desde que inicia el ciclo escolar procuro estar cerca de las familias, porque si no las conozco, nunca voy a conocer a los niños. Siempre debemos de partir de la casa, pues ahí empieza todo”. Los resultados están a la vista de todos y, en ocasiones, los niños se muestran plenos de cariño: “A mí me sorprendió mucho que, en mi tercer día de trabajo —cuenta Rocío Graciela Ochoa Baca, maestra del Centro de Atención Integral para Niños Migrantes en Ascensión—, estaba dando clase y una de las niñas corrió y me abrazó por la espalda. Se me hizo muy bonito porque le nació abrazarme”. Ana Karen Herrera Avelar, maestra en la colonia Fernández Leal, del municipio de Janos, Chihuahua, también tiene una historia a este respecto: “Mis alumnos me dan mucha carrilla, les gusta mucho trabajar, apenas terminan me dicen: ‘maestra, póngame otro trabajo’. A veces vienen cansados porque los papás se los llevan a trabajar, pero entonces uso otros métodos para que le entren al estudio”. Escribe el coordinador del Pronim en Chihuahua: “2012 es el año que marcará la consolidación del Programa, un hecho que nos permitirá extender sus beneficios cualitativa y cuantitativamente. La calidad de la educación es el principal objetivo que tenemos que lograr. Ahora contamos con más y mejores recursos que se traducirán en acompañamiento, infraestructura, equipamiento, material didáctico, material escolar y capacitación. Tenemos la meta de atender a 1 600 niños y niñas y, para garantizar los resultados, llevaremos a cabo acciones concretas para el seguimiento y la evaluación del Programa, por esta razón se diseñará un Plan de Evaluación que permitirá dar cuenta de lo que ocurre, de las metas y los objetivos alcanzados, del impacto que tiene el Pronim en la educación y de nuestros trabajos. Sólo de esta manera podremos seguir adelante con pasos firmes”. Justo como lo señala Jesús Antonio Salaices Tercero: “El Pronim le está dando una oportunidad a gente de muy bajos recursos, que no es de aquí, que viene por necesidad, que sale de su tierra a trabajar a otras partes. Gracias al Programa les estamos dando la gran oportunidad de que aprendan a leer, a escribir, pues sólo así tendrán un mejor futuro”.
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Guerrero 2006
G El tiempo que los niños migrantes permanecen en Guerrero se aprovecha al máximo para su educación.
uerrero, a diferencia de la mayoría de los estados donde opera el Pronim, es una entidad esencialmente expulsora de migrantes. De sus tierras, al igual que de Oaxaca y Chiapas, sale una buena parte de las familias de jornaleros agrícolas que recorren el país para ganarse el sustento. Debido a esta peculiaridad, el Programa funciona aquí de forma distinta: los niños reciben su apoyo cuando regresan a sus comunidades después de que ellos y los suyos trabajaron en los campos lejanos. Muchos interrumpieron sus estudios o los realizaron de manera muy discontinua y, justo por eso, los colaboradores del Programa asumieron que su situación implicaba un rezago educativo, lo cual los motivó a enfatizar en la enseñanza de la lecto-escritura y matemáticas. “La diferencia entre un niño migrante y uno que no sale —nos dice Juana Sánchez Castro, directora de la escuela Vicente Guerrero en Yetlancingo— es muy grande, su aprovechamiento y su forma de trabajar son muy diferentes. Los que se quedan tienen la ventaja del tiempo; uno puede caminar con ellos durante todo el año escolar, cosa que no pasa con los niños migrantes, que apenas están unos cuantos meses en la escuela y se van o, en otros casos, apenas y regresan por varias semanas antes de volver a agarrar el camino. Su tiempo es corto y nosotros tenemos que aprovecharlo hasta el último
minuto”. El profesor César del Moral Hernández, también de la primaria Vicente Guerrero, nos cuenta: “Me tocó estar en la incorporación de la escuela al Programa, hace dos años. Sí se nota la diferencia, sobre todo en cuanto al nivel educativo, a las instalaciones. A pesar de que sólo tenemos dos años, vamos por buen camino, especialmente en aspectos como materiales, fechas de trabajo, estar con ellos en el periodo de vacaciones, etcétera”. Como resultado de esta situación, la coordinación estatal del Programa puso en marcha un programa piloto: el calendario adaptado al ciclo escolar migratorio, el cual consiste en atender única y exclusivamente a las niñas y niños de familias migrantes que regresaron de los campos agrícolas para superar sus deficiencias académicas. “Cuando trabajábamos sin el Pronim —afirma la profesora Diana Tovar Villamil, quien labora en la escuela unitaria José Martí— no teníamos manera de apoyar a los niños que regresaban de otros lados, no teníamos materiales, no realizábamos ninguna planeación ni estábamos reconocidos. Por eso desertaban los niños, pero ahora las cosas han cambiado y vamos caminando”. Arturo Delgado Torres, coordinador del Pronim en Guerrero, nos informa sobre los resultados y las metas del Programa: actualmente, los servicios que presta se concentran en los niveles de preescolar y primaria, aunque para 2013 se tiene proyectado comenzar a trabajar en las secundarias. Como resultado de las investigaciones que se han emprendido, se detectó a poco más de 17 000 niños y jóvenes guerrerenses que parten con sus familias para ir a trabajar a los campos de otros estados. La cifra es grande, muy grande; sin embargo, se avanza para prestar servicio a esta población: en 2011, las aulas del Pronim recibieron a cerca de 3 000 alumnos, en 2012 la cifra se incrementó a 5 785 niños y, para el año siguiente, se espera atender a 7 500 niños y jóvenes. Los apoyos del Programa, además del calendario adaptado al ciclo escolar migratorio constan de dotaciones de útiles escolares, mobiliario para los planteles y materiales didácticos para los docentes y las aulas. Un hecho ha cambiado la vida cotidiana en los planteles: “Antes, cuando no estábamos en el Programa —nos dice Irma Castro Morán, profesora de la escuela unitaria Benito Juárez— casi no
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El Pronim en Guerrero llega hasta el corazón de la Montaña Alta.
teníamos apoyos, pero ahora ya tenemos guías para trabajar, y mi salón tiene butacas, pizarrón y una computadora, eso me hace sentir muy contenta, pues las cosas han mejorado muchísimo”. Isabel Cristina Gutiérrez, profesora de la escuela Amado Nervo en Santa Catarina, nos relata una historia concreta: “Hace como cinco años, una niña llamada Amaigdani, migrante, me exigía trabajo para cuando se iba, cuando llegó lo cumplió, se lo propuso. Para mí fue muy gratificante porque llegó muy bien y con la responsabilidad cumplida”. Éstos son sólo algunos resultados positivos del trabajo de Pronim.
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Sin embargo, en algunas ocasiones —según nos comenta Arturo Delgado Torres— la situación se complica: “Cuando llegamos a las comunidades y les explicamos la nobleza del Programa, sus objetivos y fines, los padres de familia únicamente nos preguntan: ‘¿qué nos traen?, ¿qué nos van a dar?’. Y cuando uno les responde: ‘vengo a educar a tus hijos’, se dan la media vuelta y se retiran. También sabemos que, a veces, los padres nos niegan la información porque piensan que, si sus hijos son beneficiarios del Programa, eso les restará tiempo en los trabajos del campo”. Existen casos como ése, pero los colaboradores del Pronim lo enfrentan y lo superan de manera cotidiana. Un ejemplo de estos logros nos lo cuenta el profesor Guillermo Torres Flores: “Cuando llegué a esta escuela, los salones sólo eran unos galerones de láminas de cartón, pero poco a poco fui convenciendo a la comunidad para que me ayudaran a mejorarla, y ahora me siento muy orgulloso de ella”. Los docentes del Pronim guerrerense no están solos; son acompañados por cinco atp que los ayudan a diseñar material didáctico, a organizar y programar reuniones de capacitación, talleres y cursos. “Gracias al Programa —comenta la profesora Isabel Castillo Gutiérrez— los docentes tenemos más capacitación, más cursos y nos vamos superando cada vez más”. Sin embargo, la fuerza del Pronim en el estado no sólo depende de los atp, el Proyecto Sistematización de Experiencias Docentes y el Sinacem también resultan definitivos, y lo mismo ocurre con las mesas de coordinación interinstitucional, en las que el Pronim convoca a la Sedesol, la stps, el Conafe, el Instituto de Atención al Migrante y el inea, entre otras instancias, con el fin de coordinar los esfuerzos y los recursos para obtener mejores resultados. Así, creciendo, el Pronim avanza en Guerrero.
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Los niños tlapanecos estudian en condiciones favorables gracias a la inversión en infraestructura.
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Michoacรกn
M i ch o a c á n 2006
H La educación es una herramienta que permite a los niños migrantes de Michoacán desarrollar sus capacidades y afirmarse como sujetos de derechos.
ace seis años, el Pronim inició sus labores en Michoacán. Durante este breve lapso, los cambios han sido muy significativos: la coordinación interinstitucional y los apoyos de los productores han dado resultados que deben mostrarse: en el transcurso de los cinco ciclos escolares que el Programa ha trabajado en el estado, el número de alumnos y de docentes se ha multiplicado y cada vez son más las zonas agrícolas que se están detectando y atendiendo. Veamos algunas cifras: si en 2007 el Pronim apenas atendía a 86 alumnos con seis docentes en un solo campo, en 2011 la cifra aumentó a 1 185 alumnos, 66 docentes y seis asesores que laboran en seis campos. Con los recursos federales otorgados y con los niveles atendidos también ha ocurrido lo mismo: en 2007 apenas se contaba con cien mil pesos y sólo se atendía a los alumnos de primaria, en 2012 el presupuesto se incrementó a 2.194 millones y la atención ya cubre los niveles inicial, preescolar, primaria y secundaria. Lo anterior se ha logrado gracias al apoyo del gobierno federal y el interés del gobierno estatal, pues además de dotar a los hijos de los jornaleros con útiles escolares y uniformes, desde 2007, se otorgan becas a estudiantes de la normal que colaboran con el Pronim. Asimismo, es de destacarse que, en todos los campos, se trabaja con el proyecto de Secundaria Migrante, del que Michoacán ha sido pionero
al desarrollar su diseño en campo. Actualmente se están rediseñando estos proyectos para adecuarlos a la rieb. Para operar la Secundaria Migrante se adquirieron 22 computadoras portátiles y 22 bandas anchas para que los chicos tengan acceso a internet en los diferentes campos. En 2011 se planeó la adquisición de más equipo para extender su uso a primaria y a preescolar. María de los Ángeles Rosas Rodríguez, coordinadora estatal del Pronim en Michoacán, nos explica estos resultados: “Aquí llegan los niños de otros estados y los que vienen de la Meseta Purépecha. El año pasado recibimos a poco más de 1 100 alumnos. Los campamentos más antiguos donde los atendemos están en Yurécuaro, Tanhuato, Coahuayana y Tepalcatepec; este año, con toda seguridad, abriremos otros en Uruapan y Carácuaro. También tenemos albergues, pero nunca nos olvidamos de trabajar en las colonias y los barrios. Sí, hay mucho que hacer, hay trabajo para dar y repartir; por suerte contamos con buenos apoyos: mantenemos buena comunicación con el dif, el inea, la ss, la Sedesol y la Secretaría de la Juventud, que nos ayuda con la Secundaria Migrante y las computadoras. En las comunidades nos auxilian las presidencias municipales y la Fundación Carlos Slim nos apoya en un programa de alimento inicial para los niños”. En efecto, confluyen alumnos mestizos (60 por ciento) e indígenas (40 por ciento) de más de nueve etnias en el caso de Michoacán. A pesar de estos logros, quedan situaciones por atender. Actualmente, en los campos michoacanos, los niños asisten a 150 horas de clases, lo cual exige lo mejor de los docentes. En esas horas tienen que adquirir los conocimientos y las competencias básicas. Los maestros no pueden perder el tiempo, pues esas 150 horas deben ser reales para que los niños las aprovechen al máximo. La evaluación y la certificación son prioridades para Pronim, no sólo en Michoacán sino en todo el país. Por esta razón se han buscado vínculos con distintas dependencias, como el Departamento de Telesecundarias, para validar los estudios de la Secundaria Migrante. Asimismo, a partir del segundo semestre de 2011 se logró la articulación con los Centros de Educación Básica para Adultos, que avalan los estudios de los alumnos que terminan su primaria dentro del Programa 10-14 y el Programa 15
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Michoacán
En Michoacán las actividades lúdicas se consideran pieza angular en el desarrollo infantil.
