CRÓNICA | Págs. 6-7
Talquinos, los muy nobles y muy leales HISTORIA | Págs. 8-9
De la plaza a la Alameda, una historia entre rejas
Del 2 al 8 de agosto de 2020
Una mirada a la “casa de todos” Entrevista al abogado constitucionalista Patricio Zapata Págs.4-5
2 Zapping
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Pixeles
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Nadie es perfecto EFE/EPA/Neil Hall
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n hombre se zambulle en el mar en Southend Beach, Gran Bretaña, el pasado viernes cuando los termómetros marcaban 35°C en Londres. Y lo hace desprolijo, sin sacarse las zapatillas, con la técnica de un explorador sediento en busca de agua.
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Director: Hernán Espinoza Jara Editor de Reportajes: Rodrigo Contreras Vergara Diseño y Diagramación: Diario El Centro Corrección de Textos: Diario El Centro Preprensa e Impresión: EL CENTRO S.A.
temas de domingo
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4 Entrevista
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Patricio Zapata:
“Mi opinión es que hoy el apruebo tiene más sentido que hace seis meses” Mario Rodríguez Órdenes
Mientras el itinerario constituyente se apronta a una jornada decisiva el 25 de octubre, el connotado abogado constitucionalista reflexiona sobre su importancia. “Tengo claro que ninguna ley puede provocar transformaciones mágicas”, enfatiza.
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l proceso constituyente que vive Chile se ha visto un tanto minimizado por la pandemia que azota al mundo. Sin embargo, se acerca a pasos agigantados el 25
de octubre donde en un plebiscito, salvo que se agudice la crisis social y sanitaria, los chilenos votarán si aprueban o rechazan que se inicie el camino para elaborar una constitu-
ción y el órgano que se encargaría de redactarla. Temas conversó con el abogado constitucionalista de la UC, Patricio Zapata Larraín, quien en el 2015 escribió un libro fundamental para comprender este proceso. Se trata de “La casa de todos / La nueva Constitución que Chile necesita”, Ediciones UC, 2015. Recientemente Zapata lanzó una reedición actualizada de “La Casa de todos…”, agregándole al título el “todas”. El autor precisa que “incluye páginas inéditas sobre las causas y consecuencias del estallido social de octubre de 2019; un análisis profundo de los diferentes argumentos que se esgrimen por partidarios del apruebo y del rechazo; y una toma de posición sobre el sistema de gobierno y el régimen municipal”. Patricio, en el comienzo del libro alude a la experiencia de los griegos y la importancia de construir un muro para defender la casa de todos… “Efectivamente, el libro adhiere a la sabiduría de los griegos antiguos. Afirmo, por tanto, que las leyes y especialmente las leyes constitutivas de lo político, es decir, la Constitución, son muy importantes… Los llamados a cuidar el ‘muro’ de la Constitución somos todos los miembros de la comunidad política”. La imagen del muro puede ser algo fría… “La imagen del muro, hay que reconocerlo, resulta ser algo fría. Y defensiva. Lo que nuestra patria necesita, en realidad, más que un muro, es una casa amplia y acogedora, levantada en forma participativa y que, recogiendo lo mejor de nuestra tradición, pueda albergarnos a todas y todos”. Con una vasta experiencia, Zapata nos aproxima a la importancia de las constituciones con un lúcido pensamiento del filósofo Jacques Maritain que en 1951 escribió en “El hombre y el Estado”: “Una comunidad de hombres libres, supone ciertos pilares que están en el corazón de su propia existencia. Una democracia genuina
“Mi esperanza es que la reforma contribuya, efectivamente, a robustecer nuestra democracia”, argumenta el constitucionalista.
implica un acuerdo fundamental de las mentes y las voluntades sobre las bases de la vida en común”. LECTURA PROFUNDA DE NUESTRA HISTORIA Con lucidez, Zapata precisa que: “Un logro histórico de la magnitud de una nueva Constitución no será el triunfo del asambleísmo ni del espontáneismo de las masas. El cambio constitucional requiere la conducción democrática de liderazgos que se apoyan en partidos que representen efectivamente a la ciudadanía. Para ser exitosos en esta tarea, esos liderazgos deben impulsar, sin complejos ni ambigüedades, una política reformista y no revolucionaria. También será necesario generar una convergencia entre sectores de centro, izquierda y derecha. La nueva Constitución no la hacen sólo los que ganan las elecciones… Quiero afirmar mi convicción en el sentido que las estrategias tienen que afincarse en una lectura profunda de nuestra historia”.
Entrevista
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Figura de Patricio Aylwin
Recientemente Patricio Zapata lanzó una reedición actualizada de “La Casa de todos…”.
gos, luego de firmarla la calificó como una carta democrática… “Estoy entre quienes piensan que la Constitución chilena vigente, pese a los perfeccionamientos importantes de que ha sido objeto en los últimos 25 años, no alcanza a constituirse, sin embargo, en la ‘Casa de todos’ que Chile merece y necesita. De esta manera, y sin que ello implique negar la legitimidad del texto actual y reconociendo, además, que éste contiene muchas clausulas valiosas que deben mantenerse, creo muy conveniente avanzar hacia una nueva Constitución”.
