TodoTurismo 09-11

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TURISMO

SÁBADO 9 DE NOVIEMBRE DE 2013

RECORRIENDO NUESTRO PAÍS

Parque Nacional Campo de Los Alisos En medio de las yungas, enclavado en las altas cumbres del Aconquija, la prolongación austral de los cerros calchaquíes, este parque nacional encierra riquezas naturales y culturales. Importante reservorio natural y cultural, el Parque Nacional Campo de Los Alisos se alza al sudoeste de Tucumán, en el Departamento de Chicligasta, a poco más de 100 kilómetros de la capital provincial. Creado en el año 1995 para proteger un sector representativo de la selva y el bosque montano, así como un fragmento de bioma altoandino, resguarda en su territorio numerosas especies en riesgo de extinción. Este parque nacional posee cerca de 10.000 hectáreas que se extienden sobre la ladera oriental de los Cerros Nevados del Aconquija. Este cordón montañoso, donde se destaca el cerro de la Bolsa, constituye la primera elevación hacia el oeste de la extensa llanura chacopampeana, con cumbres que van desde los 847 a los 5200 metros sobre el nivel del mar, sus cumbres limitan con la provincia de Catamarca y circundada por los ríos Las Pavas (al norte) y Jaya (al sur). Su vegetación es propia de las

yungas, con una selva basal que se desarrolla hasta los 850 metros sobre el nivel del mar, donde se destacan ejemplares de la tipa, el cebil colorado y el lapacho. Entre los 850 y 1200 metros se extiende la selva montana, en donde predominan mayoritariamente el laurel y el nogal, seguidos por el horco molle, tala de selva, el tabaquillo y el cochucho. A partir de los 1.000 metros de altura, la caña brava forma parte del denso sotobosque; mientras que el bosque montano aparece a partir de los 1.500 metros de altura con pino del cerro, aliso del cerro, nogal, sauco y el llamativo amancay, que en primavera se luce con grandes flores rojas. En el estrato herbáceo es muy común el helecho doradilla macho, y en algunas abras del bosque de aliso formando matas húmedas, el junco. También se encuentran arbustos de salvia blanca, y bosquecitos de queñoa esparciéndose en las alturas del parque como manchones aislados

Postales de los bellos paisajes del parque, en el fondo se aprecian los Cerros Nevados del Aconquija.

Cartel del Parque Nacional Campo de Los Alisos.

sobre el pastizal o pradera montana. Habitan esta atractiva área protegida aves como la quiula puneña, en peligro de extinción, y la monterita serrana, endémica de las Sierras del Aconquija. Entre los roedores se encuentran el pericote grande, la rata andina y una especie de oculto o tuco- tuco. También son mamíferos comunes en el área el guanaco y el puma, la taruca, el ocelote, el zorro colorado, el gato montés y el osito lavador. El animal más importante del parque es la «Taruca» (o huemul del Norte) una especie de cérvido endémico de la Patagonia Argentina y Chilena que se encuentra protegida ya que este mamífero fue cazado de manera indiscriminada y su hábitat fue modificado de tal manera que es considerada una especie amenazada por la extinción. Se la declaró Monumento Natural Nacional en el año 1996. Pero lo anterior no explica en forma acabada la belleza misteriosa de este espacio porque, además de todo aquello, es en este parque donde se descubren dos sitios arqueológicos de relevante importancia para el estudio y conocimiento de las costumbres y modo de vida de la cultura incaica: las Ruinas de Ciudadita y los Santuarios de Altura.

nas de Ciudacita o Pueblo Viejo y Santuarios de Altura, que constituyen uno de los desafíos más importantes para la investigación arqueológica del noroeste argentino.

Su extraña ubicación y la monumentalidad de sus construcciones de piedra, completamente (Continúa en pág. 3)

Vista aérea del parque con sus 10 mil hectáreas.

Misteriosa Ciudacita En los altos faldeos orientales de los nevados del Aconquija, a 4400 metros sobre el nivel del mar, se levantan las ruinas indíge-

Flora típica.