y más. También se han entablado pláticas con la Jefatura de Registro y Certificación para crear estrategias que apoyen la trayectoria escolar de los migrantes. La discriminación, la pérdida de la identidad, el multilingüismo y la lucha por la igualdad de género son escollos que se enfrentan y superan todos los días. Por ejemplo, algunas familias migrantes suponen que la discriminación sólo se detendrá cuando ellos abandonen su mismidad: “A veces ya no quieren hablar en su lengua materna para no sentirse
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Michoacรกn
El Pronim se encarga de otorgar todo el material educativo necesario para los alumnos.
relegados —dice María Trinidad Torres Nápoles, directora de la escuela de Pronim en Tanhuato, Michoacán—, pero a nosotros nos toca cambiar esa idea: Ellos son personas valiosas, con derechos, merecedoras de respeto y dignas de vivir bien y mejor”. Justo por esto, los alumnos del Pronim inexorablemente participan en actividades organizadas por los municipios: ellos se hacen presentes en la verbena del 15 de septiembre y en los desfiles del 16 de septiembre y del 20 de noviembre, también se ha logrado que integrantes de los gobiernos municipales asistan a las ceremonias de inauguración y clausura de los ciclos escolares en los albergues y las escuelas donde opera el Programa. Las estrategias para trabajar con el multilingüismo están a la vista de todos. Irma Leticia Castro Valdovinos —ex coordinadora del Programa en Michoacán— nos cuenta que ellos enfrentaron esta situación incorporando a los normalistas que estaban a punto de concluir sus estudios: “Ahí estaban los muchachos que hablaban hñähñu, náhuatl y purépecha. Gracias a ellos se pudo avanzar, aunque siempre nos quedamos cortos con las variantes del náhuatl que no son de nuestro estado”. A esto debe agregarse el conocimiento que varios de los profesores del Programa tienen de las lenguas de los antepasados y, por supuesto, el papel que desempeñan los alumnos que se han convertido en traductores de sus compañeros. Para lograr la igualdad de género los profesores que colaboran con el Pronim en Michoacán tienen que transformar viejas prácticas. María de Jesús Ibarra Bernal platica con sus alumnos, les cuenta cosas, y ellos “poco a poco se dan cuenta que las niñas y los niños son iguales”; otros han apostado por el trabajo conjunto, por la convivencia y la colaboración en los salones; algunos más han convertido la equidad en un asunto de todos los días. Incluso, en más de un lugar, el trabajo en favor de la equidad reúne a las familias de los jornaleros; en este estado, por ejemplo, se llevan a cabo talleres de género en los que participan todos los integrantes de la comunidad escolar, y se han publicado varios libros con sus historias de vida o que dan cuenta de las experiencias docentes. Éstos —por sólo mencionar algunos títulos— son los casos de Yo también en la escuela, Tenemos la palabra, Docentes que abren caminos y Desde la palabra de los niños migrantes. Una mención especial merece el número de padres
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de familia que han sido capacitados por el Programa: si en 2007 apenas fueron una docena los que recibieron este beneficio, en 2011 la cifra se elevó a 150. Cada una de las personas que se incorporó a estos cursos tiene la oportunidad de transformar la vida de su familia. El futuro del Pronim es promisorio en Michoacán. Los vínculos se estrechan y la población atendida aumenta ciclo a ciclo. María de los Ángeles Rosas Rodríguez también piensa en el mañana, ella desea que el Programa cubra la totalidad de su estado: “De verdad, me imagino al Pronim en casi todas las comunidades, sin problemas de recursos, con escuelas fijas y todo lo necesario para que los profesores den clase”.
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Michoacán
Las instalaciones del Pronim se vuelven espacios de interacción en los campos agrícolas.
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SECUNDARIA MIGRANTE
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a propuesta de secundaria migrante surgió en 2008 por la necesidad de garantizar el derecho a la educación y dar continuidad escolar a los niños que egresan de la primaria. Y es que para muchos de ellos no se trata únicamente de un derecho, sino de un fuerte deseo por perpetuar las experiencias positivas que han vivido como estudiantes. En Pronim es prioritario que el ejercicio del derecho a la educación permee en un territorio lo más amplio posible y que se extienda de la educación básica a la superior. Por esto actualmente hay once estados trabajando en la propuesta y planeación de una secundaria que responda a la necesidades de los hijos de jornaleros agrícolas migrantes: Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Sinaloa y Sonora. Se trata de un modelo similar al de la telesecundaria, con asignaturas homologadas al sistema nacional, donde los alumnos se puedan llevar sus materiales de un estado a otro con el fin de garantizar la continuidad de sus estudios a pesar de su condición migratoria.
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Tamaulipas
Ta m a u l i pas 2006
T Los albergues del Pronim en Tamaulipas permiten que los niños sean apoyados por sus profesores durante un tiempo más prolongado.
amaulipas es un estado que no se puede entender si nos olvidamos de su situación geográfica. La frontera norte y el Golfo de México lo enmarcan, como enmarcan la situación de la migración y el contexto del Pronim en la entidad. Con los años los patrones de la migración a la región se han modificado: siguen llegando las familias de jornaleros agrícolas, pero existe una fuerte migración intermunicipal de niños que estudian a través de un sistema que los alberga y les ofrece educación durante la semana. Además, cada día se observan más y más niños que, al intentar cruzar la frontera sin la compañía de sus familiares, son repatriados a Tamaulipas. A pesar de la complejidad del panorama, el Pronim tamaulipeco ha sabido dar frente a la situación, combatiendo a diario el rezago educativo de sus niños migrantes. Los primeros trabajos del Pronim en Tamaulipas no fueron sencillos: había que localizar a los migrantes, pero ellos eran nómadas incesantes. “Al principio fue muy difícil detectar dónde estaban esos niños, pues en nuestro estado las fuentes de trabajo no son estables, y con los ciclos escolares y agrícolas pasa lo mismo. La gente llega por periodos muy cortos y se van moviendo dentro del estado y, a veces, en otras entidades; ellos siempre están buscando una fuente
de trabajo, por eso es muy difícil encontrarlos. Nosotros sabíamos que aquí estaban, pero era muy difícil ofrecerles el servicio”, explica Sandra Luz Pedraza Anaya, coordinadora del Pronim en el estado. A pesar de esto, poco a poco se fueron descubriendo los lugares a los que arribaban los migrantes y pudieron establecerse los primeros servicios educativos. La primera meta fue atender a 120 alumnos, aunque apenas se logró atender al diez por ciento. Por fortuna, el Pronim comenzó a vincularse con otras instituciones: en colaboración con la Sedesol, se iniciaron los trabajos en los albergues de Bustamante, Palmillas, Miquihuana, Tula y Jaumave, y lo mismo se hizo en Villa de Casas, Llera, Burgos, San Carlos, Mainero, Villagrán y Giménez. En aquellos momentos se empezó a utilizar el Sinacem. Los profesores que trabajan en los albergues son muy especiales, justo como lo señala Edna Carolina Barrón Castillo: “La manera de trabajar con niños migrantes es distinta de la que se tiene en las escuelas generales, pues aquellos niños tienen a sus padres todos los días y permanecen
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Tamaulipas
En Tamaulipas las actividades cívicas son práctica común.
el ciclo entero en las aulas. Los retos que enfrentamos no son pocos: los maestros del Pronim deben tener un poco más de corazón con los niños, porque un maestro regular sólo los ve unas horas, mientras que los maestros del albergue somos responsables de día y noche, por eso debemos tener un poco más de flexibilidad, tenemos que entender a los niños y convertirnos en sus principales apoyos”. Los profesores del Pronim utilizan el juego como una de sus principales herramientas. Al respecto comenta Sonia Janette Sánchez: “Cuando se utiliza la estrategia del juego, los alumnos no sienten que están en clase. No se aburren. Tengo un juego que se llama “El Pescador”: es un pez de papel que tiene un clip y un imán en la boquita, mis alumnos se “van a pescar” y atrapan las palabras que tienen que leer. Tengo también lotería de oficios y profesiones, sopas de letras, botellitas de refresco con números y aritos, cuando los niños tiran los aros tienen que sumar las cantidades que están pintadas en las botellas”.
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En 2011, el Pronim tamaulipeco vivió un cambio importante: el grueso de sus labores comenzó a enfocarse en los niños que vivían en un contexto de migración y en las familias que llegaban al estado para participar en las actividades pesqueras y cuyos hijos son recibidos en seis escuelas cercanas a San Fernando. Estas características quedaron reflejadas en las reglas de operación de 2012. Actualmente, el Pronim trabaja en trece albergues escolares que tienen un promedio de 50 alumnos; a ellos se suman los niños que se han detectado en las escuelas regulares, por lo cual el Programa brinda servicios educativos a cerca de 850 alumnos. “En algunos otros estados —afirma Edna Carolina Barrón Castillo— muchos niños toman clase en los campamentos; sin embargo, en nuestra modalidad los papás los dejan en nuestros albergues escolares toda la semana, y el viernes regresan por ellos, pues tienen que trabajar en comunidades alejadas. Por eso, los niños duermen y comen en los albergues, donde están cerca de los maestros tutores. Ésta es una manera de ofrecerles una mejor calidad de vida”.
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Tamaulipas
Los niños migrantes saben que las tradiciones exaltan nuestro pasado común.
El camino del Pronim en Tamaulipas está marcado por diversas tareas: en primer término es fundamental robustecer el trabajo interinstitucional de tal manera que se logre ofrecer educación de calidad a los hijos de las familias de jornaleros; aunado a lo anterior, es fundamental fortalecer la planta docente, incentivar su capacitación y su profesionalización; y lo mismo puede decirse de la imperiosa necesidad de realizar estudios que muestren la magnitud del fenómeno migratorio en el estado. Uno de los pendientes inmediatos del Pronim es la atención a los niños repatriados. Sandra Luz Pedraza Anaya nos dice al respecto: “Yo propongo apoyarlos con aulas educativas para que los días, los meses o la cantidad de tiempo que se retenga al niño, se trabaje con él, sobre todo tratando de nivelarlo para que, a cualquier escuela que llegue, sea bien recibido, pero sobre todo buscamos sensibilizarlo acerca de que el estudio le puede dar la posibilidad de ya no perpetuar esa idea de irse para el otro lado”. Seguramente, paso a paso, el Pronim tamaulipeco avanzará por el mejor de los caminos.