¿Qué demuestra la experiencia histórica? “La experiencia histórica chilena demuestra que los avances democráticos solo se han producido cuando sus impulsores han movilizado a grandes mayorías y han respetado a las minorías. Son momentos, además, en que la conducción política reformista ha tenido la sabiduría de conectarse con la profunda vocación pacífica y legalista del pueblo chileno”. ¿Qué ha significado la falta de acuerdos? “La falta de acuerdos ha marcado los momentos más dramáticos de nuestra historia. Recuérdese, por ejemplo, el doloroso fracaso en las conversaciones que llevaban adelante la UP y la DC a mediados de 1973”. ¿Qué significaron las transformaciones que en el año 2005 se le hicieron a la Constitución de 1980? El Presidente La-
LA CONSTITUCIÓN QUE CHILE NECESITA Patricio Zapata precisa en la publicación que: “La nueva Constitución que Chile necesita debe avanzar entonces, en la dirección de los siguientes tres grandes objetivos: I) ampliar y robustecer la protección de los derechos fundamentales, II) establecer una institucionalidad que profundice el gobierno efectivo de las mayorías, la expresión proporcional de las distintas fuerzas políticas y la participación de sectores históricamente marginados, y, III) responder a los desafíos que enfrentan las sociedades del siglo XXI “. ¿Cómo visualiza el proceso constitucional que estamos viviendo? “Mi esperanza es que la reforma contribuya, efectivamente, a robustecer nuestra democracia. El plebiscito del 25 de octubre es una oportunidad para encontrar, entre todas y todos, una salida institucional y participativa a la crisis de legitimidad en que nos encontramos. Es evidente que las circunstancias son complejas y difíciles. Observo que hay quienes
¿Qué opinión tiene de la estatua de Patricio Aylwin cerca de La Moneda? “Creo muy justo que se vaya a levantar una estatua a don Patricio Aylwin. Estatua para mirar y recordar. No creo que sea una buena idea, sin embargo, que algunos se hayan quedado pegados mirando hacia atrás, con melancolía, esos buenos años de la transición. Si nos quedamos mirando hacia atrás, seremos nosotros los que nos convertiremos en estatuas, pero no de mármol o bronce. De sal. No estoy, entonces, con quienes viven de la nostalgia del pasado. Como si el Chile previo a 2010 pudiera volver. Lo que estuvo bien en 1990 o 2000, ya no puede estar bien ahora. El politólogo Mark Lilla, hablando de los reaccionarios, dice que el nostálgico confunde la decadencia del ideal con el ideal que ya fue. Me temo que algunas de las personas que admiran, con buenas razones, ese ideal que fueron la política y las políticas de la década de los 90, siguen tratando de recrear exactamente ese ideal ahora. No quieren ver las claras señas de decadencia que ese ideal empezó a exhibir desde el verano 2007 (por ponerle alguna fecha y haciéndolo coincidir con la puesta en marcha del Transantiago). Por eso, me parece que no incurro en contradicción si afirmo estar orgulloso de los años de la Concertación y si valoro todo el enorme progreso de estos últimos 30 años y, al mismo tiempo, abro este libro con la frase: Si quieres cambio verdadero… pues camina distinto”.
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“Espero que la campaña del apruebo tenga un tono de esperanza y confianza en las reservas de sensatez de nuestra Patria. No sirve de nada dejarse arrastrar a las campañas del terror o al espiral de las descalificaciones”. sensatez de nuestra Patria. No sirve de nada dejarse arrastrar a las campañas del terror o al espiral de las descalificaciones. Lo que cabe en las próximas semanas y meses es explicar con serenidad y con argumentos, que la posibilidad de construir participativamente una Constitución que sea ‘Casa de Todas y Todos’ abre la gran oportunidad para la verdadera seguridad. Aquella que enfrenta la causa la causa de los miedos y no simplemente los síntomas”. ¿Considera que hay expectativas desmedidas en la eventual nueva Constitución? “Tengo claro que ni esta ni ninguna otra ley, por buena que parezca, puede provocar transformaciones mágicas. No obstante, pienso que este cambio legal puede ser parte importante del esfuerzo integral para que recuperemos el prestigio y la prestancia de nuestras instituciones”.
plantean que, en razón de estas condiciones adversas, sería imprudente y peligroso acometer la tarea constitucional. Llamo la atención sobre el hecho que esas mismas personas también consideraron imprudente y peligroso llevar adelante un proceso constituyente en 2016, en tiempos económicos y políticos mucho más tranquilos. Se trata de personas para las cuales nunca habrá un momento adecuado. Mi opinión es que hoy el apruebo tiene más sentido que hace seis meses”.
¿En lo personal como ha vivido este proceso del Chile reciente? “Pertenezco a una generación que fue parte activa del proceso de recuperación de la democracia. Siento satisfacción de haber contribuido, aunque fuera un poquito, en la lucha pacífica contra la dictadura. Comparto, y defiendo como correctas las decisiones centrales que adoptó en su momento la oposición democrática a la dictadura de Pinochet. Tuve el privilegio de trabajar como asesor y jefe de división en el Ministerio de la Presidencia en el gobierno de Patricio Aylwin. Creo que fue un gran gobierno. Pienso que los años de la Concertación fueron grandes años. Todo lo anterior me lleva a tener orgullo, pero no me vuelve ciego o sordo a la crítica”.
¿Qué espera de la ciudadanía en estos momentos complicados? “El hecho que vivamos un momento complicado requiere obviamente de un gran esfuerzo de moderación, generosidad y capacidad de escuchar. En el esfuerzo constituyente que viene no va a sobrar nadie. Por lo mismo, espero que la campaña del apruebo tenga un tono de esperanza y confianza en las reservas de
¿Cuál es la urgencia del proceso constituyente que estamos viviendo? “Chile debe pensar en una nueva Constitución, porque nuestro sistema institucional presenta deficiencias graves que, de no ser resueltas oportunamente, arriesgan con transformar a nuestra democracia en una promesa formal en la que pocos creerán”.