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(Viene de pág. 2) aisladas de las encontradas en el valle salteño de Yocavil, cerca de Cafayate, son verdaderas incógnitas. El debate de los arqueólogos gira en torno a su antigüedad y su origen. Existen posturas que sostienen que Ciudacita habría pertenecido a los Incas y, en consecuencia, tendría unos quinientos años si se considera que la cultura incaica llegó a los valles calchaquíes cincuenta años antes que los españoles. Otros estudiosos piensan que sus mentores habrían sido descendientes de los aymará, pertenecientes al imperio Tihuanaco y, por lo tanto, remontaría su antigüedad a más de dos mil años. La posición más difundida asegura que Ciudacita representaría uno de los bastiones del límite sur del imperio, en la provincia inka del Collasuyu. Al igual que otros asentamientos de la cultura incaica, expresarían los aspectos de la organización social, política y económica, impregnados de su cosmovisión simbólica, ritual y astronómica. Ciudacita está formada por dos edificaciones centrales: una correspondería al recinto ceremonial o calasasaya y otra al grupo denominado de los corrales, unidas por un camino empedrado de un kilómetro de largo y de dos a tres metros de ancho, calzados con lajas y grandes piedras. Las instalaciones dedicadas al ceremonial poseen una plaza de unos trescientos metros cuadrados. Uno de sus lados está perfectamente calzado y nivelado en la saliente de la montaña, a modo de gran balcón, con una insuperable vista de la llanura tucumana. Para los investigadores, la finalidad de este espacio sería astronómica, con el objetivo de observar los solsticios y equinoccios. Muestra de ello es que el eje de la denominada "Puerta de Sol" ubicada en la plaza, coincide con la salida del sol en los equinoccios. Otras historias encierra el camino principal del parque, las de los puestos de estancias y refugios de pastores, habitados por los pobladores de esas alturas desde hace cien años.

Santa Rosa, uno de los puestos de los guardaparques.

Camino a las ruinas indígenas de Ciudacita o Pueblo Viejo.

Ruinas indígenas de Ciudacita o Pueblo Viejo.

Datos útiles ¿Cómo llegar al parque?: se accede al parque partiendo desde San Miguel de Tucumán, por ruta provincial Nº 38, hacia el sur, llegando tras un recorrido de 80 kilómetros a la ciudad de Concepción. Desde este punto, se debe continuar otros 17 kilómetros hacia el oeste, hasta el pueblo de Alpachiri. Después de pasar esta localidad y seguir en la misma dirección 10 kilómetros más por un camino de tierra, se llega al paraje La Jaya, límite este del parque. ¿Cómo llegar a Ciudacita?: la ruta más cercana está a tres

La Taruca o huemul del Norte, una especie del parque protegida por estar en vías extinción.

Río Las Pavas.

Turistas recorriendo el parque.

"Puerta de Sol", ruinas de Ciudacita.

días de caminata. Luego hay que seguir a caballo. Es imprescindible ir con un guía baqueano y animales de carga. Requiere un trekking extremo por las distancias a recorrer (siete días), el clima (subtropical serrano) y los efectos de la puna. También se organizan cabalgatas de cinco días. La mejor época para visitar el lugar, en versión trekking, es sólo durante los meses de septiembre, octubre, abril y mayo. En verano es imposible llegar debido a las lluvias torrenciales y al clima, que es muy inestable. ¿Dónde dormir?: las mejores

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opciones para alojamiento turístico están en los centros urbanos más cercanos o acampar en el parque una vez consultado al guardaparques sobre las zonas habilitadas para tal fin. Más información: * Es un parque relativamente nuevo y por eso no cuenta con todos los servicios para los visitantes. Es recomendable visitar la Intendencia del Parque en la ciudad de Concepción, Tucumán o contactarla para recabar información. También se sugiere consultar con el guardaparque al ingresar.


