PRIMERA CARTA PASTORAL
Carta Pastoral a la DIOCESIS de Teotihuacán Con motivo del V Aniversario de su erección canónica 1. Cuando recibí la noticia del Nuncio Apostólico, Mons. Christoph Pierre, que el Santo Padre Benedicto XVI me nombraba Obispo de Teotihuacán, supe que mi vida iba a cambiar. Entonces tenía 25 años de vida sacerdotal y entendí, que esta nueva etapa de mi vida venía en un buen momento para renovar mi compromiso de amor y fidelidad al Señor, quien me llamaba a emprender una nueva experiencia de fe. 2. Realicé mis ejercicios espirituales de preparación en la ciudad de Morelia, apoyado por los Señores Arzobispo Alberto Suárez Inda, Mons. Carlos Suárez y Octavio Villegas, de ellos recibí lo que tenía que saber para iniciar mi servicio episcopal. Dos cosas recuerdo muy bien que ahora las he vivido: que la figura de Moisés es quien mejor encarna la figura del Obispo, en cuanto guía y conductor; segunda, que en el ministerio episcopal no hay tarea en la cual el Obispo se pueda quedar fuera, pues todo le corresponde ya sea directa o indirectamente. Todo este tiempo lo he vivido con la conciencia de que Aquél que me ha llamado a desempeñar este servicio nunca me dejará de su mano de Padre. 3. Un Hermano Obispo, el día de mi ordenación me dijo que si no estaba unido siempre al Señor y a María su Madre, mi ministerio sería muy difícil de llevar adelante.
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4. Sería muy largo mencionar a hermanos Obispos, sacerdotes y laicos que me animaron con sus palabras y su oración y estoy seguro que lo siguen haciendo, agradezco y valoro siempre lo que significó la presencia Del Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, Arzobispo de Tegucigalpa, quien ha estado siempre presente, así como a varios hermanos Obispos que estuvieron en mi ordenación aquél ya lejano 24 de febrero de 2009. 5. Ser Pastor de una Iglesia particular, es una gracia, que solamente se entiende desde el amor gratuito y misericordioso de parte de Dios, El confía en nosotros y nos pone al frente de su familia. Como toda actividad, tiene sus grandes retos, desafíos e incluso incomprensiones, sin embargo, éstos no se comparan con el gozo que el Señor me ha regalado durante estos cinco años de vida episcopal, nunca dejaré de dar gracias por este magnifico don. “Levantaré el cáliz de la salvación y daré gracias al Señor”. (Salmo 116,13) 6. Al cumplir cinco años de vida diocesana, he creído oportuno dirigir mi primera Carta Pastoral a todos los fieles que viven en el territorio diocesano, con especial afecto y gratitud, a los laicos comprometidos que en cada parroquia desempeñan tareas pastorales en favor de los niños, de los jóvenes y las familias; a quienes de cualquier forma evangelizan porque son conscientes de su compromiso de bautizados, a mis hermanos sacerdotes, colaboradores asiduos del ministerio episcopal, responsables de cada comunidad parroquial, que hacen presentes la vida y misión de la Iglesia; sin
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ellos, la tarea que nos ha sido encomendada no podría realizarse; a las religiosas que con su oración callada nos acompañan y a todos los que viven en el territorio diocesano pero que no comparten nuestra fe y esperan también la realización y manifestación del Reino de Dios. 7. Damos gracias a Dios Padre porque nos ha llamado a ser sus hijos, eligiéndonos en su Hijo muy amado Nuestro Señor Jesucristo, por el regalo que hace 5 años hizo a esta porción del pueblo de Dios al llamarla para formar una Iglesia, una familia, que le conociera, amara y le rindiera culto. 8. Cinco años han pasado desde aquel 3 de diciembre de 2008, cuando el Santo Padre Benedicto XVI erigiera la Diócesis de Teotihuacán, como no recordar el día 24 de febrero de 2009, cuando en el Rancho la Ventilla, en medio de una multitud de fieles de la entonces Diócesis de Texcoco, nos congregamos para llevar a cabo mi consagración como Primer Obispo de la Diócesis de Teotihuacán. Como no agradecer al Señor, por los Sacerdotes y Fieles, por estos cinco años que hemos vivido juntos esta aventura de fe, construyendo aquí y ahora el Reino de Dios, como reza mi escudo episcopal. 9. Cuando se inicia un camino hay mucho por realizar: hay que conocer a las personas con las que se camina, aprender a caminar con ellas; escoger un camino, pues siempre hay otros que nos ayudan a llegar al objetivo que nos hemos propuesto. En este itinerario se nos van uniendo muchos colaboradores, que no siempre conocen las tareas y se tiene que emplear tiempo en prepararlas.
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10. El camino es fatigoso y de repente se siente la tentación de detenerse, pues las metas no son muy claras. El cansancio y la rutina hacen todavía más pesado el camino. Llega un momento, en que bien vale la pena hacer una pausa, volver a replantearse las metas, recibir ánimo para continuar con la misma ilusión con la que se comenzó; dar más esperanza, fortalecer, mirar con claridad el punto de llegada para no desperdiciar fuerzas inútilmente. La presente Carta Pastoral, tiene precisamente este objetivo. 11. Esta carta no quiere ser una reflexión teológica o un estudio temático extenso, sino un mensaje amable y cordial del pastor que se dirige a la Diócesis de Teotihuacán, de lo mucho que hay en su corazón de pastor. 12. La presente carta tiene varios momentos: 1. Una lectio divina que nos ayude a iluminar y ubicar en el lugar justo nuestra misión de pastores, esto vale para nosotros, pero para todos: laicos, religiosas. 2. Seguida de una breve historia de lo que ha sido nuestra Diócesis en este período; 3. Aunque sea de modo breve, enunciar el contexto en el cual realizamos nuestra tarea. 4. Destacando después el gran reto que tenemos de la Nueva Evangelización. 5. Vale la pena también decir algo de lo que hemos realizado en estos cinco años, son logros de todos y ya es historia. 6. Dirigir una palabra a los sacerdotes. 7. A los fieles laicos 8. A los seminaristas, 9. Las familias, 10. Los y las catequistas. 11. Los jóvenes y finalmente 12. Los consejos parroquiales.
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1.-Lectio Divina. Primicia de la Palabra. “Lo único que permanece es la Palabra de Dios”. Lectio del Evangelio de san Marcos 3, 13-19 Para comenzar, hagamos una lectura orante de la Palabra. Se trata de una “Lectio Divina” de un pasaje que me gusta mucho y que nos puede dar enorme luz para comprender la carta pastoral. Lectio Marcos 3,13-19
13
Subió al monte y llamó a los que Él quiso, y vinieron a Él. 14 Instituyó a Doce, para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar 15 con poder de expulsar los demonios. 16 Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro; 17 a Santiago, el de Zebedeo, y Juan el hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; 18 a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo; 19 y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.
