Sábado 1 de junio de 2013
2 TURISMO
RECORRIENDO EL MUNDO
Mezquita Azul, en Estambul.
Curiosidades de Turquía Esconde varios datos que nos llevan a otras épocas pero también hacia lo que hoy es el país gracias a ese rico pasado. A medio camino entre Europa y Asia, rodeado de tres mares, este territorio es una encrucijada histórica entre las culturas y civilizaciones orientales y occidentales. Repasamos algunas curiosidades sobre este asombroso país lleno de contrastes y paisajes hermosos que ocultan varios secretos. * El nombre de Turquía (Türkiye en idioma turco), se puede dividir en dos palabras: Türk, que significa "fuerte" en el turco antiguo o el término "Tu-kin", empleado por los chinos para designar a las personas que vivían al sur del Macizo de Altai y el sufijo -iye, significa "propietario" o "relacionado con". * El lema nacional de Turquía es "Yurtta Sulh, Cihanda Sulh", que significa: "Paz en casa, paz en el mundo". * Turquía fue uno de los primeros países en dar plenos derechos a todas las mujeres. En 1934 se dio a las mujeres turcas el derecho a voto y a ser elegidas como miembros del parlamento. Ya en 1935, dieciocho mujeres fueron elegidas y obtuvieron un lugar en el Parlamento Nacional Turco. Además, fue el primer país del mundo en tener una mujer miembro del Tribunal Supremo. * El primer hombre que voló del mundo era turco, Hezarefen Ahmet Çelebi, en el siglo XVII. Usó dos alas artificiales para volar desde la Torre Gálata de Estambul hasta el distrito de Üsküdar, situado en la orilla asiática de la ciudad. * Sabiha Gökçen (19132001) fue la primera aviadora turca y la primera mujer del mundo en pilotar aviones de combate. Está reconocida como uno de los grandes aviadores de la historia. * Con sus 270 metros de altura y 53 pisos, el "Diamond of Istanbul" es el rascacielos Postal de Estambul.
en construcción más alto actualmente en Estambul y es el primer edificio de acero del país. * El Gran Premio de Turquía de Fórmula 1 se corre en el circuito llamado "Otódromo de Estambul", mezcla de las palabras autódromo y otomán. Este circuito es el único, junto al de Interlagos, que se corre en sentido contrario a las agujas del reloj. * Se cree que en la cima del Monte Ararat ("Madre Planeta", en Armenio) a una altura de 5.165 metros, se posó la legendaria arca de Noé tras el diluvio universal. En realidad, en la Biblia, Ararat no es un monte, sino un país, el antiguo Reino de Urartu. Sin embargo, aparte de los trozos de madera encontrados en la zona y algunas fotografías aéreas, hasta el momento no existe ninguna prueba fehaciente que demuestre la existencia real del Arca, y que sea aceptada por la Arqueología. Todo un misterio. * San Nicolás, también conocido como Santa Claus o Papá Noel, vivió como obispo de Myra en Demre, Turquía. * En Turquía se halla la pintura paisajística más antigua de la historia, que muestra la erupción de un volcán y tiene 8000 años (en Catalhoyuk). * Los tulipanes son originarios de Asia Menor. En el "logo" de Turquía observamos el tulipán sobre las letras. La "flor nacional" holandesa fue introducida en Holanda desde
Torre Gálata, Estambul.
Mapa de Turquía y bandera.
Anatolia. * El deporte nacional turco tradicional ha sido el Yagli (lucha libre engrasada) desde los tiempos otomanos. La mejor participación de Turquía en los Juegos Olímpicos fue en 1948 donde obtuvo 12 medallas. * Existe un plato turco nombrado en honor a Alejandro Magno, el "Iskender kebap". * Pamukkale, una de las regiones con más encanto de Turquía, un paisaje blanco impresionante y extraño, significa "Castillo de algodón". Está considerado, junto a la Capadoccia, uno de los lugares más bellos del mundo. * Se cree que el nombre "Capadocia" proviene del vocablo "Katpadukya", o "Tierra de bellos caballos". Los caballos de la región cobraron fama por ser ofrecidos como regalo a los reyes Asurbanipal, de Asiria, y Dario y Jerjes, de Persia. * El Puente colgante del Bósforo es, además de una impresionante estructura arquitectónica de más de mil metros de largo, todo un símbolo de unión entre oriente y occidente. Une la parte asiática con la parte europea de la ciudad de Estambul. Fue iluminado con LED en el año 2007. * Dos de las siete maravillas del mundo antiguo estaban en la actual Turquía: el templo de Artemisa en Éfeso y el Mausoleo, para visitarlo se debe ir al Castillo de San Pedro de Halicarnaso, que se ubica en el exacto lugar que ocupaba el monumento fúnebre que se hizo construir Mausolo en el año 350 a.C. * El turco se escribió con caligrafía árabe desde el siglo XIII hasta que en 1928 se reemplazo la grafía árabe por el alfabeto latino. Todos los turcos entre seis y cuarenta años (Continúa en pág. 3)
Ankara, la capital de Turquía.
