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Diario del Huila F U N D A C I Ó N TIERRA PROMISIÓN www.diariodelhuila.com Neiva, Noviembre 20 de 2011 Edición Nro. 377

JUAN GUSTAVO COBO – BORDA Apasionado y polémico...


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Difusión Cultural

UNA GOTA DE AGUA PARA MAÑANA Tratado desde una perspectiva idealista Por: Jesús María Stapper Una gota de agua estableció su lar mágico en el origen de la vida. El agua es, sin duda, la definición exacta de toda génesis. Una gota de agua acampa en el centro del corazón del hombre. El agua es un manifiesto de esperanza, es una proclama de existencia. Del agua depende la supervivencia de las especies, racionales, irracionales y vegetales. Por fortuna, aún hoy, el agua es una realidad líquida-tangible y verdadera. Es también una virtualidad manifiesta gaseosa-intangible y verdadera. Todavía la saboreamos de pies a cabeza como lo hacemos cuando estamos frente a la generosa desnudez de la mujer que deseamos. La palpamos en las sombras de las nubes que van de fiesta, y van hacia el encuentro con los crepúsculos y los ocasos, o van al abrazo directo con las primeras luces de los días nacientes. Nos percatamos de su existencia cuando nos estremece con su milenario alfabeto de relámpagos y truenos. La sentimos en las gotas que vagan por nuestras melenas. Una gota de agua nos lleva al asombro cuando la vemos estacionada en los pezones erizados de la empapada dama que pasa por la esquina de nuestras calles cercanas. El agua es éxtasis, es espectáculo, es música, es nutriente, es transparencia, es virtud, es paraíso. El agua tiene cuerpo, tiene alma, tiene espíritu. El agua tiene, por sí misma, todo cuanto le hace falta. Que maravilloso es cuando el agua nos habla con su cristalino lenguaje de cascada o con la voz pasajera y sonámbula de los ríos andariegos. El agua tiene canto de selva… tiene manifestación de altivos ecos cuando irrumpe por la manigua. El agua tiene labios salados cuando nos habla de las soledades y de los sueños del mar infinito. Cuánto nos alucina con sus enigmas grabados y escondidos bajo la piel de sus pozos profundos. Caronte el antiquísimo barquero todavía navega buscando tu corazón y tu sagrado vientre. Eneas aún prosigue en la aguerrida lucha contra tus turbulencias grises. Johnny Weissmüller todavía bebe agua de un arroyo diamantino, todavía celebra sus lianas, aguas abajo. Todavía existen bogas que narran tus tempestades de media noche… sortilegio tuyo: gota de agua enardecida. El agua-océano de la tierra calma la sed de las estrellas perdidas. El agua-océano silba su canción delirante para enamorar a los oídos de los universos desconocidos.

Una producción de la Fundación Tierra de Promisión GUILLERMO PLAZAS ALCID Director Ejecutivo Coordinador: FÉLIX RAMIRO LOZADA FLÓREZ

Circula con DIARIO DEL HUILA

Toda colaboración se acepta y publica a título gratuito. E-mail: facetas@diariodelhuila.com

