Mensajero252

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AĂąo 9 / No. 252

Domingo 15 de abril de 2018

Jornada de OraciĂłn por las Vocaciones Pag. 3, 12 y 16

El indispensable compromiso de los laicos P. 15

Busquemos el bien posible P. 9

Crsitianismo a la carta

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No. 252

“Pascua, tiempo para crecer en la fe, la esperanza y el amor”

Alegría y regocijo han de ser los sentimientos que debemos experimentar durante este tiempo de pascua. Como un anuncio de alegría resuena la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, en un mundo sumergido en la tristeza y el dolor, la gran noticia es que ¡Cristo ha resucitado! ¡Cristo está vivo! “Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo” (DA29). Con el bautismo se nos infunden las tres virtudes teologales, Fe, Esperanza y Caridad, pero como creyentes maduros estamos llamados a hacerlas crecer, que florezcan y den fruto abundante en nuestra vida y para el bien de nuestros hermanos. ¿Como crecer en la fe? La respuesta está en nuestra determinación de buscar y crear una relación cercana y genuina con Dios al que deseamos descubir. Una relación que se hace íntima a través de la oración y de encontrar en los demás, por el amor, a Dios mismo.

La fe crece a través de nuestras experiencias de confianza y fidelidad, y de los sueños y valores compartidos que nos unen con las personas. La fe conlleva fortaleza, confianza, seguridad y respeto ante lo que Dios permite, y se refiere fundamentealmente a una relación entre la persona y su Creador. Creemos en la persona de Jesús, no en un una idea o en una ideología. Creemos en Él, como persona y le creemos a Él, como Palabra de Vida Eterna. En una sociedad como la nuestra en la que parece imperar la desesperanza, tendremos que detenernos y cuestionar: ¿Dónde podemos encontrar esperanza para vivir con sentido? ¿Qué horizonte podría iluminar nuestro andar? ¿Cómo intuir la esperanza de la resurrección? Nuestro Dios, es el Dios de la esperanza, y en Él confiamos, puesto que su mirada ve más allá de nuestro propio horizonte y abre ante nosotros puertas que nadie podrá cerrar. La esperanza es ante todo la fortaleza que siempre nos dispone a encontrar significado y plenitud, a saber estar presente en el aquí y en el ahora, liberandonos del aburrimiento y la apatía. La esperanza nos impulsa a la acción, al trabajo entusiasta, a la creación del futuro que en realidad deseamos tener. Solo cuando vislumbramos las posibilidades de la alegría y la felicidad, a pesar del dolor, la auténtica esperanza florece en nuestro interior. Por ultimo, aprendamos a crecer en el amor, y que este sea el eje rector de todas nuestras acciones cotidianas. Siendo amables los unos con los otros, accesibles y sencillos. Sirvamos con alegría, cortesia y calidad humana. Aprendamos a tendernos la mano, ayudarnos los unos a los otros. A ser compasivos, interesarnos realmente por el otro, abrir nuestro corazón al hermano y ser empáticos, para reconocer hábilmente lo que el otro necesita de mí. Y finalmente aprendamos a ser agradecidos, con palabras, gestos y con la cercanía que nos da el acto de tocarnos, como el abrazo entre amigos, el apretón de manos entre colegas o la palmada en el hombro que nos aproxima, incluso con el más extraño, o de forma íntima en la pareja. El afecto permite el fluir de toda relación, crea alegría en nuestras vidas y nos permite creer, esperar y amar. Paz y Alegría

+Mons. Héctor Luis Morales Sánchez Obispo de la Diócesis de Nezahualcóyotl

Directorio Emmo. Sr. D. Carlos Cardenal Aguiar Retes Excmo. Sr. D. Guillermo Ortíz Mondragón Obispo de Cuautitlán Excmo. Sr. D. Francisco González Ramos Obispo de Izcalli Excmo. Sr. D. Oscar Roberto Domínguez Couttolenc, M.G Obispo de Ecatepec Excmo. Sr. D. Onésimo Cepeda Silva Obispo Emérito de Ecatepec Excmo. Sr. D. Guillermo Francisco Escobar Galicia Obispo de Teotihuacán Excmo. Sr. D. Juan Manuel Mancilla Sánchez Obispo de Texcoco Excmo. Sr. D. Héctor Luis Morales Sánchez Obispo de Nezahualcóyotl Excmo. Sr. D. Víctor René Rodríguez Gómez Obispo de Valle de Chalco Excmo. Sr. D. Efraín Mendoza Cruz Obispo Auxiliar de Tlalnepantla Excmo. Sr. D. Jorge Cuapio Bautista Obispo Auxiliar de Tlalnepantla

DIRECTOR GENERAL Mons. Víctor René Rodríguez Gómez Presidente de la Comisión Provincial para la Pastoral de la Comunicación DIRECTORA EN TURNO Abril Villanueva DIAGRAMACIÓN Y DISEÑO Jessica Vázquez COLABORADORES Equipo de la Pastoral de la Comunicación de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla

Registro en trámite.

Es una publicación catorcenal de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla. Se distribuye en la Arquidiócesis de Tlalnepantla y en las Diócesis de Cuautitlán, Izcalli, Ecatepec, Texcoco, Teotihuacán, Nezahualcóyotl y Valle de Chalco.

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No. 252

Hoy es urgente orar por las vocaciones

Los cambios y la fe

Por: CODIPACS Izcalli El domingo 22 de abril celebraremos en toda la Iglesia, la jornada mundial de oración por las vocaciones, que no necesariamente quiere decir orar por las vocaciones al sacerdocio ministerial sino a la amplia gama de vocaciones en la Iglesia. La vocación que viene del término latino vocare quiere decir llamado, de manera que la vocación es un llamado que Dios hace a los hombres, primero a la vida, luego a la vida cristiana, más tarde a un estado de vida especifico (matrimonio, vida consagrada, sacerdocio o celibato) y finalmente a la vida eterna. Evidentemente toda vocación es un llamado a la realización y santificación personal y comunitaria, por eso, la misma vida debe ser ocasión de realización y santificación, lo mismo que ser cristiano, sacerdote, casado, etc. La vocación de cada persona, sea cualquiera de que se trate es consecuencia del amor de Dios que haciéndolo infinitamente, nos ha llamado a la vida, de manera que no somos obra de la casualidad sino de su amor; nos ha llamado a ser sus hijos porque aunque no lo merezcamos nos ama hasta ese grado, de hacernos uno con él y en él; y por si fuera poco, el mismo nos llama a hacer participes de ese amor a otros, sea en el matrimonio que en el sacerdocio, en la consagración de la vida o en el celibato; y ese amor se eternizará en el último llamado a la vida eterna con él. Durante este día, la Iglesia, que es Madre y Maestra, nos invita a

orar no sólo por las vocaciones al sacerdocio ministerial, como si sólo sintiéramos la obligación de rezar por los seminaristas y religiosos en los seminarios y en los institutos de vida consagrada; antes bien, hemos de orar por la santificación de todas las vocaciones en la Iglesia y en el mundo. Tristemente vivimos en un tiempo donde el sentido a la vida se diluye en lo inmediato y perecedero, haciendo a un lado lo esencial y duradero; la crisis del mundo moderno implica también una crisis vocacional y no sólo de valores o religiosidad, cultural o económica; hoy, más que nunca es necesario encontrar el sentido y el rumbo de nuestra vida que no está hecha para un momento aquí en la tierra sino para trascender en la eternidad, para ello hay necesidad de aprender a vivir y la mejor manera de hacerlo es la vida cristiana, fundamentada en las enseñanzas evangélicas de Cristo, sólo de esa manera el mundo conocerá religiosos, sacerdotes, solteros y matrimonios felices que se encaminan a la vida eterna sin miedos. La jornada de oración que viviremos este año será una oportunidad para toda la Iglesia de reavivar nuestras cuatro vocaciones y responder con alegría y generosidad al llamado que Dios nos hace, de otra manera seguiremos siendo parte de un mundo que camina por las sendas de lo improvisado, de lo superficial y de perecedero, o ¿usted qué opina?