Monte Ararat.
Puente colgante del Bósforo, Estambul.
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TURISMO Rumeli Hisarý (Castillo de Rumelia) es una fortaleza situada en el distrito de Sarýyer en Estambul, en una colina en el lado europeo del Bósforo.
Capadoccia.
(Viene de pág. 2) fueron obligados a regresar a la escuela para aprender el nuevo alfabeto. * La población de Turquía, con más de 70 millones de habitantes, está formada por más de 30 grupos étnicos diferentes. Algunos de origen turco, pero también kurdos, zazas (de origen iranio), circasianos, bosnios, albaneses, georgianos, árabes, gitanos, pomacos (de origen búlgaro), laz, armenios, asirios, judíos, griegos, hamsheni. Un verdadero aba-
nico de culturas. * Cerca de la ciudad de Mardin (Kurdistan turco, fronteriza con Siria) en una cueva que se puede visitar, nació y vivió Abraham. * Tarso es la ciudad donde Marco Antonio esperó y recibió a Cleopatra. Allí vivieron su amor por un año. Aún se conserva la puerta que mando construir Marco Antonio para recibirla. * Estambul (Istanbul) es la ciudad más grande de Tur-
Parque Nacional de Göreme.
Postal típica de la región de Anatolia, Parque Nacional de Göreme y enclaves rupestres de Capadocia.
El rascacielos Diamond of Istanbul.
quía y la tercera más poblada de Europa con casi 14 millones de habitantes. Llamada Constantinopla en la época del Imperio Romano e Imperio Bizantino, está considerada como una de las ciudades más bellas de Europa, siendo una de las tres urbes transcontinentales que se sitúan entre Europa y Asia (las otras dos son Atyrau y Oremburgo). * Desde 1923 la capital de La magnífica Basílica de Santa Sofía en Estambul.
Turquía es Ankara (la antigua Ancyra), situada en el centro de Anatolia, que con 5 millones de habitantes es la segunda ciudad más grande del país. Cuando fue designada como capital tan sólo tenía 15.000 habitantes. * Las siete iglesias del Apocalipsis están situadas en Anatolia: Éfeso, Esmirna, Pergamundo, Tiatira, Sardis,
El bello paisaje blanco de Pamukkale.
Filadelfia y Laodicea. * Turquía cuenta con nueve Patrimonios de la Humanidad: Mezquita Azul y Hospital de Divrigi, Parque Nacional de Göreme y enclaves rupestres de Capadocia, Zonas históricas de Estambul, Hattusa: la capital de los Hititas, Nemrut Dag, HierápolisPamukkale, Xanthos-Letoon, Ciudad de Safranbolu, Sitio arqueológico de Troya.
El portal de Cleopatra en la ciudad de Tarso.