Gota de agua generosa y mansa, de ti dicen que no sabes hablar, pero seguro, sé que entiendes, por ello, te hago una confesión sincera y una advertencia de alto apremio. Existe sobre la tierra un depredador infame, es por defecto, el máximo depredador, es quizás el depredador consciente. Es el único depredador de todo, depredador del agua, depredador de la tierra, depredador del universo, depredador del hombre. Ese hombre depredador del hombre es el hombre. Ese hombre depredador también soy yo. ¡Qué vergüenza! El hombre, repleto de egoísmo, de prepotencia, de ignorancia, no sabe de tu generosidad, no entiende de tu calidad dadora de nacimiento y dadora de la permanencia de la vida cuando está viva. De manera rauda, cual creciente alborotada y sin destino, al agua la estamos matando sin consideración alguna. Tal vez somos los peores seres por cuánto somos más salvajes que la más catastrófica de las avalanchas. Por depredación infame, mañana, el agua será una metáfora cernida a través de la melancolía, la añoranza y el deseo. El agua estará de manera figurada en el eco no cristalino de un verso escrito con las sílabas del espejismo, en los umbrales de la última la sed. El agua será un recuerdo mudo del pretérito agreste, indomable y salvaje que habitaba entre los humedales de las arboledas pasadas. El recuerdo del agua habitará entre las reminiscencias y los clamores del idealismo de los últimos hombres moribundos… y será el final de una especie. Y será el final de todo lo viviente y de todo lo que esté por nacer. La existencia de una gota de agua para mañana será una cuestión de fe. Será la invocación abnegada pero sin resolver, de la procesión humana que cabizbaja, bajo faroles encendidos, caminará sin alternativa, hacia la extinción. Sucederá, sin duda alguna, porque el ‘conglomerado humano’ crece y los recursos naturales de-crecen. Día a día desaparecen los caminos reales del agua, hechos por el agua, para el agua. Ya no escuchamos como antes, las voces históricas y los lenguajes eternos de los ríos que iban de paso, pero proseguían con su legado, en los mismos lugares. Y ¿en dónde están las inmensas boinas de nieve? Las charcas en donde nadé tantas veces están vestidas de arena reseca, están vestidas de escombros. Sobre la fuente (que tanto me inspiraba) construyeron una porqueriza. La porqueriza (de una multinacional), dicen, da plata; la fuente únicamente nos daba en-sueños e ilusiones, y me dio el placer inolvidable de febriles romances. Los imperios y las multinacionales, a ultranza, injusticia y salvajismo, “dueños y dueñas de todo por orden divino”, incluyendo la vida y la muerte, tienen autorización celestial para arrasar y matar sin piedad, al


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JESUS MARIA STAPPER, FERNANDO SOTO APARICIO, BONERGES RODRIGUEZ.

igual que hoy tienen los ojos puestos, con intereses mezquinos, sobre ti mi pequeña gota de agua habitante de la tierra. Te quieren encerrar y te quieren vender. El agua pierde su libertad cuando la envasan para venderla en frascos de plástico, eso, yo lo entiendo, y me declaro aliado tuyo y de tu libertad, mí amada gota de agua.

debes lograr que todos los hombres seamos tus amigos. Y yo, Hombre, me convoco, y me declaro amigo del agua, de una gota de agua para mañana. Agua bendita por favor ¡sálvanos! Gota de agua, de mi parte te declaro un ser libre, y por lo tanto, te digo: vete a caminar por donde quieras.

Sabemos que pronto, a través de una vil estrategia, serán declaradas “guerras de baja intensidad” entre los pueblos hermanos que habitan en la vastedad amazónica. Después, hombre amazónico, si no te extingues en “las confrontaciones”, y si quieres vivir, pagarás como un condenado, por tu propia agua. Pagarás a los hombres imperiales que armados con misiles y balas de oro, son santos y son benditos, y que a fuego y publicidad barata, usurparán tus suelos y se llevarán tu riqueza. Y no será solamente la Amazonía, será cualquier lugar en donde el agua pura brote de la tierra y salga desprevenida, a caminar por ahí...

Para concluir, nosotros que somos un ‘pequeño grupo’ de escritores reunidos en la sin igual tierra santandereana, tenemos una responsabilidad inmensa con Santander, Colombia, el Mundo, y la humanidad, porque no debemos permitir la explotación minera en nuestro Páramo de Santurbán, ni en ningún otro páramo de cualquier lugar. Nos es preciso desprender de este evento que celebramos en la ciudad de Bucaramanga, un manifiesto en contra de este exabrupto ecológico, en contra de este malvado propósito asesino del hombre. Creo que la humanidad entera no necesita más oro: “áureo destello de separación, miseria y muerte”. Creo que la humanidad entera lo que necesita es más vida para vivir más. Menuda tarea nos corresponde de ahora en adelante apreciados amigos, con nuestra inteligencia, con nuestro pensamiento, con nuestros sueños, con nuestros lápices, debemos impedir que el hombre asesine a la naturaleza, y por ende, que el hombre asesine para siempre, al hombre. Jesús María Stapper Bogotá D.C. Octubre 17 de 2011.