Hace alrededor de 12 años se inició en la Diócesis de Nezahualcóyotl, un proceso de renovación pastoral; es decir, un proceso para alcanzar otra manera de mirar y hacer la evangelización. Todo ello ante la imperiosa necesidad de cambiar y de sumarse a las transformaciones que demandan los signos de los tiempos. Emanados de las reflexiones y acuerdos del Concilio Vaticano II y de la reunión de obispos en Aparecida, Brasil, se llegó a conclusiones tales como la de alentar a los laicos a participar más activamente en la misión evangelizadora de la Iglesia. A veces los cambios son lentos y hasta incomprensibles, como ejemplo es: la complejidad de comprender la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, que solo se pueden explicar a la luz de una fe: “dichosos los que creen sin ver”. Mientras nuestra sociedad sigue sumergida por décadas en actos vergonzosos de corrupción, muertes sin aclarar -léase Colosio- y hasta cambio de partido. Por 12 años al frente del gobierno, y las cosas siguen mal y hasta con el peligro de empeorar. Para colmo de males, la inseguridad que amenaza cada rincón del país, que ahora vivimos, y como cada seis años, está a la puerta un proceso de renovación del titular del Poder Ejecutivo, que a diferencia de otros procesos, el factor de la migración y la actuación del presidente del país vecino del norte, se

ha dejado sentir como nunca. ¿Cómo ver estas campañas presidenciales? ¿Cómo expresar el descontento con uno u otro candidato? ¿O acaso sería mejor dejar que gane quien gane, al fin que es lo mismo de siempre? Son muchas interrogantes y otras más las que surgen, sobre todo porque ni el gobierno actual ni los pasados, ya sea a nivel federal, estatal o municipal, dan una real alternativa. Para los católicos, hoy es el momento, como lo ha señalado el Obispo de Nezahualcóyotl, Héctor Luis Morales Sánchez: que la alegría y regocijo han de ser los sentimientos que debemos experimentar durante este tiempo de pascua. Como un anuncio de alegría resuena la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, en un mundo sumergido en la tristeza y el dolor, la gran noticia es que ¡Cristo ha resucitado! ¡Cristo está vivo! Invita a conocer a Jesús que “es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo” (DA 29). En estos momentos de incertidumbre, ¿cómo crecer en la fe? La respuesta de Monseñor: “está en nuestra determinación de buscar y crear una relación cercana y genuina con Dios al que deseamos descubrir. Una relación que se hace íntima a través de la oración y de encontrar en los demás, por el amor, a Dios mismo”.


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El Señor nos dio a manos llenas Por: CODIPACS Izcalli El jueves santo de este año, por tercera vez consecutiva celebramos como Diócesis de Izcalli la misa crismal en torno a nuestro Obispo Francisco González Ramos, ocasión para que todos los sacerdotes ordenados, ahí presentes, renovaran sus promesas sacerdotales, tal y como el día en que fueron ungidos con óleo santo por su propio Obispo. La renovación que consiste en una serie de preguntas en relación a los compromisos de orar por el pueblo de Dios, celebrar digna y responsablemente los sacramentos, fue parte del rito de la misa que precedió el Obispo en nuestra catedral. Junto a este rito de renovación, quienes participamos en la celebración eucarística del crisma, fuimos testigos de la manera en que se bendicen y con-

sagran los óleos santos que en el transcurso del año servirán para administrar los sacramentos a los fieles en todas las comunidades parroquiales de la Diócesis, especialmente el sacramento del bautismo, de la confirmación, de la unción de los enfermos y la ordenación sacerdotal para los diáconos ordenados el año pasado. La solemnidad de esta celebración fue explicada por nuestro Obispo cuando en la homilía nos hizo notar que esa celebración era un recordatorio de la presencia del Señor en nuestras vidas, presencia verificable en los sacramentos que recibimos; además, a los sacerdotes les recordó que había necesidad de que se sintieran sacerdotes no sólo en el dispensar los sacramentos, sino además en

su vida entera y para ello era necesaria la amistad con Jesús en la oración, donde María es ejemplo a seguir, pues si “el Señor nos ha dado a manos llenas, no podemos darle sólo a ratos, por horas, como si nuestra vida sólo fuera un trabajo y no una vocación”, agregó el señor Obispo. Junto a estas palabras, pidió a los fieles, no cansarse de orar por la santificación de los

sacerdotes y la cuidadosa formación de los seminaristas en nuestra Diócesis y en la Iglesia entera. Agradecemos a Dios este don tan grande que nos hace cada día, especialmente en sus sacramentos, y también, la presencia de los sacerdote en nuestras comunidades pues son ellos quien nos dispensan tan grandes regalos divinos.

sección, 56616 Valle de Chalco cología y psicooncología, 4° LogoSolidaridad, Estado de Méxi- terapia y espiritualidad, y 5° Maco. Viernes de 4 a 6 pm. gisterio eclesiástico. Dicho Instituto tiene la finaliEsta especialidad pastoral inició dad de servir a los presbíteros en en enero de 2017 y terminará en la formación y capacitación de los agosto de 2018. E iniciará otra es- laicos. La invitación está dirigida a topecialidad pastoral en septiembre de 2018 y concluirá en noviembre dos los agentes de pastoral que sirde 2020, con una duración de dos ven en su comunidad parroquial, años, la cual estará integrada por decanal, zonal y diocesana en las 5 módulos: 1° Filosofía y teología, pastorales: Profética, litúrgica, so2° Tanatología y bioética, 3° Psi- cial, vocaciones y ministerios, fa-

milia, juventud, adolescentes, laicos y vida, diálogo interreligioso y comunión, comunicación y solidaridad intraeclesial. Esta especialidad se imparte en la Capilla Jesús, Señor de la Divina Misericordia, ubicada en Av. Bordo de Xochiaca esquina av. Adolfo López Mateos, colonia Las Flores. Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México. Teléfono 55 38 89 80 82.

Atención tanatológica gratuita Por: Pbro. Roberto Delgado Suárez / Diócesis de Nezahualcóyotl “La Iglesia está al servicio de cada hombre, revelando en él el significado de su vida y de su muerte; y confirmando su libertad, sus derechos y la ayuda para utilizarlos” (González Montes, Las Iglesias Orientales, 2000, pág. 515). Los alumnos del Instituto Diocesano de Formación para Agentes Pastorales que realizan sus estudios de Especialidad Pastoral en Salud emocional y espiritualidad en nuestra diócesis, ofrecen atención emocional ante las diferentes pérdidas de la vida en las siguientes parroquias: Diócesis de Nezahualcóyotl: - Nuestra Señora de Guadalupe, Tacubaya n°74 colonia Metropolitana 3ª sección, los días jueves de 5 a 7 pm. - Nuestra Señora de las Nieves, José María Morelos n°138 colonia Loma bonita, los días viernes de 4 a 6 pm. Diócesis de Valle de Chalco: - Parroquia Verbo Encarnado, Sur 8, colonia Guadalupana 2ª


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El rostro de Cristo está en el rostro de mi hermano y lo busco con cordialidad. Misión Cuaresmal 2018 Por: CODIPACS Valle de Chalco Con ocasión de la Cuaresma, este año, las parroquias de la Diócesis de Valle de Chalco realizaron una Misión Cuaresmal, que consistió en visitar a las familias, con un trato cordial y cercano de parte del párroco y de los mismos laicos de la parroquia, haciendo que los miembros del pueblo de Dios experimentaran un ambiente fraterno y solidario, más cristiano y más cuaresmal. Nuestro Obispo, Mons. Víctor Rene Rodríguez Gómez como cabeza y pastor de la Diócesis, también salió a misionar, acompañado

del Vicario Episcopal de Pastoral Pbro. Rogelio Antonio Zamora Rosales, los Diáconos Mario Ponce y Alfonso Velázquez y algunos integrantes del Equipo Diocesano de Animación Pastoral. El día lunes visitaron la comunidad de san Andrés Apóstol, Tlalamac, el día martes Ntra. Sra. de la Candelaria en Tlapala y el día miércoles san Miguel Arcángel, las Tablas Valle de Chalco. La jornada misionera comenzaba cada día con el encuentro de los misioneros, encuentro donde compartían y meditaban el evan-

gelio a través de la lectio divina, luego se hacía un diálogo con los asistentes para profundizar en la importancia y responsabilidad de ser misionero, que no sólo debe ser en semana santa, ser misionero implica serlo toda la vida y en cualquier ocasión. Todos estamos llamados a la santificación del pueblo de Dios, ser discípulos de Jesús, tratar de vivir como él nos ha enseñado y ser buenos hermanos con los que nos rodean. Posterior a este mensaje los misioneros salieron a las calles, mientras el Obispo y su equipo visita-

ron a enfermos y personas de la tercera edad, quienes se llenaron de alegría al ver al Obispo entrando hasta donde ellos estaban. Al terminar el visiteo de las familias, los misioneros se reunían de nuevo en la parroquia para compartir experiencias de la misión. Todas las personas podemos ir construyendo el Reino de Dios, con nuestras actitudes haciendo que la Iglesia, sea una Iglesia viva y en salida, tal y como nos lo recomienda constantemente el Papa Francisco.

Resucitado acoge a sus discípulos indicándoles dónde pueden pescar y ofreciéndoles un sabroso almuerzo. Los protege dándoles el don del Espíritu para la reconciliación y la Paz. Los acompaña con signos de vida y los incorpora más plenamente a su misión, los envía. Como Iglesia tenemos esa misma tarea. Dejarnos conducir por el Espíritu Santo que hemos recibido, para acoger a cada hermano en la vida cotidiana, especialmente a los que sufren, pues, ahora podemos comprender mejor que Cristo sigue estando presente en los más pobres. Proteger al hermano es conocerlo y buscar con él la solución a sus necesidades y problemas. El pobre es el migrante, el desaparecido, el que ha sido víctima de secuestro, asalto, junto con el que cotidianamente sufre desprecio e injusticia estructurales. Hagamos de la Parroquia centro de acogida, cuidado e incorporación a la vida de la comunidad y la sociedad, con seguridad, salud y trabajo. Vayamos en busca de los pobres. ¡Salgamos a las periferias territoriales y existenciales! Como discípulos misioneros de Cristo Resucitado, extendamos

la acción del Buen Pastor a toda nuestra vida. La fe y la caridad no tienen horarios ni límites, pues hemos de promover una sociedad justa, más humana, constructora de paz. Con la creatividad que nos da el Espíritu, caminemos este tiempo de Pascua hacia una participación seria, responsable y de compromiso social en las próximas elecciones, desde la edificación del Reino de la justicia, la vida, la paz. Hagamos nuestro discernimiento con el Buen Pastor, dejemos que nuestro corazón se llene de misericordia y compasión para pasar en verdad de la muerte a la vida, para decidirnos por un México mejor, por una sociedad más humana. Jesús, en la Cruz, deja a su Madre como Madre nuestra. Esta encomienda, en el ver del Crucificado, expresa que el camino no termina en la Cruz. María espera con los doce la resurrección. Que Ella nos acompañe siempre. Feliz resurrección en Cristo para todos.

