Semana Vocacional 2013

Page 1


PRESENTACIÓN Año con año con motivo de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones que desde hace 50 años el Papa Pablo VI inició, tenemos la oportunidad de unirnos como Iglesia-Familia para orar por las vocaciones. Este año todavía bajo la dirección de la Iglesia del Papa Benedicto XVI recibimos un mensaje muy acorde al Año de la fe que estamos celebrando. Su tema es “Las vocaciones signo de la esperanza fundada sobre la fe” que nos hace pensar en la esperanza que da el surgimiento de nuevas vocaciones para la transmisión y enseñanza de la fe cristiana y católica. Pero hay que pedirlas con fe, promoverlas con esperanza y acompañarles con amor en su discernimiento vocacional. El folleto que te presentamos tiene la intención de promover una semana de catequesis para concientizar en la pastoral vocacional parroquial en el marco del año de la fe y del impulso misionero de la Diócesis. Lo hacemos proponiendo esta temática y sugerimos acompañarlo de una Hora santa, o Rosario vocacional, donde se pueda la misa por las vocaciones. Para ello cuentan con el apoyo de los miembros del equipo del Centro de Diocesano de Vocaciones que con tiempo soliciten. Las fechas pueden variar de acuerdo a la agenda parroquial. Puede ser antes o después de la Jornada de Oración por las vocaciones o bien con motivo del fin de curso en las escuelas. Y el horario más adecuado creemos que es por las tardes de seis a nueve de la noche. Esperando que Dios el Buen Pastor de su rebaño que siempre nos da Pastores según su corazón, como ahora el nuevo Papa Francisco, nos bendiga con familias cristianas arraigadas y cimentadas en su fe donde nazcan y crezcan las vocaciones 1


ponemos en manos de Dios este manual de trabajo por las vocaciones que Dios suscite en su Iglesia para que se vaya creando una cultura vocacional desde las parroquias y las familias de nuestra Diócesis. ¡¡Felices Pascuas!!

Pbro. Rogelio Balderas B. Coordinador Diocesano de la Pastoral Vocacional

2


CONTENIDO Presentación

1

Mensaje del Papa Benedicto XVI para las vocaciones

6

Temario de catequesis: 1. La oración cristiana.

13

2. Los jóvenes son llamados.

18

3. Llamado y seguimiento de Jesús.

24

4. El amor de Dios y la esperanza.

33

5. La fe y la esperanza en la vocación.

39

Hora Santa

45

3


4


JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES

«Las vocaciones signo de la esperanza fundada sobre la fe»

5


MENSAJE PARA LA 50ª JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES IV Domingo de Pascua 21 de abril de 2013

Queridos hermanos y hermanas: 1. Con motivo de la 50 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que se celebrará el 21 de abril de 2013, cuarto domingo de Pascua, quisiera invitaros a reflexionar sobre el tema: «Las vocaciones signo de la esperanza fundada sobre la fe», que se inscribe perfectamente en el contexto del Año de la Fe y en el 50 aniversario de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II. El siervo de Dios Pablo VI, durante la Asamblea conciliar, instituyó esta Jornada de invocación unánime a Dios Padre para que continúe enviando obreros a su Iglesia (cf. Mt 9,38). «El problema del número suficiente de sacerdotes –subrayó entonces el Pontífice– afecta de cerca a todos los fieles, no sólo porque de él depende el futuro religioso de la sociedad cristiana, sino también porque este problema es el índice justo e inexorable de la vitalidad de fe y amor de cada comunidad parroquial y diocesana, y testimonio de la salud moral de las familias cristianas. Donde son numerosas las vocaciones al estado eclesiástico y religioso, se vive generosamente de acuerdo con el Evangelio» (Pablo VI, Radiomensaje, 11 abril 1964). 2. En estos decenios, las diversas comunidades eclesiales extendidas por todo el mundo se han encontrado espiritualmente unidas cada año, en el cuarto domingo de 6


Pascua, para implorar a Dios el don de santas vocaciones y proponer a la reflexión común la urgencia de la respuesta a la llamada divina. Esta significativa cita anual ha favorecido, en efecto, un fuerte empeño por situar cada vez más en el centro de la espiritualidad, de la acción pastoral y de la oración de los fieles, la importancia de las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. 3. La esperanza es espera de algo positivo para el futuro, pero que, al mismo tiempo, sostiene nuestro presente, marcado frecuentemente por insatisfacciones y fracasos. ¿Dónde se funda nuestra esperanza? Contemplando la historia del pueblo de Israel narrada en el Antiguo Testamento, vemos cómo, también en los momentos de mayor dificultad como los del Exilio, aparece un elemento constante, subrayado particularmente por los profetas: la memoria de las promesas hechas por Dios a los Patriarcas; memoria que lleva a imitar la actitud ejemplar de Abrahán, el cual, recuerda el Apóstol Pablo, «apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza que llegaría a ser padre de muchos pueblos, de acuerdo con lo que se le había dicho: Así será tu descendencia» (Rm 4,18). Una verdad consoladora e iluminante que sobresale a lo largo de toda la historia de la salvación es, por tanto, la fidelidad de Dios a la alianza, a la cual se ha comprometido y que ha renovado cada vez que el hombre la ha quebrantado con la infidelidad y con el pecado, desde el tiempo del diluvio (cf. Gn 8,21-22), al del éxodo y el camino por el desierto (cf. Dt 9,7); fidelidad de Dios que ha venido a sellar la nueva y eterna alianza con el hombre, mediante la sangre de su Hijo, muerto y resucitado para nuestra salvación. 7


4. En todo momento, sobre todo en aquellos más difíciles, la fidelidad del Señor, auténtica fuerza motriz de la historia de la salvación, es la que siempre hace vibrar los corazones de los hombres y de las mujeres, confirmándolos en la esperanza de alcanzar un día la «Tierra prometida». Aquí está el fundamento seguro de toda esperanza: Dios no nos deja nunca solos y es fiel a la palabra dada. Por este motivo, en toda situación gozosa o desfavorable, podemos nutrir una sólida esperanza y rezar con el salmista: «Descansa sólo Dios, alma mía, porque él es mi esperanza» (Sal 62,6). Tener esperanza equivale, pues, a confiar en el Dios fiel, que mantiene las promesas de la alianza. Fe y esperanza están, por tanto, estrechamente unidas. De hecho, «“esperanza”, es una palabra central de la fe bíblica, hasta el punto de que en muchos pasajes las palabras “fe” y “esperanza” parecen intercambiables. Así, la Carta a los Hebreos une estrechamente la “plenitud de la fe” (10,22) con la “firme confesión de la esperanza” (10,23). También cuando la Primera Carta de Pedro exhorta a los cristianos a estar siempre prontos para dar una respuesta sobre el logos –el sentido y la razón– de su esperanza (cf. 3,15), “esperanza” equivale a “fe”» (Enc. Spe salvi, 2). 5. Queridos hermanos y hermanas, ¿en qué consiste la fidelidad de Dios en la que se puede confiar con firme esperanza? En su amor. Él, que es Padre, vuelca en nuestro yo más profundo su amor, mediante el Espíritu Santo (cf. Rm 5,5). Y este amor, que se ha manifestado plenamente en Jesucristo, interpela a nuestra existencia, pide una respuesta sobre aquello que cada uno quiere hacer de su 8


