Rector Mayor
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ditorial
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l Sistema Nacional de Nivelación y Admisión de la SENESCYT pide para los aspirantes a profesores el mayor puntaje, 800 sobre 1000, igual que para estudiar medicina. El Presidente de la República reacciona ante los pobres resultados del SNNA ofreciendo a los mejores bachilleres que deseen estudiar Pedagogía o Ciencias de la Educación, un sueldo mínimo durante los años de estudio de la carrera. El tema de la docencia es prioritario para el Gobierno Nacional y para la sociedad ecuatoriana. Eddy Apolo nos lo propone también. Es una invitación a ponernos ante el espejo del Maestro Jesús y su figura de Buen Pastor vista desde los ojos de Don Bosco como educador y creador del Sistema Preventivo Salesiano. El artículo de Eduardo Morán nos coloca ante los desafíos de una «educación en valores». Nuestro estilo de vida está marcado por los valores que vivimos, los mismos que están sometidos a los rápidos e inesperados cambios que se producen en nuestra sociedad. La redimensión de los valores se produce constantemente. Un sueño nace con la idea de mostrar una nueva faceta e imagen de un Don Bosco que como sacerdote, futbolista, técnico, científico, deportista, malabarista, zanquero, músico, periodista, cantante, mimo, doctor, se identifique con el joven, Xavier Coronel nos cuenta cómo lo logró. «Los caminos del Señor son imprevisibles. Él no pudo ser sacerdote pero, probablemente, con su trabajo en el campo de la prensa, alcanzó más personas y pudo ejercitar un influjo mayor que si lo hubiera sido», José Ruaro nos deja un gran vacío: el fundador de la hoja dominical “Luz del Domingo” ha fallecido; queremos rendir tributo a su persona a través de su perfil en la pluma de Juan Bottasso. Este Boletín es un gracias a José Ruaro por su vida siguiendo a Don Bosco como comunicador y catequista genial.
P. Javier Herrán, sdb 3
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CONOCER A DON BOSCO
PASCUAL CHÁVEZ VILLANUEVA
EL FUEGO DEBE PROPAGARSE Responder a las necesidades de los «jóvenes pobres y abandonados» en tensión salvadora GLOBAL, mirando en forma previsora y abierta todo el universo juvenil Los inicios del Oratorio son conmovedores: «Como no podía tomar personal de servicio, hacía con su madre todas las labores domésticas. Mientras Margarita atendía a la cocina, vigilaba el lavado, repasaba y planchaba la ropa y remendaba los vestidos rotos, él cuidaba todos los más pequeños detalles. En aquellos primeros años en que Don Bosco hacía vida común con los muchachos, cuando no se movía de casa, estaba dispuesto a todo. Por la mañana insistía para que los chicos se lavaran las manos y la cara, peinaba a los más pequeños, les cortaba el pelo, les cepillaba la ropa, les arreglaba la cama desarmada, barría las salas y la iglesita. Su madre encendía el fuego y él iba a buscar agua, cernía la harina de maíz y acribaba el arroz. A veces desgranaba los guisantes y mondaba las patatas. Preparaba, frecuentemente, la mesa para sus huéspedes y fregaba los cacharros y las ollas de cobre que, en ocasiones, pedía prestadas a algún vecino benévolo. Según iba haciendo falta, fabricaba o arreglaba algún banco para que los muchachos pudieran sentarse, y partía leña» (Memorias Biográficas III, 280-281).
Cortesía UETS-Cuenca
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La historia muestra que el empeño de Don Bosco inicia con los jóvenes encontrados en los años cuarenta, en gran parte emigrantes, abandonados a sí mismos. Su aporte inicial es principalmente pastoral, pero en seguida se amplía a una acción caritativa, asistencial, educadora y formadora global, para responder a todas sus necesidades materiales y espirituales, temporales y eternas. El «fuego de caridad» que lo empuja a trabajar para la «salvación de las almas» lo orienta a una acción concreta de salvación religiosa y, contemporáneamente, civil y moral.
Rector Mayor La «porción» de las esperanzas En 1849, Don Bosco manda imprimir una Advertencia Sagrada en la cual escribe: «La porción de la sociedad humana, sobre la cual están fundadas las esperanzas del presente y del porvenir, la porción digna de los más solícitos cuidados es, sin duda, la juventud. Si se la educa rectamente, habrá orden y moral; por el contrario, solo vicio y desorden. La religión es capaz de comenzar y realizar la gran obra de una verdadera educación» (Memorias Biográficas III, 403). Mientras ofrece a los jóvenes instrumentos formadores integrales para hacerlos «buenos cristianos y honrados ciudadanos», se esfuerza por regenerar la sociedad y la cultura. Su recorrido no es el de los filósofos e ideólogos. Don Bosco no es un pensador ni un revolucionario, sino un formador. Comienza por responder a las exigencias inmediatas de los jóvenes que encuentra. Así del catecismo pasa al oratorio festivo, luego a la «casa anexa» con laboratorios y clases de secundaria, al apostolado de la imprenta, a la fundación de la Sociedad Salesiana y de las Hijas de María Auxiliadora, al inicio de colegios e internados afuera de Turín, a las misiones, a la Unión de los Cooperadores, al cuidado de vocaciones jóvenes y adultas… La mente y el corazón Con el tiempo y el cambio de las situaciones sociales, la idea de «jóvenes pobres y abandonados» se alarga a zonas más amplias. A la pobreza económica y al abandono educacional de los jóvenes acogidos en los primeros años, se añade la percepción de otras pobrezas: afectivas, educacionales, sociales, culturales, de valores, de moralidad, de religión, de espíritu… Entre 1841 y 1888 la sociedad mundial se transforma, bajo la presión del progreso, del comercio, de la industria, del deseo de rescate popular, de las ideologías, de las leyes, de las ambiciones políticas y nacionalistas, del colonialismo, de las migraciones. La juventud pobre y abandonada aumenta, en todos los niveles y en todas partes del mundo. Para «salvar» a estos jóvenes no bastan el catecismo y la pastoral del domingo: hace falta una acción formadora global, que penetre en la mente y en el corazón
rencia, pero ya no basta. Para alcanzar un número más amplio de jóvenes y para entregarles los instrumentos de salvación y formación necesarios en las escenas nuevas, él se lanza en empresas más amplias, cabalgando sobre todo la demanda de instrucción escolar y profesional. También el empirismo educacional de los primeros años y la conducción familiar de la casa son estudiados nuevamente en vista de un sistema educativo orgánico, adaptado a las nuevas obras, que integre experiencia histórica y nuevas exigencias: los años setenta y ochenta para Don Bosco son caracterizados por documentos de mucho valor pedagógico. También la organización de las obras exige una reglamentación más cuidadosa: en 1877 se imprimen el Reglamento de los externos y el de las Casas (cf. OE XXIX), que se presentan como verdaderos proyectos educativos y pastorales para obras complejas y comunidades educativas articuladas. Como levadura en el mundo Mientras tanto, a nivel eclesial, emerge un nuevo modelo de creyente, el testigo activo o partícipe, que pide una espiritualidad idónea a su misión en el mundo, recorridos formativos y pastorales adecuados. También esto empuja Don Bosco a la acción: de la preocupación de formar a buenos cristianos y honrados ciudadanos, pasa a un objetivo más ambicioso, equiparlos para una misión caritativa, apostólica y de testimonio en lo social. Sus charlas traídas por el Boletín de los años ochenta manifiestan claramente esta abertura. Los Cooperadores y los Exalumnos son vistos ahora también en esta perspectiva militante.
Un proyecto estructurado Don Bosco ensancha sus horizontes, articula sus propuestas, alarga la esfera de sus actividades. El oratorio festivo continúa siendo la experiencia ejemplar de refehttp://goo.gl/XuATo
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Un sueño plasmado en un dibujo Don Bosco. ¿Quién no ha escuchado de Juan Bosco? ¿Quién no ha leído algo sobre este sacerdote? ¿Quién no conoce su pedagogía? Un santo que en su vida dejó huellas imborrables de su trabajo evangelizador y educativo, de su amor por los jóvenes, de la manera cómo conquistar el corazón de sus oratorianos mediante malabares, magia, carreras, juegos, etc.; de la originalidad de capacitar a sus muchachos en oficios como carpintería, zapatería, tipografía. La pregunta es ¿quién no sabe de él? Me atrevería a decir que la gran mayoría de personas en el mundo lo conoce. Hasta en un tango famoso –Cambalache– está el nombre del Santo moderno. Lo hemos conocido a través de fotografías, las mismas que han permitido, que más de un artista, plasme su rostro en pinturas, logos, estatuas, caricaturas, dibujos, cómics, etc. Es así como muchas generaciones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes han conocido al Soñador.
