MAYO
2020
Tan pronto que podamos
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uando terminamos con todas las restricciones sobre COVID-19, y, sí, terminaremos con ellas, ¿tendremos que volver a Misa? ¿Tendremos que confesarnos? ¿Podremos comulgar la Santa Eucaristía? ¿Podremos celebrar las bodas en la Iglesia? ¿Programaremos las Confirmaciones y Bautismos y Ordenaciones? ¿Podremos ofrecer los Sacramentos a los enfermos? ¿Estarán abiertas las iglesias como antes para la oración personal? La respuesta es SÍ … Mensaje del al terminar con las OBISPO DAVID M. restricciones y volver O’CONNELL, C.M. a un sentido de la “normalidad” que significará menos peligro de la proliferación del COVID-19. Cuando los medios y otros se refieren a la pandemia actual y todas las consecuencias y restricciones impuestas como “el normal nuevo”, esa frase me molesta mucho. No es “normal” ni presenta la pandemia ningún “normal nuevo”. Es solamente el “nuevo ahora”, el “nuevo momento presente”. Pasará. Quitaremos las restricciones y la vida, incluso la vida en la Iglesia Católica, volverá a “la normalidad”. Nadie ha presentado ningún argumento al contrario convincente. Claro, se desarrollará vacunas y presentarán precauciones, pero esas cosas han ocurrido antes y se han hecho “parte de la vida normal” y nos hemos adaptado a ellas. Por ejemplo, tenemos vacunas para polio e influenza. La historia del mundo provee muchos ejemplos semejantes de cómo hemos respondido a situaciones específicas. Eso también es cierto para la Iglesia. No digo que las cosas y las circunstancias no cambian, claro que sí cambian. Pero la vida sigue y seguirá también en la Iglesia. Consideremos los Sacramentos. Los definimos como “signos externos instituidos por Cristo para extender la gracia”. Esa misma definición era verdadera y válida cuando se los instituyeron – aunque se modificaran y adaptaron el formato litúrgico de cómo administrarlos por los siglos – y sigue siendo verdadera y válida hoy… y lo será también mañana. En la teología, la Iglesia habla sobre “la sustancia y la forma” como los elementos esenciales de los Sacramentos. El Bautismo siempre ha sido “agua (sustancia)” y el “formula Trinitario (forma)”; la Confirmación siempre ha sido “la Crisma consagrada y la oración que acompañan a la imposición de manos por el ministro (sustancia)” y “ungir la frente y el formula (forma)”; la Santa Eucaristía siempre ha sido “pan sin levadura y el vino de uva (sustancia) y la consagración por el sacerdote ordenado (forma)”, y sigue para los otros de los siete Sacramentos también. Los Sacramentos presumen la presencia física del recipiente
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Sophia Greeley investiga maneras nuevas para ser activa en la fe en medio de la pandemia. Foto por Mateo Greeley y el ministro. Son realidades físicas, “signos externos, instituidos por Cristo para extender la gracia”. Y la Iglesia ha desarrollado leyes y disciplinas sacramentales para asegurar su validez. En la historia de la Iglesia, ha habido ocasiones y eventos que ha hecho imposible el administrar y recibir de los Sacramentos. Sin embargo, esos eventos históricos no han alterado el “hecho y la realidad” de los Sacramentos ni de su sustancia y forma. En un artículo del 31 de marzo, 2020, en “Our Sunday Visitor”, una compañía de recursos católicos, el monseñor Charles Pope explica esto muy bien: Han surgido muchas preguntas sobre recibir los Sacramentos en un tempo de preocupación sobre el coronavirus. En circunstancias ordinarias, se espera que los católicos busquen recibir los Sacramentos activamente de la manera usual de que la Iglesia los administra. Sin embargo, hay momentos cuando no se puede extender los Sacramentos debido a circunstancias extraordinarias como el tiempo extremo, los desastres naturales y la plaga. En algunas partes del mundo, también, no hay sacerdotes disponibles rutenamente. En esos tipos de casos, los católicos deben confiar en que el deseo de recibir los Sacramentos en sí es una manera para recibir sus gracias. Dios no nos pide lo imposible ni lo no razonable. Tenemos una tradición larga sobre “el bautismo del deseo” que se extiende hasta aquel buen ladrón en la cruz. Jesús le aseguró ir al paraíso, aunque no pudiera, en aquel momento, recibir el bautismo de manera usual. En estos tiempos de la pandemia, también hemos tenido que redescubrir la tradición de la comunión espiritual. Cuando los fieles no pueden comulgar la Santa Comunión, se les anima expresar su deseo por ella al Señor y confiar en que, a través de su deseo por la Santa Comunión expresado sinceramente, reciben las gracias de ella. Los fieles también deben confiar en que, a través de su deseo por los Sacramentos de la Unción de los Enfermos y la Reconciliación, si no pueden recibirlos razonablemente de manera ordinaria, Dios conoce su deseo y que, seguramente, los brindará las gracias que desean. Dios conoce nuestro corazón y otorgará las gracias que esperamos, aunque no sean posibles las maneras usuales de recibirlos que nos los ha Después de terminar entregado. Que el Pueblo de Dios tenga la con las restricciones paz en este tiempo de la pandemia con el en esta pandemia, los conocimiento de que sus sacerdotes siguen fieles podrán comulgar ofreciendo la Misa de su parte y que, a la Santa Comunión de través de sus deseos, están unidos al Señor nuevo. (Foto CNS/Karen Bonar, The Register) quien los bendice.