propia vida, sobre cuánto está dispuesto a empeñarse para realizarla plenamente. El amor de Dios sigue, en ocasiones, caminos impensables, pero alcanza siempre a aquellos que se dejan encontrar. La esperanza se alimenta, por tanto, de esta certeza: «Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16). Y este amor exigente, profundo, que va más allá de lo superficial, nos alienta, nos hace esperar en el camino de la vida y en el futuro, nos hace tener confianza en nosotros mismos, en la historia y en los demás. Quisiera dirigirme de modo particular a vosotros jóvenes y repetiros: « ¿Qué sería vuestra vida sin este amor? Dios cuida del hombre desde la creación hasta el fin de los tiempos, cuando llevará a cabo su proyecto de salvación. ¡En el Señor resucitado tenemos la certeza de nuestra esperanza!» (Discurso a los jóvenes de la diócesis de San Marino-Montefeltro, 19 junio 2011). 6. Como sucedió en el curso de su existencia terrena, también hoy Jesús, el Resucitado, pasa a través de los caminos de nuestra vida, y nos ve inmersos en nuestras actividades, con nuestros deseos y nuestras necesidades. Precisamente en el devenir cotidiano sigue dirigiéndonos su palabra; nos llama a realizar nuestra vida con él, el único capaz de apagar nuestra sed de esperanza. Él, que vive en la comunidad de discípulos que es la Iglesia, también hoy llama a seguirlo. Y esta llamada puede llegar en cualquier momento. También ahora Jesús repite: «Ven y sígueme» (Mc 10,21). Para responder a esta invitación es necesario dejar de elegir por sí mismo el propio camino. Seguirlo significa sumergir la propia voluntad en la voluntad de Jesús, darle verdaderamente la precedencia, 9


ponerlo en primer lugar frente a todo lo que forma parte de nuestra vida: la familia, el trabajo, los intereses personales, nosotros mismos. Significa entregar la propia vida a él, vivir con él en profunda intimidad, entrar a través de él en comunión con el Padre y con el Espíritu Santo y, en consecuencia, con los hermanos y hermanas. Esta comunión de vida con Jesús es el «lugar» privilegiado donde se experimenta la esperanza y donde la vida será libre y plena. 7. Las vocaciones sacerdotales y religiosas nacen de la experiencia del encuentro personal con Cristo, del diálogo sincero y confiado con él, para entrar en su voluntad. Es necesario, pues, crecer en la experiencia de fe, entendida como relación profunda con Jesús, como escucha interior de su voz, que resuena dentro de nosotros. Este itinerario, que hace capaz de acoger la llamada de Dios, tiene lugar dentro de las comunidades cristianas que viven un intenso clima de fe, un generoso testimonio de adhesión al Evangelio, una pasión misionera que induce al don total de sí mismo por el Reino de Dios, alimentado por la participación en los sacramentos, en particular la Eucaristía, y por una fervorosa vida de oración. Esta última «debe ser, por una parte, muy personal, una confrontación de mi yo con Dios, con el Dios vivo. Pero, por otra, ha de estar guiada e iluminada una y otra vez por las grandes oraciones de la Iglesia y de los santos, por la oración litúrgica, en la cual el Señor nos enseña constantemente a rezar correctamente» (Enc. Spe salvi, 34). 8. La oración constante y profunda hace crecer la fe de la comunidad cristiana, en la certeza siempre renovada de 10


que Dios nunca abandona a su pueblo y lo sostiene suscitando vocaciones especiales, al sacerdocio y a la vida consagrada, para que sean signos de esperanza para el mundo. En efecto, los presbíteros y los religiosos están llamados a darse de modo incondicional al Pueblo de Dios, en un servicio de amor al Evangelio y a la Iglesia, un servicio a aquella firme esperanza que sólo la apertura al horizonte de Dios puede dar. Por tanto, ellos, con el testimonio de su fe y con su fervor apostólico, pueden transmitir, en particular a las nuevas generaciones, el vivo deseo de responder generosamente y sin demora a Cristo que llama a seguirlo más de cerca. 9. La respuesta a la llamada divina por parte de un discípulo de Jesús para dedicarse al ministerio sacerdotal o a la vida consagrada, se manifiesta como uno de los frutos más maduros de la comunidad cristiana, que ayuda a mirar con particular confianza y esperanza al futuro de la Iglesia y a su tarea de evangelización. Esta tarea necesita siempre de nuevos obreros para la predicación del Evangelio, para la celebración de la Eucaristía y para el sacramento de la reconciliación. Por eso, que no falten sacerdotes celosos, que sepan acompañar a los jóvenes como «compañeros de viaje» para ayudarles a reconocer, en el camino a veces tortuoso y oscuro de la vida, a Cristo, camino, verdad y vida (cf. Jn 14,6); para proponerles con valentía evangélica la belleza del servicio a Dios, a la comunidad cristiana y a los hermanos. Sacerdotes que muestren la fecundidad de una tarea entusiasmante, que confiere un sentido de plenitud a la propia existencia, por estar fundada sobre la 11


fe en Aquel que nos ha amado en primer lugar (cf. 1Jn 4,19). 10. Igualmente, deseo que los jóvenes, en medio de tantas propuestas superficiales y efímeras, sepan cultivar la atracción hacia los valores, las altas metas, las opciones radicales, para un servicio a los demás siguiendo las huellas de Jesús. Queridos jóvenes, no tengáis miedo de seguirlo y de recorrer con intrepidez los exigentes senderos de la caridad y del compromiso generoso. Así seréis felices de servir, seréis testigos de aquel gozo que el mundo no puede dar, seréis llamas vivas de un amor infinito y eterno, aprenderéis a «dar razón de vuestra esperanza» (1 P 3,15). Benedicto XVI

12


La oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto en medio de la prueba como en la alegría. Santa Teresita del Niño Jesús.

Tema 1: LA ORACIÓN CRISTIANA Objetivo: Tomar conciencia de la importancia que tiene la oración para la vida espiritual de los cristianos para que nos comprometamos a ser hombres y mujeres de oración.

13


1. Oración de Inicio Escuchamos la Palabra de Dios: Lc 11, 1-4 Pidamos la Luz del Espíritu Santo para que nos enseñe a orar y nos ayude entender mejor lo que Dios nos dice en este día. V. Ven Espíritu Santo y llena los corazones de tus fieles R. Y enciende en ellos el fuego de tu amor V. Envía Señor tu Espíritu R. Y se renovará la faz de la tierra Gloria al Padre y al Hijo… V. Espírito Santo Fuente de Luz R. Ilumínanos

Canto: Tu Palabra me da vida Tu palabra me da vida, confío en Ti Señor, tu palabra es eterna ella esperaré (2). Dichoso el que con vida intachable camina en la ley del Señor. Dichoso el que cumpliendo su Palabra la busca de todo corazón.