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CRÓNICAS DESDE SUDAMÉRICA

La nueva ruta de la muerte Por Natalia Bainotti Rurrenabaque, una pequeña ciudad de 17.000 habitantes ubicada en el Departamento del Beni, es el tercer destino turístico para extranjeros en Bolivia. La razón: las excursiones a la selva -el Parque Nacional Madidi, que corresponde al suroeste del Amazonas boliviano- y a las pampas –en el río Yacuma- están a disposición de la mano. Para unir los 400 km que separan La Paz de Rurrenabaque, hay dos opciones: tomar un bus (que demorará entre dieciocho y veinticuatro horas, según el estado del camino) o tomar un vuelo (que después de sólo treinta o cuarenta minutos ya estará aterrizando). A pesar de que el camino tiene fama de peligroso (como ejemplos, en épocas de lluvia se cierra, los camiones o buses pueden quedar atascados patinando en el barro, han habido deslizamientos del camino), si uno va por primera vez, y tiene tiempo, te recomiendan ir en bus: el paisaje a lo largo de toda la ruta es de los más lindos en toda Bolivia. Aunque la Ruta de la Muerte original, esa que unía -y sigue uniendoLa Paz con Coroico, ya esté fuera de uso para vehículos, y hoy en día sólo sea usada por agencias de turismo para descenderla en bicicleta, el camino que empieza un poco después de Yolosita y va hasta Caranavi, debería llamarse La Nueva Ruta de la Muerte: es la reencarnación de lo que alguna vez fue uno de los caminos más peligrosos del país. Por momentos se torna una vía única de 3,5 metros de ancho, con la montaña a un lado, y el precipicio del otro, hombres trabajando en la construcción de túneles y arreglos del camino, y decenas y decenas de

Un camino demasiado angosto obliga a encontrar un lugar donde estacionar mientras los otros vehículos pasan.

camiones, buses y autos circulando a toda hora. Y además, tiene una particularidad: se circula por la izquierda. Resulta que, hace muchos años, los camiones iban cargados cuando hacían el recorrido Rurrenabaque-La Paz, por lo que era más seguro que vayan pegados a la montaña, sobre la mano izquierda. Hoy en día se sigue manteniendo esa costumbre, y en ese trecho, se conduce al estilo europeo. Cuando a la hora de la cena llegamos a Caranavi, un grupo de aproximadamente quince chicos se subió al bus, y tratando de descifrar de dónde eran, dimos en el blanco:

israelitas. Enseguida me acordé de un periódico de turismo que había visto unas semanas antes, con publicidades de bares en Rurrenabaque, escritas en español y, justamente, en hebreo. Unos días después, iba a entender por qué el lugar era tan famoso entre la gente del lejano país: en 1980, Yossi Ghinsberg, un israelí de menos de 25 años, que sobrevivió veinte días perdido en la selva, luego de que la balsa en la que navegaba el río Tuichi se volcase, alimentándose de los frutos que veía comer a los monos y de carne de serpiente. Luego de ser rescatado por un explorador y cazador de la zona, escribió "El retorno del Tuichi", contando su experiencia. Ya sea hace más de treinta años perdidos en la selva, u hoy recorriendo el camino para llegar hasta Rurrenabaque, seguro la experiencia de acercarse a la ciudad es toda una aventura.

Yossi Ghinsberg a la derecha y Tico Tudela (quien lo rescató) en el centro, luego de volver al pueblo.

Al amanecer, la selva al costado de la ruta empieza a aparecer entre las nubes.


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CRÓNICAS DESDE SUDAMÉRICA

Recuerdos de infancia Por Natalia Bainotti La primera tarde en Rurrenabaque, saliendo a buscar para almorzar, conocí a Germán, un chileno que nació y vivió su niñez en Tumupasa, un pueblito a 50 kilómetros de Rurre. Su infancia se sucedió entre gallinas, vacas y huertas, "sin luz ni gas. Una vida simple, mis papás vendían los huevos de gallina y con eso comprábamos el jabón, la sal, el azúcar… y la vida así te obliga a largas conversas, cenas; une a la familia", como él mismo nos contaba. Cuando tenía diez años, sus papás decidieron volver a Chile para que pudiera recibir una buena educación, y desde ese momento él soñó con volver. Pensando cómo volver, se fue a trabajar en el sector minero a Iquique, y desde hace poco más de un año, está construyendo una cabaña en su lugar: en la entrada del Parque Nacional Madidi, en medio del verde, sin vecinos, con un arroyo a metros, y toda la tranquilidad alrededor.