Mensaje de Pascua 2018 Por: CODIPACS Cuautitlán

“El Buen Pastor da la vida por sus ovejas” Jn 10, 11 Hemos entrado al tiempo maravilloso de la Pascua, pasando con Cristo de la muerte a la vida. Estamos llamados a seguir adelante porque este acontecimiento nos relanza más allá de cualquier horizonte humano. Trascendemos con el Resucitado a la vida eterna. Cuando nos capacitamos para distintas profesiones, oficios. ¿Por qué lo hacemos? ¿Sólo para saber más o hacer mejor las cosas? ¿Sólo por un mejor nivel social o un mejor sueldo en bien personal o de la familia? Somos más que trabajadores asalariados o esclavos. Los días santos, la convivencia con los amigos y familiares, el am-

biente de descanso, nos recuerda que nuestra condición humana está marcada por la huella que el Creador ha querido dejarnos. Somos imagen y semejanza de Dios Creador. Al revelarnos, a través de su Palabra, la totalidad de su existencia, al tomar nuestra condición humana, Dios llega a un encuentro maravilloso con nosotros. “El Buen Pastor da la vida por las ovejas”. Dios se revela como el que da la vida. Nosotros podemos dar vida con Él. Dios sigue siendo creador. Ahora da la vida en la acción del Buen Pastor, lo que hemos de traducir nosotros, que hemos caminado la Cuaresma con Él, en las acciones que nos revela como la más plena expresión de su amor.

+Guillermo Ortiz Mondragón Obispo de Cuautitlán


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Misa del Santo Crisma en Ecatepec Por: CODIPACS Ecatepec La bendición del óleo de los enfermos, del óleo de los catecúmenos y la consagración del santo crisma las hace el Obispo el jueves santo, ya que esta es una Misa especial, que se celebra la mañana de dicho día. En esta Misa que presidió Mons. Oscar Roberto Domínguez Couttolenc, M.G., Obispo de Ecatepec, los presbíteros de la Diócesis, tanto religiosos como diocesanos, concelebraron con él, hicieron renovación de las promesas sacerdotales delante de toda la comunidad y exhortados por el Obispo fueron invitados a guardar fidelidad a su ministerio con estas palabras: “Ser pastores que se entreguen en su comunidad, sirviéndola con amor y paciencia”. Puesto que el Obispo posee el sacerdocio en primer grado y del cual se deriva y depende en cierto modo, la vida de sus fieles en Cristo. La Misa crismal, que concelebra

con los presbíteros, ha de ser tenida como una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del Obispo y como un signo de la unión estrecha de los presbíteros con él. Con el crisma consagrado por el Obispo son ungidos los nuevos bautizados y son signados los que reciben la confirmación. Con el óleo de los catecúmenos se preparan y disponen para el bautismo los

crisma que los cristianos, injertados por el bautismo en el misterio pascual de Cristo, han muerto, han sido sepultados y resucitados con él, participando de su sacerdocio real y profético, y recibiendo por la confirmación la unción espiritual del Espíritu Santo, que se les da. Con el óleo de los catecúmenos se extiende el efecto de los exorcismos, pues los bautizados reciben la fuerza para que puedan renunciar al diablo y al pecado, antes de que se acerquen y renazcan de la fuente de la vida. El óleo de los enfermos, cuyo uso atestigua el apóstol Santiago, remedia las dolencias de alma y cuerpo de los enfermos, para que puedan soportar y vencer con fortaleza el mal y conseguir el perdón de los pecados.

mismos catecúmenos. Con el óleo de los enfermos, éstos son acompañados en sus enfermedades. La liturgia cristiana ha aceptado el uso del Antiguo Testamento, en el que eran ungidos con el óleo de la consagración los reyes, sacerdotes y profetas, ya que ellos prefiguraban a Cristo, cuyo nombre significa “el Ungido del Señor”. Del mismo modo se significa con el santo

La Palabra del Cristo está en pie ¡Felices Pascuas! Por: Codipacs Texcoco

Texcoco, Méx. 31 de marzo de 2018. Con el fuego nuevo que bendijo Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo de Texcoco, se encendió el Cirio con el que se abrió la Pascua en la Santa Iglesia Catedral de la Inmaculada Concepción de la Diócesis de Texcoco. El P. Valentín Figueroa, rector de la Catedral, trasladó el Cirio por el pasillo central de la Catedral en total oscuridad, mientras procla-

ha separado”, sin embargo, mencionó que en el caminar de la Iglesia descubrimos que su palabra es sincera, viva, verdadera y sigue en pie, “la miramos en todo el cosmos, en toda la creación. El ser humano es la obra maestra de Dios”. Afirmó que “todo lo de Dios nos pertenece y está en nuestro corazón”, y es así como en el Bautismo constatamos que sigue viva la fuerza de Dios y su poder de hacer nuevas y fecundas todas las cosas, por la acción del agua del costado de Cristo, que aún en nuestros días, “sigue ofreciendo frescura y maba con fuerte voz ¡Cristo, Luz pureza.” del Mundo!, hasta colocarlo en su base al pie del presbiterio, donde el Obispo de Texcoco lo incensó para comenzar la Santa Misa de la Vigilia Pascual, en la cual recibieron el Bautismo, Confirmación e hicieron su Primera Comunión más de 40 catecúmenos. En su homilía, don Juan Manuel dijo ante los fieles: “sentimos que Jesús ha quedado muy lejos, que se

A los catecúmenos les señaló que “con la Luz de Cristo se iluminará su corazón, su pensamiento, para no caminar por los senderos de la maldad”, y les remarcó: “Llevan la nobleza e inocencia de Nuestro Señor… Para pertenecer a la inmortalidad de Dios”, y les expresó que con los sacramentos que recibieron se les ofreció el óleo perfumado, como fue ofrecido a Jesús, “para tener una existencia agradable ante Dios”, en el amor y servicio a los demás: “¡Nos alegramos en esta fiesta! ¡Cristo nunca más morirá, ni ustedes! ¡Demos gracias a Dios de todo corazón!


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Fiesta de la Divina Misericordia: Una celebración en comunión Por: Leandro Medina Cabrera / CODIPACS Valle de Chalco.

San Lucas concibe la Iglesia como ‘La comunidad de los testigos de Jesús guiados por el Espíritu Santo’, y así lo manifiesta en los Hechos de los Apóstoles: “Los que habían sido bautizados se dedicaban con perseverancia a escuchar la enseñanza de los apóstoles, vivían unidos y participaban en la fracción del pan y en las oraciones” (Hch. 3,42). Ese pasaje se vuelve realidad en muchos momentos de la Vida de la Iglesia, tal como sucede en el Santuario de Tenango del Aire cada año, el segundo domingo de Pascua: Domingo de la Divina Misericordia. Congregados en un impresionante signo de fe y devoción, miles de fieles visitan este Santuario que se encuentra en la antigua Parroquia de San Juan Bautista, en el municipio de Tenango del Aire, un poblado enclavado en la región de los volcanes, al oriente del Estado de México. Este sitio esta resguardado por los sacerdotes Palotinos, originarios de Polonia, lugar de origen de Santa Faustina Kowalska,

quien es conocida como ‘Mensajera de la Divina Misericordia’, pues fue quien recibió revelaciones místicas de Jesús en donde le mostró su corazón, fuente de misericordia, y le expresó su deseo de establecer esta fiesta, la cual fue impulsada por el papa Juan Pablo II (también de origen polaco), y decretada por la Santa Sede a través de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos el 23 de mayo del año 2000. Así, desde entonces se celebra esta fiesta en un ambiente de escucha, comunión, y oración en-

marcados por el gran entusiasmo de quienes asisten a este sitio. Este año se contó con la visita de alrededor de 15 mil personas, quienes acudieron de diferentes regiones del estado, del país, he incluso de otros países, y que dan muestra de la gran devoción por Cristo resucitado, manifestado en la imagen del Señor de la Divina Misericordia. Esta imagen es una representación de Jesús, en la cual sostiene el brazo derecho a modo de bendición, y destella dos luces: una roja y otra azul; la roja simboliza la sangre que es la vida de las almas, y la azul simboliza el agua que justifica a las almas, y en cuyo pie está inscrito “¡Jesús, en ti confío! (Diario, 299). “No podemos ser meros espectadores, ni siquiera podemos ser los admiradores que solo se entusiasman de la celebración. Debemos ser partícipes de una nueva vida, dándonos la oportunidad de superar nuestras culpas”. Así lo expresó S.E. Mons. Víctor René Rodríguez Gómez, Obispo de la Diócesis de Valle de Chalco, dentro de la homilía que concedió al presidir la celebración litúrgica; misma que podemos complementar con lo expresado ese mismo día por el Papa Francisco: “¿Eres reincidente en pecar? Sé reincidente en pedir misericordia, y veremos quién gana”. Y es que Misericordia es perdón, pero un perdón que no solo es otorgado por Dios en su infi-

