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“A los femicidas no se los piensa como enfermos mentales, saben lo que hacen y no se arrepienten”
from edicion impresa
“Entienden perfectamente lo bueno y lo malo, lo licito de lo ilícito. No son seres que tengan una enfermedad mental. No se trata de dementes en sentido jurídico, son imputables. Muchas veces acceden a beneficios como libertades transitorias. No ocasionan problemas dentro de las instituciones”, dijo.
que no tiene cura, que no es una patología.
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Una mujer cada 35 horas en la Argentina pierde la vida (dato de la Corte Suprema de Justicia) en manos de “quienes decían amarlas”: los femicidas. La médica especialista en psiquiatría, medicina legal y forense Vanina Botta describió “al perfil” de estos asesinos que pocas veces o ninguna, se arrepienten verdaderamente de lo que hicieron. Ella elabora los informes periciales psiquiátricos que se utilizan en los juicios y que son muchas veces determinantes para la condena.
“La mayoría de estos varones entre sus características cosifica a las personas, las usa como objeto. Carecen de empatía. Entienden la diferencia entre lo bueno y lo malo, lo lícito de lo ilícito. No son seres que tengan una enfermedad mental. Tienen en general características narcisistas, seducen y manipulan y se enojan cuando se encuentran con un límite, cuando se les dicen que “no”. Toleran muy poco la frustración.
Y dentro de ese enojo pasan al acto, actúan como moralizadores de mujeres.
Relata Vanina, que van por la vida sin sentimiento de culpa, sin miedo ni ansiedad.
Si bien no existe un patrón específico, se incluyen también algunos rasgos en común de estos varones.
Asegura la médica que hay un patrón de características psicópaticas,
Botta dice que al citar “personalidades psicopáticas” se hace referencia a un modo de ser, a una forma de estar en el mundo. “La psicopatía es un estilo de personalidad no solo presente entre los criminales, sino también en personas “exitosas” de la sociedad. Siempre se mueven en función de su propio interés, son depredadores que manipulan y se abren camino en la vida sin piedad y con total carencia de sentimientos por los demás, toman lo que quieren sin respeto por las normas sociales y sin el menor rastro de arrepentimiento. Saben bien la diferencia entre el bien y el mal; conocen bien las normas, reglas, convenciones sociales y leyes, pero simplemente no les importa. Como no tienen introyección de la norma, la bordean. Para ellos la norma es un obstáculo, es una piedra a saltar. Estas personas en general no tienen antecedentes penales”.
Destruyen vidas, familias
Botta desmenuzó el trabajo que realiza todos los días en el Cuerpo Interdisciplinario Forense junto a sus compañeros/as. Nada fácil. Complejo. Indispensable. Es muy eficiente en su tarea y clara en sus conceptos. En el marco de la conmemoración de “Ni Una Menos” que se realizó ayer con marchas en todo el país, relató en su oficina de Puerto Madryn, en una entrevista con Jornada cómo es la forma de actuar y comportarse en la sociedad de esas personas que, destruyen vidas, familias, que matan, que odian y que también pueden ser personas exitosas de esta sociedad. Algunos de estos varones dan la impresión de ser gente “de bien”, solidarias y con escrúpulos. Pero no. No son así.
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La médica especialista en psiquiatría Vanina Botta habló con Jornada sobre los perfiles de los femicidas. utilizando la mentira y el engaño como medio buscan hacer todo a su manera” fue una de las frases de la médica.
Por eso es tan difícil identificarlos. Se camuflan, engañan, seducen. No necesitan utilizar la fuerza física para manipular y controlar.
Habló de cómo manipulan. “La manipulación es su herramienta:
Para la psiquiatría forense es muy importante el tema de la imputabilidad. “Es lo primero que evaluamos en las entrevistas psiquiátricas: ver si la persona es imputable o inimputable”. Aseguró que la mayoría de los varones que cometen abusos sexuales, violaciones o femicidios son imputables.