Sabemos que mañana no habrá una gota de agua para el día siguiente. En una cercana mañana el hombre dará su existencia porque a sus labios los lime una gota de agua, porque a su boca llegue el sabor del rocío irrigado en la pequeña hoja de un arbusto de la vecindad. Gota de agua convócanos de nuevo al encuentro con tu imagen santa, con tu estadio sagrado. Gota de agua, por favor, no te vayas nunca de la Pachamama. Invítanos a descubrir, contigo, lo inefable y milagroso de la tierra santa. Gota de agua carente de egoísmos, y de otros defectos, estoy seguro que si tú salvas a un solo hombre quizás logres salvarnos a todos. Cuando una gota de agua valga más que la vida de un ser humano valdrá más que la inteligencia del hombre. Lo peor de todo está en que hacia allá vamos. Y de la manera en que vamos, llegaremos pronto. ¡Qué pesar! Difícil tarea tienes gota de agua, pero no imposible,

Ponencia-conferencia V Encuentro Universal de Escritores: VUELVEN LOS COMUNEROS Bucaramanga, Colombia – Sudamérica Noviembre 10 – 14 de 2011


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JUAN GUSTAVO COBO – BORDA

Por: Félix Ramiro Losada Cobo-Borda es un extraordinario escritor y crítico que ha penetrado su alma por los más disímiles autores de nuestro país, para entregarnos su valiosa opinión sobre cada uno de ellos, descifrando en lo posible la naturaleza y los misterios de estos, y de los propios, en los que proyecta ciertas creencias, las caras del tiempo, algunos lugares y distintos aspectos del comportamiento humano. Cobo-Borda, tiene una voz y un estilo que le identifican y le dan una aureola propia, compuesta por múltiples sonoridades, que reflejan su ánimo y la confianza necesaria en su autenticidad, con la que ha logrado un enorme espacio nacional e internacional, sobre todo al profundizar en varios sentidos con fuerza extraordinaria, en los que sugiere incluso la recreación de formas antiguas. En este sentido, el poeta muestra conocimiento e inteligencia y la obsesión de un tiempo mítico, con lo que asume múltiples visiones y distintos tiempos representados en una serie de símbolos, sentimientos y principios que nos recuerda la sabiduría razonadora manifiesta en los clásicos, con lenguaje claro, abierto y melodioso, en donde el ritmo, las analogías y las metáforas expresan lo inexpresable. “La obra de un poeta contemporáneo nuestro la vamos conociendo en forma episódica, con interrupciones y olvidos, rescatando, a menudo, largos trechos que se nos habían quedado sin explorar. Jamás podemos tener una visión panorámica y contemplarla como totalidad”. Es por eso que la lectura del libro La musa inclemente, de Juan Gustavo Cobo, constituye una aventura excepcional, una experiencia casi sin precedente de la que podemos sacar conclusiones y rescatar hallazgos que bien valen una meditación, así sea tan breve e incompleta como esta que me propongo comunicar a los lectores de la que considero una obra prima de la lírica en nuestra lengua. La lectura de esta obra nos revela, a través de poemas siempre logrados dentro de un rigor y un trabajo de lenguaje de sorprendente riqueza y originalidad, el desarrollo de una serie de obsesiones y rasgos de carácter, de visiones y confesiones de ese turbio e incierto proceso que es el llegar a ser hombre y el conquistar una personal e intransferible noción de sí mismo, del mundo y de la gente que nos acompaña en algunos trechos del camino. Cada poema adquiere, en este caso singular, dos maneras de ser leído: una, por su propia y particular virtud visionaria y, otra, como parte de un destino en curso, de una vida en marcha marcada por ciertos signos y huellas y que nos es revelada por la magia de la poesía, por su virtud ceremonial mítica que la acerca a la oración en voz alta, al apenas velado enfrentamiento con los dioses y los tenebrosos dominios desde donde disponen nuestra existencia. EN LOS POEMAS DE COBO-BORDA LA PRESENCIA DE LA MUJER PARECE ESTAR LIGADA A LA IMAGEN DE AFRODITA NACIENDO DE LAS AGUAS. La primera constancia que se hace patente en la lectura de estos poemas es la presencia de la mujer, del cuerpo de la mujer como obsesivo fruto que se nos escapa en el instante mismo en que creemos poseerlo y descifrarlo. Las formas de Afrodita naciendo de las aguas llegan a ocupar un lugar de inquieta desmesura. Pero hay algo más en esta presencia febril e inasible: su misterio no se limita a la maravilla de la carne, siempre a nuestro alcance y siempre inaccesible; esta sólo constituye la vestidura de un enigma más desoladoramente impenetrable y sin solución: el alma femenina en cuyos abismos y laberintos el hombre suele perderse y perder la suya propia. Por eso la lectura de Fausto es un ejercicio altamente recomendable. Otra de las presencias que no nos abandona en la poesía de Cobo Borda, y