nita bondad y amor paternal; es un perdón también que debe ser pedido por cada uno de nosotros, reconociendo nuestra condición y fragilidad. Así como el Hijo Pródigo que reconoce su ruina, su falta ante el padre y vuelve hacia él (Lc. 15,11). Este día de la Divina Misericordia se puede obtener incluso la indulgencia plenaria (El perdón total de las culpas y de las penas), con las condiciones habituales, que son: Confesión Sacramental, Comunión Eucarística, y Oración por las intenciones del Sumo Pontífice. Por esta razón es que dentro de la celebración en el Santuario de Tenango del Aire no solo se hacen grandes esfuerzos para recibir a los miles de peregrinos que acuden a este lugar, procurando una estancia agradable al colocar diez millares de sillas y una gran lona para cubrirles del sol, así como el arreglo adecuado y en dignidad del altar. Los sacerdotes del lugar también procuran proporcionar el Sacramento de la Reconciliación, colocando confesionarios alrededor del Santuario desde muy temprana hora y durante todo el día; preparando el servicio litúrgico con el apoyo de otros sacerdotes, religiosas y ministros laicos para la oportuna distribución de la Santa Eucaristía, haciendo una celebración íntegra, cuya principal temática pasa de las palabras a las acciones: “Y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn. 1,14). La Fiesta de la Divina Misericordia en el Santuario de Tenango del Aire consta de un programa que incluye exposición de temas, música (en esta ocasión a cargo del coro de la Villa de las Niñas), confesiones, la Santa Misa, testimonios, la oración de la Coronilla de la Divina Misericordia, y una procesión por las calles del lugar con la imagen monumental del Señor de la Divina Misericordia.


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La Iglesia necesita mujeres con presencia incisiva (2da. Parte) Por: Jimena Esquivel Leautaud / Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política - CEPS-Cáritas Mexicana Jesús en su proyecto liberador, rompe los esquemas y las convenciones sociales de su época relativos a la mujer, por ejemplo mantiene una profunda amistad con Martha y María, las hermanas de Lázaro (Lc 10-38) conversa públicamente y a solas con la samaritana (Jn 4, 27) lo cual no estaba permitido, defiende a una mujer adúltera contra la legislación vigente (Jn 7, 8-10), se deja tocar por mujeres “impuras” como prostitutas (Lc 7, 36-58), enfermas, con flujo de sangre; escucha y atiende a varias mujeres como a la madre del joven de Naín (Lc 7, 1117) la suegra de Pedro (Lc 4, 38-39), la pagana sirofenicia (Mc 7, 24-30) entre otras y también en sus parábolas aparecen muchas mujeres. Hoy es necesario que se reconozca el papel preponderante que tiene la mujer en la vida y misión de la Iglesia, nuestro sentir y nuestra forma de ver y acercarnos a la realidad es de una riqueza extraordinaria, las mujeres dentro de la Iglesia planteamos debates y análisis sobre cuestiones profundas a las que no hay que rehuir, somos imprescindibles para la Iglesia y no se puede limitar nuestra participación

a cuestiones de servicios, se precisa como ha dicho el Papa Francisco, hacer una teología más profunda de la mujer y apostar porque nuestro protagonismo incida en la vida diaria de la Iglesia. Los obispos latinoamericanos en Aparecida, también han profundizado la reflexión sobre el lugar de las mujeres y la necesidad de transformación de las situaciones que las oprimen para que puedan participar plenamente en la vida eclesial, familiar, cultural, social y económica, creando espacios y estructuras que favorezcan una mayor inclusión. Así han señalado que entre las acciones pastorales para llevar esto acabo es necesario impulsar la organización de una pastoral que

desarrolle y promueva un mayor protagonismo de las mujeres, en colaboración con los hombres, ya que ambos son corresponsables por el presente y futuro de la sociedad humana. Hay que garantizar la efectiva presencia de la mujer en los ministerios que en la Iglesia son confiados a los laicos, así como las instancias de planificación y decisión pastorales, valorando su aporte, acompañar a las asociaciones femeninas en sus luchas y promover un diálogo con las autoridades para la elaboración de programas, leyes y políticas públicas que permitan armonizar la vida laboral de la mujer con sus deberes de madre de familia. Para lograr el reconocimiento

teórico y práctico de la mujer y su papel en la Iglesia, es necesario promover la reflexión acerca del impacto de los actuales modelos culturales en la identidad y misión que le compete tanto al hombre como a la mujer, en la familia, la Iglesia y la sociedad para generar competencias que les permitan favorecer su papel en la vida matrimonial, en el ejercicio de la maternidad y/o paternidad y en la evangelización. Como parte de la dificultad que existe de tomar conciencia de la situación de falta de oportunidades y protagonismo de la mujer dentro de la Iglesia, es preciso señalar también que históricamente existen condicionamientos culturales que han generado ciertas imágenes, símbolos y costumbres que reproducen conductas que se viven como “naturales” de exclusión sin ser cuestionadas. Muchos hombres y mujeres han crecido en un ambiente marcado por una mentalidad que ha hecho ver como naturales lar relaciones jerárquicas entre los sexos y las consecuencias que de ello se desprenden también al interior de la institución de la Iglesia.

¡Cristianismo a la Carta! Por: P. Ángel Luis Lorente / Asesor espiritual de ACN-México Nuestro Papa Francisco ha definido la Cuaresma como “el tiempo de desenmascarar las tentaciones…”, y de hecho cada año la Iglesia nos propone renovar, o continuar, nuestro proceso de conversión, desde la consideración de la tentación que conduce al pecado –si nos dejamos vencer– o a la santidad –si la superamos–. Este año el ciclo litúrgico sigue el evangelio de Marcos, el único sinóptico que no menciona las tentaciones particulares de Jesús, sino sólo acota el hecho en su globalidad. ¿No será quizás para que cada uno de nosotros rellene ese vacío con sus propias tentaciones particulares y habituales? Yo me quiero detener en una que creo nos afecta a cada uno y conforma (por desgracia) el carácter de

casi todos: la FACILIDAD. Lo que el Papa llamó “Cristianismo a la carta”. Me refiero a esa tendencia cotidiana de quien vive su fe, como quien va al restaurante. Uno llega a su mesa, y enseguida el camarero le presenta la carta y el menú, para poder hacer su elección. Tienes la opción barata del menú del día, o la carta de selecciones cu-

linarias donde podrás disfrutar a capricho de tus gustos. El problema es cuando leo el evangelio, o lo aplico a la vida, economizando al máximo, o seleccionando a placer. ¡No se vale! Pretendemos esos grandes descuentos sobre el precio original del compromiso cristiano, que terminamos distorsionando la esencia de nuestra religión, y de-

bilitando a extremo nuestra fe… hasta hacerla inocua, inofensiva, lo que nos conduce indefectiblemente a la hipocresía, a la apariencia, a una vida cristiana sin Cristo… o sea, una vida pagana disfrazada, enmascarada. Es tiempo de desenmascarar la fácil tentación, de vivir con autenticidad y recobrar la congruencia de una vida plena, que lea el evangelio en presente continuo y lo conjugue en primera persona. Ayuda a la Iglesia Necesitada-México, Calle San Juan de Dios 222 Col. Villa Lázaro Cárdenas, Tlalpan 14370, México D.F Tel. 5541613331 Correo: info@acn-mexico.org Sitio web: www.acn-mexico.org Face: @ ainmexico Twitter:@ACNMex


