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Las de Barranco
LAS DE BARRANCO 1962
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REPARTO La niña del piano: AMANDA BEITIA Gertrudis: NENE MALBRAN Muchacho: HORACIO OSVALDO MARTINEZ Doña María: GLORIA FERRANDIZ Carmen: GRACIELA ARAUJO Manuela: ELITA AIZENBERG Pepa: HILDA BERNARD Señorita Rosario: AIDA VILLADEAMIGO Morales: ROGELIO ROMANO Castro: TINO PASCALI Petrona: ESTHER VELAZQUEZ Linares: GUILLERMO HELBLING Barroso: CARLOS FIORITI Rocamora: GERMAN VEGA Jennaro: CARLOS ALVARENGA Pérez: JULIO LÓPEZ
Autor: GREGORIO DE LAFERRÈRE Escenografía: LEANDRO H. RAGUCCI – CECILIO MADANES Vestuario: EDUARDO LERCHUNDI Asistente de dirección: HECTOR J. ARAGONES Asistente de producción: MIGUEL ANGEL LUMALDO Administración: ANTONIO SOTO
El Teatro Caminito ha sido creado, organizado y dirigido desde 1957 CECILIO MADANES.
SALA Pasaje Caminito, La Boca
Fecha de estreno: 6 Diciembre 1962
Pág. sig. Graciela Araujo.
NOTAS PREVIAS LAS DE BARRANCO EN CAMINITO
Joaquín de Vedia definió así a «Las de Barranco»: «Acaso la nota más nueva y característica, más vigorosamente humana que haya dado hasta hoy la vena cómica argentina, amén de contener la pintura del ambiente mejor y más ampliamente matizada que de un plano de la vida porteña se haya hecho en el país».
Y Nicolás Coronado, refiriéndose a esta auténtica «comedia de costumbres», dijo alguna vez: «Ha sido escrita para dentro de muchos años».
Prueba de lo último, es que cincuenta y cuatro años después nos atrae con mayor trascendencia que a los contemporáneos que reían de los diálogos de Orfilia Rico y José Brieva. Pues en ello percibimos un testimonio veraz, un exacto termómetro que, a la distancia, nos permite medir la nerviosa temperatura del instante porteño que lo inspiró.
Toda la melancolía del «quiero y no puedo», toda la amargura del medrar ansioso, toda la tragedia de la decadencia familiar, toda la desesperación de la salvaguardia de las apariencias, están presentes en sus escenas nutridas y dinámicas, debajo de las máscaras festivas, como están presentes los elementos nobles, puros, que proclaman sin retórica un mensaje de fe en la juventud y en el amor desinteresado.
Explicase, pues, que dentro de las limitaciones del teatro argentino, «Las de Barranco» sea ya, para siempre, una obra «clásica». Posee para ello la fuerza que elabora los perdurables arquetipos. Doña María, su riquísimo personaje central, vivirá tanto como viva el teatro nuestro.
Personaje: Gertrudis Diseño de Eduardo Lerchundi 40,5 x 22 cm 15.94 x 8.66 in
Explicase, asimismo, que en más de medio siglo de andanza «Las de Barranco» haya vuelto a nuestro proscenio en muchísimas ocasiones; que, después de Orfilia Rico, la sicología de su pasmosa viuda surgiera interpretaciones notables, entre otras actrices, a Herminia Mancini y a Felisa Mary; que ahora, así como Cunill Cabanellas eligió en 1936 a «Locos de verano» para el espectáculo inaugural del Teatro Nacional de Comedia, Cecilio Madanes añada «Las de Barranco» a la serie de sus triunfos en el Teatro Caminito.
Sin duda a Laferrère lo hecho muy feliz la presentación de su obra en la pintoresca, inesperada calle de la Boca, con un fondo de mástiles y de fachadas multicolores, porque allí, más que en ninguna otra escena de Buenos Aires, la realidad y el sueño se entremezclan, de tal suerte que es imposible separarlos e indicar dónde comienza y termina la ficción, porque el público, el lugar y la atmósfera, concertado genialmente (no se me ocurre palabra más adecuada) por la inventiva gozosa de Madanes, participan del espectáculo y contribuyen, en forma difícil de comparar, a suscitar la comunicación espiritual intensa que constituye el anhelo supremo de cada autor teatro.
No dudo de que la colaboración de Laferrère y Madanes se traducirá en resultados significativos. Así como cada generación requiere, por exigencias de la sensibilidad, una traducción de los escritores clásicos ajustada a las modalidades cambiantes de su progreso, cada generación impone que se «recree» también la obra teatral, ciñéndola a las condiciones distintas del tiempo en marcha.
La obra puede equipararse a un ser humano: el autor es su padre, los sucesivos directores e intérpretes son sus mentores, su creciente familia. Sí, como acontece en el caso de «Las de Barranco», la obra posee las esenciales condiciones vitales que reclama su supervivencia y su desarrollo, la obra madurará más y más con los decenios, tal vez con los siglos.
Madanes nos ha demostrado, por medio de sus versiones de Goldoni, de Molière y de Lorca -por sólo citar a tres maestros de su repertorio- con qué sutil sagacidad entra en el laberinto de los textos y descubre sendas nuevas hacia su alma.
Con Caminito nos guiará, por una comprensión profunda del porteñismo de Laferrère, hacia las raíces de su universalidad.
MANUEL MUJICA LÁINEZ De la Academia Argentina de Letras
Los colores del barrio.
Antes de la función.
Elisa Aizenberg, Graciela Araujo, Gloria Ferrandiz, Hilda Bernard y Esther Velazquez.
Personaje: Carmen Diseño de Eduardo Lerchundi 32 x 24 cm 12.59 x 9.44 in
Personaje: Petrona, Manuela, Cocinera Diseño de Eduardo Lerchundi 32 x 24 cm 12.59 x 9.44 in
Personaje: Doña María Diseño de Eduardo Lerchundi 32 x 24 cm 12.59 x 9.44 in
Arrb. Julio López y Gloria Ferrandiz Abj. Gloria Ferrandiz Pág. sig. Julio López, Esther Velázquez y Gloria Ferrandiz
Arr. Julio López, Gloria Ferrandiz, Esther Velázquez y Graciela Araujo. Abj. Julio López, Hilda Bernard, Gloria Ferrandiz y Graciela Araujo.
Personaje: Petrona, La niña del piano, Carmen y Pepa Diseño de Eduardo Lerchundi 32 x 24 cm 12.59 x 9.44 in
Hilda Bernard y Guillermo Helbling.
Platea del Teatro Caminito.
Tito Ruzzi y Roberto Romano: vecinos de barrio de La Boca.
Ingreso y boletería del Teatro Caminito.
Peinado y Maquillaje Diseño de Eduardo Lerchundi 28 x 22 cm 11.02 x 8.66 in
Registro fílmico sin audio.