que está en cierta proporción relacionada con la anterior, es la persistente evidencia del estéril esfuerzo por comunicarnos con los demás. Como planetas cumpliendo la rotación desolada de una órbita inmutable, jamás acabamos de compartir en verdad un solo instante de la vida de nuestros semejantes. Esta vieja verdad que ocupaba ya a los griegos y romanos, sobre todo a los cínicos y a los estoicos, vuelve siempre en todas las literaturas de occidente. Escuchemos a Quevedo: “¡Ah de la vida! ¿Nadie me responde?” Pero no hay dolor alguno en esta constatación. EN LA OBRA DE COBO-BORDA LA IRONÍA TRASCIENDE DIFERENCIAS CULTURALES Y SU IMPORTANCIA RADICA EN EL TRATO QUE LE DA A CADA UNO DE SUS TEMAS. Cobo-Borda se cura en salud a través de la que constituye la tercera constante de su obra: una contenida pero honda ironía que da a sus poemas un sabor inconfundible, un peculiar encanto que nos remite a ciertos grandes nombres de la poesía inglesa contemporánea –Larkin por ejemplo-. Aunque, como es obvio, no existe otro parentesco si no es esta ligera dosis de resignada amargura, de casi gozosa indulgencia, de ternura que se resuelve en la perdurable sonrisa de Diógenes”. Álvaro Mutis. Esto nos indica que Cobo-Borda es conocedor de su oficio y tiene claro los temas, mirados desde su perspectiva con lo cual va trascendiendo lo intrascendible, de manera que nos seduce con sus palabras a veces cotidianas, otras veces endiosadas pero sin alejarnos en demasía del tiempo presente con unas reflexiones y unos versos extraordinariamente humanos, en algunos momentos evocadores, explícitos o simplemente surgidos del ensimismamiento que le produce la vida diaria. Sus visiones e historias nos levan a menudo a interpretaciones polémicas y a exigentes juicios sobre sus deslumbrantes y apasionadas imágenes. ROMANCE DE OCASIÓN Por supuesto, no era el tiempo más adecuado para unirnos, hambriento uno del otro, a través de hoteles efímeros que aún arden en la memoria. Pero nunca hay otro tiempo sino éste cuando el pasado irresoluto queda atrás y una tenue capa de besos restaña la herida. Este, en que entro en ti y tu cuerpo formula su oscura exigencia. Hay, cuando el llanto acongojado busca en vano un poco de paz sólo veo mi mano acariciando tu nuca; la tuya, reposando en mi vientre. Una ciudad hostil donde tu rostro arrasado me dice adiós con una determinación que ignoraba. Aprenderé, es cierto, una nueva forma de estar solo, carente de la impetuosa confianza que me dabas y sin embargo, perdona por decirlo, escupiré cien veces sobre lo excesivamente feliz que me hiciste. La poesía de lo Absurdo Entrevista a Juan Cobo Borda Desde temprano le fue concedido un diván en el comedor palaciego de quienes han paladeado el poder. De ahí que la sola mención de su nombre despierte las maledicencias de quienes a hurtadillas ambicionan la oficialidad y en público la arengan para justificar su privación. Su


