SPAM NUESTRO DE CADA DÍA. Diez monólogos por Diego Kehrig

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Kehrig, Diego

Spam nuestro de cada día. Ni tipo, ni mina: soy anfetamina / Diego

Kehrig. - 1a ed revisada. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Diego

Kehrig Editor, 2022.

Libro digital, Book "app" for iOS

- (Stanislavsqueer / Diego Kehrig ; 4)

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-48511-0-9

1. Literatura Argentina. 2. Humor. 3. Poesía. I. Título. CDD A860

Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723

Queda prohibida la reproducción parcial o total de esta obra en cualquier medio o soporte sin autorización previa.

© Reservados todos los derechos

Buenos Aires, Argentina 2022

SPAM NUESTRO DE CADA DÍA

Diez monólogos por Diego Kehrig

7 Serie

11 Spam nuestro de cada día

11. Tom

12. Kalingrado

13. Rockstar

14. Tocayo

15. Madame

16. Cueva

17. Balvanera

18. Pelapapa

19. Deborah

20. Soltero

9 Rezo
Edición impresa
Estantería
Créditos
57
61
65
3 Actos

Ni tipo, ni mina. Soy anfetamina.

SPAM NUESTRO DE CADA DÍA

ONCE TOM

Desde esta colina veo arder la desesperación de mi esposo. Por salvarnos de la quiebra, ha prendido fuego al esfuerzo de toda la vida. Tres generaciones bajo el rayo de sol levantaron este imperio cerealero.

Lo que aún desconoce mi amado Richard, es es que el dueño de la Compañía de Seguros acaba de volarse la tapa de los sesos. Wall Street esta mañana ha caído en picada.

Aquello es un estruendo. El mas aterrador de los silencios me rodea.

Aquí comienza mi historia, en el momento exacto que termina la de mi hijo: Tom Sawyer.

Un poste encendido cayó sobre su espalda aplastando su vida de inmediato. Y la de mi marido, la mía y nuestro país.

Dios ha liberado al pequeño Tom. Sus aventuras han dejado ya de circular. Revisen los estantes de sus bibliotecas.

Puras páginas en blanco hallarán. Sólo la mano que borra aprende a escribir.

DOCE KALINGRADO

(Con suave acent ruso.)

1

EUGENIA: Salvavidas, mascarilla, y coqueta gorra impermeable. 1957 fue año estupendo para Compañía.

Habían instalado un sonar en cada gorrito.

Los tripulantes entregaban en mano a los pasajeros de clase primera el equipo completo de salvataje.

Colores vivos, patrióticos y finamente combinados.

La gente chechena es muy aplicada, cuando no se la masacra.

Pero no hablemos de cosas feas, que se nos cortará la sopa crema.

El apio es muy reconfortante.

2

Agradezcamos a Küdo por habernos traídos estos estupendos adminículos.

(Aplausos.)

Küdo con diéresis sobre su u, como un coronita distinguiendo a este eximio intérprete lírico, que con cariño desmedido, los ha conservado desde aquél traumático accidente.

Durante 19 noches, estas preciosuras fueron sus únicas amistades en el Mar Báltico.

Y que ahora, tan gentilmente posa para nosotros María Eva. Eva. Nombre de criatura Edénica.

3

Y ¡oh! estas líneas…

Me sonrojo al leer con tan inquieta caligrafía. Es usted un dotado, mi querido Küdo. Esta esquela recuerdo haberla recibido cuando ofreció por vez primera su concierto en Fa bemol, un mes y medio después de su rescate.

4

Todos recordemos en esta noche la gesta de Dudayev Airlines, y su representante, mi padre el Conde de Chikoff.

- ¿Qué tal su pâté, mi querido?

TRECE ROCKSTAR 1

Haré el amor con la cintura. Al plato arrojaré motas de terciopelo con cada emanación. Blandiré al espejo, que bucólico, será escorpión de tu apellido.

Repartiré cerezos, destrozando atrevida las vocales de tu muerte.

Fabricaré los panes, de nuevo los arbustos, rayos, represas.

Caerá el planeta rendido ante el divorcio de mis nalgas.

Hallaré pistas con mi lupa de puta. Le pondré una túnica a la aurora.

2 Y tú, tú tallarás mis labios en los spaghettis a los 4 quesos que impúdico el amor cabriola.

3

Estrellada en mitad de gruesos diccionarios, seré desnuda.

Diminuta, regresaré a las arte marciales de las madres.