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TRES MESES POR TURQUÍA
Viajando con los cinco sentidos Por Natalia Bainotti Si lo que sucede a nuestro alrededor se percibe con los sentidos, Turquía es un país donde todos y cada uno de ellos se ve sobresaltado. Olores, sabores, colores, texturas y sonidos se mezclan para crear una experiencia única. Los cinco sentidos están a flor de piel: el olor a especias en los bazares, el sabor característicos del té turco y de los picantes kebab, los colores de los pañuelos y alfombras típicas, la textura de la piel luego de ir a un hammam o baño turco, el sonido proveniente de las mezquitas cuando el Imam llama a rezo cinco veces al día. Sólo llegar a Estambul deslumbra la mirada: no por nada fue nombrada Capital de la Cultura Europea en 2010, y es conocida como la Ciudad de las Mil Mezquitas. Estambul incita a perderse horas caminando entre sus calles, recorriendo los bazares, entrando a cada mezquita, probando nuevas comidas, hablando con la gente. Una de las primeras cosas que me dijeron cuando llegué a Turquía fue que cada ciudad era diferente. Mi primera reacción fue pensar que no tenía sentido: ¿cómo podía un país cambiar tanto de ciudad en ciudad? No me parecía posible. Sin embargo, durante los dos meses y medio que lo recorrí, comprobé que estaba equivocada. Turquía es un país impactante, cosmopolita, diverso, vibrante, y Estambul es sólo una introducción a la variedad, belleza y diferencias que existen en todo el territorio. La gran riqueza cultural de Turquía se debe a sus más de 5.000 años de historia: hititas, griegos, persas, romanos, cris-
En Pamukkale, que en turco significa "castillo de algodón", se puede caminar –descalzoentre terrazas de piedra caliza y travertina, de donde brota agua termal.
tianos, musulmanes y otomanos conquistaron e influyeron en la cultura de este territorio, y todavía hoy pueden observarse sus huellas. De este a oeste, y de norte a sur, Turquía cambia. Muta, se transforma, aparecen vestigios de otras culturas, de otra historia, de otras costumbres. Estambul es vibrante, cosmopolita, una ciudad que no duerme. Izmir es más occidental,
una ciudad portuaria, universitaria. Éfeso, o Efes en turco, era una antigua ciudad griega de la que hoy quedan sus imponentes ruinas. Pamukkale, un sitio prácticamente único en el planeta, con cascadas de piedra caliza y travertino de las que surgen termas. Llegar a Bodrum te hace sentir dentro de una postal griega, una ciudad al lado del mar donde las casas sólo pueden ser blancas o
marrones. Desde Olympos se puede visitar el monte omónimo y ver fuego saliendo permanentemente de las rocas, donde justamente nace la leyenda de la antorcha de los Juegos Olímpicos. Capadoccia es una formación geológica única donde durante años las civilizaciones cavaron las rocas para crear ciudades subterráneas. En Sanliurfa (más conocida como Urfa) conocí a los kurdos, una
minoría étnica esparcida entre Turquía, Iran, Irak y Siria, sumamente amables y hospitalarios. Amasya tiene casas otomanas a la orilla del río, y tumbas de reyes excavadas en la roca. Turquía mantiene los sentidos alertas, e incita a querer ver, probar y escuchar todo lo que esté a nuestro alcance. Asombra y deslumbra con lo inesperado.
Casas otomanas junto al río en Amasya, en el norte del país.
Caminando entre los bazares en Urfa. Cada color de pañuelo tiene su significado: los rojos árabes, los violetas son kurdos y los negros turcos.
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TURISMO
RINCONES DEL MUNDO
El puente Castillo de Chenonceau Excepcional y emblemático por su concepción original, la riqueza de sus colecciones, de su mobiliario y de su decoración. Un castillo sobre un puente que guarda los secretos de muchas mujeres influyentes en la historia de Francia. El Castillo de Chenonceau es un castillo de estilo renacentista del siglo XVI situado entre Amboise y Montrichard en la comuna francesa de Chenonceaux, en el departamento de Indre-et-Loire, y pertenece a la serie de castillos que se pueden visitar en el Valle del Loira. Es conocido popularmente como "El Castillo de las Mujeres" porque fue querido, administrado y protegido por las damas de la corte francesa que han marcado la historia del país. Esta marca
femenina, omnipresente, lo ha preservado de los conflictos y de las guerras, convirtiéndolo desde siempre en un lugar de paz. Tiene un especial encanto por la forma en que se encuentra edificado encima del río Cher, actuado de puente apoyado en cinco arcos. Su forma interior es rectangular y acaba con torres en los vértices. Posee dos plantas en donde se distribuyen las habitaciones y la capilla, y dos jardines principales: el jardín de Diana de
En primer plano se puede ver la torre Tour des Marques y el jardín de Diana de Poitiers.