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Es así que, también nosotros, hemos soñado y plasmado a nuestro querido «Bosquito» en una nueva propuesta de ilustración. Este sueño nace con la idea de mostrar una renovada imagen de Juan, un Bosco que como sacerdote, futbolista, técnico, científico, deportista, malabarista, zanquero, músico, periodista, cantante, mimo, doctor, etc.; se identifique con el joven. Pero ¿cómo nació esta idea? En una clase a un grupo de estudiantes de décimo año, les proyecté unas fotos reales de Don Bosco, las cuales llegaron a impactar a los muchachos, pero más impresionado quedé al escuchar que uno de ellos al fondo le decía a su compañero: «Que suerte conocer a Don Bosco, pero ojalá hubiera un video». Este pensamiento me dejó divagando. Es así como en la Navidad del 2010, al ver unos dibujos animados de «Disney», «Pixar», «DreamWorks» que tenían figuras mucho más reales y volumétricas de sus personajes en 2D y 3D, me hicieron soñar con una agenda para el periodo escolar 2011-2012, en cuyas páginas estuviera un Don Bosco en diferentes facetas. Pero para que este sueño se plasme en realidad necesitaba de un equipo de gente que realice este trabajo exigente y que lo haga con amor y convencidos de lo que se pretendía con este personaje. Para fortuna mía, el Técnico Salesiano, en el mes de septiembre de 2010, a través de Alberto Delgado, había creado un nexo muy significativo con el renovado Centro Gráfico
Salesiano, en el que se proponía que todo el material publicitario de nuestra institución educativa sea producido e impreso allí. En conversaciones con Patricio Llivicura, jefe del área de diseño, presenté la propuesta de hacer un Don Bosco de acuerdo a las demandas de las nuevas tendencias de los dibujos animados; dicha tarea fue asignada a Eduardo Delgado, quién con paciencia, talento, creatividad y arte logró el Don Bosco tan anhelado. Luego les entregué un listado de «Bosquitos» realizando diferentes actividades. No contento con esto, abusé de la generosidad salesiana y laboral de estos amigos y les pedí un Jesús, una María Auxiliadora y un P. Carlos Crespi. Al poco tiempo me comentaron que el P. Javier Herrán los quería impresos en los cuadernos que saldrían para los estudiantes, la propuesta había tenido aceptación. El P. Marcelo Farfán, nuestro inspector, daba su visto bueno. En mayo se realizó el primer video de «Bosquito» caminando por el patio del edificio «Miguel Rúa» de la UETS.
los personajes se identificaban con los destinatarios. Nuestros Salesianos de la comunidad de Yanuncay también debían hacerlo con los jóvenes y con quienes están en nuestros ambientes y así crear una identidad de familiaridad; es así como nacieron las ilustraciones del P. Javier Herrán, Sr. Sandro Gavinelli y P. Fernando Ramírez, las mismas que fueron publicadas en el periódico Informatécnico del mes de marzo. Sabemos que los Bosquitos ya se los pueden ver en publicaciones italianas, mexicanas, colombianas y próximamente españolas. Como Unidad Educativa «Técnico Salesiano» y «Centro Gráfico Salesiano» ponemos a su disposición este trabajo para que a través de estos personajes podamos continuar con el sueño de San Juan Bosco en la evangelización y educación de nuestros jóvenes. Lic. Javier Coronel Gutiérrez Comunicador Institucional UETS
Pero la idea de que los jóvenes se identifiquen con estos personajes todavía estaba en dudas, hasta que salió la agenda. César Banegas, nuestro rector, contento y nuestros jóvenes compenetrándose con cada faceta de Don Bosco. La trilogía: Jesús, María Auxiliadora y Don Bosco, tuvo éxito y el P. Crespi también, se logró el primer objetivo,
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Iglesia y Gobierno piden a Don Bosco que envíe a los salesianos al Ecuador http://goo.gl/EbnSK
Mons. Ordóñez, Arzobispo de Quito, con ocasión de su viaje a Roma para realizar la visita Ad Limina con el Papa León XIII, y habiendo recibido de parte del Gobierno del Dr. Plácido Caamaño, plenos poderes para formalizar el contrato con Don Bosco para el envío de los salesianos al Ecuador, llegó a Roma. Conocedor del gran aprecio y obediencia filial que tenía Don Bosco por el Papa, Mons. Ordóñez dirigió al Papa León XIII una comunicación solicitando del Santo Padre su valiosa y decisiva intercesión1. Quito, noviembre 5 de 1886 Beatísimo Padre: La Iglesia fomenta en nuestro país, las artes, la industria y la agricultura. Estas consideraciones nos han movido a pedir el establecimiento de los Salesianos en la República a fin de que la Iglesia, por medio de este activo Instituto Religioso, despierte y organice en nuestro pueblo el trabajo, y salve de este modo la moralidad pública. Para llevarla a cabo solicito la aprobación y el apoyo decidido de Su Santidad, como Padre común de los creyentes… (extracto) f) José Ignacio Ordóñez, Arzobispo de Quito2
El Pontífice León XIII no solo aprobó, sino que autorizó a Mons. Ordóñez para que le escribiera a Don Bosco diciéndole que era su deseo el envío de los salesianos al Ecuador. Mons. Ordóñez entonces escribió esta carta a Don Bosco: Roma, enero 20 de 18873 Al muy Rvdo. Don Bosco, Superior General de los Salesianos Reverendísimo Señor:
1 Archivo Histórico Inspectorial de Quito-Ecuador. Cartas de personajes ilustres. Anexo Carta N.º 2: Carta de Mons. Ordóñez dirigida al Papa León XIII. 2 Archivo Histórico Inspectorial. Cartas de personajes ilustres. Quito. 3 Archivo de la Curia Metropolitana Quito – Ecuador, manuscrito.
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He tenido la suerte de hablar con nuestro Santísimo Padre Papa León XIII, exponiéndole la gran necesidad de sacerdotes de su Congregación de V. R., le dije, que V. R., a fuerza de mi insistencia, me ha ofrecido dármelos… esperando que todo quede allanado, para que así pueda yo decidir mi viaje a Turín, con el fin de arreglar los pormenores de nuestros compromisos. Esperando la feliz respuesta de vuestra Reverencia tengo a mucho honor el suscribirme. Atento y S.S. José Ignacio, Arzobispo de Quito. El 26 de enero de 1887, Mons. Ordóñez, al tener conocimiento de la aceptación de parte de Don Bosco, le escribe una carta, agradeciéndole e indicándole las facilidades y ayudas que el Gobierno ecuatoriano proporcionará a los salesianos. El 12 de febrero, Mons. Ordóñez viaja a Turín y se encuentra con Don Bosco. Su encuentro fue muy cordial y halagüeño. Juntos elaboraron el Contrato que fue firmado por las dos partes el 14 del mismo mes. El 11 de mayo, el Presidente Caamaño, al tener conocimiento de esta buena noticia, escribe una carta a don Bosco: Turín, 11 de mayo de 1887 R.P Juan Bosco De mis consideraciones: Cábeme la honra de saludar a usted, respetuosamente al contestar su estimada comunicación del 7 de marzo anterior. Nuestro Rvmo. Señor Arzobispo Mons. José Ignacio Ordóñez me ha comunicado ya las condiciones con las que los Rvdos. PP. Salesianos se han comprometido venir a este país para prestarnos sus importantísimos servicios. Mucho ansío por lo pronto el arribo de la expedición de los misioneros enviados a nuestra República de cuya benéfica acción tantos beneficios esperamos conseguir. Me es grato ofrecer a usted mis respetos suscribiéndome. Su atento y obsecuente SS. José María Caamaño 4 Presidente del Ecuador Don Bosco, quien ya había visto en un sueño profético las tierras americanas, accedió al pedido del Gobierno y de la Iglesia del Ecuador. En el famoso sueño misionero de San Benigno Canavese (1883) había contemplado, como en pantalla, la América del Sur y el lugar donde él se encontraba era precisamente sobre la línea ecuatorial. Don Bosco, el 14 de diciembre de 1875, ya había destinado a los primeros salesianos a la Argentina y, a continuación, los envió a Uruguay, Brasil y Chile. Fueron once expediciones con 150 salesianos y 50 Hijas de María Auxiliadora, y 30 obras. «¡Tengo un grillo en mi cabeza!», decía Don Bosco, era la preparación de la expedición número 12 de sus misioneros para el Ecuador. 4 Cfr. Archivo Histórico Inspectorial Salesiano. Quito-Ecuador. Ceria E, MB Vol. XVII, apéndice de documentos N.º 8,
pág. 662.