Nacionales poesía, asordinada y sigilosa, pincela el tedio que entreverado opaca la aparente placidez. Así mismo, su fervor por los libros lo han convertido en multiplicador de su oceánica experiencia lectora, empeñándose en la interpretación de las diversas literaturas que el mundo nos obsequia. Observo en su poesía una decantación, que con humor e ironía, ausculta la transcendencia de lo nimio y lo prosaico. ¿Es la lucha contra la grandilocuencia una intención en su escritura? Cuando, en el 2008, Norma publicó la selección de mis poemas, titulada La patria boba, los textos sobre la historia de Colombia, nacidos a partir de documentos o libros sobre épocas que no había conocido, tenían la concisión de un apunte, la sequedad de una nota al margen, para subrayar lo incongruente y absurdo, en muchos casos, de nuestro transcurrir. Mentiras que se repiten, de modo cíclico. Sacrificios que no fructifican. Olvido y monotonía. Esto obliga a rebajar el tono, y a mirar, sí, con humor e ironía, tantos actos fallidos, tantas expectativas burladas. Pero el poema también resultaba un cauterio sobre la llaga abierta. Ese ejercicio de aprendizaje y depuración histórica, si se quiere, se refractaba también en los poemas amorosos. Con el lenguaje de "Piedra y Cielo", por ejemplo, con sus sonetos, no alcanzaba a formular lo que sentía. Por ello, debía partir, precisamente, de lo excesivamente cursi y exagerado del bolero, para hallar el tono convincente. La exageración del melodrama y la dicha de sufrir sin límite. En la escritura de poesía nada es, de hecho, muy consciente. Hay impulsos súbitos, arrebatos primordiales, que luego se encauzan y ordenan. Que se clasifican y reescriben. Años más tarde, el poema se hace pétreo y nos denuncia como un metal bruñido. Ya nada es nuestro: ni quien lo padeció (y lo escribió), aquella musa al cual estaba dedicado (en vano) o la remota (y ahora efímera) revista que lo acogió por vez primera (llámese Arco o Golpe de dados). Todo desaparece, salvo la ansiedad de escribir de nuevo, con la nitidez que sugieren los sueños. ¿Ese alejamiento del tono manierista aboga por una poesía de la cotidianidad? Hay algo cotidiano, claro está, pero la vida diaria es, a veces, tan irreal, tan inasible, que se repite como un ritual inútil: tender la cama, barrer, limpiar los platos, mirar el saldo del banco, pagar las facturas. ¿Queda algo? Pero también, a partir de allí, se dan los viajes de la mente, el vuelo de la ensoñación confiriéndole firmeza a las piernas vacilantes para emprender una nueva aventura. En la amplia antología, que acabamos de publicar con Ramiro Arbeláez, titulada La crítica de cine. Una historia en textos (Pro imágenes - Universidad Nacional, 2011) mi sorpresa fue mayúscula, al recordar, de golpe, películas que me emocionaron y que hoy podemos recobrar en la cotidianeidad diurna y nocturna de la televisión. Volver a ver, quizás, algo de los Beatles, o Un hombre y una mujer, y escuchar un acorde de música brasileña, revivir a un Casanova envejecido: lo cotidiano es infinito. Y se da, no sólo en la poesía que intentamos escribir, sino, también, dentro de esa cultura en donde vivimos inmersos y que nos alimenta: cine, pintura, lectura diálogo.

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Su labor crítica la encuentro cercana a la tradición inglesa, que opta por una mirada deliberadamente personal y subjetiva, antes que la sujeción a prismas teóricos. ¿A la hora de interpretar lo leído, prefieres la glosa impresionista por encima de la académica? Por supuesto. Los ensayos de Virginia Woolf o del poeta T.S. Eliot como "lectores comunes" siguen siendo vigorosos y estimulantes. Y que decir de Chesterton o incluso de Harold Bloom en El canon occidental al releer El Quijote. En verdad, el inglés que más amo, y siempre me obliga a volver a él, nació en Buenos Aires y se apellida Borges. En el Breviario arbitrario de literatura colombiana (Taurus, 2011) hay medio centenar de breves ensayos sobre novelistas colombianos y algunos críticos. La impresión personal, trátese de El Carnero, María o La Vorágine es imprescindible: la base de todo análisis. Pero en ellos, como en Laura Restrepo o Andrés Caicedo, hay otros apoyos, otras vías de acceso, para comprender mejor lo que intentaron expresar. Su tiempo, sus lecturas, la ciudad y el momento que recrean. Igual con Gabriel García Márquez y Álvaro Mutis en el paralelo en que los reuní a los dos con el título de Lecturas Convergentes ( Bogotá, Taurus, 2006) o en el caso de Mario Vargas Llosa : la pasión de narrar ( Alfaguara, 2011) cómo no considerar la política latinoamericana, en figuras como Odría en el Perú o Trujillo en la República Dominicana o lo que significó el "boom" de la novela latinoamericana y sus relaciones políticas con Cuba, para lo cual tomo en cuenta, académicamente, la bibliografía que cada día crece y puntualiza las cuestiones. Pero en todos estos casos, lo que importa, en definitiva, es Cien años de soledad, La fiesta del chivo, o Maqroll el Gaviero. ¿Explicarlos no es a veces reducirlos? Lo fascinante, casi siempre, es releerlos y descubrir lo que no habíamos visto. ¿Aún crees que la nuestra es una literatura con “tradición de la pobreza”? Lo de "tradición de la pobreza" era referido al exceso abrumador de versificadores que opacaban los astros centrales: Silva, Valencia, Barba Jacob, León de Greiff, Carranza, Gaitán, Cote, Mutis. Pero también se sustentaba en la observación del historiador Jaime Jaramillo Uribe sobre Colombia como país de la dorada mediocridad, del término medio, y en los aplastantes índices de colombianos que viven en la pobreza, sobreviven en la indigencia, y padecen la peor distribución económica del continente. Donde el 12, 5 por ciento de colombianos vive en la pobreza extrema, es decir, 5,5 millones de colombianos, según indica el Director de Planeación el 18 de septiembre de 2011, en El Tiempo. Esas cifras, directa o indirectamente, se verán reflejadas en el analfabetismo, en la deserción escolar o universitaria, en los muy pocos libros que se leen al año. No se sabe si era peor en el siglo XX, cuando los narradores apenas si lograban una gran obra indudable: María, La Vorágine, Cuatro años a bordo de mi mismo o La casa grande sin continuidad, u hoy, cuando la proliferación indiscriminada de títulos, para intentar acertar en alguno, nos lleva a tantas novelas de autores vagamente conocidos que se repiten sin gracia, al Pasa Pág 6


