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UGP espera que existan políticas de Estado a pesar del año electoral proyecta un año desafiante nuevamente
Héctor Cristaldo, titular de la Unión de Gremios de la Producción, reitera la necesidad de políticas de Estado y no de coyunturas.
La inseguridad representa otro tema importante para el campo, al igual que regulaciones y normativas que tienen que ser modernizadas para unificar criterios y no “frenar el proceso de dinamización de la economía que todos necesitamos, por cuestiones políticas”, por ello sostuvo que la gobernabilidad que se pueda mantener de aquí a agosto será fundamental.
También existe la preocupación por el gasto público. “No se ve que se termine de ordenar, el presupuesto salió otra vez con recargas salariales que van a impactar fuerte en el 2024. También el tema de la caja fiscal es algo no menor”, explicó.
Para la Asociación de Bancos del Paraguay (Asoban) el 2023 será un año nuevamente desafiante. El gremio espera que el clima ayude y si bien se registró una sequía moderada, se aguarda que no se profundice. Si ello es así, la economía crecerá de manera sólida, pues se dará el efecto rebote luego de la crisis anterior.
Evaluaci N 2022
Un dato positivo es que el 2023 seguirá avanzando con mucha fuerza en cuanto a las inversiones en el sector forestal, que se constituirá en uno de los principales motores económicos de la economía paraguaya para los próximos 10 o 20 años.
El sector agrícola tendrá muchos desafíos que trabajar en este 2023 teniendo en cuenta el año electoral, puesto que según refieren desde el rubro, el contexto ralentiza el avance de temas que les conciernen. Héctor Cristaldo, titular de la Unión de Gremios de la Producción, comentó que a diferencia de la política, los tiempos de la economía son diferentes.
El presidente del gremio dijo que existen varios puntos que tratar, los cuales tienen que ver con el comercio internacional, la armonización con el Mercado Común del Sur (Mercosur), que si no cuentan con políticas de Estado, pueden tener problemas de incoherencia de planteamientos. “Las prioridades son más electorales o políticas. Pedimos que haya políticas de Estado y no coyunturas”, dijo a La Nación/Nación Media.
La inseguridad representa otro tema importante para el campo, al igual que regulaciones y normativas que tienen que ser modernizadas para unificar criterios y no “frenar el proceso de dinamización de la economía que todos necesitamos”.
La navegabilidad de los ríos es otra complicación que debe ser manejada como país y no como un sector. Igualmente, no se debe cortar el acceso de los productores a la tecnología que permita mejorar su competitividad. “Se hace toda una transición y nadie toma decisiones, es complicado”, argumentó.
En cuanto a las expectativas para esta campaña, dijo que recién en este mes de febrero se tendría claro cómo será la producción, teniendo en cuenta que muchas parcelas registraron afectaciones a causa de la falta de lluvias de diciembre.
Sin embargo, manifestó que gracias a las buenas precipitaciones de enero, aguardan mejores resultados que el periodo anterior, con la salvedad de que lo preocupante no es el precio del mercado, sino la productividad en función al clima.
Así lo indicó Hilton Giardina en representación de la Asoban para La Nación/ Nación Media, quien, además, expresó que el desafío más importante que tendrá el sector financiero es el alto costo de las tasas internacionales, que se mantendrá probablemente todo el 2023. “Lo cual ya se ha trasladado en cascada a las tasas en dólares a las empresas. Estas condiciones se mantendrían, y los proyectos de inversión nuevos y en marcha deberán lidiar con eso”, dijo.
Otro factor que deberán enfrentar es el cambio de Gobierno y esperan que no afecte mucho el curso de los negocios y la inversión pública. “Si bien es natural que en estos períodos de transición las obras y las decisiones se ralenticen, esperamos que no sea en demasía”, refirió.
Por otro lado, manifestó que deberán seguir trabajando en todos los frentes por lograr el grado de inversión, lo cual implica lograr un mayor fortalecimiento institucional, al margen de los vaivenes políticos. “En el sector financiero seguiremos trabajando en la inclusión y educación financiera, lo cual es un prerrequisito para la formalización y la mejora en las condiciones de vida de una gran mayoría de paraguayos”, sostuvo.
Un dato positivo es que el 2023 seguirá avanzando con mucha fuerza en cuanto a las inversiones en el sector forestal, que se constituirá en uno de los principales motores económicos de la economía paraguaya para los próximos 10 o 20 años. El sistema financiero paraguayo ya está acompañando este proyecto y lo seguirá haciendo con más fuerza en el futuro, añadió Giardina.
Asimismo, si el sector agrícola genera un buen volumen de negocios, esto se derramará y permeará en mayor o menor medida en todos los segmentos. Además, las presiones inflacionarias deberán ir disminuyendo y las tasas de interés locales probablemente acompañen retrocediendo gradualmente hacia finales de este año.
Calificó al año pasado como bueno, dada la difícil coyuntura económica que se atravesó. Entre los hechos más relevantes, informó que de acuerdo a los datos de enero a noviembre la cartera de los bancos creció por encima de la inflación. “A noviembre, el crecimiento interanual fue del 10,11%, y a diciembre será probablemente mayor. Si bien el crecimiento está más sustentado en la cartera de créditos en US$ que creció 12,13% versus el 5,84% de crecimiento de los créditos en guaraníes”, dijo.
Los depósitos crecieron en menor proporción, un 2,4%, lo cual llevó a los bancos a profundizar otras alternativas de fondeo tales como recursos propios y préstamos del exterior. Mientras que la morosidad creció ligeramente, puesto que a noviembre arrojó el 2,9%, cuando 12 meses atrás era de 2,3%. Esto viene explicado por los factores mencionados precedentemente.
“Las utilidades de los bancos se recuperaron de manera importante con un crecimiento acumulado a noviembre de casi el 20% sobre el mismo período del año anterior, ello gracias al mayor volumen de negocios y a la gradual recuperación de los niveles de rentabilidad previos a la pandemia”, agregó. En tanto, los demás indicadores de salud financiera del sistema se encontraron sólidos, los cuales son la liquidez, solvencia y eficiencia.