Germán es de esas personas que ahora da por todo lo que recibió en su momento: me invitó el desayuno y el almuerzo, y ni me dejó pagar el bote para cruzar el río Beni. Una vez en Buena Aventura -el pueblito del otro lado del río- esperamos hasta pasado el mediodía que terminaran de arreglar su camioneta; aunque le dijeron que a las 7am empezaban a arreglarla, no fue hasta que llegamos a media mañana que comenzaron. Todo tiene su propio ritmo en Bolivia. Cuando estuvo terminado, arrancamos. Cincuenta kilómetros, atravesados por cincuenta vertientes, separan Buena Aventura de Tumupasa, y el paisaje no da respiro en ningún momento: montañas tapizadas en árboles, selva adaptada como campos agrícolas -que como resultado genera eso tan raro para mí, como es ver vacas y caballos rodeados de palmeras-, ríos cruzando el camino (que autos y motos deben adivinar cómo pasar), parabas rojas cruzando en pareja el cielo, puentes La vida animal está presente en cada paso.

sorteando los ríos de mayor crecida (que por los árboles tumbados se nota que puede llegar a ser bastante), y palos santos (el árbol al que se ata cualquier tipo de maleantes para hacer justicia comunitaria, por las hormigas que siempre caminan en él) florecidos, y tierras comunitarias pertenecientes a los Tacanas (la comunidad originaria de la zona) se suceden uno a atrás del otro, de uno y otro lado. Antes de que se haga de noche, me llevó a conocer la cabaña: aunque todavía está en construcción, ya está lo suficientemente levantada -paredes y techo- como para imaginarse unos días en el lugar. Apunta directo al este, justo para ver el amanecer entre esas dos montañas que forman una V profunda al frente. Los árboles altos dan sombra todo el día, y la terraza de cuatro metros que planea hacer uno ya la ve; incluso, puede imaginarse en una hamaca paraguaya respirando el aire fresco. De ahí, empezamos a caminar a la entrada del Parque Nacional Madidi, un kilómetro en subida entre sonidos de pájaros, grillos, chicharras y sapos. Ahora era mi turno acordarme de mi infancia, a esas tardecitas de verano en que con mis primos, después de horas jugando en la pileta en la quinta de mi abuela, salíamos a recorrer las calles para agarrar chicharas. Los sonidos nos guiaban de esquina en esquina, de árbol en árbol, de chicharra en chicharra. Y el chancletear de las ojotas, el croar de las ranas, los bichitos de luz titilando, y el aire fresco después de una tarde de calor, nos acompañaban durante las caminatas. Igual que esa tarde.

Caminando entre la vegetación muy cerca de la entrada al Madidi.

Los ríos están al costado del camino, limpios y frescos.

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VERANO EN EL NORTE BRASILEÑO

Arraial D´Ajuda: la esquina del mundo Ubicado en el estado de Bahía, este pequeño pueblo sobresale por sus hermosas playas, una exuberante vegetación y edificios con un estilo único. Es considerada una aldea internacional por ser el punto de encuentro entre locales, hippies, turistas, escritores, músicos y artistas en general. Arraial D’Ajuda está situada en el distrito de Porto Seguro, localizado en la parte sur del estado de Bahía sobre unos acantilados coloridos, rodeada de selva virgen e interminables playas de aguas cálidas en tonos de verde y azul. Dentro de los 8.000 kilómetros de la costa de Brasil, esta región es el lugar más cálido no sólo por su clima y sus paradisíacas playas sino también por su gente hospitalaria y por sus divertidas fiestas. Toda esta zona es conocida como la "Costa del Descubrimiento", porque fue justo aquí donde Pedro Álvares Cabral tuvo su primera visión del territorio brasileño en el año 1500. Quince años atrás, antes de la llegada de la electricidad o el camino desde Porto Seguro, Arraial era un pueblo pesquero, pobre y excluido del mundo. Luego se convirtió en un escondido destino de hippies y mochileros que solían ir para Arraial en busca de paz, libertad y turismo barato. En ese tiempo las personas usaban las casas de los pesqueros como alojamientos y restaurantes. Desde entonces el turismo internacional ha descubierto Arraial y sus playas. Actualmente se convirtió en un sitio encantador y animado, lleno de buenos restaurantes y hoteles sofisticados. Esta pequeña aldea preserva, desde su nacimiento en 1549, su arquitectura típica, cultura y parte