13. El texto que nos ocupa está tomado del Evangelio de San Marcos. Sabemos hoy, gracias a los estudios en Sagradas Escrituras, que este evangelio es el más antiguo de los que tenemos en la Biblia. Nuestro fragmento contiene una estructura en tres momentos: 1) Nos muestra cómo Jesús eligió a los doce apóstoles, tras haber estado primero en el monte, lugar donde Jesús solía estar en oración con su Padre celestial. 2) Desde
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ahí, Jesús llamó a quienes quiso y los instituyó como los “Doce” y éstos vinieron a Él para estar con él y para ser enviados a predicar con poder. 3) El pasaje nos da los nombres de los apóstoles, comenzando por los más cercanos a Jesús y culminando con aquél que lo entregó. 14. Consideremos los personajes y el escenario: Jesús está solo y sube a un monte; llama a doce varones y ellos lo siguen. La finalidad de tal acto de congregación es doble: por un lado, una dimensión contemplativa (estar con Jesús) y una dimensión activa y misionera (envío para predicar y expulsar demonios). La mención de los nombres de los apóstoles presenta una intención de Marcos: subrayar la individualidad de cada uno y su clara diferenciación respecto a los demás del grupo. Es decir, cada apóstol es único e irrepetible a los ojos de Jesús, pero cada uno es elegido y amado inmensamente por él. 15. Ante estos detalles narrativos, podemos preguntarnos: ¿Qué dice el texto?, ¿qué comunica?, ¿qué significado tiene en sí? Debido a la brevedad que nos exige la naturaleza de mi carta pastoral, les comparto que en este texto descubro un pasaje denso de significado, comprensible sólo desde la perspectiva del amor misericordioso de Jesús. Nuestro Señor no elige a ningún apóstol antes de subir al monte (lugar de encuentro asiduo con su Padre celestial), luego, elige y llama a cada uno de los apóstoles con particular predilección y amor íntimo, aun conociendo las limitaciones de cada uno de ellos. Los elige porque Él es misericordioso mas no porque ellos fueran los más
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capacitados, humanamente hablando, para desempeñar la función posterior de “apóstoles”. 16. Por otro lado, Jesús los quiere junto a Él porque quiere que vivan en su círculo íntimo. Jesús no los ve sólo como compañeros de un proyecto o como seguidores de Él, sino como miembros de una familia, de un grupo de renovación de las relaciones entre Dios y los hombres, un grupo cuya meta es hacer presente el Reinado de Dios y extenderlo, mediante una predicación y acciones de liberación (exorcismos), que hacen presente dicha soberanía divina. Meditatio 17. En un momento de meditación, podemos encontrar alguna expresión que nos sea particularmente especial a cada uno. En esa expresión el Señor nos invita en modo personal a estar con él en la intimidad de la oración y también nos exhorta a que vayamos y anunciemos la de la soberanía de Dios en nuestras comunidades, en nuestro territorio diocesano; finalmente, nos impulsa a hacer presente tal reinado celestial mediante acciones concretas que ayuden a los demás a liberarse de las cadenas del pecado, del egoísmo, de la mentalidad mundana y consumista, del pensamiento débil tan propagado en nuestro contexto social postmoderno y así poder vivir para Dios y para los demás. Por eso, en este momento podemos preguntarnos, cada uno: ¿qué me dice el texto en mi situación vital hoy?, ¿qué nos dice como comunidades de fe en nuestros entornos parroquiales?
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Oratio 18. Después de responder a esas preguntas, podemos orar silenciosamente ante el misterio de la elección amorosa y misericordiosa que Jesús ha hecho con cada uno de nosotros. Es momento de agradecer el don de su llamado, alabarlo porque nos ha mirado con misericordia y nos ha considerado dignos de ser sus discípulos contemplativos y misioneros activos de su reino. Quizá en un momento pueda cada uno improvisar una oración escrita que, aunque breve, donde exprese la esencia de su oración agradecida a Jesús, que lo ha mirado y elegido con amor para que sea su apóstol hoy. Contemplatio-Actio 19. Finalmente, tras orar, alabar y agradecer a Jesús su amor benevolente para con cada uno de nosotros, podemos juntos hacer compromisos que expresen nuestra correspondencia al amor de Aquel que nos amó primero. Podemos imaginar cómo quisiéramos involucrarnos en su proyecto de amor, de misericordia, de justicia y de paz en medio de una sociedad como la nuestra, tan lastimada, tan disfuncional desde el seno de muchos hogares, tan insegura, tan lacerada por injusticias de toda índole. Pensemos cómo en tiempos de Cristo, la situación social era mucho peor que la nuestra hoy y, sin embargo, Jesús y sus apóstoles lograron cambiar el futuro del mundo, extendiendo el reino de Dios con su entrega y dedicación. Podemos hacer una lista de los compromisos que queramos asumir para edificar el reino de Dios en ti y en tu entorno (familia,
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lugar de trabajo, de estudio, etc). Así concluimos esta lectio divina, basada en un texto pequeño, pero particularmente intenso en su significado. 20. Es un pasaje que me ha impactado desde mi juventud, me ha hecho meditar continuamente en la misericordia de Jesús para conmigo y para con cualquiera que se fíe de Él. Jesús no se equivoca al elegir a sus apóstoles, al congregarlos, al dejarse acompañar por cada uno de ellos. Jesús nos ama infinitamente y nos regala su presencia como fundamento de la paz que en Pascua Él dio a sus discípulos. Jesús me eligió para ser, en su nombre, pastor de su pueblo en la Iglesia particular de Teotihuacán. Así también Él mismo elige hoy a cada uno de ustedes para ser su discípulo y misionero misericordioso. Digámosle “sí” al Señor, fiémonos de su amor, del plan que Él tiene para cada uno y para nuestra amada Diócesis.
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2.- Breve Historia. 21. El misterio de la Iglesia se parece al misterio del Reino. El Señor comparó el Reino con una semilla de mostaza, que siendo pequeña e insignificante se convierte en un gran arbusto (Cf. Mc 4,30-32). La Iglesia crece y se desarrolla en medio de la vida de los hombres como un signo de la presencia divina, está ahí donde dos o tres se reúnen en el nombre del Señor (Cf. Mt 18,1920). 22. La realidad demográfica exige que las Diócesis al ir creciendo se vayan dividiendo, como células de un cuerpo, para que el mensaje de salvación llegue de manera oportuna a todos los destinatarios (Cf. ChD II, 23). La diócesis de Teotihuacán nació como resultado del crecimiento de la diócesis de Texcoco. 23. Recordar nuestro pasado. Celebrar cinco años de vida, siempre nos invita a recordar nuestro pasado, hoy somos la Diócesis de Teotihuacán, ayer éramos parte de la diócesis de Texcoco. Mirar hacia atrás para agradecer sobre todo a Dios porque quiso llamarnos a formar esta comunidad, para vivir una experiencia de fe, (Cf. DA 164), agradecer a Texcoco, porque nos ofreció una formación, ahí crecimos y maduramos nuestra vocación. 24. Somos hijos de una Iglesia fértil que ha dado vida a varias diócesis, Texcoco nuestra diócesis madre (Cf. ChD II, 22). A cinco años la recordamos con alegría y gratitud, ella nos formó, nos ha dado todo lo que ahora somos y tenemos. En nuestra mente está la presencia de
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Mons. Francisco Ferreira y Arreola (+), su primer obispo, a él le tocó dar inicio a la diócesis de Texcoco en el año 1960. Mons. Magín C. Torreblanca (+), su segundo Obispo, muchos sacerdotes que ahora formamos la nueva diócesis recibimos la ordenación sacerdotal de sus manos. Mons. Carlos Aguiar Retes, hoy Arzobispo de Tlalnepantla, quien con una visión de pastor, preparó y propuso la creación de nuestra diócesis y de quien recibí la ordenación episcopal. Mons. Víctor René Rodríguez Gómez, quien con mucho cariño y entusiasmo preparó de forma inmediata esta iglesia, Mons. Luis Artemio Flores por dos ocasiones párroco de San Juan Teotihuacán. Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, hoy Obispo de Texcoco. 25. Una palabra de recuerdo y gratitud a todos los sacerdotes que nos apoyaron y colaboraron en la formación y la creación de esta diócesis, les recordaremos siempre con alegría, así como a los sacerdotes, nuestros amigos que allá se quedaron.
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3. Contexto. 26. A la Diócesis de Teotihuacán le tocó nacer en el siglo XXI, el tercer milenio, con una multitud de cambios que han llevado a llamar a este tiempo, marcado por el fenómeno de la globalización, (Cf. DA 34; 61) cambio de época. Especialmente estos cambios se destacan en el mundo de la comunicación, (Cf. DA 38-39) vivimos en la era digital. Estamos viviendo en una nueva cultura (Cf. DA 44). Estos cambios exigen tomar nuevas posiciones, so pena de no llegar al corazón de las personas en el cambio y la transformación. 27. Una de las consecuencias trágicas de este tiempo: un mundo que se ha alejado de Dios. “creer o no creer no es la pregunta de hoy, no afecta ni cambia la vida” hay otras preguntas más importantes a las cuales hay que dar respuesta; un mundo donde se ha privilegiado más la economía y las finanzas, (Cf. EG 57-58) estas cuestiones sí que preocupan a los seres humanos, lo material está por encima de lo espiritual, el consumismo desmedido, el goce de lo inmediato con el mínimo esfuerzo para conseguir las cosas, aunque al final se llegue al mundo del vacío y la insatisfacción; estamos en el mundo de la comunicación, del conocimiento y la información. 28. Los valores objetivos y perennes están siendo cuestionados, el relativismo tan en boga no predica una verdad objetiva, sino mi propia verdad, lo que yo pienso, lo que yo creo, o lo que mejor me conviene para mis fines.