2. Experiencia de vida Comentamos lo siguiente: ¿Alguna vez haz hecho oración? ¿Cuándo, en qué momento? ¿Qué te movió hacer oración? ¿Qué es la oración? ¿Por qué es importante orar? 14


3. Reflexión Estamos en el año de la fe. La oración es un medio para alimentar nuestra fe en Dios. La oración es un diálogo con Dios donde reconocemos sus maravillas y que se nos revela cercano como un amigo que nos ama y da la vida por medio de su Hijo Jesucristo que se hizo hombre, murió y resucitó por la humanidad. Sobre la Oración nos dice el Papa Benedicto XVI en su mensaje sobre las vocaciones citando la Encíclica de Spe Salvi Núm. 34 «debe ser, por una parte, muy personal, una confrontación de mi yo con Dios, con el Dios vivo. Pero, por otra, ha de estar guiada e iluminada una y otra vez por las grandes oraciones de la Iglesia y de los santos, por la oración litúrgica, en la cual el Señor nos enseña constantemente a rezar correctamente» (Núm. 7). Y continúa hablando el papa acerca de la oración. Dice: “La oración constante y profunda hace crecer la fe de la comunidad cristiana, en la certeza siempre renovada de que Dios nunca abandona a su pueblo y lo sostiene suscitando vocaciones especiales, al sacerdocio y a la vida consagrada, para que sean signos de esperanza para el mundo” (Núm. 8) La oración, los sacramentos y de manera especial la Eucaristía son un clima de fe propicio para la escucha interior de la voz de Jesús. Y dirá con toda verdad que “Las vocaciones sacerdotales y religiosas nacen de la experiencia del encuentro personal con Cristo, del diálogo sincero y confiado con él, para entrar en su voluntad” (Núm. 7).

15


La Jornada Mundial de Oración por las vocaciones de cada cuarto domingo de pascua es una oportunidad para ponernos en contacto con Dios quien nos ama, nos llama (discípulos) y nos envía a la misión (apóstoles). Orar es el alma de la pastoral vocacional decía el Papa Juan Pablo II. La oración es el alimento para el Espíritu para reencontrar el sentido de nuestra vida quien se haya desviado.

4. Iluminación El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice: “La oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes convenientes… La humildad es la base de la oración. Nosotros no sabemos pedir como conviene (Rm 8, 26). La humildad es una disposición necesaria para recibir gratuitamente el don de la oración: el hombre es un mendigo de Dios” (Núm. 2559). Jesús era un hombre de oración, se retiraba con frecuencia a la soledad de la montaña a orar, preferentemente por la noche. La noche antes de padecer estuvo orando. Pedía por sus discípulos. Escuchemos: Jn 17 1- 26. ¿A quién se dirige Jesús? ¿Qué pide? Enseña a sus discípulos a orar Lc 11, 1-4.

5. Compromiso  El hombre busca a Dios, tiene necesidad de oración. ¿En qué momentos voy hacer oración personalmente y en comunidad? ¿Cuántos tipos de oración existen y cuáles me gustaría conocer? 16


 Dios es quien primero llama al hombre. ¿De qué manera Dios me habla? ¿Qué necesito para escuchar a Dios y encontrarme con Él?

6. Oración final Pedimos a la Virgen María nos ayude a encontrarnos con su Hijo Jesús. -Dios te salve María… -Dulce Madre no te alejes…

Canto: Hoy en Oración Hoy en oración, quiero preguntar señor, quiero escuchar tu voz, tus palabras con tu amor. Ser como eres Tú, servidor de los demás dime cómo y en qué lugar, te hago falta más. DIME, SEÑOR, EN QUE TE PUEDO SERVIR DEJAME CONOCER TU VOLUNTAD. DIME, SEÑOR, EN TI YO QUIERO VIVIR QUIERO DE TI APRENDER, SABER AMAR.

17


“Deseo alentar aquí a los jóvenes que son llamados por Dios, a que se comprometan con entusiasmo con estas vocaciones: Hay más dicha en dar que en recibir (Hch 20,35). A los que dejan todo para seguirlo, Jesús ha prometido el ciento por uno y la vida eterna (Cfr. Mt 19,29)” Benedicto XVI.

Tema 2: LOS JOVENES SON LLAMADOS Objetivo: Reflexionar en la vocación que Dios da a los jóvenes para que sean felices de tal manera que nos comprometamos a colaborar con la pastoral juvenil en sus proceso de formación de discípulos misioneros. 18


1. Oración Inicial Guía: Nos ponemos en la presencia de Dios que nos ha llamado en este día a estar con Él para escuchar su Palabra. Mujeres: Señor, Tú que has querido salvar a los hombres y has fundado la Iglesia como comunión de hermanos, reunidos en tu amor. Continúa pasando entre nosotros y llama a aquellos que has elegido para ser voz de tu Santo Espíritu y fermento de una sociedad más justa y fraterna. Hombres: Alcánzanos del Padre celestial los testigos que necesitan nuestras comunidades: verdaderos consagrados al Dios vivo que, iluminados por tu palabra, sepan hablar de ti con sus actitudes y enseñar a hablar contigo. Mujeres: Haz crecer tu Iglesia mediante un florecimiento de consagrados, que te entreguen todo, para que Tú puedas salvar a todos. Hombres: Que nuestras comunidades celebren en el canto y en la alabanza la Eucaristía, como acción de gracias a tu gloria y bondad, y sepan caminar por los senderos del mundo para comunicar el gozo y la paz, dones preciosos de tu salvación. Mujeres: Vuelve, Señor, tu rostro hacia la humanidad entera manifiesta tu misericordia a los hombres y mujeres que en la oración y en la rectitud de vida te buscan sin haberte encontrado todavía: muéstrate a ellos como camino que conduce al Padre, verdad que hace libres y vida que no tiene fin. Todos: Concédenos, Señor, vivir en tu Iglesia, con espíritu de fiel servicio y de total entrega, a fin de que nuestro testimonio sea creíble y fecundo. Amén.

19


Canto: Alma Misionera Señor, toma mi vida nueva antes de que la espera desgaste años en mí. Estoy dispuesto a lo que quieras, no importa donde sea, tú llámame a servir. Llévame donde los hombres necesiten tus palabras, necesiten mis ganas de vivir. Donde falte la esperanza, donde falte la alegría simplemente por no saber de Ti. Te doy mi corazón sincero para gritar sin miedo lo hermoso que es tu amor. Señor, tengo alma misionera, condúceme a la tierra que tenga sed de Ti. Así en marcha iré cantando, por pueblos predicando tu grandeza Señor. Tendré mis manos sin cansancio, tu historia entre mis labios, y fuerza en la oración. Llévame donde los hombres…

20


2. Experiencia de vida Compartimos lo siguiente: ¿Recuerdas dos momentos felices? ¿Qué es lo que te hace feliz en la vida? ¿Qué es la felicidad? ¿Los jóvenes dónde buscan la felicidad?

3. Reflexión Recordemos que la felicidad la da Dios, de su Evangelio y la Encarnación. No hay mayor bien que este. Quien tiene a Dios lo tiene todo. La fe en Dios es nuestro tesoro que hemos de cuidar y de compartir con otros hermanos débiles o pobres en la fe. Decía el Papa Juan Pablo II que “una característica inconfundible de la alegría cristiana es que puede convivir con el sufrimiento, pues se basa totalmente en el amor” (Vaticano, domingo 14 diciembre de 2003). Por eso aunque se esté enfermo se puede estar alegre y feliz. La enfermedad no nos priva de la felicidad porque esta tiene su origen y fundamento en el amor. Dios nos ha llamado a estar alegres porque el Señor está cerca (Filp 4,4-5). La Jornada Mundial de la Juventud que se llevará a cabo en Río de Janeiro en Brasil con el tema “id y haced discípulos a todos los pueblos” es una oportunidad en este año de la fe para asumir su compromiso cristiano y tomar de referencia los (santos) modelos de fe que la historia nos propone para contribuir en la misión evangelizadora de la Iglesia. Los jóvenes son los primeros misioneros entre los jóvenes dice el papa en su mensaje. Por tanto, es necesario compartir la alegría de creer, la alegría de la fe a otros que han perdido el sentido de su vida. Y algo fundamental es que “primero tenemos que hablar con Dios para poder hablar 21


de Dios”, dice el Papa. Sabemos que la oración y los sacramentos sostienen la evangelización de la Iglesia. En su mensaje por la Jornada mundial de las vocaciones de este año volverá el Papa sobre el punto: “Deseo que los jóvenes, en medio de tantas propuestas superficiales y efímeras, sepan cultivar la atracción hacia los valores, las altas metas, las opciones radicales, para un servicio a los demás siguiendo las huellas de Jesús. Queridos jóvenes, no tengáis miedo de seguirlo y de recorrer con intrepidez los exigentes senderos de la caridad y del compromiso generoso. Así seréis felices de servir, seréis testigos de aquel gozo que el mundo no puede dar, seréis llamas vivas de un amor infinito y eterno, aprenderéis a «dar razón de vuestra esperanza» 1 P 3,15. (Núm. 10).