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PONERSE AL DÍA O MORIR
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ay una expresión tan repetida que ya casi se ha convertido en un mantra: «O la Iglesia se pone al día o quedará sin adeptos». Es algo que suena bastante razonable. La Iglesia ha proclamado en el Concilio Ecuménico Vaticano II que quiere ser «luz de las gentes» y compartir las alegrías y esperanzas de la humanidad. Evidentemente todo esto resultaría imposible si quedara desconectada de los problemas del tiempo y proclamara el Evangelio con un lenguaje anacrónico. Pero examinemos el planteamiento un poco más de cerca. ¿Qué implica eso de «ponerse al día?» Los que proclaman que la Iglesia está quedando rezagada por no sintonizar con la modernidad casi siempre aluden a unos temas muy específicos: matrimonio gay, eutanasia, aborto, abolición del celibato para los sacerdotes… ¿Estamos seguros que, si la Iglesia dejara de oponerse a todo esto, los templos se llenarían de gente exultante, se incrementaría la frecuencia a los sacramentos, las familias serían más sólidas y todos vivirían más a plenitud el mensaje del Señor? Hay motivos para dudar. Para comprobar la hipótesis no es el caso de perderse en elucubraciones, sino simplemente de echar una mirada a las denominaciones cristianas que han demostrado una total apertura y comprensión en estos campos: en lo que a la práctica religiosa se refiere, se encuentran en una situación más crítica que la Iglesia Católica. Lo hizo notar el escritor peruano, Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, a raíz de la Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid. Es posible que cierto porcentaje de personas, especialmente jóvenes,
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tomen distancia de una Iglesia que advierten como cerrada frente a temas para ellos sensibles, tales como los relacionados con la ética sexual. Pero, si esa misma Iglesia, para «estar al día», aceptara acríticamente todas las solicitaciones que le llegan de las direcciones más diversas, se crearía una confusión total. Ella, en efecto, no es una entidad que formula sus normas en base a encuestas periódicas de opinión. Si su presencia se redujera a avalar todo lo novedoso que se presenta, a la postre resultaría totalmente superflua. La doctrina que proclama la recaba de las Sagradas Escrituras, de las cuales es guardiana: no las puede manipular. Si, para estar en consonancia con los tiempos, hubiera aceptado la mentalidad corriente, en tiempos del Imperio romano, no habría sufrido las persecuciones, pero habría pasado desapercibida, como tantos movimientos religiosos de la época. Ir contra corriente ha sido una característica bastante constante en su larga historia. Mantener cohesionada una Iglesia con mil doscientos millones de miembros, pertenecientes a las culturas más diversas y con ideologías a menudo contrastantes, es una tarea titánica. El Papa Benedicto la lleva adelante con firmeza, unida a la prudencia que todos le reconocen. Los temas arriba anotados, para los cuales se reclama mayor apertura, no son banalidades y deben considerarse muy seriamente. La Iglesia lo está haciendo, sin apresurarse en manifestar una aceptación automática, o un rechazo inmediato. Pero no son el meollo de sus preocupaciones actuales. Lo urgente es proclamar el Evangelio en su integridad, empezando con dar testimonio concreto de su vivencia; oponerse al materialismo, el individualismo, el hedonismo imperantes. Lo que necesita esta generación es ser ayudada a redescubrir el sentido de la existencia. Los demás son temas importantes, pero no tanto como para constituir el punto de arranque de una renovación. Esta partió siempre de un retorno a la Fuente, es decir, a Jesucristo. La tarea primordial de la Iglesia sigue siendo la predicación de su mensaje. P. Juan Bottasso, sdb
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José Ruaro Cuando, a comienzos de los años sesenta, vi llegar a Cuenca al Sr. José Ruaro, me pareció tratarse de una cara conocida. Fue fácil averiguarlo y así resultó ser. Años antes nos habíamos visto en Valdocco (Turín) aunque nunca tuvimos la oportunidad de conversar. Yo era muchacho y realizaba mis estudios en aquella primera casa fundada por Don Bosco. Ruaro era un joven coadjutor salesiano. Fue solo mucho más tarde que me contó su historia. Al terminar el bachillerato, él se había orientado hacia la vida salesiana y deseaba ser sacerdote; con ese propósito había ingresado al noviciado. Pero eran años durísimos, los últimos de la Segunda Guerra Mundial. No había calefacción (en Piamonte el invierno es riguroso) y la comida era muy escasa, así que él sufría continuos dolores de cabeza. Los superiores no atinaron a entender que no se trataba de un problema congénito, sino de una simple debilidad debida al hambre, así que sentenciaron que, en aquella situación, le resultaba imposible continuar los estudios para el sacerdocio. Para José el golpe fue muy duro, pero había decidido quedarse con Don Bosco y no cambió de idea. El Superior general de los salesianos, el enérgico y creativo padre Pedro Ricaldone, acabada de fundar un gran centro catequístico (LDC, Librería de la Doctrina Cristiana) con el propósito de producir y difundir un material de tipo popular y divulgativo, que llegara a las manos del mayor número de agentes de pastoral.
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Pronto se abrió una librería en Madrid y José Ruaro fue enviado allá, para ayudar a organizarla. Fue así como comenzó a volverse experto en ese campo en el cual trabajaría después toda la vida.
Curtido en la escuela de la austeridad vivida en la juventud, Ruaro era un trabajador incansable, incapaz de desperdiciar el más pequeño retazo de tiempo.
Los caminos del Señor son imprevisibles. Él no pudo ser sacerdote pero, probablemente, con su trabajo en el campo de la prensa, alcanzó más personas y pudo ejercitar un influjo mayor que si lo hubiera sido.
Con quienes trabajaban con él, era exigente, pero sabía hacerse querer.
Su vida de medio siglo en el Ecuador fue intentísima, si se exceptúan los años de la enfermedad, y se desarrolló toda entre Cuenca y Quito. Tanto en la capital azuaya como en la del país, su presencia fue clave para potenciar las tipografías que ya existían en ambas ciudades. Pero donde desplegó su mayor energía y creatividad, fue en dar inicio a una serie de publicaciones que siguen editándose y conocen un continuo proceso de mejoramiento. En el Ecuador deben ser muy pocos los católicos que no hayan tenido en sus manos, siquiera alguna vez, la hoja «Luz del domingo». José Ruaro la comenzó y cuidó personalmente su publicación por muchísimos años. A él se debe la creación de las revistas: Ser Familia, Ser Joven, Ser Niño, Celebrar y Anunciar. Es muy conocida su habilidad en encontrar y motivar a los colaboradores, a pesar de ser también proverbial su parquedad en retribuirlos.
Para sus publicaciones estaba en permanente búsqueda de motivos de inspiración, que le permitieron renovarse continuamente. La Conferencia Episcopal Ecuatoriana reconoció sus múltiples méritos en el campo del apostolado, condecorándolo en 1992, en el trigésimo aniversario del inicio de la «Luz del Domingo». Los dos expresidentes de la misma Conferencia, Mons. Mario Ruiz y Mons. Néstor Herrera, estuvieron presentes en sus exequias. José Ruaro desplegó una actividad enorme y todas las iniciativas que emprendió siguen admirablemente vigentes. Pero, nada de lo que hizo hubiera sido posible, sin la determinación con la que decidió «quedarse con Don Bosco», a pesar de todo.