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29. Un mundo en donde se atenta contra la vida, y se manipula al antojo de la ciencia; (Cf. DA 45) en donde se atenta contra la familia y el matrimonio, desfigurándolo, presentando otras formas de convivencia como si fueran matrimonios; paradójicamente se ensalzan los logros de la ciencia que cuidan y mantienen la vida, estoy pensando en los trasplantes de órganos. 30. El secularismo: (Cf. EG 64-65) “hay que vivir y construir el mundo, etsi Deus nos daretur “como si Dios no existiera”. Imprimir al mundo su impulso autónomo y a la iglesia la posibilidad de que descubriera la sencillez de sus orígenes” (Cf. Fisichella R., 2012:32). 31. En resumen, nuestra cultura no está impregnada de cristianismo como lo fue en el pasado en donde creer era lo más natural, y la transmisión de la fe se daba de modo espontáneo de una generación a otra. Hay una crisis de fe, pero también la crisis es antropológica, el ser humano ha perdido la brújula, no sabe hacia dónde camina. 32. De modo muy general, éste es el contexto en el cual nos toca llevar adelante nuestra misión evangelizadora, Hay que traer a Dios al hombre de hoy, esa es nuestra misión. El reto y el desafío son mayores, ya que las circunstancias nos resultan más adversas que antes, de aquí que se nos pide, se nos exige, repensar la forma como estamos evangelizando, pues nuestros métodos resultan ya caducos y pasados de moda (Cf. EG. 41).
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33. En el contexto eclesial ha habido momentos muy importantes durante los últimos cinco años: Año del Sacerdote El Año de la Fe, Sínodo de la Nueva Evangelización, la Renuncia del Papa Benedicto y el arribo del Papa Francisco, solo por mencionar algunos.
4.- Nueva Evangelización. 34. Desde el Papa Juan XXIII pidió abrir las puertas de la Iglesia para que entrara un aire fresco. Si antes era necesario, hoy es una prioridad. El Pontificado del Papa Francisco da un aire nuevo, un frescor a la Iglesia". Son ya muchos años que venimos escuchando el llamado que la Iglesia nos hace para llevar a cabo la Nueva Evangelización, (Cf. D.S.P. Juan Pablo II, 1983) por la sencilla razón que nuestros métodos pastorales han dado lo que tenían que dar. La razón principal radica en los profundos cambios que se han operado con el llamado fenómeno de la globalización. Estoy seguro que en cada Iglesia particular se han realizado estos esfuerzos para responder mejor a las exigencias de este presente que nos ha tocado vivir. Pero también conviene recordar aquí qué elementos hay que tomar en cuenta para asegurar que estamos en sintonía con la Nueva Evangelización. Aquí recuerdo algunos: 35. Conversión Pastoral. “la conversión pastoral” “exige que se pase de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera. “ (Cf. DA 370). La Nueva evangelización exige que haya un cambio de mentalidad, tanto en los Sacerdotes, como
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en los fieles laicos. Sobre todo de aquellos que están comprometidos con la pastoral en cada parroquia, este cambio de mentalidad nos lleva de por sí, a hacer cosas distintas a las que hemos venido realizando desde hace ya mucho tiempo, tanto en la liturgia como en la catequesis. Es de todos conocida la expresión “si seguimos haciendo las mismas cosas, seguiremos obteniendo los mismos resultados”. Hasta el Papa Francisco nos recuerda en su última carta encíclica que abandonemos el cómodo criterio pastoral del “siempre se ha hecho así”. (Cf. E.G 33). 36. Hoy se requiere, desde luego sin llegar a la exageración, el ser imaginativos, de saber innovar, ser creativos. La Nueva Evangelización nos pide nuevos métodos y nuevas expresiones, no podemos cambiar los contenidos, estos están bien señalados en el correr de toda la historia de la Iglesia: Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre”, ya el Apóstol recordaba “que si alguien enseña otra doctrina distinta a la enseñada por él sea maldito”. Cristo, su vida, su obra, su muerte y Resurrección, son el Kerigma fundamental que la Iglesia enseña, pero los ambientes, los contextos, son siempre diversos, de tal modo que el mensaje debe tener en cuenta estos diversos escenarios. 37. El Magisterio del Papa Francisco nos ha enseñado como se realiza hoy esta Nueva Evangelización: son sus gestos, sus palabras, su sonrisa, sus mensajes que llegan a tocar las fibras más íntimas delas personas, pero sobre todo es atracción, su cercanía. “la iglesia no hace proselitismo, sino que su fuerza la tiene en la atracción
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que da el testimonio” nos recordaba el Papa Benedicto XVI. “El Papa Paulo VI nos dijo en su Carta encíclica Evangelii Nuntiandi, que los hombres de hoy siguen no a los maestros, sino a los testigos”, sí, eso ya lo habíamos escuchado, pero ahora El papa Francisco nos está enseñando como se hace, y nos invita a que también lo hagamos nosotros. Doctrina, enseñanza, reflexión, la Iglesia la tiene y en abundancia, ahora nos toca bajarla a nuestras comunidades, es verdad hay que conocerla, pero lo más importante “hay que vivirla”, pues de otro modo de nada sirve. 38. Las actitudes del Papa parecen recordarnos aquellas palabras del Maestro, pero palabras que se hicieron gestos de vida: “Ustedes me llaman Maestro y dicen bien, pues lo soy, pues si yo les he lavado los píes, con cuanta mayor razón lo deben hacer unos con otros”. Jn 13, 13.
39. La Nueva Evangelización no podrá realizarse sin salir a las periferias, tanto las sectoriales como las existenciales, esto nos ha recordado el Papa Francisco. Salir, salir, no quedarnos en la comodidad de una oficina detrás de un escritorio, donde la gente ya no llega, caminar por las calles donde viven nuestros destinatarios de la Buena Nueva. Acompañar estando cercanos de aquellos que viven los problemas de cada día. Tal vez por eso hay muchos que nos confunden con burócratas de lo sagrado, aunque les digamos que no lo somos, ellos ven totalmente lo contrario.
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40. En nuestra diócesis tenemos muchas oportunidades para estar cerca de nuestro pueblo, baste pensar en las fiestas patronales y todas las expresiones de religiosidad popular que tienen. No podemos conformarnos con los novenarios que se nos piden y esperar cuanta gente llega al templo, éstas son oportunidades para salir y estar con la comunidad, atraer y dar una palabra y un gesto a quienes ya no llegan al templo, sino solo con oportunidad de un sacramento. 41. Nosotros nos quejamos de que en muchas instituciones que anuncian cambios sustanciales, siempre al final decimos “más de lo mismo”, esta pregunta también vale para nosotros, hay que cuestionarnos si de verdad estamos alimentando a nuestro pueblo con la Palabra de la vida, o si solamente nos estamos contentando con darles más de lo mismo. Llama la atención, de acuerdo a una última encuesta sobre participación religiosa, que quienes más se han alejado de la Iglesia, es la gente pobre, sencilla, no la gente acomodada. Tal vez no estamos llenando sus expectativas, nuestra predicación no les dice nada, no damos respuesta a sus profundos interrogantes. 42. Nuestro modo de ser, de tratar a la gente, de recibirla, acogerla, estar con ellos; alimentarlos con el pan de la Palabra, preparando bien nuestras homilías y no haciéndolas tan largas, estando dispuestos cuando ellos nos necesitan, todo esto conseguirá más que largos discursos y amonestaciones.