Grabaré un CD:

Dios perdió la caja de ahorro, y a mí, como a Cleopatra, nos pica la serpiente.

CATORCE TOCAYO

Hace algunos años conocí a un napolitano. Le dije mi nombre, y que era argentino. Sin un atisbo de sorpresa, me respondió:

-”En mi país hay una generación de niños que se llama Diego.”

Habían pasado pocos segundos del encuentro y ya estábamos ligados. A mí que el futbol me interesa poco y a él que de Sudamerica sabía nada.

Pero algo condimentaba a esa pizza que devoramos en un barcito de Barcelona.

QUINCE MADAME

(Entra con un changuito de supermercado decorado con grandes escarapelas celestes y blancas. Lleva puesto un casco de soldado unido a un tocado de novia. Oímos vuelos rasantes.)

1

MADAME GUERRÁ: ¡Qué pereza tener cien trenzas! Acomodarse extranjera como una llave inglesa en el Canal de Panamá.

En el canal 9 de Romay.

Chucu-chú. Miami. Chucu-chú. Bombay.

Marco lejos. Marco Polo.

Marcelo Marcote. Colgarme de un cogote.

Cogote ajeno.

Abanderada por los impúdicos, seré. Sellándome el pasaporte en los huesos públicos.

¡Silencio!

Acallen, drogodependientes, emigrantes de un solo sueño.

Rajen al Est del Edén, que acá sigo yo.

Me sumerjo y floto.

Retorno al foco.

Todo es rojo. Quedan pocos.

2

Y la vesícula que me dice: “Basta”.

Quiero una espalda ancha, musculosa, generosa, trotada.

Que me construya una choza en la casa rosada, en la esquina de Olivos.

Voy a tomar mate en las casas de todos los desertores.

¡Lotes para mí!

¡Terrenitos por doquier!

Reventar candados en caserones de mil ambientes. Entrar radiante, impune, coqueta, mandamás.

3

Sábanas agujereadas tapando los muebles a las apuradas. Señoronas, olvidándose los tacos aguja en mitad del vestidor.

La bandejita horrible que compraron en San Clemente. El cenicerito de acrílico. Los souvenir de Patricia, de su fiestita de 15. Todo lo olvidaron. Todo tirado.

4

Y yo, turra, justiciera protagonista voy y me morfo los regalitos.

¡Grum!

Entro, y me embucho los grabados, las mesitas ratonas, los patines, los tenedores. Esos candelabros.

¡Grunch!

Y las astillas se me clavan en la lengua.

Y mangio

Mangio tutto.

Tutto tutto.

5

Me vengo.

Soy la venganza.

Armo una banda.

Una panza de los que quedamos de este bando.

Una prestobarba.

Sí, un banco.

Vamos y nos vendamos.

Agarramos lo que no vendieron.

Y entramos, y saqueamos.

Lo dejado.

Lo abandonado.

Tutto tuffo.

¡Cochinos impostores! La noche entera en la calle Juncal, en una sillita de mierda y plegable con un papelito en la mano jurando que es de nuestra nonnita querida.

¡Traidores for export!

Extranjeros de fabricación vía Consulado.

¡La que les espera a los Euritos cuándo el último de nosotros se les termine de instalar en el living-room!

¡Se van arrepentir, gringos!

Es la reparación del Indio del Desierto. La conquista es reversible, ¡Ahijuna, Roca!

(Suena “We are the world”. Baila pegajosa, un asquito.)

6

DIECISÉIS CUEVA

Dólar don Pepito. Dólar, don José.

El Pato Dólar.

Dólar Rosita, la soltera.

Matar dos pájaros de un dólar.

Ni el dólar del final te va a salir.

El retrato de Dólar Gray.

Más dólar que las gallutas.

El pez por el dólar muere.

El dólar que me quieras.

Aunque el dólar se vista de seda.

El dólar metió la cola.

Las armas las carga el dólar.

Easy así no lo hiciera, que la Patria y el dólar me lo demanden.

DIECISIETE BALVANERA

1

Llegué al hotel y todas las luces estaban encendidas. No había forma de apagarlas.

Los pasajeros intentaban averiguar lo que sucedía, mientras las mujeres se cubrían los camisones con sus déshabillés.

Le pedí mis llaves al botones. “Por fin ocurre algo distinto.“

Sin el control de sus rutinas, parecían olvidar los secretos. La gente de la calle se detenía sin entender el porqué.