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iempre me ha llamado la atención la identidad actual del talquino, conocer los elementos que la configuran, sus costumbres, creencias, moral y tradición. Qué es lo que finalmente nos conforma como sociedad, en este incierto siglo XXI, digno de un mundo distópico anunciado en la literatura de George Orwell o en el cine de ciencia ficción. ¿Cómo somos los talquinos? ¿Qué es la talquinidad? ¿Que nos diferencia de las otras ciudades o pueblos? Usted, con este diario en sus manos o, más probablemente en su celular o notebook, coincidirá con algunas de las apreciaciones que compartiré, otras las discutirá o creerá que estoy profundamente equivocado. Igualmente, expongo mis definiciones de talquino, a riesgo de que sean incorrectas o insuficientes: El “talquino” es: A) El nacido y criado en Talca que aún vive ahí. B) El nacido en la ciudad, pero vive en otro país o ciudad. C) El que por alguna razón llegó a Talca y aún sigue ahí. En esa línea, recuerdo que el histórico arquero argentino de Rangers Arturo Rodenak exclamaba con su gran vozarrón de fumador “¡Yo soy más talquino que los propios talquinos!”. Gran esfuerzo del “Palitroque”, se le agradece, seamos como seamos. Esta inquietud personal, que asumo que no sólo yo tengo, tiene su origen en el comentario de una colega que tuve en un colegio del puerto de San Antonio. Era mi segundo trabajo como profesor y la primera vez que vivía en otra ciudad, cuando un día comenté que vendría de visita a Talca. Al instante ella exclamó “¡Talca es tan feo, fome, la gente es pesada, agrandada, arribista, más encima el mall vale callampa!”. Por alguna razón me sentí ofendido; lo paradójico fue que yo pensaba lo mismo y era el motivo por el que había huido de ese agujero negro y frío, buscando el sol y el mar de El Quisco. Recuerdo que metido en esa sala de profesores de un colegio de educación para adultos sentí el deber de hacer una defensa. Quizás fue muy dura con el mall, me pasó eso que nos ocurre de adolescentes cuando
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Talquinos, los muy nobles y muy leales Hugo Villar Urrutia. Escritor
Rasgos anecdóticos, simpáticos y otros no tanto ayudan a definir al talquino. La búsqueda personal de un “nacido y criado” en la ciudad del Trueno. odiamos a los padres, pero no soportamos que nadie los ataque. Mis argumentos se redujeron a un balbuceo, luego moví la cabeza y me fui humillado. RANGERS DE TALCA Y LA DEVOCIÓN POR SAN SEBASTIÁN Ya han pasado casi 12 años de eso y a veces, cuando estoy aburrido, pienso en lo que le respondería a la profesora. Aún busco esa identidad de los talquinos. Por lo mismo, este texto es un llamado de auxilio, a ver si encuentro respuesta a esta reflexión. En primer lugar, partiremos entendiendo identidad como el conjunto de rasgos comunes, sociales y culturales, que nos hacen diferentes a las personas que habitan otras ciudades, sociedades, culturas y pueblos. La idea es pensar en cuáles son esos valores y tradiciones que funcionan como sustrato para fundamentar el sentido de pertenencia de quienes viven o vivieron en Talca. Si se trata de enumerar algunas tradiciones o costumbres que se conservan hasta 2019 (no sé si seremos otros cuando salgamos del encierro en este año 2020, inexistente socialmente) pueden ser elevar volantines y comer un asado en el cerro La Virgen o en la ribera del Río Claro (que, de claro, no tiene mucho, pues además oculta oscuros secretos), tomar mote con huesillo en la Alameda o en el río, y ser hincha del equipo local. Esto último me genera una desazón profunda, pues Ran-
gers, conocido equipo “ascensor”, siendo bien honestos, no ha ganado mucho, sin ánimo de ofender al pueblo rojinegro. Otra tradición relevante es la devoción por el San Sebastián de las faldas del cerro, que “hizo” pasar de curso a cuánto estudiante o libró de embarazos adolescentes a otros tantos. También se me viene a la mente las compras de fin de semana en el CREA, antigua vega de Talca, o el clásico paseo mañanero a la feria de las pulgas de la 11 Oriente. Ambos espacios nos recuerdan que en Talca la ruralidad está muy presente en la urbe. GALLINAS, CHURRASCAS Y APELLIDOS Cabe mencionar que casi todo el Talca de los últimos 30 años ha sido emplazado en terreno agrícola; puedo dar fe de que aún existen gallinas en muchos patios de la ciudad, pues he caminado las calles del trueno en varias madrugadas, desde la Faustino González hasta la Magisterio, acompañado del canto de los gallos que anuncia el amanecer. Asimismo, se observa que la tradición culinaria aún persiste en nuestra vida urbana cotidiana, pues cada dos cuadras encontramos braseros o parrillas que dan vida a la gloriosa churrasca. El aroma de esta masa dorada al calor del carbón nos confirma que vivimos el día a día en este ensamble entre campo ciudad. La churrasca es transversal: escolares, oficinistas, comerciantes ambulantes, todos gozan de su suavidad y sabor efímero, pues al enfriarse, más recuerdan a un tejo de rayuela. El chancho en piedra, propio de la zona y desconocido hacia el norte o hacia el sur, también responde a esta lógica. Igualmente, el afamado y siempre polémico en redes sociales, completo talquino debe su fama a su preparación a baño maría. Amado u odiado, nunca indiferente. Otra característica del ser talquino