4. Iluminación El Evangelio de la Alegría tiene su origen en la Encarnación. Leemos (Lc 1, 26-38). Jesús ha venido a traernos la alegría por medio del Espíritu Santo (Gal 5,22). La alegría perfecta es la que ofrece Jesús (Jn 16, 22-24). Jesús Resucitado que camina con sus discípulos y está presente en la Eucaristía envía a ser misioneros del Evangelio de la Vida y la alegría (Lc 24, 13-35).

5. Compromiso La juventud es una vocación a la vida y a la alegría. Sólo Dios alegra el corazón y da sentido a nuestra vida. ¿Qué hacer en la parroquia para proponer a los jóvenes una sana alegría y evitar la 22


tristeza que nos ofrece el pecado? ¿Cómo dar razón de nuestra esperanza (1Pe 3,15)?

6. Oración Final Oración del Discípulo misionero Señor Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, rostro humano de Dios y rostro divino del hombre, enciende en nuestros corazones el amor al Padre que está en el cielo y la alegría de ser cristianos. Ven a nuestro encuentro y guía nuestros pasos para seguirte y amarte en la comunión de tu Iglesia, celebrando y viviendo el don de la Eucaristía, cargando con nuestra cruz, y urgidos por tu envío. Danos siempre el fuego de tu Santo Espíritu, que ilumine nuestras mentes y despierte entre nosotros el deseo de contemplarte, el amor a los hermanos, sobre todo a los afligidos, y el ardor por anunciarte al inicio de este siglo. Discípulos y misioneros tuyos, queremos remar mar adentro, para que nuestros pueblos tengan en Ti vida abundante, y con solidaridad construyan la fraternidad y la paz. Señor Jesús, ¡Ven y envíanos! María, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros. Amén. Benedicto XVI

23


“La Iglesia tiene la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del Pueblo de Dios, y recordar también a los fieles de este Continente que, en virtud de su bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo. Esto conlleva seguirlo, vivir en intimidad con El, imitar su ejemplo y dar testimonio”. Discurso Inaugural del Documento de Aparecida, Benedicto XVI.

Tema 3: LLAMADO Y SEGUIMIENTO DE JESÚS Objetivo: Descubrir el significado de la vocación de discípulos misioneros de Jesucristo para hacer nuestra la vida y esperanza que Él nos ofrece y conducir a los demás a la comunión con Cristo. 24


1. Oración de Inicio Canto: El pescador Tú has venido a la orilla, no has buscado ni a sabios ni a ricos. Tan sólo quieres que yo te siga. Señor, me has mirado a los ojos, sonriendo has dicho mi nombre. En la arena he dejado mi barca, junto a Ti buscaré otro mar. Tú sabes bien lo que tengo, en mi barca no hay oro ni espadas, tan sólo redes y mi trabajo. Señor, me has mirado a los ojos, sonriendo has dicho mi nombre. En la arena he dejado mi barca: junto a Ti buscaré otro mar. Tú necesitas mis manos, mi cansancio que a otros descanse, amor que quiera seguir amando. Señor, me has mirado a los ojos, sonriendo has dicho mi nombre. En la arena he dejado mi barca: junto a Ti buscaré otro mar. Tú, pescador de otros mares, ansia eterna de almas que esperan. Amigo bueno que así te llaman. 25


Señor, me has mirado a los ojos, sonriendo has dicho mi nombre. En la arena he dejado mi barca: junto a Ti buscaré otro mar. V. Me llamaste y escuche tu voz R/ Porque confió en ti. V. Dijiste mi nombre y conocí tus palabras. R/ Porque confió en ti. V. Me convocaste a la aventura de la fe R/ Porque confió en ti. V. Me aseguraste tu presencia y compañía R/ Porque confió en ti. V. Tu palabra, transparente, actual, interpelante, me salió al encuentro R/ Porque confió en ti. V. La oración compartida con mis hermanos me fue mostrando el camino R/ Porque confió en ti. V. Un oído en tu Palabra el otro en las cosas que pasan R/ Porque confió en ti. V. Muchos que anduvieron antes, estos pasos, me alentaron con su ejemplo y con su entrega. R/ Porque confió en ti. V. Otros tantos, anónimos constructores del Reino, me animan, a diario, a seguir adelante. R/ Porque confió en ti. V. Escuche tu palabra, viva, presente, estimulante. R/ Porque confió en ti. V. Te pusiste en mi camino y me encontré a tu lado R/ Porque confió en ti. V. Las palabras escritas hace tanto se hicieron vida nueva y propuesta de cambio y de entrega 26


R/ Porque confió en ti. V. Me acostumbre a buscarte en la noche tarde o al amanecer, temprano R/ Porque confió en ti. V. Dame fuerzas para ser fiel a tu palabra R/ Porque confió en ti. V. Dame fuerzas para ser fiel a mis hermanos R/ Porque confió en ti. V. Dame fuerzas para vivir con coherencia el evangelio a diario R/ Porque confió en ti. V. Te escuche, te escucho y te respondo: “Aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad” R/ Porque confió en ti. V. Dame fuerzas, Señor, dame fuerzas para lograrlo. R/ Porque confió en ti.

2. Experiencia de Vida Los que hemos tenido la oportunidad de estudiar tuvimos muchos maestros que nos enseñaron a leer y escribir, las matemáticas, etc. Nuestros papás en casa nos enseñaron a respetar a los demás, a ser amables, tener modales, etc. Incluso ahora nos dan consejos… Haber tenido quien nos enseñe nos convirtió en discípulos. Los padres de familia son maestros para sus hijos y los hijos son sus discípulos. Ahora algunos discípulos son maestros, un buen discípulo puede llegar a ser un buen maestro en la escuela, en la casa, o en cualquier lugar. Compartan ¿Cómo eran sus maestros? ¿Qué maestro recuerdas más? ¿Por qué? 27


Ser alumno o discípulo ¿Qué significa? ¿Cuáles son los rasgos de un buen discípulo?