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5.- Nuestros Logros. 43. Nunca estaremos plenamente satisfechos de las tareas que se nos han encomendado, pero si estamos contentos con lo que hemos realizado. Al final del día solamente decimos: siervos inútiles somos, no hemos hecho sino lo que teníamos que hacer. (Cf. Lc. 17,10). 44. Durante estos cinco años de vida, laicos, sacerdotes y obispo nos hemos empeñado en realizar las tareas que a cada quien le corresponden, unidos en un objetivo común (Cf. DA 169): sabemos que somos un cuerpo cuya cabeza es Cristo y que unidos a El y en comunión entre nosotros podremos llevar a buen fin todas las encomiendas que tenemos (Cf. DA 164). 45. Estamos convencidos, así lo hemos enseñado, la Espiritualidad de Comunión es el eje vertebral no de un proyecto determinado, ni de un plan pastoral, sino de la naturaleza intrínseca de la Iglesia, fundamentada en la relación Trinitaria; sin esta vinculación necesaria, todos los esfuerzos y la acción de la Iglesia seria en vano (Cf. DA 159, 161). 46. Bajo estos principios hemos realizado las acciones que el Espíritu Santo nos ha impulsado a llevar adelante. Si hoy que hemos caminado cinco años juntos, quisiéramos examinar bajo la lógica humana lo realizado, no sabríamos explicar tantas acciones que pasaron por nuestras manos, lo único que sabemos es que El Señor ha estado presente en cada momento y en cada paso que hemos dado. El se ha cansado con nosotros, ha
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construido con nosotros. Al final de día solamente nos toca esperar nuestro denario que El justo juez dará a cada uno (Cf. Fil 3,13-14; 1a Pe 5,1-4). 47. Ne me toca aquí enumerar las actividades que durante estos cinco años se han realizado, estoy seguro que aciertos los tenemos en muchas tareas pastorales, algunas incluso no las conocemos, pero están ahí, cada quien desde el lugar que ocupa en este cuerpo, sabrá que acciones se hicieron y de qué forma ha estado involucrado en los mismos. Esta carta pastoral es para agradecer a Dios Padre, a todos los que han formado parte de lo que se ha construido y fortalecer y animar, agentes de pastoral, sobre todo sacerdotes. Juntos tenemos que seguir empeñados en seguir trabajando, con esperanza y sin prisas en la instauración del Reino. 48. La primera etapa la hemos construido juntos, es modesta, sencilla, a los ojos de muchos es casi imperceptible, sin embargo necesaria. Los cimientos de una casa nadie los ve, están ocultos, pero sin estos no se podría construir el edificio. Ahora viene la otra etapa: hay que consolidar la obra, fortalecer las estructuras, seguiremos necesitando manos, pies, disponibilidad, generosidad. Hoy estamos nosotros, mañana vendrán otros, no somos los protagonistas, ni el arquitecto, simplemente obreros en la viña del Señor (Cf. Mt 20.115).
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6.- Sacerdotes. 49. Mi carta pastoral tiene como destinatarios especiales a mis hermanos sacerdotes, con quienes he compartido estos cinco años de vida diocesana, ustedes son mi familia presbiteral, hace cinco años recibimos juntos una misión, la cual hemos tratado de llevar adelante. 50. Nuestro plan Diocesano de formación permanente que juntos hemos elaborado y sobre el cual hemos trabajado desde el año pasado, señala el aspecto más vigoroso de la comunión que el Papa Juan Pablo II presentaba ya en la eclesiología de NMI, enraizada en la eclesiología de Lumen Gentium, Por eso la frase más citada de NMI es aquella que dice: "Hacer de la Iglesia la casa y escuela de comunión: éste es el gran desafío que tenemos ante nosotros en el milenio que comienza, si queremos ser fieles al designio de Dios y responder también a las profundas esperanzas del mundo" (NMI 43). 51. De algún modo quiero dar también respuesta a las peticiones que ya hacían ustedes al trabajar dicho plan, pero, que, nos lleva al mismo tiempo al encuentro vivo con Jesucristo el cual nos abre a la comunión con el Padre y con cada ser humano. 52. El amor fraterno que vivían las primeras comunidades cristianas despertó la admiración del mundo pagano y abrió a muchos en la fe (Cf. Hech. 4, 32-35; 5, 12-16) Hoy también podemos hacerlo entre Obispo y Presbiterio de Teotihuacán, sabiendo que la
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experiencia de comunión entre los bautizados será la mejor respuesta a la sed de Dios que muchos sienten y a la creciente soledad interior que impulsa a las personas a buscar espacio, acogida, y pertenencia en una comunidad eclesial. 53. Antes como sacerdote y hoy como Obispo, saben que soy parte de ustedes, Antes de venir a Teotihuacán ya existía una amistad en el presbiterio de Texcoco, mi casa, mi familia y mis amigos viven en esta diócesis, debo aceptar que el estar aquí ha sido una gracia y un privilegio, aunque los regalos no vienen solos, pues también tiene sus grandes retos y desafíos, estos también los he vivido, no solo, sino apoyándome en la gracia de Dios que no me ha dejado de su mano en ningún momento. Asumo mi responsabilidad con alegría, pero tampoco me olvido que como persona también yo necesito de la comprensión y el apoyo, el afecto de mis hermanos sacerdotes. 54. "En un mundo roto y deseoso de unidad, es necesario proclamar con gozo y fe firme que Dios es comunión... " lo cual nos llama como familia sacerdotal de Teotihuacán a participar de la misma, partiendo siempre del hecho que, " Es necesario proclamar que esta comunión es el proyecto magnifico de Dios Padre; que Jesucristo, que se ha hecho hombre, es el punto central de la misma comunión, y que el Espíritu Santo trabaja constantemente para crear la comunión y restaurarla cuando se hubiere roto". (Cf. EAm 33,1).
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55. Sé que algunas decisiones que he tomado, sobre todo en el cambio de algunos hermanos, no han sido muy atinadas y que tal vez alguien se haya sentido lastimado, saben que de entre todos los actos de gobierno de un Obispo estas son las más difíciles, les digo con sinceridad que nunca ha sido mi intención dañar a nadie, el bien de los fieles y el del propio sacerdote son los criterios en los cuales me he conducido, porque para ustedes los presbíteros, "quiero ser padre, amigo y hermano, siempre abierto al diálogo" (Cf. DA 188) Una palabra o una motivación solamente tendrán razón de ser, cuando sean para el crecimiento del propio sacerdote o de la comunidad, sin olvidar que como Obispo, soy "principio y constructor de la unidad de su Iglesia particular y santificador de su pueblo, testigo de esperanza y padre de los fieles (Cf. DA 189) 56. Ante todo como sacerdotes mantenemos en vínculo de comunión, éste sostiene no solamente nuestra amistad, sino nuestro ministerio, los vínculos que de ahí se desprenden le dan razón de ser a las encomiendas que se nos dan. Gracias a Dios que son pocos los sacerdotes que se aíslan, tanto de mi persona como de los demás hermanos sacerdotes en los diversos momentos que tenemos, tanto para formarnos o para convivir, es bueno recordar que nuestra misión solamente se realiza en plena comunión con el Obispo quien asegura la auténtica comunión con la Iglesia, los signos de esta comunión son sensibles, tangibles y no hay que desdeñarlos.