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Busquemos el bien posible Por: Luis Antonio Hernández/El autor es Director de Voto Católico A una semana del inició formal de las campañas electorales, los candidatos a la Presidencia de la República, continúan inmersos en la dinámica del agravio, las ocurrencias, las propuestas fáciles y superficiales. Han olvidado que lo que realmente interesa a los electores es saber cómo piensan gobernar, como plantean resolver los grandes problemas nacionales. Comportamiento que únicamente ha profundizado el encono social, el enfrentamiento y la división entre los mexicanos. Los medios de comunicación y particularmente las redes sociales, se han convertido, hoy, en un terreno fértil dónde los ánimos desbordados de personas de distintas ideologías e incluso partidos políticos y los propios candidatos, siembran la semilla de la incertidumbre, confusión, el odio y la discordia, convirtiendo a

los rivales en enemigos. Frente a este mar de ataques y descalificaciones los católicos y los ciudadanos de buena voluntad, tenemos la responsabilidad de convertir estas elecciones y sus eventuales resultados en una oportunidad para mostrar unión, responsabilidad, madurez y visión de futuro. Para encontrarnos y unirnos, no para distanciarnos y mucho menos excluir a quienes piensan diferente. Las diferencias ideológicas y políticas no pueden conducirnos a romper el diálogo, ni mucho menos a cerrar la posibilidad de la conciliación. Debemos incentivar la participación del mayor número de ciudadanos con un voto informado, reflexionado y razonado, promover la importancia de estar al tanto de la evolución de las campañas y propuestas de los protagonistas. Decidir en conciencia exige co-

nocer en la medida de lo posible las plataformas políticas de los partidos, la trayectoria, perfil, compromisos y posturas de los contendientes. En el momento concreto que vivimos, es preciso realizar un análisis crítico que permita decidir por quienes puedan realizar en la medida de lo posible el auténtico bien común. La Conferencia del Episcopado Mexicano, así como el Arzobispo de Monterrey, presentaron hace algunas semanas dos importantes documentos, que además de proporcionarnos valiosas recomendaciones para discernir nuestro voto de cara a aquellos principios y valores que contribuyen a que la vida de todos se más digna y libre como son: el respeto que merecen las personas desde el momento de la fecundación en la concepción, la dignidad humana, el fortalecimiento de la familia y el matrimonio entre un hombre y una

mujer, la libertad religiosa. Representan un llamado para trabajar comprometidamente por una Nación más participativa, pacífica, solidaria y prospera, atenta al rostro del otro, particularmente de los más pobres y necesitados, una invitación a buscar el bien posible. Participar en la vida cívica y política de nuestras comunidades es una obligación ciudadana y cristiana que no podemos ni debemos obviar. Sólo participando podremos transformar positivamente la sociedad. Necesitamos mostrar al mundo, a nosotros mismos, que el México, que queremos es posible, que nuestras diferencias se pueden resolver de manera civilizada, encontrándonos en el otro, con los demás, poniendo nuestras preocupaciones en común. Sin convertir a enemigos en rivales, sin denigrarnos.

Una posibilidad de cambio Por: CODIPACS Izcalli El tiempo apremia y, en México, este año es de vital importancia dadas las próximas elecciones presidenciales que cambiarán el rumbo de nuestro país; sin duda, elecciones impredecibles y al mismo tiempo de mucha tensión, no sólo para quienes contienden representando a un partido político y a la sociedad en general, sino también para las instituciones gubernamentales dentro y fuera del país, para la economía y los empresarios, para las relaciones internacionales y los tratados económicos firmados con distintos países en diferentes continentes, pero especialmente con los países vecinos del norte, y al mismo tiempo un reto para todas las instituciones no gubernamentales de nuestra querida patria. De ahí que las elecciones este año son de una importancia tal que ninguno nos podemos quedar inermes, porque a todos atañe el futuro de nuestra nación. La Iglesia consciente de esta tarea, invita a sus fieles a ser responsables en decisiones tan importantes para la vida y el bienestar de nuestro país, y en esta dirección, ha organizado el seminario itinerante que lleva como tema “Una posibilidad de cambio. La participación juvenil en las elecciones 2018”, el tema tiene dos razones de ser, primero, un horizonte que vislumbra cambio en la mentalidad colectiva del voto, que

durante mucho tiempo y para muchas personas no es necesario hacerlo, cayendo así en el abstencionismo que evidentemente no favorece la democracia en nuestro país; y la segunda razón incluye una realidad latente y está en referencia a los jóvenes como aquella mayoría de los votantes que puede hacer la diferencia en su participación en las elecciones. La Iglesia inserta en el mundo está llamada a extender el Reino de Jesucristo de diferentes y variados modos, ahí donde está cada uno de los bautizados, pues dar testimonio de Cristo significa también y de todas formas, buscar el bien de todos, partiendo de aquello que dice san Pablo en su carta a los romanos: “el Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo” (14, 17). Desde este punto de vista, la Iglesia no puede dejar de llamar a sus miembros a ser conscientes de la responsabilidad de ser participativos, pues el bien de uno es el bien de todos, y buscar el bien de todos será siempre cumplir el evangelio. El seminario, que como ya antes hemos puesto de relieve será itinerante, tendrá sede en la Universidad Intercontinental el 5 de abril, en la Universidad Pontificia de México el 17 de abril, en el Instituto Salesiano de Estudios Superiores

el 24 de abril y en la Universidad Motolinía del Pedregal el 8 de mayo. Todos y cada uno de los interesados debe saber que la entrada es libre y que pueden tener informes en sec.extension@ pontificia.edu.mx


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“Tenemos que ser más astutos que el diablo” Por: Pbro. Mstro. Gerardo Medrano, Comisionado Diocesano de la Dimensión Familia y Vida / Cuautitlán El pasado 14 de marzo se realizó en la Universidad Anáhuac, el “Encuentro Especial Sede Central Romana del Instituto Teológico Giovanni Paolo II para estudios del matrimonio y de la familia”, contando con la presencia de Monseñor Vincenzo Paglia, rector del Instituto antes mencionado. En el encuentro, el Cardenal Paglia transmitió importantes ideas, de ellas se destacan las siguientes: Monseñor señaló la importancia de la “formación de la conciencia”, porque en la sociedad actual vivimos una “libertad paradójica”, en la que el hombre se siente dueño de lo que no puede ser de su propiedad. La sociedad está sumida en un “individualismo radical”, el cual podemos observar en fenómenos llenos de contradicción como la renta de vientres, que destruye el don de la transmisión de la vida, para convertirlo en un artículo de comercio. Partiendo de esta compleja realidad social, los creyentes deberíamos reconocer: que la Iglesia es respon-

sable de lo que ocurre en la ciudad; que la Iglesia NO gana con leyes, sino con un profundo amor y testimonio, ya que el amor ganará por sobre todo; que la ciudad perfecta sólo es el Reino de Dios. Otra muestra del estado actual de la sociedad es el fenómeno de la ideología de género, del cual dice: “nosotros lo

hemos impulsado”, porque hemos actuado como si la familia fuera una institución de la Iglesia y no, la familia es de Dios. Dirigiéndose a los miembros de la pastoral familiar, los animó a ayudar a comprender de manera más profunda la fuerza del matrimonio, para que la familia sea un lugar de

crecimiento de la sociedad, ya que el mundo es donde la Iglesia da testimonio del Evangelio. Debemos mostrar a la ideología de género que tenemos una religión más inteligente, es urgente prepararnos para esto, esa es la función del Instituto, concluyó el Cardenal Plaglia.

¡Aleluya, resucitó! Por: Silvia del Valle / @SilviaMdelValle / @smflorycanto / www.tipsdeunamamade5hijos.blogspot.com La Pascua es la máxima fiesta que tenemos porque con ella Jesús nos ganó la salvación y nos regresó la dignidad de hijos de Dios. Por ello debemos educar a nuestros hijos para que celebren al máximo esta fiesta, por eso aquí te dejo mis 5Tips para celebrar la Pascua en familia. PRIMERO. Haz una celebración. Hay que tomar en cuenta que no sólo debe haber fiesta en la familia sino también en el corazón. Debimos haber vivido al máximo la Semana Santa y haber preparado nuestro corazón para resucitar con Jesús después de padecer con Él. SEGUNDO. Invita a tu familia y amigos. Si para navidad hacemos una cena o comida con la familia y los amigos, lo debemos hacer en Pascua.

Así que es tiempo perfecto para invitar a nuestros seres más queridos y organizar una gran celebración. Claro, siempre dentro de nuestras posibilidades y dejando fuera el alcohol y otros vicios ya que es tiempo de celebrar a Jesús. TERCERO. Prepara una meditación sobre La Resurrección de Jesús. En esta celebración es bueno recordar qué festejamos, por eso es bueno hacer una reflexión sobre el gran acontecimiento de la Resurrección de Jesús y lo que implica para nosotros. Es bueno también hacer énfasis en que estamos alegres con Jesús y desde Jesús. Podemos preparar también algunas bolsitas de dulces para los niños y dáselas después de la reflexión.

CUARTO. De ser posible prepara algo especial para comer. Sólo es un signo, pero nos ayuda a disponernos y darnos cuenta que estamos celebrando la fiesta máxima de la catolicidad. Recordemos que para comer bien y rico no es necesario gastar mucho, es necesario poner los ingredientes adecuados y darles el tiempo de cocción que necesitan. Los mejores sabores salen a fuego lento, por eso es necesario tomar precauciones y hacer las cosas con tiempo. Y QUINTO. Recuerda que esta celebración dura 50 días. La fiesta es tan grande que durará 50 días. Es necesario llevar en el corazón alegría y hacerla propia, por esto es importante comprender lo que pasa y vivirlo desde el

corazón. También aquí sería importante tratar de vivirlo desde el corazón de alguno de los que acompañaron a Jesús. Puede ser la virgen María, Juan, María Magdalena, los discípulos, etc., pero hay que tratar de hacerlo propio y vivir la alegría desde un punto de vista muy personal. No me queda más que desearles Felices Pascuas de Resurrección. Que el Rey de Reyes y el Amor de los Amores los colme de bendiciones y los llene de Su infinito Amor.