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Coahuila
Coahuila 2007
E En Coahuila, la motivación de los alumnos por estudiar se ve reflejada en el aumento de la matrícula.
n 2007, el Pronim comenzó a operar en el municipio de San Pedro, en la región lagunera, y ofrecía servicios educativos de preescolar y primaria a sesenta niños; su planta docente, como es de suponerse, aún era pequeña: un coordinador, un atp y dos docentes que asumieron la tarea de ofrecer servicios educativos a los hijos de las familias de jornaleros agrícolas migrantes. A pesar de los buenos augurios, el avance fue azaroso, María del Carmen Maltos Soto —coordinadora del Pronim en Coahuila— nos explica esta situación: “Cuando me hice cargo del Programa, recién se había cerrado el único campo donde trabajaba el Pronim. Mi problema estaba muy claro: no tenía niños. En ese momento no había de otra más que ir a buscarlos y hacer un diagnóstico mientras recuperábamos el paso. En muchos lugares me decían ‘no, aquí no hay niños’, pero seguíamos adelante. Llegábamos a los campos y le decíamos a los vigilantes que nos llevaran con el administrador para hablar sobre el Programa. Y bueno, pues terminamos por encontrarlos. Ahorita estamos atendiendo a más de 300 alumnos en los predios agrícolas y las escuelas regulares. El mayor logro que hemos tenido es el incremento de la cobertura: ya nos hacemos cargo de los chiquitos que llegan con sus familias entre febrero y marzo, la mayoría viene de
Hidalgo para trabajar en los cultivos de invernadero y se quedan con nosotros hasta noviembre”. En Coahuila, cuando las familias de los jornaleros agrícolas migrantes empiezan a llegar a los campos de trabajo, los colaboradores del Pronim comienzan a poner los anuncios para que sus hijos acudan a la escuela. Ahí están los docentes, listos para recibirlos. Como el ciclo agrícola es muy amplio, los profesores tienen muy buen tiempo para trabajar con ellos. En La Victoria, por ejemplo, las clases empiezan en febrero y terminan en noviembre. Aunque los logros son inobjetables y la atención avanza ciclo a ciclo, también existen algunas situaciones que se tienen que resolver. En ciertas ocasiones, los colaboradores del Pronim llegan a campos donde la comunidad sostiene que ahí viven niños en edad escolar, pero, desgraciadamente, los dueños les impiden la entrada. Frente a estas situaciones, ellos tienen que enfrentar el problema en otro nivel: “A veces vamos a las cámaras agrícolas, a las secretarías de Educación y del Trabajo, o nos sentamos en una mesa interinstitucional, y así conseguimos que se abran las puertas”, nos dice uno de los colaboradores del Programa. Sin embargo, ésta no es una historia común. En Coahuila, muchos empresarios ya han sumado sus apoyos al Programa: “Mi centro educativo está en la empresa Vigo —nos dice la profesora Myriam Argentina Gámez Alanís—. Es una compañía que se dedica a la siembra de tomate, cebolla, chile morrón y pepino. Gracias a las gestiones del Pronim, el dueño nos permitió instalar tres aulas móviles, una para preescolar, dos para primaria, y ahí atendemos a los niños”. A diferencia de lo que ocurre en algunos estados, los campos coahuilenses donde opera el Pronim están muy lejos de los centros urbanos y de las escuelas regulares; sin embargo, esta lejanía no es pretexto para el aislamiento, pues los alumnos reciben ayuda de la iniciativa privada y las instituciones gubernamentales: “La empresa Lala —nos dice María del Carmen Maltos Soto— nos ayuda con donaciones de leche y galletas para los niños, las presidencias municipales nos regalan materiales didácticos y, gracias a las mesas interinstitucionales, conseguimos más cosas; aunque siempre hacen falta apoyos, vamos avanzando y convenciendo a más y más personas para que se sumen a nuestro esfuerzo”. Así, gracias al trabajo conjunto, el Pronim coahuilense
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La educación preescolar es el primer paso hacia la lecto-escritura.
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ha logrado, entre otras cosas, la dotación de desayunos escolares, uniformes, zapatos y paquetes de útiles escolares para sus alumnos; a esto deben agregarse los materiales para los docentes, el incremento en el número de aulas móviles y la vinculación del Pronim con el programa que otorga becas de apoyo para la educación básica de madres jóvenes y jóvenes embarazadas, el Promajoven. El Pronim coahuilense ha vivido avances significativos en otros terrenos: hoy, los hijos de las familias de jornaleros agrícolas migrantes ya pueden asistir a la secundaria, al tiempo que sus planteles ya se han incorporado a programas de gran valía como Escuela Segura, Escuela Siempre Abierta y Escuela de Tiempo Completo. En todos los casos, el apoyo del Sinacem es definitivo. Asimismo, en Coahuila, al igual que en
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El Pronim coahuilense pone en las manos de los niños las herramientas que requieren para facilitar su aprendizaje.
el resto de las entidades, el Pronim ya se ha articulado con la rieb. Como resultado de estos avances, el Programa tiene grandes fortalezas, entre las que destacan los procesos de actualización, formación y profesionalización de sus docentes, el mejoramiento gradual de su infraestructura y equipamiento en los albergues y centros escolares y, por supuesto, el marco normativo que se sustenta en la Reglas de Operación del Programa que está abierto a las necesidades de cada entidad. Todos estos logros se unen cotidianamente a lo que sucede en las aulas, justo como lo señala Salma Patricia Aguilar Pérez: “Como profesora te sientes orgullosa de participar en el Programa. Imagínese lo que siento cuando veo que los niños llegan sin saber nada y después de unas semanas los veo escribir su nombre, imagínese lo que pasa por mi mente cuando mis alum-
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nos se llevan sus trabajos para enseñárselos a sus familias y que sus padres se emocionan al darse cuenta de que su hijos ya saben escribir su nombre. Esto puede parecer poco, pero es un gran paso”. El futuro del Pronim es promisorio, y María del Carmen Maltos Soto tiene una idea sobre cómo debe de ser: “Yo me imagino un Pronim donde los niños tengan una atención casi personalizada, donde se les lleve el mundo de la tecnología, pero no sólo para que conozcan una computadora o tengan una idea de qué son o cómo funcionan, sino que tengan la oportunidad de manipularlas y descubrir nuevos mundos a través de ella. También quisiera que, en el futuro, la gente aprendiera a valorar a nuestros alumnos con justicia: ellos tienen habilidades muy desarrolladas, estoy segura de que son inteligentísimos y pueden llegar muy lejos, pero luego los ningunean. Yo creo que hay mucho que hacer, y esto es tarea de ustedes, de nosotros y de todos”.
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C h i a pas 2008
C Con el apoyo de todos, el Pronim arropa a los niños con educación, alimentación y salud.
hiapas es un estado con gran movilidad social puesto que reúne los tres momentos de la migración: origen, tránsito y destino. La multiculturalidad caracteriza a esta entidad; migrantes de origen salvadoreño, hondureño y guatemalteco llegan a diferentes destinos de Chiapas en busca de trabajo en las zonas urbanas fronterizas, así como en las plantaciones de café, plátano, palma africana, cacao, entre otras. La población migrante no proviene sólo de América Central, sino también de Estados Unidos en el caso de los repatriados. Es por esto que, en 2008, el gobierno del estado abrió las puertas de Chiapas al Pronim. Henri Balbuena Vidal, coordinador del Pronim en el estado, nos cuenta sobre lo que ocurría antes de que el Programa iniciara sus trabajos: “En aquellos días, el docente que atendía la escuela por la mañana, le daba clase por la tarde a los hijos de los jornaleros agrícolas. Aún no existía la política que ahora tenemos: ‘el niño no trabaja en las fincas’, y la manera como se les atendía también era muy diferente. Sin embargo, a partir de 2008, las cosas cambiaron gracias al arranque del Pronim, que sobre todo trabaja en las zonas cafeticultoras. Ahorita ya tenemos alrededor de 25 centros, entre fincas, escuelas Pronim y escuelas de servicio regular que atienden a la población migrante”. La profesora Beatriz Yuriana Gómez, quien imparte clases en la Finca Alianza Cacahuatán, también nos
dice: “Pronim ha mejorado la vida de los niños porque sin el Programa estarían ahorita en el campo, con sus papás, ayudándolos. Los papás que vienen a trabajar tienen esa idea porque son familias numerosas. Ésta es la gran ventaja del Programa, se hizo un convenio para que nos apoyaran en ese aspecto, para que ellos les dijeran a los papás que los niños se deben quedar obligatoriamente aquí en la escuela”. Lejos están los tiempos cuando el Programa sólo trabajaba en las zonas cañeras de Huixtla y Pujiltic, y en la región cafetalera de la Sierra y lo mismo ocurre con los tiempos en los que la mayoría de los hijos de los jornaleros agrícolas migrantes no eran registrados y sólo permanecían en las aulas en calidad de oyentes; por lo tanto, no se validaban sus avances académicos y mucho menos se conocían sus antecedentes escolares. Dadas estas circunstancias, el reconocimiento oficial era nulo, pero este problema ya se ha resuelto gracias al Sinacem. Al momento de iniciar sus operaciones, las acciones del Pronim se llevaban a cabo en instalaciones que fueron acondicionadas de manera provisional por los empresarios cafetaleros. Algunos salones estaban en los comedores de los campos, y otros se encontraban en las salas de usos múltiples. Ahí donde había un espacio que pudiera acondicionarse, se daban las clases. Sin embargo, poco a poco, la infraestructura fue transformándose: se adquirieron aulas móviles para los niños de educación preescolar y primaria, y también se construyeron algunos salones bien equi-
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pados. Hoy, los becarios que colaboran en el Pronim ya se miran lejanos de los profesores que en las tardes intentaban dar educación a los niños que trabajaban en los cafetos y están preparados para atender a migrantes de origen, tránsito y destino. Puede afirmarse que la acción más efectiva del Programa en Chiapas ha sido el establecimiento de las mesas interinstitucionales: gracias a ellas no sólo se sumaron los apoyos de las instancias gubernamentales —las secretarías de Educación, Salud, Desarrollo Social y del Trabajo, las instituciones dedicadas a la atención a los migrantes, el dif y el Conafe, entre otras—, sino que también se logró incorporar a los empresarios cafetaleros en las actividades del Pronim. En efecto, los finqueros chiapanecos han comenzado a sumarse al Programa: “Poco a poco —nos cuenta Miguel Eduardo Barrios Selvas, delegado regional del Pronim para el Soconusco— ellos empezaron a darse cuenta de que era urgente implementar un programa para dar algún beneficio a los niños y certificar sus productos para exportarlos sin problemas. Y así, despacito, se fueron dando las pláticas para ponerlo en marcha en las fincas donde estamos trabajando. Ahora, ellos están viendo la manera de que los niños ya no vayan a trabajar al campo”. Lograr que los niños ya no vayan al cafetal es el primer paso; sin embargo, aún se necesita la buena voluntad de los padres para que asistan a la escuela. “Como la mayoría viene a
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buscar un mejor trabajo, un mejor salario y una mejor calidad de vida, quieren el apoyo de sus hijos en el campo —comenta Miguel Eduardo Barrios Selvas—, pero ahorita ya comienza a hacerse la costumbre de que los padres trabajen y los niños vayan a la escuela. Ellos ya sueñan con ser profesionistas. La mayoría quiere ser maestro o doctor; en el Pronim estamos poniendo las bases para que puedan desarrollarse como debe de ser”. Beatriz Yuriana Gómez —profesora en la Finca Alianza de Cacahuatán— está convencida de que “si este Programa no funcionara, los niños no estarían en la escuela y andarían con sus padres en el cafetal”. Como resultado de estas acciones, la población atendida por el Programa ha crecido año tras año: en 2008 se daban servicios educativos a 224 niños, al año siguiente la cifra casi se duplicó para llegar a 412 alumnos, en 2010 la cifra aumentó a 525, en 2011 volvió a incrementarse para sumar 800 alumnos y, en 2012, la meta es atender a 1 200 niños en 20 fincas y escuelas de servicio regular. Evidentemente, este incremento de la población atendida va de la mano con el constante aumento del presupuesto, de la planta docente, la infraestructura y el trabajo interinstitucional. La presencia de una mayoría centroamericana en las aulas del Pronim representa mayores discrepancias lingüísticas, pues si bien es cierto que muchos profesores hablan las lenguas de los indígenas chiapanecos, ellos desconocen las de América Central: “Nuestra mayor dificultad era el mam, que es originario de Guatemala y aquí casi nadie sabía hablarlo —comenta uno de los profesores—. Eso nos ponía en desventaja a la hora de atender a los niños; sin embargo, el delegado regional del Pronim nos puso el ejemplo: todas las tardes se iba a platicar con un padre de familia que hablaba castellano y mam. Gracias a estas conversaciones, él empezó a hablar la lengua y se pudo comunicar con los niños. Claro que también nos ayuda la facilidad que tienen nuestros alumnos para aprender español y comunicarse con sus compañeros. Pero, sea como sea, la enseñanza es recíproca”. Los profesores que colaboran con el Programa en Chiapas —al igual que los docentes de los demás estados— no están solos; cuentan con el
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apoyo de los atp y el Proyecto Sistematización de Experiencias Docentes (psed): los primeros le brindan asesoría a sus compañeros; mientras que el psed se encarga de la autoevaluación con el fin de mejorar sus habilidades pedagógicas. Por supuesto que el Sinacem también se ha convertido en una herramienta fundamental, pues algunos de los hijos de los jornaleros acompañarán a sus familias en su camino hacia Estados Unidos y, gracias a este desarrollo, podrán avanzar en sus estudios y certificarse.
