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Literatura y Cocina
from Diálogo Jerez 2299
Almorzamos unos torreznos con sus duelos y quebrantos… Lope de Vega.
y páprika”, y en México han quedado unidos al paladar y a la imaginación los deleitosos escritos de Salvador Novo, Alfonso Reyes, Artemio de Valle Arizpe, Salvador Díaz Mirón, Octavio Paz, y otros ilustres como la ilustradísima Sor Juana, así celebra España la inscripción de antiguas recetas de platos propios de La Mancha “como Galianos, Tojunto, Morteruelo, Hartatunas, Atascaburras, Ajopringue, Tiznao, Ajomataero” y otros más. Y celebra que la pepitoria de gallina, delicia extendida por todo su territorio, fuese también mencionada por Cervantes y no sólo por él, sino también por otros grandes como los clásicos Góngora, Quevedo, Lope de Vega…
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Pero volvamos con el chileno Neruda en la pluma del hermoso peruano Mario Vargas Llosa, y su relato del instante en que éste lo conoció: “La impresión me cortó el habla. Por fin alcancé a balbucear unas frases de admiración. Él, que recibía los halagos con la naturalidad de un consumado soberano, dijo que la noche estaba linda para comernos ‘esas prietas’ (esas morcillas)…” y agrega Vargas Llosa que el poeta chileno era un hombre “gordo, simpático, chismoso, engreído, goloso (Matilde, precipítese hacia esa fuente y resérveme la mejor presa)…” No sobra decir aquí que Matilde fue la devota compañera del poeta chileno.
Regodeémonos en el imaginario nerudiano, y en su poema ATENCIÓN AL MERCADO, sitio que le fue hondamente gozoso por su amenidad colorida y el griterío de sus oferentes…
Amparo
Cuidado con el queso!
No vino aquí sólo para venderse: vino a mostrar el don de su materia, su inocencia compacta, el espesor materno de su geología. Pero ríe el tomate a todo labio. Se abunda, se desmaya la delicia de su carne gozosa y la luz vertical entra a puñales en la desnuda prole tomatera, mientras la palidez de las manzanas compite con el río de la aurora de donde sale el día a su galope, a su guerra, a su amor, a sus cucharas.
(…) y con el hambre de Valparaíso no quedaron repollos ni merluzas: todo se fue, se lo llevó el gentío, todo fue a boca descendido como si un gran tonel se derramara y cayó la garganta de la vida a convertirse en sueño y movimiento. Termino aquí, Mercado. Hasta mañana. Me llevo esta lechuga.