Nº 136 abril 2012
Editorial Hola panas… De seguro estamos muy alegres por las experiencias vividas en Semana Santa, a pesar de la lluvia e inundaciones, pudimos recordar y vivir con mucha devoción la Pasión, muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Ahora vivamos esta Resurrección con nuestros niños, adolescentes y jóvenes de tal manera que sigamos el camino de Cristo, pero ahora, hacia la luz de la vida y la alegría del encuentro con todos nuestros hermanos, y por eso les dejo como tarea leer y reflexionar el pasaje evangélico “los Discípulos de Emaús”, que nos invita a retornar a la Jerusalén que Jesús tanto anhelaba llegar. Nuestros Panas de la Costa han iniciado el regreso a clases, les animo a que empecemos con pie derecho y muchas ganas de seguir aprendiendo y viviendo nuevas experiencias académicas. Recuerden que tenemos la tarea de revivir el MJS estudiantil, pues todos los grupos asociativos de nuestros colegios son parte de este gran movimiento de jóvenes con carisma salesiano. Continuemos animando a muchos chicos y chicas a la experiencia del Voluntariado de la Familia Salesiana, siendo salesianos y salesianas a tiempo completo y de corazón, dispuestos a entregar la vida con alegría al servicio de los demás. ¡Mete la mano en el trabajo juvenil! y recuerda que todo queda Entre Panas.
P. Quique Monaguillos salesianos “Los acólitos (monaguillos) constituyen uno de los personajes más queridos y entrañables de nuestra Iglesia. Ellos no sólo dan realce a las celebraciones litúrgicas, sino que hacen cercano el misterio de Jesús para los niños, quienes vierten su ilusión y su fe creciente en un servicio bello y necesario en el culto, sobre todo en la Eucaristía. En la liturgia son mucho más que simples ayudantes del párroco, son sobre todo servidores de Jesucristo, el Sumo y eterno Sacerdote. Están llamados en particular a ser jóvenes amigos de Jesús, profundizando y cultivando esta amistad con Él”.
hey aquí estamos Hola
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El Santo Padre a los monaguillos-Agosto 2001 Las funciones que los monaguillos pueden desempeñar son: 1. Atender al servicio del altar. 2. Ayudar al obispo, al sacerdote y al diácono. 3. Prestar su servicio en las diversas procesiones, por ejemplo con la cruz, los cirios, el incienso o el libro. 4. Atender en el ofertorio a la recogida de los dones. Este servicio encomendado a niños y adolescentes, es como la imagen representativa de una comunidad cristiana que está formada también por niños y jóvenes. Su presencia, su ayuda en la celebración, en el espacio del presbiterio, es buena imagen de la comunidad y motivo de gozo para todos. Tener siempre en cuenta, que su papel dentro de la comunidad es de servicio y no es de un derecho. A la vez es importante considerar que las funciones que realizan dentro de las celebraciones deben ser realizadas con espíritu humilde, y de acuerdo con el sacerdote que preside.