de selva virgen. Tiene la misma latitud que algunos otros lugares místicos del mundo como Bali en Indonesia, por eso siempre atrajo a esotéricos y aventureros de todo el mundo. No sólo la belleza de sus veinte kilómetros de playas atrae a los turistas sino que este lugar también es muy elegido por su vida nocturna. Arraial es realmente animado por las noches, especialmente en el verano. Los visitantes, una vez instalados, rápidamente caen en la rutina: ir todas las noches a las fiestas playeras, a la mañana siguiente bajo la sombra de una sombrilla reposan en la arena y más a la tarde concurren a los bares y paradores para más sol y axé (música carnavalesca local). En el resto del año Arraial se transforma en un sofisticado pueblo lleno de familias y parejas en búsqueda de paz, sol y buena cocina. Las dos calles más importantes, Bróduei y Mucugê dividen el centro de Arraial D’Ajuda. En la Bróduei, la peatonal, se encuentran muchos comercios coloridos que venden artesanías típicas y también es el acceso a la plaza donde está la Iglesia de Nuestra Señora del Socorro, construida por los padres Jesuitas en 1549, es una de las primeras iglesias católica en Brasil. Ver la luna llena naciendo del mar atrás de la iglesia, es un espectáculo único.

Iglesia de Nuestra Señora del Socorro.

Postal de Arraial D’Ajuda.

Al lado de esta iglesia yace la casa donde nació la "Lambada" el ritmo que fue muy famoso a fines de los años 80. En la encantadora calle Mucugê se ubican la mayoría de los restaurantes, bares, comercios, galerías de arte y hoteles. El estilo arquitectónico, la variedad y el refinamiento de sus propiedades le otorgaron el apodo de "la calle con más encanto de Brasil". Al final de ésta se llega a la playa del mismo nombre. Una visita obligada para grandes y chicos es el Eco Parque Arraial

Balsa o ferry que parte desde el centro de Porto Seguro para llegar a Arraial.

D’Ajuda. Se trata de un gran parque acuático ubicado en una reserva ecológica del Atlántico sobre la espectacular Playa Mucugê. Pensa-

La calle peatonal Bróduei, una de las principales del pueblo en donde se localizan los comercios, restaurantes y bares.

do para el disfrute absoluto de toda la familia, posee modernas atrac(Continúa en pág. 7)

La calle Mucugê, otra de las principales considerada "la calle con más encanto de Brasil". Vista aérea del Eco Parque, el gran complejo acuático del Arraial.

Centro pintoresco de Arraial.

Casitas coloridas y comercios típicos del centro.


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Explorando las cercanías de Arraial d’Ajuda

Postales del Eco Parque.

Playa de Mucugê

Playa Pitinga

(Viene de pág. 6) ciones y áreas de ocio en medio de un paradisíaco marco natural. Sus completas instalaciones permiten recibir hasta 3.000 personas por día.