es la fascinación por los apellidos. No es raro que a alguien de apellido vinoso o con hartas erres se le pregunta de qué familia es. Hay una importancia en apellidarse de esta u otra manera, lo que es irrelevante, por ejemplo, en lugares donde la inmigración ha sido histórica y masiva, como en las ciudades puerto, por ejemplo. Esta “distinción” social parece abrir la puerta para cualquier trabajo o negocio y se nota desde el colegio, cuando el de apellido raro gozaba de cierto reconocimiento, muy distante de los méritos que tuviera. En otra ocasión, tuve una colega en la universidad donde hago clases ahora, quien venía de Santiago a ocupar el cargo como directora de una carrera. Una vez me dijo que yo era el único talquino que nunca le había preguntado “de cuáles Echeverría era”. “¿Por qué les importa tanto eso de los apellidos?”, me decía. Supongo que no lo soportó y no duró más de un año en la ciudad. Este arribismo transversal, sobre todo en el traspaso de lo rural a lo urbano, donde se pretende ser lo más capitalino posible, lo de los apellidos puede responder a la diferencia entre patrones y peones. Siguiendo ese razonamiento, los patrones vendrían a ser hoy en día los empresarios, los jefes, las familias acomodadas clásicas de la ciudad, las comunidades extranjeras como árabes, italianos, españoles. En la otra vereda, el asalariado o el ciudadano de a pie. LA HERENCIA DEL LATIFUNDIO Hasta aquí, los rasgos comunes que observo en los talquinos suenan anecdóticos y simpáticos. Sin embargo, hay aspectos que me resultan tristes y dolorosos en el “ser talquino”, como la normalización del abuso y la falta de moral, quizás heredados de los tiempos del latifundio, donde peones o campesinos podían ser golpeados, humillados y hasta asesinados por sus patrones,
actos invisibilizados o simplemente validados en la época. Creo también que la dictadura viene a reafirmar esa condición de abusados, que parece persistir en las relaciones de poder o de subordinación. Un ejemplo brutal y bastante significativo es que la ciudadanía eligiera a un alcalde que nos trata de “muertos de hambre”, envuelto en casos de corrupción y luego sea votado para ser senador. Acto seguido, elegimos como alcalde a otro personaje, que anteriormente, como funcionario municipal, firmó horas laborales en días inexistentes en el calendario. Y para colmo, en las elecciones presidenciales obtiene alta votación quien arrasara con el banco de la ciudad en los años 80. Algo no anda bien, al parecer, en esa costumbre de dotar de poder a quien abusa o humilla, en nuestras caras, sin pudor. Los mismos parámetros veo en el crimen de La Calchona, cerrando los 80. Ese secreto a gritos, ese “hacernos los locos” como ciudad, pues
todos sabemos quiénes fueron los culpables, que fueron encarceladas personas inocentes y que los asesinos nunca pagaron. NACE UNA ESPERANZA: EL NUEVO TALQUINO Una luz se observa al fondo del camino, en hechos más recientes, pues la ciudad se ha volcado a las calles ante la injusticia social, destacando los movimientos ligados al cuidado del medio ambiente, el feminismo, grupos vecinales y el aporte de las ONGs, fundaciones y centros culturales. El protagonismo de la ciudad del trueno en el estallido social es innegable, lo que, sostengo, también tiene relación con una renovación generacional, jóvenes más conectados con el mundo gracias a las tecnologías y, por supuesto, la llegada de extranjeros de América Latina y otros lugares a nuestra ciudad, que han hecho florecer la diversidad en muchos ámbitos, en las poblaciones, en el comercio y en salas de clases.
Si tras leer estas líneas usted cree que es más común encontrar los defectos que los aspectos positivos, quizás esté en lo cierto. Siguiendo la lógica de la identidad, veamos cómo nos ven los otros pueblos. Se habla de una rivalidad histórica con los curicanos porque al parecer no nos merecíamos ser la capital regional. Por otra parte, a lo largo de Chile nos recuerdan por el incidente de las guaguas cambiadas del hospital (en Youtube se puede encontrar una banda de punk llamada “Hospital de Talca”), por el primer caso de Covid 19 en Chile, un concejal que recibió una bolsa de excremento en su cuerpo, el desmantelado Banco de Talca y el pan mojado del completo. Para colmo existe el dicho “hacer la talquina”, que se refiere a una traición. También se nos tilda de “pesados” y “agrandados”, o huasos porque utilizamos palabras como “bombona” o “pan francés”, para el cilindro de gas y la marraqueta. Recuerdo que ese día de abril, después del incidente con la profesora,
caminé por las calles de San Antonio, tomé la micro que me llevaría a mi casa en El Quisco, mientras seguía pensando en Talca y en la repulsión que ella le tenía. A la altura de Cartagena, subieron dos payasos a hacer una rutina a cambio de monedas de los pasajeros. Tras un show humorístico bastante vulgar, se me acercaron y casi bajo amenaza les di una moneda de 500 pesos, bastante valiosa para mí. Me lo agradecieron y se sentaron a mi lado “¿De dónde eres flaco?”, me preguntó el más grande. Temeroso, respondí y los dos se rieron. Conocían La Sota, habían carreteado en la calle roja, la 10 Oriente. Para empatizar, les dije que la conocía perfectamente, que un tío tenía un bar ahí, mencioné algunos locales que ellos recordaban. Afortunadamente, se bajaron en Las Cruces. Algo perturbado, me pregunté si sería mejor ser sanantonino, o cartagenino, o crucino… después de todo, no es tan malo Talca, pensé. Al llegar a mi destino pasé a un negocio y pregunté por el valor de la bombona, el almacenero me miró y me dijo que no entendía, “el gas”, le dije-, “la bombona de gas, es que soy de Talca”.