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57. Por lo que no debemos perder de vista que la comunión entre nosotros es un testimonio de fe y vida, pero también de justicia y amor para el Pueblo de Dios a cuyo servicio estamos, pero incluso necesaria y coherente dar respuesta a la nueva evangelización. 58. Durante estos cinco años nos hemos empeñado juntos, sacerdotes y laicos en poner los cimientos de esta iglesia particular, esto no ha resultado del todo fácil, toda empresa tiene sus obstáculos y empeños, pero nada que no se haya podido sacar adelante. Todo ha sido importante, crear las estructuras básicas para poder caminar, fortalecer la familia presbiteral, no ha sido básico, sino prioritario, todos sabemos que algo hemos logrado, mucho queda por hacer, es tarea y responsabilidad de todos. Hay debilidades, tanto en las personas como en las estructuras, pero también hay fortalezas, hay entusiasmo, ánimo en los agentes de pastoral y en los ministros. Podría decir que nuestra Iglesia particular, tiene ya una historia y un caminar diferente. Los pasos que hemos dado configuran ya una fisonomía, el talante y estilo de ser y vivir la fe y lo que marca nuestra pastoral y el modo de llevar adelante la misión. 59. Gracias a Dios que el pontificado del Papa Francisco nos ha ofrecido una riqueza maravillosa en su doctrina y sus mensajes, muchas de estas orientaciones son para nosotros, sacerdotes y Obispos, vienen providencialmente a renovar, refrescar nuestro ministerio, nuestras tareas, nuestra misión y nuestras personas, les encomiendo que estemos siempre atentos a escuchar su
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palabra y que gustosos tratemos de poner en práctica todo aquello que muy bien nos viene en estos momentos complejos y difíciles para el desempeño de nuestras tareas. 60. Sé que muchos de los sacerdotes de la diócesis están cada vez más convencidos de los cambios que nos está proponiendo el Papa Francisco, los he escuchado, los hemos dialogado, sí queremos implementarlos, nuestra actual postura no nos deja del todo satisfechos, no queremos vivir instalados en una Iglesia que pide la renovación, que la necesita, se trata de escuchar lo que el Espíritu dice hoy a la Iglesia, ya no vale una fe aceptada por herencia familiar; porque no se sostiene en una cultura individualista y relativista hoy como sacerdotes, debemos dar respuestas personales, adultas y con identificación sacerdotal. 61. Como pastores tenemos que saber detectar y escuchar lo que buscan nuestros feligreses, lo que necesitan hoy, pues podríamos ser unos pésimos médicos al hacer un tratamiento al paciente y recetarle unas medicinas que no necesita. Esta es la auténtica conversión pastoral a la que estamos llamados: como Obispo y sacerdotes Queremos trabajar por una auténtica evangelización, no solamente por la autopreservación de la institución. Viviendo como funcionarios de lo religioso: corremos el riesgo de que “El sacerdote pueda ir cambiando poco a poco en un funcionario religioso “entonces el sacerdote deja de ser puente, el pontífice, para terminar siendo una función a cumplir. Deja de ser mediador para convertirse en
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intermediario” (Bergoglio Jorge M., Francisco Papa, 2013:15). 62. Hay que renovar las estructuras, son ya caducas, dar un giro de 360 grados, desde luego esta renovación pasa en primer lugar por nosotros; hay que salir a las periferias de lo geográfico pero también de lo existencial, es la invitación que nos está haciendo el Papa Francisco. 63. Esta realidad compleja y los grandes retos que vivimos, nos mueven a saber leer y orientar la vida de nuestras comunidades por verdaderos caminos que llevan a una vida en plenitud. Frente a tanto desconcierto, a propuestas fáciles y derroteros que no sabemos hacia donde quieren llevar " la Iglesia está llamada a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias... se trata de renovar, y revitalizar la novedad del Evangelio... desde un encuentro personal y comunitario con Jesucristo, que suscite discípulos y misioneros (Cf. DA 11). 64. Quiero agradecerles su presencia en cada una de las parroquias y templos, en las oficinas y en los diversos servicios administrativos en los cuales prestan su servicio, mi reconocimiento a su generosidad y a su amor por su ministerio, vivir en una parroquia, atender a los fieles en sus peticiones, aún cuando muchas veces no van acordes a los criterios pastorales resulta muchas veces pesado. El sacerdote no tiene derecho a enfermarse, sin embargo, cansados o hasta enfermos han asistido a sus fieles, sin embargo, con paciencia y
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tolerancia están ahí viviendo integrados como uno más de la familia en la parroquia, sabemos como lo recuerda Aparecida que “Solamente un discípulo enamorado del Señor, puede renovar una parroquia”. (Cf. DA 200). 65. Nada de lo que hacen ustedes tendría sentido, sino es que trabajamos con la conciencia de saber que la edificación del Reino nos apremia, que colaboramos en la viña del Señor, que lo único urgente y necesario es predicar la Palabra y evangelizar a los fieles, " a fin de que nuestros pueblos sigan creciendo y madurando en su fe, para ser luz del mundo y testigos de Jesucristo con su propia vida" (Cf. DI 2; DA 16) darles nuestra vida, ese es nuestro mayor gozo, desgastar la vida, hasta, porqué no perderla, con la seguridad que sólo así podremos ganarla para la vida eterna. 66. Nuestra única recompensa (y herencia) es el Señor, nuestra herencia. No trabajamos por una sórdida ganancia, sino que tenemos puesta nuestra mirada en los bienes eternos, esto es lo que enseñamos y nosotros somos los primeros que tenemos que practicarlo. La fuerza de nuestra palabra está no en como la decimos, sino en cómo la vivimos. "Lo que constituye la singularidad de nuestro servicio sacerdotal, lo que da unidad profunda a la infinidad de tareas que nos solicitan a lo largo de la jornada y de la vida, lo que confiere a nuestras actitudes una nota específica, es precisamente esta finalidad presente en toda acción nuestra: Anunciar el Evangelio de Dios" (Cf. EN 68)
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67. Damos gracias a Dios por los sacerdotes que hemos ordenado en estos cinco años de vida diocesana y también por los que han llegado a nuestra Diócesis venidos de otras iglesias o comunidades religiosas, son una bendición de Dios, pues con su presencia podemos atender mejor nuestras parroquias. Recordamos y pedimos por los hermanos sacerdotes que durante estos cinco años fueron llamados a la casa del Padre. 7.- Laicos. 68. Mis hermanos laicos, nuestros colaboradores, cuanto les agradezco, ustedes saben bien el tamaño de mi aprecio, siempre que he tenido oportunidad de encontrarme con ustedes, sea en sus parroquias, en los decanatos o en cualquier reunión diocesana se los he expresado, saben que tienen un lugar muy importante en la Iglesia de Cristo, pero también en su Diócesis de Teotihuacán y en mi ministerio como Obispo. 69. Para mí resulta muy reconfortante saber que se sienten parte de esta Iglesia en la que se reconocen como algo esencial, diría el Papa Francisco: “la iglesia nos son los curas somos todos” tienen un lugar que les reconocemos y respetamos, han sido parte muy importante en todo lo que hemos logrado durante estos cinco años de vida en nuestra Diócesis. 70. Están presentes en todos los sectores de las parroquias, en la catequesis, los movimientos, los grupos apostólicos, en la evangelización, en la liturgia, en la preparación a los sacramentos, en los consejos
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parroquiales, en la asistencia a los pobres y enfermos. Nos apoyan en todo lo que emprendemos y además nos regalan su amistad y cariño. La misión apremia, pero también tiene sus recompensas. Quisiera invitarlos a hacer nuestras estas palabras del Papa: “aprendamos a salir de nosotros mismos, para ir al encuentro de los demás, me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres, una Iglesia que salga a la calle”. (P. Francisco, 2013) 71. Cada vez son más quienes reconocen que tienen necesidad de formación, la buscan, ya sea en los espacios que les ofrecen las parroquias o en los de la Diócesis, aún por cuenta propia. Saben que un laico mejor preparado podrá ofrecer un servicio más cualificado a sus demás hermanos. 72. Nosotros somos conscientes que aún no les hemos proporcionado todo lo que ustedes necesitan, incluyendo más formación y apoyo para que cumplan mejor con sus tareas, no solo de apostolado, sino en su crecimiento personal. El INFOTE (Instituto de Formación para Laicos) quiere responder a esta necesidad, en él tanto laicos como quienes aspiran al Diaconado permanente podrán encontrar un espacio para su formación. 73. Su palabra y su participación es muy importante cuando se refiere a los planes y proyectos diocesanos. En el pueblo de Dios todos somos sacerdotes, profetas y reyes (Cf. 1 Pe 2,9). Nadie tiene el monopolio del servicio a la palabra, ni del servicio cultual, ni del servicio a la caridad, ni del servicio a la comunión. Reconocemos que el Espíritu Santo se manifiesta en ustedes y por tanto
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nos pide docilidad y atención para tener en cuenta los aportes y talentos que nos ofrecen. 74. Una palabra de motivación y aliento para todos aquellos hermanos que aún no se animan a tomar su lugar en la iglesia de forma activa, su iglesia los necesita, ¡”No tengáis miedo abrid de en par y par las puertas a Cristo! (DI. Juan Pablo II, 1978), las tareas de evangelización también son competencia de ustedes, no priven a muchos hermanos a quienes con su testimonio y compromiso ustedes podrían atraer. Tenemos una vocación que nos viene de Dios por Cristo (Cf. Ef 1,1-14), según la cual hemos sido llamados a seguir sus enseñanzas y su ejemplo (Cf. Lc 14, 25-27), a realizar los valores del Reino y a vivir las bienaventuranzas (Cf. Mt.5,1ss) a continuar su obra y su misión en la tierra (Cf. Mc16, 15-20), a anunciar la esperanza del Reino futuro (Cf. Lc. 21, 29-36). 75. A los hermanos laicos que por cualquier razón se han alejado de seguir participando de forma activa, les vuelvo a hacer la invitación en nombre del Señor para que se reintegren a sus tareas, todos somos indispensables en la viña del Señor (Cf. Mt 20,1-16).