El Anzuelo
Dando testimonio a nuestra fe con valor y confianza en una pandemia
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ace más de un mes que, al igual que otros estados, New Jersey se encuentra semiparalizado, debido a la pandemia del coronavirus, COVID 19. Los que tuvimos padres o abuelos que vivieron es México entre los años 1926 a 1929 los escuchamos hablar de aquel periodo en que el gobierno se le prohibía el derecho al culto religioso y a poder congregarse en una iglesia. Al mismo tiempo, privaban de la vida a sacerdotes y líderes religiosos, saqueaban y destruían nuestras iglesias católicas. Al experimentar el vacío que se ve en nuestras Iglesias ahora, en cierto modo, no podemos menos que compararlo con lo que estamos viviendo el día de hoy. Gracias a la fe y el valor de los católicos, protestantes y hasta los no creyentes de ese entonces, lucharon juntos para que su libertad de expresión y derecho a culto se restauraran. Gracias a Dios, nosotros no tenemos que luchar contra nadie para que un día no muy lejano nos podamos congregar de nuevo. Pero, sí, necesitaremos mucha fe y valor para demostrar que esa fe no se ha disminuido como el papa Francisco nos exhortaba en su homilía del sábado, 18 de abril. El papa dijo que, como los primeros apóstoles llenos de valor y coraje, pero sobre todo con franqueza, salgamos a difundir por el mundo la Buena Nueva de nuestro Señor Jesucristo Resucitado. Vamos a salir y demostrar que nuestra fe nunca estuvo semiparalizada, sino que,
En esta foto del dominio público, soldados paran para una foto durante la Guerra Cristero del 1926-1929 en México cuando los fieles fueron prohibidos de practicar su fe. Limitados a la comunión espiritual en la pandemia, fieles miran Misas virtuales como esta Misa Pascual celebrada por el obispo David M. O’Connell, C.M.
Vamos a salir y demostrar que nuestra fe nunca estuvo semiparalizada, gracias a las diferentes formas y medios de comunicación… nos mantuvimos en contacto gracias a las diferentes formas y medios de comunicación, durante este tiempo de aislamiento, nos mantuvimos en contacto; estudiando, creciendo, atendiendo Misas virtuales y reuniéndonos con nuestros grupos de oración a través de cualquier medio disponible. Que, con confianza, podemos decir que, a pesar de todas las
limitaciones, estamos listos y dispuestos a mostrar la mejor versión de nuestra persona, para ser mejores discípulos y servir de la mejor manera a nuestro prójimo y a Cristo. Andrés Luna es feligrés de la Parroquia Santa Ana, Browns Mills. Luna comparte esta reflexión sobre la fe en medio de esta situación actual de la pandemia.
Con mucho agradecimiento
Parroquia Madre de la Misericordia recibe apoyo Por el padre Miguel Virella, párroco de la Parroquia Madre de la Misericordia, Asbury Park Una de las grandes bendiciones que hemos recibido durante esta crisis ha sido la ayuda financiera y espiritual de parte de Michele y Robert Fishman. Estas dos personas, pertenecientes de la fe judía, nos ha hecho posible ayudar a muchas personas necesitadas de la comunidad. Su contribución financiera y su apoyo moral nos permiten acompañar a quienes necesitan apoyo estos días.
También, trabajamos en conjunto con Community Affairs and Resource Center, sirviendo a la comunidad con ayuda financiera y alimentos para distribución de parte de varios donantes. Agradecemos a Beatriz Oesterheld y todo el equipo por colaborar con nosotros. Nos están ayudando a cumplir con nuestra misión de servir a los demás, tal cómo Cristo nos llama a vivir.
Padre Miguel con Michele y Robert Fishman. Mayo 2020 REVISTA EL MONITOR 31
El Anzuelo
La pandemia no puede evitar el compartir de cariño en los momentos importantes de la vida, evidente en el ejemplo del video de felicidades de parte de la comunidad de San Antonio Claret, Lakewood, para celebrar el cumpleaños y el aniversario sacerdotal del padre Guilherme Andrino.
