¿Que hacer? Tomado de la Exhortación Pastoral del Episcopado Mexicano sobre la misión de la Iglesia en la construcción de la paz, para la vida digna del pueblo de México “Que en Cristo Nuestra Paz México tenga Vida Digna” del 15 de febrero de 2010 155. Acoger el don del perdón que Dios nos ofrece de manera gratuita en su Hijo Jesucristo, nos dispone a la reconciliación, es decir, a establecer nuevamente relaciones saludables con el mismo Dios, con los demás, con el entorno y consigo mismo. De esta experiencia nace la moción natural a reparar, en la medida de lo posible, el daño causado; sin embargo, nada que uno pueda hacer se equipara con la altura, anchura y profundidad del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo (Cf. Ef 3,18-19). Reconciliados con Dios y con el prójimo, los discípulos somos mensajeros y constructores de paz y, por tanto, partícipes del Reino de Dios (Cf. Mt 5,9). Clave para la felicidad: saber amar acoger, comprender y perdonar a los hermanos. ACTUAR. 1.- ¿Nosotros estamos en la situación del hijo menor, que cambia, se convierte, vuelve? 2.- ¿O estamos nosotros en la posición del hijo mayor, que piensa que no necesita convertirse? 3.- ¿Vives la Eucaristía es sacramento de paz? ¿Es una Fiesta de reconciliación? 4.- ¿Somos el gran signo de reconciliación de los hombres, de un amor sin barreras, de una liberación que comienza en el interior de nuestro corazón? 5.- ¿Por qué motivos deseamos reconciliarnos? 6.- ¿Con que medios contamos para Reconciliados con Dios y con el prójimo? ¿Los aprovechamos? Leer segunda carta a los Corintios 5,17-21 Diócesis de Querétaro. Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús Templo de Santa Clara Ediciones “Verbum Vobiscum” 2013
Cuarto Domingo de Cuaresma
10 de marzo de 2013
El campo se transforma... Se ven los frutos ¿Y nosotros? Los domingos pasados reflexionábamos sobre observar la naturaleza, decíamos los árboles en invierno poco a poco perdieron sus hojas, al iniciar la primavera mira como se trasforman, les empiezan a salir hojas nuevas. La primera señal del inicio de la primavera es que los árboles se vuelven verdes. Al igual que la naturaleza, también, nosotros necesitamos de un proceso de renovación. El domingo pasado reflexionábamos que Jesús mas que árboles verdes, llenos de hojas, pide frutos. ¿Qué frutos de cambio está esperando Dios de nosotros en esta Cuaresma? ¿Qué frutos podemos dar? ¿Restauración de la armonía de la relación con quién? ¿Pedir perdón a quien? ¿A quien perdonar? † Lectura del santo Evangelio según san 15, 1-3. 11-32 Parábola del hijo pródigo En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los letrados murmuraban entre ellos: -Ese acoge a los pecadores y come con ellos. Jesús les dijo esta parábola Un hombre tenía dos hijos: el menor de ellos dijo a su padre: -Padre, dame, la parte que me toca de la fortuna. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna, viviendo perdidamente.