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El Pronim atiende a los hijos de los jornaleros guatemaltecos en la Finca España.
Dibujo de Elder, niño guatemalteco que, gracias al Pronim, recibe educación.
El quehacer de los docentes está marcado por momentos de felicidad. Por ejemplo, Beatriz Yuriana Gómez se maravilla con la capacidad de sus alumnos: “Una vez tuve a un niño que nunca había ido a la escuela. ¿Y cuál fue la sorpresa que me llevé? En dos meses ya sabía leer. Gracias a él pude decirme: ‘en verdad está dando resultados lo que estoy haciendo’ ”. Mileni Guerrero González, maestra del Pronim en la Finca España, también tiene motivos de orgullo: “A mí me motivan eventos como la Semana Nacional de Migrantes, que me permitió ir a la ciudad de México. Trabajar con los padres es primordial; ellos aprenden de mí y yo aprendo de ellos. Y los niños, claro, yo me siento muy apegada con ellos, siento que son parte de mí...”
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Formación docente
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os maestros del Pronim se capacitan en talleres desarrollados por la dgei y las coordinaciones estatales. Dadas las características del Programa, la línea principal de esta formación es la atención a la diversidad. Además de los talleres, cada año, desde el 2005, se llevan a cabo dos Intercambios de Experiencias Pedagógicas, reuniones anuales en las cuales se comparten las prácticas docentes que han resultado efectivas, y a partir de ellas se analizan las estrategias que facilitarán el aprendizaje de los niños y niñas en contextos multiculturales y migratorios. Asimismo, los docentes exponen trabajos, métodos, dinámicas y resultados que han obtenido con sus alumnos. En suma, la formación docente se convierte en un espacio de aprendizaje entre pares que día a día fortalece al Pronim desde la base, que es su cuerpo docente.
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Z ac at e c as 2008
A Los alumnos del Pronim muestran orgullosos sus avances en materia educativa.
rnulfo Pinedo Zaldívar —coordinador del Pronim en Zacatecas— está frente a una de las aulas móviles del Programa. Cerca, muy cerca, se miran los cultivos de ajo, avena, cebolla, calabaza y lechuga. La primera cosecha del año está a punto de comenzar. El salón tiene unos doce metros de largo, está equipado con dos sanitarios y puede dividirse en dos aulas independientes. “Aquí se inició el Pronim en el ciclo escolar 2008-2009 —comienza diciendo Arnulfo Pinedo—. Después de más de tres años, yo lo miro como una oportunidad de oro para los niños que tienen que estar moviéndose a los campos donde sus familias encuentran trabajo. Ellos tienen algo que no tuvieron sus padres: gracias a la educación, pueden alejarse de la pobreza”. Los alumnos del Pronim casi siempre llegan de Tabasco e Hidalgo, aunque también arriban algunas familias de Oaxaca y Sinaloa. La mayoría habla español; por lo que las diferencias lingüísticas son tenues en Zacatecas, aunque siempre existen niños que hablan, por ejemplo, náhuatl. En Zacatecas, el Pronim tiene apoyos muy importantes. Los recursos para pagarle a los maestros vienen de la Secretaría de Educación y Cultura del estado, también se cuenta con los desayunos escolares que
les entrega el dif estatal para tres de los ocho planteles que participan en el Programa, y los municipios ayudan de distintas maneras. En Calera, por ejemplo, se cuenta con un respaldo muy fuerte del presidente municipal, pues él está al tanto del aula móvil, la tiene conectada al drenaje, la dotó de energía eléctrica y está por instalarle el aire acondicionado. Además, están las mesas de coordinación interinstitucional que dan la oportunidad de trabajar de manera conjunta. El apoyo de los propietarios de los campos agrícolas varía de lugar a lugar. En Los Pozos, por ejemplo, el dueño está al tanto de todo lo que pasa en la escuela, él ayuda a los maestros, lleva a los niños a los eventos, instaló las letrinas y les compró a los alumnos todo lo que necesitaban para formar la banda de guerra. Por supuesto que este interés no es
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Zacatecas
Las acciones del Pronim zacatecano se ven reflejadas en nueva infraestructura, lo que motiva más a los niños a asistir a la escuela.
generalizado; sin embargo, el Programa avanza paso a paso. “Mi mayor satisfacción —afirma Arnulfo Pinedo— es ver la carita de los niños cuando les llevamos las despensas, cuando les entregamos los útiles, o cuando instalamos un aula móvil, porque gracias a ella ya no van a estar tan amontonados”. Yadira Becerra Bernal —profesora de la escuela Héroes del Bicentenario, ubicada en el municipio de Villa de Cos, Zacatecas— nos permite ir más lejos al contar la historia de una de aquellas aulas: “Antes no teníamos salones. Cuando llegué trabajábamos en una casita que se estaba cayendo: tenía el techo bien chueco y los niños estaban muy apretados, los de primaria estudiaban pegaditos a los de kínder. No tenían butacas y se acomodaban como podían. Ya se imaginará cómo estábamos. El
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momento más impactante de mi trabajo fue cuando llegó la primera aula, ya después comencé a ver cómo nuestra escuela fue creciendo poco a poquito. Al principio, cuando todavía estábamos en la casita, los niños chiquitos no se querían quedar a las clases y les decían a sus papás: ‘es que no me gusta, está muy feo’, pero cuando llegó aquella aula todos querían entrar, llegaban súper emocionados porque iban a la escuela nueva”. La historia de las aulas móviles de Villa de Cos, al igual que las del resto de Zacatecas y de una buena parte del país, es una muestra del trabajo
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Los alumnos multigrado de Zacatecas aumentan año con año gracias al Programa.
conjunto, de la certeza de que todo puede lograrse por medio de la colaboración. Fátima del Rosario Sandoval Cervantes —quien trabaja en la escuela Esteban Carranza Ramos— nos habla de esta comunión: “El terreno nos lo presta un senador, el aula móvil la puso el Pronim, que también nos dio los materiales para los niños: una mochila, útiles, libros de texto, computadoras y mobiliario. Aquí en Calera, el patrón del campo nos echa la mano y nos da cualquier cosa que necesitemos: papel y jabón para los baños, mallas para que los alumnos no corran peligro, protecciones para las ventanas, en fin, lo que se requiera. El presidente municipal también le echa muchas ganas, él se comprometió a que ningún niño se quedaría sin educación y nos apoya con la luz, el drenaje y la atención psicológica a los nenes que la necesitan”. A pesar de estos avances, siempre hay asuntos por resolver. En muchas ocasiones, los padres no apoyan a los alumnos del Pronim: como los mayores trabajan todo el día, los pequeños tienen que cuidar a sus hermanos, participar en las labores domésticas y, en algunas ocasiones, asumen actitudes muy duras: “Si no trabajas, pues no comes”, les dicen a sus hijos. La desidia de los padres no es el único escollo. El rezago de los alumnos complica las dificultades cotidianas. En el municipio de Guadalupe, Zacatecas, Sonia Yadira Sánchez Reyes nos habla de las debilidades académicas de sus alumnos al momento en que los recibe: “De los 22 niños con los que empecé en este ciclo, sólo cuatro, cuando mucho, habían estado en una escuela. Ahorita, por ejemplo, tengo una alumna de quince años que apenas está en cuarto. Debido a esta situación tenemos que empezar casi desde cero, tenemos que lograr que los chiquitos hagan suyos los conocimientos: ellos, en unos cuantos meses, tienen que aprender a leer, escribir y resolver los problemas de matemáticas que les permitan seguir adelante y tener con qué defenderse en la vida”. Perla Maritza Sánchez Barrón —directora de la escuela 24 de Febrero del municipio de Villa de Cos, Zacatecas— está segura de que los padres no pueden ayudar a sus hijos por una causa simple: “La mayoría no sabe leer ni escribir. Por esta razón hemos impartido talleres donde los incluimos y los ayudamos para que aprendan con sus niños”. El esfuerzo de Villa de Cos, que se replica en otras comunidades donde
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opera el Programa, tiene un valor muy especial en la medida en que afronta el rezago educativo de los niños y sus padres, sólo emparejando las oportunidades se podrán conseguir una educación óptima y la transformación de las condiciones de vida. Así, día a día, los obstáculos son superados, justo como nos lo cuenta Sonia Yadira Sánchez Reyes, quien trabaja en el municipio de Guadalupe, Zacatecas: “Cuando veo los resultados de mi trabajo me da una alegría tremenda. Imagínese lo que siento en el momento en que los niños me dicen: ‘maestra, ya me sé los números, ya me sé el abecedario, ya me sé los colores, ya me sé los planetas, ya sé muchas cosas... He aprendido mucho más de lo que sabía el día que llegué a este campo’. Ésta es mi recompensa. En los dos años que llevo en el Programa, ya saqué adelante a una generación de preescolar y eso me dio mucha emoción, todos salieron leyendo, aunque la verdad es que este mérito no sólo me corresponde a mí. Mis niños son muy inteligentes, aprenden muy rápido, nomás que a veces en su casa no les ayudan y eso hace que se estanquen un poquito”. Perla Maritza Sánchez Barrón y Nallely Huerta Ramos —ambas de la escuela 24 de Febrero del municipio de Villa de Cos, Zacatecas— sólo pueden refrendar las palabras de sus compañeros de trabajo. “Mi mayor gusto es que ya lean, que pasen al pizarrón y resuelvan una operación, para mí eso es maravilloso. Al principio, yo les explicaba y nada más veía cómo movían sus ojitos. Ahora, nada más véalos, son muy buenos, tan buenos como cualquier alumno de una escuela general. Ellos eran niños que casi no hablaban y ahora no paran”, dice Perla Maritza. “Además —completa Nallely— tenemos otros motivos para sentirnos felices. Por primera vez tuve la fortuna de que se graduaran conmigo los niños de sexto y les entregamos a todos su certificado de primaria. Yo me sorprendí cuando una de mis ex alumnas me visitó y me dijo: ‘fíjese, maestra, mis compañeros de la secundaria no saben tanto como nosotros’, con estas palabras todos los esfuerzos están pagados”. La profesora Fátima del Rosario Sandoval Cervantes también se muestra orgullosa de sus alumnos: “Mi gran alegría es que los niños aprendan, que sean felices, que se sientan más como las personitas
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En Zacatecas la perspectiva de equidad de género es permanente en la educación de la niñez.
pequeñas que son; que se consideren importantes, que sepan que ellos pueden y que van a lograr algo bueno para ellos mismos y para su familia. Estoy muy contenta de formar parte de este Programa tan noble, porque a veces uno desconoce cuál es la magnitud del apoyo de las instituciones para sacar adelante a nuestros pequeños mexicanos. Y qué mejor regalo que ser parte de esto. Yo no estoy aquí por deber, estoy por placer”.
