Dibujar con luz
G o n za lo A rria ga d a
L A N AT U R A L E Z A D E L A F OTO G R A F Í A
Dibujar con luz L A N AT U R A L E Z A D E L A F O T O G R A F Í A
Más tarde que temprano aprendemos en la escuela que la especie humana -nuestra querida especie Homo sapiens- es solo una más de las que componen el Reino Animal, y no deja de sorprendernos y divertirnos el parentesco -y parecido- que tenemos con otros primates. Es así como algunos cotidianos e inocentes carteles del tipo “Prohibido entrar con animales” no nos producen ninguna contradicción, o si en Google buscamos “Fotografía de Naturaleza”, difícilmente encontraremos algo de presencia humana, excepto perdidas y coloridas tribus descubiertas por National Geographic. ¿Cuándo se produjo este abismo entre la Humanidad y la Naturaleza, entre la humanidad y la animalidad?, ¿dónde está exactamente el límite?. Pudo ser un dios que nos creó a su imagen y semejanza para dominar sobre la Tierra, o bien -para darwinistas-, nuestro pulgar oponible que nos permitió fabricar herramientas para “modificar el entorno”, pero lo cierto es que progresivamente nos viene disgustando mojarnos con la lluvia, la suciedad de la tierra, y cazar o recolectar nuestra comida. ¿Resultado? Una forma de vida tecnológica y productivista que acarrea un calentamiento global que está destruyendo la habitabilidad planetaria para muchas especies, incluyendo la nuestra. Pero demos un paso más allá: ¿no es acaso la conducta humana -expansiva, incluso viral- la de cualquier especie que se impone a otras, en aras de su propia sobrevivencia?. La discusión, entonces, no es tan simple, y por momentos pareciera que no queda más que sentarse a esperar la caída de un nuevo meteorito. Esta disociación con los elementos y procesos básicos que permiten nuestra subsistencia como individuos se ha complejizado, y hoy ni siquiera comprendemos cómo funciona nuestro cuerpo y corremos al médico al segundo estornudo; tampoco entendemos a cabalidad el funcionamiento de la mayoría de los objetos que usamos -como una pantalla LCD-, y la verdad, entre nuestras urgencias y necesidades culturales, no nos interesa mayormente.
Ante este sombrío panorama es justo y necesario -en verdad lo es- abrir un pequeño espacio para la luz. Este trabajo quiere demostrar que para fotografiar es posible prescindir de los fascinantes avances tecnológicos; más aun -etimológicamente, Fotografiar es Dibujar con Luz-, que podemos entender la simpleza del proceso fotográfico como un fenómeno natural, cuando el Sol dibuja distintos paisajes a un lado y otro de una montaña según la exposición de éstos a aquel, o cuando pinta, a lo largo de milenios, la piel de las poblaciones humanas según en qué parte del planeta se hayan asentado. Así, la fotografía no necesariamente tiene que buscar el “instante decisivo” de Cartier-Bresson; tampoco debemos someternos a hacer fotografía (parafraseando a Eastman cuando vendía sus primeras cámaras Kodak) “apretando un botón y que la cámara haga el resto”. Existen alternativas: las largas exposiciones de la artesanal cámara estenopeica, implican una previa y acuciosa observación de las características climáticas y geográficas de cada espacio a fotografiar, siendo quien fotografíe quien debe tomar las decisiones de acuerdo a las posibilidades y limitaciones de la luz, la cámara, el negativo y del posterior proceso en el laboratorio, viéndose envuelto en una relación más profunda con la totalidad del proceso fotográfico, así como con el lugar y con sus tiempos, haciendo evidente -también en las imágenes- la continuidad entre el observador y lo observado. A través de la pregunta “¿Qué es lo natural?”, la fotografía de este proyecto -en su proceso y sus imágenes- es ante todo, una invitación a reflexionar en torno a la naturaleza de la Fotografía y la de nuestra especie, a contemplar el espacio que habitamos, y con ello -en tanto seres naturales-, a sabernos parte indisoluble de este lugar, certeza que nos nutre y responsabiliza en cada uno de nuestros actos. Los frutos de este trabajo son cianotipias sobre tela de 40x135 cm. obtenidas por contacto directo desde película lith, y soportes de 60x180 cm. construidos con cortezas de lenga. Las exposiciones de la película oscilaron entre los 8 y los 60 minutos.
... si doy pasos en falso serán los verdaderos. Alberto Rubio, Tierra
Las puertas se abren, no entra nadie. Ana Marlen Guerra, Inventario de existencias
Fotografía
PA S O S
El más sincero agradecimiento a Fernando Saldivia M., Fernando Thiess, Carolina Vásquez (Escuela Cámara Lúcida), Laboratorio Wankara UMAG, Comité Cultural Tejiendo Raíces de Puerto Williams, Comunidad Yaghán de Bahía Mejillones, Tamara Contador, Miguel Troncoso, José Arriagada, Fidel Quelín, María Alvarado, Jorge Ramírez, Gabriela Quintana, Museo Martín Gusinde, Casa La Porfía, Seremi de Cultura de Magallanes y la Antártica Chilena. Especial agradecimiento a Cristián González Sáiz por su hermoso y profesional diseño de este catálogo.
Este catálogo se imprimió en los talleres de La Prensa Austral de la civdad de Punta Arenas en el mes de mayo del año 21 del siglo 21 de la era cristiana, a 19 meses del estallido social en el que la popvlvs chilena, a pesar de las zancadillas del senatvs chileno, inició un camino que por Kolophon tendrá, entre muchas otras cosas, el establecimiento e irrestricto respeto de los derechos de la Madre Tierra.
Gonzalo Arriaga da • D i bu j a r con Lu z