Poitiers y el jardín de Catalina de Médicis. Están situados a un lado de la Tour des Marques, único vestigio de la primitiva fortaleza desaparecida con la construcción del castillo actual. En el centro del jardín de Diana se encuentra una fuente que fue descrita por Jacques Androuet du Cerceau en su libro "Los más Excelentes Edificios de Francia" en 1576. El jardín de Catalina, tiene una concepción más íntima y se encuentra construido en torno a un estanque central, desde donde se aprecia la fachada oeste del castillo. La decoración floral de los jardines, que se renueva cada primavera y verano, requiere el aporte de 130.000 plantas, que se cultivan en el propio dominio de la finca, en el huerto. Además el castillo cuenta con un laberinto circular, un parque y una plantación vitivinícola. En su interior alberga una colección única de pinturas de los grandes maestros, entre ellos Murillo, Nicolas Poussin, Correggio y Rubens. Así como una selección rarísima de tapicerías de Flandes del siglo XVI. La instalación de los adornos de flores en cada una de las habitaciones, amobladas con suntuosidad, le añaden un poco más de refinamiento. El cuarto de las Cinco reinas, el salón de Louis XIV, la gran galería sobre el Cher, las cocinas sorprendentes construidas en los pilares del puente, el Gabinete
Una historia con aroma de mujer… Fue construido entre 1513 y 1521 por Thomas Bohier, aunque su esposa Catherin Briçonnet fue quien se encargó de dirigir los trabajos de la obra. Posteriormente fue embellecido por Diana de Poitiers y por Catalina de Médicis. En 1547, Diana era la amante de Enrique II, heredero de Francisco I. Enrique le obsequió el castillo después de nombrarla Duquesa de Valentinois. Esta mujer lo embelleció y lo agrandó, mandando a construir la parte que ahora se encuentra sobre el río, donde está la cocina y la sala de los servidores. Después logró que Francisco I se mudara al lugar con toda su corte, con-
siguiendo así convertirse en una de las mujeres más influyentes de la época y también una gran enemiga de la reina, Catalina de Médicis. Sin embargo, el castillo seguía perteneciendo la corona, por eso tras la muerte accidental del rey Enrique II, Catalina logró recuperarlo expulsando así a Diana. En 1577, la reina inauguró sobre el Puente de Diana la famosa galería que atraviesa el río Cher con una gran fiesta, otorgándole al castillo su estilo actual. La historia de este edificio quedó marcada por las mujeres, tanto las que lo construyeron como las que en él residieron o fueron sus propietarias como Luisa de Lorena-Vaudémont; Louise Dupin, a quien se atribuye la
diferencia ortográfica entre el nombre de la localidad y el del castillo; y Marguerite Pelouze. Pasado el Renacimiento, el castillo retornó a manos privadas, al destino de diversas herencias y compraventas. Durante la Primera Guerra Mundial, Gaston Menier, dueño de Chenonceau, instaló un hospital militar que ocupaba las habitaciones. Posteriormente, en la Segunda Guerra Mundial, fueron muchas las personas que aprovecharon la excelente ubicación de la galería y del castillo para llegar a la zona libre de Francia, ya que el magnífico edificio conecta ambas partes del río Cher.
El castillo oficia como puente del río Cher.
Panorámica del castillo y sus jardines, enmarcado en un paisaje imponente y bello.
Verde de Catalina de Médicis, son algunas de sus habitaciones más famosas. Paso a paso, Chenonceau lo transporta a través de la historia de sus dueños, de sus sueños y de sus secretos. Está declarado como Monumento
Histórico por su activa presencia en la historia de Francia. Actualmente es, después de Versalles, el castillo francés de propietarios privados más visitado del país por ser uno de los más bellos y mejor conservados de todo el Valle del Loira.
Datos útiles Su visita: cada año miles de turistas de todo el mundo descubren la calidad de su hospitalidad, gracias a una visita libre o con el audio guía del iPod video (en 11 lenguas). En la visita se puede recorrer todo el edificio por dentro y sus jardines privados. Está abierto todos los días del año y las tarifas varían según la edad y el recorrido elegido. Consultas
en: www.chenonceau.com ¿Dónde comer y descansar?: se puede comer en el restaurante de La Orangerie (ubicado en el jardín verde del castillo), en la cafetería, o en la creperíabocadillería que se encuentra cerca de las taquillas del castillo. Los restaurantes abren del 1 de marzo al 20 de noviembre.