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8.- Seminaristas. 76. Cuando nació esta Diócesis, ya teníamos seminaristas, los alumnos que tenían su domicilio en Teotihuacán pasaron automáticamente a formar nuestro seminario. Primero en el Seminario de Texcoco y ahora en Querétaro donde se forman nuestros futuros sacerdotes. Estamos agradecidos con Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez y con Mons. Mario Gasperín de Gasperín y con Mons. Faustino Armendáriz por la oportunidad de ayudarnos en la formación de nuestros jóvenes. 77. Aunque en general hoy son menos los jóvenes que aspiran a la vida sacerdotal, sin embargo no nos han faltado vocaciones, gracias al amor gratuito y misericordioso de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y de la oración de nuestros fieles. 78. Esta palabra del Pastor quiere llegar también a ustedes queridos seminaristas, reconozco su generosidad, su entrega y cariño para formarse responsablemente, optando por una vida personal y eclesial, cada vez más comprometida (Cf. PDV 35-36), para servir a esta su Diócesis. Vivan en constante y profundo contacto con Dios. Fórmense para ser discípulos de Jesucristo, hombres de Dios y de la Iglesia. “Pastores con olor a oveja” (Papa Francisco, 2013). Sé que están en otro seminario, pero saben bien que por el momento no podemos tener el nuestro, ya trabajamos para ello y esto nos anima a todos. No olviden que hemos puesto nuestra confianza en ustedes, los queremos cercanos y colaboradores en el ministerio.
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79. El deber de fomentar las vocaciones sacerdotales compete a toda la comunidad cristiana encabezada por el Obispo (Cf. OT 2). Por tanto, exhorto a que en cada parroquia se establezca una pastoral vocacional, como una de las acciones prioritarias dentro de su plan de pastoral, que comprometa a padres de familia, educadores, presbíteros y apóstoles laicos, de modo que se genere una auténtica cultura vocacional. 80. Queridos presbíteros: muchos de los que ahora servimos a la Iglesia en el ministerio fuimos atraídos por el testimonio y la vida del sacerdote que estaba en nuestra parroquia, ya sea porque éramos acólitos o porque participábamos en algún grupo parroquial, así nació nuestra vocación. Siendo conscientes de esto, es bueno que nos empeñemos en promover las vocaciones de manera directa invitando a los niños y jóvenes, pero sobre todo dándoles ejemplo de vida y alegría en nuestro oficio. Pensemos que cada uno de nosotros tiene que dejar una vocación que nos supla cuando ya no podamos desempeñar este servicio. 81. Me llena de alegría saber que todavía hay muchos hermanos y hermanas que aman, quieren a su Seminario. Sigan orando por las vocaciones para que el Señor envíe obreros a su mies (Cf. Mt 9 36-38). 82. Incansable ha sido el apoyo, tanto en oraciones como material de los equipos pro-seminario y de tantos bienhechores. Con su ofrenda aportada mensualmente colaboran en una de las obras más nobles de la iglesia
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que es la formación de los futuros sacerdotes. Por eso con inmensa alegría quiero decirles que hemos dado inicio a la construcción de nuestro Seminario de San Juan Bautista. 9.- Familias. 83. Sé que esta carta pastoral no llegará a todas las familias de la Diócesis, cuanto desearíamos que así fuera, a no ser que hagamos un gran esfuerzo. Si podrán leerla las familias del Movimiento Familiar Cristiano, que gracias a Dios está vivo en varias de nuestras parroquias. También llegará a las manos de otras tantas familias que participan en otros movimientos de Iglesia, aunque no sean de la pastoral familiar. La realidad es que será un pequeño núcleo y por esta razón nos tenemos que empeñar más, la tarea es mucha y los agentes muy pocos. 84. Vuelvo a recordar aquí qué fue lo que me impulsó a escribir esta carta: sobre todo el cumplir cinco años como Iglesia Diocesana y poder agradecer a Dios por este hermoso regalo, es de todos y para todos, la Iglesia es “Sacramento universal de salvación” y durante este tiempo lo hemos experimentado de una u otra forma, nos hemos sentido arropados por ella, pues ahí tenemos todo lo que necesitamos, sobre todo vida y abundante, una familia, nuestros hermanos, una fe que nos ha impulsado a caminar.
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85. También pensé que debíamos animar y fortalecer a todos los hermanos que se han estado empeñando en cualquier trabajo pastoral y entre éstos las familias tienen un lugar prioritario en su Iglesia y la sociedad, son relativamente pocos los matrimonios que como tales colaboran en la Diócesis, y precisamente por ello es tan necesaria una palabra de aliento, de sostén en estos tiempos difíciles para esta institución familiar. Hay vientos contrarios, corrientes adversas, sin embargo, no se puede claudicar, ni dar marcha atrás, porque el designio de Dios sobre la familia es muy claro y precioso. (Gn. 2, 18-24). 86. Dar esperanza, ha sido otro de los objetivos, ésta es una de las virtudes que caracterizan la vida de todo creyente y nosotros sabemos y tenemos la certeza que las fuerzas del mal no pueden opacar el bien, recordemos las palabras del Papa Benedicto: “El mal no lo puede todo”, es limitado. El hombre y la mujer son la imagen perfecta de Dios, El los ha llamado para ser colaboradores en la creación, engendrando con amor a sus hijos, educándolos según su ley y preceptos, consagrándolos a El. (Cf. Gn. 1, 26-28). El único medio valido y lícito es el querido por Dios, nadie puede ir contra este designio divino. 87. Así que no estamos solos, Él está con nosotros, camina a nuestra lado, no son nuestros proyectos, no hacemos las cosas a título personal, porque así lo hayamos decidido, es su plan, su proyecto, nosotros queremos ser parte de este plan, estamos convencidos de ello, contamos con su gracia.
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88. Podemos entonces imaginar el inmenso trabajo que tenemos frente a nosotros: primero cómo llegar a todas las familias para comunicarles el deseo de Dios sobre este proyecto; cómo volver a replantear el papel que tiene la familia en la sociedad y en la Iglesia, sin ideologismos; como devolverle la centralidad a la familia como sujeto que transmite la fe. Ustedes que son parte de un grupo eclesial son los más comprometidos, su Diócesis y la Iglesia cuentan con sus fuerzas. 89. El papa Francisco ha convocado un Sínodo extraordinario de Obispos en octubre de este año para analizar temas sobre la familia. Demasiados niños crecen sin padre o sin madre, o desatendidos por ambos, en una alarmante crisis mundial de la institución familiar. Los cristianos, tenemos la gran oportunidad este año para orar por las familias, estudiar especialmente nuestra doctrina sobre ella, analizar sus dificultades, desafíos, nuevas situaciones y cómo fortalecerla.