Finalmente, consiguieron abrir la puerta del sótano de donde se suponía que venía el desperfecto.

2

Todos teníamos sueño pero nadie parecía notarlo. La sonrisa bordeaux y circular y el brillo de sus botones.

3

El Conserje fue el primero en bajar. (No hizo falta prender la luz.)

Algunos, los más intrépidos, se acercaban a las lamparitas con un pañuelo en la mano.

Ordenaba las notas en los casilleros de las habitaciones, y a ritmo de su canción preferida, golpeaba los zapatos abotinados.

4

5

Esperé los quince minutos prudencia, y decidí subir a la habitación.

Las luces de emergencia, insistían sin titilar:

Utilice las escaleras.

Utilice las escaleras.

Obedezco.

6

Al llegar al segundo piso, el ascensor se abre. Lo veo, me invita a subir.

Al cerrar la puerta, el sonido del tablero fue levemente más agudo que lo habitual.

Entendí, y también alcé la comisura de mis labios. Pese al vértigo, no temí.

7

Las almohadas y las valijas llenas de toallas comenzaron a abrirse.

Eran plumas blancas en el aire, en las alfombras, en las paredes, sobre las tazas del comedor.

En las bocas de los lavabos, en los ceniceros, adheridas a las pantallas de los televisores.

Y en las suelas de mis zapatos.

8

Cuando la música se detuvo, Buenos Aires era tan sólo un punto entre el río y sus besos.

9 Abajo, en el sótano de hotel, el fusible accedió a girar. Y las luces desde entonces se han vuelto amarillentas.

DIECIOCHO PELAPAPAS 1

MARISA: Ahí la tenés, tirada a la basura. Para los gatos.

¿Qué mirás con esa cara?

¿Tengo monos yo?

Sí, tullida y todo, pude.

Porque ni eso te salió bien. Miráme, horrible te salí.

Un candelabro sin vela, parecés ahora. Eso. Derechito.

Iluminado hacia el infierno te vas a ir.

Degeneradito de la cachiporra. Sos un eunuco.

Ni el Diablo te salva.

Atadito, sos tan nena como yo.

Nunca te dije que no. A nada.

El barrio entero lo sabía.

Pero te seguía el juego. Las hebillitas, ya no las quiero.

Hubiese mordido a un perro, si se acercaba a tocármelas. Pero ahora ya es tarde.

2

3

Tic, tac.

Tic, tic, tac.

¿Oís? Anda mal el relojito.

Son los efectos. No te hagás el desmayado. Ya te expliqué.

¡Roque, dejame terminar!

No te puede doler.

Hice un trabajo perfecto.

Son necesarios, claro que sí.

Me los enseñaste vos, para que el Galtieri no se escape.

¿Para qué tenés un perro si no lo sabés atar?

Me voy a pasear desnuda hasta que los ojos se te salgan de la cara. Si quiero, te desvisto.

Si quiero, te pongo un vestido de mamá, y te llamo Mariana.

¿Qué pasa, Marianita?

¿Te comieron la lengua los ratones?

Tu hija

los ratones

la lengua.

Muerta mamita.

Papá: la lengua de la casa.

Provoleta. Vuelta y vuelta.

Un churrasco: la lengua de papito.

Papito borracho. Borrachito.

Papito abusador.

Una artillería le salía a papito con su ratoncita.

Papito malo.

Cuchillito la lengua.

La lengua de la nena. Hebillitas.

4

5 (Lee con dificultad.)

“Estrógenos en el tanque izquierdo.”

“Grado siete de putrefacción.”

“Desconocido.”

En el más grande de Latinoamérica. Flotando el paraguayo. A pasitos de Panamericana. Sumergido. Un sabor distinto. De cabeza, hacia la rejilla.

Más de doscientos locales. Cinco mil litros de agua por día.

En las vidrieras, los tomates, el tecito.

Fideos al dente.

En las copas de los vinos. Adherido.

En las cucharas del helado. En las servilletas.

Todos lavando tu crimen.

6

La primera en caer fue la vendedora de Tucci. Hasta un Evatest se hizo, la estúpida.

Después el chico de informes: 40 de fiebre. La gorda de Seguridad, dos promotoras. Como moscas.

Todos el mismo cuadro: sudor, vahídos, internación.

7

El sindicato.

Caían denuncias todas las mañanas.

“Algo en la comida”, decían. Bromatología.

El noticiero. Plena navidad.

“El aire acondicionado”, pensaron.

Esta es la época buena. Temporada alta. Roja.