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G u a n a j u ato 2009
L La incorporación de Guanajuato al Pronim es reciente, pero comienza ya a dar frutos.
as acciones del Pronim en el estado de Guanajuato son recientes: inició sus actividades en el ciclo escolar 2009-2010 como parte de los trabajos del Programa de Atención Educativa a Población y Escuelas en Situación de Vulnerabilidad (Pesiv), el cual tiene como objetivo generar una mayor equidad en la distribución de oportunidades para las escuelas y poblaciones que, por su condición social o personal, son altamente vulnerables a la exclusión de la educación básica. Primero se establecieron los objetivos y las metas de cobertura, se elaboró un diagnóstico sobre la población jornalera agrícola migrante, se capacitó a los docentes, se le dio difusión al Programa y, por supuesto, se desarrolló una estrecha vinculación interinstitucional con muchas instancias, entre las que destacan el dif estatal, la stps , la ss , la Sedesol y el Conafe. Gracias a estas acciones no sólo fue posible determinar la población que se atendería, sino que también se logró la unión del trabajo de las distintas instancias que se dedican a promover el desarrollo social y educativo de las familias migrantes. Gabino Villegas Carrillo —coordinador del Pronim en Guanajuato— recuerda el inicio de las actividades del Programa: “En ese momento no teníamos la experiencia de los estados que los tienen muy bien
ubicados y conocen con precisión los tiempos de llegada y partida de las familias migrantes. Estos datos son fundamentales, pues de ellos dependen las acciones que se pueden llevar a cabo. Por esta causa, nosotros iniciamos el Programa con una investigación que nos permitió dimensionar el problema. Como en Guanajuato los campos están sumamente tecnificados, no se necesita mucha mano de obra y, como también estamos muy bien comunicados, la mayoría de los trabajadores puede ir y venir a sus comunidades. Esto nos puso en una situación muy difícil, pues la única manera de atender a los niños era ir a los municipios expulsores y localizar a los que estaban
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Los niños del Pronim en Guanajuato aprenden con materiales didácticos que captan su atención.
en los campos con sus padres. Así, además de investigar y arrancar, teníamos la necesidad de sumar esfuerzos. Las reuniones estatales de migración nos permitieron sensibilizar a la gente y, gracias a las mesas interinstitucionales, creamos un espacio donde participamos todos los que atendemos a los jornaleros”. Como resultado de estas acciones, durante el periodo 2009-2011, el Pronim dio atención a 1 104 niños migrantes en 446 escuelas y se lograron importantes avances en la profesionalización de los atp y los docentes. Un ejemplo de esta dedicación es el diplomado dedicado al estudio de la interculturalidad y los cursos destinados a presentar y explicar la propuesta metodológica del Programa. Asimismo, los colaboradores del Pronim han participado activamente en los encuentros nacionales de intercambio de experiencias pedagógicas, donde mostraron sus logros con la aplicación de la rieb y en la instrumentación y articulación de la metodología del Programa en sus aulas. Éstas son acciones que, además de fortalecer la labor educativa, han permitido afrontar el multilingüismo en las aulas. Los beneficios de la propuesta intercultural que se ha implementado han sido inmensos para la comunidad. Villegas Carrillo prosigue su relato: “Cuando trabajamos con los niños en proyectos de investigación, y ellos salen de la escuela, dialogan con los padres de familia, con la gente de la comunidad, investigan cosas y vuelven a las aulas. Lo increíble es que los niños platican con ellos en su lengua, no en español. Gracias a este tipo de iniciativas a veces hasta los padres recuperan mucho de su lengua”. Miguel Fernando Aguilar Martínez, uno de los atp del estado, también nos cuenta su experiencia: “Al principio, el problema era cómo atender a esos niños. La mayoría, o por lo menos los más pequeños, no hablan español, una de las tareas más importantes era aprender a comunicarnos con ellos; la gran ventaja es que había niños y jóvenes que se involucraban y nos ayudaban como traductores, a tal grado que pudimos aprender algo de mixteco. Otra situación por resolver era la interacción entre los niños, pues no se conocían y ni siquiera sabían cómo se llamaban, por eso era fundamental integrarlos, aunque fueran de familias diferentes, de tal manera que se convirtieran en un grupo solidario”.
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Una mención especial merecen las acciones que, desde su arranque, realiza el Pronim en Guanajuato para operar y mantener al día el Sinacem. Esta acción se fortaleció en 2010, cuando se estableció un acuerdo con el Departamento de Control Escolar para que se incorpore al Sinacem un campo para el registro del origen de los alumnos migrantes, así como las bajas o inscripciones extemporáneas que presenta esta población en las escuelas generales de educación básica. Esto permite dar el seguimiento de los niños migrantes en toda la República. Durante el periodo 2009-2011, el Programa entregó dos paquetes de material didáctico y bibliográfico a 79 centros de educación preescolar y primaria, y adquirió dos aulas móviles para dotar a una escuela indígena que atiende a los niños migrantes que cursan sus estudios preescolares y de primaria. El Programa llevó a cabo tres encuentros estatales de migración, los cuales han permitido difundir y posicionar el Programa ante las autoridades educativas, los docentes y la ciudadanía, con el fin de sensibilizarlos sobre la importancia que tiene el hecho de
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En 2011 el Pronim de Guanajuato atendió a 545 alumnos migrantes o en situación de migración.
que los niños migrantes reciban el apoyo del Pronim para ofrecerles la oportunidad de continuar y concluir su formación académica.“Si no conocen qué es un niño migrante —nos dice el profesor Gabino Villegas Carrillo— lo ven como un persona más. No se imaginan que, por el simple hecho de ser migrante, tiene una situación de desventaja, que requiere de una atención específica. Cuando empiezas a conocer cómo vive, cómo se traslada, que tiene limitaciones, cuáles son sus prácticas culturales dentro de la familia, te preguntas cómo es posible que, en pleno siglo xxi, tengamos una población que no tiene lugar, que anda de un lugar a otro sufriendo discriminación, personas tratadas casi como esclavas, ya que normalmente les pagan menos que a los locales en los centros agrícolas. Cuando se sensibiliza a la gente involucrada con el Programa, todos se dan cuenta de que realmente tiene sentido trabajar por diez o quince niños. Algunos de los profesores, cuando llegan, no
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saben que a los papás de los migrantes no les importa si sus hijos estudian o no, sino que lleven dinero a la familia. Cuando los profesores entran en contacto con los migrantes se sensibilizan, les prestan más atención y ya no ven la migración como un problema más. Ya llevamos tres encuentros, vamos a llevar a cabo el cuarto; esto ha sido significativo y ha puesto énfasis en la atención hacia los migrantes”. Como resultado de esto, las actividades en las aulas han adquirido un nuevo sentido que va más allá de lo memorístico y lo repetitivo, justo como nos cuenta la profesora Azucena Rodríguez Cisneros: “El juego es una de las estrategias que más usamos. Pero no se trata de jugar por jugar, y esto tampoco significa que los profesores del Pronim nos dediquemos a entrenar a los niños”. Esta nueva perspectiva permite que los docentes del Pronim superen cualquier obstáculo y sean capaces de crear un nuevo futuro para sus alumnos. “El reto es lograr que ellos vean que la educación es una necesidad, que necesitan prepararse, mantener sus valores, defender sus derechos”, nos dijo María Concepción Lona Ramírez. En este momento, el deseo de consolidar y fortalecer el Programa es fundamental para Gabino Villegas Carrillo, quien nos dice que “la prioridad que tenemos en el Pronim es seguir posicionándolo, no sólo en las instituciones gubernamentales, donde ya llevamos un buen camino, sino también entre los empresarios y la gente común. Todos tienen que saber lo que pasa con los migrantes, todos tienen en sus manos la posibilidad de ayudarlos. Claro que, además de esto, estamos obligados a encontrar mejores mecanismos para atender, para enfrentar la dispersión de los niños y, para esto, no hay de otra más que seguir investigando”. Esto será posible gracias la coordinación interinstitucional y el trabajo conjunto, pues el Pronim de Guanajuato cuenta con el apoyo de sus colaboradores: “Para mí ha sido un gustazo tener la oportunidad de poder vivir este tipo de experiencias. Cuando me invitaron al Programa descubrí el mundo donde viven los purépechas, los mixtecos, los otomíes, e incluso los que no hablan una lengua indígena. Mi satisfacción es colaborar con esos grupos y encajar con ellos a pesar de la diversidad que existe”, nos dijo el profesor Adán Xotlanihua Tezoco.
En 2011, el Pronim trabajó en Guanajuato en 11 escuelas de nivel preescolar.
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Es t a d o d e M é x i c o 2010
E Entre 2010 y 2012, el Pronim del Estado de México aumentó más de seis veces el número de servicios educativos que ofreció a la población migrante.
n 2010, el Departamento de Educación Indígena del Estado de México atendió una nueva responsabilidad: iniciar las operaciones y asumir la coordinación del Pronim en la entidad. El Programa comenzó sus acciones en marzo de ese año. En aquel entonces, atendía a 105 alumnos que estudiaban en las escuelas indígenas de los valles de México y Toluca. El Pronim apenas contaba con un coordinador, cuatro atp y diez docentes. Blanca Estela Castro, una de las profesoras que colaboran en el Programa, aún recuerda aquellos días: “Cuando todavía no se implementaba el Pronim, yo no reparaba en la situación y las necesidades de los alumnos en situación de migración; sin embargo, cuando nos empezaron a explicar lo que pasaba con ellos, me asomé un poco más en sus vidas, a sus familias, y descubrí que hay muchos aspectos donde podemos incidir como docentes”. Aurelio Pérez Romero, coordinador del Programa en la entidad, nos explica: “Por la situación de migración de sus padres, nuestros alumnos son personas muy vulnerables, ya que, cuando se quedan bajo la custodia de algún tutor o un familiar, casi siempre se presentan déficits académicos que tenemos que remediar. Por esta razón, en el Pronim les brindamos atención complementaria en sus planteles para fortalecer y propiciar aprendizajes mientras enfatizamos el uso de sus
lenguas”. A casi tres años de iniciadas sus actividades, los resultados de las acciones del Programa son más que satisfactorios. Si en 2010 atendía a poco más de una centena de alumnos, en 2012 la población que recibe sus beneficios ya suma 650 niños, mientras que la planta docente y los atp que colaboran con el Pronim también han experimentado un incremento muy significativo. En el Estado de México, los trabajos del Programa se iniciaron con un acercamiento exploratorio a las escuelas de educación indígena de la región. Sin embargo, esta primera medida, si bien ofrecía una imagen preliminar, debía afinarse para obtener datos mucho más precisos, por esta causa se suscribió un convenio con la Universidad Autónoma del Estado de México (uaem) para la realización de un diagnóstico estatal que permitiera fijar el rumbo.