3. Reflexión En nuestra Diócesis estamos en una misión intensiva por los 150 años de la fundación de la Diócesis. La misión consiste en seguir anunciando el mensaje de Jesús, obedeciendo el mandato de Mt 28, 19-20 “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos…” Hay muchos hermanos nuestros bautizados que no son discípulos que han perdido su identidad de cristianos, que su fe se ha debilitado. Otros tienen la conciencia poco formada o han olvidado sus principios cristianos; ya no van a la Iglesia, los niños no acuden a la instrucción religiosa, los jóvenes lejos de Dios, etc. La misión permanente en nuestra Diócesis consiste en seguir anunciando a Cristo Camino, Verdad y Vida, en conducir al encuentro con Jesús, en hacer discípulos y crear comunidades de vida. El Kerygma es el mensaje central de nuestra fe. El Papa en su mensaje para la Jornada de las vocaciones de esta año nos dice los siguiente: “Como sucedió en el curso de su existencia terrena, también hoy Jesús, el Resucitado, pasa a través de los caminos de nuestra vida, y nos ve inmersos en nuestras actividades, con nuestros deseos y nuestras necesidades. Precisamente en el devenir cotidiano sigue dirigiéndonos su palabra; nos llama a realizar nuestra vida con él, el único capaz de apagar nuestra sed de esperanza. Él, que vive en la comunidad de discípulos que es la Iglesia, también hoy llama a seguirlo. Y esta llamada puede llegar en cualquier momento. También ahora Jesús repite: «Ven y sígueme» (Mc 10,21). Para responder a esta 28


invitación es necesario dejar de elegir por sí mismo el propio camino. Seguirlo significa sumergir la propia voluntad en la voluntad de Jesús, darle verdaderamente la precedencia, ponerlo en primer lugar frente a todo lo que forma parte de nuestra vida: la familia, el trabajo, los intereses personales, nosotros mismos. Significa entregar la propia vida a él, vivir con él en profunda intimidad, entrar a través de él en comunión con el Padre y con el Espíritu Santo y, en consecuencia, con los hermanos y hermanas. Esta comunión de vida con Jesús es el «lugar» privilegiado donde se experimenta la esperanza y donde la vida será libre y plena” (Núm. 6).

4. Iluminación El documento de Aparecida ha venido a recordarnos los aspectos del proceso de formación del discípulo y que son:  El encuentro con Jesucristo: por una parte el discípulo que busca y por otra el maestro que llama: “sígueme” (Mc 1,14, Mt 9, 9). Por el Kerygma se da origen a la iniciación cristiana.  La conversión: es la respuesta de fe y la decisión de ir tras Jesús.  El discipulado: es la profundización el misterio de la persona del Maestro, en su ejemplo y su doctrina. Es decir, la catequesis permanente y la vida sacramental que fortalecen la conversión inicial.  La comunión: no puede haber vida cristiana sino hay comunidad: en las familias, en las parroquias, comunidades de vida consagrada, comunidades de base, otras pequeñas comunidades y movimientos.  La misión: es inseparable del discipulado por lo cual no debe entenderse como una etapa posterior a la formación. 29


Ella surge en la medida en que se conoce y ama al Señor. Se anuncia, se comparte y construye el Reino. La formación del discípulo ha de ser permanente, dinámica y en su base está el anuncio kerygmático (No. 279). Jesús el Maestro formó personalmente a sus apóstoles y discípulos. Su método es: “Vengan y lo verán” (Jn 1,39), “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6). Además es una formación integral que comprende las siguientes dimensiones: a) Dimensión Humana y comunitaria: se busca personas que maduren en el contacto con la realidad y abiertas al misterio. Que vivan como cristianos en el mundo plural, con equilibrio, fortaleza, serenidad y libertad interior. b) Dimensión Espiritual: funda a la persona en la experiencia de Dios. Para adherirse de corazón por la fe, como la Virgen María al Maestro y Señor. c) Dimensión Intelectual: abarca el conocimiento bíblico teológico y de las ciencias humanas. Capacitando para el discernimiento, el juicio crítico y el dialogo sobre la realidad y la cultura. Además se hace competente en el servicio eclesial. d) Dimensión Pastoral y Misionera: se busca que el creyente anuncie a Cristo de manera constante en su vida y en su ambiente. Que comunique vida y ofrezca itinerarios pastorales. Incentiva la responsabilidad de los laicos en el mundo para construir el Reino de Dios.

5. Compromiso ¿Quién de ustedes ya recibió el Kerygma? ¿Cómo se sintió? Quien no lo haya recibido o hace mucho que lo recibió es necesario renovar el encuentro con Cristo que es el origen de la vocación de discípulo. 30


¿De los aspectos del discipulado cuáles me hacen falta o me están constando más trabajo? ¿por qué? De las dimensiones de la formación del discípulo misionero ¿cuál hace falta impulsar en mi parroquia? ¿Qué puedo hacer yo para colaborar a la formación de más discípulos misioneros?

6. Oración Final Salmo del discípulo que quiere anunciar a Dios Aquí estamos, Señor, como tus discípulos en Galilea. Aquí estamos, Señor, respondiendo a tu llamada. Aquí estamos, Señor, porque nuestro gozo eres tú. Aquí estamos, Señor, queremos ser anunciadores de tu Reino. Aquí estamos, Señor, con la confianza puesta en ti. Como los discípulos en Galilea... nuestro deseo es salir a tu encuentro, porque en medio de nuestra vida tú ocupas siempre un lugar importante. Respondiendo a tu llamada... porque a ti no se te puede decir que no, porque en nuestra respuesta encontramos el gozo. Aquí nos tienes, puedes contar con nosotros. No sabemos si sabremos hacerlo como tú deseas, pero sabes que la ilusión no nos falta. Porque nuestro gozo eres tú... Quien te descubre ya no puede vivir como antes; quien te ha visto, ya no puede negarte; quien te ha sentido, ya no puede olvidarte. Tú eres nuestro gozo, porque te hemos visto, sentido y descubierto.

31


Tú eres nuestro gozo, porque eres la perla preciosa, el tesoro escondido. Tú eres nuestro gozo, porque toda nuestra vida tiene sentido desde tu presencia. Queremos ser anunciadores de tu Reino... porque te hemos sentido cerca; porque ahora sabemos qué es lo bueno, lo perfecto; porque cuando algo tan grande como tú se descubre, ya no es posible guardar silencio. Aquí estamos, porque sabemos que nos necesitas, y te ofrecemos lo mejor que tenemos, nuestra propia vida, para que sea instrumento al servicio de tu Reino. Con la confianza puesta en ti... Sabemos que no debemos poner toda la confianza en nuestras propias fuerzas, sino en las tuyas. Por eso acudimos a ti, porque si nos falta valentía, tú nos darás coraje; porque si nos falta fe, tú nos la aumentarás; porque si nos falta el ánimo, tú nos darás la paciencia; porque contigo, Señor, cualquier cosa es posible. Aquí estamos, Señor, porque eres nuestro Dios. Aquí estamos, Señor, porque nos has mirado. Aquí estamos, Señor, con nosotros puedes contar. Aquí estamos, Señor, para decirte con el corazón que nos ayudes en ésta, nuestra misión.

Canto: El pescador

32


“La fe, que hace tomar conciencia del amor de Dios revelado en el corazón traspasado de Jesús en la cruz, suscita a su vez el amor. El amor es una luz –en el fondo la única- que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar”. Benedicto XVI

Tema 4: EL AMOR DE DIOS Y LA ESPERANZA Objetivo: Profundizar en el fundamento de la esperanza cristiana para reencontrar el sentido de la vida y renovar nuestra fe. 33


1. Oración de Inicio Canto: Dios me ama a mí Dios me ama a mí me ha llamado por mi nombre Dios me ama a mí, como si no hubiera nadie más (2). Me ama, a pesar de mi pecado, a pesar de mi pasado, a pesar de serle infiel.

