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EDITORIAL ¿INDECISOS?

Los votantes pueden ser tabulados en grupos, ya sea para la campaña electoral y, por supuesto, una vez que se proclaman los resultados. Las encuestas intencionadas o no, marcan las primeras tendencias entre las que sobresalen los votos duros de los candidatos con mayores posibilidades de ganar, junto al largo e insignificante abanico de los rezagados, a quienes como boleto de lotería les cabe el mensaje de: sigan participando.

En toda encuesta, previa a las elecciones, aparece un grupo definido como los que no se han decidido, o no saben por quién van a votar. Convirtiéndose así, en la incógnita para distorsionar los trabajos técnicamente propuestos y ejecutados. ¿Existen realmente los indecisos, o son votos vergonzantes resguardados hasta el final por sus autores?

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Al terminar el conteo oficial, salvo algún fraude distorsionador, aparecen claramente definidos los votos en blanco, superando incluso los obtenidos por algunos candidatos, y junto a los votos nulos suman un importante porcentaje que bordea el 30%. Casi la tercera parte de los votantes deciden sin decidir en las elecciones.

Si a estos se les suma el ausentismo, siempre cercano a un 20%, tenemos un pobre panorama de la participación ciudadana para elegir su representatividad. Los tales indecisos se encuentran en gran cantidad en estos tres grupos, sólidamente ausentes, antisistema o desinteresados.

Art Culo

Art Culo

El Fin De La Historia

El filósofo George Santayana escribió: “Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”. Nuestro pasado colectivo se llama historia, y empezó cuando la gente comenzó a crear y preservar registros escritos del pasado. Desde la época de los griegos y romanos, para considerarse civilizada una persona debe tener conocimiento de su propia historia, así como de otras culturas.

¿Por qué se considera tan importante la historia? Porque es nuestro origen y destino, cómo llegamos a donde estamos ahora y refleja cómo percibimos e interactuamos con nuestro universo. Mirar el pasado desde el punto de vista del presente puede arrojar nueva luz sobre los resultados de las decisiones y estrategias en el mundo real y reflexionar sobre los caminos no tomados. Podemos aprender de nuestros errores y tomar fuerza de nuestros logros pasados.

La historia no es estática; cambia. La interpretación de los eventos pasados y las cadenas de causa y efecto están en constante evolución e incluso hay desacuerdo sobre lo que realmente sucedió. Winston Churchill dijo: “La historia la escriben los vencedores”. Cierto, pero a menudo es reescrita por las siguientes generaciones. El Internet ha creado historias alternativas con las redes sociales reemplazando la investigación revisada por pares.

Por ejemplo, EE. UU. está actualmente consumido por una controversia sobre cómo enseñar la historia estadounidense. Durante más

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