Informe de Libros AC sobre la industria del libro en Puerto Rico

Page 1

Informe Sobre la Industria del Libro Puertorriqueña 2013-2014 Updated about 2 weeks ago · Taken at Librería Libros AC Barra & Bistro

Para mirar y encaminarnos hacia el futuro, debemos observar y aprender del pasado. Algo así dice la frase. Otra, igualmente repetida, anuncia que la explicación más sencilla suele ser la correcta. Aunque la primera ha resistido históricamente su puesta en escena, es casi irrefutable. Para dar con ese hipotético norte, nos es menester reflexionar sobre los tiempos y contextos transcurridos. Sobre la segunda máxima, mejor conocida como la navaja de Ockham, lamentablemente, no se puede decir lo mismo. Esta filosofía, cada vez más, es retada por avances exponenciales en las diversas áreas de las ciencias. ¿Cómo, por ejemplo, podríamos explicar procesos biológicos como la división y reproducción celular, sin modelos y estructuras pedagógicas de complejidad? John Maeda, escritor profesor de MIT, en su libro The Laws of Simplicity (The MIT Press, 2006) argumenta que la complejidad, en la mayoría de los casos, es indicativa de insuficiencia en las formas de comunicación. En otras palabras, Maeda, por medio de las artes y tecnologías visuales, favorece la reducción y evaporación de ideas complejas hasta el punto que se puedan percibir y hacerse pasar como simples. Se podría resumir su filosofía estética como la simplificación de la complejidad. O, sencillamente, la complejidad a través de la simplicidad. Y viceversa. La industria del libro puertorriqueña lleva años, quizás décadas, funámbula ante esta antedicha lucha entre la complejidad y la simplicidad. La batalla se centra profundamente en su funcionamiento; en gran parte anacrónico y sin pies firmes en el contexto del presente. Nos hemos requete-rehusados a admitir los cambios paradigmáticos que ha sufrido la industria. En cambio, hemos favorecido y recurrido, fútilmente, a la simplicidad de seguir haciendo las cosas como antes, sólo por la mera costumbre, “porque las cosas son así”. Ni nadie ni ninguna institución, privada o pública, puede lavarse las manos de culpabilidad. Sólo bravas y bravos de mente se atreverían a debatir que todos por igual compartimos la responsabilidad.


¿Qué barreras y obstáculos se anteponen ante el desarrollo de la industria del libro puertorriqueña? Ya se conoce demasiado sobre esta pregunta. Los ecos de sus contestaciones llevan resonando y rebotando entre las paredes, libros y espacios —desde librerías locales, cafeterías, pasillos de universidad, emisoras de radio, automóviles y casas privadas, hasta las cocinas y comedores de apartamentos en arrendamiento. Las respuestas siguen siendo las mismas. A continuación las simplifico a diez, en ningún orden particular. 1) Pocos puntos de ventas 2) Falta de difusión en los medios 3) Anacronismo en las formas de mercadeo y publicidad 4) Costos de impresión y distribución 5) Reproducción ilegal de propiedad intelectual 6) Avances tecnológicos 7) Librerías de grandes cadenas 8) Tiendas virtuales 9) Escasa población de lectores 10) Pobre apoyo gubernamental e institucional Cada uno de estos diez puntos son realidades serias y contundentes que entorpecen el desarrollo de la industria del libro puertorriqueña. ¿Cómo entonces aproximarnos a algunas soluciones? ¿Cuál punto debería ser prioritario? ¿Cómo hacer de esta complejidad una más simple? En mi opinión, de todos los puntos, creo que hay dos a los que deberíamos prestar más atención: la falta de difusión en los medios y la limitada población lectora. Entre estos dos, el primero tiene el potencial de aminorar al segundo—y, quizás, hasta los otros,—en tanto a que una mayor apertura de la industria del libro puertorriqueña agilizaría, a la vez, la difusión de su conocimiento al igual que el interés en los libros y la literatura a nuevos lectores y lectoras.


El informe que encontrarán a continuación, compuesto de listas, gráficas e imágenes, representa el cúmulo de información que he adquirido durante los pasados dos años desde la inauguración de la librería Libros AC en Santurce. Entre otros datos que creo extremadamente útiles, este informe ilustra las tendencias de los lectores durante los años 2013 y 2014: los autores más leídos, los libros más vendidos, las editoriales con más presencia en la isla, demanda de libros puertorriqueños versus internacionales, etcétera. El informe no tiene la intención de reemplazar con números el ejercicio del juicio crítico. Su meta es otra: difundir información esencial sobre la industria del libro. Estos datos podrían ayudarnos a responder preguntas como: ¿Cuáles fueron los 200 libros puertorriqueños más vendidos?, ¿Qué género literario es el más leído en Puerto Rico? ¿Se lee más en inglés que en español?, etcétera. El informe en sí es incapaz de ofrecer una mirada abarcadora de las tendencias de lectura en Puerto Rico. Sólo concierne a las preferencias del público lector de Libros AC durante los años 2013 y 2014. Eso sí, atreviéndome a formular una hipótesis, diría que es muy posible que esta información se corresponda con la de otras librerías de interés general alrededor de la isla. Idealmente, lo que aspiramos aquí en Libros AC es que este informe no sea el único, sino uno entre muchos. Gracias a los avances tecnológicos de las últimas décadas, este tipo de información es de fácil acceso para propietarios y administradores de librerías de todo tipo, tanto instituciones veteranas como aquellas que han abierto puertas en los pasados años. Este tipo de transparencia, si se logra consolidar por medio de un informe anual, no sólo beneficiaría a la industria del libro en sí, sino que también tendría un valor histórico y cultural para investigadores interesados en ver más allá de complejidades que lo son sólo a primera vista. La complejidad a través de la simplicidad.

Samuel Medina Director Libros AC


























Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.