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La educación se extiende fuera del salón de clases en la escuela primaria bilingüe Vicente Lombardo Toledano, del municipio de Chimalhuacán.
El Pronim abre paso a nuevos conocimientos sin dejar de lado las enseñanzas indígenas.
Así, mientras los investigadores de la uaem trabajaban en ello y entregaban sus resultados, el equipo encargado de implementar el Pronim comenzó a crear el Plan Estratégico de Atención y el Proyecto Integral, cuya elaboración fue asesorada por la Coordinación Nacional del Programa. A partir de los resultados de las investigaciones y de las líneas de acción del plan y el proyecto, se inició el equipamiento tanto del área responsable como de los centros escolares donde operaría el Pronim mexiquense; asimismo, se llevaron a cabo actividades de capacitación y se iniciaron los trabajos de vinculación interinstitucional con el fin de sumar acciones para brindar servicio a los niños en situación de migración. Gracias a los recursos transferidos a la entidad fue posible equipar las escuelas con mobiliario, al tiempo que se logró dotar de útiles a los
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alumnos y de material didáctico a los docentes, justo como lo señala Aurelio Pérez Romero: “Lo más bonito es apoyar a los niños que están muy abandonados. El hecho de que gracias al Programa les entreguemos una libreta, un lápiz, es algo que les ilumina la cara y los impulsa a seguir en la escuela. Los papás también son muy agradecidos y van cambiando su manera de pensar gracias a los apoyos que reciben. En Chimalhuacán, por ejemplo, se comprometieron a que sus hijos no abandonen la escuela, a no obligarlos a que trabajen muy pronto. Nuestra mayor satisfacción es verlos cuando terminan un ciclo y están listos para entrarle al otro”. Además de esto, los colaboradores del Pronim han participado activamente en las acciones de capacitación e intercambio pedagógico a nivel nacional, lo cual les ha permitido fortalecerse gracias al conocimiento de otras experiencias que ocurrieron en otros estados del país; asimismo, el equipo técnico, los docentes y los atp se han sumado a las pláticas, conferencias, cursos y talleres que se han impartido en el territorio mexiquense para analizar el fenómeno migratorio desde una perspectiva educativa, lo cual ha permitido que ellos enriquezcan su intervención pedagógica, al tiempo que recuperan la identidad de sus alumnos. La profesora Concepción Juárez Aveleyra nos cuenta sobre su colaboración con Pronim: “Bueno yo creo que soy muy metiche en las cuestiones administrativas... no sé, tiene que ver mucho la cuestión de iniciativa; siempre me ha gustado hacer las cosas que puedo hacer. Me encanta dar clases, me encanta estar bien con el grupo, llevar las cosas en orden. Y bueno, pues
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tengo muchas habilidades que mi directora detectó y me dijo: ‘vente para acá, hagamos proyectos para esto’ ”. Dice Ofelia Antonio Santiago, profesora de la escuela primaria bilingüe Vicente Lombardo Toledano: “Constantemente, los niños traen a la escuela las artesanías de sus comunidades y nos explican a todos cómo se hacen, para qué se usan, y muchas veces hasta nos platican de sus significados”. Pero no todo es traer y enseñar, en más de una ocasión los profesores del Pronim acompañan a sus alumnos en busca de su pasado, Mayra López González —que imparte sus clases en la escuela Luis Donaldo Colosio Murrieta del municipio de El Oro— nos cuenta que ella hace todo lo posible para que sus alumnos investiguen, para que le pregunten a sus padres por las costumbres de sus comunidades de origen. Sólo de esta manera “podrán entender quiénes son y lo que valen”. Con frecuencia, los docentes que colaboran en el Pronim tienen que trabajar con las diferentes lenguas que hablan sus alumnos. Si bien
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La planta docente del Programa en el Estado de México se múltiplicó por cinco entre 2010 y 2012.
es cierto que muchos de ellos conocen y dominan las palabras de los ancestros, también lo es que algunos de los niños y los jóvenes que están en sus escuelas, en medida que nacieron y pasaron varios años en Estados Unidos, sólo hablan inglés. María Cristina Remigio Maya, profesora de la escuela primaria indígena Tierra y Libertad, nos cuenta su experiencia: “Cuando arrancó el Pronim tuve una alumna que llegó de Estados Unidos, se llamaba Michel Tsosie. Ella tenía muchos problemas para adaptarse, sobre todo por el idioma, pues sólo hablaba inglés. Ella es muy inteligente y todo lo captaba muy rápido. En esos tiempos se abrieron los primeros espacios de capacitación y ahí les conté mi experiencia. Era muy importante que aprendiéramos las lenguas indígenas, pero también era fundamental que supiéramos inglés, porque la verdad es que no sabemos en qué momento lo vamos a necesitar”. Afirma el profesor Vicente Vázquez Hernández: “Con los niños estoy aprendiendo algunas palabras en zapoteco y otras en mixteco; hacemos un intercambio de palabras: yo te enseño náhuatl, tú me enseñas
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mixteco; te enseño palabras en zapoteco, tú me enseñas palabras en náhuatl y así sucesivamente”. Con la finalidad de dar un seguimiento puntual a la implementación del Pronim, el equipo técnico brinda un acompañamiento cercano a los docentes y las escuelas a las que asisten los alumnos que son atendidos por el Programa. En estas visitas se brinda asesoría a los docentes sobre alternativas metodológicas para la atención de niños en contexto y situación de migración, desarrollo socioafectivo, valores, violencia intrafamiliar, ausentismo de los padres, prevención de adicciones y erradicación del trabajo infantil, entre otros temas; asimismo, en estos
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El municipio de Chimalhuacán es uno de los enclaves del Pronim en el Estado de México.
encuentros se fortalecen los mecanismos que permiten documentar el avance académico de los alumnos a través del Sinacem. De esta manera, aunque el Pronim es muy joven en el Estado de México, existe la certeza de que seguirá avanzando y logrará mayores resultados. Sobre la permanencia del Pronim en el Estado de México, Concepción Juárez nos dice: “Desde la primera plática a la que asistí, veo que el Pronim es lo que hacía falta, que le proporciona al alumno esa facilidad de continuar sus estudios esté donde esté, sin la necesidad de tener que estar dándose de baja, dándose de alta, y que sea aceptado en cualquier escuela, independientemente de sus condiciones migratorias”.
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L La meta de cobertura del Pronim tabasqueño para 2012 es de 350 servicios educativos a niños migrantes.
o importante —nos dice Deyanira González Landero, coordinadora del Pronim en Tabasco— no es atender ni entretener a los alumnos. “Nuestra misión es otra: dotarlos de los conocimientos necesarios para que puedan mejorar sus vidas. Lo relevante es el aspecto académico”. Sin duda existen distintas maneras de aquilatar el desarrollo y los logros académicos del Programa en Tabasco. Algunas son estrictamente numéricas y otras, en cambio, son cualitativas. En ambas, los resultados del Pronim son alentadores: su presupuesto y su infraestructura han crecido, la capacitación se ha fortalecido y lo mismo ha ocurrido con los espacios de coordinación interinstitucional y el uso de las herramientas creadas por el Programa, justo como ocurre con el Sinacem. Para valorar los resultados de este sistema vale la pena presentar algunas cifras: cuando el Programa inició sus actividades, apenas brindaba servicio a 65 niños y, en 2012, la meta programada es de 350; en el primer año el Pronim trabajaba en Tabasco en cuatro municipios y ahora lo hace en seis. Entre las instituciones públicas y privadas que se han incorporado a las acciones del Programa en el estado destacan: la Sedesol, el Conafe, la ss, el inea, el Instituto de Formación para el Trabajo de Tabasco, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Secretaría de
Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), y algunos empresarios y productores locales. A Tabasco, los niños llegan principalmente de Campeche; ellos acompañan a sus familiares que trabajan en la agricultura, la ganadería y la pesca. Casi siempre están marcados por las dificultades de la trashumancia. Por esta razón, desde el momento en que son recibidos en las aulas del Pronim, comienzan a ser tratados de una manera muy especial: “Cuando inician su primer día —nos cuenta la profesora Liliana Rodríguez Jaso— es crucial que intervengamos como docentes, porque si los dejamos solos, todo se puede caer. Así, cuando entran a mi salón, les presento a sus compañeros, les pregunto quiénes son sus papás, qué grado cursaban, de dónde vienen, en fin, todas sus características.
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Identificar las necesidades educativas es una vía efectiva para disminuir el rezago.
Busco todo lo bueno y lo positivo, para no etiquetarlos. En ese momento los otros niños les comienzan a preguntar sobre su vida y se logra su integración al grupo. Los alumnos de esta escuela están acostumbrados a recibir niños de fuera, a intercambiar experiencias, por eso, cuando llega un niño nuevo todos lo reciben bien. Apenas ayer me llegó una niña y al otro día todos se la peleaban porque querían que fuera su amiga”. Los logros del Pronim no sólo están en el caso anterior, que apenas es una muestra; van más lejos y pueden descubrirse en todos los niveles. La profesora Ana Luisa Luna, que presta sus servicios en una de las escuelas de educación preescolar, nos cuenta lo que ocurrió con una de sus alumnas: “Cuando llegó a la escuela apenas hablaba y tenía muchas dificultades para comunicarse y hacer amigos. Ahora ya es muy hablantina. Ayer le
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pedí que nos contara un cuento mientras veía las imágenes de un libro y ella enseguida nos relató una historia. No sólo hablaba de las imágenes que miraba, pues agregaba muchas cosas. ‘¿Dónde viste todo eso?’, le pregunté, y ella me dijo: ‘Pues en los lugares donde he estado’. Me da mucho gusto: ella habla, convive y puede contarnos todo lo que ha visto”. Pero, ¿cómo llegan los alumnos a los planteles? En muchos casos, el Pronim opera en las zonas donde tradicionalmente llegan los migrantes y, en otras ocasiones, se utiliza un método sencillo: en las hojas de control de las escuelas de todo el estado existe una columna para que las autoridades marquen si el alumno viene de Estados Unidos, de otro municipio o de otra entidad; así, gracias a este apoyo, los colaboradores del Pronim encuentran a muchos niños y jóvenes que no estudian en las fincas donde trabajan sus familias. Aunque la bienvenida y la necesidad de integrar a los niños es el primer paso, en Tabasco, al igual que en otros estados, es prioritario convencer a las familias de la importancia de la educación: “Por fortuna, como ya llevamos tiempo trabajando —nos dice la profesora Esmeralda Santos Carrillo—, muchos padres ya tienen conciencia de la importancia de la escuela. Pero tampoco faltan los alumnos que están muy atrasados, por eso me quedo a trabajar con ellos después de que se terminan las clases”. En otros casos —como nos cuenta el profesor de telesecundaria Julián de Jesús Alcocer López— la jornada académica se adapta a las posibilidades de los alumnos con el fin de que hagan suyos los conocimientos. “Aquí, en mi escuela, damos clases los fines de semana, pues los muchachos trabajan con sus familias de lunes a viernes, como si fueran un equipo”. El rezago de estos alumnos no sólo se enfrenta con estas acciones, pues los colaboradores del Programa buscan involucrar a sus alumnos: muchos niños y jóvenes tienen grandes habilidades para una materia, algunos en matemáticas, otros en español y unos más en historia, por sólo mencionar tres posibilidades; y, gracias al apoyo de sus maestros, ellos se han convertido en tutores de sus compañeros. Estos “tutores” no sólo se sienten importantes y se fortalecen en la asignatura en la que son mejores, sino que también ayudan a sus amigos y logran que el grupo se integre.