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Origen y evolución de la Cárcel Pública de Talca
De la plaza a la Alameda, una historia entre rejas Jorge Valderrama Gutiérrez
Tanto su génesis hermenéutica como las posteriores transformaciones, la entrelazan con la historia de las policías en el valle del Maule y el Poder Judicial, testimoniando que junto con la espada y la cruz, los conquistadores españoles trajeron a estos lares la “Vara de la Justicia”, para dar a cada quien lo que correspondía
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esde febrero de 2019 y hasta noviembre de ese año, el autor de este artículo implementó una acuciosa investigación sobre la historia de la Cárcel de Talca, de la cual se extrae el presente artículo. Los primeros corregidores de la Villa San Agustín de Talca situaron la Cárcel Pública en el periplo de la Plaza de Armas o al interior del Cabildo, por lo cual su origen se vincula directamente con la época fundacional de la villa. Así, un informe del Corregidor Juan Cornelio Baeza dio a conocer que en 1744 se construyó el edificio más importante de la Villa San Agustín de Talca en el costado oriente de la Plaza, esquina sur -antigua calle La Gloria hoy 1 Sur-, el que fue ocupado por oficinas municipales, la Intendencia y la Cárcel, en un solo cuerpo. Hacia el norte se situaba la sala del Cabildo, y después seguía hacia el sur la capilla de la Cárcel de San Antonio, la que tenía en su interior “dos ventanas, una a cada lado del altar, que daban justamente a los dos patios de la cárcel de hombres y de mujeres, por donde los presos podían escuchar los oficios religiosos” (Opazo Maturana). En ese entonces la naciente villa tenía 88 vecinos con familia, de los cuales 5 no tenían casa, pero sí solares cerrados, destacándose también la existencia de 4 puentes de madera que atravesaban el estero de la ciudad. El mencionado historiador Gustavo Opazo afirma que “la fachada tenía corredor al frente de la Plaza, corrido de dos y media varas de claro, de medio punto de madera y entablado, con sus bases de piedra. Estos eran los llamados Portales de arquería. La fachada que daba al sur, la constituían ochos cuartos con sus respectivas puertas. Todo el edificio tenía 5 y media varas de alto”. SUBLEVACIÓN DE PRESOS EN LA CÁRCEL DE TALCA En 1751 la refundada Villa San Agustín de Talca fue azotada por
Plano de la ciudad de Talca de 1895. En el cuadrante número 8 se ubica la Penitenciaría de Talca.
un fuerte terremoto que la destruyó casi por completo y que dejó sobresaltados a sus habitantes. No obstante ese flagelo natural, con el redescubrimiento de los ricos filones de oro de la mina El Chivato, el poblado pudo volver a levantarse lenta pero sostenidamente. Y poco después, en 1768, ocurrió uno de los acontecimientos más notables de la Cárcel Pública de Talca, en las postrimerías del primer gobierno del Corregidor Francisco de Polloni y Lepiani (Cádiz 1733), quien debió enfrentar un complejo problema carcelario. De Polloni se caracterizó por per-
seguir sin cuartel a los malhechores, y por ahorcar a tres bandidos en la plaza pública, sin dejar de atender las necesidades de justicia de Cauquenes y Curicó. En ese entonces, el presidio se hacía día a día más estrecho para contener a la gran cantidad de delincuentes, cuyas acciones habían recrudecido notablemente, poniendo en peligro constante a los tranquilos vecinos de la villa y convirtiéndola en un lugar inseguro. Él mismo había expresado que “si salía uno un día, ese mismo día entraban cuatro”. A esto se agregaba el mal trato que se les daba a los presos. Los
calabozos se caracterizaban por su hedor y fetidez, el techo se llovía, y las plagas de piojos obligaban a los presos andar desnudos -aún en invierno- para evitarlos. Los alcaldes, a cuya vigilancia estaba sometida la cárcel, en ocasiones soltaban a gran número de delincuentes para despejarlas, dejando detenidos a los más peligrosos, que al interior de ese infierno se convertían en verdaderas fieras. Ello, unido al trato cruel que algunos alcaldes les daban, cual verdaderos verdugos, recrudeció en junio de ese año. Así, el alcalde don Rafael de Parrado, desde el
Historia
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Frontis de la Penitenciaría de Talca, construida en 1866 y destruida por el terremoto de 1928. Ocupando una manzana cuadrada, tenía su entrada por la calle 2 Poniente, entre 3 y 4 Norte.
2 de ese mes y hasta el 12 les privó “del alivio del patio y del 9 al 12, del agua”, por lo cual rompieron las amarras de los calabozos y corriendo locos de desesperación gritaban que preferían que los mataran a golpes que perecer de sed. Al hacerse presente en el presidio, ordenó que los metieran en sus celdas a balazos, lo que no atemorizó a los reos, los que determinaron esperar a la muerte maldiciendo al alcalde. Vecinos que se habían agrupado frente al edificio carcelario, junto al alcalde, disuadieron a los reos diciéndoles que se tranquilizaran y volvieran a sus calabozos, y que no se les castigaría. Por esa y otras arbitrariedades Parrado fue demandado ante la Real Audiencia, la que lo condenó por sus procedimientos. No obstante, antes de dejar el mando de su segundo mandato, el Corregidor Polloni manifestó la conveniencia de tener guardias pagados y disciplinados y no milicianos desordenados y desobedientes como los que hasta entonces cuidaban el presidio. Además, creyó propicia la ocasión para dar a conocer el lamentable estado de la cárcel, absolutamente insegura, ya que se encontraba llena de hoyos que los detenidos hacían para fugarse. Empero, con el paso de los años y durante las décadas que prosiguieron a la Declaración de la Independencia de Chile, se mantuvieron las vetustas prácticas represivas que se centraron en el castigo físico y en la humillación del reo. Al respecto, se debe recordar que durante el Gobierno de don Joaquín Prieto (1831-1841), don Diego Portales, a la sazón Ministro de Guerra y Marina, ante el grave inconveniente que representaba la carencia de cárceles, implementó un presidio ambulante que consistía en una jaula de fierro montada sobre una carreta. Aun cuando no se han hallado evidencias de que en Talca dichos carros se hubieren implementado, es probable que estos sí se usaran en las zonas aleda-
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Cuerpo de gendarmes de la Penitenciaría de Talca en 1918, que formaba parte del total de una guardia armada de tres oficiales, cinco clases y 64 gendarmes.