Juan Bottasso, sdb
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a l n do e
a i r a t n u l o v El
Hay quienes piensan que la gente joven no está interesada en las realidades sociales y políticas y se los califica de apática. Lo que no se dice es que estamos en un momento en el que los modelos tradicionales están cambiando y que la juventud busca nuevas maneras de participación social y política. ¿La juventud actual es apática, indiferente con la política? Sí y no. Sí con los modelos tradicionales, y no porque tiene mucho que decir, demandar y ofrecer. La juventud quiere participar, pero las formas de hacer política no se han modernizado. No se ve representada, no siente que sus preocupaciones sean las mismas que la de las personas que están en política. En las estructuras de poder todavía hay machismo y un cierto carácter gerontocrático que aleja a la juventud. Muchos jóvenes no son militantes de partidos políticos, pero si tienen vinculación con alguna organización que promueve actividades voluntarias diversificadas
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dentro de ONG’s y organizaciones juveniles eclesiales. Estas formas de pertenencia, participación y compromiso son signos buenos y alientan una «cultura de la vida»1 que se manifiesta en diversas formas de voluntariado que tiene la finalidad de «promover la dignidad de cada hombre y cada mujer, la reciprocidad en el amor, la convivencia entre los pueblos, bajo el emblema de la comunión y la paz»2. Este es un testimonio de solidaridad y gratuidad frente a un mundo individualista que, además, contribuye a eliminar las causas que generan pobreza e injusticia y a la toma de conciencia sobre los derechos de las personas3. El servicio voluntario es un derecho y oportunidad que tienen los jóvenes de ser sujetos activos en la producción, labores de autosustento, iniciativas comunitarias4 1 Cfr. Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, Cooperación al desarrollo, Editrice misionaria Italiana, Bologna – Italia, 2007. 2 Íbid., pág. 7. 3 Cfr. Direzione Generale Opere Don Bosco, El voluntariado en la misión salesiana, Roma 2008. 4 Cfr. Constitución del Ecuador, 2008.
ofreciendo libremente su tiempo, talento, energía a otros y a sus comunidades a través de la acción colectiva o individual, sin importar su origen étnico y cultural, religión, edad, sexo, condición social o económica5.
Los laicos, sin embargo, están llamados particularmente a hacer presente y operante a la Iglesia en los lugares y condiciones donde ella no puede ser sal de la tierra si no es a través de ellos»8. El mensaje de Cristo «pregonado con el tesEl voluntariado en el magisterio de la Iglesia timonio de vida y de la palabra adquiere una nota específica y una peculiar eficacia por el El ser humano, la persona en su totalidad «es hecho de que se realiza dentro de las comuel primer camino que la Iglesia debe recorrer nes condiciones de la vida en el mundo»9. en el cumplimento de su misión»6 y es por eso El voluntariado en la Iglesia por su valor de que la Iglesia debe ser la pionera del volunta- testimonio, por su dinamismo vocacional y riado, pues con él se favorece la participación por su compromiso al servicio de la liberación corresponsable del laico en su finalidad de integral del ser humano, es un signo del reino «buscar el Reino de Dios, tratando las realida- de Dios10. des temporales y ordenándolas según Dios»7. Esta acción debe llevarse a cabo con una ade- El voluntariado como compromiso laical cuada programación, previsión y colaboración con otras instituciones. Las últimas décadas nos hablan de un verda«El apostolado de los laicos es la participa- dero fenómeno laical al interior de la Iglesia, ción en la misma misión salvífica de la Iglesia, que surge en un momento cultural marcado a cuyo apostolado todos están llamados en por el retorno a lo sagrado, luego de un prorazón del bautismo y de la confirmación (…) ceso de secularización. Ellos reflejan la implicación de toda la comunidad cristiana en el 5 Cfr. Declaración Universal del Voluntariado, 2001 6 JUAN PABLO II, Enc. Redemtor hominis, 14: AASS 71 (1979) 184. 7 CONC. ECUM. VAT. II, Const. Dogm. sobre la Iglesia Lumen Gentium 31.
8 Ibid., 33. 9 Ibid., 35. 10 Cfr. Direzione Generale Opere Don Bosco, El voluntariado en la misión salesiana, Roma, 2008.
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desafío de una «nueva evangelización» y de la autoconciencia de la Iglesia como misterio de comunión misionera. La juventud de hoy tiene una particular sensibilidad para percibir «los valores de justicia, de la no violencia y de la paz. Su corazón está abierto a la fraternidad, a la amistad y a la solidaridad. Se movilizan al máximo por las causas que afectan a la calidad de vida y a la conservación de la naturaleza. (...). La Iglesia no se cansa de anunciar a Jesucristo, de proclamar su evangelio como la única y sobreabundante respuesta a las más radicales aspiraciones de los y las jóvenes, como la propuesta fuerte y enaltecedora de un seguimiento personal que supone compartir el amor filial de Jesús por el Padre y la participación en su misión de salvación de la humanidad. Dice el Concilio Vaticano II en su mensaje a los jóvenes: «La Iglesia les mira con confianza y con amor (…) miradla y encontrarán en ella el rostro de Cristo»11. «El voluntario vive la propia vocación humana en las realidades seculares de la familia, del trabajo, de la cultura, de la política, de la economía, etc. Se compromete a transformar estas estructuras según los valores del evangelio»12.
Proyecto Voluntariado Juvenil Misionero Familia Salesiana – Ecuador 2010-2015.
11 Exhortación Apostólica Cristifideles Laici «Vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo», Colección Iglesia N.° 18, Cap. IV. 12 Direzione Generale Opere Don Bosco, El voluntariado en la misión salesiana, Roma 2008.
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EL EDUCADOR DE NUESTROS DÍAS «Solo quién ama es capaz de educar» Beato Juan Pablo II La sociedad que nos rodea cambia constantemente y lo que impresiona es su fugacidad; vemos en la tecnología su mejor reflejo y lo que hoy es novedad, mañana es obsoleto y fuera de servicio. Si todo este devenir lo trasladamos a la vida común de las personas nos encontramos con esta dinámica, un tema de ello son los valores; un caso muy común es el valor de la vida, muchos por no decir todos la defienden en su total expresión, pero es normal que estos mismos defensores estén de acuerdo con el aborto. Nuestra sociedad es la del conocimiento, nuestros destinatarios tienen mucha información, pero poco discernimiento, hoy se asume como bueno y agradable lo que está en boga. Pensemos en cuantas campañas publicitarias aparecen cada día para hacernos creer que lo «anormal» es «normal». Bajo este parámetro, nuestros niños, adolescentes y jóvenes de manera especial, han llegado a la conclusión: «todo lo que no está de moda, no es actual» de ahí entonces su indiferencia a lo establecido. Descubrir qué tipo de educadores somos es relevante y necesario para la tarea educativa, esta identidad nos da una forma de ser y nos permite encontrar ese «valor agregado» a lo que somos y hacemos. Ser educador, entonces, no es una tarea fácil, pero si no lo asumimos, ¿quién educará a nuestros hijos o a nuestros pares? ¿Por qué ser educador y no solo docente o profesor? Educar equivale a crecer desde todas las dimensiones durante la vida en su intención de convertirse en persona; por eso educador es alguien que ha optado por crecer como tal y desde su ejemplo de vida ayudar a los otros a desarrollarse como personas; en cambio, el profesor es quién profesa lo que cree saber a quién cree que no sabe (alumno = sin luz en el entendimiento), corriendo el riesgo de volverse en un simple Cortesía UETS-Cuenca
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traficante de información. Por tanto, educar tiene que ver con la vocación, enseñar tiene que ver con la profesión, lo primero es esencial, lo segundo es accidental y lo ideal es un ensamblaje existencial de tal modo que: quién opta por ser educador apunta a una vida plena. La labor del educador parte entonces desde este presupuesto: hemos sido llamados para ser educadores y no solo docentes o profesores; el docente defiende o transmite una doctrina y el profesor profesa o proclama un saber; pero nuestro accionar debe llevarnos a ser educadores que buscan crecer y hacer crecer junto a sus educandos todo lo bueno que existe en la humanidad. Debemos y tenemos que ser profesionales de la educación y el buen educador no obtiene títulos simplemente para lograr una mejora salarial, sino para servir mejor a sus destinatarios. Don Bosco decía a sus jóvenes: «Yo por ustedes estudio, trabajo e incluso estoy dispuesto a dar mi vida», este debería ser el lema para nuestro trabajo educativo. Un estilo para educar Cuando nos preguntamos qué tipo de educadores somos, con certeza estamos buscando un estilo, en nuestro caso como miembros o simpatizantes de la familia salesiana, tenemos dos grandes referentes como educadores: Jesús de Nazaret y San Juan Bosco. Jesús antes de emprender su labor educativa se pone a la escucha de Dios y de su palabra, recordemos su paso por el desierto durante cuarenta días, fue un tiempo de preparación para asumir su misión y llevar la Buena Nueva del Reino. Los evangelios nos dicen que Jesús se retiraba a orar y este era el espacio privilegiado para dialogar con su Padre; vemos a un Jesús que continuamente aprende y en el desarrollo de su tarea va educando el corazón del creyente y el del discípulo, conformándolo, poco a poco, con su persona y su destino, para que pueda actuar con libertad plena.