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“Tenemos que lograr que nadie ponga obstáculos a los niños. Si ellos no tienen los conocimientos que supuestamente deberían tener a su edad cronológica, no es culpa de ellos. Esta situación tiene que ser asumida por los maestros, ellos tienen que entrarle más fuerte para dotarlos con los saberes que les hacen falta. Nosotros tenemos mucho que hacer con ellos y no podemos fallarles”, asegura Deyanira González Landero. Tras el rezago y el poco interés en la escuela se encuentra la pobreza. Las familias llegan a trabajar y cada peso que obtienen es fundamental. Por esta razón, en Tabasco, el Pronim les entrega las mochilitas y los útiles que necesitan, “los niños siempre se ponen muy alegres —comenta la coordinadora estatal—. La mayoría nunca había tenido una; pero lo que más gusto me da son los maestros que los quieren de una manera muy especial durante las semanas o los meses que están con ellos, pues tienen que realizar un doble esfuerzo para avanzar mucho más rápido que con los alumnos que todo el año se quedarán en el salón”. Así, gracias a estos esfuerzos, el Pronim avanza en Tabasco, día a día más alumnos entran a sus aulas, día a día se fortalecen su estructura, su coordinación interinstitucional, su presupuesto, la capacitación de los docentes y las herramientas que buscan dotar de la mejor educación a los hijos de las familias de jornaleros agrícolas migrantes.
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Para regularizar a los alumnos del Pronim los maestros diseñan estrategias que aceleran su aprendizaje.
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l Pronim ha creado espacios para la promoción de la salud sexual y reproductiva. Por esta razón, desde 2010, ha sumado a sus programas el apoyo de Afluentes, una organización de la sociedad civil con la misión de “producir, sistematizar y difundir información, conocimientos y métodos en el campo de la salud sexual y reproductiva”. El tema se trabaja a partir de una metodología que forma a los docentes para que se conviertan en verdaderos agentes de cambio. Gabriela Rodríguez, directora de la organización, señaló que los profesores están ávidos de esta información y que la capacitación que reciben les ofrece una gran oportunidad para transformar su entorno, pues gracias a estas acciones, ellos son reconocidos en sus comunidades y pueden adaptar el discurso a las realidades locales e, incluso, son capaces de traducirlo a las lenguas de las familias migrantes. Como parte de este trabajo coordinado, los maestros del Pronim participan en el taller Construyendo saberes… Educación de la sexualidad y migración, el cual tiene el propósito de incrementar y mejorar la información en cuanto a salud y derechos sexuales, además de prácticas preventivas. Los docentes tienen acceso a diferentes materiales como videos didácticos que permiten un acercamiento respetuoso al tema. A través de ellos los docentes adquieren el saber y las estrategias para tratar el desarrollo infantil, los derechos de los niños, el abuso sexual, la prevención del embarazo no deseado y la prevención de enfermedades de transmisión sexual.
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Nuevos derroteros
nuevos derroteros D.F., Q uerétaro , Q uintana R oo , Y ucatán 2012
L El Pronim crece conforme se detectan nuevas poblaciones de migrantes.
as entidades que más recientemente se incorporaron al Pronim son el Distrito Federal, Querétaro, Quintana Roo y Yucatán. En ellas recién han comenzado las acciones para arrancar el Programa. Estas tres demarcaciones presentan un flujo migratorio principalmente compuesto por personas provenientes de comunidades indígenas o rurales que se desplazan hacia zonas urbanas para encontrar oportunidades de trabajo en el sector terciario, en la construcción o en la pesca. De ahí que Pronim considere necesario combatir, en estos estados, el rezago educativo y la marginación, a través de un sistema educativo que sea empático con la población migrante respecto a su diversidad social, étnica, cultural y lingüística. “En 2011 —nos dice Yedenira Pardo Pérez, encargada de la coordinación nacional del Programa—, la dgei proyectó la incorporación del Distrito Federal al Pronim. La razón que justifica esta medida responde a que, desde la década de 1940, se ha detectado en el Distrito Federal una migración proveniente del campo de familias que en algunas ocasiones hablan lenguas originarias y que en general se emplean en actividades que van desde los servicios turísticos, de apoyo en el hogar, comerciales y en la industria de la construcción, hasta las ferias y los circos que se desplazan por todas partes para ofrecer sus espectáculos.
La mayoría viene de Oaxaca, Guerrero, Puebla y Veracruz. La población en edad escolar, debido a su situación, no es atendida por las escuelas generales, por lo que el enfoque educativo del Pronim se convierte en su mejor aliado. En el Distrito Federal, el Pronim ha identificado algunas zonas donde la intervención es urgente: los límites con el municipio de Chimalhuacán y la delegación Iztapalapa serían las primeras zonas que se atenderán con centros escolares y horarios específicos”. En Querétaro, el Programa también da sus primeros pasos. Cristóbal Barreto Tapia —quien desde los primeros días de abril del 2012 se hace cargo del Programa—, nos cuenta lo que ha ocurrido en este brevísimo lapso: “En nuestra entidad, el Pronim se gestó a partir de una entrevista y una exposición que las autoridades nacionales nos hicieron del Programa. Le entramos sin pensarlo dos veces. Lo primero que necesitábamos era un diagnóstico, aunque por fortuna ya se había avanzado en este sentido: el Instituto Nacional de Antropología e Historia (inah) había publicado un libro muy importante sobre los migrantes y los indígenas queretanos, y la Sedesol también había caminado algo en este tema. Leímos estos materiales y le entramos al trabajo de campo para valorar la situación en la sierra. “En agosto hicimos una primera visita de campo, conocimos a las autoridades municipales del lugar adonde llegaban los migrantes, y conseguimos que nos prestaran un espacio para ofrecerles atención educativa. Después fuimos a los campos y conocimos unas familias que se quedaron. Ellas son de Hidalgo y sus niños no estaban recibiendo educación. Después empezamos a buscar, seleccionar y contratar a los maestros. Una vez que tuvimos a los docentes, trabajamos con ellos con una metodología que se llama relación tutora, la cual forma parte de la Estrategia Integral para la Mejora del Logro Educativo. El 20 de agosto los
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Nuevos derroteros
Pronim da sus primeros pasos para ocuparse del desarrollo educativo de los niños migrantes que habitan en ciudades cercanas.
migrantes empezaron a arribar a los campos, y nosotros comenzamos las visitas para ofrecerles educación. Arrancamos con trece niños y el nva en aumento. Ellos están en preescolar, primaria y secundaria. El servicio lo estamos prestando en la localidad de Concá, en el municipio de Arroyo Seco. “En este proceso no sólo nos ha ayudado la Coordinación Nacional del Pronim, la Sedesol le está ofreciendo becas a los niños que están estudiando y también está platicando con los padres de familia. En el caso de los muchachos de secundaria, la Sedesol también les ofrece becas, como si fuera un jornal, para que sus padres no se los lleven a trabajar. Con el dif también vamos por buen camino, sobre todo en lo que se refiere a las familias que migran dentro del estado. Vamos avanzando y ya requisitamos aulas y sanitarios móviles, pues bancas y pizarrones ya tenemos”. En cambio, en Quintana Roo, la historia del Pronim se inició a partir de los acuerdos que se tomaron en el Segundo Encuentro Nacional de la Red de Profesionales Indígenas, cuando la dgei incluyó a la entidad entre las que deberían dar atención a los migrantes. En 2012, el Pronim quintanarroense recibió 3.1 millones de pesos para iniciar sus acciones y se dieron los primeros pasos: un Plan Estratégico y el Proyecto
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Integral para su implementación e implantación. La meta es brindar educación a 200 alumnos en 2012; en un primer momento, las acciones se concentrarán en la Riviera Maya. Gracias a un enfoque de atención pertinente e inclusivo para la atención a los niños migrantes, especialmente los de origen indígena, en Quintana Roo se puso en marcha una serie de acciones que van desde la apertura de centros de atención educativa en las zonas de alta densidad de mano de obra temporal, hasta la realización de un diagnóstico que permitirá determinar la magnitud y los lugares precisos a los que llegan los migrantes. Asimismo, desde enero, los integrantes del Pronim iniciaron la coordinación con las instancias educativas que intervienen en la atención a los grupos migrantes. Así, en apenas unos meses, el Pronim ya está cosechando sus primeros resultados en Quintana Roo. Jorge Ariel Kantun Canul, coordinador del Pronim en Yucatán, también tiene una historia qué contar: “El Pronim inició sus trabajos en nuestro estado gracias a una propuesta que nos hizo la dgei. Ellos nos mostraron los beneficios que el Programa les da a los hijos de las familias de jornaleros migrantes. En Yucatán, como en cualquier
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Nuevos derroteros
El Distrito Federal, Querétaro, Quintana Roo y Yucatán comienzan a equiparse con lo necesario para disminuir la desigualdad de oportunidades.
otro estado, la migración tiene sus peculiaridades: la mayoría se va a otros estados o a Estados Unidos con tal de mejorar su economía familiar, pero estas personas suelen dejar a sus niños desprotegidos: a veces con la mamá y en otras ocasiones los ponen a trabajar. Además, recibimos gente que viene del interior de la República para entrarle al trabajo temporal. Debido a estas características ya estamos haciendo una investigación para tener el control directo de todas las personas que estarán en el Programa. Actualmente, la meta es brindar servicios de educación inicial y básica a 150 niñas, niños y jóvenes de familias jornaleras agrícolas migrantes o en condiciones de migración. ”En un primer momento —continúa Jorge Ariel Kantun Canul— vamos a establecer el Pronim en tres municipios, Tikul, Tekax y Peto, y sólo trabajaremos a nivel de primaria. En este momento ya contamos con cinco docentes, dos personas que se encargarán del Sinacem y un coordinador estatal. Ahorita tenemos la idea de implementar una escuela por cada municipio, pues debemos atender a cincuenta niños en cada lugar. Con los recursos que tenemos, queremos acondicionar los espacios que nos van a prestar los ayuntamientos de cada municipio, aunque también contamos con el apoyo de las escuelas que nos van a facilitar sus salones, porque en algunos municipios vamos a trabajar de tarde y en otros de mañana, pues nos tenemos que adecuar a los migrantes. ”Hemos contemplado coordinarnos con la Sedesol, con el dif estatal y con las dependencias que estén dispuestas a ayudarnos; y estamos trabajando en la difusión del Programa. Sólo de esta manera podremos decirle a la gente sus aspectos favorables y empezar a evitar la deserción escolar”. En el Distrito Federal, Querétaro, Quintana Roo y Yucatán, el Pronim da sus primeros pasos, firmes y seguros, para atender a los hijos de las familias de los jornaleros migrantes y abrir la posibilidad de que ellos accedan a un nuevo futuro.