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uchos fieles de la Parroquia San Antonio Claret, Lakewood, se unieron virtualmente para felicitarlo al padre Guilherme Andrino en su cumpleaños y aniversario sacerdotal. Con dibujos, cantos, fotos, mensajes y hasta títeres manuales, familias e individuos compartieron sus oraciones y buenos deseos con el padre Guilherme, quien sirve como vicario parroquial, a través de las redes sociales. “Desde que comenzó la cuarentena”, compartió Ashley Rosales, feligresa de San Antonio Claret y la organizadora y productora del video, “el padre Guillermo se ha encargado de traer la Eucaristía a cada hogar por medio de medios sociales. Yo sé que todos estamos muy agradecidos de poder seguir asistiendo a Misa desde la casa y ver a nuestros sacerdotes”. “Se me ocurrió que si nos uníamos como parroquia para felicitarlo, sería una manera de agradecerle por el esfuerzo que él ha puesto por traer la Iglesia a nuestros hogares”, dijo Rosales. “Para mí, fue tan chévere”, compartió Padre Guilherme. Al mencionar el video que sus feligreses se le regalaron, el padre también contó que la generosidad de la comunidad va más allá que felicitarle a él. Muchos miembros de la parroquia han donado comida a los más necesitados. También, varios feligreses están siendo “como Madre Teresa”, cuidando y asegurando de que personas vulnerables por estar solos o por cuestiones de salud estén bien y que tengan lo que necesitan. “En un caso, los vecinos llamaron para una ambulancia porque la persona estuvo sufriendo tanto por el virus”. Lo hermoso es reconocer que la comunidad de fe sigue siendo viva e inspiradora. Estamos llamados caminar juntos por los momentos difíciles al igual que por los momentos felices. ¡Felicidades y muchas bendiciones, Padre Guilherme!
El Anzuelo
Consejos para mejorar vida familiar en tiempo del COVID-19 POR CHRISTINA LESLIE Corresponsal
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idian Nicola, psicóloga y trabajadora social, nos comparte lo siguiente para ayudar en la vida familiar durante estos días de desafío. Los padres de familia deben manejar sus propias emociones y las de sus hijos también. Con todos los cambios que esta pandemia ha traído, los hijos pueden experimentar sentidos de luto, desilusión, ansiedad, depresión, soledad, aburrimiento, desesperanza, impotencia y más. Nicola sugiere cinco estrategias acerca de los padres: 1. Prestar atención a cambios de humor en los hijos. “Cuando los hijos no saben como expresarse, usarán otras medidas como llorar más fácilmente, el comportamiento agresivo, o cambiar sus hábitos de comer o dormir”. Hay que buscar el sentido detrás del comportamiento. Los padres deben intentar reconocer la turbulencia emocional; permitirla sin juicio; investigarla con paciencia y curiosidad; alimentar las emociones. 2. Modelar el equilibrio para los hijos. “Los padres tenemos la responsabilidad de mantener el equilibrio en el hogar”. Hay que encontrar el ritmo del hogar a través de crear estructura, rutinas y continuidad, siempre con momentos de descanso. 3. Clarificar las expectativas. “No es que nos guste esta situación”, dice Nicola, “pero podemos adaptarnos, manejar las cosas y mantenernos equilibrados”. Nombramos nuestras expectativas y aseguremos de que sean realistas en esta nueva etapa. 4. Involucrarse con ellos, no buscar entretenerlos. “Los padres pueden ayudar a sus hijos a buscar soluciones creativas frente a los desafíos de estos días tan diferentes”. 5. Afirmar y celebrar. “Los hijos experimentarán el luto al no poder celebrar hitos y alegrías pequeñas”. Hay que afirmar lo tanto que han logrado, celebrar las victorias pequeñas, buscar cómo celebrarlas y ser sinceros.
Nicola también ofrece estas tres estrategias acerca de los hijos: 1. Replantear La manera que se explica esta situación importa. En lugar de decir, “no podemos salir de la casa, digamos que estamos seguros y sanos en casa”. Estos cambios pequeños interpretan las experiencias. Puede manejar el estrés replantear cómo se habla. 2. Retomar Es importante que los hijos tengan algo de autonomía porque han perdido su experiencia social escolar completamente. Ellos pueden ayudar crear sus propios horarios para que deciden más cosas y reconocen más oportunidades para tener algo de control en la pandemia. 3. Mantenerse positivos Los adolescentes son recontra resilientes. “Tienen la capacidad para salir delante de estas circunstancias difíciles”.
Haciendo que la fe se mantenga viva en tu familia
Recurso familiar para el hogar Aunque las maneras de prácticar nuestra fe parecen haberse cambiado durante esta pandemia, la comunidad de fe católica sigue buscando cómo acercarse cada vez más a Cristo. Fruto de la colaboración de tres departamentos diocesanos ofrece este recurso catequético dinómico para el desarrollo de la fe familiar. Fe En Casa utiliza maneras prácticas para involucrar a todos los miembros de la familia en profundizarse en las Escrituras dominicales. Visite al enlace dioceseoftrenton.org/fe-en-casa para el pdf semanal que se puede bajar con todas las herramientas y actividades.
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