ñas, eminentemente campesinas y expuestas a gran número de bandoleros y asaltantes. Al parecer en los campos maulinos en aquel entonces la vigilancia policial se centró más en proteger a los grandes hacendados, dejando bastante indefensos a los campesinos y a sus familias. EL DISEÑO DEL ARQUITECTO JOAQUÍN TOESCA Hasta 1794 el edificio carcelario aún estaba en ruinas -debido al megasismo de 1751-, sosteniéndose en puntales. Y no fue sino en 1798 cuando don Joaquín Toesca y Ricci (el mismo que construyó el Palacio La Moneda de Santiago) realizó los planos del Ayuntamiento y de la Cárcel Pública de la Villa San Agustín de Talca, por encargo del corregidor Vicente de la Cruz y Bahamonde y el apoyo del Cabildo, autoridad que además de construir edificios públicos se preocupó por construir puentes sobre los esteros Baeza y Piduco, así como por el empedrado y aseo de las vías. En ese escenario, el edificio de Toesca fue destruido por los terremotos de 1823 y de 1835. Con el primero cayó la torre y con el segundo sus portales. Así, ruinosos y todo, siguieron funcionando la Cárcel y el Cabildo, pero era imperativo poseer uno nuevo, para lo cual en 1854 se gestionó la compra a los padres Agustinos de su antiguo solar situado en Alameda, en la suma de seis mil pesos (al revisar la documentación histórica de la época, no queda claro si el lugar actual de emplazamiento de la cárcel correspondía al de la Iglesia San Agustín o al de la Iglesia del Carmen - Plano de Talca, 1859), levantándose un edificio de acuerdo a los planos del ingeniero francés Augusto Charme y que finalizó don Daniel Barros Grez en 1864 (sitio en el que actualmente permanece). Casi simultáneamente a la inauguración de la Cárcel, en 1866 se inició la construcción de la Pe-
Afiche de la exposición Hacer justicia en la época colonial. De la pena de muerte a los azotes - 2014, que refleja los tormentos y vetustas prácticas represivas que se centraban en el castigo físico y en la humillación del reo.
nitenciaría de Talca, moderno edificio para la época que satisfacía requerimientos sociales (cada vez aumentaba la población penal) y que reflejaba la evolución del país en materia carcelaria. PENITENCIARÍA DE TALCA Al llegar 1918, la penitenciaría, presidio y cárcel de Talca comenzaron a funcionar en el mismo edificio que había sido construido en 1866, cimentado de adobe de más de un metro de espesor, cerrado exteriormente por una muralla de ladrillo de gran altura y con un pasillo de ronda. Asimismo, en su parte superior tenía instaladas seis garitas para el servicio permanente de centinelas día y noche. Aquella antigua construcción, confortable y extensa, poco a poco se fue haciendo estrecha para contener a la población de reos, que ya en el mencionado año 1918 tenía 459 penados; el presidio menor con 15 reos; 199 procesados en la sección de cárcel y 55 condenados por infracción de la Ley de Alcoholes, lo que daba un total de 728 presos. No obstante, una Ley de Indultos Generales descargó la población
del presidio en más de 200 reos. Allí ingresaban diariamente personas condenadas por los diversos tribunales del crimen en el territorio que comprendía la Provincia de Talca hasta el territorio de Magallanes. Dicha Penitenciaría, presidio y cárcel tenía su entrada por la calle 2 Poniente, entre 3 y 4 Norte, ocupando una manzana cuadrada. Tenía cinco patios, cuatro galerías con 65 celdas en altos y bajos, más una sala hospital, diversas dependencias y un taller para el trabajo de los zapateros. El director de ese año era don Eduardo Contardo Chavarría, antiguo funcionario público de dilatada trayectoria, que estaba secundado por una guardia armada de tres oficiales, cinco clases, 64 gendarmes y la vigilancia de 20 perros guardianes. Dicho edificio colapsó con el terremoto de 1928 (pasarían casi tres décadas para que la Cárcel, definitivamente, se reconstruyera totalmente). Finalmente, al interior de la Cárcel Pública de Talca fueron fusilados los reos Francisco Manríquez -el sábado 22 de diciembre de 1933- y Cesáreo Villa en 1965.
10 Mundo
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Nicolasa, la indígena que olvida a diario el Coronavirus José de Jesús Cortés/EFE
En su casa del municipio de Juchitán de Zaragoza, en el Istmo de Tehuantepec, región del sureño estado mexicano de Oaxaca, su hija y nieta le repiten unas cinco veces al día las razones por las que no debe salir de casa.