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Pascua vocacional 2018 Por: Diacono Alfonso Velázquez, Diócesis de Valle de Chalco Estamos viviendo los misterios más grandes de nuestra fe, en Cristo Resucitado, y con ocasión de los días santos, la Pastoral Vocacional de la Diócesis de Valle de Chalco, en el marco del año de la Juventud, invitó a sus jóvenes a hacer su propio el discernimiento vocacional en la 2ª Pascua Vocacional, que se llevó acabo en las instalaciones del Seminario San Juan Pablo II, pues esta no sólo es una actividad de la Cuaresma sino aque además, el Papa Francisco nos ha invitado a toda la Iglesia, en repetidas ocasiones, a animar a los jóvenes, particularmente en este año en que se tendrá el Sínodo de los Obispos dedicado a los jóvenes. Porque al contemplar en el silencio y en la oración el Triduo Pascual de Cristo, los jóvenes van descubriendo su propio llamado vocacional. El jueves santo, ellos mismo realizaron el lavatorio de pies y adorar a Dios en la Eucaristía. El Viernes por la mañana rea-

lizamos el santo Vía Crucis, en un paraje de la comunidad de Santo Tomás, Tlalmanalco que, fue el escenario perfecto para meditar en el gran amor que Dios nos ha tenido en la cruz, en medio de la naturaleza, reflexionamos cada escena de las estaciones que nos fueron conduciendo a un verdadero camino de conversión. Los jóvenes demostraron su fe y la experiencia fue muy grata de parte de los

asistentes y de quienes acompañamos a hacer esta experiencia, no importando las casi tres horas de recorrido que hicimos, y es que, el fruto espiritual fue muy gratificante; el mismo viernes, por la noche se realizó la procesión del silencio. El sábado por la mañana nos visitó Mons. Víctor Rene Rodríguez Gómez, quien nos alentó a ir fortaleciendo los grupos de discernimiento vocacional, que

mes con mes tenemos para irnos preparando para el Pre-seminario 2018. Durante la noche tuvimos la Vigila Pascual y nuestra convivencia, para dar gracias a Dios por la experiencia vivida en estos días santos. Como su nombre lo indica, es una Pascua Vocacional, en donde el objetivo es que los jóvenes se enamoren de Cristo por medio de este misterio Pascual. En nuestra Diócesis se vivieron diferentes Pascuas Juveniles, pero esta tiene interés en que los jóvenes que se sienten llamados por Dios busquen darle una respuesta concreta y certera. Es por eso que entre más espacios tengamos para los jóvenes ellos se irán integrando en alguno de ellos, fueron invitados de manera personal por los seminaristas, párrocos y difusión en redes sociales, seguir a Cristo es un llamado personal. Muchos caminos… ¿por qué no? ¡ser sacerdote!

Pascua y los jóvenes Por: Codipacs Texcoco

La Pascua es un Tiempo pre- guir adelante. cioso para renovar la vida y la Esta convocación conlleva un esperanza de los jóvenes. necesario seguimiento de parte de las acciones de la Pastoral de los En la Pascua Juvenil, la juventud Jóvenes, las cuales no se entienden vive verdaderamente un tiempo sin proceso ni acompañamiento de de gracia en la experiencia de en- parte de quienes teniendo más excuentro real con Jesús muerto y re- periencia, son guías al servicio de sucitado, y con otros jóvenes que se otros jóvenes para facilitar el camiidentifican con una misma causa, no, crecimiento y desarrollo de las que les transmite vida, esperanza, expresiones de fe de todos ellos, por reconciliación y motivos auténticos lo que la Pascua Juvenil les propone para renovar y fortalecer su fe, y se- un horizonte para alcanzar mayor

conocimiento, relación y confianza a partir de la vivencia de otros jóvenes que aprenden juntos a reconocer los valores humanos y cristianos, y donde Cristo se convierte en su mayor, sino es que en su única, esperanza. Entre muchas ofertas atractivas para los jóvenes algunos optan por ir rumbo a un retiro, encuentro, jornada o semana en preparación a la Pascua, y así sucede año tras año en las ocho diócesis de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla que busca con insistencia y perseverancia, los medios adecuados para reunir a toda la juventud en torno al salón parroquial, el convento o la casa de retiros, por señalar algunos espacios. El apoyo a la Pastoral Juvenil y a los propios jóvenes, implica destinar los mayores esfuerzos de la Iglesia -para escucharlos, atenderlos y darles la oportunidad de participar en

la Parroquia- donde por su fuerza y vitalidad el joven se evangeliza mediante la convivencia con otros jóvenes, en las experiencias fraternas que les apoyan a realizarse como personas y a enfrentar sus situaciones particulares en el hogar, escuela, calle y lugares de convivencia. El dinamismo juvenil exige, además de juventud, preparación y responsabilidad de parte de quienes conducen y programan las pautas de evangelización y espiritualidad que se les ofrecen, así como las propuestas en la construcción solidaria del Reino de Dios y de los consensos para su participación y responsabilidad ética al servicio de sí mismos, de joven a joven, y de sus familias, comunidad y sociedad. En la experiencia siempre desafiante y propositiva de hacer presente a Cristo en el mundo.


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Alegraos y regocijaos Por: Samuel Nájera Mata Nueva Exhortación Apostóli- coger su modo de transmitir la verca del Papa Francisco “Gau- dad. Jesús explicó con toda sencidete et exsultate” llez qué es ser santos, y lo hizo por medio de las Bienaventuranzas (cf. (Ciudad del Vaticano, 9 de abril de Mt 5,3-12; Lc 6,20-23). Son como 2018). Se publicó el nuevo docu- el carnet de identidad del cristiano. mento del Papa “sobre el llamado Así, si alguno de nosotros se plantea a la santidad en el mundo actual”, la pregunta: “¿Cómo se hace para la tercera Exhortación Apostólica llegar a ser un buen cristiano?”, la de su Pontificado. respuesta es sencilla: “es necesario El llamado a la santidad de todas hacer, cada uno a su modo, lo que las personas es el centro del docu- dice Jesús en el sermón de las Bienmento pontificio de cinco capítu- aventuranzas, “en ellas se dibuja los, publicado en español, italiano, el rostro del Maestro, que estamos francés, inglés, portugués, alemán, llamados a transparentar en lo copolaco y árabe, en el que el Papa tidiano de nuestras vidas”. Francisco recuerda las BienaventuLa exhortación del Papa es el ranzas como camino, e ir “a con- anhelo de hacer resonar el llamado tracorriente”, en el seguimiento de a la santidad en el mundo de hoy, Jesús. “no es de esperar aquí un tratado Nada es más iluminador que sobre la santidad, con tantas defivolver a las palabras de Jesús y re- niciones y distinciones que podrían

enriquecer este importante tema, o con análisis que podrían hacerse acerca de los medios de santificación. Mi humilde objetivo es hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades. Porque a cada uno de nosotros el Señor nos eligió para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el amor”. Al final del documento el Papa Francisco resalta el gran testimonio de la Virgen María “porque ella vivió como nadie las Bienaventuranzas de Jesús. Ella es la que se estremecía de gozo en la presencia de Dios, la que conservaba todo en su corazón y se dejó atravesar por la espada. Es la santa entre los santos, la más bendita, la que nos

enseña el camino de la santidad y nos acompaña. Ella no acepta que nos quedemos caídos y a veces nos lleva en sus brazos sin juzgarnos. Conversar con Ella nos consuela, nos libera y nos santifica. La Madre no necesita de muchas palabras, no le hace falta que nos esforcemos demasiado para explicarle lo que nos pasa”. Y concluyó con la esperanza de “que estas páginas sean útiles para que toda la Iglesia se dedique a promover el deseo de la santidad”. Descarga, lee y comparte el documento completo: http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_ exhortations/documents/ papa-francesco_esortazione-ap_20180319_gaudete-et-exsultate.html

¿Por qué orar por las vocaciones? Por: Pbro. Omar N. Montoya García/ Cuautitlán El cuarto Domingo de Pascua, llamado Domingo del Buen Pastor, ha sido para la Iglesia por iniciativa del Beato Papa Paulo VI, un día muy propicio para orar por las vocaciones, de modo especial por las vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada. Ante la proximidad de la celebración de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, cabe preguntarnos ¿por qué orar por las vocaciones? Creo que las respuestas pueden ser especialmente dos: La primera, puede responder a lo que el Señor ha pedido a sus discípulos: «La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. Rueguen por lo tanto al dueño de la cosecha que envíe obreros a recogerla» (Mt 9,37-38). A este respecto el Papa Beato Paulo VI, en un radiomensaje del 11 de abril de 1964, con ocasión de la primera Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones decía «contemplando con mirada ansiosa la interminable extensión de los verdes campos espirituales, que en todo el mundo esperan las manos sacerdotales, brota del corazón una angustiosa invocación al Señor, según la invitación de Cristo. Sí, hoy como entonces “la mies es mucha, más los operarios son pocos”, pocos con relación a las crecientes necesidades de la cura pastoral; pocos con relación a las exigencias del mundo moderno… Otro motivo que nos mueve a orar por las vo-

caciones, es reconocer que cada una de las vocaciones son un don para la Iglesia, pues el Señor llama a quien Él quiere (cfr. Mc 3,13), por eso, la Iglesia ora al dueño de las vocaciones, que nos bendiga con este don. Es necesario que toda la Iglesia asuma el compromiso de fomentar las vocaciones. Pienso que uno de los medios más eficaces, para esta acción,

precisamente es la oración. Oremos confiando en el amor de Dios, pues cada vocación es expresión de su amor por su Pueblo, y no olvidemos tener presente en nuestra oración a los jóvenes que se forman en los seminarios y en las comunidades de vida consagrada; pues la Iglesia debe acompañar a cada vocación que el Señor suscita.


