Escondida entre la densa masa vegetal, la segunda cascada de Los Aguacates es un verdadero regalo de Dios. El agua cae sin afรกn por una pared de 10 m de altura.
A pesar de ser una urbe moderna y cosmopolita, la ciudad de Valencia sigue guardando hermosos espacios naturales. Y es que la ciudad está rodeada por numerosas montañas en las que nacen riachos que bañan buena parte del norte de la metrópoli. Al noroeste se encuentra el Cerro El Casupo, quizás el más conocido de la capital carabobeña, y también el más visitado, pues todas las mañanas y tardes del año miles de personas se dan cita para ejercitarse en sus empinados caminos. Desde la cima de esta montaña, una ruta bastante angosta desciende hasta la Quebrada Grande, donde numerosas cascadas caen salvando los abruptos desniveles del lecho del río. Las aguas de sus caídas son sumamente frías gracias a la densa vegetación de este bosque de vaguada, donde los mijaos son los protagonistas del paisaje. Al menos dos cascadas pueden visitarse, una en la parte alta del río, de difícil acceso, y una más pequeña en la parte baja, a la que se accede por un sendero junto al camino que asciende hasta la cima. ¿Cómo llegar? La entrada principal a este parque municipal se encuentra al final de las 4 Avenidas de Prebo, urbanización ubicada al norte de la ciudad de Valencia.
Uno de los pueblos menos conocidos del área metropolitana de Valencia, pero que alberga algunos de los más bellos rincones del estado, es La Cumaca, ubicada al extremo norte del municipio San Diego. La población creció de forma desordenada y sin muchos encantos junto a las orillas del río homónimo, formando parte de la vida diaria de los pobladores del lugar. Este es, además, uno de los puntos de acceso más sencillos al Parque Nacional San Esteban, el pulmón vegetal más importante del estado Carabobo, y que protege la totalidad de la cuenca del río La Cumaca. El camino es un sendero que se adentra en algunas oportunidades al curso mismo del río, siendo necesario saltar entre rocas para alcanzar el otro extremo. Numerosos pozos y bellas cascadas se encuentran en el camino: La Encantada, El Humo y La Canoa son los más conocidos, aunque el salto La Cumaca – en la imagen- es sin dudas el más alto y espectacular de todo el recorrido por este hermoso bosque.
¿Cómo llegar? Se puede acceder desde el Distribuidor La Cumaca en la Variante Bárbula-Guacara. El acceso principal al río se encuentra al final de la vía que comunica el pueblo con el pueblo de San Diego.
Conocido por los vestigios precolombinos que conserva en la profundidad de sus bosques, Vigirima es una población que tiene mucho más que yacimientos arqueológicos. Y es que la pequeña población se encuentra en las faldas del Parque Nacional San Esteban, y a orillas del río Vigirima, rico en fauna y vegetación. Para ascender hasta las cascadas más accesibles del río se utiliza el camino que se encuentra frente a la iglesia del pueblo. Es una ruta de pendiente suave, con mucha vegetación y vistas sorprendentes que revelan al espectador el valle en el que se asienta Vigirima. Inmensas montañas se alzan en todos los ángulos posibles, mientras las nubes parecen acariciar sus imponentes cimas. Al internarse en el bosque, el camino conduce hasta un puente construido por Juan Vicente Gómez, bajo el cual se encuentra una hermosa cascada de 10 m de altura. Poco más arriba, otra hermosa caída recibe al visitante, mientras aguas abajo del puente otro frío pozo lo acoge antes del retorno. ¿Cómo llegar? Desde el Distribuidor San Ignacio en la Autopista Regional del Centro se desciende con dirección norte hacia el pueblo de Vigirima. Son cerca de 30 minutos por una larga vía asfaltada rodeada de vegetación.
El Peñón es una de las mayores elevaciones de la Sierra del Capitolio, tramo de la Cordillera de la Costa a cuyos pies se encuentra Montalbán. El ascenso al mirador tiene una duración de unas dos horas para los pocos experimentados en excursionismo. Se trata de un bello camino de empinadas cuestas y curvas cerradas, donde crecen gramíneas y bellas orquídeas, y que es hogar de gran diversidad de aves y mariposas. En los márgenes del camino se encuentran numerosas rocas con petroglifos que dan fe de la presencia indígena en la zona siglos atrás. A medio camino, un riachuelo atraviesa el camino, y forma un frío pozo conocido como La Neverita por los lugareños. Más allá del mirador, la ruta continúa a través de una selva nublada casi inalterada, junto a la orilla del río. En el camino se descubren numerosas cascadas de poca altura y aguas cristalinas, hasta llegar a la mayor de todas, Agua Fría, donde el helado río se desborda desde una roca de 10 metros cubierta de la más exuberante vegetación . ¿Cómo llegar? En Valencia se toma la Autopista Circunvalación del Sur hasta el Distribuidor La Encrucijada, donde se sigue por la Autopista Panamericana hasta el acceso hacia Montalbán. Carteles en la vía señalan el acceso al pueblo.
Conocido por sus famosas panelas dulces, San Joaquín esconde dentro de su territorio más que gastronomía y festividades. El municipio es uno de los puntos de más fácil acceso a la porción oriental del Parque Nacional San Esteban, y de los maravillosos cursos de agua que nacen de él y riegan el estado Carabobo. El camino de Los Aguacates conduce a algunos de los más hermosos puntos de este parque, donde la quebrada del mismo nombre se lanza al vacío en numerosos desniveles. El sendero es largo y de poca pendiente, donde predomina la vegetación gramínea y algunos arbustos, por lo que el sol es inclemente con el viajero, pero generoso en vistas maravillosas sobre la cordillera y el Lago de Valencia. Al llegar al punto donde la quebrada se cruza con el camino, se camina junto a esta para llegar a una hermosa cascada de 15 metros de altura, cuyas gélidas aguas ofrecen un relajante masaje al que se atreva a adentrarse en ella. Aguas abajo, se encuentra una segunda cascada de igual belleza a la anterior. ¿Cómo llegar? Por la Carretera Nacional Valencia-Maracay, el acceso al estacionamiento del sendero se encuentra en Santa Clara.