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10.- Catequistas. 90. Todos sabemos en la Diócesis de Teotihuacán, que una de las dimensiones que mejor camina es la catequesis, gracias a Dios que así sea, debido al gran impulso, cariño y amor que las y los catequistas que en comunión con los sacerdotes han puesto en esta tarea pastoral. Ha sido importante entender la catequesis como “momento” esencial del proceso de evangelización (Cf. DGC 63) 91. Esta carta pastoral es una maravillosa ocasión para dar gracias ante todo a muchas y muchos catequistas que se han preocupado y entregado solo por amor a Dios y a los niños en esta noble tarea de iniciarlos en su identificación con Cristo Jesús (Cf. DGC 68). Ellas y ellos saben cuánto afecto les tengo. Dios les pague por todo lo que hacen. 92. Sepan que les está tocando sembrar la semilla de la Palabra de Dios en los corazones sencillos y dispuestos de muchos niños y niñas que gracias a todo lo que ustedes hacen podrán conocer y amar a Dios, a su Hijo Jesucristo, al Espíritu Santo y a la Virgen María. Enséñenles no solamente la Doctrina de la Fe que ya de por sí vale la pena, sino a relacionarse con Dios mediante la oración, a encontrarse con Jesús en los sacramentos, muy importante también que ellos descubran la imagen de Dios en sus hermanos, sobre todo en los más pobres y sencillos (Cf. CT 7). Aportándoles esta experiencia de su fe vivida les vivirán
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agradecidos tanto ellos como sus padres por la educación en la fe que les están proporcionando. 93. A lo largo de cada año se esmeran en sus cursos de formación permanente, en sus reuniones parroquiales, retiros en las vicarías en los tiempos litúrgicos fuertes y sobre todo en el Encuentro Diocesano poniendo en común temas de estudio que son de interés tanto para ellas y ellos, como para el beneficio de sus catequizados. Todo esto consolidándose en la viva fuente de la Palabra de Dios, transmitida mediante la Tradición como del Magisterio Doctrinal de la Iglesia (Cf. CT 27) 94. Sé que muchas veces les toca trabajar en situaciones difíciles, careciendo de los medios e instrumentos necesarios para poder ser más eficientes en su enseñanza, lamentablemente nuestras parroquias no los tienen; también les desanima saber que hay otras catequistas que no están en comunión con la parroquia y que preparan niños en sus casas y con tiempos muy cortos, llevándolos a otras parroquias para realizar sus sacramentos, mientras ustedes están empeñadas en la escolarización de la catequesis en fidelidad a lo que la Iglesia postconciliar nos pide (Cf. CT 21). 95. Admiro su Madurez cristiana (Cf. DGC 73), por eso hoy quiero animarles, todos estos obstáculos no tienen que ser motivo de desilusión y desencanto, la evangelización siempre ha tenido sus retos y desafíos, muchas veces nos toca remar contra corriente, dé cada quien lo mejor de sí, ofreciéndolo al Señor con sencillez y humildad. Les invito a que renueven sus “paradigmas
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catequísticos” para poder mirar el tiempo actual asumiendo como reto la iniciación cristiana de los adultos (RICA; SC 64-66; AG 14; CD 14), el nuevo concepto de evangelización (Cf. EN 16; DGC 46-47) mirando la catequesis como parte integrante del proceso evangelizador (Cf. CT21; DGC 63) 96. Finalmente les invito a que pongan su mirada en Jesús, Él es el único modelo al que hay que imitar, sin más medios e instrumentos que su Palabra y su íntima comunión con su Padre, llevó siempre su mensaje a todos los hombres. Su Palabra y su vida, siempre fueron una sola cosa, ahí radica el éxito de toda la enseñanza sea cualquier grado que sea (Cf. DGC 105; CT 5). Las encomiendo a Dios para el mejor cumplimiento de su tarea.
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11.- Jóvenes.
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espacios donde se puedan encontrar y dialogar (SEJCELAM, 1995:22-23).
97. Los diferentes agentes de pastoral adultos que están activos en el trabajo diocesano son pocos, hablar de los jóvenes se reduce aún más todavía, me refiero a quienes militan en los grupos juveniles con un plan específico de trabajo, aunque muchos jóvenes están presentes en otras comisiones, hay muchas y muchos catequistas jóvenes, en los coros, liturgia etc., reconocemos la generosidad de los presentes y también los animo a que se mantengan ahí con su compromiso, den testimonio y buen ejemplo para atraer a más jóvenes, ya que así crece la Iglesia no por proselitismo sino por atracción (SEJ, 1995:12).
100. Ustedes jóvenes que tienen además, que afrontar los retos del tiempo actual, de la postmodernidad, que lejos de llenar las expectativas y de cubrir los anhelos del corazón de los jóvenes, se vive cierto desencanto y la banalización del significado de la vida, pues la absolutización del racionalismo técnico-científico, no ha generado el mundo igualitario, libre y fraterno que soñaba (Cf. DA 44) como los problemas que deben afrontar en un mundo juvenil que es blanco de la delincuencia organizado, del narco-menudeo, de la banalización del placer y la sexualidad (Cf. DA. 422,437).
98. Me pregunto ¿cuántos jóvenes habrá en todo el territorio diocesano?, sin temor a equivocarme, al menos doscientos mil, y a cuántos estamos llegando, no me atrevo a dar un número, pero es muy reducido, pensemos en los jóvenes que están en nuestras parroquias y de ahí podemos sacar una conclusión.
101. El lenguaje que hablamos les parece lejano, tal parece como si habláramos dos lenguajes diferentes que nos impiden la comunicación. Ustedes están al día en los medios tecnológicos, los cuales los manejan con destreza, nosotros vamos detrás (Berrios, Ll. y Buxarrais, M., 2005).
99. Me parece que tenemos que pedir una disculpa a nuestros jóvenes, con toda sencillez y humildad de nuestra parte, en verdad estamos en deuda con ustedes, muchos jóvenes se han alejado de la Iglesia porque seguramente no han encontrado un motivo suficiente para estar ahí, nuestras liturgias les parecen frías y no les dicen nada (SEJ-CELAM, 1994:18; 1er. CLJ., 1992: 11). Nosotros, no les hemos presentado a ellos a Cristo de modo que puedan identificarse con El. No los hemos acompañado en sus inquietudes y dudas, ofreciéndoles
102. SÌ hay algo que quiero expresarles a los jóvenes de la Diócesis de Teotihuacán, saben que la Iglesia los necesita, si ustedes no están, no estamos completos, ustedes son el rostro joven de nuestra Diócesis, representan las ilusiones, la alegría, la vitalidad de esta institución. Su generosidad, su dinamismo, su autenticidad nos ayuda para renovar día con día las tareas que son de todos. No olviden que la Pastoral juvenil no se limita a un programa de actividades o a un proyecto organizativo mas o menos atrayentes y
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eficaces, sino que debe llevar a los jóvenes a compartir la experiencia del encuentro con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo (SEJ, 1995: 12; DA 145 y 279). Vengan les queremos hacer un espacio, háblennos de sus inquietudes, de sus esperanzas, “hagan lío”, como les decía el Papa Francisco a los jóvenes reunidos en Brasil con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. El Papa quiere que los jóvenes se muevan, se levanten, no se queden quietos y hagan ruido. (Discurso de la Jornada de la Juventud, Rio de Janeiro 25 de julio de 2013), a fin de que se conviertan en “centinelas del mañana” en la renovación de nuestro mundo a la luz de la palabra siempre joven y fresca de Jesús (Cf. DA 443).
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12.- Consejos Parroquiales. 103. Durante mucho tiempo la voz del párroco era la única palabra y la voz que se escuchaba y decía lo que había que hacer y cómo había que hacerlo. Nadie discutía esa palabra llena de autoridad, todos sabíamos que así debía de ser. El hombre moderno tiene otras actitudes, le gusta participar, ser protagonista en las decisiones que se toman para su comunidad, quiere opinar, no quiere quedarse al margen. 104. La Iglesia, pueblo de Dios, del cual somos parte todos: sacerdotes, religiosas y laicos ha dado un lugar muy importante a los fieles laicos, quienes tienen no sólo la facultad, sino la obligación de hacer ver su parecer en todos aquellos asuntos que conciernen a la vida de la Iglesia. En 1965, el Vaticano II, aunque no habla de ellos de modo concreto, recomendó la creación de consejos pastorales. Más tarde, esta recomendación preliminar se desarrolló en otros documentos oficiales. Sin embargo, la creación de los consejos pastorales tiene sus raíces en la antigüedad Cristiana. (Cf. LG. 30,37). 105. En la Diócesis de Teotihuacán, hemos dado estos espacios, nuestros laicos tienen una palabra que aportar, ya no son infantes, son adultos, muchos de ellos están formados, se han preparado y son capaces de tomar decisiones. Los consejos parroquiales en donde, el párroco y algunos fieles laicos en comunión dialogan los temas que van surgiendo en la parroquia, se piensa con ellos, se les toma en cuenta y se deciden las tareas que más convengan a la comunidad.