Playas para elegir… En Arraial se puede elegir entre ocho lindas y deslumbrantes playas, cada una con sus características típicas. Al norte se encuentran las más familiares, cerca del centro están las playas donde los jóvenes se reúnen, y al sur se esconden las

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playas desiertas, perfectas para realizar largas caminatas disfrutando de las bellezas de la naturaleza. 1. Playa Apaga Fogo, es la primera situada en las márgenes del río Buranhém, es perfecta para las familias con niños debido a sus aguas siempre calmas y piscinas naturales durante la marea baja, existen varias opciones de deportes náuticos, como windsurf, kayak y vela. 2. Playa Araçaipe, el mar es calmo, con piscinas naturales protegidas por arrecifes, perfectas para la práctica de buceo libre. La playa está cubierta por millares de pe-

queñas conchas que reflejan sus colores típicos. Aquí existen varios hoteles, paradores y restaurantes. Esta playa es ideal para la práctica de kitesurf. 3. Playa d’Ajuda (dos pescadores o nativos), está localizada cerca de la entrada de Arraial, donde las aguas son calmas, las olas pocas, y es frecuentada principalmente por nativos y habitantes del pueblo. Aquí hay algunos bares y es el puerto para los barcos de los pescadores. 4. Playa Mucugê, está situada cerca del centro, con arena blanca, agua cristalina y una buena estructura turística. Hay muchos parado-

res que ofrecen varios deportes náuticos y cocina internacional y local. Durante el verano se organizan muchas fiestas en esta playa que duran hasta el amanecer. 5. Playa do Parracho es la más frecuentada por los jóvenes, aquí existen muchos paradores, instalaciones deportivas y restaurantes que sirven comida típica y regional. Las fiestas que se organizan aquí son famosas por ser las mejores. 6. Playa Pitinga, tiene colinas arenosas rayadas en tonos de rojos y verdes, aguas brillantes, largas (Continúa en pág. 8)

Playa do Taípe

Caraíva, un pequeño pueblito cercano a Arraial.

Bar repleto de turistas en el pueblito Caraíva.

Paradisíacas playas de Caraíva.

En esta zona se encuentran algunas de las playas y los pueblitos turísticos más lindos de Brasil, como Caraíva, una pequeña aldea de pescadores localizada a casi 70 kilómetros de Porto Seguro. Aquí las calles todavía son de arena y no circulan automóviles. Durante el día se puede disfrutar del sonido de las olas que quiebran sobre las infinitas playas desiertas y cuando cae la noche, millares de estrellas brillantes iluminan el cielo. Hace algunos años fue instalada la energía eléctrica. El difícil acceso ayudó a preservar este pequeño paraíso donde parece que el tiempo se paró. Pescadores tirando sus redes, mujeres lavando ropa en el río y aborígenes de la tribu Pataxó creando sus trabajos artísticos de madera y coco. El centro de la villa parece dividido por un río encantador de un lado y las sorprendentes playas desiertas protegidas por cocoteros del otro. Al norte de Caraíva se localizan dos de las playas más bonitas de Bahía: Curuípe y Espelho (situada a 60 kilómetros de Porto Seguro y a una hora y media de Arraial d’Ajuda). Ambas están rodeadas de imponentes coqueiros y acantilados blancos con laterales rojos y ocres. El nombre "Espelho" es un apodo que nació debido al efecto causado por el reflejo del sol en las piscinas naturales que se forman en el mar durante la marea baja. Sin duda, éste es el mayor atractivo del lugar. Otras opciones son el senderismo, paseos a caballo y el viaje en canoa por el Río Caraíva rodeado por la Mata Atlántica, los manglares y granjas salvajes de búfalos. Lo que no puede dejar de hacer antes de volver a Arraial es subir a la cima del acantilado para registrar el mejor ángulo de Espelho. Al sur de Arraial, también se pueden visitar Trancoso, un pequeño paraíso de aborígenes y pescadores redescubierto en los años 70 por hippies y naturalistas en busca de tranquilidad y paz. En el centro hay una especie de plaza llamada "Quadrado", que en realidad es un rectángulo, es uno de los principales puntos turísticos. Alrededor de este lugar se pueden apreciar varias casas antiguas pintadas de colores llamativos que hoy funcionan como locales comerciales, en donde se venden principalmente artesanías y artículos de decoración. También aquí se encuentra la iglesia de San Juan construida en 1656 y un cementerio. Durante el día los turistas se deleitan en las maravillosas playas u optan por una caminata hasta las ciudades vecinas. Al atardecer, el famoso "Quadrado" gana vida con sus bares, estaurantes típicos, comercios de marca y puestos de artesanías locales, creando una atmósferaeleganteyrústicaqueatrae a los turistas que la frecuentan. Tanto el Quadrado como las casas de colores y la Iglesia son protegidas por la UNESCO.


