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Disculpas de rugbistas no son genuinas, dicen

El brasileño finalmente fue identificado como Rodrigo Antonio de Lima Pires, de 38 años.

Finalmente, ayer viernes se confirmó que el hombre detenido como presunto jefe del Primer Comando Capital (PCC) presentó una identidad falsa tras encontrarse prófugo de las autoridades brasileñas luego de fugarse de una cárcel del vecino país. Policías del Departamento de Investigaciones de la Policía lo capturaron en Sargento José Félix López, ex Puentesiño, Concepción.

Luego de verificarse las huellas dactilares se logró identificar a Rodrigo Antonio de Lima Pires, de 38 años, quien se hizo pasar como Pedro de Freitas Júnior, brasileño, de 39 años, al presentar un documento de identidad falso perteneciente a este último.

El aprehendido nació en San Pablo, cuenta con orden de captura y pedido de cárcel pendiente hasta el año 2037, expedido por el Tribunal de Justicia del Estado de San Pablo, por tráfico de drogas, formación de cuadrillas, porte ilegal de arma, robo y reducción. Lima Pires fue detenido junto con Marcio Aquino Valenzuela, paraguayo de 30 años, nacido en Bella Vista Norte.

Al término de los alegatos del abogado Hugo Tomei, defensor de los rugbistas en el caso del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, los ocho imputados tuvieron la oportunidad de hablar antes de que el tribunal entre en etapa de deliberación. Los procesados se expresaron en la misma línea, y sus gestos corporales fueron analizados por un experto en comunicación no verbal, que aseguró que no denotan arrepentimiento y que fueron bien asesorados.

“No hay arrepentimiento, no hay alguien que realmente llora, no se miran a los ojos, no miran a los ojos ni a la madre (de Fernando) cuando hablan, ni lo nombran”, señaló el especialista Marcelo Sola en comunicación con el canal argentino TN.

De acuerdo a lo que indicó el experto, no cabe duda de que todo lo que dijeron los rugbistas estuvo premeditado y estuvieron asesorados en cuanto a lo que tenían que decir, por lo que cuando se expresaron y pidieron disculpas, no se pudieron ver señales o gestos de que sea auténtico o genuino lo que manifestaron. “Siguieron hablando en equipo, cuando comenzó el juicio los ocho estaban sentados de la misma manera, y siguieron así. El final fue de la misma forma, no hubo cambios corporales en cuanto a expresar lo que sentían, no hay arrepentimiento”, aseveró Sola.

Además, indicó que mientras hablaban los ocho imputados, todos estaban bajo la atenta mirada de su representante legal, lo que da a entender que Tomei iba “siguiendo la letra” de lo que debían decir los procesados. “Como que estaba todo armado”, enfatizó.

Máximo Thomsen, uno de los rugbistas, se quebró mientras pedía disculpas por lo sucedido; no obstante, para el experto en comunicación, no se lo ve sincero puesto que sus gestos no son compatibles con ese sentimiento.

“En el arrepentimiento real uno agacha la cabeza como guardándose las emociones porque te genera vergüenza lo que hiciste”, indicó Sola quien mencionó que eso no se observó en el imputado.

“Están encerrados en el superyó, en el ego”, subrayó el especialista, a la par que mencionó que por la forma en que se expresaban y presionaban los labios al hablar, se denota que querían decir algo más, pero que no estaban habilitados a hacerlo, puesto que había una marcada línea discursiva.

Todos los imputados pidieron disculpas por lo ocurrido, remarcaron que no hubo intenciones de matar a nadie, pero en ningún momento asumieron la responsabilidad de haber ocasionado la muerte de Fernando Báez Sosa, ninguno se dirigió personalmente a los padres del joven fallecido, ni lo nombraron y se refirieron a él como “un chico de nuestra edad”.

Buenos Aires, Argentina. AFP.

El caso del asesinato a golpes de Fernando Báez Sosa en Argentina es un aterrador cóctel de odio “clasista”, “racista” y “machista”, según sociólogos entrevistados por la AFP. El juicio oral contra los ocho miembros de un equipo de rugby amateur capta la atención de la sociedad argentina. “La cuestión de clase juega un papel importante en este caso. La mayoría de los rubgiers son de familias ricas de pueblo”, dijo el sociólogo Guillermo Levy, profesor en las universidades de Buenos Aires y Avellaneda.

“Es verdad que es un cóctel de violencia, racismo, machismo, alcohol, etcétera. Pero voy a agregar el componente de la formación del rugby”, dijo Facundo Sassone, sociólogo y entrenador de juveniles de rugby en el club Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó. Pero Levy formuló una advertencia: “El linchamiento mediático (y de la opinión pública) contra estos pibes, que claramente tienen que ser condenados, no sirve para que seamos mejores. Esta violencia no nació en enero del 2020, está construida socialmente”, aseveró.

“Que la sociedad no se haga la distraída. Hay que recordar lo que escribieron Primo Levi (sobreviviente del Holocausto) y Mario Villani (sobreviviente de la dictadura argentina) que rechazaron la demonización de sus victimarios, de sacarlos de la especie humana”, puntualizó Levy. “La reflexión debe ser sobre la sociedad que produce esto, y no sobre si están locos, si son psicópatas, porque ahí nos equivocamos”, señaló Levy.

EL AGRESOR FUE “NEUTRALIZADO”, SEGÚN LA POLICÍA

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