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Al igual que en nuestra tarea educativa Jesús, conocerá el desánimo, e incluso el fracaso en su labor, pero será el espíritu del Resucitado quien llevará a cumplimiento dicha tarea; hasta el punto que los apóstoles se convertirán en evangelizadores y educadores de la fe de otros discípulos (La Torre, 2009), ellos encontraron un sentido a su vida y luego por esa causa entregaron hasta su vida con el fin de comunicar la Buena Nueva de Dios a sus coetáneos. San Juan Bosco también recibe una misión, recordemos el sueño de los nueve años, ahí él recibe algunos consejos que le permitirán ser el educador que todos conocemos, pero son dos en especial los que quisiera recordar: (…) a estos amigos tuyos no los vas a ganar con los golpes, sino con la mansedumbre y la caridad (…). «Hazte humilde fuerte y robusto» (Peraza 2001, 36-37). Después de este sueño, Juan Bosco comienza un camino de preparación y todo lo que él va aprendiendo, lo pondrá al servicio de sus destinatarios. No fue fácil ser el educador que llegó a ser, pero las vicisitudes experimentadas moldearon su estilo de educar, de ahí que su sistema preventivo fue el medio para ganarse a sus amigos y lo hizo «con la mansedumbre y la caridad» para que sus jóvenes crezcan como buenos cristianos y honestos ciudadanos. No olvidemos entonces que nuestra razón de ser educadores salesianos se cumple cuando en nuestra labor lo hacemos bajo un propósito pastoral y con gran competencia pedagógica (Viganó 1973, 57) que valora y reconoce nuestra diversidad cultural. Nuestra labor educativa, un camino de responsabilidad Philippe Meirieu, pedagogo francés en un texto titulado «Aprender, sí. Pero ¿cómo?» recoge esta afirmación en torno a la labor y responsabilidad del educador: «Encuentro que se trata del mejor trabajo del mundo; porque lo hagamos bien o mal, estamos siempre pagados de la misma ma-
Tema Central nera (…) Un zapatero haciendo sus zapatos no podrá echar a perder un trozo de cuero sin que tuviese que pagar los platos rotos, pero en nuestro caso, podemos echar a perder un ser humano sin que nos cueste nada…», Moliere, el médico a su pesar. (Meirieu 2002, 15). Las palabras que recoge Meirieu son muy fuertes, la tarea que se nos encomienda es la formación del ser humano y no podemos darnos el lujo de «echarlo a perder». Qué difícil y hermosa tarea la del educador, ¡verdad!, tenemos en nuestras manos lo más preciado de la vida, al ser humano. Nuestra labor es permitir el desarrollo integral de toda persona. Cuántos niños, adolescentes, jóvenes han pasado por nuestras aulas y cuántos de ellos se fueron como personas humildes, fuertes y robustas, pero asimismo puede existir la otra cara de la moneda en nuestros centros escolares, educandos que por falta de atención se fueron sin dejar de ser soberbios, raquíticos e incluso desfigurados. Humberto Maturana también nos invita a repensar nuestra acción de educadores y nos dice: Educamos para recuperar esa armonía fundamental que no destruye, que no explota, que no abusa, que no pretende dominar el mundo actual, sino que quiere conocerlo en la aceptación y respeto para que el bienestar humano se dé en el bienestar de la naturaleza en el que se vive (Maturana 1998, 36). Construir un ambiente es clave y necesario para el desarrollo armónico del ser humano, somos entonces nosotros los que debemos educar con el ejemplo; nuestros educandos reciben muchos seudovalores, se les indica incluso las virtudes que deben cultivar, pero vive en un mundo adulto que las niega. Si desde el aula, el patio, la capilla no educamos con el testimonio, no podemos ser creíbles. Umberto Eco manifiesta: lo que hace a una clase «buena clase» no es que se transmitan datos y datos, sino que se establezca un diálogo constante, una confrontación de opiniones, una discusión sobre lo que se aprende en la escuela y lo que viene de afuera (Eco, 2008) y como recalcamos en nuestros ambientes educativos: que los aprendizajes sean significativos.
Vuelvo a mencionar a Meirieu: hemos de convenir creer y afirmar que, ante un alumno o estudiante, ninguna de nuestras actitudes, ninguna de nuestros actos, carece de afecto, y que si bien podemos con una palabra devolverlo a las tinieblas, también podemos con mayor lucidez, rigor e imaginación, hacerlo crecer y crecer con él (Meirieu 1997, 96). Cuidar el ambiente es importante, debemos estar presentes (razón por la que insistimos tanto en la asistencia salesiana) y como decía Don Bosco: no basta con decirles a los jóvenes que se le ama, es necesario que sientan que son amados. Y me atrevería a decir que se sientan respetados, valorados, comprendidos y no juzgados. La tarea educativa nunca terminará, porque siempre hay alguien que desea y busca la verdad; el educador está para esto para ayudar a descubrir la verdad, no solo para gestionar una clase y considerar todos los procesos en el camino educativo, tampoco puede ser el terapeuta que da las soluciones a todos los problemas que se presentan en la vida, pero sí puede y debe ser el que con libertad y responsabilidad le ayuda a crecer. El educando necesita un referente y Jesús nos enseña a combinar las palabras con las acciones, el equilibrio produce serenidad y esta paz, por lo tanto no basta saber, sino ser para estar. No olvidemos, hoy los educandos por medio del Internet lo saben casi todo, pero hay un punto importante, el Internet no ayuda a la hora de buscar, filtrar, seleccionar, aceptar o rechazar toda la información que allí se encuentra, de ahí la importancia de tener un guía y es el educador quién está llamado a construir un espacio pleno e integral de saberes para discernirlos y aprehenderlos. Algunos elementos que debe considerar el educador salesiano de hoy El educador salesiano debe estar al frente no como figura, sino como la persona que anima, motiva y cuestiona; por su grado de creatividad se adelanta a las diversas posiciones, pues su objetivo no es solucionar un problema, sino generar los espacios para juntos encontrar la solución.
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De ahí que el educador salesiano en su labor diaria debe: Desempeñar un trabajo con responsabilidad y honestidad. Tener sentido de Dios y de la trascendencia. Saber leer la realidad de su comunidad, pues está plenamente identificado con las necesidades de su ambiente educativo. Presentar alternativas positivas, claras y pertinentes. Ser enfático a la hora de señalar y denunciar las alternativas negativas que destruyen la convivencia. Procurar el desarrollo y el crecimiento de las personas que componen su comunidad. Valorar el potencial de los demás y desarrollar sus capacidades al máximo. Presentar un ejemplo digno de imitar. Vivir y actuar según el sistema preventivo. Asumir la espiritualidad juvenil salesiana en las acciones de cada día. Derivar su autoridad de la solidaridad y la base de su autoridad es la caridad. Demostrar su liderazgo en el servicio, sabiendo que el servicio a Dios es equivalente al servicio a los demás. Ser un hombre o una mujer de oración, porque su vida está desde y para el servicio de los demás según el plan de Dios. Formarse continuamente para enfrentar las exigencias de una sociedad que cambia aceleradamente. Concluyendo Es en este ambiente de familiaridad que cada educador salesiano se forma integralmente, pues toda su formación se fundamenta en el reconocimiento de sí mismo y ello da paso al reconocimiento de los demás como imagen y presencia de Dios. Todo su accionar se ve acompañado por la alegría, pues ella nace del interior sereno y transparente de la persona; proyecta siempre sus ideas como imágenes que entusiasman a los demás y eso lo logra a través de una presencia activa, de una visión de conjunto en la ejecución del proyecto educativo.