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ANTICIPO VACACIONES DE INVIERNO
San Martín de los Andes Considerado un paraíso de paz y tranquilidad, con su entorno de ríos, cascadas, cerros y mágicos bosques, es uno de los únicos destinos turísticos permanentes, bellos y desafiantes. Una ciudad ideal para visitarla en las vacaciones de invierno que se aproximan o para tenerla en cuenta como otra opción en los meses más cálidos. Un circuito de cristalinos lagos que cautivan con su majestuosidad; bosques conformados por especies vegetales deslumbrantes; miradores naturales que permiten obtener vistas inimaginables; senderos misteriosos que invitan a ser recorridos paso a paso; constituyen apenas una muestra de las alternativas que encontrará en su paso por San Martín de los Andes. Custodiada por la inmaculada e imponente Cordillera de los Andes, se alza a orillas del Lago Lácar, al sudeste de la provincia de Neuquén, en pleno Parque Nacional Lanín. Cómplice de los principales atractivos que hacen de este rincón patagónico el centro turístico más importante de esta región. Hermosa desde su centro urbano hasta las cumbres de sus cerros, este antiguo asentamiento militar, hoy es una típica aldea de montaña con sus casitas construidas en madera y piedra, lo que le otorga una calidez y un encanto característicos. La Plaza San Martín oficia de núcleo histórico, posicionándose a su alrededor los principales edificios públicos: la Municipalidad, la Intendencia del Parque Nacional Lanín, el Teatro San José y el Museo Primeros Exploradores. Sobre la calle Cortada de los Abedules, se encuentra el peculiar Museo de las Patentes Argentinas, un sitio interesante para conocer la historia de los pueblos originarios. Tranquilidad y placer en un marco de incomparables bellezas, esta ciudad ofrece variedad de opciones y servicios sin límites de época para todos los niveles y edades. Durante los meses más fríos, la actividad gira en torno al centro invernal del Cerro Chapelco, uno de los más atractivos de la Patagonia, ubicado a pocos kilómetros del centro de la ciudad. De nivel internacional, cuenta con una superficie esquiable de 140 hectáreas trazada por 29 pistas de difiEl hermoso Lago Lácar.
cultades diversas, una completa estructura de servicios y la mejor atención para los amantes del esquí y otros deportes blancos como el snowboard. Encontrará también en el lugar el Parque de los Chicos, donde los más pequeños son orientados hacia la conservación del medioambiente; y el Bosque de los Huskies, donde estos perros lo invitarán a un paseo en trineo a través de extensiones tupidas de lengas. En tanto, la base del cerro constituye por sí misma un atractivo espacio de magnetismo turístico, donde la excelente gastronomía patagónica, boutiques y otros servicios hacen a la comodidad del visitante. San Martín de los Andes ofrece también la posibilidad de practicar pesca deportiva ya que guarda en su territorio cursos de agua plenos de codiciadas especies, entre las que destacan el salmón encerrado, la trucha arco iris y el pejerrey patagónico, convirtiéndose en un magnético pesquero a lo largo de todo el año. La pesca con embarcaciones a motor o en flotadas, y las excursiones pesqueras ofrecidas por firmas locales, constituyen la propuesta central para quienes eligen este deporte. Además es el punto de partida de una gran variedad de paseos terrestres y lacustres, para pasar momentos inolvidables en estrecho contacto con la naturaleza, en cualquier época del año. Safaris fotográficos por encantadores senderos boscosos, caminatas contemplativas, ascensos en aerosillas o telecabinas, para quienes prefieren la serenidad. Trekking, rafting, montañismo, travesías en 4x4, mountain bike, tobogán andino, parapente, canotaje, kayak, y muchas opciones más, para aquellos que gusten del riesgo y la adrenalina. En los meses más cálidos, la ciudad propone deleitarse con las aguas azules del Lago Lácar que regala playas encantado-
Vista panorámica de la ciudad de San Martín de los Andes.
ras con grandes extensiones de arena, surcadas por sorprendentes acantilados. La Playa Catritre es una de las más destacadas en la región ubicada a sólo cinco kilómetros de San Martín de los Andes. Camping, restaurantes y todos los servicios necesarios se ofrecen en este rinconcito elegido para la práctica de actividades náuticas, el descanso y el contacto con la naturaleza. A sólo seis kilómetros de la ciudad atravesando el fantástico bosque del cerro Bandurrias, aparece la playa agreste La Islita, otra de las alternativas; y siguiendo dieciocho kilómetros más, se arriba a la playa de la pintoresca Villa Quila Quina, con su incomparable Cascada del Arroyo Grande. La villa también cuenta con una interesante vida nocturna ya que ofrece diferentes lugares de diversión, como el casino ubicado en el centro de la ciudad. Queda demostrado como des-
de la blanca nieve invernal hasta los mágicos verdes de las estaciones más cálidas, San Martín de los Andes nunca está vacío de turistas.