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Iglesia de San Pedro Apóstol, lugar donde se vive la fe Por: Pbro. José Manuel Juárez Cortés / Diócesis de Ecatepec Por los restos de columnas que se encuentran en la casa cultural y anexo, que en su labrado acusan características del siglo XVI, y por la irregularidad del ábside así como el tipo de piedras, posiblemente prehispánicas, utilizadas en su construcción, se puede creer que en un principio funcionó como capilla abierta. A medida que la evangelización se consolidaba y las necesidades religiosas de la población aumentaban, es muy posible que utilizando esta primera construcción se levantara la parroquia actual. El conjunto de la parroquia de San Pedro Apóstol, se localiza frente a la plaza Benito Juárez del poblado de San Pedro Xalostoc. Es de planta casi cuadrada, y con dos entrantes a cada lado del templo, esta dividido en dos zonas ajardinadas rectangulares y con circulaciones interiores con andadores pavimentados en su perímetro. Entre zonas ajardinadas del norte y sobre una columna de

concreto construido un kiosco de planta octagonal techado con lamina metálica, en el extremo opuesto está una fuente también de planta octagonal y recubierta de azulejos; la vegetación está compuesta por diferentes tonos de verde y no tiene árboles de gran altura ni frondosos. El templo esta orientado de este a oeste y tiene piedra de cruz latina,

en su sentido longitudinal tiene cinco entrejes, definidos por pilastras. La bóveda del sotocoro se apoya en un arco rebajado. Cada uno de los dos entrejes siguientes tienen dos nichos, uno de cada pared. El cuarto entreje forma los brazos de la cruz latina, de dimensiones semejantes a los entrejes de la nave. El brazo sus remata en un retablo y el del norte

en un nicho. El quinto entreje es el presbiterio de planta octagonal irregular. La techumbre es de bóveda de cañón con lunetos apoyada en muros aplanados y pintados. Tanto en las columnas como en las dovelas de los arcos se retiraron los aplanados que cubrían la cantera rosa, las formas de las pilastras y los arcos se acentúan con acanaladuras. A la altura del arranque de la bóveda corre una moldura de cantera. En el crucero, asentado sobre pechinas se desplanta un tambor octagonal iluminado por una ventana en cada uno de sus lados y que sostiene una cúpula también octagonal rematada por un capulín de colores. Los pavimentos de la nave son de losetas de granito y el del presbiterio es de mármol. Hermosa construcción que a lo largo de los años acompaña el fervor y el camino de la fe de los pobladores de esta comunidad.

La caridad, don para hacer el bien Por: Codipacs Texcoco El Papa Francisco en su twitter del 3 de abril de 2018 afirmó: “La única arma invencible es la caridad, porque tiene el poder de desarmar a las fuerzas del mal”. Lo pueda creer o no, pueda o no creerle al Papa, Dios que nos dio la Caridad como virtud teologal, recibida en el bautismo, pero poco desarrollada en el trascurrir de la vida humana. La caridad se fundamenta en el creer y confiar en el Dios único y verdadero, en el Dios que nos mostró Jesús como Padre de infinita bondad e infinita misericordia. Creer y Celebrar al Hijo de Dios, quien pasó al mundo haciendo el bien a todos cuanto se aproximaban a Él, nos debería conducir a la práctica de la caridad, “para desarmar”, como dice el Santo Padre, “a las fuerzas del mal”. Y cuánto bien nos hace en nuestro presente hacer el bien. El Papa Francisco dice sobre la caridad “que el gran mandamiento que nos ha dejado el Señor Jesús es aquel de amar: amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente y amar al prójimo como a nosotros mismos (Cfr. Mt 22,37-39), es decir, estamos llamados al amor, a la caridad y esta es nuestra la alegría de la esperanza cristiana: “Quien ama vocación más alta”, destaca el Santo Padre que tiene la alegría de la esperanza de llegar a enes “vocación por excelencia” y que está ligada a contrar el gran amor que es el Señor”.

Pero advierte sobre “el riesgo que nuestra caridad sea hipócrita, que nuestro amor sea hipócrita. Entonces nos debemos preguntar”, señala el Papa, “¿Cuándo sucede esto, esta hipocresía?, y, ¿Cómo podemos estar seguros de que nuestro amor sea sincero, que nuestra caridad sea auténtica? ¿De no aparentar de hacer caridad o que nuestro amor no sea una telenovela?”, sino amor sincero, fuerte… y respondió: “La hipocresía puede introducirse en todas partes, también en nuestro modo de amar”. La caridad, “es sobre todo una gracia, un regalo; poder amar es un don de Dios, y debemos pedirlo; y Él lo da gustoso, si nosotros se lo pedimos. La caridad es una gracia: no consiste en el hacer ver lo que nosotros somos, sino en aquello que el Señor nos dona y que nosotros libremente acogemos; y no se puede expresar en el encuentro con los demás si antes no es generada en el encuentro con el rostro humilde y misericordioso de Jesús”, enseña el Vicario de Cristo. El Papa Francisco se dirige de este modo a todos los cristianos: “Vivamos en la gozosa esperanza de intercambiar con los hermanos, en lo poco que podamos, lo mucho que recibimos cada día de Dios”.


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¡Aleluya, resucitó! X

Instrucciones: Colorea los dibujos que te presentamos y coméntalos en casa.


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Escuela para padres de familia Por: Pbro. Marco Antonio Rosales / Diócesis de Ecatepec En el seno de la familia es dónde los miembros de la misma aprenden a ser humanos, es ahí donde se aprende a ser padres siendo hijos; es la única “Escuela para padres de familia”. Las experiencias de vida, que se van acumulando a lo largo de las diferentes etapas de crecimiento, van formando el núcleo de las costumbres y tradiciones que serán transmitidas a través del ejemplo de vida diaria. Los niños aprenden, por medio de los sentidos, imitando lo que ven, lo que escuchan, lo que papá y mamá hacen y cómo lo hacen. Aprenden de ellos a cómo comportarse delante de los problemas y a cómo resolverlos. A papá y mamá no sólo les compete alimentarlos, vestirlos, quererlos, pasearlos, consentirlos y cuidarlos, ambos tienen la delicada misión de acompañarlos en la formación de su consciencia. Según la Real academia de la lengua española (RAE).

Del latín conscientia): 1. f. Conocimiento inmediato que el sujeto tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones. 2. f. Capacidad de los seres humanos de verse y reconocerse a sí mismos y de juzgar sobre esa visión y reconocimiento. Los padres van a acompañar al hijo a conocerse a sí mismo, a aceptarse y a actuar de acuerdo a las normas aceptadas al interno de la familia, en la sociedad a la que pertenecen, al país en donde viven y a la religión que profesan. Para ello cuentan con herramientas que ellos mismos recibieron: la presencia de los padres en casa. Es muy importante convivir y compartir con cada uno de los hijos de la familia, especialmente en los momentos del año mas significativos y en vacaciones, porque quien vive cerca de ellos, son los que saben lo que sienten, lo que piensan, lo que les gusta, lo que necesitan, lo que les da risa, lo

que temen, lo que anhelan… y sólo ellos, los que están cerca, pueden realmente aventurarse a educar. RAE (Del latín educáre) 1. Tr. Dirigir, encaminar, doctrinar. 2. Tr. Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc. Educar la inteligencia y la voluntad. Únicamente en un ambiente de confianza y seguridad, de diálogo y

comunicación, de aceptación y cariño pueden los padres transmitir a los hijos los valores que en las diferentes generaciones de familias ha llegado a ellos e ir provocando que los niños vayan adquiriendo las virtudes que necesitan para madurar y prepararse para la etapa de la adolescencia y de la juventud, donde ellos mismos comiencen a ser responsables y protagonistas de su propia educación y reeducación.

El indispensable compromiso de los laicos Por: Codipacs Texcoco

“Los cristianos laicos constituyen la inmensa mayoría del santo pueblo de Dios, en el que todos los bautizados comparten la misma dignidad, la común vocación a la santidad, la única fe, esperanza y caridad, la corresponsabilidad por la misión de la Iglesia. Son más del 80% los bautizados católicos en América Latina”, esto lo aseveró, en 2016, la Comisión Pontificia para América Latina (CAL), en el documento titulado: “El indispensable compromiso de los laicos en la vida pública de los países

latinoamericanos”, a propósito del tema escogido por el Papa Francisco, cuyas conclusiones a modo de reflexión se presentaron como fruto de su asamblea plenaria. El documento de la CAL anticipó la necesaria y oportuna difusión, y seguimiento, en todas las diócesis de Latinoamérica “llamadas a una conversión pastoral y misionera, en proximidad misericordiosa y solidaria a los sufrimientos y esperanzas de los pueblos”, apuntó el cardenal Ouellet, presidente de la CAL.