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El educador salesiano no solo busca la calidad, sino la trascendencia en todo su actuar; decía san Francisco de Sales que para ser santo es necesaria una cosa: Cumplir a cabalidad la responsabilidad encomendada (De Sales 2008, 34), entonces nosotros podemos y debemos vivir nuestra labor educativa como la misión encomendada por Dios para nuestra realización personal y social. Vivamos entonces nuestra misión educativa, con convicción y apasionamiento pues son muchos los seres humanos que viven, crecen y se desarrollan gracias a nuestro compromiso.
Eddy Apolo – CONESA eapolo@salesianos.org.ec
BIBLIOGRAFÍA – De Sales Francisco, La Filotea, 6.a edición, Editorial Centro Don Bosco, Colombia, 2008. – ECO, Umberto, De qué sirve el profesor, traducción: Mirta Rosenberg, en http://www. lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=910427. (Consultado el 30/05/2008). – Latorre Jordi, Jesús, educador de los doce, en Lucas, revista Misión joven, en http:// www.misionjoven.org/Default_.asp?IMG_ CAMBIO=EneroFebrero2008. (Consultado el 19/07/2009). – Maturana Humberto, Emociones y lenguaje en educación y política, TM Editores, 9.a edición, Colombia, 1998. – Meirieu Philippe, Aprender, sí. Pero ¿cómo?, Octaedro, 3.a edición, España, 2002. – La educación como modo de empleo, España, 1997. – Peraza Fernando, memorias del Oratorio de San Francisco de Sales, CSRFP, 2.a edición, Quito, 2001. – Viganó Egidio, El pastor educador salesiano, Conferencia presentada en las Jornadas de Pastoral Juvenil desarrolladas en Sevilla, Madrid y Barcelona del 17 al 26 de julio de 1973.
Comunicado sobre la salud del Rector Mayor
(ANS – Roma) – El Vicario general, padre Adriano Bregolín, presenta un breve comunicado sobre la salud del Rector Mayor, Don Pascual Chávez dirigido a los salesianos y miembros de la Familia Salesiana. Desde hace algún tiempo se informó, sobre todo a través de los Inspectores, que el Rector Mayor tiene algún problema de salud. Con el fin de brindar una información correcta a todos, quisiera precisar que el problema principal se refiere a una patología hepática diagnosticada recientemente como hepatitis C. Esta enfermedad fue probablemente contraída desde hace tiempo, cuando nuestro Rector Mayor, en el contexto de dos intervenciones importantes, ha debido sufrir alguna transfusión de sangre. El genoma de la enfermedad no aparece de modo agresivo y esto garantiza una mejor eficacia en el cuidado. Se trata por lo tanto de una situación de salud no grave, pero que se debe acompañar con debida atención.
gías Hepáticas de Borgo Trento en la ciudad de Verona y por el Departamento de Hematología del Policlínico Gemelli de Roma. Los cuidados realizados hasta ahora tienen como tarea predisponer las condiciones fisiológicas mejores para iniciar la curación específica de la enfermedad. El Rector Mayor no sufre de trastornos particulares. Lleva una vida normal. Trabaja mucho y, como siempre, está tranquilo en su tarea de gobierno y animación de la Congregación. En las próximas semanas iniciará un cuidado específico que le exigirá permanecer en la Casa General. Por lo tanto, durante los próximos meses limitará sus viajes de animación, sobre todo al exterior. El Rector Mayor me ha encargado comunicar su agradecimiento a todos los salesianos, a todas las Hijas de María Auxiliadora y a todos los miembros de la Familia Salesiana por las oraciones ofrecidas por su salud. Padre Adriano Bregolín Vicario del Rector Mayor
En estos meses, el Rector Mayor, ha sido acompañado por los médicos del Centro de PatoloBoletín
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De Madrid a Río de Janeiro
(ANS – Rocca di Papa) Del 29 marzo al 1 de abril varios responsables y operadores de pastoral juvenil de todo el mundo se reunieron en Rocca di Papa, vecino a Roma, para reflexionar sobre la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Madrid 2011 y preparar la JMJ de Río de Janeiro 2013. Convocado por el Pontificio Consejo para los Laicos, el encuentro contó con la participación, en calidad de redactor, del padre Fabio Attard, Consejero General para la Pastoral Juvenil.
Cerca de trescientos representantes de movimientos, grupos y comunidades eclesiales que, además, de evaluar los primeros resultados producidos por la JMJ de Madrid de Madrid y examinar los objetivos y los desafíos para la JMJ de Río, también reflexionaron sobre la relación jóvenes e Iglesia. Sobre el tema intervino el padre Attard. Los participantes al encuentro finalizaron las actividades con la celebración del Domingo de Ramos en la Plaza San Pedro, presidida por el Papa.
Nuevos Inspectores para Italia Central y Hungría (ANS – Roma) Durante la Sesión Plenaria Intermedia, el Rector Mayor, en acuerdo con los otros miembros del Consejo General, nombró dos nuevos Inspectores: Leonardo Mancini, que asume la guía de la Circunscripción Salesiana Italia Central (ICC), y Béla Ábrahám, Superior de la Inspectoría húngara (UNG).
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Escuelas Salesianas en Red: respuesta a los nuevos desafíos tema educativo-pastoral, siguiendo las orientaciones del Capítulo General XXVI que motivan a utilizar las tecnologías desde la perspectiva del Evangelio. Es por eso que la plataforma se piensa desde la lógica del software libre. Al respecto, durante el acto de inauguración, el padre Ángel destacó el trabajo del equipo de «Escuelas Salesianas en Red» y en especial el empeño puesto por el salesiano José Luis Muñoz, quien presentó la idea al Consejo Inspectorial en el año 2010.
(ANS – Buenos Aires) «Es indispensable pensar la presencia, la comunidad y la obra salesiana en red, como un punto emisor, intercomunicado». En estas palabras del Rector Mayor Don Juan Vecchi, se enmarca el proyecto de Escuelas Salesianas en Red «Padre Alberto de Agostini», proceso que el viernes 23 de marzo, en la casa inspectorial de Buenos Aires, comenzó con la inauguración de la Red Almagro, que en el momento abarca el Centro Inspectorial, el Centro Salesianos de Estudios de Buenos Aires (CESBA) y la casa Pío IX.
Por eso que, desde hace meses, se venía trabajando para crear una red que abarque las casas del Pío IX, CESBA y la Inspectoría, las cuales geográficamente, comparten espacios en el desarrollo de las actividades que tiene cada lugar. Se trata de una red unida con un gran anillo de fibra óptica que circunda toda la manzana en donde están las casas participantes, y que une cuatro puntos neurálgicos (les decimos nodos) que proveerán de conectividad a más de 350 puestos de trabajo fijos los cuales, casi con seguridad, seguirán aumentando en cantidad. También está pensado que la conectividad llegue por aire y que podamos tener servicio móvil, y aunque en la primera etapa esto será incipiente, con el tiempo llegaremos a todos lados. También la renovación e inclusión de servidores de última generación es parte de este proyecto.
El proyecto nace fruto de la iniciativa inspectorial que busca integrar las tecnologías al sisBoletín
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92 años de presencia en la educación ecuatoriana
Hacer historia es ensayar juicios de valor sobre acontecimientos y personas. Tarea nada fácil. Pero sí resulta grato presentar a la generación actual las iniciativas y la creatividad de los que trabajaron ayer en Guayaquil, Riobamba, Cuenca y hoy, en Quito, escenarios donde la preocupación, el afán y el sudor se mezclaron, y lo siguen haciendo, con el talento, sacrificio y la mística para modelar lo que actualmente es Editorial Don Bosco. Cuando el 19 de marzo de 1920, el padre Luis Natale Strazzieri publicó su primer libro didáctico sobre Manual de Historia del Ecuador para uso de los niños, se propuso que los estudiantes ecuatorianos tomen conciencia de la grandeza y hondura de sus raíces y no que memoricen elencos de nombres geográficos e históricos. Su cometido metodológico impactó enseguida en las escuelas, particularmente en las de los hermanos cristianos y padres jesuitas que solicitaron reediciones de esta primera obra con las siglas LNS. Desde esa fecha, se han escrito miles de páginas y cientos de autores han dejado su trabajo impreso en millones de ejemplares que han circulado en todo el país. Más de ochocientos títulos de obras en las distintas áreas del conocimiento, forman parte de nuestro fondo editorial.