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30 años de logros
E
l Pronim ha alcanzado logros significativos: ampliación de su cobertura, fortalecimiento docente e inclusión de otras poblaciones objetivo, además de la agrícola, para desarrollar sus labores educativas. En el 2011 el número de entidades involucradas en el Programa llegó a veinticinco. Asimismo, aumentó el número de alumnos beneficiados, que diez años atrás eran 11 280 y llegan a 135 000 en 2012. En el 2007 la cobertura se extendió al nivel preescolar, en 2008 a secundaria y en 2010 a la educación inicial. El 2009 fue un año clave para el Programa. Ese año se comenzaron a impartir atención educativa complementaria y asesorías específicas para fortalecer el manejo de conocimientos, habilidad y actitudes, así como para compensar debilidades académicas de los alumnos. En el 2011 dio inicio el programa de proyectos productivos en secundaria, mediante el cual los alumnos desarrollan actividades autosustentables en beneficio de sus comunidades. Las profesoras y los profesores del Pronim han participado en cursos de capacitación y actualización, se han celebrado numerosos encuentros estatales y nacionales para el intercambio de experiencias, con los cuales se propicia el aprendizaje entre pares. Asimismo, las y los docentes del Pronim se han capacitado en temas sensibles para la población con la que trabajan, por ejemplo, en la equidad de género y los derechos humanos. En 2012 el Pronim dio acceso a sus servicios a los hijos de las familias provenientes de otras naciones que ingresan al territorio mexicano para trabajar en la agricultura, así como a otros tipos de migrantes: pescadores, floristas, trabajadores de la construcción y comerciantes itinerantes. Así, es fácil comprobar que el Pronim trabaja en favor de la democratización del acceso a la educación, valorando y protegiendo las culturas diversas y sus diferentes cosmovisiones, con lo que contribuye a cerrar brechas sociales y a impulsar la equidad.
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años del pronim
1976-1982 1981 Veracruz 1982 Durango 1982-1988 1984 Nayarit 1985 Colima 1985 San Luis Potosí 2006-2012
1988-1994 1990 Jalisco 1992 Baja California 1994 Baja California Sur 1994-2000 1996 Oaxaca 1997 Sinaloa 1998 Hidalgo 1999 Sonora
2000-2006 2002 Morelos 2003 Puebla 2003 Nuevo León 2006 Chihuahua 2006 Guerrero 2006 Michoacán 2006 Tamaulipas
2007 Coahuila 2008 Chiapas 2008 Zacatecas 2009 Guanajuato 2010 Estado de México 2010 Tabasco 2012 D.F. 2012 Querétaro 2012 Quintana Roo 2012 Yucatán
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E N T R E V I S TA D O S
Estado de méxico
Baja California
Coordinadora estatal: Edith Chavira Campos. Colaboradores: Yunes Denise Chavira Velázquez Hilario García García Ana Karina Gutiérrez López Roxana Íñiguez Medina Elizabeth Janette Soto Gutiérrez María Amelia Ema Valdivia García.
Baja California Sur
Coordinador estatal: Antonio Miranda Alarcón. Colaboradores: Rolando Armenta Alma Rosa Farías Gómez Luis Manuel Guzmán Olivo Lilian Martínez Velázquez Isis Berenice Sepúlveda Monteverde Geovanne Manuel Talamantes Carballo. Alumnos: Rafael Castillo Ramírez Nancy López de Jesús Alma Daritza Soto Hernández.
Chiapas
Coordinador estatal: Henri Balbuena Vidal. Colaboradores: Miguel Eduardo Barrios Selvas Yuriana Gómez Mileni Guerrero González.
Beatriz
Chihuahua
Coordinador estatal: Horacio Echavarría González. Colaboradores: Sandra Luz Araujo Tapia Liliana Arroyos Beltrán María Dolores Cázares Olga Lucía Díaz Carolina Díaz Ortiz Azucena Enríquez González Denise Yesenia Grajeda Ana Karen Herrera Rocío Graciela Ochoa Baca Luz María Ortiz Amaya Jesús Antonio Salaices Tercero Alma Edith Terrazas Julia Eleana Terrazas.
Coahuila
Coordinadora estatal: María del Carmen Maltos Soto. Colaboradores: Salma Patricia Aguilar Pérez Myriam Argentina Gámez Alanís.
Coordinador estatal: Aurelio Pérez Romero. Colaboradores: Ofelia Antonio Santiago Rosa Hernández Vélez Alexis Daniel Herrera Galván Salomé Juárez Aguilar Concepción Juárez Aveleyra María Guadalupe Longinos Martínez Mayra López González Vicente Vázquez Hernández.
Guanajuato
Coordinador estatal: Gabino Villegas Carrillo. Colaboradores: Miguel Fernando Aguilar Martínez Luis Eduardo Cipriano Zamora Ana María Gutiérrez Rangel Taidé Karina Guerrero Godínez María Concepción Lona Ramírez Guadalupe Manríquez Cuesta Azucena Rodríguez Cisneros Adán Xotlanihua Tezoco.
Guerrero
Coordinador estatal: Arturo Delgado Torres. Colaboradores: Irma Castro Morán Gabriela Cortés Cortés Isabel Cristina Gutiérrez Víctor Montiel Valadés César del Moral Hernández Olga Salazar Ciriaco Brenda Lidia Sabarca Juana Sánchez Castro Guillermo Torres Flores Diana Tovar Villamil. Alumnos: Yuleta Guadalupe Ávila Ramiro Mauricio Martínez Rosalba Genara Ortiz.
Hidalgo
Coordinador estatal: Jorge Mejía Tena. Colaboradores: María del Carmen Aguilar Márquez Ana Lydia Benítez Hernández Efraín Godínez Vera Juan Carlos Jiménez Barrera Maximino López Martínez Edith Mendoza Barrera Araceli Montero Pérez José Luis Olvera Trejo.
Jalisco
Coordinadora estatal: Yalila Mireya Mancilla Chávez. Colaboradores: Aurencia Arellano Granados Jesús Eloy Arias Ávila Francisca Velasco Castro.
Coordinador estatal: Raúl Casillas Chávez. Colaboradores: Guillermina Elvira Plascencia María Eunice Leal García Rocío del Carmen Gálvez Godínez María de Lourdes Villalvazo María Yesenia Villalvazo Díaz.
Durango
Michoacán
Colima
Coordinador estatal: José Soto Vargas. Colaboradores: Raúl Contreras Rivas Yazmín Estela Franco Avitia Sergio Nájera Cano Juan Carlos Ontiveros Soto Claudia Lorely Reyes Domínguez María Elena Soto Gallegos.
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Coordinadora estatal: María de los Ángeles Rosas Rodríguez. Colaboradores: Juan Antonio Arciaga Álvarez Teodoro Eduardo Durán Álvarez Leonardo Macías Alcocer Ana María Méndez María Trinidad Torres Nápoles.
Morelos
Coordinadora estatal: Fany Marisol Rodríguez Bonilla. Colaboradores: Homero Bonilla Ernesto Romero.
Bárbara Tyler Karenn Jazmín Valdez Gárate Jessica Valenzuela Rubio. Alumnos: Ubaldo Ruiz Herrera Brenda Nayeli Verdugo Higuera.
Nayarit:
San Luis Potosí
Coordinador estatal: Armando Meza Heredia. Colaboradores: Lisbeth Arreola Romero Salvador Carrillo Estrada Jazmín Cisneros Mayra Díaz Sandoval María de Jesús Ibarra Bernal Leticia Mejía Carrillo Noé Alonso Ventura Ibarra José de Jesús Zepeda Peña.
Nuevo León
Coordinadora estatal: Melva Martínez García. Colaboradores: María Inés Camarillo Pedraza Rosa Trinidad Delgado Pons Guadalupe García Martínez Daniel Rigoberto Giménez Guillárdez Luis Humberto Rosales Galera. Alumnos: Eleazar Martínez Karen Menantes Reyes Claudia Prisco.
Oaxaca
Coordinador estatal: Javier de Jesús Rendón Sosa. Colaboradores: José Armando Castro Terán Josefina Chávez García Porfirio García San Pedro Carmelina de Jesús Martínez Sara Belem Olivera Cortés Agustín Sánchez Navariega Mario Alberto Vázquez Hernández.
Puebla
Coordinador estatal: Bartolo García Luna. Colaboradores: Adelaido Díaz Díaz Yeni García Morales Abigail Graciano Ramos Sabino Hernández Reyes Daniela Romero García.
Querétaro
Coordinador estatal: Cristóbal Barreto Tapia.
Quintana Roo
Coordinador estatal: Maximiliano Perera Tuz.
Sinaloa
Coordinador estatal: Juan Pantaleón Morales. Colaboradores: Sara Eduviges Alcaraz Alejandro Breceda López Mauro Cabrera Adriana María Cortés Quintero Dolores Durán Flores Ana Karina González Noriega María del Carmen López Castro Marisol Medina Guzmán Alfredo Méndez Ventura Perla Azucena Orrianta Juan Daniel Ortiz González Lucinda Ramírez Emanuel de Jesús Rojas Vázquez Sinthia Yanet Soto López Bertha
Coordinadora estatal: Silvia Zulaica Villagómez. Colaboradores: Luz María Guadalupe Camacho Ariana Márquez García.
Sonora
Coordinadora estatal: Rosa María Esquivel Mendívil. Colaboradores: Sonia María Cázares Miranda Brenda Espinoza Ruiz Dagoberto Flores Cota Aída de Hoyos Oros Ilse Aidé Magaña Castillo Jesús Adán Méndez Gastélum Carlos Josué Míquer Leyva José Luis Parra González Olga María Pérez Hernández Rosa María Pulido Acuña Carolina Zúñiga López.
Tabasco
Coordinadora estatal: Deyanira González Landero. Colaboradores: Julián de Jesús Alcocer López Liliana Domínguez Esmeralda Santos Carrillo.
Tamaulipas
Coordinadora estatal: Sandra Luz Pedraza Anaya. Colaboradores: Edna Carolina Barrón Castillo Sonia Janette Sánchez Felipe López Guevara.
Veracruz
Coordinador estatal: Fernando González Cruz. Colaboradores: Amalia Márquez Aguirre Manuel Calán Marcial María Lilia Carbajal Moreno Marisol Delgado Licona Mónica Gómez Campos Silvia Hermida Gutiérrez Margarito López Chávez Martha Alicia Sánchez Teoba.
Yucatán
Coordinador estatal: Jorge Ariel Kantun Canul.
Zacatecas
Coordinador estatal: Arnulfo Pinedo Zaldívar. Colaboradores: Yadira Becerra Bernal Nallely Huerta Ramos Lucía Teresa Luna Reyes Sonia Yadira Sánchez Reyes Perla Maritza Sánchez Barrón Fátima del Rosario Sandoval Cervantes María Antonieta Solano Martínez.
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Saberes itinerantes 30 años del P ro n i m
Este libro se terminó de imprimir en el mes de diciembre de 2012 en los talleres de Quad/Graphics Querétaro, S.A. de C.V. Lote 37 s/n, Fraccionamiento Industrial La Cruz, El Marqués, Querétaro. Para su composición se usaron las familias tipográficas The Serif, Eureka y Today.
30 A Ñ O S DEL P RO NI M SA B E RE S I TI NE R AN TES
S e c r e ta r í a d e E d u c ac i ó n P ú b l i c a Emilio C huayffe t C hem o r S u b s e c r e ta r í a d e E d u c ac i ó n B á s i c a Alb a Martíne z Olivé D i r e c c i ó n G e n e r a l d e E d u c ac i ó n I n d í g e n a Ro s alinda Mo rale s Gar z a D i r e c c i ó n pa r a l a F o r m ac i ó n y D e s a r r o l lo P r o f e s i o n a l d e D o c e n t e s d e E d u c ac i ó n I n d í g e n a Édgar Ye s id Sie rra Sole r D i r e c c i ó n d e E d u c ac i ó n B á s i c a Alicia Xo chitl Olve ra Ro s a s D i r e c c i ó n d e A p oyo s E d u c at i vo s Patricia Gó me z R ive ra D i r e c c i ó n pa r a e l D e s a r r o l lo y F o rta l e c i m i e n to de la s Lengua s Indígena s Ele ute rio Olarte Tib u rcio
SABERES ITINERANTES
30 PRONIM AÑOS DEL
C o o r d i n ac i ó n A d m i n i s t r at i va Vice nte Silva Pé re z