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fatigar al lector. Al insólito lector en un país donde se leía, en el 2008, un promedio por colombiano de sólo 2 libros por año. ¿Cuáles dos escogería Ud. para el 2011? Es manida la proclama que le reclama independencia y autonomía al escritor. ¿Qué riesgos implica la cercanía y participación en el poder para un autor? El poder es una alta instancia del hombre mismo. De su capacidad para incidir en la realidad y dominar a los otros en pos, casi siempre, de una quimera. El poder da también capacidad de realización. Desde el poder, si se tiene inclinación por el tema, es posible realizar obras, a nivel cultural, que en muchos casos el sólo esfuerzo individual no logra. De ahí que el poder haya fascinado tanto al novelista, llámese Ernest Jünger o Gabriel García Márquez. La figura de Alejandro de Macedonia intrigaba a Borges: el ansia de poder y, luego, el desdén por tanto poder conseguido. Norman Mailer, Gore Vidal han merodeado el poder en Estados Unidos y sus observaciones al respecto suelen ser despiadadas y lúcidas, pero se siente allí mucha frustración. Sólo quizás André Malraux nos hace vivir el combate por el poder y lo que significa haber acompañado de cerca a De Gaulle, conversado con Mao y Nehru y comprender que, al final, sólo perdura el arte: las catedrales góticas o la meditación de Buda. Una gran lección. Creo que la experiencia del poder forma al escritor. Lo hace conocer una realidad que no puede ignorarse, y, también, lo desilusiona sobre ese creer que todo se puede desde el poder. La última década de la historia de Colombia nos ha dado valiosas lecciones sobre los redentores y mesías que pretendían salvarnos salvándose ellos antes que nadie. Ahí están los patéticos resultados con que el poder los enloqueció, sin remedio. Me parece que el tiempo le es generoso al teorema americanista de Germán Arciniegas, al corroborarse la incidencia cultural del continente sorbe Europa. ¿Siendo el mayor estudioso de la obra de Arciniegas, crees que sus visiones suponen algo más que un afincado chovinismo y exaltación de lo americano? Los 60 libros que escribió y compiló Germán Arciniegas son una vivaz y colorida enciclopedia americana en diálogo con el mundo. Allí está nuestro pasado aborigen, nuestra independencia y sus libertadores, las mujeres y el estudiante, los campesinos, los artesanos y la edificación de las ciudades. Y, sobre todo, el contacto de América con él mundo. ¿Por qué los imperios europeos no cuajaron en América y se transformaron en repúblicas? ¿Qué ha dado América, además de maíz, café y tabaco? El censo que estableció Arciniegas de cómo los europeos cambiaron al llegar a ser americanos, da pie a una larga meditación sobre el diálogo conflictivo pero vital entre culturas; o, en definitiva, dentro de la misma cultura. Él era un apasionado, como debe ser quien defiende una idea, pero tenía también el ingenuo