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En estos días, presentamos el Proyecto Camino de vida para el área de Religión y Dignidad Humana, con sus tres componentes: 1.texto (acompañado de su guía); 2. Multimedia digital (página web, cedés y devedés) y 3. Capacitación y asesoría sobre temas pedagógicos, religiosos, seminarios y convivencias apoyados por la Inspectoría Salesiana. Como hacía, en su tiempo, Don Bosco, ir a la vanguardia, también estamos caminando hacia la elaboración del texto digital tanto para alumnos y profesores, donde se trasciende más allá de las palabras escritas, ya que se incluirá elementos multimedia (audios, videos, animaciones, etc.) que complementarán la lectura y harán que el aprendizaje sea más significativo. Continuamos con la actualización de los diccionarios estudiantiles, tanto en español como en inglés y de todo nuestro material de acuerdo a la Reforma Curricular vigente, así como a los avances de la humanidad. Metas cumplidas, sueños realizados y retos trazados para el futuro bajo el lema de formar buenos cristianos y honrados ciudadanos. Seguimos sembrando, la cosecha será abundante. Contamos con ustedes.
Dra. Marcia Peña Andrade Editorial Don Bosco – CGS – LNS
Una aventura que fascina
Después de un largo proceso… una respuesta, llegó el sueño esperado de hacer realidad el VOLUNTARIADO INTERNACIONAL, por el bautismo hemos recibido la misión salvífica de la Iglesia. En clima de alegría al compartir la decisión, valentía y generosidad de Karla Torres, nuestra amiga, exalumna, catequista, voluntaria en Tuutin Entsa, militante de Colmena; quien ha escuchado el llamado de Dios y ha dado un Sí a Dios para una nueva misión en Sierra Mixe en el Internado Laura Vicuña de México. Ha sido llamada a salir fuera de las fronteras de su familia, grupo, colegio y oratorio a una entrega al servicio del Evangelio. El jueves 16 de febrero, la comunidad educativa María Auxiliadora de Cuenca, sus padres, amigos catequistas y compañeras de colegio participaron de la Eucaristía solemne y emotiva del Envío de Karla con el lema «SOY DE CRISTO, YA HICE MI ELECCIÓN». La Eucaristía, una verdadera acción de gracias a Dios. El padre Marcelo López presidió la Eucaristía, enfatizó sobre el valor de ser misioneras desde la propia casa y luego salir con esos valores en alto hacia otros lugares, que por cierto
son inciertos, pero que no faltará la gracia de Dios y la ayuda de tantas personas que caminan por un mismo ideal. Invitó a ella y a todos los presentes a saber bendecir y ser bendecida porque en la bendición se encuentra la felicidad, a no esperar que la gente venga sino que como misionera a ir al encuentro del hermano como Cristo viene a nuestro encuentro. El equipo de Pastoral agradece la ayuda de la comunidad y de cada uno de los miembros de la Unidad Educativa que con esmero preparó cada uno de los detalles del envío misionero. Un bolso significa llevar lo esencial, la Palabra de Dios es el camino la luz, la cruz misionera es Cristo que fortalece la vida diaria. Querida Karla, que la luz de Cristo te ayude a saber alumbrar y socorrer a los gritos de tantos hermanos. Sor Elsye Yánez Asesora de la Pastoral, FMA Boletín
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I CONSEJO NACIONAL (CONA) 2012, del Movimiento Juvenil Salesiano
En la ciudad de Esmeraldas durante los días 3 y 4 de marzo del presente año, fueron convocados todos los asesores y animadores del MJS de las diferentes zonas, para el CONA (Consejo Nacional) que es un espacio de carácter formativo, evaluativo y deliberativo del caminar de nuestro Movimiento Juvenil Salesiano. Este espacio nos permite hacer un seguimiento de todo el proceso que lleva el MJS en las diferentes zonas, así como también poner en común todas las propuestas que se dan en diferentes niveles. 26
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Unas gracias sinceras a los salesianos que, día a día, apoyan y son parte de la gran propuesta asociativa que tiene la Inspectoría Salesiana a través del MJS, lugar privilegiado de animación. Este servicio pastoral que brinda la Inspectoría está animado por el P. Enrique Lima, sdb. Verónica Riera, Asesora Seglar Nacional
foto reportaje
El Dr. Gustavo Noboa fue invitado por Editorial Don Bosco para facilitar el proceso de formación de los seglares de la obra y dictar otras conferencias. El 13 y 14 de marzo pasados, la Familia Salesiana de Cuenca conoció una nueva faceta de él, un hombre que al hablar del Sistema Preventivo de Don Bosco, combinó conocimientos, vida, anécdotas, experiencia, alegría y que nos ha demostrado que solo «Conociendo e imitando a Don Bosco, podremos hacer de los jóvenes la misión de nuestra vida» como lo expresa el Rector Mayor, Don Pascual Chávez en su Aguinaldo de este año.
I Reunión de la Comisión de Evangelización realizada el 7 de marzo de 2012.
M. Lourdes Amador de Moscoso Dama Salesiana
Retiro espiritual para Voluntarios Vocacionales, del 1 al 3 de abril de 2012.
Entrega de Medallas a las Aspirantes de las Hijas de María Auxiliadora. El Inspector, P. Marcelo Farfán presidió la celebración, el 23 de marzo de 2012.
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Reunión de Directores realizada el 21 y 22 de marzo de 2012 en San Patricio-Cumbayá.
El día 26 de marzo en la Casa de Retiro de El Horeb-Cumbayá, se realizó el Retiro para los Gerentes de las Empresas de Comunicación de la Inspectoría Salesiana «Sagrado Corazón de Jesús». La jornada contó con la predicación y animación del P. Marcelo Farfán, Inspector, y Marcelo Mejía, Delegado de Comunicación Social. En un primer momento la bienvenida, oración y presentaciones dieron paso a la reflexión sobre la necesidad de una espiritualidad cristiana. Otros temas abordados fueron la Oración de Jesús y las inspiraciones básicas en el trabajo de un comunicador salesiano. En la tarde se compartieron «luces y sombras» en el ejercicio de la responsabilidad y las perspectivas inspectoriales en el ámbito comunicativo. La reflexión personal y la Eucaristía marcaron la línea de este día. Participaron: Jhonny Guerra, Imprenta Don Bosco; José Juncosa, Abya Yala; Mónica Ulloa, Audiovisuales Don Bosco; Alberto Garzón, Edison Pauta, Verónica Marcillo, Alexandra Procel, EDIBOSCO-LNS; María de Carmen Ramírez, Directora de la Carrera de Comunicación Social UPS-Quito; Patricio Rosas, Director de la Carrera de Comunicación UPS- Guayaquil y Tatiana Capelo, Oficina Salesiana de Comunicación.
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Necrología Descansa en paz, José Ruaro lidad tiene un tiraje semanal de 272 000 copias para todo el país. En 1974 pasó a Quito, al Colegio Técnico como encargado de la Imprenta «Don Bosco». Comenzó a imprimir las revistas «Ser Familia», «Ser Joven», «Ser Niño», «AnunEl señor José Ruaro, muere a los 85 ciar» y «Celebrar». Al inicio con caaños de edad y 67 de profesión. racterísticas sencillas, ahora a todo Trabajó catorce años de librero en color, con presentación de lujo. Italia (Valdocco, Turín y Messina) y un año en España. Fue guía por También perteneció al Consejo de un año de las Catacumbas de San la Casa por ocho años. Los cuatro Calixto; vino al Ecuador en 1960 y últimos años estuvo muy enfermo estuvo un año en la Procura de las y los dos últimos, más aún. Fue un coadjutor emprendedor y deMisiones de Quito. cidido. De fácil comunicación, las En 1964 pasó a la Editorial Don publicaciones fueron su vida y lo Bosco de Cuenca hasta 1974. Aquí consideraba su apostolado para comenzó a imprimir la hojita «Luz todos los ambientes cristianos y del Domingo», que en la actua- católicos. El sábado 10 de marzo del 2012 falleció, en el Colegio Técnico Don Bosco de la Kennedy-Quito, el coadjutor salesiano José Ruaro, fundador de la Hoja Dominical «Luz del Domingo».