Es decir, no tienen un desmedro en sus facultades mentales, no tienen una enfermedad mental, una psicopatología, un cuadro patológico. No son dementes desde el punto de vista jurídico: comprenden, entienden, manejan su voluntad. Hicieron lo que hicieron porque quisieron” ¿Psicópatas hay muchos? Si. El 1 o 2 % de la población es psicópata. No siempre violan o matan. No todo asesino es psicópata ni todo psicópata es un asesino. Existen los denominados de guante blanco que andan al lado nuestro, circulan por la comunidad. Dice Botta, que la psicopatía no es una caracteristica física que uno lo ve en la calle. Se ve a través de sus actos, de la mentira patológica, miente todo tiempo, cosifica, no tiene empatía. Se ve a través de manipular todo el tiempo. Se ve lo que se llama “defensa aloplástica”: siempre le echa la culpa a los demás, siempre se pone en posición de víctima.
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“Una vez que diagnosticamos psicopatía, hablamos de un cuadro que no cambian.
En general este grupo de psicópatas integrados, se portan muy bien en la sociedad, los vecinos no pueden creer cuando se enteran de algún delito que cometieron. En las instituciones carcelarias también tienen buen comportamiento. Es frecuente ver que los informes de políticas penitenciarias o dentro de instituciones carcelarias sean buenos.
Muchas veces acceden a beneficios como libertades transitorias, permisos para salir. No ocasionan problemas dentro de las instituciones ”, refirió Vanina.
La médica reveló que el otro perfil, se trata del “trastorno de personalidad”. Ese en el que son muy desorganizados, en general esas personas que se demuestran así, sí pueden cambiar. Son alteraciones de la conducta. “Hay un montón de tratamientos que se instauran para que la persona modifique la conducta. Es muy difícil. No es como una depresión que con terapia y medicación puede haber cambios y cura. Acá hablamos de trastornos muy arraigados, que obedecen a múltiples factores. Es difícil el tratamiento pero sí posible. El que no es posible es cuando hablamos de psicopatía. Por eso hablamos de dos grupos grandes de personas. Luego, en el medio hay un montón de otros grises y posibles rasgos de personalidad: hombres más obsesivos que planifican sus ataques prolijos., otros con rasgos infantiles, sus abusos son como juegos infantiles”, comparó.
Cuando nos referimos a los agresores, indica la profesional que “es importante entender cuáles pueden cambiar y cuáles no. Lo importante es saber el porcentaje de psicopatía que hay en nuestra sociedad. Puede servir y sirve como herramienta para la prevención de cuestiones de conflicto el trabajar con talleres de nuevas masculinidades. Y también desde adolescentes, la violencia que se puede prevenir. Es importante que los jóvenes vayan viendo qué rasgos de sus compañeros llaman la atención”.
Vanina Botta fue muy clara en este aspecto: “Aunque la persona espere que un psicópata cambie no va a cambiar, solamente se van haciendo más viejos y los rasgos bajan un poco.
La reinserción a la sociedad es otro de los temas preocupantes. Cuando el diagnóstico es Psicopatía “No hay nada que sirva, no hay una cura”
Para finalizar, la psiquiatra remarcó que “en algunos hombres con otro patrón o perfil de personalidad (trastorno antisocial de personalidad o rasgos impulsivos y agresivos por ejemplo), trabajar desde la psicología, es una herramienta muy importante, hacer psicoeducación, con talleres, espacios y pensar nuevas formas de ser varones.
Esta forma de ser varones que ha propuesto y propone el patriarcado, ocasiona muchos daños, a ellos mismos, a sus compañeras y personas de la sociedad. Es una forma de crueldad hacia los cuerpos de las mujeres”.
Ejemplificó lo que significa “carecer de empatía”. Explicó que hay dos tipos: la cognitiva que es entender desde lo intelectual lo qué le pasa a la otra persona y la otra es la empa- tía emocional que es ponernos en el lugar de lo que le pasa a la persona.
El psicópata tiene empatía cognitiva. Entiende desde de lo intelectual lo qué les pasa a las personas. De hecho, lo usa para seducir a las víctimas porque se convierte en el salvador de esas personas y eso hace que las personas ( sus víctimas) queden entrampadas muchísimo tiempo con ellos. Pero carece de empatía emocional.