JUAN GUSTAVO COBO – BORDA.

asombro de quien cada día descubre nuevas cosas en el mundo. En todo caso, en Lector impenitente (México, Fondo de Cultura Económica, 2004) me alegra haber dado, dentro de un amplio espectro latinoamericano, un testimonio sobre Arciniegas, reconociendo como puso la historia, con buena prosa y amena sencillez, al alcance de todos, y como los temas centrales de los 500 años del descubrimiento a los 200 de la independencia, son los que ya Arciniegas había tratado, desde variados enfoques. En tal sentido, siguen siendo sugerentes sus controvertidas tesis sobre el influjo de España en nuestro carácter, instituciones y carencias. Hay que volver, una vez más, a Arciniegas. ¿Es posible trazar una genealogía en la literatura colombiana, o somos solo ínsulas sin mayor familiaridad? Aventuraría en el caso de la poesía, la forma en que poetas como Guillermo Valencia y Eduardo Cote Lamus, leyeron, y recrearon, con nuevos poemas, el orbe de José Asunción Silva. Reinventaron un hito y se apropiaron, según su estilo, de un antecesor ineludible. Esa me parece la forma más válida de reinventar una literatura y conformar una tradición, de modo creativo. Igual a como hizo García Márquez, con textos de Jorge Zalamea y José Félix Fuenmayor: los buenos lectores son los que devienen en grandes escritores. El entusiasmo reciente por Nicolás Gómez Dávila en algunas academias europeas, ha recordado la vieja discusión que nos acusa como un país carente de pensadores. ¿Te atreves a defender lo que podría definirse como “filosofía Colombiana? Me hace feliz pensar que los Escolios a un texto implícito de Nicolás Gómez Dávila, urticantes, desdeñosos y certeros, están ya en alemán, italiano, francés, y reeditados en parte, en España. Donde convivirán bien con sus pares Cioran o Junger, o la gran escuela francesa de Chamfort, Joubert, Rivarol o La Rochefoucauld. Pero nada de eso puede llevarnos a pensar en "una filosofía colombiana”, expresión que haría sonreír a Gómez Dávila, con infinita ironía y profunda benevolencia. ¿Aspiran sus notas críticas a hacer expansivo el goce del lector originario? Me justifica y alegra cuando alguien me dice que compilaciones como Lengua erótica y Cuerpo erótico, publicadas ambas por Villegas Editores, les revelaron territorios inexplorados, comarcas dignas de disfrutarse, en compañía. O que la Antología de poesía hispanoamericana (1985), que reeditará en el 2012 el Fondo de Cultura Económica, les trajo sorpresas entonces como Gastón Baquero y Jaime Sáenz, Alejandra Pizarnik y Eugenio Montejo, y quizás ahora otras, como Eduardo Mitre o Fabio Morábito. La poesía no cesa y nuevos lectores aguardan, al acecho, por aquellas líneas que quedará resonando en su memoria, para siempre: "Una noche, una noche toda llena ...".

Nació en Bogotá, en 1948. Ha publicado: Consejos para sobrevivir, 1974; Salón de Té. 1979; Casa de citas, 1981; Ofrenda en el altar del bolero, 1981; Todos los poetas son santos e irán al cielo, 1983; Tierra de fuego, 1988; El animal que duerme en cada uno, 1995 y Furioso amor, 1997. Es autor de varias selecciones poéticas: Álbum de la nueva poesía colombiana, 1981; Almanaque de versos, 1988; Antología de poesía hispanoamericana, 1985 e Historia portátil de la poesía colombiana, 1880-1995. Ha publicado ensayos críticos sobre José Asunción Silva, Gabriel García Márquez. Otros ensayos suyos son La tradición de la pobreza, 1982; La otra literatura latinoamericana, 1982; Historia portátil de la poesía colombiana, 1880,1995; La narrativa después de García Márquez, 1989; Leyendo a Silva, 1994; Silva, Arciniegas, Mutis y García Márquez, 1997


Divulgacion Poética

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Desde que el ser humano dio sus primeros pasos en la tierra ha cantado al amor. Cantamos al amor de distintas maneras y por muchas razones, según la visión del poeta o a partir de un vínculo amoroso, por lo mismo, entregamos a nuestros lectores en esta Página de poesía, textos que evidencian versos que se refieren al amor y que expresan claramente la fuerza del amor.