María Rosario Orquera de Gómez paz en su tumba María Rosario falleció el 29 de marzo de 2012, a los 90 años de edad. Una mujer ejemplar como esposa, madre y abuelita creo y estamos seguros que toda la vida se preparó para el día de su partida. Era muy católica, devota de asistir a misa siempre por la mañana. «Mamita Rosario» como la llamaban, tenía muy afianzada su voca-
ción a la Virgen María, de ahí la vocación de su hijo Francisco, «Paco» por la vida sacerdotal. Un ejemplo de vida para todos por su paciencia, tenacidad y perseverancia. Nos dejó un gran legado: la unión familiar. Acompañamos al P. Paco con nuestras oraciones.
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Experiencia en Mozambique mente son cosas, actividades y personas muy diferentes y nuevas, con una amplia gama de costumbres y culturas (hay niñas de diferentes etnias) que estoy compartiendo.
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spero que todos se encuentren bien; respondiendo a un pedido especial, comparto con ustedes la experiencia que, actualmente, estoy viviendo. Ante todo quiero agradecer por las palabras de ánimo que he recibido. La animación dentro del MJS ha sido y es uno de los pilares claves para ahora poder llevar adelante esta prueba en Mozambique. Les cuento que tan solo a dos meses en estas tierras aún me encuentro en un proceso de adaptación continúa, pues real-
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Actualmente, me encuentro en un internado de niñas huérfanas, en donde el trabajo muchas veces resulta bastante complicado ya que no todas hablan portugués (idioma oficial del país), vienen a la escuela para aprenderlo; pero al contrario de nosotros normalmente las personas hablan de tres a cinco idiomas nativos como changana, ronga, suzi, afrikans… y como voluntaria, esta época es un tiempo fuerte de aprendizaje y fortaleza pues muchas cosas que hacía cotidianamente, hay que dejar de hacerlas para poder entrar en este nuevo mundo. El trabajo del MJS en el Ecuador como movimiento y animación en los grupos, realmente, merece felicitación, pues gracias a esta formación recibida se tiene una visión diferente de lo que es el volunta-
riado, ayuda mucho en la convivencia con la comunidad y las destinatarias. Si bien esta experiencia recién la estoy comenzando, invito a los jóvenes a compartir su vida como voluntarios ad gentes, en especial, a aquellos que aún no han encontrado un camino certero para concretar su vida, los animo para que sigan preparándose y trabajando por este proyecto: «Ser más para servir mejor».
se pueda finalizar con éxito esta nueva historia, pues la realidad política migratoria presenta muchas dificultades para los extranjeros. Un fuerte abrazo en Cristo y muchos saludos a todos los jóvenes voluntarios en el Ecuador. Andrea Aguirre, Mozambique-África
En el poco tiempo que he compartido aquí es posible palpar la importancia de la preparación académica, lingüística, pastoral, pero sobre todo la fortaleza espiritual que te permitirá enfrentar nuevos retos que a veces ni los imaginaste. Así que agradezco sus oraciones para seguir adelante, día a día, con este espíritu y las motivaciones que me trajeron como voluntaria, las mismas que comenzaron como integrante de un grupo juvenil del MJS. Espero que con la ayuda de Dios y sus plegarias
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Educar en valores
Dimensionando los valores La vida es un serpentín de preguntas; no bien estamos encontrando una respuesta ya surgen otros interrogantes. Y más todavía: cada uno responde de manera diferente a las mismas cuestiones. Algunas de estas soluciones muestran un carácter universal, constituyen lo que se ha denominado la tradición; aunque el hecho de que sean fruto de siglos de experiencia vivida por
diversos grupos humanos, en distintas regiones de este planeta, no hace que esas respuestas –por este solo hecho– sean necesariamente valiosas. En todo caso, las alternativas encontradas a esas inquisiciones reflejan los valores que vivimos, y podrían tener la ventaja de estar respaldadas por siglos y miles de aplicaciones en las que con enorme frecuencia fueron efectivas. Los valores se traducen en declaraciones, constructos de pensamientos y generalización de conceptos, que pueden expresarse en proverbios y dichos populares, como cuando alguien dice: «quien con lobo se junta a aullar aprende», constituyendo un bagaje de conocimientos que conocemos como «sabiduría popular».
http://goo.gl/Xad4y
Aun así la mejor manera de reflejar los valores que vivimos y que forman nuestro ser se hallan en el estilo de vida. Efectivamente, un método para identificar los valores que profesamos consiste en observarlo que hacemos o dejamos de hacer; lo que decimos o callamos, lo que buscamos afanosamente y aquello a lo que renunciamos. Con estas observaciones es posible deducir incluso la manera en que pensamos o sentimos. Un segundo método para verificar los valores que vivimos las personas, que no están presentes tanto en lo que declaramos con las palabras, sino que lo predicamos (predicado es lo que se dice del sujeto) con el modo en que recibimos o utilizamos lo que el mundo nos entrega: recursos, oportunidades, tiempo, experiencias, conocimientos, poder, relaciones.
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Y, un tercer método se encuentra en las respuestas que construimos ante lo inevitable: el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, la muerte, la culpa, que ventajosamente son pocas en la vida.
Educar en valores
Los innumerables, rápidos e inesperados cambios que el mundo actual produce, como fruto de nuestras relaciones entre nosotros mismos, con la naturaleza y con Dios, exigen redimensionar los valores, ponerlos en el tapete de la razón crítica. Nos damos cuenta que la tradición ya no responde en la medida de nuestros cambios, sin querer decir con ello que todo lo tradicional es inútil, ni tampoco que todo lo nuevo es mejor.
(Elizabeth Lukas, 1983). Estos valores se denominan vivenciales, arrancan de la experiencia de sercon-los-demás. El aislamiento, el anonimato; o, lo contrario, el control y dominio sobre los demás es un contravalor vivencial, que impide la construcción de sí mismo, de las otras personas, de la comunidad y de una civilización humana. Es preciso recodar que «el Yo es yo solamente en el Tú» (Frankl, 1989).
En el mundo actual es indispensable responder con valores que se expresen con toda intensidad. Un grupo de ellos se denominan creativos. Su representante podría ser el trabajo creativo. El trabajo siempre ha acompañado al ser humano en todo su quehacer evolutivo. Hoy se requiere que sea creativo y que nazca del ser humano y no de la descripción de una función, que no surja desde la tecnología y los procesos operativos normales, sino de la capacidad siempre renovada de crear condiciones más humanas, vitales, que nos hagan sentir que vivimos en comunión con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza y con Dios, con un toque único y personal. Víctor Frankl (1994) dice que «en el trabajo existe algo personal y específico que da un carácter único e insustituible a nuestra existencia y con ello un sentido a la vida».
Sin embargo, «estar-con-los-demás», no es lo mismo que «ser…», porque este «estar» es una caricatura de socialidad, responde al miedo a la soledad que es vista como vacío e inutilidad, y muchas veces se llena de ruido, velocidad o aturdimiento, cuyo producto final es justamente la incapacidad de ser. La soledad puede ser un modo de estar en relación, si se torna creativa y si fortalece la vivencia como ser humano único y singular, como una garantía para ser auténticamente con los demás. «La auténtica identidad garantiza la auténtica intimidad» (Erikson, 1972).
A pesar de su efecto constructivo, el trabajo como uno de los valores creativos no lo es todo; también sin él es posible encontrar un sentido para ser; en cuyo caso la actividad desarrollada (contemplativa, por ejemplo) será otra manera de transformar y transformarse, a fin de que «i todo está hecho nada quede por hacer». El otro conjunto de valores se aprecia en lo que hace el ser humano con lo que recibe del mundo: el amor, la belleza, la ciencia, las experiencias espirituales, que se encuentran en la relación con los otros seres humanos, principalmente, y que traducen la capacidad de trascendencia a sí mismo
Muchas de estas vivencias individuales pueden traducir otros valores, conocidos como valores de actitud cuando nos hallamos en situaciones-límite: ante el sufrimiento, el dolor, la muerte, cuando lo que importa no es tanto lo que me pasa, «sino lo que hago con lo que me pasa». La mayor fortaleza se halla en la actitud serena ante el sufrimiento, y en la convicción de que es un aporte sobre todo cuando somos capaces de sentir lo que otros están experimentando, salir de la propia compasión a la verdadera compasión (sentir con) de otros; y junto con ello, cuando nuestro ser se halla orientado hacia un fin trascendente (Frizzotti, 1981), que le brinda «el» sentido a la vida y a la muerte, al gozo y al dolor, a la fe y a la duda, a la esperanza y a la resignación. Dr. Eduardo Morán García Carrera de Psicología, UPS, Quito
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