“No hace autocrítica, no siente culpa, no sienten miedo ni temor y van por la vida tomando lo que creen lo que es de ellos. Hacen sus propias reglas y leyes. Entienden perfectamente lo bueno de lo malo, lo licito de lo ilícito. Remarcamos que no son seres que tengan una enfermedad mental. Dementes en sentido jurídico. Tienen estas características de personalidad. Hay como una gran versatilidad cri- minal, pueden cometer cualquier tipo de delitos”, consignó. Nombró y parafraseó a Rita Segatto, (escritora, antropóloga y activista feminista argentina). “Ella dijo que el varón golpeador y violador es un moralizador de las mujeres. Y lo hace para mostrar a otro varones “lo varón y lo machito” que es. Es decir, que estos actos también se cometen para otros expectores que son los otros varones. También entendemos que es difícil ser varón en esta sociedad porque es patriarcal y hetero-normativa que implica tener que demostrar la fuerza, la potencia, la sexualidad, el poder, la dominación, todo el tiempo.
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Y el mandato patriarcal cultural es muy fuerte y pesado”, reveló.
Botta asegura que es muy importante entender la mente de estas personas, tanto del abusador intrafami- liar, del violador más callejero o del femicida. Es importante saber cómo se manejan, como piensan, como eligen a sus víctimas. Puede servir de herramientas para la prevención.
Afirma que en general cuando hablamos con mujeres víctimas de violencia de género, las violencias comenzaron muy temprano, en los noviazgos. Por eso es importante trabajar en la prevención de noviazgos adolescentes violentos Es también importante –según la profesional- que se reconozcan los diversos tipos de violencia, los perfiles de ciertos varones y la presencia de la ESI (Educación Sexual Integral) como madre de todas las batallas, en las escuelas y en todos los espacios por donde circulan los pibes y pibas.
Explicó que ante el acto último del femicidio, es como un rompecabezas que se arma, ya que cuando hay un hecho así, es muy importante el trabajo interdisciplinario, que tiene que ver con criminalística, con policía, con psicología, etcétera. Luego, se va armando el perfil. Aclaró que también hay mujeres con rasgos psicopáticos. Lo hemos visto por ejemplo, en el caso Lucio”.
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Única personalidad
En síntesis, lo que asegura la médica es que, “no todo psicópata es un femicida, no todo femicida es psicópata. No hay que afirmar que existe una única personalidad detrás de femicidas o abusadores”.
Se describen varios patrones de personalidad. Algunos pueden ser explosivos, otros agresivos, narcisistas, dependientes, algo paranoicos, etcétera. Y otros de estos hombres ( sobre todo los psicópatas) se encuentran bien adaptados a la sociedad, es decir, no necesariamente tienen una personalidad extraña; de hecho, en la gran mayoría de las ocasiones, las agresiones sexuales son ejecutadas por sujetos que parecen «normales» y que tiene relaciones afectivas comunes y una vida normal. Muchos de ellos tienen una pareja e hijos incluso, una vida muy convencional. “Podemos encontrar en quienes evaluamos rasgos, mecanismos o personalidades psicopáticas. Son precisamente los rasgos o mecanismos psicopáticos lo que “habilita” a un hombre a pasar al acto y a abusar de una niña o niño”, ejemplificó.
Para finalizar, reiteró Vanina Botta que “los psicópatas se caracterizan por su falta de empatía, o sea por una incapacidad para ponerse en el lugar de los demás, sensibilizarse, resonar con lo que le pasa a otra persona. Sin embargo, sí detectan la necesidad del otro, lo que le pasa o lo que siente y lo utilizan para manipular o sacar algún tipo de ventaja. Cosificación del otro es quitarle los atributos que hacen a la persona semejante a uno. La cosificación del otro está en forma innata en los psicópatas, esta cosificación permite explicar varias de las acciones de los psicópatas”, concluyó.#