DIÓTIMA

LA CITA

Deleite de las musas celestiales, ven y calma el desorden actual; reconcilia como antes, todo lo que está en lucha y calma el desacuerdo con tu divina música de paz. ¡Qué el corazón sea un lugar armonioso! ¡Qué la antigua naturaleza humana, su alma calmada y grande, vuelva poderosa y tranquilice la turbación de nuestro tiempo! ¡Viva belleza! Retorna al mísero corazón del pueblo, toma tu lugar en la mesa amable y en los templos. Diótima vive como las débiles flores en invierno. Aunque posee el tesoro de su alma, reclama el sol. Pero el sol del alma, el mundo bello, ha muerto. J. Holderlin 1770-1843

Me he ceñido toda con un manto negro. Estoy toda pálida, la mirada extática, Y en los ojos tengo partida una estrella ¡Dos triángulos rojos en mi faz hierática! Ya vez que no luzco ni siquiera una joya, Ni un lazo rosado, ni un ramo de dalias. Y hasta que he quitado las hebillas ricas De las correhuelas de mis dos sandalias. Mas soy esta noche, sin oros no sedas, Esbelta y morena como un lirio vivo. Y estoy toda ungida de esencias de nardos. Y soy toda suave bajo el manto esquivo. Y en mi boca pálida florece ya el trémulo Clavel de mi beso que aguarda tu boca. Y en mis manos largas se enrosca el deseo Como una invisible serpentina loca. ¡Descíñeme, amante! ¡Descíñeme, amante! Bajo tu mirada surgiré como una Estatua vibrante sobre un plinto negro Hasta el que se arrastra, como un can, la luna. Juana de Ibarbourou. 1892-1979

EL AMOR

Cuando el amor te llame síguelo. Aunque su camino sea arduo y penoso. Y cuando sus alas te envuelvan, entrégate. Aunque la espada, entre ellas disimulada te lastimaren. Y cuando te hable, cree en él. Aunque su voz desgarre tus sueños, como el viento del norte agosta el jardín. Porque así como el amor te enaltece, así te crucifica. Así como te acrece, así te poda. Así como te eleva a lo más alto, y acaricia tus ramas más tiernas, que palpitan bajo el sol, así descenderá hasta tus raíces y las conmoverá en un abrazo con la tierra. Todo esto hará el amor en tí, para que puedas entender los secretos de tu corazón. Y convertirte, por ese entendimiento, en un fragmento del corazón de la vida. Khalil Gibrán. 1883 -?

EL DIVINO AMOR

Te ando buscando, amor que nunca llegas, Te ando buscando, amor que te mezquinas, Me aguzo por saber si me adivinas, Me doblo por saber si me entregas. Las tempestades mías, andariegas, Se han aquietado sobre un haz de espinas; Sangran mis carnes gotas purpurinas Porque a salvarte, oh niño, te me niegas. Mira que estoy de pie sobre los leños, Que a veces bastan unos pocos sueños Para encender la llama que me pierde. Sálvame, amor, y con tus manos puras Trueca este fuego en límpidas dulzuras Y haz de mis leños una rama verde. Alfonsina Storni. 1892 – 1938


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Actividad Cultural

XIII BIENAL NACIONAL Y I INTERNACIONAL DE NOVELA

JOSÉ EUSTASIO RIVERA FUNDACIÓN TIERRA DE PROMISIÓN Ley 42 de 1988 Acuerdos 052 de 1996 y 052 de 2009 Honorable Concejo de Neiva

26 años de historias, de expresión libre del pensamiento y florecimiento de la palabra con grandes narradores colombianos. Ahora invitamos a los novelistas de lengua castellana a participar de este importante evento en memoria de nuestro mayor cantor. El concurso literario de mayor reconocimiento en Colombia INFORMES EN : Calle 18 A No. 7 A – 14 Teléfono: 8 65 25 16 neivaIVcentenario@hotmail.com

FUNDACIÓN TIERRA DE PROMISIÓN

GUILLERMO PLAZAS ALCID Director Ejecutivo O Calle 5 No.5-124(Antiguo Club del Comercio) Neiva- Huila – Colombia

1612 - NEIVA 400 AÑOS - 2012


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