Este año Papá Noel está caliente.

8

Seis días les llevó. En el laboratorio, saltó.

“Gérmenes de ulceración. Podredumbre. Inmundicia”, declaró el fiscal.

Un animal, calculaban.

Un perro.

Un murciélago no puede causar tanto daño.

Jingle bells. Jingle bells.

Nadie se preocupó cuando Roque Castoriadis no se presentó esa mañana a las seis y diez.

“Dejó de venir”.

“Se habrá vuelto a su país”

“A chupar naranjas. A tocar el arpa”.

Silencio en los pulmones. Un paraguayo flotando en los tanques de agua de shopping más grande de zona norte.

9

10

Me ensaño todo lo que quiero.

No chilles.

Dejame ponértela.

La rosadita.

La que más te gustaba.

Sin pito.

Limpito quedaste.

Un animal sin bombacha.

¿Dónde se ha visto?

Te queda hermosa.

DIECINUEVE DEBORAH

1

Ya devoré toda la rúcula. Podría vivir en Puerto Madryn, usar bisoñé, asistir a tu opening con la boca llena de reproches, azucenas. Astillada de confianza.

2

Ya devoré toda la rúcula.

Podría vivir en Mar Chiquita, alquilar un rebaño, hacer un si-te-he-visto-no-me-acuerdo.

Manducar la deuda, mandarme un paga-Dios.

Un Tata Cedrón.

3

Las persianas son animales complicadísimos.

Practican álgebra, padecen alergias, desplantes varios.

En fin, un maremágnum de calamidades al acostarnos por levantarnos.

4 ¿Cómo era?

¡Ah, sí! Ya devoré toda la niebla. Podría vivir en Ruanda, Nueva Zelanda, los Alpes Cínicos.

5 Cruzan por mi hogar todo tipo de insectos bilingües, bíceps de camaleón, neurastenias dorsales. No así de meniscos -que quede claro-.

6

Pasame el liquid paper, siempre me pareciste un varón.

VEINTE SOLTERO

1

Es de público conocimiento que he logrado la virtud de la duplicación. Merced a mis múltiples desprendimientos, habito en unísonos espacios.

Las fotografías aquí reunidas no reflejan un pasado de colección, sino el testimonio de un perpetuo y resbaladizo presente.

No por espectacular, me libro de la comprensible desconfianza. No hallarán aquí trampas. Mi magia es verdadera.

Sumiso obedezco al gusano espiralado de mi superpoblación.

2

3

La quebrantada mano de Cervantes, ha sabido ejecutar magnífica la propagación de su obra. Desprendida, rindió frutos de un árbol destinado a la tala.

¿Quién sino la traición, gobierna a la escritura?

4

En similar y modestísima quimera, alcanzo en mis ramificaciones la furibunda unidad.

En idéntico porcentaje soy éste que delante suyo se arrodilla, como aquél que vuela en un jet, o desayuna ahora mismo en París. No soy, sino en mis desmembrados registros.

5

No se deje arrastrar por las alcantarillas de la razón. Que no lo confunda la horma, ni el cuero.

Y aunque sus ojos juren estar delante de unos zapatos, aquí sólo estará presente el baile.

En el gerundio hallo mi respiración.

TELÓN

EDICIÓN IMPRESA

Dramaturgia y fotografías

DIEGO KEHRIG

Prólogo KADO KOSTZER

Edición y corrección FERNANDO CRÓCAMO

Diseño gráfico

JORGE LEWIS

Impresión

FORMATO GRÁFICO

Primera edición

ISBN 978-987-29601-1-7

22 x 15 cm

192 páginas

© Diego Kehrig

© Diego Kehrig Editor

Buenos Aires, Argentina

2014

ESTANTERÍA

Dramaturgia DIEGO KEHRIG

Corrección MARÍA CELIA AGUILAR

Diseño DK EDITOR

Buenos Aires

2022

(Buenos Aires, 1968)

En 1998 me presenté en un concurso organizado por el Instituto Nacional del Teatro, el premio consistía en la edición del texto. Así, por primera vez, alcancé la letra de molde. Mucho después, cuando surgió la necesidad de brindarle un soporte a mi investigación sobre el Teatro Caminito, inauguré el sello editorial. Estas publicaciones en papel y luego en formato digital conforman un estante -al que no me atrevo a llamar biblioteca- dedicado a la ficción, la investigación y la fotografía.

www.diegokehrig.com

DIEGO KEHRIG

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