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editorial opinión
La crisis política
El Perú enfrenta una profunda crisis política, social y económica que ha llevado a algunos congresistas a jugar con el futuro del país. La discusión sobre un adelanto de elecciones ha sido interminable y se ha visto marcada por discusiones, insultos y falta de concertación entre los legisladores. En resumen, una total y completa burla hacia la ciudadanía por los denominados “Padres de la Patria”.
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Es bastante claro que los congresistas no quieren perder los privilegios que el cargo les trae, como por ejemplo, el poder, la influencia, los altos sueldos y viajes de lujo, por mencionar algunos, por lo que están literalmente en contra del adelanto de elecciones y contra la voluntad popular del más del 80 % de los peruanos.
De hecho, lo que menos piensan los congresistas es en el “pueblo”, a pesar que todos se rasgan las vestiduras en su nombre y dicen estar trabajando por el bien popular.
Incluso, un gran porcentaje de ellos, especialmente de los autodenominados de izquierda, utilizan mucho las frases “mi pueblo quiere…”, o “el pueblo exige…”. Sin embargo, como lo hemos podido ver, cuando se trata de cortar las majaderías y beneficios, se olvidan completamente de los deseos y exigencias del pueblo.
La ausencia de partidos políticos fuertes y de figuras políticas reconocidas han dejado un vacío en el país. Sumado a eso, el rol que han cumplido los últimos partidos políticos que han llegado al poder, ha sido bastante deficiente, por decir lo menos, han fallado totalmente a la hora de cubrir brechas, más por el contrario, las han ampliado.
Como resultado, se ha visto el avance de la izquierda. Una izquierda sedienta de poder político y de poder económico.
No hay nada nuevo, y eso lo podemos visualizar perfectamente en Venezuela, donde las altas autoridades tienen un estilo de vida de un jeque saudí, altamente lujosos, mientras que el pueblo literalmente gana 8 dólares mensuales con lo que tiene que sobrevivir.
Personajes como Cerrón, Bermejo, Bellido, Mendoza, etc., solo buscan ser parte de esa elite de izquierda, con la esperanza de algún momento tomar el poder total del país, y vivan al estilo Nicolás Maduro, mientras que el pueblo solo seguirá siendo pobre y más manipulado.
La discusión del adelanto de elecciones es solo una treta para perder el tiempo y confundir a la población. Si algo tiene que primar ahora, es la reforma de las normas electorales. Nuestro país está sumido en crisis y no podemos nuevamente cometer los mismos errores como elegir a otro Castillo, Bermejo o Reyes, etc., como autoridades.