Lector.- Señor Jesús, venimos a buscarte, a conocerte un poco más. Todos.- Queremos descubrir tu voluntad sobre nuestra vida. L.- Necesitamos para esto el Don de tu Espíritu, que es tu luz y es fortaleza. T.- El mundo que nos rodea nos deslumbra y no nos permite ver cuál es el verdadero camino de nuestra realización personal. L.- Nos propone una felicidad aparente y falsa. T.- Descúbrenos, Señor, el Misterio de Tu Amor, como la fuente de la verdadera felicidad. L.- Ayúdanos a descubrir tu Plan de amor para cada uno de nosotros. T.- Líbranos de todo amarre, de toda esclavitud que nos impida seguirlo. L.- Hay hilos muy sutiles que nos atan y no nos dejan libres. T.- Señor, necesitamos ser totalmente libres para realizar una opción madura. L.- Queremos hacer de nuestra vida algo grande, algo útil para nuestro mundo que nos hunde en tinieblas y corrupción. 34


T.- Queremos encontrarnos contigo, Jesús, conocerte mejor, conocerte para amarte, amarte para seguirte y servirte. L.- Tú, Jesús nos llamas para que nos acerquemos a Ti , vivamos arraigados en Ti, y luego vivamos como has vivido Tú, pensemos como piensas Tu, caminemos por los caminos que Tu recorres, miremos la realidad como Tu la miras, amemos a nuestro mundo como Tú lo amas. T.- Madre nuestra María, Virgen del SÍ total y generoso, enséñanos a estar plenamente disponibles al Plan de Dios sobre nosotros. L.- Como en Ti, Señora, Madre de Jesús, primera discípula de tu Hijo, la que nos invitas a que " Hagan todo lo que Él les diga", que se haga en nosotros según tu Palabra. T.- Permítenos saludarte, Madre, con las palabras que un día te dirigió el Ángel Gabriel: Dios te salve MARÍA........... Guía: Nuestra vocación cristiana nació de un encuentro con Cristo vivo, en el Bautismo. Tiene que crecer y realizarse con nuestra respuesta en el seguimiento de Jesús. También a nosotros como a los primeros discípulos Jesús nos invita a estar con él.

2. Experiencia de vida ¿Qué es la esperanza? ¿Para qué sirve tener esperanza? ¿Conoces alguna persona que tenga esperanza? ¿Cómo son las personas que tienen esperanza? Comparte algunos refranes o frases que dan esperanza. Ejemplo: La esperanza es el sueño del hombre despierto. Si te caes 7 veces levántate 8. Y ahora señor ¿Qué esperare? Mi esperanza está en ti. Salmo 39,7 35


3. Reflexión Al darnos cuenta que mucha gente ha perdido la esperanza, la ilusión, la meta, etc. Viven muchos sin sentido. ¿Por qué parece que Dios no actúa ni habla ante situaciones que nos lastiman o causan penas? El Papa Benedicto XVI responde en su mensaje de las vocaciones de este año cuando se pregunta en lo que consiste la fidelidad de Dios en la que se puede confiar con firme esperanza en nuestros días, lo dice en corto, consiste en su amor. “Él, que es Padre, vuelca en nuestro yo más profundo su amor, mediante el Espíritu Santo (cf. Rm 5,5). Y este amor, que se ha manifestado plenamente en Jesucristo, interpela a nuestra existencia, pide una respuesta sobre aquello que cada uno quiere hacer de su propia vida, sobre cuánto está dispuesto a empeñarse para realizarla plenamente. El amor de Dios sigue, en ocasiones, caminos impensables, pero alcanza siempre a aquellos que se dejan encontrar. La esperanza se alimenta, por tanto, de esta certeza: «Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16). Y este amor exigente, profundo, que va más allá de lo superficial, nos alienta, nos hace esperar en el camino de la vida y en el futuro, nos hace tener confianza en nosotros mismos, en la historia y en los demás. Quisiera dirigirme de modo particular a vosotros jóvenes y repetiros: «¿Qué sería vuestra vida sin este amor? Dios cuida del hombre desde la creación hasta el fin de los tiempos, cuando llevará a cabo su proyecto de salvación” (Núm. 5). El amor es lo que da vida, es lo que permanece para siempre. Donde falta el amor falta la esperanza. El amor que viene 36


de Dios ha de volver a Dios como respuesta de fe y amor. La esperanza es lo que brota de la fe y al amor. Quien espera en el amor es el hombre que tiene fe en Dios. El Papa Benedicto en su mensaje de la cuaresma des este año decía que el cristiano es una persona conquistada por el amor de Cristo y movido por este amor. Y agregaba que está abierto de modo profundo y concreto al amor al prójimo. Esta actitud, afirma, nace ante todo de la conciencia de que el Señor nos ama, nos perdona, incluso nos sirve, se inclina a lavar los pies de los apóstoles y se entrega a sí mismo en la cruz para atraer a la humanidad al amor de Dios.

4. Iluminación Lectura de 1Jn 4, 7-21. (Meditación en silencio) ¿En qué consiste el amor de Dios según el texto que hemos escuchado? ¿Con este texto cuál crees que sea la relación entre la esperanza y el amor? ¿Cómo sería una vida sin amor? Por otro lado podemos decir que la Verdad y el amor siempre van juntos. No soportan ser separados. El amor sin verdad suele resultar vacío, engañoso o empobrecedor para el ser amado, y la verdad dicha sin amor, puede ser cruel y destructiva. Además de la relación que existe entre la esperanza y el amor, entre la verdad y el amor ¿a qué más podemos unir el amor y de qué manera?

37


El catecismo de la Iglesia Católica nos dice que “la esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los Cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo… La virtud de la esperanza corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre; asume las esperanzas que inspiran las actividades de los hombres; las purifica para ordenarlas al Reino de los Cielos; protege del desaliento, sostiene en todo desfallecimiento; dilata el corazón en la espera de la Bienaventuranza eterna. El impulso de la esperanza preserva del egoísmo y conduce a la dicha de la caridad” (Núm. 1817-1818).

5. Compromiso Es necesario ser agradecido con las personas que me ofrecen cariño, amistad y su amor incondicional. ¿Qué voy hacer para agradecerles? Dios me ama ¿En qué lo noto o experimento? ¿Por qué puedo decir que en el Señor resucitado tenemos la certeza de nuestra esperanza? Elaboro mi propio credo para responder a Dios. Para ello me pregunto ¿Por qué creo en Dios?

6. Oración Final Recitamos el Credo

Canto: Dios me ama a mí

38


“Fe es estar firmes en lo que se espera, estar convencidos de lo que no se ve. La fe nos da ya ahora algo de la realidad esperada, y esta realidad presente constituye para nosotros una prueba de lo que aún no se ve”. Spe Salvi, Núm. 7

Tema 5: LA FE Y LA ESPERANZA EN LA VOCACIÓN Objetivo: Reflexionar desde el año de la fe en la necesidad de promover las vocaciones para seguir alimentando la esperanza cristiana e impulsar la cultura vocacional. 39


1. Oración de Inicio Ave María Purísima… El Ángel del Señor Anuncio a María. R. Y Concibió por Obra del Espíritu Santo. Dios te Salve María… He aquí la esclava del Señor. R. Hágase en mí según tu palabra. Dios te Salve María… Y el Verbo de Dios se hizo Carne. R. Y habitó entre nosotros. Dios te Salve María… Gloria al Padre (3) Ruega por nosotros Santa Madre de Dios… Oración: Te suplicamos Señor que a los que por el anuncio del Ángel hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por los méritos de su pasión y muerte seamos llevados a la Gloria de la Resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Canto: A la Virgen María 2. Experiencia de Vida Compartimos: ¿qué es la fe? ¿Cuándo una persona tiene fe? ¿Dónde nace la fe o qué la origina? ¿Qué relación hay entre la fe y la esperanza? ¿Las vocaciones por qué vienen a ser signo de esperanza que se funda en la fe? 40