Un poco de historia Originada a partir de un (Continúa en pág. 7 Paisaje típico en el camino.
Rafting en uno de los ríos.
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TURISMO Centro Cívico de la ciudad.
(Viene de pág. 6) acuerdo entre el cacique de la tribu mapuche Curruhuinca que habitaba la región y el General Rudesindo Roca, comandante de la "División de los Andes" cuya misión consistía en tomar posesión definitiva de la zona, la localidad de San Martín de los Andes fue fundada en el extremo este del Lago Lácar el 4 de febrero de 1898. Acogedora de inmigrantes y progresista, esta localidad debió esperar más de treinta y cinco años para vivir el acontecimiento que marcaría su futuro: la creación en 1937 del Parque Nacional Lanín. Este hecho fue muy importante debido a que la protección de los árboles trajo aparejada en la década del 60 la desaparición de la industria maderera que movilizaba la economía
Arquitectura típica en madera y piedra.
regional hasta entonces. Con las construcciones del centro invernal Chapelco y del Hotel Sol de los Andes, en la década del 70, se desarrolló la actividad turística que es hoy su principal recurso.
Tradiciones patagónicas Cada 24 de junio el pueblo mapuche, al igual que la gran mayoría de los pueblos originarios del continente, celebran el comienzo del año nuevo. Una tradición milenaria en la que se elevan ruegos y agradecimientos a un mismo elemento fundamental para la vida: el Sol, fuente de sabiduría y renovación. Según la religión mapuche, el sol nace con la llegada del invierno, se vuelve joven y adulto en primavera, envejece durante nuestro verano y comienza a morir en
otoño, cuando los árboles pierden sus hojas, los animales cambian su pelaje y otros fenómenos alteran a la naturaleza, incluidos los hombres. La ceremonia comienza la noche del 23 de junio, con familias enteras reunidas en torno a un gran fogón escuchando relatos de los más viejos del grupo y degustando platos típicos preparados especialmente para el acontecimiento. A las primeras horas de la madrugada del nuevo día, los integrantes de cada familia abandonan el calor del fuego para bañarse en el arroyo más cercano, en un rito de purificación, antes de recibir al año nuevo. Un conjunto de rezos individuales y grupales prosiguen luego del baño. Luego, las familias regresan a sus casas tocando instrumentos típicos y bailando su música. Postal del Camino de los Siete Lagos.
Como telón de fondo el Volcán Lanín, en primer plano se aprecia la Iglesia del Parque Nacional Lanín.
Datos útiles ¿Cómo llegar?: para arribar a San Martín de los Andes se puede optar por la vía terrestre o por la vía aérea, porque cuenta con un aeropuerto local, ubicado a 22 kilómetros del centro. ¿Dónde dormir?: la villa ofrece diversas posibilidades de alojamiento, desde campings con adecuada infraestructura, hasta cabañas y hoteles de variadas categorías. Recomendamos el Com-
plejo Aspen Hotel Hostería y Spa y el Complejo Casa de Piedra Cabañas. ¿Qué comer?: su oferta gastronómica es muy amplia, los platos principales son a base de ciervo y truchas, y también se destaca la fondue. ´ Más información: * El clima de San Martín de los Andes se define como templado frío con estación seca. Los inviernos son muy fríos con
temperaturas que alcanzan los -10°C y los veranos son cálidos con máximas de 27ºC. * Otras excursiones típicas que se pueden hacer cerca de San Martín de los Andes, son: el circuito Siete Lagos hacia Bariloche, visitar Villa la Angostura, el volcán Lanín, el lago Meliquina y Filo Hua Hum, los lagos Currhué y las termas Lahuen Co y los lagos Paimún y Huechulafquen.
