Benemérita Escuela Normal “Manuel Ávila Camacho” Licenciatura en educación preescolar Cuarto semestre Alumna: Diana Guadalupe Sánchez Rodríguez Epilogo: por qué, cómo y cuando hacer el diario. •
Hacer el propio diario ¿por qué?
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Tanto el escribir sobre lo que hacemos como el leer sobre lo que hemos hecho nos permite alcanzar una cierta distancia de la acción y ver las cosas y a nosotros mismo con perspectiva.
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A los pocos días todo desaparece y los recuerdos e imágenes que restan son demasiado vahos e imprecisos como para concederles atención; por eso hay que utilizar los diarios.
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Las palabras del diario se convierten en “contenedor” de la experiencia, en garantes de su conservación. Y podernos volver sobre ellas cuantas veces queramos para releerlas y releernos.
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La actividad profesional requiere siempre de la reflexión.
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Es claro que los profesores sea cual sea el nivel al que pertenezcan desde la maternal, no miden su calidad por el número de años de ejercicio profesional.
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La reflexión se ha convertido en los últimos años en un punto clave de cualquier análisis de las competencias profesionales.
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No es la práctica por sí misma la que genera conocimiento.
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¿Cuándo conviene escribir el diario?
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Cualquier oportunidad puede ser buena para escribir.
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Resulta preocupante que las dificultades para escribir se produzcan también entre los profesionales de la enseñanza.
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No se escribe por falta de motivación o falta de tiempo.
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El diario puede resultar un instrumento de alto valor formativo.