3. Reflexión El Papa en su Mensaje para la Jornada Mundial de Oración por las vocaciones de este año 2013 citando a Pablo VI dice que el futuro religioso de la sociedad cristiana, el índice de la vitalidad de la fe, el amor de cada comunidad parroquial y diocesana, y el testimonio de la salud moral de las familias cristianas, depende del número suficiente de sacerdotes y de vocaciones a la vida consagrada (Núm. 1). “La esperanza es espera de algo positivo para el futuro, pero que, al mismo tiempo, sostiene nuestro presente, marcado frecuentemente por insatisfacciones y fracasos”, dice el Papa Benedicto XVI en su mensaje por las vocaciones (Núm. 3). Vivimos insatisfechos de lo que ofrece el mundo, nos provoca vacío, un sin sentido. Por eso el Señor quiere conducir por el desierto del mundo a la tierra prometida, a la alianza con El, a la fe. Dios no nos deja nunca solos y es fiel a sus promesas como lo fue con el Pueblo de Israel desde las promesas hechas a los patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob). En esta fe histórica se fundamenta la fe porque la fidelidad de Dios es la auténtica fuerza motriz de la historia de la salvación. La fe y la esperanza están estrechamente unidas y en la fe bíblica llegan a parecer como intercambiables. Tener esperanza equivale a tener fe (Cfr. Hebr10, 22-23). Dar razón de nuestra esperanza es mostrar con obras nuestra fe (Cfr. 1Pe 3,15; Sant 2,18). En el Año de la fe en la Iglesia universal y en nuestra Iglesia particular (Diócesis) el año de la Pastoral Social, es una oportunidad para promover las vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada, de manera especial, puesto que son ellos quienes han promovido a lo largo de la historia grandes obras de fe a favor de los necesitados (Por ejemplo escuelas, cooperativas, cajas de 41


ahorro, ONGs, etc) buscando promover la justicia, la solidaridad y otros valores sociales. Los carismas y ministerios diversos que existen en nuestra Iglesia son poco conocidos y enriquecen la vida de la comunidad. A cada uno Dios le ha dado una vocación específica de acuerdo a sus talentos, cualidades, etc. de tal manera que poniendo al servicio de los demás edifiquemos el Cuerpo Místico que es la Iglesia y no lo hagamos sólo para el provecho personal. De aquí que todas las vocaciones sean signo de la esperanza que se ha de fundar en la fe.

4. Iluminación Leamos Mt 9, 36-38: ¿Qué ve Jesús? ¿Qué dice Jesús? ¿Qué pide Jesús? La Porta Fidel dice que “La fe, en efecto, crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo” (Núm. 7). Además afirma que “durante este tiempo, tendremos la mirada fija en Jesucristo, que inició y completa nuestra fe (Heb 12,2): en él encuentra su cumplimiento todo afán y todo anhelo del corazón humano. La alegría del amor, la respuesta al drama del sufrimiento y el dolor, la fuerza del perdón ante la ofensa recibida y la victoria de la vida ante el vacío de la muerte, todo tiene su cumplimiento en el misterio de su Encarnación, de su hacerse hombre, de su compartir con nosotros la debilidad humana para transformarla con su poder de su resurrección. En él, muerto y resucitado por nuestra salvación, se iluminan plenamente los ejemplos de fe que han marcado los últimos dos mil años de nuestra salvación” (Núm. 13). 42


Por tanto, el Año de la fe es de profunda esperanza para la pastoral vocacional porque “por la fe, hombres y mujeres han consagrado su vida a Cristo, dejando todo para vivir en la sencillez evangélica la obediencia, la pobreza y la castidad, signos concretos de la espera del Señor que no tarda en llegar. Por la fe, muchos cristianos han promovido acciones a favor de la justicia, para hacer concreta la Palabra del Señor, que ha venido a proclamar la liberación de los oprimidos y un año de gracia para todos (Cfr. Lc 4, 18-19)”. -Porta Fidei Núm. 13-

5. Compromiso ¿En qué consiste dar razón de la fe-esperanza- por amor? Si somos hombres y mujeres de fe ¿en qué obras lo manifiesto? ¿Qué vocaciones y carismas hacen falta hoy en nuestra comunidad parroquial? ¿Y qué vamos hacer para promoverlas? Se pueden compartir y comentar los materiales o subsidios que ofrece el Centro Diocesano de Vocaciones.

6. Oración Final Credo de los apóstoles “Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos. Al tercer día resucitó de entre los muertos, 43


subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, El perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.” Dios te salve María…

44


Exposición del Santísimo CANTO: Entraré ORACION: Señor, ante tu presencia amorosa, los jóvenes aquí reunidos te pedimos bendigas nuestra juventud; di de ella palabras buenas que día a día se nos vuelvan vida. Queremos ser jóvenes nuevos. Estrenar nuestra vida recibida de ti y por ti hecha buena. Déjanos matar al joven viejo que vive en 45


nosotros y que a nosotros se aferra. Déjanos enterrarlo muy hondo, bajo tierra, y que de Ti nazca en nosotros el joven nuevo. Danos un recto pensar y un actuar acorde. Queremos vivir en paz, con la conciencia limpia de mancha, aceptamos las penas, nada queremos hacer para evitarlas. Nos hiciste de lodo amasado con lágrimas divinas, llanto divino de divinos ojos que miraban el futuro. Aceptamos las penas... danos en cambio, fortaleza para vencerlas, danos una vida nueva cargada de amor y amistad. Concédenos ser tus amigos y amarte también en maestros amigos. Queremos sembrar cosas nuevas, pero danos también el consuelo de cosechar el futuro y gozar lo sembrado. Danos el ser felices con lo que somos, sin dejar nunca el intento de hoy, ser mejores que como fuimos el día de ayer. Déjanos sentirnos hijos tuyos, confiados entre tus brazos y recibir el sustento. Danos, Jesús, te lo pedimos, el sentimiento por ti, siempre llamados a vivir contentos nuestro destino y nuestra juventud, sabiendo que al final de nuestro camino te encontramos a ti con los brazos abiertos; danos paternal cariño. Amén CANTO EUCARÍSTICO (u otro apropiado) LLAMADOS POR JESÚS A UNA VIDA DE SERVICIO LECTOR: Pero ante todo viven de la paz que existe en sus almas, ajenas todavía del conflicto que causa el actuar en contra de la conciencia Esa tan mencionada inocencia que los adultos lamentamos haber perdido, se llama paz interior. TODOS: Los jóvenes queremos encontrar paz y sentido a nuestra vidas por eso nos acercamos a ti Jesús, ya que sólo tu das sentido a nuestras vidas. LECTOR: Dios es la fuente de la alegría porque es la causa de la felicidad del hombre, sólo en Dios podremos encontrar una 46


alegría auténtica y fe sobre la adversidad y los fracasos permanentes. TODOS: Los jóvenes queremos tener un encuentro real y definitivo con Cristo porque Él es, la causa de la felicidad del hombre. LECTOR: La prueba más real de Dios es la alegría del hombre, se ha manifestado a través de la historia, por medio de cada mártir y en cada auténtico cristiano que en momentos de tribulación y a la hora de la muerte respondieron sólo con una tierna y agradable sonrisa, esperando siempre en Dios, como único consuelo. TODOS: Danos valentía y fortaleza en las tribulaciones; que los jóvenes no perdamos de nuestra mente que tú eres nuestro único fin y que siempre nos esperas con los brazos abiertos por medio de la reconciliación, aunque nuestro pecado haya sido muy grande. LECTOR: Cuando Dios nos perdona volvemos a ser como niños recién nacidos, somos hombres nuevos. ¡Qué sensación de paz nos embarga cuando salimos del confesionario, nos sentimos libres, limpios y alegres! TODOS: Jesús concede a los jóvenes la valentía necesaria para que se acerquen al sacramento de la reconciliación y que hagamos el propósito firme de no volver a faltar nunca jamás. LECTOR: Después de confesarnos, de nosotros depende siempre, con la ayuda de Dios, el continuar viviendo esa alegría todo el tiempo que queramos, siempre y cuando no volvamos a entrar en guerra contra nuestra conciencia y contra la voluntad de Dios; esa es la alegría de los niños y de los que son como ellos, la alegría de los Santos que siempre es una participación del amor de Dios.