“H
ay una enfermedad nueva que está matando a mucha gente y no se puede salir”, le repiten cada día a Nicolasa Santiago, una indígena zapoteca de 74 años que padece alzhéimer, una dolencia que adquiere una peligrosa nueva dimensión en tiempos de pandemia. Hace tres años la mente de la mexicana Nicolasa comenzó a nublarse a causa de esta enfermedad degenerativa. Hoy recuerda con vehemencia episodios de su niñez, juventud y vida adulta, más no lo ocurrido hace apenas unas horas. Al comienzo de la pandemia mundial del nuevo coronavirus, la Asociación Internacional de Alzhéimer advirtió que los pacientes con este tipo de demencia tienen un alto riesgo de contagiarse. RUTINAS COMPLICADAS Nicolasa no es la excepción. En su casa del municipio de Juchitán de Zaragoza, en el Istmo de Tehuantepec, región del sureño estado mexicano de Oaxaca, su hija y nieta le repiten unas cinco veces al día las razones por las que no debe salir de casa. Pero tan solo unos minutos después, doña Nicolasa se incorpora de su asiento para dirigirse a la puerta. “Saldré a ver a mis amigas”, les argumenta, en referencia un grupo de ancianas con las que solía juntarse en las tardes para rezar. Pero inmediatamente la detienen en su lento andar y le dicen: “No se puede salir
En estos tres años desde que la memoria a corto plazo empezó a fallarle a doña Nicolasa, sus familiares han aprendido más del alzhéimer por recomendaciones de los médicos geriatras que tratan a esta mujer.
mamá, tus amigas no salen porque tienen miedo de contagiarse o contagiarte. Es una enfermedad que está matando a los viejitos”. Pese a las explicaciones, Nicolasa acostumbra a preguntar minutos después si puede, por ejemplo, ir a comprar. “Todo está cerrado, mamá”, es la escueta respuesta. Nicolasa tiene una salud frágil y estuvo tres semanas internada en un hospital el pasado noviembre por una infección. Por todo ello, la precaución es máxima y la mujer, pese a sus deseos de salir de casa, pasa la mayor parte de la jornada viendo películas en blanco y negro o leyendo algunos cuentos. A centenares de kilómetros del Istmo de Tehuantepec, familiares que viven en Oaxaca capital celebran a menudo videollamadas con Nicolasa. Le piden una tregua al olvido, y al final de las charlas a distancia, le repiten a la mujer constantemente este mensaje: “Nos cuidamos abuelita y tú también cuídate, no salgas por favor a la calle, está esa enfermedad”. RIESGOS EN PLENA PANDEMIA De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el país hay 1,2 millones de personas con demencia y se estima que para 2050 habrá 3,7 millones de mexicanos con algún tipo de demencia, de ellos 70 % enfermarán de alzhéimer. Agustín Torres, doctor especialista en Psicogeriatría, explica a EFE que hay preocupación en el sector médico por la alta probabilidad de contagios de SARSCoV-2 en enfermos de alzhéimer. El licenciado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente resume los riesgos existentes. En primer lugar, “un paciente con este tipo de demencia cuenta con más de 60 años de edad y muy probablemente con diabetes, hipertensión o alguna otra enfermedad crónica degenerativa que agravaría los síntomas de la COVID-19”, explica.
Y el segundo peligro, agrega, es que un paciente de alzhéimer no entiende su “entorno” ni la nueva realidad derivada de la pandemia. “No se va a lavar las manos constantemente, por lo que puede contagiar y ser contagiado fácilmente, tampoco comprenderá y acatará el confinamiento y desarrollará crisis de ansiedad o agresividad”, dice. PERDIDA A CORTO PLAZO En estos tres años desde que la memoria a corto plazo empezó a fallarle a doña Nicolasa, sus familiares han aprendido más del alzhéimer por recomendaciones de los médicos geriatras que tratan a esta mujer. Pese a sus circunstancias, Nicolasa siempre ha sido un pilar para la familia y, para detener la memoria, que insiste en partir definitivamente, en su casa hay letreros improvisados con hojas de libreta. “Vivimos en Oaxaca”, “no se puede salir”, “por favor lávate las manos”, seguido de un “Te queremos abuelita”, rezan varios de estos mensajes, más importantes que nunca en la crisis sanitaria actual. El país registra al momento más de 390.000 casos de coronavirus y 43.680 fallecidos -siendo el cuarto país del mundo por cifras absolutas de decesos- y vive desde junio una paulatina reapertura económica pese a que el número de nuevos contagios no ha dejado de crecer. En Oaxaca, uno de los estados más pobres del país, se reportan según datos oficiales 9.764 casos y 884 fallecidos, aunque en las últimas semanas se ha notado un ligero repunte. Por el alto número de contagios, la ciudad de Juchitán comenzó el pasado 20 de julio un confinamiento voluntario pero estricto de 10 días. Hoy, las calles se ven mucho más vacías que a comienzos de mes. En este entorno todavía adverso, el bienestar de Nicolasa pasa por la afectuosa, aunque también estricta, atención de sus familiares. Encargados de inculcarle el popularizado eslogan oficial: “Quédate en casa”.
Domingo 2 de agosto de 2020
Mundo
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EFE/ Daniel Ricardez
Nicolasa Santiago, de 74 años, en su casa en Juchitán de Zaragoza en el estado de Oaxaca (México).
Hay una enfermedad nueva que está matando a mucha gente y no se puede salir”, le repiten cada día a Nicolasa Santiago.
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Domingo 2 de agosto de 2020
Matadero-frigorífico Maule, testigo de una época Enrique Muñoz Reyes. Académico Facultad Cs. de la Educación UCM
El edificio que en su momento operó con más de 100 trabajadores, fue demolido durante el otoño de este año 2020.