En una carta del Papa Francisco, que publica el mismo documento, el Santo Padre habla sobre el “Santo Pueblo fiel de Dios”, y señaló que los pastores están “continuamente invitados a mirar, proteger, acompañar, sostener y servir”, a este pueblo. “Un pastor no se concibe sin un rebaño al que está llamado a servir. El pastor, es pastor de un pueblo, y al pueblo se lo sirve desde dentro”. Destacando el papel esencial del laicado, como los miembros predominantes en la Iglesia, el Santo Padre indicó que la primera y fundamental consagración hunde sus raíces en el bautismo: “A nadie han bautizado cura, ni obispo. Nos han bautizados laicos y es el signo indeleble que nunca nadie podrá eliminar. Nos hace bien recordar que la Iglesia no es una elite de los sacerdotes, de los consagrados, de los obispos, sino que todos formamos el Santo Pueblo fiel de Dios”.

Sustentando en el Concilio Vaticano II, el Papa destacó que “el Pueblo de Dios, cuya identidad es la dignidad y la libertad de los hijos de Dios, en cuyos corazones habita el Espíritu Santo”, y que el “Santo Pueblo fiel de Dios está ungido con la gracia del Espíritu Santo, por tanto, a la hora de reflexionar, pensar, evaluar, discernir, debemos estar muy atentos a esta unción”, e hizo frente al riesgo del clericalismo de los laicos, el cual “lejos de impulsar los distintos aportes, propuestas, poco a poco va apagando el fuego profético que la Iglesia toda está llamada a testimoniar en el corazón de sus pueblos”. Les invitamos a descargar, leer y compartir el documento completo, que encontrarán en internet: http://www.americalatina.va/ content/dam/americalatina/Plenarias/Plenaria2016/Recomendaciones_Pastorales_2016.pdf


Mensaje del Santo Padre Francisco para la 55 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones Escuchar, discernir, vivir la llamada del Señor Queridos hermanos y hermanas: El próximo mes de octubre se celebrará la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que estará dedicada a los jóvenes, en particular a la relación entre los jóvenes, la fe y la vocación. En dicha ocasión tendremos la oportunidad de profundizar sobre cómo la llamada a la alegría que Dios nos dirige es el centro de nuestra vida y cómo esto es el «proyecto de Dios para los hombres y mujeres de todo tiempo» (Sínodo de los Obispos, XV Asamblea General Ordinaria, Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, introducción). Esta es la buena noticia, que la 55ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones nos anuncia nuevamente con fuerza: no vivimos inmersos en la casualidad, ni somos arrastrados por una serie de acontecimientos desordenados, sino que nuestra vida y nuestra presencia en el mundo son fruto de una vocación divina. También en estos tiempos inquietos en que vivimos, el misterio de la Encarnación nos recuerda que Dios siempre nos sale al encuentro y es el Dios-con-nosotros, que pasa por los caminos a veces polvorientos de nuestra vida y, conociendo nuestra ardiente nostalgia de amor y felicidad, nos llama a la alegría. En la diversidad y la especificidad de cada vocación, personal y eclesial, se necesita escuchar, discernir y vivir esta palabra que nos llama desde lo alto y que, a la vez que nos permite hacer fructificar nuestros talentos, nos hace también instrumentos de salvación en el mundo y nos orienta a la plena felicidad. Estos tres aspectos —escucha, discernimiento y vida— encuadran también el comienzo de la misión de Jesús, quien, después de los días de oración y de lucha en el desierto, va a su sinagoga de Nazaret, y allí se pone a la escucha de la Palabra, discierne el contenido de la misión que el Padre le ha confiado y anuncia que ha venido a realizarla «hoy» (cf. Lc 4,16-21).

tra experiencia cotidiana. Dios viene de modo silencioso y discreto, sin imponerse a nuestra libertad. Así puede ocurrir que su voz quede silenciada por las numerosas preocupaciones y tensiones que llenan nuestra mente y nuestro corazón. Es necesario entonces prepararse para escuchar con profundidad su Palabra y la vida, prestar atención a los detalles de nuestra vida diaria, aprender a leer los acontecimientos con los ojos de la fe, y mantenerse abiertos a las sorpresas del Espíritu. Si permanecemos encerrados en nosotros mismos, en nuestras costumbres y en la apatía de quien desperdicia su vida en el círculo restringido del propio yo, no podremos descubrir la llamada especial y personal que Dios ha pensado para nosotros, perderemos la oportunidad de soñar a lo grande y de convertirnos en protagonistas de la historia única y original que Dios quiere escribir con nosotros. También Jesús fue llamado y enviado; para ello tuvo que, en silencio, escuchar y leer la Palabra en la sinagoga y así, con la luz y la fuerza del Espíritu Santo, pudo descubrir plenamente su significado, referido a su propia persona y a la historia del pueblo de Israel. Esta actitud es hoy cada vez más difícil, inmersos como estamos en una sociedad ruidosa, en el delirio de la abundancia de estímulos y de información que llenan nuestras jornadas. Al ruido exterior, que a veces domina nuestras ciudades y nuestros barrios, corresponde a menudo una dispersión y confusión interior, que no nos permite detenernos, saborear el gusto de la contemplación, reflexionar con serenidad sobre los acontecimientos de nuestra vida y llevar a cabo un fecundo discernimiento, confiados en el diligente designio de Dios para nosotros. Como sabemos, el Reino de Dios llega sin hacer ruido y sin llamar la atención (cf. Lc 17,21), y sólo podemos percibir sus signos cuando, al igual que el profeta Elías, sabemos entrar en las profundidades de nuestro espíritu, dejando que se abra al imperceptible soplo de la brisa divina (cf. 1 R 19,11-13).

Escuchar La llamada del Señor —cabe decir— no es tan evidente como todo aquello que podemos oír, ver o tocar en nues-

Discernir Jesús, leyendo en la sinagoga de Nazaret el pasaje del profeta Isaías, discierne el contenido de la misión para la que

fue enviado y lo anuncia a los que esperaban al Mesías: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor» (Lc 4,18-19). Del mismo modo, cada uno de nosotros puede descubrir su propia vocación sólo mediante el discernimiento espiritual, un «proceso por el cual la persona llega a realizar, en el diálogo con el Señor y escuchando la voz del Espíritu, las elecciones fundamentales, empezando por la del estado de vida» (Sínodo de los Obispos, XV Asamblea General Ordinaria, Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, II, 2). Descubrimos, en particular, que la vocación cristiana siempre tiene una dimensión profética. Como nos enseña la Escritura, los profetas son enviados al pueblo en situaciones de gran precariedad material y de crisis espiritual y moral, para dirigir palabras de conversión, de esperanza y de consuelo en nombre de Dios. Como un viento que levanta el polvo, el profeta sacude la falsa tranquilidad de la conciencia que ha olvidado la Palabra del Señor, discierne los acontecimientos a la luz de la promesa de Dios y ayuda al pueblo a distinguir las señales de la aurora en las tinieblas de la historia. También hoy tenemos mucha necesidad del discernimiento y de la profecía; de superar las tentaciones de la ideología y del fatalismo y descubrir, en la relación con el Señor, los lugares, los instrumentos y las situaciones a través de las cuales él nos llama. Todo cristiano debería desarrollar la capacidad de «leer desde dentro» la vida e intuir hacia dónde y qué es lo que el Señor le pide para ser continuador de su misión.

abre al encuentro con Dios y con los hermanos, no puede esperar nuestras lentitudes y desidias; no llega a nosotros si permanecemos asomados a la ventana, con la excusa de esperar siempre un tiempo más adecuado; tampoco se realiza en nosotros si no asumimos hoy mismo el riesgo de hacer una elección. ¡La vocación es hoy! ¡La misión cristiana es para el presente! Y cada uno de nosotros está llamado —a la vida laical, en el matrimonio; a la sacerdotal, en el ministerio ordenado, o a la de especial consagración— a convertirse en testigo del Señor, aquí y ahora. Este «hoy» proclamado por Jesús nos da la seguridad de que Dios, en efecto, sigue «bajando» para salvar a esta humanidad nuestra y hacernos partícipes de su misión. El Señor nos sigue llamando a vivir con él y a seguirlo en una relación de especial cercanía, directamente a su servicio. Y si nos hace entender que nos llama a consagrarnos totalmente a su Reino, no debemos tener miedo. Es hermoso —y es una gracia inmensa— estar consagrados a Dios y al servicio de los hermanos, totalmente y para siempre. El Señor sigue llamando hoy para que le sigan. No podemos esperar a ser perfectos para responder con nuestro generoso «aquí estoy», ni asustarnos de nuestros límites y de nuestros pecados, sino escuchar su voz con corazón abierto, discernir nuestra misión personal en la Iglesia y en el mundo, y vivirla en el hoy que Dios nos da. María Santísima, la joven muchacha de periferia que escuchó, acogió y vivió la Palabra de Dios hecha carne, nos proteja y nos acompañe siempre en nuestro camino.

Vivir Por último, Jesús anuncia la novedad del momento presente, que entusiasmará a muchos y endurecerá a otros: el tiempo se ha cumplido y el Mesías anunciado por Isaías es él, ungido para liberar a los prisioneros, devolver la vista a los ciegos y proclamar el amor misericordioso de Dios a toda criatura. Precisamente «hoy —afirma Jesús— se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír» (Lc 4,20). La alegría del Evangelio, que nos

Francisco

Vaticano, 3 de diciembre de 2017. Primer Domingo de Adviento.


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