47


TODOS: Los jóvenes queremos afirmar que únicamente Dios hace al hombre feliz, porque «sólo Dios basta» y proclamaremos a cuantos encontremos en nuestra vida y no nos cansaremos de ser camino de acogida, de fiesta y de amistad, para cuantos encontremos sentados en el aburrimiento y la soledad. CANTO 1. Sam. 18,32-33.37.40-51 Dijo David a Saúl: «Que nadie se acobarde por ese. Tu siervo irá a combatir con ese filisteo»: Dijo Saúl a David: «No puedes ir contra ese filisteo para luchar con él, porque tú eres un niño y él es un hombre de guerra desde su juventud». Añadió David: «Yahvé, que me ha librado de las garras del león y del oso, me librará de la mano de ese filisteo». Dijo Saúl a David: «Vete, y que Yahvé sea contigo». Tomó su cayado en la mano, escogió en el torrente cinco piedras lisas y las puso en su zurrón de pastor, en su morral y con su honda en la mano se acercó al filisteo. El filisteo fue avanzando y acercándose a David, precedido de su escudero. Volvió los ojos el filisteo y viendo a David, los despreció porque era un muchacho rubio y apuesto. Dijo el filisteo a David: « ¿Acaso soy un perro, pues vienes contra mí con palos?» Y maldijo a David el filisteo por sus dioses, y dijo el filisteo a David: «Ven hacia mí y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo». Dijo David al filisteo: «Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero Yo voy contra ti en nombre de Yahvé Sebaot, Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado. Hoy mismo te entregará Yahvé en mis manos, te mataré y te cortaré la cabeza y entregaré hoy mismo tu cadáver y los cadáveres del ejercito filisteo a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, y sabrá toda la tierra que hay Dios48


para Israel. Y toda esta asamblea sabrá que no por la espada ni por la lanza salva Yahvé, porque de Yahvé es el combate y os entrega en nuestras manos. Se levantó el filisteo y fue acercándose a David; se apresuró David, salió de las filas y corrió al encuentro del filisteo. Metió su mano David en su zurrón, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda e hirió al filisteo en la frente, la piedra se clavó en su frente y cayó de bruces en tierra. Y venció David al filisteo con la honda y la piedra; hirió al filisteo y le mató sin tener espada en su mano. Corrió David, se detuvo sobre el filisteo y tomando la espada de este la sacó de su vaina, le mató y le cortó la cabeza. Viendo los filisteos que había muerto su campeón, huyeron. Palabra de Dios. (Breve silencio). Si se cree conveniente se hace una breve reflexión... LECTOR: Los jóvenes necesitamos comprometemos a dar testimonio de nuestra fe ante nuestros padres, hermanos, compañeros y vecinos. TODOS: Jesús, danos jóvenes valientes que quieran comprometerse de verdad a dar testimonio de nuestra fe cristiana. LECTOR: Necesitamos jóvenes comprometidos a ayudarse como amigos, a amarse como hermanos y a trabajar por la paz y la justicia. TODOS: Danos jóvenes comprometidos con el amor fraternal LECTOR: El joven, pues, debe sentirse un miembro responsable en la Iglesia, con derechos y obligaciones, dispuesto a ofrecer su 49


persona, su tiempo y sus habilidades para construir una comunidad cristiana más alegre, dinámica y comprometida en el servicio del Reino de Dios. TODOS: Danos jóvenes comprometidos en los grupos juveniles, que estén dispuestos a entregar un poco de su tiempo al servicio de Dios y de otros jóvenes con problemas. LECTOR: Las áreas donde los jóvenes pueden aportar su dinamismo juvenil son muchas y diferenciadas... TODOS: Queremos jóvenes que se integren a los planes y programas pastorales de su comunidad Parroquial LECTOR: Ante tanta ignorancia religiosa ¿quiénes les dirán a los demás jóvenes que llevan un alma inmortal por la sangre de Cristo? TODOS: Necesitamos Apóstoles jóvenes, que por medio de su palabra y testimonio les digan a otros jóvenes que «Dios existe». LECTOR: Ante tanto conflicto de relaciones personales en que se pierde la paz por fricciones ridículas, ¿quién recordará el mensaje insistente de Cristo: «Ámense los unos a los otros como yo los he amado?». TODOS: Necesitamos Apóstoles, jóvenes, que hablen de Cristo a los hombres y lo den a conocer. LECTOR: Joven, que estas en la flor de la edad, en la primavera de los años, ¿para qué dejar que tu corazón se llene de hastío al no encontrar la felicidad que anhelabas? Mira el ancho mundo donde 50


tú puedes llevar el mensaje de salvación, "Si tu corazón no arde muchos se morirán de frío".

CANTO. Reflexión guiada ¿Cómo nos llama Dios? La vocación es un llamado. Los apóstoles recibieron de viva voz el llamado de Cristo: “Ven y sígueme”. ¿Recuerdas la vocación de algún Apóstol? Lc 5, 1-11 y Mt 4, 18-22 (Vocación de Pedro, Andrés, Santiago y Juan). Mt 9, 9 y Lc 5, 27-28 (Vocación de Mateo). Mc 3, 14,19 y Lc 6, 13-16 (Elección de los Doce). 1.- En el tiempo presente Cristo no suele llamar de viva voz, sin embargo sigue llamando al sacerdocio. ¿En qué forma lo hace? 2.- ¿Cómo se puede reconocer el llamado? A través de las personas (papás, maestros, sacerdotes, amigos). A través de los acontecimientos. (Éxitos, problemas de los barrios de la ciudad, mucha o poca fe, viajes, enfermedad grave, etc.) 3.- ¿Actualmente para qué sirve responder al llamado de Dios? Especificar las funciones del sacerdote (de servicio, de enseñanza y de culto). 4.- ¿Cuáles son las necesidades más urgentes de nuestra ciudad? 5.- ¿En qué medida el sacerdote puede ayudar a resolver estos problemas? 51


6.- ¿Puedes tú responder al llamado de Dios o ayudar a que otro responda? ¿Cómo? Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza nos atrevemos a decir: Padre Nuestro Oración por las Vocaciones Sacerdotales y Religiosas Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas, dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción de tu grey amada. Señor, gemimos en la orfandad, danos vocaciones, danos sacerdotes y religiosos santos. Te lo pedimos por la Inmaculada Virgen María de Guadalupe, tu dulce y Santa Madre. Oh Jesús danos sacerdotes y religiosos según tu corazón. Amén. Bendición con el Santísimo Sacramento

52



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.