Entre los órganos que se encuentran actualmente en funcionamiento, sería suficiente mencionar el del Templo de Jesús en San Pablo Apetatitlán, o el de la Basílica de Ocotlán; ambos restaurados en la década de los ochenta, para darnos cuenta del nivel alcanzado, dentro de la organería internacional, por los constructores de la familia Castro. Varios instrumentos han despertado la admiración de organistas y organeros, algunos de ellos procedentes de otros países.