Pista de esquí del Cerro Chapelco.
Playa de la pintoresca Villa Quila Quina.
Playa Catritre.
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PRIMERAS IMPRESIONES SOBRE SANTIAGO
Del otro lado de la cordillera Por Natalia Bainotti Llegar a un país diferente siempre me genera una mezcla un tanto rara en la cabeza: expectativas, ideas preconcebidas, imágenes mentales y mucha ansiedad. La primera vez que fui a Chile, hace ya casi tres años, apenas tuve tiempo para conocer la ciudad. Me fui al día siguiente de haber entregado un trabajo importantísimo para la universidad, y luego de aprovechar los dos días libres que me quedaban recorriendo Santiago, Viña y Valparaíso, me metí de cabeza en un congreso de tres días con agenda llena. Dos días, tres ciudades. No existe forma alguna de conocer mucho en tan poco tiempo. Un año y medio después, me mudaba a Santiago de Chile por trabajo. Así, dos años después de aquella visita exprés, volví a pisar suelo chileno, y ya con valijas en mano para instalarme un largo rato. Días antes de mudarme, empecé a darme cuenta que más que certezas sobre cómo era la ciudad, tenía dudas sobre qué me iba a encontrar. ¿Qué habrá para hacer? ¿Cómo será la gen-
te? Me daba cuenta que apenas había alguna vez conocido dos chilenos. ¿Sería una linda ciudad? Tenía el recuerdo de aquella vez que había estado unos días, y me veía a mi misma caminando a toda velocidad de un terminal a otro (hay dos terminales de buses con algunas cuadras de diferencia) en una zona no muy pintoresca, abarrotada de gente y de puestos callejeros. ¿Cuán diferente podía ser un país que está sólo cruzando la cordillera? ¿Cómo podía ser que no sabía nada sobre el país con el que más frontera tenemos? Creo que no podía decir quién era el presidente, cuál era una comida típica, qué lugares turísticos había para visitar. ¿Cuántas costumbres diferentes puede tener un país que está ahí, al lado nuestro? ¿Podía ser que me vaya a costar adaptarme? Muchas preguntas y ninguna respuesta. Con el correr de las semanas, las respuestas a tantas preguntas fueron apareciendo. Algunas de repentes, otras poco a poco. Un par de dudas se resolvían con un simple mirar, otras requerían más tiempo, algunas preguntas todavía siguen sin
Caminando por el centro de Santiago. Las montañas, siempre a la vista.
Murales callejeros, postal típica de muchos barrios en Santiago.
Cazuela de vacuno, plato típico de Chile.
respuesta. Paradójicamente, a lo que más me costó acostumbrarme, fue al idioma. Mejor dicho, a la forma de hablar, a los modismos, a la pronunciación. Sentí que volví a aprender español. Entender que en Chile, colectivo es un taxi compartido y no el bus, que el lápiz es nuestra birome, que decir remera es un tanto raro por lo parecido que suena a otra palabra con no muy buena connotación, que ser seco no significa no tener plata o no ser cariñoso sino ser muy bueno para algo, que algo que te cansa te tiene chato, que cuando algo está la raja es porque
está muy bueno, y si algo es brígido es porque es muy difícil de hacer. Semana tras semana, fui descubriendo que la planta baja en Chile no existe porque eso es el primer piso, que es difícil encontrar buenas pizzas, pero que la palta se come a diario y en cualquier comida, que no se merienda porque se toma once, que el chileno es mucho más introvertido que el argentino, que el pebre con pan es la entrada en cualquier restaurant, que el peatón siempre tiene prioridad para cruzar, que una empanada chilena tiene el tamaño de tres nuestras, que la bici es el medio
de transporte con más adeptos cada día, que el pisco es en Chile lo que es la cerveza para nosotros, y que uno nunca se desorienta si tiene las montañas en alguna parte del paisaje. Con el tiempo, la sensación de estar adaptándome fue dando paso a estar cada vez más a gusto. Las preguntas se transformaron en respuestas, la ansiedad pasó a ser tranquilidad, las expectativas fueron realidades (ya sean acordes o no con lo que estaba esperando, pero realidades en fin), y las dudas se convirtieron en certezas. Poco a poco, podía decir que me sentía en casa.