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(Viene de pág. 7) arenas granulosas y arrecifes multicolores. Ofrece muchos paradores y algunas opciones deportivas, como kayak y vela. Aquí hay olas medianas en la marea alta y durante la marea baja se forman piscinas naturales. Más al sur de esta playa comienzan las playas más preservadas de Arraial d’Ajuda. 7. Playa do Taípe, en su mayor parte es casi desierta, con sus arrecifes multicolores y trechos de selva virgen es una de las postales de Arraial. Aquí se encuentra Lagoa Azul (Laguna Azul), que ofrece aguas refrescantes a los turistas que caminan hacia la ciudad de Trancoso. En algunos trechos de esta playa hay olas para la práctica de surf y bodyboard. 8. Playa Rio Da Barra, es la última antes de las playas de la ciudad vecina, Trancoso. Del lado izquierdo se forman olas poderosas, y del lado opuesto a la desembocadura del río da Barra se forma una ensenada con aguas tranquilas, claras y cálidas.

Postales de Playa Espelho, una de las más bellas de Bahía.

El famoso "Quadrado" del pueblo Trancoso.

Paradisíacas playas de Trancoso.

Iglesia de San Juan, Trancoso.

Datos útiles ¿Cómo llegar?: Arraial D´Ajuda está situado a escasa distancia de Porto Seguro, ambas ciudades están separadas por el Río Buranhém, para llegar a Arraial se toma una balsa o ferry que parte desde el centro de Porto Seguro, en una travesía que dura unos 15 minutos, las mismas funcionan las 24 horas. Desde el otro lado del río, hay autobuses y combis que cubren la distancia hasta Arraial en cinco minutos. Existen vuelos desde casi todas las principales ciudades de Brasil al aeropuerto

internacional de Porto Seguro. ¿Dónde dormir?: aquí se ofrece una amplia lista de hoteles y posadas, más de 120 distribuidos entre el centro y las playas de la villa. Entre los alojamientos más destacados podemos mencionar: el Hotel Villa Bianca (4 estrellas, está localizado en la Playa Pitinga) y Pousada Tropical (3 estrellas, ubicado en el centro) ¿Dónde comer?: aquí conviven restaurantes típicos y restaurantes con menús internacionales. Los restaurantes en la playa tienen excelentes camarones fritos y otros platos

de mar. En el restaurante de Xaxá encontrará el delicioso "camarão na moranga" y en el restaurante Paulinho Pescador, las "moquecas" especiales. No deje de probar el famoso trago "Capeta" en el Bar Nostravamus, hecho con vodka, piña y guaraná pulverizada (estimulando frutas amazónicas). Más información: * Clima: subtropical y muy húmedo. Tiene temperaturas promedias entre los 25° y los 30°C durante todo el

año, que pueden llegar hasta los 40°C en el verano (desde diciembre hasta marzo). El invierno (desde junio hasta agosto) es sólo un poco más frío. El sol brilla el año entero y las lluvias más constantes son durante junio y julio. * Población: posee alrededor de 18.000 habitantes, en el verano este número aumenta bastante. * Originalmente llamado Campamento de Nuestra Señora del Socorro, en honor de la Patrona, el nombre fue gradualmente reducido y la creación legal del distrito, fue sin duda Arraial.

* Por tratarse de una aldea pequeña, todo el centro y la mayoría de las playas son accesibles a pie. Para las playas más distantes, existen combis que parten de la plaza cerca de la iglesia y que hacen el trayecto día y noche, son muy usadas por turistas y habitantes. Otra opción es alquilar una bicicleta en algún negocio de la calle Bróduei. * Es recomendable bañarse en la famosa fuente sagrada, la leyenda dice: "si toma baño en estas aguas, volverá a la ciudad".


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