H
acia 1960, cuando se proyectaba la construcción del silo y matadero-frigorífico de Maule, el mundo estaba viviendo en medio del período histórico llamado Guerra Fría. Había un bloque de países encabezado por Estados Unidos y el otro bloque encabezado por la Unión Soviética. Esto se reflejaba en América Latina y en Chile. Es el periodo de la política llamado de los tres tercios: la derecha, el centro y la izquierda. En el año 1959 se había producido la Revolución Cubana. Luego en el año 1961 el gobierno de E.E.U.U., dirigido por John Kennedy, impulsó la Alianza para el Progreso, para evitar la propagación del socialismo, promoviendo la reforma agraria en América Latina. En paralelo, estaba ocurriendo el movimiento hippie, el rock y la “Nueva Ola” en Chile. Además, entre 1962 y 1965 se realizó el Concilio Vaticano II, con la finalidad de situar a la Iglesia a la altura de los tiempos que se estaban viviendo. Chile hacia 1960 tenía 7.374.115 habitantes. La zona centro- sur del país, entre Aconcagua y el Maule, concentraba a más del 60 % de la población, la que se dedicaba a actividades agrícolas, ganaderas y también industriales. La población de la región del Maule era 563.042 habitantes, siendo la población rural de 335.836 y la población urbana 227.206, es decir, el 63% de la población aún vivía en el campo. Hacia 1960, la comuna de Talca tenía 55.839 personas, hacia el año 1970, tenía 71.226 y en 1982, dos años después de cerrado el matadero-frigorífico, llegaba a 95.366. En esa época el principal medio de transporte era el caballo, la carreta y para largas distancias era el tren, que transportaba a personas y también carga, por ejemplo, trigo, harina y ganado. El automóvil, el bus y el camión aún no eran de uso masivo. El matadero-frigorífico Maule empezó su actividad el primero de marzo
En el espacio físico donde funcionaba el matadero Maule, ahora ya no está el edificio, el que fue demolido durante el otoño de este año 2020.
de 1963. El ganado llegaba al matadero a través de la estación de ferrocarriles. Funcionaba desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde, faenando corderos, cerdos y principalmente vacunos. Las carnes eran enfriadas y el frigorífico ofrecía corrales y romanas. En su mejor momento la empresa dio trabajo a más de 100 personas, constituyéndose en un pequeño polo de desarrollo. En Chile hacia 1960, aún había mucha población analfabeta que trabaja en la agricultura, en la minería y la pesca. En el caso del Maule, esta actividad del matadero-frigorífico vino a dar trabajo a muchas personas de las cercanías, o que llegaban a vivir ahí. Tuvo una actividad permanente entre 1963 y 1980. Considerando que en Maule la población urbana creció y que el proceso de faenar animales provocaba malos olores, hubo reclamos de los vecinos, por lo tanto, el matadero-frigorífico debió cerrar para siempre. ¿Desde cuándo el Estado fomentó el desarrollo industrial en Chile? El Estado de Chile en el año 1939 creó la Corporación de Fomento de
la Producción (CORFO), y luego una serie de estratégicas empresas estatales. Esto ocurrió durante el periodo de los gobiernos del Frente Popular con Pedro Aguirre Cerda, con el gobierno de Juan Antonio Ríos y finalmente con el de Gabriel González Videla. En esos tres gobiernos, el Estado asumió la función de promover el fomento y la producción. Por ejemplo, se crearon entre otras, las siguientes empresas: Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA), Compañía de Acero del Pacífico (CAP), Empresa Nacional de Petróleo (ENAP) e Industria Azucarera nacional (IANSA). Esta serie de iniciativas impulsadas por el Estado buscaban fomentar la producción, el empleo y el desarrollo del país. Es en ese contexto, en la provincia de Talca y en la localidad de Maule, el primero de marzo de 1963, el matadero-frigorífico entró en funcionamiento, siendo su propietario Don Jorge Aravena Carrasco. El matadero-frigorífico vivió en paralelo con lo que ocurría en el país. En 1963 quedaban dos años del gobierno de Jorge Alessandri Rodríguez,
que representaba el tercio de la derecha y después en 1964 asume el otro tercio, el centro, con Eduardo Frei Montalva, que propone varias leyes para hacer progresar al país, entre ellas, la sindicalización campesina, se crea el ministerio de la vivienda, se construye 260.000 casas, se duplica el número de hospitales y camas, la dicta la Ley de Juntas de Vecinos, para darle participación a la población, junto con el centro de madres. Además, el gobierno decide chilenizar el cobre: el 51 % del cobre pasa a manos del Estado y ser crea la Corporación del Cobre (Codelco). En 1967 cuando el matadero-frigorífico llevaba 4 años de funcionamiento, se dictó la nueva ley de reforma agraria, donde se dio tierra a los campesinos. Además, con la reforma educacional de 1965 se aumentó la duración de la educación primaria de 6 a 8 años. Con la nueva elección presidencial de 1970 el otro tercio, el de la izquierda de la Unidad Popular, llegó al poder con Salvador Allende Gossens. Se profundizó la Reforma Agraria y se nacionalizó el cobre. Luego, durante el proceso de polarización política y social que ocurrió entre 1970 y 1973, el matadero-frigorífico siguió funcionando. Después de ocurrido el Golpe de Estado, continuó faenando animales durante siete años más. En la mentalidad de esta época en que se abrió el matadero, el tiempo era lento en relación con el tiempo actual, los medios de comunicación eran la radio y la televisión aún no se había masificado. La prensa era el lugar donde se ponía la publicidad. El matadero-frigorífico Maule desde 1963 hasta 1980 vivió los cambios que ocurrieron en el país. En el espacio físico donde funcionaba el matadero Maule, ahora ya no está el edificio, el que fue demolido durante el otoño de este año 2020. Aquí trabajaron 100 obreros, que gracias a esta actividad sustentaron a sus familias durante 17 años. El matadero-frigorífico de Maule es un testigo de la historia, un testigo del tiempo y de cómo la vida de las personas cambió en el Maule, en Chile y en el mundo entre 1963 y 1980. Es un patrimonio inmaterial que alberga la vida de quienes trabajaron ahí. Por esto, es necesario rescatar la memoria de la gente y la arquitectura de este lugar, es decir, rescatar su historia.