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106. Este ejercicio de comunión nos ha ayudado a tomar juntos las tareas pastorales, son una bendición para nuestra Iglesia particular, nos sentimos apoyados, las cargas las compartimos con nuestros hermanos. Juntos estamos aprendiendo este oficio en bien de las parroquias. Deben saber quienes son miembros de estos consejos, que en gran parte lo que hemos realizado durante estos cinco años, lo debemos a ustedes. 107. La madurez de las parroquias se concreta cuando el Párroco abre la posibilidad a la participación de los fieles, pero también cuando los fieles acuden a este llamado, saben que si no participan, aún les falta mucho para ser conscientes de su papel dentro de la Iglesia. 108. Han sido muchas las oportunidades en que me he encontrado con los Consejos Parroquiales, con ocasión de la visita pastoral a la Diócesis, pero también a las visitas a los Decanatos, los he animado, pero también he recibido fortaleza de ellos, sigamos trabajando con entusiasmo, si ustedes lo hacen, nos comprometen más a los Sacerdotes y a su Obispo.
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13. La visión del futuro. “Recordar con gratitud el pasado, vivir con pasión el presente y abrirnos con confianza al futuro” (NMI 1). 109. En esta carta pastoral, con motivo de los primeros cinco años de vida diocesana, los he invitado a dar gracias por todo lo que hemos realizado y que ya es parte del pasado, dejemos ese tiempo en las manos de Dios, sólo El vive un eterno presente, Cristo es el Alfa y el Omega, el principio y el fin. 110. Ahora los invito a abrirnos con confianza al futuro. Nos ha tocado iniciar una Diócesis, poner los cimientos de lo que será está Iglesia particular, pero no nos podemos quedar pasivos, la tarea debe ir adelante, el trabajo realizado debe consolidarse, las estructuras aún necesitan ser reforzadas. No hay tiempo para el ocio. 111. Hay que saber mirar hacia el horizonte, soñar, avizorar, si no tenemos una actitud prospectiva, nos podemos estancar y por más esfuerzos que hagamos éstos serán en vano y seguiremos en el mismo lugar. El momento que vivimos lo exige, nos apremia. El anuncio del Evangelio no puede esperar. 112. Fieles, Sacerdotes, Religiosas y Obispo, tenemos que reemprender el camino, tomar fuerzas, vivir más unidos a la Vid, Cristo, volver a poner la mano en el arado, echar las redes en este mar encrespado con la confianza que nunca estaremos solos, El Señor camina con nosotros.
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CONTENIDO 113. Démonos prisa, aún nos queda mucho por hacer, el futuro nos espera hay muchos hermanos y hermanas que nos están esperando. 114. Me llamó mucho la atención lo que escuche de un amigo: decía que la mayoría de los trenes tienen una máquina que va adelante jalando, y otras veces lleva otra en medio y otra atrás prácticamente empujando porque el peso es demasiado, que él había viajado en un tren y cada vagón del mismo tenía su fuerza propia y que todos se empujaban al mismo tiempo y que nadie tenía que cargar con nadie. 115. Cuando lo escuche me llamo mucho la atención, creo que en todo lo que realizamos en nuestra Diócesis, sean proyectos pastorales, tareas diocesanas, todos tenemos que jalar parejo, imagínense toda la fuerza que podemos crear, pues ánimo, otros cinco años, o lo que Dios disponga. 116. Los pongo en el regazo maternal de María, a ella le pido que nos siga mirando con amor, es nuestra dulce y tierna Madre. Le encomendamos nuestra vida, familias, jóvenes, niños y parroquias, de modo muy particular a los pobres, migrantes y enfermos. ¡Danos Señora a tu Hijo Cristo! Mons. Francisco Escobar Galicia Teotihuacán, 3 de Febrero de 2014.
1. Lectio divina ………………………………...
5
2. Breve historia ……………………………….
10
3. Contexto …………………………………….
12
4. Nueva Evangelización ……………………..
14
5. Nuestros logros …………………………….
18
6. Sacerdotes ………………………………….
20
7. Laicos ………………………………………..
27
8. Seminaristas ………………………………..
30
9. Familias ……………………………………..
32
10. Catequistas …………………………………
35
11. Jóvenes ……………………………………..
38
12. Consejos Parroquiales …………………….
41
13. La visión del futuro …………………………
43
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REFERENCIAS Aparecida (2007). V Conferencia Episcopal General del Episcopado Mexicano y el Caribe Discípulos y Misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 16,4). Aparecida 30-31 Mayo de 2007. Tercera edición. DA 164, DA 34; 61, DA 38-39, DA 44, DA 45, DA 370, DA 169, DA 164, DA 159, 161, DA 188, 189, 11, 200, DA 16 DA 44, DA. 422,437, 145 y 279, DA 443 Berrios, Ll.; Buxarrais, M., (2005). Las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y los Adolescentes, Barcelona 2005; ONU, Word youth report, Young People Today and in 2005. Bergoglio, Jorge M. (Francisco, Papa), (2013) Mente abierta, corazón creyente. Sello Publicaciones Claretianas. España. ISBN 978-84-7966-437-4. 240 páginas. pág. 15. Biblia de Jerusalem, (2000). Edición Revisada y Aumentada de la Biblia de Jerusalén, editada por Descleé de Brower, Bilbao, España. Citados en orden de aparición. Marcos 3,13-19. El llamado de los doce. Salmo 116,13 Agradecimiento Mc 4,30-32 Parábola Semilla de mostaza Mt 18,19-20 Donde se reúnen en mi nombre Lc. 17,10 Siervos inútiles Fil 3,13-14; 1a Pe 5,1-4 El juez justo Mt 20.1-15 Obreros del señor Hech. 4, 32-35; 5, 12-16 Las primeras comunidades cristianas
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1 Pe 2,9 Ef 1,1-14 Lc 14, 25-27 Mt. 5,1ss Mc16, 15-20 Lc. 21, 29-36 Mt 20,1-16 Mt. 9 36-38 Gn 2, 18-24 Gn. 1, 26-28
Sacerdotes profetas y reyes Vocación que nos viene de Dios Llamados a vivir las enseñanzas Llamados a vivir las bienaventuranzas Llamados a continuar su obra Llamados a anunciar la esperanza Todos somos indispensables Que el Señor envíe obreros Designio de Dios sobre las familias Consagrar los hijos
Catechesi Tradendae Exhortación Apostólica. De su Santidad Juan Pablo II al Episcopado, al clero y a los fieles de toda la Iglesia sobre la catequesis en nuestro tiempo. Documentos pontificios No.10. México D.F. CT 7, CT 27, CT 21, CT21 CT 5 Consejo Episcopal Latinoamericano Sección De Juventud – SEJ, (1995). Civilizacion del Amor, tarea y esperanza. Orientaciones para una Pastoral Juvenil Latinoamericana México. 235 páginas. Pag.12 Documentos del Vaticano II. (1968) Concilio Vaticano II. Sacrosantum Concilium. XXXIX edición. Ed. Biblioteca de autores Cristianos. Madrid España. ISBN 84-2200010-5 Constituciones: Lumen gentium LG sobre la Iglesia P.p. 21. LG 30,37. Decretos: Chistus Dominus. Sobre el oficio pastoral de los Obispos p.p. 298: Ch D II., 23, Ch D II., 22. CD, 14. Optatam Totius OT 2 Sobre la formación sacerdotal 381
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NOTAS: